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Tema 28 – Al-Andalus: política, sociedad y cultura.

1. LA CONQUISTA ISLÁMICA DE HISPANIA.

1.1 SITUACIÓN DE LA PENÍNSULA EN VÍSPERAS DE LA CONQUISTA.

1.2. SITUACIÓN DEL MUNDO ISLÁMICO EN EL MOMENTO DE LA CONQUISTA.

1.3. LA CONQUISTA ISLÁMICA.

2. EVOLUCIÓN POLÍTICA DE AL-ANDALUS.

2.1. EL EMIRATO DEPENDIENTE DE DAMASCO.

2.2. EL EMIRATO INDEPENDIENTE DE CÓRDOBA.

2.3. EL CALIFATO DE CÓRDOBA.

2.4. LOS PRIMEROS REINOS DE TAIFAS Y LOS ALMORÁVIDES.

2.5. LOS SEGUNDOS REINOS DE TAIFAS Y LOS ALMOHADES.

2.6. LAS TERCERAS TAIFAS Y EL REINO DE GRANADA.

3. ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA Y MILITAR DE AL-ANDALUS.

3.1. ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA.

3.2. LA HACIENDA. ‘

3.3. EL EJERCITO.

4. SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN AL-ANDALUS.

4.1. SOCIEDAD.

4.1.1. DIFERENCIACIÓN RELIGIOSA

4.1.2. DIFERENCIACIÓN JURÍDICA

4.1.3. DIFERENCIACIÓN ÉTNICA

4.1.4. ESTRUCTURA SOCIAL Y PIRÁMIDE SOCIAL

4.1.5. EL PAPEL DE LA MUJER.

4.2. ECONOMÍA.

5. LA CULTURA ANDALUSÍ.

5.1. LA LITERATURA.

5.2. MEDICINA, ALGEBRA Y FILOSOFÍA.

5.3. EL ARTE ISLÁMICO EN ESPAÑA.

5.4. LA RELIGIÓN

6. IMPORTANCIA DE AL-ANDALUS PARA EUROPA.

7. BIBLIOGRAFÍA

1 LA CONQUISTA ISLÁMICA DE HISPANIA

Muy pocos años después de que los musulmanes habían alcanzado la orilla del Atlántico (707), en su penetración terrestre por el Norte de África, el gobernador árabe de África menor o Ifriqiyya, Musa ibn Nusayr, envió al liberto Tarif Abu Zara ala Hispania visigoda para realizar una gazúa o expedición de saqueo y explorar el país, ante una solicitud de ayuda hecha por los witizanos que deseaban combatir al rey Rodrigo. Era el comienzo del verano de 710 y tras desembarcar en Tarifa y realizar una rápida algarada contra Algeciras, los expedicionarios regresan a África. En vista del botín obtenido, Musa envió, al ano siguiente, otra expedición de siete mil hombres (berberisco y libertos, tan solo cincuenta árabes) al mando de un persa llamado Tariq ben Ziyad, gobernador de Tánger, Desembarcó en Yabal Tariq (la montaña de Tariq o Gibraltar), se apoderó de Algeciras y se enfrentó el 19 de julio de 711 en el valle del Guadalete al ejército visigodo de Rodrigo, derrotándole gracias a la defección de los witizanos. Casi 800 años tuvieron-que pasar para que el 2 de enero de 1492 las tropas castellanas tomaran la última plaza musulmana en la península Ibérica: Granada.

En primer lugar abordaremos la situación de la península en vísperas de la conquista y la ocupación posterior. Estudiaremos la evolución y organización políticas, la estructura socioeconómica y “la cultura andalusí. Terminaremos la importancia histórica de Al-Andalus y dando unas referencias bibliográficas.

SITUACIÓN DE LA PENÍNSULA EN VÍSPERAS DE LA CONQUISTA

Según Suárez Fernández (Historia Universal de la Edad Media, Espasa Calpe, 1972), sin la invasión musulmana, la reconstrucción de Europa se habría hecho a partir de la Península Ibérica. Tras el derrumbamiento del Imperio romano, es la monarquía visigótica la que conservó, aunque débilmente, la noción de res pública del Estado, que tardaría siglos en resurgir en el resto de los estados germánicos europeos. Los visigodos heredan, entre otras cosas, una situación dual en la península entre el territorio romanizado y civilizado y el nunca sometido y siempre independentista. Por otro lado, las luchas intestinas entre los poderosos nobles visigodos habían conducido a la península a una situación de prefeudalización que pone fuertes limites al poder del rey y que hizo surgir una densa clase social de siervos y esclavos nada interesados en defender el sistema ni el modo de vida que les tenía postergados.

Los musulmanes, a su llegada a la península encuentran un mundo unido sólo en apariencia. Así, cuando comienzan a expansionarse encontrarán una oposición por parte de la población prácticamente nula.

