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Tema 20 – Dinámica de poblaciones. Valoración y elaboración de censos. Técnicas de captura. Planes de aprovechamiento. Estrategias de vigilancia y protección. Repoblaciones.

1. DINÁMICA DE POBLACIONES.

El número total de individuos que componen una población y su estructura de edades y de sexos son parámetros fundamentales para la correcta gestión de la fauna en general. Estas informaciones, combinadas con otros datos referidos tanto a la demografía (natalidad, mortalidad, migraciones,…) como a la eco-etología de cada especie (selección de hábitat, demanda de recursos tróficos,…) permiten analizar las poblaciones y evaluar su estado y, en su caso, su potencial de aprovechamiento. Para posibilitar esta labor se hace necesaria la elaboración de censos.

Conviene, antes de iniciar el tema de la dinámica de poblaciones, recordar algunos conceptos preliminares que nos van a aclarar los cambios, las relaciones y estructura de las poblaciones de los seres vivos.

Los vegetales u organismos autótrofos transforman la energía solar en energía química; los animales herbívoros aprovechan esta energía química de las plantas; y los animales predadores se alimentan de los herbívoros, en definitiva de sol. Esta secuencia de transferencia de energía de unos niveles a otros entre los seres vivos se denomina cadena trófica o de los alimentos.

Todos los seres vivos habitan en el medioambiente. Donde el medio es la materia que envuelve al ser vivo y con la que se producen continuos intercambios (suele ser aire o agua), y el ambiente es el conjunto de todas aquellas circunstancias que le rodean.

Una especie es un conjunto de seres vivos que tienen semejantes características y que pueden reproducirse entre ellos dando descendencia fértil.

Una población es un conjunto de individuos de la misma especie que viven en una zona determinada con un mismo medio ambiente.

Una comunidad es un conjunto de poblaciones de varias especies que tienen entre ellas una relación continua entre sí y con el medio físico.

Un ecosistema es un espacio con similares características físico-químicas y ambientales y puede ser el hábitat de numerosas especies. Dentro de éste hay flujos de materia y energía de forma que no es un sistema cerrado.

El hábitat es el lugar que reúne las características para que viva una determinada especie. p.e.: el hábitat de las plantas ripícolas se reduce a los márgenes de ríos y zonas húmedas mientras que el del “zurrón de pastor” (Capsella bursapastoris) es de ámbito cosmopolita.

El nicho ecológico es, dentro un mismo hábitat, el lugar, posición o función que ocupa cada especie (en un árbol pueden convivir insectos defoliadores, barrenillos, ardillas, hongos lignívoros, etc.).

La densidad de población es la cantidad de individuos por unidad de superficie o espacio. Los individuos pueden ser de la misma especie (población de perdiz) o de varias (población de ungulados). Es diferente del efectivo de población que la cantidad total de individuos.

La dispersión de una población es la tendencia a extenderse hacia otras zonas. Viene limitada por barreras naturales o artificiales y, en definitiva, por su movilidad o capacidad de desplazamiento. (animales = locomoción // plantas = dispersión de semillas).

El equilibrio ecológico es el conjunto de acciones e interacciones entre los seres vivos y con el medio (p.e.: en un bosque de ribera nos vamos a encontrar especies y poblaciones de sauces, tarays, álamos blancos, zarzas, lianas, mirlos, martines pescadores, jinetas, ratas de agua, cucos, hormigas,…,) estableciéndose un equilibrio dinámico entre ellos (unos dominando o destacando sobre otros –especie dominante-, ocupando lugares diferentes en el espacio –estratos-, aprovechando distintas fuentes de alimentación o complementándose, compitiendo, etc.).

La diversidad ecológica es la cantidad o número de especies que componen una comunidad de seres vivos. Ésta es mayor cuanto más desarrollado o evolucionado está el ecosistema. p.e.: repoblación forestal frente a bosque autóctono –vegetación y fauna-.

