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Tema 5A – El desarrollo científico y técnico a lo largo de la historia

1.- INTRODUCCIÓN

2.- PALEOLITICO Y MESOLITICO

3.- NEOLITICO

4.- MESOPOTAMIA Y ANTIGUO EGIPTO

5.- GRECIA

6.- ROMA

7.- EDAD MEDIA

7.1.- ALTA EDAD MEDIA

7.2.- LA CIVILIZACIÓN ISLAMICA

7.3.- LA BAJA EDAD MEDIA

8.- EDAD MODERNA. ( EL RENACIMIENTO)

9.- LA REVOLUCION INDUSTRIAL

10.- SIGLO XX

11.- BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1.- INTRODUCCIÓN.

La Prehistoria abarca la mayor parte de la vida del hombre en la Tierra, desde su aparición hasta la invención de la escritura. Pero el término Prehistoria resulta equívoco, pues durante ese período las colectividades humanas evolucionaron y sufrieron cambios, es decir, tuvieron historia.

La Prehistoria se estudia dividida en una serie de etapas, que toman su nombre del material básico utilizado para la fabricación de los instrumentos, e incluso de la forma de trabajarlos (paleolítico y Neolítico). Esta clasificación nos da una idea global de los modos de vida del hombre prehistórico.

El gran salto en la vida de éste fue el paso de una economía basada en la recolección y la caza a otra dominada por la agricultura y la ganadería, lo que coincidió con el tránsito del Paleolítico al Neolítico.

En aquellas regiones del Próximo Oriente que habían protagonizado los comienzos de la revolución neolítica se desarrollaron pujantes civilizaciones que florecieron, fundamentalmente, durante los tres primeros milenios a. de C. Las más destacadas fueron la civilización egipcia y mesopotámica. El calificativo de imperiales, que se les atribuye, obedece ante todo a su desarrollo sobre vastos espacios territoriales y a los rasgos característicos de su organización política, con un poder imperial absoluto y totalitario que gobernaba sobre una masa de población subyugada.

La civilización de la Grecia clásica constituye una de las fuentes básicas de la civilización occidental. En Grecia nacieron, por citar sólo algunos de sus logros más espectaculares, la democracia, el pensamiento filosófico y el teatro.

Pero esta civilización se desarrolló a lo largo de muchos siglos, y salvo en su última etapa (creación del Imperio universal de Alejandro), nunca hubo unidad política entre los griegos, pero desde muy temprano tuvieron conciencia de pertenecer a una misma cultura, pues hablaban la misma lengua y tenían las mismas creencias religiosas.

Roma ha transmitido a la civilización occidental un legado del que cabe destacar la lengua, el derecho y las obras públicas. Pero quizá la conquista fundamental de la antigua Roma fue la unificación de la cuenca Mediterránea, tanto desde el punto de vista político, como desde el cultural. No obstante, la civilización romana se desarrolló a lo largo de un proceso complejo.

A partir del siglo III el Imperio Romano se precipitó en una crisis que la llevaría s su desaparición.

De las tres civilizaciones que se desarrollaron en el espacio geográfico que había ocupado el Imperio Romano, la del occidente de Europa era, en principio, la más pobre. Se trataba de una sociedad ruralizada, en la que los poderes públicos apenas tenían fuerza. Allí se pusieron las bases de la sociedad feudal.

Los siglos XIV y XV ofrece una doble perspectiva. Por una parte, tuvo lugar una crisis profunda, que afectó a la economía, a la sociedad, a la Iglesia y a la cultura. Pero al mismo tiempo en esa época se pusieron los cimientos del mundo moderno.

Europa, desde finales del siglo XV, siente el orgullo de vivir en un tiempo nuevo, en un tiempo en donde todo renace tras una época bárbara, gótica, de oscuridad. A una idea medieval, estática, va a suceder una idea dinámica del mundo. Es, el mundo renacentista un mundo en el que los valores individuales adquieren una nueva dimensión.

En el siglo XIX, en el transcurso de una generación, cambiaron la sociedad y la economía de muchos países. De todas las revoluciones fue la industrial la que produjo efectos más profundos, ya que todas las actividades económicas quedaron subordinadas a la industria.

El siglo XX supone una vertiginosa aceleración del tiempo histórico. Nuestra época es la época de la tecnología, de la democracia, del socialismo, de la sociedad de consumo de la liberación de la mujer… El espíritu científico y el constante desarrollo técnico son una de las fundamentales creaciones del espíritu de Occidente.

