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Tema 5 – La salud y la calidad de vida. Hábitos y estilos de vida saludable en relación con la actividad física. El cuidado del cuerpo. Autonomía y autoestima.

Esquema:

Introducción.

La salud y la calidad de vida.

Hábitos y estilos de vida saludables en relación a la actividad física.

El cuidado del cuerpo.

Conclusiones.

Referencias bibliográficas y documentales.

INTRODUCCIÓN.

Siguiendo al MEC (1992) “desde el área de Educación Física se intenta educar las capacidades motrices de los alumnos. Ello supone desarrollar destrezas y habilidades instrumentales que perfeccionen y aumenten su capacidad de movimiento, profundizar en el conocimiento de la conducta motriz como organización significante del comportamiento humano y asumir actitudes, valores y normas con referencia al cuerpo y a la conducta motriz”. (DCB, 1992).

La idea fundamental que se quiere transmitir a lo largo de este tema es que si realizamos un trabajo adecuado a los estilos de vida saludables en relación con la actividad física, así como fomentamos el cuidado del cuerpo, la autonomía y la autoestima, estaremos influyendo en una mejora de la calidad de vida de nuestro alumnado

Nos encontramos ante un tema de singular importancia, ya que si realizamos un trabajo adecuado a los estilos de vida saludables en relación con la actividad física, así como fomentamos el cuidado del cuerpo, la autonomía y la autoestima en este nivel educativo, estaremos contribuyendo a que se cumplan los objetivos que el currículo prescribe para el área de Educación Física en la Educación Primaria.

Dado el carácter globalizador de la Educación Física en la Educación Primaria, con las actividades en las que trabajaremos la salud y la calidad de vida desarrollaríamos todos y cada uno de los objetivos curriculares, sin embargo este incide principalmente en los siguientes objetivos (RD 1344/1991):

Objetivo nº 1:

Conocer y valorar su cuerpo y la actividad física como medio de exploración y disfrute de sus posibilidades motrices, de relación con los demás y como recurso para organizar el tiempo libre.

Objetivo nº 2:

“Adoptar hábitos higiénicos, posturales, de ejercicio físico y de salud manifestando una actitud responsable hacia su propio cuerpo y relacionando estos hábitos con sus efectos sobre la salud”.

Objetivo nº 3:

“Regular y dosificar su esfuerzo llegando a un nivel de autoexigencia acorde con sus posibilidades reales y la naturaleza de la tarea que se realiza, así como utilizar el esfuerzo, y no el resultado obtenido, como criterio fundamental de valoración”.

Estos objetivos se desarrollan a través de los bloques de contenido señalados en el DCB. El desarrollo es factible a través de todos ellos, sin embargo señalamos el que incide especialmente en este desarrollo. Estos son (RD 1344/1991):

Salud corporal.

Se deben tratar a nivel conceptual, procedimental y actitudinal, ya que aunque se trate de contenidos fundamentalmente procedimentales, son muy importantes los conceptos que permitan comprender el proceso de adquisición de hábitos y estilos saludables en relación con la actividad física y sobre todo, aprendizajes de actitudes, valores y normas que permitan al alumno y a la alumna valorar esta actividad en su justa medida.

LA SALUD Y LA CALIDAD DE VIDA.

El concepto de salud, antaño ligado a la ausencia de enfermedades, ha ido evolucionando con el tiempo, hasta llegar a la actualidad, momento en el que lejos de entenderse como un estado relativamente transitorio de ausencia de enfermedad, se concibe como una forma de vida.

La OMS la define como “el estado completo de bienestar físico, mental y social”, y no solo como una mera ausencia de enfermedad o dolencia. Vemos que esta definición implica una idea de salud amplia y de carácter positivo.

Dentro de esta línea se encuentra el concepto de salud de Salleras (1985) que lo define como “el nivel más alto posible de bienestar físico, psicológico y social, y de capacidad funcional, que permitan los factores sociales en los que vive inmerso el individuo y la colectividad”. Este autor destaca que la salud es un derecho y además una responsabilidad personal que debe ser promocionada por la sociedad y sus instituciones; la escuela adquiere así su justificación y relevancia en el tema que nos ocupa.

