Icono del sitio Oposinet

Tema 21 – La constitución geológica de españa repercusiones de la geología en la variedad de paisajes distribución de recursos las comunicaciones y la industria el problema de los riesgos la ordenación del territorio

1.- INTRODUCCIÓN

En la Península se encuentran representados todos los Sistemas en que se divide la Historia de la Tierra, y la mayor parte de sus Pisos, con gran variedad de facies sedimentarias y con materiales plegados en las principales orogenias: Caledoniana, Hercínica y Alpina, además de diversas fases orogénicas Precámbricas. Lo anterior, junto con la variada litológica ígnea y metamórfica, pone de manifiesto la gran complejidad geológica de la Península, dificultando su interpretación.

A lo largo de este tema vamos a poder constatar la gran variedad de las unidades litológicas y morfoestructurales de la Península, fruto de una gran actividad actividad geológica a lo largo de toda su historia geológica, así como las repercusiones de la Geología en la variedad de paisajes.

Así mismo, trataremos el tema de la distribución de los recursos geológicos en España, la industria y las comunicaciones, y examinaremos los riesgos que conlleva la explotación de los recursos naturales dentro de nuestro territorio, al tiempo que detallaremos los principales riesgos geológicos a los que se enfrenta.

2.-LA CONSTITUCIÓN GEOLÓGICA DE ESPAÑA

2.1. Litología de la Península Ibérica

Dentro de la gran complejidad geológica de la Península podemos destacar tres conjuntos litológicos predominantes, que configuran las siguientes zonas o dominios litológicos:

· Zona silícea: predominan los silicatos, especialmente el cuarzo. Comprende rocas magmáticas, generalmente graníticas, y metamórficas, como esquistos y gneises, las más antiguas de la Península, ya que datan del Precámbrico y Paleozoico. Estos materiales se encuentran en la parte aflorante del Macizo Ibérico o Hespérico y en los núcleos hercinianos de las principales zonas montañosas como Galicia y el Sistema Central.

· Zona caliza: coincide con la distribución de los materiales mesozoicos, de carácter calcáreo y margoso, que afloran en las formaciones montañosas que rodean el Macizo Ibérico, dando lugar a la típica “Z” mesozoica.

· Zona arcillosa: comprende materiales sedimentarios recientes, de carácter arcilloso, que datan de las Eras Terciaria y Cuaternaria, y que se encuentran, en muchos casos, no consolidados. Los materiales arcillosos están distribuidos principalmente en las cuencas de los grandes ríos: las depresiones del Ebro y Guadalquivir y los valles del Duero y Tajo en el Macizo Ibérico.

2.2. Unidades morfoestructurales de España

La estructura general de la Península está condicionada por la existencia de una gran unidad en situación centro-occidental llamada Macizo Ibérico o Hespérico, conocida también, desde un punto de vista geográfico, como la Meseta Central.

Alrededor de esta antigua unidad se han ido disponiendo otras unidades, principalmente por efecto de la orogenia Alpina y los fenómenos tectónicos y sedimentarios post-alpinos.

De acuerdo con esto, las unidades morfoestructurales de la Península Ibérica podrían esquematizarse como sigue:

2.3. El Macizo Ibérico

Macizo Ibérico: está compuesto por los materiales más antiguos de la Península, correspondientes a la zona silícea. Son terrenos precámbricos y paleozoicos afectados por los procesos hercinianos e incluso anteriores. El Macizo Ibérico se puede dividir en varias unidades, de acuerdo con la naturaleza y la edad de los materiales, que toman una dirección de NW a SE, y que en su parte superior se inflexionan tomando prácticamente dirección N – S:

· La zona Cantábrica está formada por materiales carbonatados y detríticos depositados en medios marinos someros. También depósitos continentales lagunares que dieron origen a los yacimientos de carbón. La deformación produjo pliegues cuya curvatura se conoce como rodilla astúrica.

· La zona Asturoccidental-Leonesa o núcleos precámbricos está constituida por un gran anticlinorio en cuyos núcleos afloran materiales precámbricos (pizarras y gneises).

· La zona Galáico-Castellana ocupa toda Galicia, la mitad norte de Portugal, parte de Castilla y León y de la provincia de Cáceres. Se caracteriza por granitos y rocas plutónicas afines.