SITUACIÓN DEL MUNDO ISLÁMICO EN EL MOMENTO DE LA CONQUISTA

La expansión islámica, que comienza en el mismo momento en que nace el Islam en Arabia, abarcó el imperio persa sasánida, el valle del Indo, gran parte de las estepas centroasiáticas y del imperio bizantino (Siria, Palestina, Egipto y África) y muy pronto se encontrará frente al estrecho de Gibraltar (tras la conquista de Marruecos por los musulmanes en, el 709) a un paso de la puerta sur de Hispania. Que suponían una grave amenaza, es algo que solo pudo pasarse por alto a causa de la caótica situación en que estaba sumida la Península Ibérica con sus guerras civiles y sus luchas de poder-.

LA CONQUISTA ISLÁMICA

La entrada de grandes contingentes musulmanes desde África hacia la península se realizó, materialmente hablando, gracias a la armada del Gobernador de Ceuta, que era del partido witiziano y por encargo de los hijos de Witiza, reclutó tropas de berberiscos y libertos a su servicio. El rey Rodrigo junto con todo su ejército, será aplastado en la batalla de Guadalete. Algunos son hechos prisioneros, otros huyen al norte.

Judíos y witizianos abrieron las puertas de las ciudades españolas a los invasores. Los primeros por la opresión que sufrían bajo el dominio visigodo y los segundos por la creencia de que actuarían como apoyo contra Rodrigo y una vez vencido este, se marcharían. No fue este el caso, y las tropas musulmanas avanzaron hasta que muy pronto la conquista cíe Hispania fue prácticamente completa. Ante la situación, Musa Ibn Nusayr, gobernador de África del Norte, se traslada a la península con la nobleza árabe de la zona. La conquista se completó pronto con la ocupación de Galicia, Vasconia, Zaragoza y Tarragona. En tres años (712-715) pudo darse casi todo el teritorio peninsular por conquista o sometido. Musa y Tariq regresaron a Siria, requeridos por el califa al-Walid, llevándose mucho botín y treinta mil prisioneros, mientras Abd-al-Aziz, hijo de Musa, permanecía en Sevilla como gobernador (amir) de la península musulmana (Al-Andalus, por considerarla erróneamente la tierra originaria de los vándalos, población norteafricana con la que se encuentran en su expansión).

La reacción de los hispano-visigodos ante esta evidencia fue-variopinta. Algunos huyeron al norte refugiándose en las montañas, otros pactaron con los musulmanes formando parte de la futura élite social y la población de a pie siguió con cierta indiferencia este trasvase de poder, especialmente porque no vieron alterado sustancialmente su modo de vida ya que los nuevos conquistadores Demostraron respeto a las costumbres e instituciones existentes. Muchos jefes godos habían capitulado y permanecieron al frente de sus territorios. Los conquistadores se quedaron con las tierras que habían ganado luchado. El quinto (jums) de las mismas, correspondía en derecho al Califa.

2 EVOLUCIÓN POLÍTICA DE AL-ANDALUS

2.1. EL EMIRATO DEPENDIENTE DE DAMASCO. (711-755)

Tras la conquista, la península formó parte del imperio musulmán como una provincia más del mismo, siendo la cabeza de ese imperio la ciudad de Damasco y siendo la dinastía reinante la de los Omeyas. El límite oriental de este imperio era la frontera con China y el occidental la tierra de los francos (Francia). En la práctica, las órdenes provenientes de Qairauan (Túnez) raramente eran escuchadas por que Al-Andalus desde muy pronto se sumió en una caótica situación de “luchas y rivalidades entre razas y tribus. Las tribus beréberes maltratadas por los árabes se levantaron en rebelión, primeramente en África y seguidamente en España. Adoptaron la herejía jarichi, mas igualitaria y acorde con sus intereses, pero fueron derrotados por los árabes (uniéndose los del norte y los del sur ante la amenaza beréber). Una vez conseguido el triunfo, la alianza entre los árabes se rompe de nuevo y recomienzan las luchas entre – ellos. Durante la época del emirato dependiente la tribalizacióri aumentó, en contra de la centralización del califato de Damasco.

2.2. EL EMIRATO INDEPENDIENTE DE CÓRDOBA (755-929)

Cuando en 750 Abd al-Rahman ben Muawiya huyó de la matanza de su familia decidió refugiarse en un extremo del imperio. El apoyo de los yemeníes y la ayuda de los clientes omeyas le permitió pasar inadvertido en el norte de África, donde vivió cinco años, mientras su liberto Badr preparaba su llegada a España. El apoyo beréber y sirio fue fundamental para derrotar al gobernador abbasí de Al-Andalus, Yusuf en 756, (batalla de Musarra) declarándose entonces primer emir independiente en 756. La inestabilidad social y política andalusí producida por el descontento en el reparto de tierras fue fundamental para que Al-Andalus se desligase del resto del Islam. Así comienza la dinastía Omeya de Al-Andalus que se separará del imperio árabe por estar éste dirigido por sus enemigos los Abbasidas. A la muerte de Abd-al-Rahman I (788) el trono había quedado consolidado, sucediéndole su hijo Hisam I (788-796), al-Hakam I (796-821, Abd-al Arman II (821-852, Muhammad I (852-886), al-Mundir (886-888) y Abd Allah (888-912). La dinastía se mantendría hasta 1031.

