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Tema 10 – La educación sexual en la etapa infantil. Descubrimiento e identificación con el propio sexo. La construcción de los roles masculino y femenino. Estrategias educativas para evitar la discriminación de género.

0. INTRODUCCIÓN

1. LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LA ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL.

1.1. Conductas sexuales infantiles.

1.1.1. Autoestimulación sexual.

1.1.2. Juegos sexuales.

1.1.3. Contacto corporal.

1.1.4. Exhibicionismo.

1.1.5. Observar relaciones sexuales adultas.

1.2. Criterios para la educación sexual.

2. DESCUBRIMIENTO E IDENTIFICACIÓN CON EL PROPIO SEXO.

2.1. Descubrimiento del propio sexo.

2.2. Identificación con el propio sexo.

3. LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ROLES MASCULINO Y FEMENINO.

4. ESTRATEGIAS EDUCATIVAS PARA EVITAR LA DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO.

4.1. Estrategias.

4.2. El juego y el juguete

4.3. El cuento.

4.4. Los medios de comunicación.

5. BIBLIOGRAFÍA.

– Cajas Rojas de E.I. M.E.C., Madrid,1993.

– D.C.B., M.E.C. Madrid, 1989.

– LOGSE 1/ 1990 (Ley de Ordenación General del sistema educativo).

– Libro Banco para la Reforma.

– RD. 1004/91 .

– Guías Logse: Temas transversales. Vicens Vives, 1991.

– Marchesi, Coll y Palacios: “Desarrollo psicológico y educación”. Alianza Psicología.

Madrid, 1990.

0. INTRODUCCIÓN.

La educación sexual ha constituido en momentos anteriores objeto de tabú para la sociedad en general y, en concreto, para el ámbito educativo como fiel reflejo de los distintos valores y movimientos imperantes en el contexto social, temporal e histórico.

Sin embargo, la educación actualmente se plantea como fin primordial el desarrollo integral de la personalidad de los educandos en todas sus facetas y ámbitos. Este fin no se alcanza de manera adecuada y completa si se obvia un aspecto tan importante para la construcción de la identidad, el autoconcepto, etc., como es todo lo relacionado con el ámbito sexual.

De ahí que la escuela y, en concreto la E. Infantil hayan de tomar responsabilidades, puesto que los contenidos relativos a la educación merecen un tratamiento progresivo, partiendo del nivel madurativo del alumno pero entendiendo que no hay que retrasar la adquisición y comprensión de diferentes aspectos. Además, la omisión sexual da lugar a interpretaciones y conocimientos que no contribuyen a un tratamiento natural del tema.

Por otra parte, a lo largo de las distintas etapas educativas una vez que se han asumido la necesidad de incluir la educación sexual en el Currículo, se ha establecido su tratamiento en función de la formulación como tema transversal, algo lógico si se pretende impregnar el currículo de aquello que es propio y necesario en la sociedad actual.

Así mismo, es de vital importancia tal como se propone en la Logse, evitar la discriminación por razones de sexo, actitud más propia de otro tiempo pero que aún está presente, de ahí que en este tema aparezca también tratado todo lo relativo a la Igualdad de oportunidades.

Por último, afirmar que la escuela es reflejo de muchas actitudes y estereotipos, pero al mismo tiempo tiene que aprovechar su capacidad para provocar cambio a través de la acción educativa. En definitiva, se trata de educar desde y para una nueva manera de estar en la sociedad.

1. LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LA ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL.

La sexualidad existe desde el momento del nacimiento y, afecta por entero a la totalidad de la persona. Separar la sexualidad del resto de la globalidad del ser humano supondría dividir al hombre mismo de su realidad concreta y universal.

El hombre es un ser sexuado y esto precisamente configura su personalidad.

