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Tema 43 – El Mester de Clerecía.

1. CONTEXTO HISTÓRICO

Con el reinado de Fernando III (1217 – 1252), que logra la unificación definitiva de Castilla y León, la Reconquista avanza a un ritmo muy rápido, seguido por sus sucesores Alfonso X (1252 – 1284) y Sancho IV (1284 – 1295). Las sucesivas conquistas y repoblaciones durante el siglo XIII conllevan una difusión del castellano que, favorecido desde el trono como lengua oficial, va a convertirse en la primera lengua de expresión literaria en la Península.

El pueblo analfabeto precisa de una formación que sólo puede recibir de los clérigos, ya que la cultura, transmitida en latín, se ha refugiado principalmente en los monasterios. Es por eso que la palabra CLÉRIGO adquiere una doble significación ampliando su significado: los clérigos constituyen el puente de transferencia de la antigua cultura clásica, con cuyo traslado al romance la hará accesible a un público más extenso. La palabra clérigo llegará a señalar al hombre que recibió una educación, que posee conciencia de la función social e individual de la sabiduría y que permanece en su ejercicio enseñando y aconsejando a los demás. El clérigo se diferencia por su saber intelectual, a diferencia del caballero guerrero, que ejerce sobre todo la destreza en el uso de las armas.

Posibilitan la labor intelectual de los clérigos, los siguientes factores: la vida sedentaria, el fácil acceso a la cultura, por poseer los monasterios las mejores bibliotecas y el conocimiento profundo de la lengua latina. El clérigo, como sinónimo de letrado o sabio será el factor humano del movimiento literario conocido con el nombre de mester de clerecía.

2. EL MESTER DE CLERECÍA

A. NOMBRE, CONCEPTO Y CRONOLOGÍA

El nombre de mester de clerecía procede del exordio del Libro de Alexandre, que declara el oficio intelectual y ofrece las características principales del género:

Mester traygo fermoso, non es de joglaria;

Mester es sen pecado, ca es de clerecía:

Fablar curso rimado por la quaderna via

A silauas cuntadas, ca es grant maestria.

Mester ( < ministerium > menester > mester) de clerecía significa pues oficio propio de clérigos y sabios, ya que clerecía tiene el doble valor de erudición y clero. Con esta denominación designamos:

Ø un movimiento literario de poesía narrativa

Ø de carácter culto e intención didáctica y amena

Ø que se desarrolla en España, aunque focalizado en el reino de Castilla

Ø abarca los siglos XIII y XIV

Ø coexiste cierto tiempo con el mester de juglaría, pero con características propias.

Ø Tiene concepto de autoría.

B. CARACTERÍSTICAS DEL MESTER DE CLERECÍA

Las obras del mester de clerecía poseen unas notas peculiares que las distinguen de otros géneros, al tiempo que las relacionan entre sí y que se refieren en esencia a su origen literario, a sus temas y a su métrica:

§ Origen literario: fuentes à frente al poema épico que se inspira en hechos históricos coetáneos con carácter noticiero, los autores de clerecía parten siempre de fuentes escritas; las citarán siempre con los nombres de cartelario, crónica, dictado, historia, lección, liuro…

Para estos clérigos educados en una tradición erudita las fuentes tienen carácter de autoridad, en este uso de las fuentes se insertan en una tradición culta propia de toda la Edad Media; el respeto hacia el texto escrito llega hasta tal punto que incluso inventan fuentes para arropar sus narraciones con una autoridad. En el studium surge el hábito intelectual de enfrentarse con un texto en disposición de comentarlo, completarlo, de desarrollar unos elementos que se suponen implícitos, de suplir datos y dar cuenta del original que contuviera… En definitiva se trata de ir produciendo una glosa al texto.

Ya que la originalidad en cuanto a los temas queda neutralizada por el apego a las fuentes, lo que otorga relevancia al texto es la originalidad formal, expresiva y descriptiva. Para conseguirla se sirven de variados procedimientos retóricos, fundamentalmente de:

Ø Amplificatio: ampliar una idea o concepto

Ø Abreviatio: operación inversa, concentrar la misma idea en menos palabras

Ø Conversio: cambiar la forma externa respetando el contenido.

Entre las fuentes utilizadas por los autores de clerecía la Biblia ocupa un lugar preferente. El resto de las fuentes son principalmente latinas y francesas, junto a las romances castellanas.