Los principales indicadores de salud son; la esperanza de vida, la esperanza de vida sin incapacidad, la mortalidad y la morbilidad. La esperanza de vida ha ido aumentando debido a la mejora de las condiciones socio-económicas, preventivas y asistenciales (vacunaciones, higiene, antibióticos..), disminuyendo la mortalidad, pero aumentando la morbilidad y la importancia de las enfermedades crónicas y los accidentes.

Es evidente que existen formas y maneras de comportarse que son más favorables para la salud, frente a otras que pueden resultar más negativas. Esto nos lleva al concepto de estilo de vida, definido en general como “el conjunto de hábitos comportamentales cotidianos de una persona”. El hábito se define como la tendencia a repetir una conducta determinada ante situaciones similares; todas las conductas se aprenden y pueden ser educadas, por lo que en este sentido primero hay que conocer cuáles son los hábitos de salud para incorporarlos al propio estilo de vida.

El estado de salud va a depender de diversos factores como:

A/ Biológicos: son aquellos que comprenden aspectos genéticos y de envejecimiento, poco modificables.

B/ Ambientales: contaminación del aire el agua y el suelo, así como factores Psicosociales y socioculturales (violencia, stress, competitividad…)

C/ Estilo de vida: consumo de drogas institucionalizadas o no, falta de ejercicio, consumo excesivo de grasas animales e hidratos de carbono, conducción peligrosa…

D/ Sistema Sanitario: Calidad, cobertura y gratuidad.

Es necesario referirnos al concepto de calidad de vida, es decir, considerar la calidad de los años vividos y no solamente el total de los años que vivimos. En definitiva se trata de considerar los años durante los cuales una persona es autónoma, está libre de enfermedades crónicas y puede disfrutar de la vida (Bañuelos, 1998). Este concepto se ha forjado después de que gracias a los avances médicos la cantidad de vida (es decir, la longevidad) haya aumentado; se trata pues de que busquemos ahora la calidad de vida de esos años.

Si tomamos en consideración esta idea vemos como la influencia de la práctica de la actividad física en la salud adquiere una dimensión diferente, mucho más importante de la que le concedían las antiguas concepciones de la salud.

HÁBITOS Y ESTILOS DE VIDA SALUDABLES EN RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD FÍSICA.

Existe una estrecha relación entre inactividad física y el desarrollo de ciertas enfermedades, ya sean físicas o mentales. De ahí que se deba promocionar la actividad física, como medio para mejorar, sino curar enfermedades como la obesidad, la hipertensión, osteoporosis, diabetes, enfermedades cardiovasculares, y aquellas relacionadas con estados depresivos menores, ansiedad y estrés.

Condicionantes para el desarrollo de la actividad.

Establecidos los conceptos de salud, calidad de vida, hábitos, y estilos de vida, en este apartado nos centraremos en los aspectos necesarios a tener en cuenta para que la actividad física sea una actividad realmente saludable.

Desarrollaremos el apartado en torno a dos puntos: los condicionantes de la actividad, (examen médico, higiene personal, indumentaria, zapatillas, material e instalaciones) y el propio desarrollo de la actividad física (dentro de la programación y de la sesión de Ef).

Examen médico.

Muchos riesgos que amenazan la salud pueden prevenirse por el examen médico; otros son imprevisibles. Como profesor de Educación Física debemos acostumbrar a pasar cada cierto tiempo un reconocimiento que tuviese información sobre:

Constitución (peso, talla)

Aparato locomotor (deformaciones columna vertebral)

Enfermedades que pueden repercutir en el crecimiento (diabetes)

Parámetros cardiovasculares (pulso en reposo y en esfuerzo)

Será necesario tener en cuenta:

Las contraindicaciones absolutas para la práctica de ejercicio físico como enfermedades respiratorias y cardiovasculares así como renales bajo tratamiento médico. Precaución en infecciones, fiebre, anemias severas o desórdenes metabólicos, puesto que en estos procesos se puede producir muerte súbita, generalmente por un mecanismo final de insuficiencia cardíaca.