Debe perseguir la realización de una sexualidad plena y madura que permita al individuo una comunicación equilibrada con el otro sexo, dentro de un contexto de afectividad y responsabilidad humana. De ella se derivan, fundamentalmente tres aspectos:

(1) Información fisiológica o biológica, sobre las cuestiones técnicas, que sean veraces y empleen un vocabulario adecuado y sin connotaciones negativas.

(2) Formación integral de la persona. Integración de la sexualidad como aspecto de la afectividad de la persona y parte de la educación global.

(3) Formación de actitudes positivas.

La intervención educativa parte de tres ámbitos:

(1) De las preguntas que los niños espontáneamente realizan.

(2) Del programa educativo, como parte de la educación global y sistemática.

(3) Del modelo de comportamiento y actitud que padres y educadores reflejan u ofrecen a los niños y niñas.

La educación sexual es responsabilidad compartida de todos los que están en contacto con el niño/a. Padres y educadores con su actitud y relación, están transmitiendo pautas sexuales, consciente o inconscientemente. Se debe proporcionar al niño/a la información sana y veraz que su curiosidad vaya demandando, y al ritmo de sus necesidades.

Los profesores de la etapa de educación infantil, además de cuidar sus actitudes, deben programar aspectos de educación sexual, dentro de la metodología globalizada que incorpora todos los temas de interés para el niño/a y para su formación integral.

La educación sexual atenderá a las necesidades de los alumnos, y por lo tanto irá variando (la información a proporcionar y metodología) a lo largo de los cursos.

Los intereses de los niños en esta etapa se centran en el embarazo y el nacimiento.

1.1. Conductas sexuales infantiles.

1.1.1. Autoestimulación sexual.

Durante los primeros años el niño/a explora todo lo que en su alcance está y

especialmente su cuerpo. Los órganos sexuales no escapan a su curiosidad. A diferencia de otras zonas y por su sensibilidad experimenta cierto placer que le hace fijar durante más tiempo dicha actividad, o que la utilice ante frustraciones o tensiones o por necesidad de satisfacción o consuelo.

Es una acción natural e inofensiva por lo que no se debe prestar mayor atención.

Ante niños que la practican durante un tiempo bastante prolongado habría que preguntarse sobre las relaciones familiares, cantidad de momentos que pasa solo sin nada que hacer o sin compañía y objetillos, niños apáticos… pero con actividades placenteras de otro tipo o que le llame su atención prescindirá de esta práctica.

Sus causas podríamos resumirlas en:

(a) falta de ocupación,

(b) frustración de su afectividad por parte de los padres

(c) el retraso psicomotor y al que se le exige lo que es incapaz de hacer,

(d) la enfermedad y la separación de la familia y

(e) la mala adaptación a su cuerpo sexuado.

1.1.2. Juegos sexuales.

Suelen producirse a partir de los 4 años y es un juego bastante frecuente en forma simbólica (médicos, papás…). Pretenden examinar los cuerpos de los otros y las diferencias respecto al suyo. Una vez conseguido su fin finalizará el juego, por ello la actitud de los educadores ha de ser indiferencia o promoviendo otras actividades con las que el niño pueda conocer los cuerpos de los demás.

1.1.3. Contacto corporal.

Las manifestaciones de cariño son sanas. El niño necesita de contacto y apoyo afectivo mediante conductas tiernas y cariñosas. Deben vivir las relaciones de contacto (besos, caricias, exploración del cuerpo de los padres… tanto de los adultos como de los demás niños.

1.1.4. Exhibicionismo.

Conducta frecuente en el parvulario. Tampoco tiene trascendencia ante actitudes adultas indiferentes, pues son de interés momentáneo.

Todas estas conductas pueden ser el punto de partida para introducir una unidad didáctica sobre las diferencias sexuales entre las personas, de carácter informativo.

1.1.5. Observar las relaciones sexuales adultas.

Deberá adoptarse una actitud comprensiva, tolerante y benevolente, haciéndole ver que son conductas intimas de los padres que deben respetarse al igual que se respetan sus actividades y sus juegos. Es necesario asimismo hacerle comprender que es una manifestación sana y deseable.