Las relaciones entre las especies de una comunidad puede ser entre:

· animal-animal

· planta-animal

· planta-planta,

aunque pueden no darse alguna de ellas.

Los tipos de relaciones que podemos encontrar en una comunidad y que van a influir directamente sobre la dinámica de sus poblaciones son:

mutualismo

competencia

parasitismo y depredación

El mutualismo es una relación recíproca beneficiosa para ambos organismos. Se asocian de forma:

facultativa, es decir voluntaria. ABEJA Y FLOR.

obligada o simbiosis, no pudiendo vivir el uno sin el otro. BACTERIAS (Rhizobium) / LÍQUENES (algas y hongos)

La competencia es una relación que se da cuando dos o más especies conviven en el mismo lugar y tienen necesidades similares. No hay organismo libre de esta relación y ha sido fundamental para la evolución. P.e.: las distintas plantas compiten por la luz y por los nutrientes y el agua del suelo; y los animales por los alimentos o por las presas.

Las distintas especies han desarrollado sistemas para defenderse de la presión de otras. P.e.: algunas labiadas (salvia, tomillo, …) emiten sustancias (terpenos) inhibidoras de la germinación de otras especies; espinas contra herbívoros; hábitos gregarios como disuasión de enemigos, etc.

El parasitismo es una relación entre dos organismos de forma que uno se ve perjudicado (hospedador) y el otro beneficiado (huésped o parásito). No suele culminar con la muerte del hospedador. Hay parásitos internos (endoparásitos) -mildiu de la vid, virus, bacterias,- y externos (ectoparásitos) -oídio del rosal, muérdago, garrapata,…permaneciendo en ambos casos inmóviles o fijados al hospedador.

La depredación es como el parasitismo pero el depredador devora parcial o totalmente a organismo. Si es un animal es un carnívoro (mariquita-pulgón, aves insectívoras, zorro) y si es un vegetal es herbívoro (oruga de la col, procesionaria del pino, conejo) produciéndose siempre un desplazamiento o búsqueda de un nuevo organismo o parte a depredar.

Las plantas han desarrollado sistemas para impedir o reducir el impacto por la depredación (espinas, sustancias amargas o tóxicas, gran capacidad de rebrote, etc.) y los animales contra los carnívoros (madrigueras, venenos, etc.).

Actualmente, una de las influencias más determinantes en la dinámica de las poblaciones son las alteraciones en los ecosistemas, en especial, las producidas por la mano de los seres humanos.

Los ecosistemas (lago, cueva, monte, desierto,…) están integrados por organismos vivos (biocenosis) y por el medio físico (biotopo). Ambas partes y sus componentes están en relación permanente y en equilibrio. Si se produce un pequeño desequilibrio de forma natural, el ecosistema lo tiende a contrarrestar. Pero si la agresión es de grandes dimensiones (natural o artificial) se pueden producir cambios irreversibles.

 
 

En la naturaleza los seres vivos forman una cadena de alimentación o cadena trófica de manera que un organismo es aprovechado por otro, que a su vez es aprovechado por un tercero, y así sucesivamente.

El paso de un nivel a otro de la cadena trófica se realiza con transferencia de energía, de la que parte se pierde (90% aproximadamente) en forma de calor y trabajo (metabolismo y movimiento). Cuanto mas larga sea una cadena trófica mayor pérdida de energía habrá. Esta es la causa de que haya una mayor población cuanto más abajo estemos de la cadena (pirámide trófica).

 
 

La sucesión ecológica es un proceso de afianzamiento de la vegetación y la fauna que se da cuando éstos invaden un nuevo biotopo y, tras originar diversos cambios en el hábitat (edáficos y bióticos), se incorporan y desaparecen paulatinamente nuevas especies hasta llegar a una comunidad estable, denominada climax, en la que hay una gran diversidad con un número muy reducido de las especies pioneras.