El pensamiento moderno se caracteriza por un triple regreso al análisis del objeto, del ser y de la existencia.

2.- PALEOLITICO Y MESOLITICO.

A lo largo del Paleolítico y del Mesolítico (dos millones de años al 7.000 a. C.), el instrumental del Homo habilis al hombre de Neandertal se redujo a útiles de piedra, madera y huesos, y su tecnología evolucionó con extrema lentidud.

En el inicio, el hombre fue nómada. El nomadismo supone la existencia de una economía depredadora; los grupos se asentaban junto a los ríos y practicaban la caza y la recolección.

Durante esta época paleolítica surge la sociedad y en consecuencia la cultura y el lenguaje, dos rasgos específicamente humanos. De esta época proviene, también el uso del fuego, que tardó mucho en ser controlado. Este descubrimiento es uno de los momentos claves de la historia, ya que permitió penetrar en las regiones frías, y en general mejoró la calidad de vida del ser humano.

Comienza a desarrollarse la historia del Arte: mobiliar (esculturas, instrumentos tallados en hueso y marfil) y rupestre (pinturas, grabados y tallas de relieve).

3. – NEOLÍTICO.

Con el Neolítico (7.000 a 2.000 a. C.), llegamos a la primera gran revolución tecnológica de la humanidad. En dicha época se perfeccionan los instrumentos de piedra, madera y huesos, y se comenzaron a utilizar también objetos de cerámica y de fibras textiles.

Surgió todo un nuevo utillaje destinado a la agricultura (hoces, azadas, morteros…), a las labores domésticas (vasijas, recipientes de cocina, cestas…), al abrigo y al adorno personal (tejidos, ropas de lino y lana), etc.

Hacia el sexto milenio se comenzó a utilizar el cobre, el oro y plata, poco más tarde tuvieron lugar aleaciones de bronce y hacía el año 1.500 a. C. Se descubrió el hierro.

Estas innovaciones facilitaron el paso de un género de vida nómada y de una economía basada en la recolección (pesca, caza, frutos silvestres) a una vida sedentaria, fundamentada en una economía de producción. Este modo de vida facilitó la domesticación de determinados animales (perros, ovejas, asnos, vacas), la invención de la agricultura (cultivo de cereales) y la utilización del carro y del arado.

Tal revolución tuvo lugar en los valles del Nilo, del Eufrates y el Tigris (mesopotámia) y del Indo.

4.- MESOPOTAMIA Y ANTIGUO EGIPTO.

Las pequeñas aldeas neolíticas se transformarán, con el paso del tiempo, en ciudades asentadas junto a los grandes ríos: Nilo, Tigris, Eúfrates, Indo, Ganges y Yang-Tsé. Esto se produce a partir de año 6.000 a. C. Surgen así las llamadas culturas fluviales (mesopotamia, Egipto y posteriormente India y China).

Hay un aumento demográfico, por lo que se necesitará una gran coordinación de esfuerzos para llevar a cabo obras hidráulicas, diques de contención, sistemas de drenaje, etc.; lo que supone la existencia de una rígida estructura social.

Logros característicos de esta época son el descubrimiento y empleo de los metales (cobre, bronce), que impulsaron notablemente el comercio, los transportes, etc.

Se desarrollo el arado (rejas de metal). Aparecen las clases sociales, la guerra y la esclavitud. Las clases sociales estaban presididas por una autoridad política absoluta, apoyada en una elite de funcionarios y en el ejercito.

El aumento de la riqueza supuso la invención de las medidas, la aparición de la balanza y el desarrollo de los números y letras.

5.- GRECIA.

En sus inicios, la población griega se encontraba integrada casi exclusivamente por pequeños propietarios, cuya economía se basaba en la agricultura (cereales, viñedo y olivo), en la ganadería (cabras y oveja) y en la pesca.

De este modo, dicha población se organizaba en diferentes Estados independientes, gobernados por reyes, cuyo poder era de carácter tradicional. Como en los imperios del Oriente Próximo, los reyes y nobles poseían la autoridad pero de modo distinto, su poder se ejercía sobre territorios muy reducidos. A partir del siglo VII a. C., estos Estados, salvo Esparta, iniciaron una evolución social y política, que culminó en el siglo V a. C. con el establecimiento de un modo de vida urbana y una forma de gobierno democrático (demos, pueblo; Kratos, poder).