· La zona de Ossa-Morena debe su nombre a la región portuguesa de Ossa y la española de Sierra Morena. Se caracteriza por afloramientos del Cámbrico (calizas, dolomías, conglomerados) hasta el Carbonífero, muy deformados (pizarras, micaesquistos, cuarcitas, gneises). Es característico el plutonismo y vulcanismo según bandas largas y estrechas.

· La zona Surportuguesa ocupa el extremo suroccidental de la península. Está representada por cuarcitas y pizarras con abundancia de intercalaciones de lavas y rocas piroclásticas que forman la faja piritífera, donde se localizan los yacimientos de Riotinto, Tharsis, Aznalcollar, etc.

2.4. Depresiones terciarias del Macizo Ibérico

Ciertas zonas del Macizo están cubiertas por sedimentos más recientes, terciarios y cuaternarios, en las cuencas de los grandes ríos: Duero y Tajo, separadas por el Sistema Central. Estas zonas configuran lo que geográficamente se denominan Sub-Meseta Norte (cuenca del Duero) y Sub-Meseta Sur (cuenca del Tajo).

2.5. Cuencas terciarias marinas

Son aquellas cuencas cuyos materiales de relleno se depositaron en el Terciario, y son, en gran parte, de origen marino. Incluyen las cuencas de Levante y Baleares, así como la cuenca del Guadalquivir.

2.6. Cordilleras periféricas

En esta categoría se incluye la Cordillera Ibérica, la Cordillera Cantábrica y las Cadenas Costero-Catalanas. En todas las regiones se pueden diferenciar dos grandes conjuntos de materiales: los paleozoicos y precámbricos, que constituyen el sustrato, y los más modernos, en especial mesozoicos, discordantes sobre los anteriores que se depositaron sobre el relieve hercínico erosionado.

· La Cordillera Cantábrica: Corresponde a la región localizada al este del Paleozoico de la zona Cantábrica. La diferencia con respecto a los materiales pirenáicos son la menor deformación, la existencia de un Cretácico inferior continental (fluvial y lacustre), un Jurásico marino y un Terciario inferior poco desarrollado.

· La Cordillera Ibérica es un conjunto montañoso que se localiza en el borde nordeste del Macizo Ibérico, y separa las dos grandes cuencas terciarias de las dos Castillas, de la depresión del Ebro, y conecta hacia el S con las Cordilleras Béticas. La Cordillera Ibérica se suele dividir en dos ramas, una rama occidental o castellana y otra oriental o aragonesa, separadas por la depresión terciaria que inicia la cuenca del Duero.

La Cordillera Ibérica presenta un zócalo precámbrico y paleozoico formado por filitas, pizarras y cuarcitas cuando aflora, y una cobertera mesozoica carbonatada y terciaria fundamentalmente continental en casi toda la Cordillera Ibérica, formada por sedimentos fluviales y lacustres.

· Las cadenas Costero-Catalanas son un conjunto de relieves que se disponen paralelos a la costa mediterránea, que se extienden desde Castellón hasta Gerona. En ellas aflora el Precámbrico (sustrato Hercínico) y extensamente el Paleozoico con características análogas al Macizo Ibérico. Sobre el Paleozoico descansan discordantes materiales del Mesozoico que forman la cobertera de características similares a los de la cordillera Ibérica. En amplias zonas de ambas descansan encima materiales del Terciario de cuencas y fosas limitadas por fracturas.

2.7. Cordilleras Externas

Comprenden los Pirineos y las Cordilleras Béticas, incluidas las Islas Baleares como prolongación de estas últimas:

+ Pirineos: de origen alpino, constituyen una cordillera de casi 900 Km de longitud. Comprenden una zona axial con afloramientos precámbricos y paleozoicos y rocas ígneas, y dos franjas, al N y S, formadas por sedimentos mesozoicos y terciarios, denominadas Prepirineos o Subpirineos, que descienden hasta alcanzar la cuenca de Aquitania, por el N y la depresión del Ebro por el S.

+ Cordilleras Béticas: representan el resultado de los procesos orogénicos alpinos en el S de la Península, con una longitud de más de 600 Km y una gran complejidad litológica y estructural. Incluyen varias alineaciones montañosas en dirección SO-NE, prolongándose hasta las Islas Baleares. Se trata de un orógeno de colisión y se dividen en dos grandes dominios:

– Dominio meridional o zonas internas o zona Bética constituido por rocas metamórficas de edad Triásico y más antiguas. La Zona Bética ha sufrido una tectónica muy violenta durante la Orogenia Alpina y presenta una estructura de mantos de gran envergadura. Se distinguen dentro de ella tres grandes conjuntos o complejos, de más profundo a más superficial:

Complejo Nevado-Filábride

Complejo Alpujárride

Complejo Maláguide

A estos conjuntos hay que añadirle las unidades alóctonas del campo de Gibraltar que se adosaron al producirse la colisión. Son rocas sedimentarias formadas en medios marinos por la acción de corrientes de turbidez.