Las contraindicaciones relativas: las recuperaciones de las enfermedades antes mencionadas, lesiones musculo-articulares, en los que la actividad estará condicionada a lo prescrito por el especialista.

En lo que a nosotros respecta, como profesores de Educación física, deberemos hacer una valoración inicial de la condición física de nuestros alumnos, incluyendo pruebas de resistencia cardiovascular, que nos den una idea del nivel de estos parámetros en nuestros alumnos, ya que son los que más inciden en la salud.

Estas y otras pruebas serán determinantes a la hora de establecer el programa de actividad física (p.ej., en cuanto a intensidad del esfuerzo). Ya al final de esta etapa comienza a haber grandes diferencias en nuestros alumnos por lo que será muy importante la individualización. También será interesante esta valoración inicial para que ellos conozcan el nivel previo de sus capacidades y aptitudes y sean un estímulo para su mejora, ya que conocerán sus posibilidades y limitaciones.

Higiene personal.

Las personas que relicen actividad física deben adquirir unas pautas de comportamiento higiénico después de la práctica deportiva, tanto por higiene o limpieza personal (olor, sudor, polvo) como para prevenir básicamente enfermedades dermatológicas. Se recomienda la ducha después de la sesión de EF, aunque es difícil por la falta de instalaciones y tiempo (importnate será el ducharse con zapatillas de baño para evitar contagio de hongos, buen secado en pliegues cutáneos, etc). Al menos es importante lavarse la zona superior y cambiarse de camiseta.

Indumentaria.

A pesar de que cada alumno es libre de elegir su vestimenta, nosotros aconsejamos la más adecuado para la práctica de Actividad física. Es imprescindible que asegure la evaporación del sudor y no estimule la producción del mismo. El material más adecuado es el de lana, lino o algodón más que de poliester ya que estas últimas dificultan la transpiración del sudor y ello altera la termorregulación corporal. Los alumnos deben progresivamente adquirir autonomía en el uso de la indumentaria deportiva, eligiendo la más adecuada y cómoda para una práctica satisfactoria como criterios a la hora de elegirlas (no modas pasajeras). Importante será también el evitar anillos, pulseras, cadenas o cualquier adorno corporal que pueda dañar a compañeros o a uno mismo (sobre todo en actividades en grupo y con contacto), así como llevar el pelo recogido para evitar accidentes por mala visibilidad o descoordinación al retirarlo de los ojos.

Zapatillas.

En su elección hemos de tener en cuenta las siguientes características:

Bajas en su plataforma, para evitar esguinces y facilitar a su vez la movilidad del tobillo. Puntera y talón reforzados (este último con un espacio para dejar libre el tendón de Aquiles y evitar tendinitis por microtraumatismos).

Material impermeable, que permita la transpiración y sin costuras internas.

Suela antideslizante y flexible con el fin de permitir la flexión de los dedos de los pies.

Cordones no elásticos.

Entre dedo largo y punta debe quedar medio cm.

Calcetines finos y que faciliten la transpiración del sudor.

Material.

Una de las principales causas de lesiones es el uso de material deportivo defectuoso e inadaptado a las edades de nuestros alumnos y nivel de aptitud. Esto conduce a adquirir defectos técnicos importantes y sobrecargas funcionales. Sería conveniente disponer de material alternativo, adaptable en cuanto a tamaños, formas y pesos, lo que favorecería un buen aprendizaje así como la evitación de lesiones.

Instalaciones.

Teóricamente deberían cumplir los siguientes requisitos:

Pavimento.- Se les exigen las siguientes características: que protejan al aparato locomotor, mejoren el rendimiento deportivo, faciliten el desplazamiento y permitan facilidad de movimiento, sin irregularidades y de fácil limpieza.