1.2. Criterios para la Educación Sexual.

Tenemos que tener en cuenta una serie de actitudes y criterios que se pueden aplicar en la educación sexual, éstos son:

(1) No dejar nunca una pregunta sin respuesta.

(2) Contestar siempre la verdad adecuándola a lo que el niño desea saber.

(3) Utilizar un vocabulario claro y adecuado.

(4) Metodología participativa

(5) Aprovechar determinadas situaciones para plantear la información con naturalidad.

(6) Adecuada comunicación familia-escuela, evitando incongruencias y contradicciones.

(7) No discriminar por razón de seco.

(8) Evitar indicios de tabú.

(9) Promover actitudes positivas.

Para concluir, expondremos algunas pautas de lo que nunca se debe hacer en educación sexual y lo que si se debe hacer:

(A) NUNCA se debe:

(-) Hablar aparte al niño y en forma de secreto.

(-) Negarnos a contestar sus preguntas.

(-) Adelantarnos a las preguntas de los niños.

(-) Castigarles o reprimirles porque pregunten o manifiesten su sexualidad.

(B) SE DEBE, en educación sexual.

(-) Responder sin tener en cuenta el sexo del que pregunta.

(-) Responder inmediatamente sin dar importancia.

(-) Emplear siempre palabras correctas.

(-) Facilitar preguntas que no se atrevan a formular.

(-) Aprovechar las circunstancias de un embarazo para explicar el tema.

2. DESCUBRTIMIENTO E IDENTIFICACIÓN CON EL PROPIO SEXO.

2.1. Descubrimiento del propio sexo.

El descubrimiento del sexo individual tiene dos facetas, una de reconocimiento de sus órganos sexuales y la comprensión de lo que son diferentes de los del otro sexo; otra la identificación con el modelo de su propio sexo.

Hacia el tercer año el niño descubre las diferencias anatómicas entre los sexos (siempre que tenga ocasión de observarlas). Cuando se ha establecido el sentimiento de individualidad, el niño/a debe reconocer su pertenencia a un sexo.

A los cuatro años, busca la causa de las diferencias de estructura física, pero todavía no comprende la significación profunda de los sexos.

A los 5, 6 años está familiarizado con las diferencias de los sexos, pero esta poco interesado por ellas.

A los 6 años va siendo consciente de las diferencias sexuales, y comienza a interesarse por estas diferencias.

2.2. Identificación con su propio sexo.

Es preciso señalar que hay que distinguir entre:

(1) identidad existencial e

(2) identidad categorial.

La identidad existencial supone una conciencia de sí mismo. Gracias a ella nos descubrimos como entes diferentes a los demás.

La identidad categorial es el conjunto de características propias que sirven para definirse como persona.

La identidad sexual y la identidad de género son dos contenidos que se dan en la identidad categorial (a lo largo de la vida):

(a) la identidad sexual es un juicio sobre la persona (niño / niña).

(b) identidad de género: es el conocimiento de las características y funciones que la sociedad asigna como propias del niño y de la niña.

El objetivo de la intervención educativa será enseñar a distinguir ambos conceptos ya que los niños / as no los diferencian en la etapa de infantil.

La adquisición de la identidad sexual y de género sigue el siguiente proceso gradual:

(1) Reconocimiento de la existencia de dos tipos de forma de vida (adornos, vestidos, juguetes, actividades). Los niños antes de los 2 años manifiestan preferencias según el sexo.

(2) Autoclasificación de cada una de las categorías sexuales. Este juicio se produce entre 1,5 y 3 años.

(3) Utilización de la identidad sexual y de género para definir sus preferencias. Este hecho se produce a partir de los 3 años, y es tan fuerte como para rechazar los juguetes y las actividades que consideran propios del otro sexo.

(4) A partir de los 6/7 años los niños / as ya son conscientes de que el sexo es una característica permanente.