Las series Nevado-Filábrides presentan un metamorfismo intenso. Las series Alpujárrides son menos metamórficas. Las series Maláguides son poco o nada metamórficas.

§ El complejo Nevado-Filábride está formado por micaesquistos grafitosos con intercalaciones cuarcíticas, anfibolitas , serpentinas de edad paleozoica y los tramos superiores más modernos del Triásico son micaesquistos feldespáticos y mármoles.

§ El complejo Alpujárride presenta dos series, una anterior al Triásico, compuesta por micaesquistos, filitas y calizas y otra triásica compuesta por arcillas con yesos y rocas carbonatadas. Incluye una intrusión peridotítica en la Serranía de Ronda que proviene del manto (posible obducción).

§ El complejo Maláguide está constituido por materiales no metamorfizados. Comprende filitas, calizas, grauvacas y conglomerados del paleozoico sobre la cual descansa una serie permo-triásica con areniscas, limos y conglomerados de color rojo.

– Dominio septentrional o zonas externas constituido por materiales no metamorfizados mesozoicos y cenozoicos. El zócalo no aflora y se cree que debe estar constituido por materiales análogos al macizo Ibérico. En las zonas externas se hacen dos divisiones atendiendo al tipo de facies sedimentarias:

§ Zona Prebética o zona septentrional formada por sedimentos mesozoicos post-triásicos de carácter nerítico (carbonatos y material detrítico), formando pliegues agudos y mantos de corrimiento vergentes hacia el norte y dirección ENE-OSO. Las arcillas del Trías actúan como material de despegue en el plegamiento alpino. Son frecuentes diapiros e inyecciones de material Triásico.

El mesozoico de la zona Prebética se diferencia del mesozoico de la cordillera Ibérica, por la región de Valencia, por la dirección dominante de los ejes de los pliegues, es decir, por las estructuras.

§ Zona Subbética o zona meridional formada por materiales batiales o pelágicos (arcillas, margas, calizas margosas, dolomías).

Entre la zona Prebética y Subbética no hay límite neto, se trata realmente de un cambio gradual de facies, por tal motivo, entre ambas zonas se definen las unidades intermedias.

+ Islas Baleares: las Islas Baleares se consideran una prolongación hacia el NE del Prebético Interno, salvo Menorca, que parece estar relacionada con las cadenas Costero-catalanas.

2.8. Islas Canarias

Las Islas Canarias están situadas en el Océano Atlántico, frente a las costas del continente africano. Geológicamente podemos distinguir en ellas tres unidades.

+ Los complejos basales constituyen la unidad estructural inferior. Están formados por rocas plutónicas máficas y ultramáficas (peridotitas, gabros y piroxenitas), alcalinas y lavas intercaladas con sedimentos marinos.

+ Las series basálticas antiguas se produjeron por vulcanismo aéreo que originó la mayor parte de los edificios volcánicos.

+ El vulcanismo posterior está representado por importantes emisiones basálticas que alternan con emisiones más ácidas y alcalinas (traquitas y fonolitas).

2.9. Vulcanismo Neógeno- Cuaternario de la Península

Se trata de actividades volcánicas más recientes. Cabe destacar el vulcanismo de la zona de Cabo de Gata, donde afloran fundamentalmente rocas volcánicas de origen intermedio conocidas como andesitas y pequeños afloramientos de riolitas.