Tipos de sucesión ecológica:

· sucesión primaria: se parte de un área sin vegetación previa o que se ha destruido totalmente (rocas, inundaciones, desecaciones, zonas erosionadas, etc.).

· sucesión secundaria: cuando en un área natural se modifican en parte las condiciones del hábitat (vegetación, suelo,…) por efecto de catástrofes naturales o a causa de la intervención humana (sobrepastoreo, talas indiscriminadas, incendio forestal, cambios de uso en el suelo, inundaciones, contaminación,..)

La comunidad clímax o potencial desaparecerá mientras que la causa que ha originado el cambio no desaparezca. En este caso el medio avanza en sentido inverso al de la sucesión, es decir, hacia la degradación. En ocasiones, cuando el medio se ha modificado enormemente, la sucesión ya no es posible siendo la recuperación irreversible.

La explotación de los ecosistemas, es decir, la extracción o captura de sus componentes (biocenosis o biotopo), es otro factor importante en la dinámica de las poblaciones en cuanto que ésta puede variar el número de individuos ya sea directamente como por la reducción de la calidad del ecosistema.

Un ecosistema es un sistema abierto en el que hay intercambio de materia y de energía con el exterior. Si el sistema aporta biomasa hacia fuera se dice que se produce una explotación. Ésta puede ser natural (aves migratorias, …) o antropogénica (extracción de leñas,…).

Como los recursos naturales que aprovechamos pueden ser:

· renovables: cuando la naturaleza tiene capacidad para renovarlos (agricultura, ganadería, caza, pesca,…) y

· no renovables: cuando se renuevan muy lentamente (carbón, turba, petróleo, áridos,…),

tendremos que, para los primeros, la explotación no deberá está por encima de la tasa de renovación, y para los segundos que su explotación terminará el día en que se agoten.

GRADOS DE EXPLOTACIÓN

CONSECUENCIAS

EJEMPLO DE EXPLOTACIÓN

EXPLOTACIÓN ESCASA

No cambian las especies. Hay un equilibrio sostenible.

Extracción de leñas.

Pesca sin muerte

EXPLOTACIÓN MEDIANA

Hay una disminución de las especies. El sistema es estable si se regula la explotación.

Encinas adehesadas.

Coto intensivo de pesca.

EXPLOTACIÓN INTENSA

Suele instalarse una sola especie. El sistema no se recupera sin la intervención cíclica del hombre.

Cultivos de cereal.

Choperas.

Piscifactoría.

La degradación actual de los ecosistemas es consecuencia de:

· el nivel de explotación intenso e insistente.

· la contaminación del aire, del agua y del suelo.

· la erosión que hace desaparecer la cubierta vegetal y seguidamente el suelo fértil.

Esta degradación dará lugar a la desaparición de especies vegetales y animales, especialmente las menos abundantes y con menor área de distribución (endémicas).

Para el estudio de la dinámica de las poblaciones es conveniente conocer los distintos modelos de crecimiento o formas en que las poblaciones incrementan sus dimensiones en distintas situaciones. Por una parte vamos a tener de forma general dos tipos de crecimiento, el lineal mediante el cual la población aumenta de forma constante, y el exponencial en el que existe un incremento acelerado.

 
 

Por ejemplo: la población humana y la contaminación crecen exponencialmente mientras que la producción de alimentos lo hace de forma lineal.

El crecimiento es posible siempre que haya capacidad de sustentación por parte del medio de manera que será capaz de albergar un número determinado de individuos o capacidad de carga (K). Siguiendo con este planteamiento vamos a encontrar distintos tipos de crecimiento:

Crecimiento continuo: la capacidad de sustentación crece paralela al ritmo de crecimiento. P.e.: Explotación cinegética con comederos y bebederos.

Crecimiento sigmoideo: el crecimiento es rápido hasta llegar al límite de sustentación o fase estacionaria donde se estabiliza. P.e.: Reintroducción de una especie o población.