Vestuarios amplios, aireados, iluminados y limpiables a chorro de manguera. Con duchas para ambos sexos, cuyo suelo deberá ser de material antideslizante e inclinación del 2% para evitar charcos (caldo de cultivo para microorganismos).

También disponer de botiquín de primeros auxilios, en lugar accesible y cerca de la zona donde se realiza actividad física. Debemos tener: tijeras, pinzas, soluciones desinfectantes, gasas y vendas estériles, guantos, hielo…además de lista de teléfonos de centros de urgencias próximos.

El desarrollo de la actividad física.

Si en el apartado anterior hemos hecho referencia a aspectos relacionados con el ejercicio físico, pero no al mismo, en éste pretendemos que dicha actividad física se sepa planificar primero por el educador y después autónomamente por el alumno, con la máxima eficacia y el mínimo riesgo de lesiones o prejuicio para la salud.

Nos referiremos a consideraciones a tener en cuenta en la programación en general y la sesión en particular.

Programación.

Los educadores debemos entender que cualquier intervención educativa nuestra que no esté cuidadosamente programada puede ir en detrimento de la salud y bienestar de los alumnos.

De forma general debemos considerar que el aprendizaje y práctica incorrecto de habilidades motrices y técnicas deportivas puede ser perjudicial y decisiva, unas veces a corto plazo en forma de lesiones momentáneas y otras de forma general conduciendo a problemas crónicos que irán apareciendo posteriormente. Tampoco será adecuado el tratamiento de un nivel de condición física superior a la capacidad del alumno.

Por tanto, la mayor parte de lesiones se producen como resultado de ejercicios no apropiados, bien por el proceso de aprendizaje propuesto, bien por la exigencia de condición física que requiere, que no es la adecuada para todos y cada uno de los alumnos. Es necesario e imprescindible que el ejercicio físico tenga en cuenta las características físicas, condicionales y coordinativas de todos.

En base a esto ¿qué debemos tener en cuenta en nuestras programaciones?

Respetar las limitaciones físicas de los alumnos de primaria.

Se produce a lo largo de esta etapa un aumento funcional en todas las capacidades físicas, aunque lógicamente tienen todavía profundas limitaciones físicas. Importante serán los aprendizajes correctos, incidiendo en las actitudes corporales que posteriormente serán más difíciles de corregir.

Tener en cuenta la diversidad de los alumnos.

Cada vez es mayor por el ritmo diferente de maduración y por la herencia; además, el gusto y motivación por la práctica de actividad física hacen que los alumnos partan con diferentes niveles de experiencia previa. Ello hace que la adaptación de los ejercicios propuestos deba ser una constante en nuestras programaciones. Igualmente es necesario tener en cuenta alumnos con problemas médicos específicos que merman su capacidad física (NEE). El conocimiento de dichos problemas tiene como finalidad crear adaptaciones para que dichos alumnos progresen en su capacidad motriz sin riesgos.

Realizar agrupamientos variados.

Dado que tenemos que enfrentarnos a una diversidad de alumnos en cuanto a su desarrollo y condición física para realizar tareas motrices, es necesario que programemos formas diferentes de agrupamientos que se adapten a la atención a la diversidad. La formación de grupos es un elemento de fundamental importancia al que el educador debe prestar especial atención y cuidado. No se trata de intervenir de forma autoritaria sobre un aspecto que es apropiado para fomentar la interrelación espontánea de los alumnos sino de tener criterios y argumentos sólidos para estructurar los grupos en virtud de objetivos, contenidos y los propios recursos didácticos que intervienen en cada momento. Los grupos en base a criterio del mismo nivel de capacidad inicial no siempre se han mostrado como los más apropiados (consideración del grupo de torpes, ausencia del modelo al que emular, ayuda).

Progresar gradualmente y asegurarse de que los alumnos están preparados.