3.- REPERCUSIONES DE LA GEOLOGÍA EN LA VARIEDAD DE PAISAJES

Como hemos visto anteriormente (Tema 14), el paisaje depende de un conjunto de factores, de carácter intrínseco (estructura y litología) y de carácter extrínseco (clima). De todo ello resultará un conjunto muy variado de paisajes, que podrán agruparse en:

+ Zonales: modelados fundamentalmente por la influencia de los distintos climas que son característicos de las zonas climáticas, dando lugar a paisajes característicos como los áridos y subáridos, oceánicos, mediterráneos, glaciares y periglaciares, ecuatoriales, intertropicales…

+ Azonales: el modelado está condicionado por una estructura y una litología particular, como sucede en los paisajes costeros, kársticos, volcánicos…

Desde un punto de vista climático distinguimos dos grandes zonas en la Península, con vegetaciones típicas cada una. Son la España Atlántica al norte y la España mediterránea al sur. Sobre estas zonas climática van a incidir factores geológicos, como la orografía, o forma y orientación del relieve, la altimetría o altitud, y el tipo de sustrato, calizo, silíceo o arcilloso.

La zona Atlántica incluye la franja vascocantábrica, Galicia, el norte de Portugal y los Pirineos. Debido a su situación septentrional y a la influencia del océano que aporta lluvias, es más húmeda y fresca que la mediterránea, que es más seca y cálida.

En la zona Atlántica predominan los bosques de árboles de hojas planas de una gran variedad de especies (llamadas en conjunto frondosas caducifolias), como las hayas, los robles, los abedules, avellanos, arces ,olmos, tilos serbales, etc. El paisaje forestal refleja bien el cambio estacional, ya que los árboles pierden las hojas en invierno.

En el Pirineo, por encima del piso de las frondosas se encuentran los bosques de coníferas, con pinos albares y negros. Sin embargo, los abetos conviven con las hayas en el piso inferior.

En la Iberia mediterránea los bosques son menos diversos en especies, pero forman espesuras impenetrables, con un sotobosque de arbustos y matas mucho más denso. Los árboles predominantes son la encina y el alcornoque, de hojas planas y pequeñas, endurecidas, con gruesas cutículas atravesadas por profundos poros o estomas.

Son adaptaciones para el largo periodo se sequía. Son perennes; el ritmo estacional no se refleja tanto en los bosques mediterráneos. En condiciones especialmente difíciles, con suelos arenosos y sueltos, o con roca desnuda, o muy reseca, los encinares son sustituidos por coníferas como el pino Alepo o carrasco, o el piñonero, y las sabinas.

Esta división de la vegetación ibérica en dos regiones no es, sin embargo, tan drástica. En numerosos lugares de la zona atlántica, próximos al mar que suaviza el clima, podemos encontrar encinares. También encontramos hayedos en la zona mediterránea, como en el macizo de Somosierra, o enclaves atlánticos en zonas mediterráneas, como los abetos pinsapos de Málaga y el Pinar de Grazalema, en Cádiz. Además, los bosques de las riveras de los ríos (choperas, fresnedas, olmedas, alisedas) son también avanzadillas caducifolias en la España mediterránea.

4.- DISTRIBUCIÓN DE RECURSOS

En temas anteriores ya se ha tratado acerca de los recursos naturales en sus aspectos de su relación con las estructuras geológicas, prospección y explotación, así como de la situación de los recursos en España (ver Temas 7, 8 y 20).

4.1. Recursos hídricos

La geología determina la ubicación de los acuíferos. Las rocas que forman la cobertera sedimentaria carbonatada son materiales muy propicios para albergar acuíferos, también son zonas acuíferas los materiales granulares, blandos y no consolidados al pie de las montañas y zonas de vega. Los materiales más antiguos silíceos como micaesquistos y granitos, normalmente no forman acuíferos.

Por tanto, en España se pueden establecer tres tipos de formaciones acuíferas de forma amplia:

– Materiales granulares no consolidados.

– Materiales carbonatados consolidados y permeables por fisuras.

– Materiales impermeables (esquistos y granitos).

El conocimiento y aprovechamiento de las aguas subterráneas es muy importante sobre todo en las zonas semiáridas del sur y sudeste español donde las precipitaciones son escasas y por lo tanto las aguas de escorrentía superficial.

Existen muchos ríos de corta longitud y muy encajados que vierten sus aguas al mar. Son ríos de poco caudal, siendo a menudo en las zonas costeras mediterráneas de carácter intermitente y torrencial.

Los relieves favorecen en muchas zonas la construcción de embalses para abastecer zonas de regadío, así como a ciudades para el consumo humano.

4.2. Recursos minerales y energéticos

Las reservas de carbón se localizan en la parte occidental de la cordillera Cantábrica (Asturias, León y norte de Palencia) y en Sierra Morena.

Las reservas de petróleo son escasas, ubicadas fundamentalmente en el litoral mediterráneo.