Sobrepasamiento y oscilación: se produce un crecimiento que supera la capacidad de sustentación seguido de un deterioro de la capacidad de respuesta aunque se recupera. P.e.: Es el caso típico de dos poblaciones, una depredadora y la depredada.

Sobrepasamiento y colapso: igual que el anterior pero se produce un deterioro irreversible que impide la recuperación. P.e.: el proceso de extinción de una especie por destrucción del ecosistema.

Estos cambios en las poblaciones van a estar condicionados en esencia por el potencial biótico que es función de la tasa de natalidad y de la tasa de mortalidad.

La tasa de natalidad es el número de individuos nacidos, B, en un determinado periodo en relación con el tamaño de la población, N:

b = B / N .

Y la tasa de mortalidad es el número de individuos muertos, W, en un período concreto en relación con el tamaño de la población, N:

m = W / N .

En estas expresiones no se han tenido en cuenta las migraciones por lo que el incremento de población en un intervalo de tiempo será:

ΔN /Δt = B – M = b N – m N = (b – m) N .

Si comparamos la tasa natalidad y la de mortalidad mediante la tasa intrínseca de aumento natural de la población, r = b – m , cuando ésta es positiva la población crece y cuando es negativa decrece. Esta tasa nos permite expresar el incremento de población de la siguiente manera: ΔN /Δt = r · N .

El valor de r es variable dentro de cada población en función de las circunstancias (climatología, predadores, patologías, alimento, etc.) siendo en el caso más favorable (mayor natalidad y menor mortalidad) el óptimo de crecimiento o potencial biótico (rmáx). Si representáramos esta curva de crecimiento nos quedaría una del tipo exponencial que se verá atenuada por la resistencia ambiental o suma de factores bióticos y abióticos que se oponen.

Un concepto a tener en cuenta en el estudio del crecimiento de las poblaciones es la supervivencia o número de individuos nacidos que sobreviven a lo largo del tiempo. Así podemos encontrar especies que tienen una baja mortalidad en la infancia y la juventud (seres humanos y otros grandes mamíferos) y otras que la supervivencia infantil es muy baja (peces). Las aves estarían en un grupo intermedio.

Existen dos estrategias de supervivencia bien diferenciadas: la que tienen algunas especies oportunistas que viven en ambientes muy variables y catastróficos (incendios) que generan explosiones demográficas de forma errática (estrategia r o de gran potencial biótico), y la que tienen otras especies que viven en ambientes con poca densidad y con recursos regulares que generan pocos individuos pero cada vez más grandes y competitivos (estrategia k o en torno a la capacidad de sustentación).

En el desarrollo de las poblaciones (crecimiento y organización) van a existir dos factores condicionantes básicos: el medio físico y el medio biótico.

El medio físico se va a manifestar por medio de unos factores (temperatura, suelo, luz, agua,…) que podrán ser limitantes para la especie o por el contrario serán tolerados por ésta, existiendo un punto óptimo dentro de ellos (p.e.: la alfalfa que tolera cierta acidez de suelo pero que prefiere valores de pH en torno a 8). Aquellas especies que muestran una reducida amplitud de los valores de tolerancia se denominan estenoicas y cuando toleran un amplio valor se denominan eurioicas. Las primeras tienen normalmente limitados los espacios por sus propias exigencias mientras que las segundas son capaces de vivir en diferentes hábitats pudiendo ser en ocasiones cosmopolitas. Según esto se dice que estas últimas tienen un espectro o valencia ecológica elevada.

En el medio biótico vamos a encontrar relaciones de competencia intraespecífica e interespecífica y de depredación; se van a producir migraciones como sistema de autorregulación; pero también se van a dar situaciones de comportamiento social dentro de la población e incluso de la comunidad (especies gregarias o familiares –ungulados-, poblaciones estado –abejas-, colonias –algas-, especies territoriales (anidamiento, cría, alimentación, etc.). En las relaciones con las otras especies de la comunidad cada especie tendrá una función o nicho ecológico que no perturbará a otras, de manera que dos especies que viven en un mismo hábitat no podrán tener el mismo nicho ecológico.