La dificultad de la tarea no debe ser excesiva ni suave para todos y cada uno de los alumnos. En el primer caso puede provocar desmotivación porque no logran superarse y riesgo de lesión porque no la realizan correctamente. Si es suave no supone superación ni mejora corporal o aprendizaje significativo, lo que puede desmotivarlos. Enseñar a los alumnos cómo progresar en su actividad física es algo que después les será útil durante el resto de sus vidas. También es conveniente la progresión adecuada de acondicionamiento físico si se quieren evitar lesiones.

En cuanto al trabajo de condición física .

Debemos fomentar la flexibilidad, desarrollar y controlar la resistencia aeróbica, trabajar la velocidad así como la fuerza, evitando en cualquier caso sobrecargas.

Realizar análisis de las tareas.

Para saber donde están las dificultades y determinar las estrategias didácticas y progresiones adecuadas.

Conocer y prever la seguridad del equipamiento e instalaciones.

Supervisar y eliminar objetos peligrosos (suelo resbaladizo, bordes afilados, espalderas rotas o astilladas, bancos con clavos peligrosos) así como cerciorarse de la seguridad del material. Exigir también la indumentaria más conveniente (hábitos de utilización de ropa y calzado adecuado, pelo, anillos, ducha…)

Sesión.

Estructurar la intensidad de las sesiones.

Sea la metodología que utilicemos o actividades a desarrollar, es importante que la clase o sesión de Educación Física siga un esquema fijo respecto a intensidad. La figura que acompaña muestra la curva de intensidad que debe seguirse en el trabajo de la actividad física.

Calentamiento parte principal vuelta a la calma

Calentamiento.- Todas las clases necesitan de un período de adecuación, el cual será tanto fisiológico como psicológico. Debe tener una duración de 10-15 minutos, incluyendo en ellos ejercicios de carrera, coordinaciones sencillas, elasticidad…(mejor mediante juegos). Con ello conseguiremos la activación del corazón y el aumento de temperatura, sí como una lubricación de las articulaciones. De esta forma la posibilidad de esguinces, tirones y desgarros musculares, ligamentosos y tendinosos serán mucho menor, así como la de lesiones articulares ya que el desgaste y rozamiento en las mismas será menor por la lubricación existente.

Parte principal.- Se desarrollan ejercicios más complicados y que requieren mayor desgaste físico. Sería interesente mantener las pulsaciones entre 120 y 170, y sobre todo respetar el principio de máxima inclusión y participación (ya que tenemos poco tiempo en las clases, es importante la organización para que los alumnos desarrollen la actividad el mayor tiempo posible).

Vuelta a la calma.- Ya que no podemos terminar la actividad física intensa de manera brusca para mandar a los niños a otra clase, con aumento de temperatura corporal, taquicárdicos y sobre todo fatigados. Entre 5 y 10 min. en los que la realización de ejercicios que relajen permitan la recuperación adecuada del esfuerzo desarrollado por el alumno en la clase.

Distribución de las sesiones y ejercicios.

Cambiar de actividad para no sobrecargar siempre el mismo sistema funcional, posibilitando los procesos de recuperación. Importante que controlen la frecuencia cardíaca.

Nutrición. Tener en cuenta los procesos de ingesta alimenticia.

Si el ejercicio es de intensidad suave puede desarrollarse después de la ingestión de comida leve (desayuno). Cuando la ingestión ha sido fuerte es necesario tener en cuenta este factor para adaptar la intensidad de la clase a las necesidades metabólicas particulares en ese momento de nuestros alumnos. Si es después de ayunos de más de tres horas sería conveniente que ingirieran alimentos fácilmente digeribles y con azúcar, para evitar mareos (fruta, por ej).

Vigilar las ejecuciones técnicas incorrectas.

Por lo ya comentado y tener en cuenta ejercicios contraindicados (que los conozcan).

EL CUIDADO DEL CUERPO.

Vistas las consideraciones que hemos de tener en cuenta para que la actividad física sea realmente una actividad saludable, en este apartado vamos a ocuparnos de los beneficios que logramos a través del cuidado del cuerpo, centrándonos en el ejercicio físico.