En dicho siglo encontramos en Atenas una población integrada por ciudadanos de pleno derecho, metecos y esclavos. Los primeros podían intervenir en las asambleas y formar parte de las magistraturas dentro de esta población se distinguía la nobleza tradicional (que vivían del trabajo de sus esclavos), la clase comerciante, los artesanos y los pequeños agricultores y pastores. Los metecos o extranjeros carecían de derechos políticos y tampoco podían tener propiedades inmobiliarias (casas, tierras, minas, etc…), y los esclavos carecían de todo derecho, trabajaban las propiedades ajenas y realizaban múltiples tareas en las ciudades.

Al contrario que en los grandes imperios del Oriente Próximo, en los incipientes estados griegos las preocupaciones científicas se mantuvieron en estrecha relación con la actividad técnica laboral del trabajador y del artesano, de tal modo que se entendía por sabiduría (por sofía) de modo principal, la destreza o habilidad técnica, y podía considerarse sabio (sofos) al entendido en las tareas agrícolas (cómo se debía sembrar, construcción y manejo de aperos, etc.), en el arte de la navegación, en el curtido de pieles, en el cálculo de áreas y volúmenes, en la construcción de edificios, o en política y legislación, y una misma persona solía llevar a cabo tareas tanto intelectuales o políticas como manuales.

Hacía el S. VI a. C. Tales de Mileto desarrolló la triangulación de terrenos y Anaximandro creó un astrolabio. Así mismo, se inventó el ancla, el fuelle, el torno y la cerradura-llave. Un griego asiático, Glaucos de Elíos, inventa la soldadura de hierro. Se inventa también instrumentos bélicos como la ballesta y la catapulta.

Arquímedes (250 a. C.) explica el funcionamiento de la polea, la palanca, el resorte, la rueda dentada… Estudió también la estática, la flotación de los cuerpos y la hidrostática.

6.- ROMA.

Los romanos dedicaron escasos esfuerzos al desarrollo de las ciencias y su nivel científico descendió con respecto a Grecia, de tal modo que únicamente en medicina se produjo algún avance. A este respecto, conviene tener en cuenta que una buena parte de los médicos destacados en Roma eran de origen helénico y que la actividad más sobresaliente de los médicos romanos consistió en la enseñanza y en la recopilación de los conocimientos anteriores.

Como personajes destacados, cabe señalar a Asclepiades de Bitinia, Asia Menor (124-40 a. C.), que trajo la medicina científica a Roma; a Celso y Dioscórides, médico de Nerón, en el siglo I, que recopilaron los conocimientos médicos de su tiempo; pero el más notable de todos fue Claudio Galeno de Pérgamo (129-209), que estudió en Alejandría y ejerció la medicina en Roma, hizo progresar notablemente la filosofía y escribió más de un centenar de obras.

Pero las grandes realizaciones del genio romano fueron las obras públicas y el Derecho.

En obras públicas construyeron puertos, acueductos, baños, teatros, circos y, especialmente, largas calzadas que permitieron un fácil desplazamiento de los ejércitos y de los comerciantes a lo largo del amplio imperio. En cuanto al Derecho, fue elaborado a lo largo de los catorce siglos de la historia de Roma, desde el siglo VIII a. C. hasta el VI, en que Justiniano I realizó la primera recopilación, conocida con el nombre de Corpus iuris civilis. La importancia del Derecho romano no sólo radica en haber construido el más perfecto sistema legal de la antigüedad, sino sobre todo en el hecho de que toda la legislación de Occidente ha seguido sus pasos.

Desde el aspecto laboral y económico, en Roma tuvieron singular importancia los esclavos, que durante mucho tiempo llegaron a ser mayoría entre la población, constituyendo la masa trabajadora de los grandes latifundios agrícolas, de la minería y de las obras públicas. En este sentido, los aperos de labranza y las herramientas de los mineros y obras públicas fueron heredadas de la antigüedad y apenas perfeccionadas.

7. – EDAD MEDIA.

Con la invasión de los bárbaros la cultura grecorromana sufrió un tremendo colapso. Los nuevos dirigentes despreciaban las tareas intelectuales y bajo su dominio la actividad científica disminuyó de modo muy notable. En los siglos VII – VIII la cultura europea llegó a su nivel más bajo y únicamente en ciertos ámbitos religiosos, especialmente en los monasterios, se conservó algún tipo de interés cultural.