2.3. EL CALIFATO DE CÓRDOBA

El periodo anterior al califato se caracterizó por la sucesión de continuas luchas internas en Al-Andalus hasta el punto de que cuando en el año 912 llega al poder Abd-al-Rahman III (912-961), será el emir de un territorio que prácticamente es ya sólo Córdoba, ya que el resto de Al-Andalus esta dominada por rebeldes diversos. La respuesta del nuevo emir es contundente. Somete uno a uno a todos los insurrectos, y acabada la tarea de concentrar todo el poder en su persma. Se impone en el año 929 a sí mismo el título de Califa, fundando así el nuevo Califato de Córdoba. Entre las actuaciones mas destacadas del nuevo Califa estará la reforma monetaria, que creará una moneda de oro fuerte para la guerra y el comercio y que circulará por toda Europa durante la época califal.

Las mejores energías del nuevo califato cordobés unificado se las llevarán, la lucha contra el califato fatimí establecido en Túnez por la supremacía en el Mediterráneo occidental y la lucha contra los reinos cristianos del norte. Aún así, la época califal, será el periodo más brillante y esplendoroso en todos los sentidos de la historia de Al-Andalus.

El principio del ñn del periodo califal andalusí llega cuando a la muerte de Al-Hakan II (961-976) (hijo de Abd-al-Rahman) le sucede su hijo Hisam II (976-1008) siendo aún menor de edad. El poder efectivo del califato cae en manos de un valido conocido como Almanzor, que con su incansable ambición agotará las fuerzas de Al-Andalus. La obra de Almanzor la continuó su hijo al-Muzaffar, pero a la muerte de éste sobrevino la caída de la familia de los primeros ministros que no tardaría en implicar también la caída de la propia dinastía califal. Se sucedieron los levantamientos y guerras civiles que supusieron el final del califato y el principio de la desunión de Al-Andalus. : Los Califas y pretendientes al trono se suceden rápidamente en medio de una inestabilidad total. Un consejo de Estado, formado por aristócratas árabes cordobeses y presididos por Abdul Hazm ibn Jawahar, decidió en 1031 suprimir la dignidad califal y sustituirala por una especie de república oligárquica que se extiende por cada plaza.

2.4 LOS PRIMEROS REINOS DE TAIFAS Y LOS ALMORÁVIDES (Siglo XI-XII)

Entre 1009 y 1016 la unidad andalusí ya había sufrido, entre otras de cronología incierta, el rector de las taifas de Almería, y Murcia, Denla y Baleares, Tortosa y Valencia (todas ellas dominadas, en sus comienzos, por eslavos, como quizás también Badajoz), de Arcos, Carmona, Granada, Morón, Ronda, junto con los enclaves hammudíes de Algeciras y Málaga (formando las taifas de los bereberes nuevos), y de Albarracín, Alpuente, Huelva, Santa María “del Algarbe, Silves, Toledo y Zaragoza, donde se alzaron autónomos personajes andalusí es, generalmente con poder local arraigado, como también, hasta 1031 ocurrió en Córdoba, Mértola, Niebla y Sevilla.

Algunas dinastías de algunas taifas se hicieron famosas. Los Banu Razin se hicieron fuertes en Albarracín, los ziríes en Granada, los abbadíes en Sevilla, los aftasíes en Badajoz. La poderosa familia de los Banu.Yahwar rigieron los destinos de Córdoba y en Huelva tomaron el poder los Bakríes y los Zennún bereberes sucedieron a los caciques locales como los Banu Mateo en Toledo. Por último, habría que destacar el dominio de Zaragoza por los Tuyibíes, desplazados posteriormente por los Hudíes; y los Banu Tahir en Murcia

Desde este momento los musulmanes” pasan a la defensiva en cuanto al control político del territorio peninsular y los reinos cristianos del norte desarrollan su reconquista. La guerra era continua y frecuentemente se buscaba el apoyo de señores cristianos para luchar contra otro reino musulmán. La política conquistadora de Alfonso VI de Castilla y los éxitos militares de su vasallo el Cid Campeador dan la alarma y provocan el auxilio de los almorávides (secta islámica ortodoxa beréber que acababa de hacerse con el poder en el norte de África). Gracias a ellos se frena el ímpetu conquistador castellano (1086) y bajo su poder, se unifica nuevamente Al-Andalus. Con las primeras derrotas frente a los cristianos la población se sublevará contra ellos por considerarlos gente extraña (la mayoría ni siquiera hablan el árabe y mucho menos el andalusí) non grata en Al-Andalus.