§ Temática à estos autores poetizan temáticas varias, todas de la tradición culta: asuntos religiosos (litúrgicos, hagiográficos, doctrinales, marianos), asuntos ascéticos, didácticos, amorosos, legendarios o la fusión de varios de estos temas. Sólo una obra elige su asunto de la temática histórica castellana, El poema de Fernán González.

Los autores del mester de clerecía poseen un concepto riguroso del quehacer literario: les preocupa la unidad de la obra porque la ven con sentido artístico, manifiestan una conciencia de autoría, entienden que la obra debe ser trabajada y pulida y la adornan con recursos poéticos de todo tipo.

§ Métrica à se caracteriza por la regularidad de silauas cuntadas. La unidad dentro de la estrofa es el verso alejandrino: consta de catorce sílabas métricas y está dividido en dos hemistiquios heptasilábicos separados por una cesura intensa que no admite sinalefa ni compensación. En las composiciones aparece combinado en distintas variantes: mixto, trocaico y dactílico, prevalece pues la variante polirrítmica. El conjunto de cuatro versos monorrimos, con rima consonante forma la cuaderna vía. La estrofa suele tener unidad rítmica y expresiva.

Con las excepciones de Berceo y de Ayala, el isosilabismo se alcanza a veces con demasiadas licencias en la separación de sílabas y con bastantes irregularidades, sin que exista regla fija en cuanto al uso de la sinalefa, la diéresis, el hiato, la elisión y la apócope. Estas particularidades métricas se originan en muchos casos en las transcripciones de los copistas, pues no se conserva ni un solo manuscrito autógrafo.

3. ANALOGÍAS CON EL MESTER DE JUGLARÍA

La radical dicotomía señalada durante muchos años entre el mester de clerecía y el de juglaría fue puesta en entredicho por Menéndez Pidal, señalando múltiples concomitancias:

– referencias y llamadas de atención al auditorio – tono narrativo – oral

– verbos dicendi – uso de epítetos épicos

– petición de dones para los autores – fraseología coincidente.

El mester de clerecía ha recogido varios elementos de la poesía juglaresca y los ha reorganizado y fundido con materiales nuevos, otorgando la idiosincrasia propia de su género.

4. EL MESTER DE CLERECÍA EN EL SIGLO XIII

A. GONZALO DE BERCEO

§ La obra poética de Gonzalo de Berceo

Si bien tanto la tradición lírica como la épica florecen en España antes de 1200, la primera escuela consciente de poesía (el primer grupo de poetas con un programa literario común) no aparece hasta el siglo XIII. Estos poetas utilizan una nueva forma métrica conocida como cuaderna vía. El primer poeta de la nueva escuela cuyo nombre conocemos es Gonzalo de Berceo (pero el anónimo Libro de Alexandre es probablemente anterior (1225-1230?) y parece haber sido el modelo de Berceo).

– Vida: Gonzalo de Berceo es el primer versificador conocido del mester de clerecía. Nació en los últimos años del siglo XII en Berceo, cerca al monasterio de San Millán de la Cogolla, donde se educó y formó. (Todos estos datos aparecen explícitamente en su obra). Fue clérigo y durante toda su vida mantuvo relaciones estrechas con el monasterio de San Millán.

– Temas: En sus obras de complicada tradición manuscrita y cuya cronología completa es imposible precisar, tienen sólo cabida los temas religiosos, aunque con cierta variedad: liturgia, culto mariano, leyendas e historias piadosas y hagiografías.

– Características: Su otra se caracteriza por una gran sumisión a las fuentes, proporcionadas por la biblioteca del convento, aunque Berceo las reelabora llegando a otorgarles entidad propia.

– Lengua: su lengua es la lengua común de la Rioja alta, pero también recoge formas arcaicas y rústicas, junto a recurrentes catalanismos, provenzalismos, cultismos y frases latinas.

Berceo utilizó la nueva poesía con propósitos piadosos. En la Vida de San Millán de la Cogolla (1230-1235?) combina la devoción por el santo patrón de su monasterio (era notario del abad de San Millán) con la preocupación por los intereses económicos del cenobio. Sus poemas posteriores, en los cuales la motivación económica tiene un papel mucho menos o se halla ausente por completo, versan sobre la vida de otros santos, sobre asuntos doctrinales y sobre la Virgen María. Todos los poemas, a excepción de una canción inserta en el Duelo de la Virgen, están en cuaderna vía.