7.1. – ALTA EDAD MEDIA.

En la Alta Edad Media la inmensa mayoría de la población vivía en el campo, agrupada en las villas o grandes dominios agrícolas, núcleos económicos cerrados en los que se producía todo lo necesario para el consumo local.

La moneda apenas circulaba y el comercio era muy reducido. Las relaciones económicas entre la cristiandad occidental y los mundos musulmán y bizantino se limitaban prácticamente a la adquisición de productos de lujo para los reyes y los grandes magnates.

Ante las precarias condiciones de vida, la sensación de inseguridad reinante en Europa en esa época y la debilidad de los poderes públicos, se multiplicaron los lazos de dependencia personal.

Simultáneamente al desarrollo de las instituciones feudovasalláticas se configuraron entre los propietarios y los cultivadores de la tierra unas relaciones nueva.

En dicha época los propios campesinos aportaron notables avances técnicos: perfeccionaron el arado, inventaron el arado de ruedas, se difundió el molino hidráulico. Una gran aportación fue la invención de las herraduras, la collera y otros arneses para los caballos, y también las herraduras de clavos. El rendimiento en el campo aumento y aparecieron los excedentes y apareció el mercado, que a su vez, fomentó el desarrollo del transporte. La sociedad se hizo más compleja y aparecieron multitud de oficios nuevos: aserradores, guarnicioneros con estructuras de carros, etc.

7.2.- LA CIVILIZACIÓN ISLAMICA.

En el preciso momento en que se disgregaba el mundo que había sucedido al Imperio Romano tuvo lugar la aparición y la rápida expansión del Islam. Se trataba de una religión que se adaptaba muy bien a las condiciones de los pueblos de Arabia y zonas limítrofes. En torno a la religión, auténtico eje de la vida social y política de la colectividad, se constituyó una civilización nueva que procedía de la aglutinación de numerosos elementos greco – romanos, persas, judíos y cristianos. Apenas un siglo después de la muerte de Mahoma, el fundador de la nueva religión, el Islam se extendía desde los Pirineos hasta el Indo. Aunque posteriormente hubo algunas rectificaciones de sus fronteras, el área dominada en la Edad Media por la civilización islámica coincide con el territorio del Islam contemporáneo.

Mientras que en el Occidente cristiano la actividad científica poseía una dimensión exclusivamente especulativa y estaba centrada en los temas religiosos, los científicos árabes orientaron sus conocimientos hacia las dimensiones pragmáticas, tendiendo a desarrollar determinados procedimientos técnicos para aplicarlos a la realidad. En este sentido, llevaron a cabo interesantes aportaciones en:

– Matemáticas: los guarismos, desarrollo del álgebra, las fracciones decimales, la prueba del nueve, difusión del sistema sexagesimal.

– Astronomía: perfeccionamiento del astrolabio, confección de tablas astronómicas.

– Medicina: anatomía del ojo, descubrimiento de la circulación menor.

– Química: alcohol, antiséptico, narcóticos, productos químicos, tintes.

– Tecnología: lentes de aumento, cámara oscura, porcelana, seda, papel, hielo artificial, molino de viento, objetos de barro, botijo.

7.3.- LA BAJA EDAD MEDIA.

El pueblo árabe entró en contacto con la cultura griega y favorecieron a las actividades culturales, también debido al aumento de los viajes e intercambios entre Oriente y Occidente llegaron los originales griegos de muchas obras. De este modo se consolidó en Europa la astronomía de Tolomeo, la obra Aristotélica.

Los procesos técnicos de la Baja Edad Media permitieron un mejor aprovechamiento de las fuentes de energía y de los materiales disponibles. Las fuentes de energía: hidráulica y eólica. Los materiales: madera, barro, piedra y hierro. Los tejidos: lino, lana, algodón. Y el papel y el vidrio.

Las numerosas guerras, las hambrunas producidas por una reiteración de malas cosechas y sobre todo la peste negra, originaron una profunda crisis social y económica en el siglo XIV. Dicha crisis afectó de modo especial a los campesinos, sobre quienes recayeron impuestos insoportables, que con frecuencia los llevó a motines y sublevaciones, reprimidas generalmente con violencia y crueldad por la nobleza y el alto clero.