La identificación se produce a través de:

(1) Imitación de las personas del mismo genero.

(2) Valoración positiva de las cosas que se consideran propias de su género.

(3) Imitación de las personas

(4) Se observan las cosas en función de sus propios intereses

(5) Se responde mejor a la información que no contradice la que ya tenemos.

La familia entrena a los niños en aquello que culturalmente se considera conveniente tanto en normas como en conductas y, al mismo tiempo, los estimulan para que inhiban las conductas indeseadas.

Padres y madres son las figuras de apega y son los modelos a imitar; son quienes determinan el ambiente y los encargados de reforzar la conducta del niño.

El aprendizaje social dentro de la familia tiene gran importancia para el desarrollo de la personalidad del niño, durante los primeros años de vida se establece o modifican determinadas características, entre ellas están: la curiosidad sexual, la dependencia o independencia, la agresión, la motivación del logra (dominio de tareas), tipificación sexual, la ansiedad la conciencia.

3. LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ROLES MASCULINO Y FEMENINO.

Es preciso señalar que cada sociedad transmite una serie de normas y valores así como unos roles asignados a uno u otro sexo (hay profesiones ligadas al sexo, conductas tipificadas como masculinas o femeninas…) En este contexto los niños están marcados por los estereotipos sexuales mostrados en su entorno (determinados juguetes son adecuados según la edad en otros no, igualmente los deportes).

En los primeros años de la infancia los niños no distinguen entre la identidad sexual y la identidad de género, adoptando identidades de género en base al hecho de ser hombre o mujer. Estos hechos son los que hacen fundamentalmente necesaria no sólo la intervención educativa sino también la intervención de la familia.

En la construcción de los roles masculino y femenino lo primero que se transmite al niño es el concepto de “identidad de género” (asocia comportamientos, actuaciones, intereses… en función del sexo). Entre los 2 y 3 años se identifica claramente con un grupo sexual, basándose en elementos externos. A partir de los 3 años aparece el aprendizaje social de la identidad de género.

Hoy día las sociedades actuales (occidentales) son conscientes de la igualdad de sexos, esto hace que se vayan superando determinados estereotipos que venían ligados al sexo. Por ello la familia, -la escuela deben trabajar desde época temprana estos aspectos para evitar actitudes discriminatorias y estereotipos sociales.

Los estereotipos dificultan el ejercicio espontáneo de su identidad, por ello debemos propiciar la autoconfianza de los niños y niñas siendo muy importante que los educadores muestren actitudes abiertas y flexibles frente a los estereotipos sociales.

4. ESTRETEGIAS EDUCATIVAS PARA EVITAR LA DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO.

4.1. Estrategias.

Se define el estereotipo sexista como un fenómeno de tipo negativo y que está caracterizado por admitir actitudes y comportamientos discriminatorios por razones de sexo.

Es cierto que la “sociedad” es el agente fundamental en la transmisión de estos estereotipos. Sin embargo la sociedad actual presenta cambios vertiginosos y se tiende, de forma generalizada, a evitar cualquier tipo de discriminación.

Es fundamental dar respuesta a estos problemas desde la infancia. Así dos instituciones como son la familia y la escuela deberán incluir estos contenidos como objetivos.

La institución escolar ha de responder a demandas de la sociedad y educar a los niños en una serie de valores que conllevan a la modificación de éstos en aspectos positivos.

La Logse recoge estas valoraciones y así establece:

(1º) “La educación tendrá como objetivo la superación de los estereotipos sociales asimilados por la diferencia de sexo”.

(2º) Igualmente establece como principio de intervención educativa: “la efectiva igualdad de derechos entre los sexos, así como el rechazo a todo tipo de discriminación”.

Igualmente el D.C.B. establece “la educación será no discriminatoria orientada a la igualdad de personas y de oportunidades, cualquiera que sea su capacidad, sexo, raza, origen social; tratando de eliminar estereotipos sexistas que aún hoy existen en nuestra sociedad”.