§ Clasificación de su obra

Berceo es autor de 9 obras que podemos clasificar en doctrinales, hagiográficas y marianas, además de los Himnos, cuya autoría es debatida. Se le atribuyen también obras hoy perdidas.

a) Obras doctrinales: dos poemas de tono didáctico, constituyen su obra más débil:

· Del sacrificio de la misa

· De los signos que aparecerán antes del juicio

b) Obras hagiográficas:

· Vida de San Millán de la Cogolla

· Vida de Santo Domingo de Silos

· La vida de Santa Oria

· El martirio de San Lorenzo

c) Obras marianas:

· Loores de la Virgen

· El duelo que fizo la Virgen María el día de la pasión de su fijo Jesucristo

· Los milagros de Nuestra Señora: con esta obra alcanza Berceo su máximo esplendor creador:

– Fuentes: entre las colecciones latinas de Miracula Berceo siguió una muy similar a la descubierta por R. Becker en la Biblioteca real de Copenhague, el Manuscrito Thot 128. No se ha descubierto la fuente directa del prólogo ni del milagro 25, añadido una vez finalizada la obra. Berceo ha reorganizado estas fuentes mediante una amplia gama de recursos estilísticos, valiéndose en gran medida de la amplificatio y la paráfrasis, añadiendo detalles o coplas enteras. En otros casos las fuentes originales son sintetizadas y en ocasiones invierte el orden de la exposición, introduce comentarios personales o reorganiza la ilación entre los diversos milagros.

– La estructura de la obra es la siguiente:

§ Introducción alegórico – simbólica en la que presenta a la Virgen como un prado verde y hermoso donde el hombre – romero puede descansar y reflexionar en su largo peregrinar por la vida.

§ El núcleo temático lo constituye una colección de 25 milagros que describen el poder de María, la Virgen favorece y auxilia a sus devotos, aunque éstos sean pecadores.

En la estructuración subyace una idea de unidad, pues todas responden al patrón de la relación María / hombre. Desde esta premisa podemos clasificar tres tipos de milagros:

Ø Los milagros en que María premia y castiga a los hombres: El premio de María

Ø Los milagros en los que María interviene para lograr el perdón de sus devotos

Ø Los milagros de conversión o crisis: La iglesia profanada…

La acción de los milagros es sencilla, en ellos podemos detectar siempre tres elementos principales con su correspondiente protagonista:

Ø La tentación à realizada por el diablo

Ø La caída à sufrida por el pecador

Ø El milagro à protagonizado por la Virgen

Por tanto esta obra goza de una unidad interna que acrecienta su valor literario, otros elementos más que apoyan su unidad son:

Ø la intervención de un único protagonista principal: la Virgen

Ø un núcleo narrativo base, el milagro

Ø unificación de estilo formal

Ø inserción de versos y estrofas que enlazan las historias entre sí

Ø unidad de intención: extender la devoción mariana.

B. OTRAS OBRAS DEL MESTER DEL SIGLO XIII

§ El libro de Apolonio à se conserva en un códice de la Biblioteca de El Escorial, la letra del manuscrito es del siglo XIV y de un solo copista. Desconocemos el nombre del autor; en opinión generalizada de la crítica puede fecharse a mitad del siglo XIII.

La leyenda de Apolonio tuvo amplia difusión en la literatura romance medieval. No podemos citar con rigurosidad cuál fue su fuente pero sí señalar los débitos con la Historia Apolloni.

El poema tiene carácter legendario, pues cuenta la vida hazañosa del héroe Apolonio, y también moralizante. Su nota más característica es la introducción en los moldes del mester de clerecía de una temática novelística oriental, con variadas adiciones de elementos folclóricos. El poeta cristianiza los elementos paganos y convierte el fatalismo clásico en providencia cristiana. La originalidad en la pintura de caracteres y el tratamiento de las fuentes muestran al autor como hábil narrador.

§ El libro de Alexandre à se conserva en dos manuscritos principales, ambos incompletos:

El Manuscrito O, que se encuentra en la Bibl. Nacional de Madrid, copiado a finales del XIII o principios del XIV y cuya lengua contiene un buen número de leonesismos. Atribuye la autoría a Juan Lorenzo de Astorga. El otro es el Manuscrito P, que es una copia del siglo XV con diversos aragonesismos y afirma que el autor es Gonzalo de Berceo. La crítica opta por mantener el anonimato ya que no hay pruebas concluyentes. Lo que es indudable es la mano de un clérigo, por el manejo de fuentes latinas y francesas, su conciencia de dignidad literaria, etc. La obra es del siglo XIII y anterior al Poema de Fernán González que la cita.