En general no existirá un único factor de regulación de las poblaciones sino un conjunto de ellos en un sinfín de variables pero que en esencia y para su supervivencia tendremos que preservar la calidad del hábitat o lo que es lo mismo evitar su degradación o su destrucción.

2. VALORACIÓN Y ELABORACIÓN DE CESNOS.

Para el conocimiento de los efectivos o de la densidad de las poblaciones de una especie determinada son necesarios los muestreos poblacionales que en el caso de animales se denominan censos de población. Hay que optimizar los esfuerzos de las operaciones de censado registrando datos que permitan determinar la estructura y la tasa de crecimiento de las poblaciones, pero además conocer otros aspectos de la biología de la especie y de su organización social. Para ello se debe planificar en el periodo más adecuado (cambios de densidad y de proporción de sexos a lo largo del año) y en las condiciones de observación óptimas (influencia de la técnica sobre el comportamiento de la especie).

En el censo de poblaciones se deberán considerar también los datos relativos a la distribución de edades y sexo para poder tener una valoración real de la población y de su futura evolución. En el caso de individuos capturados, muertos o abatidos se deberán anotar los datos biométricos (peso total, peso eviscerado, altura,…) que nos ayudarán a conocer el estado sanitario, de nutrición y de reproducción (nº de fetos, cuerpos lúteos,…). En los censos de peces se puede utilizar, para el cálculo de la edad, el estudio de la escalimetría (anillos de escamas).

La forma de obtener los datos se puede basar en: la observación directa de los animales, en la detección de rastros y escuchas o en la captura. En muchos casos se utilizan todos ellos de forma complementaria.

La planificación del censo de forma previa será imprescindible para un buen resultado y para la rentabilización de los medio humanos y técnicos empleados. Por tanto el conocimiento previo de la especie a censar nos ayudará en gran medida. Será de interesante el conocimiento de la especies, saber cuál es su periodo de reproducción, su organización social, la distribución espacial, los ritmos de actividad diaria e, incluso, los cambios estacionales. Sobre planos a escala adecuada (1:10.000) se delimitará la zona de estudio y se procederá a la sectorización en función de la orografía, la vegetación y de la capacidad de observación del equipo de observadores en un día. Para la toma de datos habremos preparado fichas de registro de datos y formaremos equipos que dispongan de personal que conozca bien la zona. Posteriormente, en gabinete, se realizará el tratamiento de datos para los cálculos deseados. Se debe de contar para éste análisis con la concurrencia de conocedores del medio (cazadores, agentes mediambientales,…) a los que resulta interesante realizar encuestas tipificadas.

En función de la especie, principalmente de sus ciclos biológicos y hábitos, vamos a utilizar unas u otras técnicas de estimación, puesto que el conteo directo total presenta siempre serias dificultades técnicas y económicas.

En la estimación del tamaño poblacional vamos a poder utilizar los siguientes métodos:

· Cálculo de la Densidad de Población o individuos por unidad de superficie: Este valor, obtenido por conteo uno a uno, es extrapolable al total del hábitat o área ocupada por la especie. Para una mayor exactitud será necesario realizar varios muestreos con el fin de subsanar los defectos de homogeneidad de distribución. Este método será de difícil aplicación en especies de gran movilidad.

· Índice de Abundancia Relativa (I.A.R.): es un censo con que se realiza cuando hay dificultades de observación o cuando los recursos son insuficientes. Consiste en la toma de datos en diferentes periodos y por contraste se obtiene la tendencia de la población.