La mayor parte de los recursos minerales se localizan en zonas paleozoicas (zócalo hercínico) y en algunas formaciones alpinas.

Los principales yacimientos de minerales metálicos se concentran en Galicia, Cantabria y Andalucía.

El caso se los yacimientos de minerales no metálicos, arcillas y cloruros, se localizan en la cuencas terciarias.

Los principales yacimientos no metálicos se sitúan en Cataluña, Madrid y Navarra.

5.- LAS COMUNICACIONES Y LA INDUSTRIA

La relación entre las Geología y las comunicaciones abarca múltiples aspectos dentro de éstas (ver Tema 20), pudiendo destacarse las siguientes:

– Trazado de vías terrestres: vías pecuarias, carreteras, ferrocarriles y autopistas.

– Ubicación de puertos, aeropuertos, helipuertos y estaciones espaciales.

– Ubicación de embalses y trazado de obras hidráulicas como los canales de trasvase.

– Ubicación de instalaciones de telecomunicaciones: radio, telegrafía, telefonía, telefonía móvil…

En España la incidencia del relieve en las comunicaciones es muy importante, ya que ha sido un factor limitante en el desarrollo de las comunicaciones, carreteras y ferrocarriles, a consecuencia de la presencia de múltiples cadenas montañosas de gran altura y fuertes pendientes.

Existen diversos aspectos en los cuales hay un componente geológico importante en la distribución de industrias en relación con su emplazamiento geográfico. Algunas cuestiones relevantes en la relación Geología – Industria pueden ser:

§ Disponibilidad de materias primas: es de aplicación en las industrias de transformación que uses recursos geológicos como minerales y rocas. Mención aparte merecen los complejos carboquímicos y, especialmente, los petroquímicos, que a menudo necesitan de costosas vías de transporte de petróleo para su transformación.

§ Disponibilidad de recursos energéticos: este aspecto resulta de interés general para todo tipo de industrias. En algunos casos, la lejanía a las centrales eléctricas puede llegar a ser una grave dificultad para una determinada industria, que tendrá que hacerse autónoma, con su propia central, hidroeléctrica o térmica.

§ Acceso a vías de comunicación: de gran importancia para la salida del producto, por vía terrestre ( carretera o ferrocarril), marítima o aérea.

§ Impacto ambiental: tanto desde un punto de vista global como desde el paisajístico. Atención especial merece la cuestión de la eliminación de residuos, condicionada a menudo por la topografía del emplazamiento de la industria.

6.- EL PROBLEMA DE LOS RIESGOS

Globalmente, solemos establecer una división de los riesgos en dos grandes grupos, según su posible origen:

· Riesgos naturales: incluyen las anomalías climáticas y los fenómenos naturales extremos y repentinos, como los sísmicos, volcánicos, hidrológicos, atmosféricos e incendios forestales.

· Riesgos tecnológicos: se refieren a los relacionados con la producción y transporte de determinadas actividades industriales: fenómenos físicos y químicos (explosión, fuegos y escape de substancias tóxicas). Suelen ser particularmente graves los accidentes relacionados con la tecnología nuclear, asé como la producción de sustancias potencialmente tóxicas. En estos casos, debe superponerse el riesgo debido al transporte e incluso a la eliminación de residuos.

El riesgo geológico es la probabilidad de que ocurran daños o situaciones de peligro para las personas y bienes materiales a consecuencia de fenómenos geológicos violentos e imprevisibles. El riesgo geológico se debe a la posibilidad de que ocurran catástrofes naturales.

Tales riesgos pueden ser causados por procesos geodinámicos internos o externos. Luego los riesgos se pueden clasificar como:

– Riesgos geodinámicos internos: Terremotos y volcanes.

– Riesgos geodinámicos externos:

Inestabilidad de laderas (caídas, deslizamientos y flujo)

Inundaciones

6.1. Riesgos sísmicos

Los terremotos son el fenómeno geológico más destructivo. Las zonas sísmicas pueden clasificarse mediante un índice de sismicidad, que es el número de seismos registrados por cada 100.000 km2. Este índice permite construir un ranking de zonas sísmicas, pero no equivale a peligrosidad. El concepto clave en cuanto al riesgo, es la capacidad de daño que es el efecto potencial de un terremoto sobre las construcciones humanas.

El riesgo sísmico se define como la capacidad de daño en el tiempo.