Los riesgos frecuentemente aparecen en los dos extremos de las desviaciones; es decir por un exceso de inactividad o por un exceso de actividad.

En este sentido es necesario prestar atención al niño inactivo como al que practica deportes en exceso. Importante en el primer caso es ver cual es la causa que le lleva a esta antinatural inactividad; en el segundo, vigilar las posibles interferencias con otros procesos del crecimiento o la aparición temprana de lesiones.

En la actualidad, el acceso fácil a los alimentos, algunos conceptos mal entendidos por generaciones como es el deseo del sobrepeso, nuevas tecnologías que potencian ocio pasivo han dado lugar a niños obesos, inactivos y desmotivados para la actividad física. El ejercicio físico sería beneficioso, pero en principio crea aversión en el propio individuo. Se crea el llamado “Ciclo de la obesidad” (Ruiz,1994), según el cual el ciclo cerrado de la obesidad se manifiesta en estas edades llevando inexorablemente al mayor aumento de peso si no se actúa adecuadamente para romperlo.

El sujeto obeso tiende a distorsionar su imagen corporal. El valor que a lo morfológico concede el resto de las personas, su propia vivencia, su incapacidad para acceder a un gran número de experiencias infantiles conllevan a esta distorsión, que aumenta por el rechazo de los compañeros y presiones paternas. Esta situación provoca descenso de autoestima (no sirvo, no soy capaz) y aumenta el aislamiento, que se ve compensado por mayor ingesta y el rechazo de toda actividad física. Estas circunstancias conducen a aumento peso corporal y aparición de la obesidad, considerada como enfermedad por la moderna Medicina. Además el ejercicio físico es poco eficaz para reducir el peso, en principio por la propia dificultad y poca resistencia de estos sujetos para la actividad física, falta de motivación…

El profesor de educación física puede contribuir a la ruptura del círculo vicioso: colaborando con otros profesionales (médico, psicólogo, padres), motivando a los niños hacia un mayor nivel de actividad física y diseñando programas de actividad física adecuada. Por el contrario niños interesados en el deporte y sobre todo aquellos que realizan deporte competitivo ocasionalmente tienden a desarrollar actividad física excesiva y frecuentemente incompleta. Debemos prestar atención a aquellos problemas relacionados con la interferencia en los procesos de crecimiento, patologías más frecuentes en estas edades y deportes practicados, síntomas de sobreentrenamiento, descenso de la autoestima, etc.

Realizadas estas consideraciones respecto a los dos extremos de sujetos que podemos encontrarnos en relación a la actividad física y las incidencias de la misma sobre la salud y calidad de vida, vamos a tratar de sintetizar cuales son los beneficios que una actividad física regular y bien programada puede tener sobre la salud; y también incidiremos en las contraindicaciones de una actividad excesiva o mal realizada. Para ofrecer una visión más ordenada y sistemática de los efectos del ejercicio físico hemos considerado dos ámbitos fundamentales de influencia: el fisiológico y el psicológico (en el que nos centraremos en la autonomía y la autoestima).

Beneficios fisiológicos.

Podemos destacar dos vertientes principales, la primera de las cuales representa el presente del niño, y está basada en la idea de la utilidad del ejercicio físico para los procesos de desarrollo y crecimiento característicos de esta etapa de la vida. La segunda vertiente representa a la perspectiva del futuro, es decir, los efectos que a largo plazo puede tener el ejercicio físico que se realice en esta etapa de la vida en la salud del individuo. Sin duda dentro de este tipo de efectos destacamos la mayor probabilidad de permanecer activo en la vida adulta si en la niñez y adolescencia se consolidaban hábitos de práctica del ejercicio físico.