La historia se inicia con el relato de su infancia y primeras empresas caballerescas. El núcleo central son las numerosas hazañas bélicas del protagonista; su soberbia, desagradable a los ojos de Dios, precipita su muerte; tiene pues una clara intención moralizante. El carácter esencial de la obra es la intromisión de múltiples asuntos que se apartan del relato central (el 34% de la obra son digresiones), la más destacable es la que cuenta la historia de la Guerra de Troya. Este libro introduce en España la leyenda de Alejandro, de amplia difusión en Europa en la Edad Media.

La lengua del poema es el castellano, no encontramos demasiados dialectalismos. La figura de Alejandro se presenta como paradigma del caballero medieval, se destaca también su sapiencia. En cuanto al tratamiento de las fuentes el autor reorganiza los materiales previos de forma que alcanza una notable originalidad. Adapta según la realidad coetánea, por lo que no peca de anacronismo tan frecuente en este tipo de obras.

§ Poema de Fernán González à el único códice conservado es una copia tardía del siglo XV en la que han intervenido dos copistas. El manuscrito está incompleto, encierra diversos errores y moderniza el idioma. Existen noticias de otros tres códices hoy perdidos.

La crítica aboga por la autoría de un monje de San Pedro de Arlanza, por las constantes referencias al monasterio que aparecen en la obra. La fecha prácticamente segura es la de 1240. El asunto de la obra está estructurado en tres partes:

Ø parte introductoria, que prepara la materia novelable.

Ø La segunda parte comienza a narrar la historia de Castilla: su reconquista

Ø La tercera continúa con la historia castellana: esta vez interesa la independencia.

Fue escrito con la intención de hacer un panegírico del reino de Castilla. El poeta es bastante organizado en el uso de las fuentes, entre las que destacan La Biblia, De rebus Hispaniae, Liber Regnum…. El poeta usa además datos de la historia real del héroe, siendo difícil separar historia y ficción, y un buen número de episodios novelescos pueden proceder de la tradición oral.

En el poema se exalta al héroe de la independencia castellana y se canta a Castilla como núcleo esencial y originario de España. Fernán González es el prototipo de Castilla y resume las cualidades (tanto cristianas como guerreras) del héroe mediante un proceso de acumulación, convirtiéndose en personaje ejemplar.

El poeta utiliza la técnica juglaresca de fusión de rasgos cultos y populares; además con este poema se trae por primera vez a la literatura clerical un héroe rebelde. Su fortuna se encuentra en la supervivencia del tema: Don Juan Manuel, el romancero, Lope de Vega…

5. EL MESTER DE CLERECÍA EN EL SIGLO XIV

Los grandes autores del XIV se caracterizan por una superior personalidad, un mayor dominio técnico y una concepción más rica y compleja del arte. Así el siglo XIV significa al mismo tiempo el culmen y el ocaso del Mester declerecía, que se agota a principios del XV cuando el mundo medieval empieza a captar el espíritu del humanismo.

A. EL ARCIPRESTE DE HITA Y SU LIBRO DEL BUEN AMOR

§ Autoría y datación

De la obra del Arcipreste no se han conservado manuscritos autógrafos. Los códices principales son los manuscritos de Toledo (T) y Gayoso (G), de finales del XIV, y el manuscrito de Salamanca, copiado a principios del XV.

El propio autor nos proporciona los datos: según éstos el autor se llamaba Juan Ruiz, perteneció al estado eclesiástico, desempeñó el cargo de Arcipresta de Hita, vivió en la primera mitad del siglo XIV y fue persona de amplia cultura, extraordinaria formación y poseedor de grandes conocimientos literarios, jurídicos y eclesiásticos.

En el Explicit final del códice salmantino se indica que la obra se compuso mientras es autor estaba preso por mandato del Cardenal Don Gil de Albornoz, arzobispo de Toledo, pero la crítica se debate sobre el sentido de tal afirmación: para unos se trata de una prisión alegórica, para otros real.

Es Menéndez Pidal quien bautiza la obra como Libro del Buen Amor. El Arcipreste realizó dos versiones: una de 1330, que se completa con la segunda de 1334.

§ Temática y estructura:

Ø Algunos autores, entre ellos Menéndez Pelayo, han afirmado que el libro carece de estructura unificada. Esto es fruto de una mala lectura de la obra.

Ø Francisco Rico relaciona la estructura del libro con la forma en que fueron conocidas en la Edad Media las versiones latinas del corpus eroticum ovidiano.

Ø Para Mª Rosa Lida la estructura de la obra puede quedar delineada en el siguiente esquema:

– Una novela amorosa que narra, en forma autobiográfica, las diversas aventuras del protagonista, cuyo desenlace general es el fracaso. Esta autobiografía amorosa constituye el hilo argumental en torno al cual se teje el resto de elementos de la obra.