La predicción sísmica se puede llevar a cabo mediante dos métodos: el primero se basa en el estudio de la historia sísmica de la región, y el segundo, en el estudio de las precursores.

Un terremoto se produce cuando se libera la acumulación de tensiones supera el rozamiento en el plano de falla. De aquí se deduce que todo terremoto debe ir precedido de una acumulación de tensiones crecientes, que afectarán a las propiedades físicas de las rocas. A estas variaciones se conocen como precursores. Los posibles precursores sísmicos son:

– Elevaciones del terreno (unos pocos centímetros)

– Cambios de la resistividad del terreno (reducción)

– Variaciones en el campo magnético local

– Aumento de la cantidad de radón en el agua de pozos

– Aumento de los microseismos

La deformación a escala macroscópica y microscópica, para la formación de grietas y fisuras por dilatación puede explicar todas las variaciones en las propiedades físicas y químicas.

La evaluación de los logros de la predicción sísmica arroja resultados desiguales, y no demasiado optimistas.

Sabiendo que una falla puede mantenerse activa durante millones de años, no es sorprendente que en un registro histórico de sólo 2 ó 3 siglos sea inadecuado para controlar su cadencia sísmica. Por otro lado, la aparición o no de los precursores, no es tan fácil de explicar.

Las medidas antisísmicas incluyen:

– La confección de mapas de riesgo

– La ordenación del territorio

– La seguridad en la construcción con normas antisísmicas

De cara al futuro, la aspiración de los sismólogos no es sólo prever, sino también eliminar los terremotos peligrosos. La solución es simple en teoría, pero complicada en la práctica: se trata de lubricar periódicamente las fallas sometidas a tensión.

6.2. Riesgos volcánicos

Aunque sin el potencial destructivo de los seismos, los volcanes son fenómenos geológicos de gran peligrosidad.

El índice de explosividad volcánica es el mejor índice que se utiliza para medir la peligrosidad potencial de un aparato volcánico, por que clasifica las erupciones en una escala de 0 a 8 atendiendo al volumen de material emitido, la relación piroclastos/lava, la duración de la erupción, la altura de la columna eruptiva y el grado de inyección de material en la estratosfera.

Como en el caso de los seismos, el estudio de la predicción del riesgo volcánico tiene un doble enfoque: el análisis de la historia eruptiva de un edificio volcánico y el de los precursores.

Cuando el magma comienza a ascender hacia la superficie se producen una serie de anomalías geofísicas y geoquímicas que se denominan precursores volcánicos:

– Movimientos sísmicos

– Elevación del terreno

– Emisión de gases

– Aumento del potencial eléctrico

Las medidas contra la erupciones son más complicadas que contra los terremotos, ya que no se puede cambiar de lugar el emplazamiento de núcleos de población. En el mayor de los casos se trata de detener o desviar el curso de las coladas, construyendo zanjas o muros, e incluso bombardeándolas desde aviones.

El mayor éxito en este terreno lo consiguió en 1973 el pueblo islandés de Heimaey, enfriando de 1000 a 100ºC con 1300 millones de litros de agua, las coladas basálticas que amenazaban con entrar en el puerto pesquero, su única forma de subsistencia.

6.3. Inestabilidad de laderas

La inestabilidad se produce cuando actúa la fuerza de la gravedad, es decir, el peso de una determinada masa de material a favor de una superficie de rotura o despegue en general (ver Tema 14).

La resistencia a la acción gravitatoria o la resistencia a la rotura se expresa mediante la ecuación de Mohr-Coulomb:

T = C + PN tg f

T = Resistencia al corte, C = Cohesión

PN= Componente normal del peso

f = Angulo de rozamiento interno

La cohesión y el ángulo de rozamiento pueden variar y provocar la inestabilidad mediante la introducción de agua en poros o grietas, produciéndose fenómenos de desprendimientos de una roca o deslizamientos de una ladera.

Una clasificación global donde se incluyen los procesos gravitatorios es:

– Caída (desprendimientos de rocas y avalanchas)

– Deslizamientos (rotacionales y planos)

– Flujo (coladas de barro, solifluxión y reptación del suelo)

6.4. Avenidas e inundaciones

Las avenidas son un fenómeno hidrológico natural causado por corrientes de agua que se salen superando su cauce habitual, provocando inundaciones. Las avenidas tienen un gran potencial de transporte y por tanto de destrucción.