Siguiendo a Bañuelos (1998) vamos a centrarnos en analizar los siguientes aspectos:

Condición física cardiovascular.-

La condición física de carácter aeróbico se ha relacionado con la salud cardiovascular, produciendo menor frecuencia cardíaca, mayor volumen sistólico, apertura de los capilares, etc. En este sentido existen evidencias de carácter patológico que indican que ya desde la infancia, comienza a generarse la arteriosclerosis (acumulación de grasa en las arterias). Sobre esto se afirma que muchos de los factores de riesgo implicados en la adquisición y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares están relacionados con el estilo de vida, siendo los factores más importantes la nutrición, el consumo de tabaco y el ejercicio físico. Parece ser que el tipo de actividad física debe ser de una intensidad moderada, realizada con una frecuencia preferentemente diaria y de una duración aproximada de 30 minutos.

Crecimiento óseo.-

La actividad física parece tener un papel importante en la reducción de riesgos de osteoporosis a lo largo de la vida. Mediante el ejercicio físico se produce una optimización del desarrollo óseo, de manera que los niños activos tienen una mejor salud esquelética que los menos activos. Para favorecer este desarrollo óseo debe realizarse trabajo de fuerza, con cargas no excesivas. Asimismo deben evitarse los períodos de inactividad prolongada, incluso durante los procesos de enfermedad, a causa de las artrofías que se pueden producir. Por otra parte, la falta de un régimen alimenticio que suponga un aporte de calcio adecuado, así como los hábitos de fumar puede tener un efecto negativo en el desarrollo óseo.

Composición corporal y obesidad.

La actividad física se encuentra asociada con reducciones del tejido adiposo e incrementos en la masa magra, aunque la tendencia de incremento de la adiposidad en la población de niños sugiere que se necesita la práctica de mayores niveles de actividad física. Los escolares obesos merecen nuestra atención como hemos destacado anteriormente. Sería importante tener en cuenta el total de calorías consumidas, pues parece ser un hecho más importante que el tipo de ejercicio realizado (Estruch y Batllé, 1987, citado por Bañuelos, 1998). Por otra parte, el ejercicio físico produce un aumento del volumen y la eficacia general de la musculatura empleada. Pero debe desarrollarse una musculatura equilibrada, compensada y manteniendo los niveles de flexibilidad y movilidad articular. Como contraindicación es necesario destacar que el proceso de hipertrofia muscular que produce el ejercicio hace que los músculos necesiten inserciones óseas fuertes y por ello, huesos capaces de soportar las grandes tensiones. En este sentido, tan solo una vez que se haya completado el desarrollo, los huesos podrán oponer la suficiente estabilidad a la fuerza muscular (Grosser, 1985).

En el caso de estas enfermedades: lo mejor es el reposo o disminución de la actividad, desaparecerán solas. Mucho cuidado también en la fase de recuperación de lesiones como esguinces, fracturas, ejercicios (introducción progresiva)

Sistema hormonal.

El ejercicio físico por sí mismo induce la liberación de hormonas que afectan de muy distinta forma al metabolismo y crecimiento. La realización de ejercicio es un estímulo potente para la liberación de la hormona del crecimiento humano (GH), de catecolaminas, glucagón, etc. Todo ello permite contemplar al ejercicio físico como conveniente en relación con la secreción hormonal y sus efectos; no obstante hay que tener presente algunas precauciones. Por ejemplo, la liberación de GH se puede producir también como respuesta a otros estímulos como el sueño, presencia de determinados aminoácidos, determinada maduración del organismo que pone en marcha la liberación masiva de esta hormona que precede al estirón de la pubertad. Es por esto que la realización de ejercicio físico intenso puede suponer un riesgo de alteración del normal crecimiento del sujeto. Así, en niños y adolescentes sometidos a entrenamientos intensos y duraderos se observa, que cuando por enfermedad o lesión entran en una etapa de reposo, dan un pequeño estirón. Obviamente esto puede ser interpretado de muchas formas, pero una de ellas es que el ejercicio estaba interfiriendo en el proceso normal del crecimiento.

En definitiva, el crecimiento y desarrollo de los individuos son procesos fisiológicos que deben ser conocidos por el profesional de educación física para que el ejercicio beneficie y no interfiera en dicho proceso, para que la expresión de la potencialidad genética de cada individuo sea total.