2.5 LOS SEGUNDOS REINOS DE TAIFAS Y LOS ALMOHADES (S.XII-XIII)

Una nueva secta islámica profesada por gentes oriundas de la cordillera del Atlas había dominado el norte de África, y una vez más, estos habían pasado a la península luchando contra los almorávides hasta derrotarlos definitivamente. El fin del poder almorávide da pie a un periodo de divisiones internas parecido al de los primeros reinos de taifas, aunque más reducidos en número (Algarbe, Almería, Baleares-Banu Ganiya-, Badajoz, Cádiz, Córdoba, Granada, Guadix, Jaén, Málaga—señorío de Ibn Assun- , Murcia y Valencia -con ibn Mardanis, el rey lobo- y Sevilla). Son las segundas taifas. Algunas continuaron fíeles a los almorávides como Granda o Sevilla. Los almohades que ya estaban en la península van avanzando hasta conquistarla e incluso hasta anexionar territorios que ya habían caído en poder cristiano (Valencia por ejemplo). Durante el dominio almohade destacó la corte sevillana de Abu Yusuf (1184-1199). Los almohades se centran en la Guerra Santa y ello provoca que en las huestes cristianas europeas se proclame en 1212.el espíritu de la Cruzada. El gran encuentro entre ambas fuerzas acaba con una aplastante derrota musulmana en las Navas de Tolosa en 1212 (hecho decisivo para la historia de España y de Europa) que provocó la desintegración del imperio almohade y en consecuencia, nuevamente la ruptura de la unidad política andalusí, la intensificación de guerras civiles y la perdida de fuerza ante el enemigo cristiano.

2.6. LAS TERCERAS TAIFAS Y EL REINO DE GRANADA.(S. XHI-XV)

Con el derrumbamiento del poder almohade, Al-Andalus se sumerge una vez más en la guerra civil. Fernando III de Castilla aprovecha la circunstancia para reiniciar las hostilidades y acumular triunfos territoriales. Todo ello culminará con la caída de Córdoba (todavía la capital moral de Al-Andalus) en manos cristianas. Para salvar lo que quedaba del reino musulmán, Amainar, señor de Arjona decide someterse en 1230 como vasallo de Fernando III. Este, por su parte, le confirma sus territorios fundándose así la dinastía nazarí con capital en Granada.

El avance conquistador de los castellanos es imparable al igual que el de los aragoneses con Jaime I a la cabeza, que se anexiona Las Balares, Valencia, Játiva y otras ciudades. En 1250 solo quedaba en manos musulmanas el reino de Granada que abarcaba desde Almería hasta el Estrecho, aunque metido de pleno en la órbita de poder del rey castellano corno reino vasallo. Además las rivalidades y las guerras civiles dentro de Granada entre la familia Nazarí y otras familias nobles facilitaron enormemente la victoria final castellana.

Cuando en 1479 Castilla y Aragón se unen bajo el cetro de los Reyes Católicos, la decisión de unificar la península bajo el poder cristiano les llevará a entablar el combate final. El levantamiento de Boabdil contra su padre el emir Mulhacen, y su petición de ayuda a los cristianos a cambio de la sumisión de Granada tras la victoria, abre un camino que acabará con la rendición de la ciudad en el año de 1492. Este hecho supondrá el triunfo definitivo de los cristianos en la península y el fin de la existencia de Al-Andalus.

3 ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA Y MILITAR DE AL-ANDALUS

3.1. ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA

La organización administrativa de Al-Andalus se conformó en tiempos de Abd-al-Rahman II a imitación de la abbasida que a su vez era una imitación de la organización persa y griega preislámica.

Aunque el emirato era independiente de Bagdag se aceptaba que la cabeza de la administración religiosa era el Califa de Bagdag. Cuando se produjo la independencia religiosa, la suprema potestad política recayó en Córdoba. A partir del siglo X los Califas andalusíes establecen una administración centralizada en Al-Andalus y ejercen una autocracia plena aunque pueden pedir consejo a los notables (la aristocracia quraysi de su propia familia o jassa). Todos los cargos eran dados y revocados por voluntad del Califa. Solo el Corán y la Sunna podían poner limites al poder del Califa y los poderes religiosos de éste, profundamente confundidos con lo civil y lo militar, eran enormes. El hachib o ministro de Estado, suplía al califa y era el jefe “directo de la administración central. Con él colaboraban los visires o ministros, consejaros del califa. También bajo su poder estaba el cadí de Córdoba (juez supremo de Al-Andalus) y bajo este, a través de una organización judicial perfectamente escalonada y jerarquizada, toda una miríada de funcionarios menores.

El territorio se organizó en provincias o coras (21, variando según las épocas) con un walí o gobernador al frente de cada una de ellas. Se subdividián en distritos o climas y en tahas o valles. También estaban las marcas o territorios fronterizos (son las thugur), que gozaban de mayor autonomía y estaban gobernadas por un qaíd o general.

