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Tema 11 – El animador sociocultural. Ámbito profesional y tipos. Funciones, valores, capacidades y actitudes. Su rol en la intervención de programas socioculturales. La colaboración con otros profesionales.

INTRODUCCIÓN

El concepto de animador sociocultural ha ido evolucionando con el tiempo. Primero predominaban las definiciones ideológicas, posteriormente predominó la faceta técnica. Con la crisis económica y el recorte de recursos apareció una concepción de animador como difusor, comunicador y optimizador de los recursos de la comunidad.

Actualmente asistimos a una tendencia cada vez mayor a la profesionalización, junto a un incremento del sector público. Sobre todo a raíz de la aparición del ciclo formativo de grado superior de Animación Sociocultural.

Si el animador es la figura que genera, impulsa y dinamiza la comunidad para que transformen su realidad cultural, por ello necesita tener un talante adecuado y una serie de conocimientos.

En este tema trataremos de dar una definición de animador sociocultural, para completar esta definición señalaremos el ámbitos profesional, los tipos de animadores y también trataremos de señalar algunas funciones, valores, capacidades y actitudes.

Un tema de gran polémica es que rol debe tener el animador en el grupo de intervención.

El animador no trabaja solo, sino que lo hace en equipo, junto con otros profesionales.

  1. EL ANIMADOR SOCIOCULTURAL.

Al intentar definir quién es el animador nos encontramos con una palabra procedente de Francia e introducida en los países europeos poco a poco. Desde el punto de vista etimológico, el término animador significa dar el aliento, la vida.

Entre las múltiples definiciones que sobre el animador sociocultural se han dado, un buen conocedor de la animación es Ander-Egg que lo define como:

“Persona capaz de estimular la participación activa de la gente y de insuflar un mayor dinamismo sociocultural, tanto en lo individual como en lo colectivo”

Para definirlo daremos una serie de rasgos que permitan aproximarnos a la figura del animador.

El animador es un agente que interviene en el proceso de animación, que pone en marcha, facilita y da continuidad al desarrollo de los procesos de animación.

El animador se encuentra entre los destinatarios y la institución, programa o proyecto desde la que se actúa.

El animador trabaja para entidades públicas o privadas de carácter administrativo o asociativo y de forma voluntaria o profesional.

Concebimos al animador como un agente de cambio social, que realiza una labor técnica basada en la relación personal con los destinatarios, una persona que trabaja dinamizando su entorno.

Una figura surgida recientemente a raíz de la aparición de los ciclos formativos de grado superior de Animación Sociocultural es la de TÉCNICO SUPERIOR DE ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL; regulada por el R.D. 2058/1995 por el que se establece el título de Técnico Superior en Animación Sociocultural, en el que se define el perfil, las capacidades, el ámbito de trabajo, los derechos y deberes del Animador Sociocultural.

El perfil que define esta figura es:

“Programar, organizar, dinamizar y evaluar proyectos de intervención social encaminados al desarrollo social, aplicando técnicas de dinámica de grupos y utilizando recursos comunitarios, culturales y de ocio y tiempo libre”

  1. ÁMBITO PROFESIONAL Y TIPOS.

La mayoría de los autores coinciden en señalar 3 ámbitos de intervención:

Los espacios donde desarrollará la actividad serán asociaciones, movimientos, colectivos ciudadanos, centros cívico-sociales, centros de acción social o servicios sociales.

Se han realizado múltiples estudios sobre la tipología de animadores que existen. Dentro del marco europeo, en base a documentos e informes generados en el Consejo de Europa se establecen tres tipos:

® En función del estatus: nos encontramos con animador profesional, semiprofesional o voluntario

® En función del ámbito de trabajo, se diferencian animadores culturales, sociales y educativos, donde se refleja la triple esfera de lo educativo, lo cultural y lo social; las tres grandes modalidades de la Animación.

® En función de la situación/tarea, el animador podría ser difusor, monitor grupal y coordinador.

Con la adquisición de esta competencia profesional el Técnico puede desempeñar puestos de trabajo de:

También se pueden clasificar en diferentes especializaciones como son:

  1. FUNCIONES, VALORES, CAPACIDADES Y ACTITUDES.

Para completar la definición de animador señalaremos las funciones, valores, capacidades y actitudes, teniendo en cuenta el R.D. y la amplia bibliografía que se está desarrollando sobre este tema.

4.1. Funciones

Resulta difícil delimitar y determinar las funciones del animador, pues es una profesión emergente y compleja. Con diferentes matices según sus actuaciones.