Beneficios psicológicos: autonomía y autoestima.

Dado el hecho de que el ejercicio físico puede tener efectos emocionales positivos, y que los niños sufren de problemas emocionales, los argumentos de los efectos preventivos y terapéuticos del ejercicio que se usan desde la perspectiva biológica se pueden aplicar a la temática psicológica. En este apartado vamos a centrarnos en la autoestima, uno de los temas clave a los que se enfrentan los educadores en este momento la cual se relaciona estrechamente con la consecución de una mayor autonomía.

Hoy día nos encontramos en la escuela con alumnos carentes de algunas destrezas básicas propias de su edad como: anudarse los zapatos, abotonarse, orientarse en el espacio… Estas deficiencias hacen que el niño se sienta inseguro, dependiente de otros, provocando en definitiva una mala autoestima debido a la poca confianza en sus conocimientos y posibilidades para valerse por sí mismo.

En este sentido su autonomía se ve afectada. Si conseguimos que el niño mejore esta situación con un programa psicomotor adecuado, basado en el juego, con actividades progresivamente más complejas y adecuadas a su mejora, tendrá mayor confianza en sus posibilidades, mejorará su autoconcepto y ello repercutirá en su autoestima.

Lógicamente es evidente que desde el ámbito físico esta mayor autonomía y autoestima va a repercutir directa e indirectamente en los ámbitos intelectual, social, afectivo, etc. En consecuencia, es importante profundizar en los efectos potenciales del ejercicio físico sobre estos aspectos, tanto desde el punto de vista de la salud como desde el punto de vista educativo.

CONCLUSIONES.

A lo largo del desarrollo del tema, se han expuesto de una forma clara y concreta la salud y la calidad de vida, los hábitos y estilos de vida saludables en relación con la actividad física y el cuidado del cuerpo, la autonomía y la autoestima a través de los conceptos que de ellas dan los distintos autores en la bibliografía especializada, cuáles son, los factores que influyen, y como trabajar de una forma adecuada en la Educación Primaria estos aspectos

Entre las conclusiones principales que sacamos del estudio y desarrollo del tema destacan:

La importancia del tema, ya que si lo desarrollamos y trabajamos con el alumnado, contribuiremos a que se cumplan los objetivos (1,2, 3) y el bloque de contenidos (salud corporal) que el currículo establece para esta etapa educativa.

El conocimiento por parte del docente de los aspectos relacionados con la salud y la calidad de vida, los hábitos y estilos de vida saludables en relación con la actividad física y el cuidado del cuerpo, la autonomía y la autoestima las capacidades físicas básicas (resistencia, fuerza, velocidad y flexibilidad), y de sus características en la Educación Primaria, son aspectos fundamentales a la hora de elaborar la programación de aula.

Y lo que es fundamental, todo ello desde el marco de la LOGSE y la LOCE: la Educación Física implica mejorar las posibilidades de acción del alumnado y propiciar la reflexión sobre la finalidad, sentido y efectos de la acción misma, siendo el objetivo que el alumno tome conciencia de la responsabilidad que tiene con su cuerpo y sus condiciones de salud, para así optar a una mejor calidad de vida

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES.

Arranz, Morilla et all …

Grosser (1985), Principios del entrenamiento deportivo. Martínez Roca: Madrid.

Ruiz (1994) Desarrollo motor y actividades físicas. Gymnos: Madrid.

Real Decreto 1006/1991, de 14 de junio sobre la Educación Primaria.

Rivas, J. (1989) Educación para la salud en la práctica deportiva escolar. Uniesport: Málaga.

Sánchez, F. (1998). Los enfoques didácticos de la educación física orientados hacia la salud. En Curso de Especialización en Educación Física para la Educación Primaria. UNED: Madrid.

Sánchez, F. (1996). La actividad física orientada hacia la salud. Editorial Biblioteca Nueva. Madrid.

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