3.2. LA HACIENDA

El emir o Califa (según la época de la que hablemos) tenia a su cargo los gastos militares, la limosna obligatoria, los gastos de la corte y sus gastos personales. Por la otra parte, obtenía los ingresos de los tributos permitidos por el”Corán, más una serie de impuestos indirectos, el tesoro público y el tesoro propio, perfectamente deslindado de lo anterior. Un sistema fiscal riguroso nutría las arcas de los dos primeros tesoros. El aparato tributario estaba muy organizado: jefes de recaudación, alcaldes de albóndiga y funcionarios menores. Al frente de las oficinas se hallaba un kátib o secretario de Estado, responsable de la correspondencia oficial, y otro kátib al-zimam, o secretario de hacienda.

3.3. EL EJERCITO

Durante los siglos VIII, IX y parte del X el ejército se organizó en torno a los clanes y las tribus. A finales de este último siglo se pasó a regimientos profesionalizados, ligados solo al Califa por un voto de fidelidad y por la paga recibida. El ejército califal llegó a tener 200.000 jinetes y 600.000 infantes. También existía una marina creada contra las incursiones vikingas sobre la cual no se conocen muchos detalles. En época nazarí, el ejército estuvo formado por milicias voluntarias, voluntarios señoriales y voluntarios de la Fe, y también por benimerines que cruzaban el estrecho para hacer la Guerra Santa. Todo este dispositivo militar humano se veía reforzado por una importante arquitectura militar (murallas, atalayas, fortalezas o alcazabas…) que completaban el dispositivo defensivo.

4 SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN AL-ANDALUS

4.1. SOCIEDAD

La llegada de los musulmanes a la Península supone la instalación de una minoría dominante sobre una mayoría que va adoptando los usos, costumbres y también la religión de la minoría dirigente.

Es imposible saber el número de habitantes de al-Andalus, aunque sí se sabe que la población se concentraba en las ciudades y en el territorio que las rodeaba, donde se hallaban los cultivos hortícolas destinados al abastecimiento ciudadano, y en cuanto a la distribución geográfica, los valles del Ebro y del Guadalquivir son los que registran una densidad más elevada, así como regiones litorales de Andalucía y Levante.

4.1.1 DIFERENCIACIÓN RELIGIOSA

La forma de constitución del Estado andalusí determina la existencia de varios grupos de población determinados por razones religiosas, jurídicas, y también por motivos étnicos. Por razón religiosa la distinción es tajante y además creadora de situaciones jurídicas diferenciadas. La plenitud de derecho sólo la tienen los musulmanes, únicos miembros de la comunidad, teóricamente iguales entre sí aunque en su seno existen, sin embargo, diferencias entre sus miembros derivadas de motivaciones étnicas (árabes y bereberes) y también del hecho de la proximidad o lejanía de la conversión al Islam (musulmanes antiguos o neoconversos). Los no musulmanes pueden vivir bajo las autoridades musulmanas acogiéndose a su protección mediante un acuerdo, variable en función de las circunstancias que hayan acompañado a su rendición. La comunidad mozárabe es la más importante de los no musulmanes y conserva sus propias autoridades, pero el grado de tolerancia varió con el tiempo.

4.1.2 DIFERENCIACIÓN JURÍDICA

Desde el punto de vista jurídico se diferencian dos sectores: libre y esclavos. Libres son todos los que, al margen de su situación socioeconómica, religiosa y ética, tienen plena personalidad jurídica. Los esclavos lo son por nacimiento o por cautividad. Mención especial, entre estos últimos, merece la guardia palatina de los Omeya (saqalibah) que despertaron el odio de los árabes y bereberes. La liberación de un siervo no significaba su plena identificación con una persona libre, ya que mantiene vínculos con su antiguo propietario, del que se considera cliente o mawla. La clientela también puede derivar de un contrato generándose los clientes de beneficio o mustana.

4.1.3 DIFERENCIACIÓN ÉTNICA

La diferenciación étnica constituye un factor de diferenciación social de gran importancia y será causa de graves enfrentamientos en el seno del Islam español. La minoría árabe estaba organizada tribalmente y poseía grandes latifundios en el valle del Guadalquivir. Los bereberes formaron el grupo mayoritario de las tropas invasoras. En principio fueron instalados en las tierras de la Meseta, a las que se adaptan mal y practicaron una ganadería itinerante. Los judíos se establecieron en las ciudades donde ejercían oficios selectivos (comercio, artesanía, usura…). Los eslavos y otros grupos minoritarios procedentes de Europa ocuparon importantes cargos en el ejército y la administración. Los hispanovisigodos formaban la mayoría de la población y tomaron dos posicionamientos distintos ante la dominación musulmana: la integración religiosa, cultural y económica, formando el grupo muladí; y mantenimiento de las formas religioso-culturales anteriores aunque fuertemente arabizadas, formando el grupo mozárabe.