· Técnicas de Marcación y Recaptura: indicadas para especies con movilidad. Consiste en el marcado de un cierto número de individuos y con posterioridad al realizar una nueva captura ver cuales de ellos fueron marcados. El método se basa en suponer que la población permanece constante y que la relación entre el tamaño de la población, N, y el tamaño de la primera captura y señalamiento, M, debe ser igual a la existente entre los individuos capturados en un segundo muestreo, C, y los marcados y recapturados, R, es decir que M / N = R / C donde la población será N = M C / R .

o Método de Petersen: es una técnica simple que requiere únicamente dos muestras y la adopción de varias suposiciones:

§ La población es cerrada. T = Constante.

§ La probabilidad de captura no debe alterarse con el método de marcado.

§ Las marcas no deben perderse entre dos muestreos.

 
 

T: población existente.

M1: animales capturados y marcados.

N: animales recapturados.

M2: animales marcados de los recapturados.

M1 x N

T = ————–

M2

o Método de Schnabel: amplía el método anterior a varias capturas obteniendo N como promedio de los estimados de Petersen. Permite detectar las deficiencias de las suposiciones del método anterior.

o Método de Jolly-Seber: se basa en múltiples muestras a lo largo de un largo período siendo útil en poblaciones abiertas con migraciones, decesos y nacimientos. Cuando estudian movilizaciones se utilizan distintos tipos de marcas según el periodo.

· Métodos de remoción de individuos: se estima N al inicio y al final de un estudio en el cual la población ha sido explotada mediante la remoción de un número conocido de individuos. Hay dos tipos:

o Según cambio en la proporción de dos clases de individuos: el cambio en la proporción entre machos y hembras generalmente. Se basan en la siguiente fórmula: P2 = X2 / N2 , donde P2 es la proporción de individuos x (ej.: sexo) de la población al final del muestreo, X2 la cantidad de individuos x en la población final del muestreo, y N2 el tamaño poblacional al final del muestreo. Por otra parte X2 = p1N1 – Rx donde p1 es la proporción de x y N1 la población ambas antes del muestreo y Rx el número de individuos removidos de la población; y N2 = N1 – R siendo R el número total de individuos de ambas clases extraídos.

o Según el cambio en el número de capturas por unidad de esfuerzo: se efectúa a lo largo de una serie de muestreos. Se basa en la idea de que el número total de capturas en un muestreo con una intensidad fija (nº de trampas, nº de horas de trampeo, ) es proporcional al tamaño actual de la población. Las capturas irán disminuyendo de forma lineal supuestamente pudiendo utilizar técnicas de regresión y gráficas para su estimación (intersección eje de las X). La pendiente de esta recta nos va a dar la capturabilidad de los individuos.

En el caso de las aves migratorias y para su estudio son empleadas técnicas como el anillamiento, el radar y las micro-cámaras, más recientemente. El anillamiento es un método de marcación y recaptura que se inicia a finales del siglo XIX y que en la actualidad está reconocido y coordinado a través de EURING (Unión Europea para el Anillamiento de Aves). Para el anillamiento las aves son capturadas empleando redes o trampas que no ocasionan riesgos. El anillo es aportado por la Oficina de Especies Migratorias de la Dirección Gral. para la Biodiversidad (MMA) y es de aluminio ligero con un número que las individualiza y el centro responsable del anillamiento que en España son SEO/BirdLife (Sociedad Española de Ornitología), ICO (Instituto Catalán de Ornitología), EBD (Estación Biológica de Doñana) y GOB (Grupo de Ornitología Balear).

En relación con el radar las posibilidades de uso son altamente interesantes pudiéndose obtener información de las migraciones en todo momento y ser registrado, informatizado y plasmado a través de mapas. Para ello será preciso disponer de una red amplia de radares que por el momento es reducida (Universidad de Málaga). Las micro-cámaras se instalan en las aves, lo que permite visualizar en tiempo real su actividad, e incluso su localización.