El profesorado es el agente fundamental en el proceso de formación de la identidad, por ello debe mostrar actitudes abiertas y flexibles que posibiliten una selección de roles que respeten sus intereses y necesidades aunque siempre sean consecuentes con sus expectativas. Deberá reflexionar para evitar que de manera cotidiana se produzcan situaciones que demuestren actitudes sexistas.

También se hace obligado para desarrollar una educación no sexista la colaboración de la familia, dado que deben compartirse los criterios educativos.

Como estrategias educativas concretas las Cajas Rojas de E.I. establecen:

(1) Reflexionar el profesorado sobre sus propios perjuicios.

(2) Cuidar el lenguaje

(2) Se presentarán actividades que puedan ser realizadas por ambos sexos.

(3) Desarrollar su autonomía ante estereotipos (poner la mesa).

(4) Hacerles valorar sus experiencias así como enseñarles a corregir sus errores.

(5) Se deben realizar actividades dirigidas a enseñar que las capacidades socio-profesionales así como las doméstico-afectivas no tienen un rol definido.

(6) Tratar por parte de los adultos no transmitir contradicciones.

Como fuentes de aprendizaje en esta etapa se señalan como básicas:

(1) El juego.

(2) Rutinas cotidianas.

(3) Medios de comunicación.

“El currículo oculto” constituye todo aquello que sin explicitar configura la vida diaria de la Educación Infantil y que inevitablemente actúa de transmisor de estereotipos culturales que ocasionan una desigualdad entre niños y niñas, comportando consecuencias negativas para ambos. Por lo tanto el equipo ha de:

(1) Revisar los cuentos y el material didáctico.

(2) Realizar modificaciones necesarias en impresos e informaciones administrativas donde aparezcan explicita: maestras, directoras, madres y alumnas.

(3) Grabar las interacciones entre niños y niñas y reflexionar sobre ellas.

(4) Evitar la colisión con los valores familiares.

4.2. El juego y el juguete.

El juego es un elemento educativo fundamental en la vida de niños y niñas. A partir de los 2 ó 3 años empieza a diferenciarse entre niños y niñas. Supone un aprendizaje social de su entorno donde se reproduce la realidad.

La escuela puede a través de charlas, debates, incluso campañas llegar a la elaboración de criterios compartidos con las familias a la hora de ofrecer juguetes o literatura a niños y niñas:

(1) Ofrecer a niños/as una amplia gama de juegos y juguetes.

(2) Facilitar el uso adecuado de todo tipos de juguetes, evitando los criterios que tradicionalmente se han aplicado clasificándolos para niños o niñas.

(3) Seleccionar los juguetes o cuentos que ofrece el mercado, atendiendo incluso al envase, formato e ilustraciones, pues a menudo son claramente esteriotipados.

4.3. El cuento.

Como cualquier otro tipo de literatura, el cuento puede transmitir una ideología. Por muy simples que parezcan los hechos que se cuentan, aunque se trate de ilustraciones de escenas aisladas, el cuento comunica una determinada forma de concebir la vida.

Por lo tanto deberemos:

(1) Seleccionarlos para evitar modelos esteriotipados.

(2) Modificar el lenguaje en su caso.

(3) Inventar cuentos alternativos

(4) Introducir personajes o finales diferentes alternando el sexo de los protagonistas.

4.4. Los medios de comunicación.

Otro tema de interés en la relación con las familias suele ser la influencia que ejercen los medios de comunicación, y sobre todo la televisión , en los niños y niñas.

Pueden analizarse conjuntamente múltiples mensajes sexistas observando la clara distinción entre los roles masculinos y femeninos.

Padres y madres pueden contrarrestar estos mensajes haciendo una mínima selección de programas.

Sobre todo será positiva su actuación facilitando la formación de un espíritu critico.

5. BIBLIOGRAFÍA.

* Ver esquema.

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