Desde el punto de vista técnico y científico, en este siglo XIV, tuvieron gran relevancia los esfuerzos en los campos de la química y de la alquimia.

8.- EDAD MODERNA.

El Renacimiento comenzó en Italia en el siglo XIV y durante el siglo XV se extendió al resto de Europa Occidental. En dichos períodos se produjeron notables variaciones culturales, científicas y técnicas, entre las que podemos destacar las siguientes:

– Surgimiento del Humanismo.

– Reacción contra la ciencia oficial. Especialmente contra la física aristotélica y la astronomía tolomaica.

– Comienzo de la técnica científica.

El surgimiento de la nueva ciencia en la época moderna fue posible gracias al desarrollo de dos aspectos científicos fundamentales: la observación experimental y las matemáticas.

Durante los siglos XVI y XVII se produjeron profundos cambios científicos, que alteraron las creencias tradicionales, la imagen del mundo hasta entonces mantenida y, a la larga, la propia estructura de la sociedad.

Los principales factores que contribuyeron a dicha revolución fueron los siguientes:

– La divulgación de la numeración arábiga.

– La invención de la imprenta (1453).

– La laicización de la ciencia.

– Los grandes viajes marítimos.

– La preocupación de ciertos humanistas por los oficios de los artesanos y agricultores.

– Los cálculos destinados a la búsqueda de precisión de los nuevos cañones.

– La fusión entre la ciencia y la técnica.

Los científicos creaban la ciencia, y basándose en ella se descubrían nuevos instrumentos técnicos. Así en pocos años, se inventó el telescopio (galileo 1610), el microscopio (Malphghi 1666), el péndulo cicloidal (huygens 1673), el barómetro (Torricelli, 1660), etc.

En astronomía destacan tres figuras: Copérnico, Tychobrache y Kepler (siglo XV, XVI Y XVII).

Es, el mundo renacentista un mundo en el que los valores individuales adquieren una nueva dimensión.

Pero la vida toda de la sociedad, estaba, desde siglos, impregnada por la religión. Por ello, nada tiene de extraño que ese espíritu crítico que nace ahora ponga en cuestión, en primer lugar las actitudes y los comportamientos de la Iglesia. Surge así la Reforma. Y aparece, asimismo, la Contrarreforma, que no es una simple reacción defensiva, sino, al propio tiempo, la reforma de la Iglesia desde los propios presupuestos del llamado ahora catolicismo.

Aparece una nueva concepción del arte. Frente al arte medieval, que es un arte expresionista, el arte del Renacimiento va a ser el arte de la realidad, pero una realidad ideal. El hombre, el cuerpo humano desnudo, en toda su belleza y potencia, será el centro y la medida de todas las cosas. Y así, el arte será expresión de arquetipos, de conceptos, y no reproducción naturalista. Busca por encima de todo la perfección, la belleza.

El arte, ahora, estará basado en proporciones matemáticas y geométricas. Su valor estará en las formas escuetas, en las propias estructuras que no deben ser ocultadas por la decoración, como en el gótico.

Las ciudades – estados italiana serán un poco como las griegas. Los propios Papas, o los Médicis en Florencia, valorarán al máximo los artistas, en sus cortes llenas de lujos y esplendor cultural.

Como síntesis final del arte renacentista, los tres grandes maestros: Leonardo da Vinci (1452-1519), Rafael (1483-1520) y Miguel Angel (1475-1564).

9.- LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

El concepto de Revolución Industrial designa el conjunto de transformaciones tecnológicas y económicas que, aplicadas a los procesos de producción, hicieron posible el paso de una, economía basada en la agricultura a otra basada e la industria. Entre las novedades que caracterizaron el proceso merece destacarse el paso de la manufactura, en sentido literal, a la maquinofactura, es decir, la mecanización progresiva de los procesos de producción.

Desde mediados del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, fue la revolución del vapor y del carbón. La energía generada por la máquina de vapor fue reemplazando progresivamente la energía animal y la hidráulica, sustituyendo el carbón a la madera como combustible básico. Los sectores de producción claves fueron el textil, primer motor de la R.I., y el siderúrgico, el hierro y el acero fueron los materiales característicos de la época.

Las innovaciones tecnológicas de la segunda mitad del siglo XVIII y comienzos del XIX fueron más un efecto que una causa. La demanda creciente de productos manufacturados fue el motor de la invención. Los cambios tecnológicos eran buscados porque multiplicaban las ganancias.