En los censos de fauna acuícola los sistemas utilizados son: conteo directo en escalas para especies migradoras (observación directa o con células fotoeléctricas; la pesca intensiva (pesca eléctrica, pesca con red) para aplicar el método de esfuerzos de pesca (Método de Delury)(se basa en la realización de capturas sucesivas con el mismo esfuerzo, obteniéndose un descenso en las capturas que se representará en una recta y servirá para estimar la población total ; y, el más utilizado el sistema de captura-marcado-recaptura con aplicación de la fórmula o método de Petersen. Su aplicación debe diferenciarse para el caso de tramos de río y para el caso de embalses y lagos. Para el primero se deben elegir bien los tramos, de forma que sean homogéneos y representativos con una longitud en torno a 200 m, efectuando la captura desde aguas abajo hacia arriba. En los embalses y lagunas la diferencia proviene de la dificultad efectuar una captura representativa. Para solucionarlo se realizan capturas con pesca eléctrica en las orillas y con redes en el centro del agua embalsada. Las recapturas suelen realizarse normalmente al día siguiente. En cualquier caso los ejemplares capturados son pesados, medidos y marcados (p.e. corte de una de las aletas pares), agrupando los datos obtenidos en clases o categorías de longitud.

Para los animales terrestres las técnicas de marcado y de seguimiento de poblaciones más utilizadas son:

o Crotal en oreja: ya en desuso.

o Tatuaje permanente: poco utilizado ya.

o Microchip: permite transferir información del individuo capturado.

o Emisores de radio: para el seguimiento de animales en sus movimientos.

o Puntos de escucha y observación:

o Registros ópticos o sonoros: magnetófonos, células fotoeléctricas, cámaras de foto y video.

Técnicas de muestreo y censo utilizadas en animales terrestres:

o Unidades Sociales:

– Aves grandes nidificantes en roquedos o en arboles dominantes

– Ungulados de alta montaña (rebecos, cabras)

o Colonias de Reproducción:

– Hacinamientos reproductivos en áreas favorables escasas

– Aves y mamíferos marinos en acantilados,

– sapos en charcas

o Concentraciones post- reproductivas:

– Grandes migradores.

– Aves planeadoras en el estrecho de Gibraltar.

– Grullas en Dehesas

o Censos a partir de rastros y huellas: especialmente por observación de excrementos conociendo entre otras variables el ritmo de defecación diario del animal y el de desaparición de los mismos. La evaluación de la densidad se realiza en base al número de excrementos observados por unidad de superficie.

3. TÉCNICAS DE CAPTURA.

Las técnicas de captura de mamíferos, aves y reptiles implican cierto grado de estrés para los animales, pero se intenta evitar la tensión, realizando el proceso lo más rápidamente y con el mayor cuidado posibles. Son comunes medidas preventivas como el acortamiento de la duración del censo. En el caso de especies protegidas será conveniente establecer una estrategia que puede precisar de la concurrencia de biólogos y veterinarios expertos.

La captura de animales podrá realizarse empleando distintas técnicas:

Son de especial interés para las explotaciones cinegéticas aquellos métodos de captura selectiva destinados al control de córvidos (urracas, grajillas y cornejas), zorros y perros y gatos asilvestrados y roedores, que deben cumplir:

o Debe tratarse de métodos de control selectivos, no masivos, de acuerdo a la legislación vigente.

o Deben ser altamente específicos para las especies que pretenden capturar.

o Debe tratarse de métodos de captura incruentos, que no supongan ningún daño físico ni produzcan sufrimiento alguno al animal capturado, facilitándose de este modo la liberación de especies protegidas capturadas accidentalmente.

o Debe tratarse, así mismo de sistemas de probada eficacia en el campo, sencillas de manejar y mantener y de bajo coste, que permitan su utilización generalizada.

o Debe tratarse de jaulas construidas con elementos que no supongan riesgos de contaminación para el medio Natural. Todas ellas están construidas en acero galvanizado de gran resistencia ante los agentes externos.

El trampeo fotográfico puede ser interesante con el objeto de obtener instantáneas identificando los ejemplares visualmente, sirviendo como método de cuantificación de los ejemplares existentes y de la eficacia de las trampas de otra índole instaladas (predación de huevos de perdiz,..).