Poco se sabe de la sociedad campesina hispanovisigoda sometida al poder andalusí, a excepción de que, mayormente el estatus social fue de servidumbre, situación prácticamente similar a la que tuvieron en tiempos anteriores. Parece ser que eran abundantes las comunidades cristianas en el campo y que la llegada de los beréberes impuso un modo de vida pastoril

4.1.4 ESTRUCTURA SOCIAL Y PIRÁMIDE SOCIAL

Mucho más se conoce acerca de la estructura social andalusí. Dos tipos de instituciones organizaban la vida social: los lazos tribales y el estamento social, aunque sin duda el primero fue mucho más importantes que el segundo. Del pueblo o amma, emerge una minoría aristocrática, jassa, que concentra en sus manos la fortuna económica, el poder político y el prestigio social. No es un grupo cerrado, definido por el hecho del nacimiento, sino abierto a través de la instrucción y del poder económico cuya obtención abre las puertas de la jassa, produciéndose de este modo una- relativa renovación social, lo que no impide la consolidación de determinados linajes.

La pirámide social se organizaba de forma similar a las de otras sociedades urbanas del momento. En la cúspide estamental de Al-Andalus y dentro de lo que era la población musulmana, estaba la aristocracia de origen árabe con el Califa a la cabeza, que vivían fomentando un comercio de extremado lujo e imponiendo un patrón cultural árabe que se tendía a imitar por todo el país. Esta nobleza árabe se reserva las mejores tierras, acapara las funciones de gobierno y los altos cargos políticos y militares. Existiría una nobleza de sangre (herederos de los árabes conquistadores, o sirios venidos poco después) y una nobleza de servicio (agrupada por jefes militares” o altos funcionarios bereberes o eslavos). Por debajo de estos está el grupo de los llámanos notables, ayan, integrado por quienes sin pertenecer a la jassa, tienen una cualificación intelectual o profesional que les ha permitido alcanzar un cierto grado de riqueza. La amma está constituida por el resto de la población musulmana, una masa de población urbana y campesina, muy heterogénea y cuya única característica es la de no formar parte de la jassa. La integran artesanos, pequeños comerciantes, jornaleros del-campo y la ciudad; una población de precaria situación económica, nula cultura y por ello susceptible de protagonizar violentas agitaciones. Destaca de entre todos la población de origen africano (beréberes) despreciada por los árabes y sirios y apartados, en gran medida, de la riqueza y de los cargos urbanos. A lo largo del siglo IX intentaron equipararse a lo árabes. Su posición se verá reforzada en el siglo X por la importación masiva de ellos para el ejército califal. El estamento mas bajo estaba constituido por los muladíes campesinos o conversos de origen peninsular, que fueron mantenidos constantemente en una situación de servidumbre e incluso a veces se les obligaba a pagar impuestos pertenecientes a los no convertidos, A lo largo del siglo IX el numero de conversos debió aumentar en las ciudades. Componían un fuerte contingente de población conflictiva que, cada vez más, emigraban del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida, y una vez en ésta se integraban en actividades delictivas originando una fuerte inseguridad ciudadana en las ciudades andalusíes. A veces esta plebe urbana mal adaptada causó violentas sublevaciones como el motín del arrabal en Córdoba en 818. Por debajo estaban los esclavos.

4.1.5 EL PAPEL DE LA MUJER

El papel de la mujer es totalmente secundario, incluso en el matrimonio, en el cual no es protagonista, sino que es objeto de una transacción comercial entre el futuro esposo y el padre o familiares de la desposada. No obstante, había situaciones muy variadas. Entre la nobleza, aun alcanzando una influencia política indirecta, las mujeres estaban sujetas a unos rígidos convencionalismos, en tanto que las de clase más humilde gozaban de .mayor libertad aunque su existencia era más dura.

Al margen de la población islámica estaban las comunidades de cristianos y judíos, que al principio gozaron de libertad religiosa y desahogo económico. Su superior preparación les permitió ocupar cargos de importancia en la Corte y la organización del reino andalusí. La llegada de los almorávides, que les tenían especial odio, les supuso la persecución y expulsión de Al-Andalus en el siglo XI.

4.2. ECONOMÍA

La actividad económica y comercial andalusí se movió dentro de-los grandes canales que el imperio árabe creó o aprovechó (viejísimas rutas que unían a Occidente con China). Desde Oriente se importaban artículos de lujo para los muy pudientes. Se comerciaba con el norte (sin que las diferentes religiones supusiesen el menor obstáculo) importando maderas, armas, esclavos y se exportan todo tipo de manufacturas de Córdoba, Toledo, etc. Con África se comercia a través de Jas rutas del oro, importando oro africano por vía marítima y terrestre.