Tanto en los procesos gravitatorios como en las inundaciones, el espacio afectable es previsible, delimitable y cartografiable. Lo que no se puede predecir es la fecha en que se va a producir.

Por lo tanto, la previsión del riesgo se lleva a cabo mediante la identificación de los procesos que actúan en área y la planificación del territorio, es decir, el construir y ocupar el territorio teniendo en cuenta las circunstancias del medio.

7.- LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

La ordenación del territorio es el diseño y puesta en práctica de una serie de acciones encaminadas a conseguir un buen uso de la superficie terrestre.

Para ello se analizan los elementos físico-naturales y socioeconómicos de un área geográfica y se determinan las formas de uso más idóneas, como por ejemplo, la designación de una reserva natural, reservas para la extracción de rocas industriales, ubicación de cultivos, ubicación de un polígono industrial, zonas para la explotación de ganadería extensiva, etc.

Se llevan a cabo estudios de análisis, evaluación y planificación del territorio para la ordenación del mismo. Por último está la fase de toma de decisiones.

Dentro de las actividades que llamamos planificación y ordenación territorial existen diferentes niveles, desde un plano general hasta la concreción, con objetivos y problemas distintos, y por tanto métodos e instrumentos de análisis también diferentes.

De una forma general podemos designar esos niveles como “macro”, “meso” y “micro”, es decir, nacional, regional y local.

+ El nivel de planificación “macro” se lleva acabo a escala nacional, el cual tiene como objetivo la definición de políticas y prioridades de desarrollo. Los datos que se manejan a nivel macro son estadísticos, y en él se consideran diversos aspectos:

– Socioeconómicos

– Infraestructura y servicios

– Recursos que contiene

– Problemas ambientales sobresalientes

La cartografía que se realiza a este nivel oscila entre escalas de 1:200.000 y 1:3.000.000.

+ El nivel de planificación “meso” es a escala regional, y se encamina a definir áreas aptas para cada una de las actividades que se desea promover en la zona teniendo en cuenta la capacidad del medio así como los posibles impactos que pueda sufrir.

En este nivel es de especial interés el estudio del medio físico que incluya las características climáticas, litológicas y estructuras geológicas, geomorfología, estudio del suelo y los acuíferos, etc. La cartografía se lleva a cabo en el nivel “meso” entre 1:25.000 y 1:200.000.

+ El nivel “micro”, o nivel local o de proyecto, corresponde a la realización de estudios detallados para la planificación de ámbito municipal, para desarrollo urbanístico, una explotación minera, una planta industrial, etc.

En este nivel y con las características del proyecto en cuestión se deben realizar estudios de impacto ambiental, así como estudios geotécnicos del suelo. Los estudios de impacto ambiental deben determinar los posibles impactos y las medidas de prevención a tomar, así como el programa de seguimiento y control de dichos impactos. Por su parte, los estudios geotécnicos deben determinar zonas favorables o no para el desarrollo de la construcción, la ubicación de las viviendas y posibles zonas de recreo, etc. El análisis en estos casos se hace mediante mapas a escala 1:10000.

La sucesión de tales niveles de estudio representa una idealización y simplificación de la realidad. Aunque sería deseable que se llevaran a cabo todos los niveles de forma sucesiva, a menudo es preciso resolver problemas específicos sin que se hayan realizado los estudios de niveles superiores.

8.- BIBLIOGRAFÍA

– “Sedimentología y Paleogeografía del Albense en la Cuenca Cantábrica” Aguilar M.J. (1975). Estudios geológicos. Vol.. XXXI. Núms 1-2.

– “Distribution between enviroments in the Permian and basal Triassic red beds in central Spain”. Arche A., Hernando S., Ramos A., y Virgili C. (1975). IX Congres. Interno de Sedimentología, T.5.

– “Los conglomerados del borde NW de la Cuenca Carbonífera Central de Asturias y la sucesión productiva inferior” Corrales I.,Carballeira J. y Manjón M.(1971). Trabajos de Geología núm.13

– “La sedimentación triásica en el borde sureste de la meseta” Fernandez J. (1975). Tesis doctoral. niv. De Granada.

– “Sobre la historia preorogénica de las Béticas” Fontbote J.M. (1970). Cuadernos de Geología Univ. De Granada. Vol.1

– “Sobre las facies detríticas rojas del borde sureste de la Meseta” Vera J.A. (1970). Cuadernos de Geol. Univ. De Granada vol.2

Salir de la versión móvil