En el curso de la R.I., la tecnología se fue haciendo progresivamente más científica, y desde finales del siglo XIX, la ciencia se convirtió en el factor dominante del cambio tecnológico. La ciencia fue perdiendo su carácter académico y transformándose paulativamente en uno de los elementos principales de las fuerzas productivas. A este respecto, las relaciones entre ciencia, tecnología e industria se determinan por tendencias de influencia recíproca y complementaria.

Podemos destacar las siguientes aportaciones de la ciencia:

1736 —- máquina de vapor. ( Watt).

1769 —- propulsión de vehículos terrestres. ( Cugnot).

1820 —- ferrocarril.

1706 —- pararrayos. (Franklin).

1839 —- fotografía. ( Niepce y Daynerre).

1888 —- cine y motor eléctrico.

1876 —- teléfono. ( Bell).

1870 —- bombilla. ( Edison).

Las revoluciones económicas son correlativas de unas profundas transformaciones demográficas. Entre el 1800 y el 1900 la población mundial aumentó más que en épocas precedentes.

Las causas del crecimiento son variadas. Hoy se tiende a dar importancia a los factores económicos, especialmente a la revolución agrícola que permitió una mejor alimentación y contribuyó al descenso de la mortalidad. Los progresos de la medicina también contribuyeron, pero más tardíamente, especialmente el descubrimiento de la vacuna de la viruela por Jenner en 1796.

En el siglo XIX hay un espectacular desarrollo urbano. El auge de las ciudades comienza en Europa occidental, especialmente en Inglaterra y Alemania, y se extiende más tardíamente al resto del mundo.

Pero el crecimiento urbano se efectuó desordenadamente, sin responder a una planificación, lo que originó graves problemas que gravitaron sobre la mano de obra proveniente de los campos.

Otro punto a destacar es la transformación social de esta época. El sistema capitalista y las revoluciones económicas dan lugar al nacimiento de una nueva clase, distinta de la masa heterogénea y amorfa del bajo pueblo tradicional, cuya dispersión y diversidad de condición la impidió tener conciencia de clase en los siglos anteriores al XIX.

La expansión del sistema capitalista y del maquinismo fue decisiva para la formación del proletariado. El maquinismo subordinó el hombre a la máquina y desposeyó al trabajo de su sentido realizador. La concentración fabril agrupó a los trabajadores, les hizo sentirse solidarios de los mismos problemas y favoreció su sentimiento de unidad. La libre contratación del trabajo perjudicó sensiblemente al obrero: por la superabundancia de mano de obra y porque soportó los bajos salarios y el paro derivados de las crisis cíclicas del sistema.

En sus orígenes, el proletariado se nutrió de los campesinos arrojados de los campos por la racionalización de la agricultura, y de los artesanos empobrecidos por el sistema de concentración fabril. Más tarde, la clase obrera se engrosaría con los hijos de las propias familias proletarias.

Las miserias sociales de la Revolución industrial motivaron la aparición de una serie de doctrinas sociales junto con un movimiento asociacionista obrero. El término socialista tuvo en principio un significado vago de reforma social y posteriormente se aplicó a las doctrinas derivadas del marxismo.

10.- SIGLO XX.

Desde finales del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial, fue la revolución de la electricidad, ésta y el petróleo aportaron la energía característica del periodo.

Asociadas a las nuevas energías, aparecen dos invenciones claves: la turbina y el motor de explosión interna.

Los sectores básicos de la producción fueron los de automoción, el aeronáutico, el petroquímico y el fuerte desarrollo de los medios de comunicación: radio, teléfono, cine…

A partir de la Segunda Guerra Mundial, los países industrializados entran en una nueva fases de desarrollo, que algunos denominan la era de la electrónica. En el campo energético, la novedad más destacada fue la utilización de la energía atómica. Como consecuencia del fuerte crecimiento del sector servicios, que supera al industrial, la economía se terciariza.

En esta nueva etapa, los vínculos e interdependencias de la ciencia y la tecnología se han hecho tan estrechos que resulta muy difícil separarlos.

La revolución científico – técnica está generando un proceso de cambio progresivamente acelerado que afecta a todas las esferas de la vida.

Entre los campos de esta revolución merecen ser destacados el de la tecnología de la navegación aerospacial, la biotecnología, la tecnología de los materiales y la tecnología de la información.