Por el otro lado, a través de Al-Andalus pasan a Europa los productos orientales y la cultura clásica, lo que hará posible, con el tiempo, la llegada del Renacimiento. Tanto musulmanes como judíos y cristianos se unen en su afán por el comercio. Los derechos sobre este comercio fueron extremadamente importantes en la fiscaliclad califal. En la época de las taifas y de las dinastías bereberes se desconocen los aspectos comerciales. En la época de la Granada nazarí el comercio fue rico y estaba especializado en la comercialización de los cultivos tropicales (caña de azúcar) bajo la órbita del control comercial de Genova.

5 LA CULTURA ANDALUSÍ

Los musulmanes fueron un pueblo fundamentalmente receptor,” recopilador, intérprete y transmisor de cultura. Bajo el signo de lo árabe y lo musulmán, el resultado cultural- andalusí es un conjunto de corte orientalizante, desde luego diferente de sus vecinos; cristianos, considerados a un nivel inferior, pero también de los africanos, sus hermanos en la fe.

Cuando Abd-al-Rahman I se instaló en Córdoba intentó paliar la nostalgia por su tierra natal rodeándose de edificaciones hechas a semejanza de los modelos de sus antepasados sirios. Construyó una gran mezquita en Córdoba (tal como hicieran sus antepasados) sobre los restos de una basílica cristiana, en la que, junto con el modelo sirio, utiliza técnicas y materiales autóctonos, configurándose así el comienzo del arte hispano-árabe.

5.1. LA-LITERATURA

Al arraigarse los Omeyas en la península se inicia un rápido proceso de arabización. Las peregrinaciones de los andalusíes a los lugares santos del Islam contribuyeron a traer, al regreso de los peregrinos, el conocimiento oriental. Tal es el caso del historiador Ibn Habib, granadino docto en ciencias musulmanas y primer historiador de Al-Andalus. Otra vía de penetración de la cultura oriental fue la llegada de orientales hasta la península bien atraídos por la fama de este reino, bien por que fuesen requeridos desde la Corte para prestar sus servicios. Gracias también a ellos los andalusíes se mantuvieron al tanto de las novedades culturales de todo Oriente.

“Entre los literatos andalusíes de los primeros tiempos destacaron Al-Gazal y Abbal-Jbn-Firnas. La figura del músico y cantor Ziryab influyó mucho en el desarrollo musical de Al-Andalus. En la segunda mitad del siglo LX y debido a la crisis Omeya, surgen otras formas literarias como la literatura latina de los mozárabes o los poemas de algunos rebeldes. Finalmente la fusión étnica y cultural que tiene lugar en Al-Andalus, y que constituye su plena y peculiar naturaleza .se expresará en el campo literario en la moaxaja. forma poética andalusí formada por-una serie de estrofas, la ultima de las cuales es una cancioncilla romance, que fue un genial invento de un poeta cordobés y que llegó a tener un gran éxito. ;

La época califal representa también la cumbre del arte hispano-árabe. La literatura canta las glorias de los omeyas andalusíes. Los historiadores escriben la historia de Al-Andalus y siguen llegando eruditos de todo Oriente enriqueciendo mas y mas el panorama cultural del momento. La dictadura de Almanzor supone un decaimiento de todo este esplendor cultural. Los principales representantes de la literatura califal son: AI-Mutanabbi, extraordinario poeta autor de “La epístola de los genios”; Ibn-Hayyan, historiador y cronista de su época, obras suyas son “Al-Muqtabis” y “Matin”; y Ibn-Hazm, jurista, filosofo, historiador y poeta, que compuso, entre otras, la mejor obra de la literatura hispano-árabe “El collar de la paloma”.

5.2. MEDICINA, ALGEBRA Y FILOSOFÍA

Los eruditos andalusíes, al mas puro estilo clásico, -abarcaban frecuentemente muchos campos del saber. Aben-Tofail en su obra “El filósofo autodidacta” demuestra sus impresionantes conocimientos de anatomía y filosofía. Destacó Abulcasim, corujano y médico de Alháquem II. Aban Chocol médico y botánico en tiempos de Hixem II escribió, además, una historia de los médicos y otros sabios andalusíes. El insigne matemático Bam-Ismail (conocido como el Euclides español) escribió también toda una enciclopedia en 30 secciones. También matemático y astrónomo fueAbulcasin Maslama el cual está considerado como el matemático mas importante de toda la edad Media europea. Tradujo la obra de Ptolomeo. En filosofía, Ibn-Mosarra tuvo una gran influencia en el momento y en los siglos posteriores sobre el propio San Agustín. También destacaron los andalusíes por sus conocimientos geográficos, de botánica y de Alquimia.

Es de destacar, que en el mundo andalusí el acceso a la cultura estaba abierto tanto para hombres como para mujeres, siendo muchas las que destacaron en diversos campos de las ciencias y las artes.