En el mencionado RD 2058/1995 que regula el perfil del técnico superior en animación sociocultural se definen las unidades de competencia acotando así las funciones profesionales que le corresponden:

UC 1: Organizar, planificar y gestionar una pequeña empresa de actividades de tiempo libre y socioeducativas

UC 2: Organizar, dinamizar y evaluar proyectos de intervención comunitaria

UC 3: Organizar, dinamizar y evaluar proyectos de animación cultural

UC 4: Organizar, dinamizar y evaluar proyectos de animación de ocio y tiempo libre

4.2. Valores

Aún no está establecido el código deontológico por el que debería regirse esta profesión. Si existen aportaciones de distintos autores:

4.3. Capacidades

Para poder desarrollar con éxito las funciones encomendadas el animador deber poseer una serie de capacidades adquiridas en su formación. Ateniéndonos al R.D. se señalan como capacidades profesionales:

4.4. Actitudes

Un animador debe cultivar una serie de actitudes imprescindibles para el trato con personas:

– Aceptarse a sí mismo y a los demás como son

– Actuar con empatía

– Autenticidad y congruencia, entre lo que siente y lo que se expresa

– Aceptación incondicional

  1. SU ROL EN LA INTERVENCIÓN DE PROGRAMAS SOCIOCULTURALES.

Este es un tema de gran polémica sobre si el animador debe convertirse en líder del grupo o debe mantenerse más al margen.

Se distinguen tres tipos de liderazgo en la intervención sociocultural:

® Liderazgo autocrático, se trata de un animador que impone su punto de vista y guía al grupo según sus convicciones, intereses y objetivos. No comparte la toma de decisiones.

® Liderazgo democrático, es aquel en el que animador actúa de conductor del grupo hacia su propia autonomía, protagonizando la acción de forma conjunta. Comparte la toma de decisiones y favorece actitudes de respeto y democráticas en el seno del grupo.

® Liderazgo laissez-faire, consiste en limitarse a actuar como mero consultor del grupo, sin intervenir en su marcha ni en sus relaciones, permaneciendo al margen de la toma de decisiones y dejando todo el protagonismo en manos del grupo.

La mayoría de los autores tienden a considerar el liderazgo democrático como el más adecuado a la metodología propia de la animación. Se explica desde la perspectiva de la democracia cultural como base para una verdadera participación.

Son de muy diversos tipos las relaciones que el animador puede o debe establecer con el grupo, teniendo en cuenta los destinatarios y el marco organizativo desde el que se lleva a cabo los programas de intervención. En cuanto a los destinatarios se debe dar un proceso gradual hasta que lleguen a convertirse en protagonistas activos. En cuanto a la institución hay que tener en cuenta la estructura, los recursos y la filosofía que orientará la tarea del animador.

El animador debe actuar como intermediario entre las necesidades y demandas de una población determinada. Es el encargado de transformar, dados unos medios y aspiraciones y demandas de la población, a través de un programa organizado y sistemático de intervención.

  1. LA COLABORACIÓN CON OTROS PROFESIONALES.

En tareas de ASC es impensable el trabajo en solitario, el objetivo es formar un equipo base. El trabajo en equipo y la coordinación de equipos es una de las formas de ser animador sociocultural. El trabajo en grupo es uno de los instrumentos metodológicos más potentes que se disponen en el quehacer cultural.

Podemos hablar de la interdisciplinariedad de los profesionales de la educación y el trabajo social, formando un equipo o simplemente manteniendo un contacto que permita a todos una perspectiva más amplia de la realidad donde trabajan.

El RD 2058 ya señala que debe integrarse en el equipo de trabajo de forma activa y responsable, coordinándose con otros profesionales, identificando sus funciones y responsabilidades, participando, manteniendo una actitud abierta y flexible.

El animador sociocultural trabaja con:

Þ Políticos y técnicos de la Administración Local

Þ Técnicos y voluntarios de Instituciones sociales

Þ Asociados de todo tipo de asociaciones

Þ Destinatarios de programas, grupos sin organizar

Þ Los ciudadanos/as

Por grupo de trabajo o equipo base entendemos aquel grupo de personas encargado del diseño, elaboración, promoción, implementación y evaluación del proyecto de ASC. El grupo de trabajo actúa como catalizador y mediador entre diferentes actores sociales e institucionales.

El grupo de trabajo deberá afrontar, en primer lugar una serie de cuestiones que afectan a su funcionamiento interno:

– La organización interna

– La dinámica del grupo

– La formación

– La participación interna

  1. CONCLUSIÓN

Este tema se relaciona con el ciclo de grado superior de Animación Sociocultural, hay que conocer el ámbito profesional del técnico superior en animador sociocultural, que es lo que se pretende formar a través de este ciclo, sus funciones, capacidades y actitudes. Cual debe ser su papel en los diferentes programas y proyectos en los que participan y su trabajo de colaboración y cooperación con otros profesionales en los equipos multidisciplinares en los que participan.

BIBLIOGRAFÍA

Ander-Egg, Ezequiel. La animación y los animadores: pautas de acción y de formación. Madrid, Narcea, 1989.

El animador sociocultural: funciones, formación, profesión / Pierre Besnard

Formación de animadores y dinámicas de la animación. Paloma López de Ceballos, María Salas Larrazábal. Madrid: Editorial Popular.

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