El impacto conjunto de los avances científico – tecnológicos han modificado tan profundamente tanto la estructura productiva de las sociedades como las formas de vida que se habla de un nuevo tipo de sociedad, diferente de la sociedad industrial que emergió de la primera revolución.

La ciencia deja de ser un conocimiento abstracto, independiente de su objeto. Y comienza un avance en las aplicaciones técnicas increíble. Los descubrimientos científicos, como hemos dicho, están motivados por necesidades técnicas. La ciencia se convierte en tecnología nada más salir de los encerados y las probetas del laboratorio. La medicina avanza en función de planes para combatir enfermedades concretas de nuestra época, como el cáncer, el SIDA o la problemática cardíaca.

Aparecen ciencias del comportamiento humano, a nivel colectivo individual: la sociología, la psicología, que vierten hacia técnicas concretas y se aplican al dominio del hombre. Surgen técnicas específicas para la enseñanza con abundancia de medios electrónicos. A través de las nuevas ciencias se llega al adoctrinamiento político, el dominio de las masas, utilizando técnicas de propaganda o de racionalización del trabajo en busca de mayores rendimientos. El sociólogo Sorokin, en este último campo, comenzó en la Western Electric de Chicago, en 1927, técnicas que comienzan ahora a difundirse, como los horarios flexibles, los test psicológicos que completan los de reflejos y aptitudes, los psicólogos de empresa, la música ambiental… por razones no morales, sino de productividad.

Surgen así, junto a los ingenieros técnicos, los “ human engineers”. Hasta en la política aparece un tipo especial, el tecnócrata, y en el mundo económico los “managers” y los ejecutivos, típicos de la vida moderna, apoyados todos en ese gran instrumento técnico que es la estadística.

El conocimiento del alma humana avanzó de forma extraordinaria a partir de Freud, que en 1900 publica “La interpretación de los sueños “, comenzando así la técnica del psicoanálisis que perfeccionarían Jung o Adler. En sociología, Sorel sería la base en la que se apoyarían los totalitarismos para el dominio de las masas. El ruso Pavlov analiza el estudio del comportamiento humano, y sus condicionamientos y sus respuestas automáticas (los reflejos) a través de estudios con perros y ratas.

Una ciencia, la biología, alcanza alturas insospechadas, unida a la psicología y la sociología. Se descubren multitud de procesos químicos, a nivel tanto físico como psicológico, del cuerpo humano. Se estudia la estructura y el origen de la vida. Aparecen la endrocrinología, la neurología…

Pero sin lugar a dudas, el hecho que más ha modificado todos los esquemas humanos científicos y técnicos en este siglo, y que por ello merece una mención especial, ha sido el que se produce en 1948, cuando Wienner descubre la analogía del cerebro humano con los cerebros electrónicos. Y aparece la cibernética. Máquinas que pueden calcular, pensar, decidir. De este modo, el hombre no sólo hace máquinas que le permiten dominar la naturaleza, hace máquinas que en un momento dado pueden llegar a dominarlo a él mismo.

Actualmente no se concibe un mundo sin el apoyo de la informática. La sociedad se ha convertido en un esclavo de la misma, lo cual no es malo, simplemente es así. Podríamos poner infinidad de ejemplos: los Sistemas de Información Geográfica (sig), los Global Positionament Sistems (GPS), el Diseño Asistido por Ordenador (CAD), Internet, la infinidad de programas específicos de cada una de las áreas de la Ciencia y la Tecnología: comunicaciones, ingeniería, medicina, organización y producción industrial,…etc. Todo ello ha contribuido a que este siglo haya sido el periodo de tiempo en que la humanidad ha sufrido la mayor evolución tecnológico-científica de toda su historia; y lo mejor aún está por llegar.

11.- BIBLIOGRAFIA CONSULTADA.

– “ Historia de las civilizaciones y del arte”. Julio Valdeón, Isidoro González, Mariano Mañero, Domingo J. Sánchez Zurro. Ed. Anaya, S.A. 1979 – Madrid.

– “ Ciencia, Tecnología y Sociedad”. Juan J. Abad, Abel Manuel García, José Sangüesa. Ed. McGraw – Hill. 1997.

– “ Enciclopedia Encarta”. 1998.

– “ Historia del Mundo Contemporáneo “. Introducción al trabajo universitario. Grupo edetania. ECIR.1989.

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