5.3. EL ARTE ISLÁMICO EN ESPAÑA

Este arte adoptó desde el primer momento elementos hispanorromanos (aparejo de soga y tizón) y visigodos (arco de herradura) junto con los elementos orientalizantes provenientes de Persia. La mezquita de Córdoba, gran obra artística de la cultura andalusí, aprovechó desde el principio elementos y estructuras visigodas y romanas, y en sus sucesivas ampliaciones y reformas ira reflejando el momento histórico-artístico por el que atravesara Al-Andalus.

En cuanto a la arquitectura civil, los califas cordobeses se hicieron construir lujosas residencias, la mas destacada de las cuales fue el palacio de Medina Azahara en la provincia de Córdoba. La crisis de los “periodos taifas se refleja en el arte arquitectónico a través de la pobreza de los materiales, disimulada por una complicada riqueza decorativa que pretende paliar lo anterior (Aljafería de Zaragoza y Alcazabas de Almería, Málaga y Granada).

Las dinastías africanas aportaron elementos decorativos de gran interés como los mocárabes, las bóvedas con nervaduras, el uso de pilares-en sustitución de las columnas y asociado a los almohades la decoración en paños de sebka (Giralda de Sevilla).

Por ultimo, durante el periodo granadino nazarí destaca la sobriedad decorativa en los exteriores y el contraste con los interiores profusamente decorados (bóvedas de mocárabes, alicatados en las partes bajas de los muros, columnas esbeltas y capiteles bellamente decorados…).

5.4. LA RELIGIÓN

El plano central de la actividad intelectual musulmana ha sido siempre el derecho o la jurisprudencia, es decir, el estudio de la ley islámica, al que se van a dedicar, además de quienes tenían a su cargo la administración dejusticia, aquellos que se interesaron por cuestiones de jurisprudencia y religión, ya que la base de aquella es el Corán.

Un rasgo del Islam andaluz fue el arcaísmo y conservadurismo de su interpretación durante ciertas etapas (Califato, almorávides, etc.). Esto se refleja en el predomino que sobre él tuvo la escuela malaquí desde el siglo X (otros ritos jurídicos en el Islam ñieron el hanafita, zahirita, y el safiíta). Fe y no razón, era la consigna malakí que fue traída a Al-andalus por Yahya ben Yahya al-Laythi, berberisco de origen y no de los discípulos predilectos de Malik, el maestro. Los malaquies o malikís, acabaron creando una especie de cuerpo superior de teólogos y sus dictámenes o fatuas1 eran recibidos como preceptos.

En Al-Andalus, como en otros países, los alfaquíes (hombres de religión) constituían un grupo intelectual que reivindicaban, por sus estudios, la correcta interpretación de las normas religiosas y jurídicas. Por ello, aspiraron cada vez más a tener influencia en la vida política. Era el malaquí un rito sencillo y práctico, que se adaptaba bien a las circunstancias culturales hispanas, donde la cultura visigoda anterior no había arraigado sólidamente. La influencia de estos juristas parece haber ido en constante aumento durante el Califato de Córdoba. Según Suárez Fernández, el malequismo era una corriente reaccionaria frete a otras escuelas racionalistas y de libre interpretación. La ortodoxia dio al Islam español un aire de unidad, al margen de las querellas que ensangrentaban otras regiones del mundo musulmán, pero su rigorismo quebrantó el espíritu tolerante ofrecido a; los mozárabes y acentuaría el carácter musulmán de autoridad, contribuyendo así a nuevas luchas interiores.

6 IMPORTANCIA DE AL-ANDALUS PARA EUROPA

Durante la Alta Edad Media el apogeo del mundo islámico peninsular permitió a Europa rehacer su vida económica. Gracias a Al-Andalus pervive el comercio y se introduce en el continente una moneda de oro fuerte que abala las transacciones. Gracias a Al-Andalus se mantiene un importantísimo comercio en el Mediterráneo. Las invasiones africanas donan a Europa durante los siglas XII y XIII un patrón monetario universal (moneda de plata almorávide y almohade). Económicamente, muchas formas de cambio y muchos conceptos financieros van a proceder directamente del mundo islámico. Además, culturalmente la España islámica es también un puente por el que Europa recupera el legado perdido de la cultura clásica. De la vida cultural cordobesa del siglo X se nutrieron cientos de bibliotecas europeas. Además de su función de intermediaria, Al-Andalus dio a luz a importantísimos sabios cuya enorme labor fue aprovechada por eruditos europeos de los siglos posteriores, y en definitiva, todo este saber aportado desde o a través de Al-Andalus dio a Europa la posibilidad de alcanzar el Renacimiento. Además de todo esto, Al-Andalus en sí, supone una cultura fruto de un fértil intercambio de ideas (mentalidad helénica, semita y oriental), de convivencia interracial de siglos y de mezclas que suponen una gran riqueza para aportar a una mentalidad encasillada en Europa. El Islam en aquellos siglos era la primera cultura del mundo, y en Al-Andalus esta cultura se enriqueció y expandió en todas sus posibilidades hacia el occidente europeo.

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