– Una colección de enxiemplos, insertados como ilustración o conclusión

– Una serie de sátiras: contra el dinero, contra los vicios de los clérigos…

– Un conjunto de disquisiciones de tipo didáctico: sobre derecho civil y canónico, la confesión…

– Una colección de poesías líricas que comprende canciones profanas

– Un relato alegórico y paródico de la Batalla de Don Carnal y Doña Cuaresma

– Una paráfrasis del Pamphilus de amore, comedia latina del siglo XII que narra la seducción de una muchacha concluyendo en su matrimonio. El autor reelabora el texto latino.

– Un prólogo en prosa donde expone la intencionalidad de la obra, relacionado con el tipo de sermones cultos, pero puesto aquí en tono paródico.

La unidad del libro está además testimoniada por la conciencia que de ella muestra su autor, quien desde el prólogo se refiere varias veces a la redacción de su obra, a su intencionalidad y a su interpretación. La forma autobiográfica es poco usual en la Edad Media y en la literatura del XIV es excepcional. Lo cierto es que todos los elementos de la obra están perfectamente organizados en torno a tres planos principales: el plano de los elementos didácticos, el de los paródicos y el de los líricos.

§ Fuentes : Entre las principales fuentes destacan: la Biblia, sobre todo el libro de Los Salmos, el Ars Amandi, Fábulas y Cuentos de la tradición esópica, algunos pasajes didácticos de sermonarios y tratados morales. Pamphilus de amore es la base de las aventuras entre Don Melón y Doña Endrina; El libro de Alexandre, influjos semíticos y arábigos…, etc.

§ La lengua y el estilo de la obra. Interpretación

En ninguna obra del mester de clerecía tiene el lenguaje un valor tan destacable. El autor se preocupa de la adaptación del lenguaje popular, da cabida al refranero, cuida el uso de los diminutivos y ofrece una riqueza extraordinaria de vocabulario, buscando la expresión concreta y realista, vivificando las abstracciones. Emplea juegos de palabras capaces de producir insinuaciones múltiples, de vocablos que a causa de sus diversos significados provocan el choque de imágenes distintas en la mente del lector. La ironía la paradoja y la parodia producen también distintas sugerencias. Es un mago del equívoco.

En el aspecto métrico sus aportaciones son también importantes. Rompe la monotonía propia del mester presentando cuadernas donde los hemistiquios son octosilábicos y añade diversas cantigas líricas en la que usa una polimetría digna de un maestro. Toda la obra está plagada de contradicciones entre lo convenido y la innovación, es una obra que demuestra la crisis de su tiempo: hay una lucha entre el “loco amor” y el “buen amor” como reflejo del duelo en el que se debate la crisis de las costumbres del medievo occidental.

B. EL RIMADO DE PALACIO DEL CANCILLER AYALA ® nos han llegado dos manuscritos incompletos. El libro puede dividirse en dos partes: de un lado la paráfrasis de los Morales de San Gregorio, y por otro la glosa de esta obra. Las fuentes son la Biblia, Tito Livio, Las Partidas, El libro de Buen amor y El Cancionero de Baena. Aunque el libro tiene una buena dosis de didactismo moralizante es también un verdadero tratado de política. Ayala se muestra como un verdadero crítico satírico de su tiempo.

C. OTRAS OBRAS DEL MESTER ® Poema de Yúçuf (literatura aljamiada), Coplas de Yóçef, Vida de San Ildefonso, Libro de miseria Omne y los Proverbios del rey Salomón.

  1. CONCLUSIÓN

La literatura ha mostrado desde sus orígenes un camino divergente entre la oralidad y la escritura, entre las fuentes escritas y las tradicionales, entre lo culto y lo popular. En la Edad Media esta divergencia es aún más honda, entre otras cosas, porque la recepción de las propias obras también marca profundas diferencias entre producciones cultas y las populares. Las primeras destinadas a la lectura y, por tanto, a un público minoritario, las segundas destinadas a la recitación pública y, por tanto, mayoritaria.

El inicio de la literatura hispana está marcado por la épica que, aunque escrita, se alimentaba de hechos reales y de la tradición. Pero pronto, en el siglo XIII, surge una literatura escrita, con vocación de diferenciarse de la oral que se inicia en los monasterios y se alimentaba de las fuentes escritas. Es el llamado “Mester de clerecía”. Se trata, pues, de la forma que adquiere la literatura culta durante el medievo, independientemente de que su asunto sea doctrinal o no.

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