El empelo de un método u otro dependerá de la especie y de la fiabilidad, debiendo analizar la saturación del sistema y la variabilidad en las capturas.

4. PLANES DE APROVECHAMIENTO.

Los planes de aprovechamiento son una importante herramienta en el desarrollo de la protección de las especies animales y de su ordenado aprovechamiento.

Se entiende que el aprovechamiento de la fauna únicamente es posible en aquellos lugares permitidos y para aquellas especies que estén catalogadas como cinegéticas o susceptibles de pesca. El resto de especies no pueden ser aprovechadas sino conservadas y, por supuesto, consideradas en cualquier plan de aprovechamiento como fauna compatible.

Para cuantificar el aprovechamiento se deberán de tener en cuenta parámetros tales como la tasa de crecimiento de la población o la capacidad de carga del medio, realizando las oportunas revisiones que nos ayuden a determinar el rendimiento óptimo o cuotas de explotación posibles. Estas revisiones pueden utilizar datos del censo que nos definan la estructura de la población como el age-ratio (relación de jóvenes y adultos) y el sex-ratio (relación de machos y hembras). Así por ejemplo, en el caso de la perdiz roja, un age-ratio alto significará una tendencia de crecimiento, al igual que un sex-ratio igualmente alto; índices próximos a 0 revelan estabilidad; y valores inferiores nos advierten de un regresión de la población.

Existen Tablas de Crecimiento de algunas especies que se pueden utilizar para conocer la dinámica de la población. Sin embargo estas tablas deben de utilizarse con precaución al haber sido elaboradas para unas condiciones del entorno natural determinadas (clima, recursos alimenticios,…). Sirva como ejemplo el caso de la dinámica de la población del ciervo a partir de tablas elaboradas en Francia y verificadas para algunas zonas de la Península Ibérica:

 
 

Se ha partido de una población teórica de 100 ejemplares y con un sex-ratio 1:1. Se observa una pérdida de adultos anual, no relacionadas con la caza, del 3% y una pérdida de las crías del 5%, por lo que la Tasa de Crecimiento es del 25%. Estos datos son válidos en función de la densidad de la población:

En este sentido, existen programas informáticos que permiten una simulación a partir de hipótesis que tienen en cuenta la historia de la población. Además, para casos en los que se dispone de datos de censos de clases de edad y sexo, es posible el cálculo matricial para 3 clases de edad, con la obtención de la distribución de edad estable de la población. Siguiendo el ejemplo anterior de los ciervos, en este caso la estructura de edades recomendable sería:

· Clase 1: 0-1 años 30% de la población.

· Clase 2: 1-2 años 20% “ .

· Clase 3: 2-4 años 20% “ .

· Clase 4: 5-9 años 20% “ .

· Clase 5: >10 años 10% “ .

Por otra parte, el acto venatorio o caza, queda regulado por la Ley de Caza y su Reglamento correspondiente, así como por las Ordenes anuales y se realiza en los cotos o superficies continuas de terreno susceptibles de aprovechamiento cinegético que haya sido declarada y reconocida como tal mediante resolución de la Consejería de Medioambiente y Desarrollo Rural (antes de Agricultura y Medioambiente) según reza la Ley de Caza de C-LM. No obstante en los vedados de caza, terrenos en los que por resolución de la Consejería de Agricultura, se prohíbe con carácter temporal el ejercicio de la caza por razones de tipo ecológico (conservación, recuperación, introducción o reintroducción de especies,…), legal (sanciones) y sanitario, entre otras.

Atendiendo a sus fines y a su titularidad los cotos de caza podrán ser sociales o privados. Los cotos sociales tienen la función de satisfacer el ejercicio de la caza en régimen de igualdad de oportunidades especialmente de la región y a la aplicación y desarrollo por la Administración Autonómica de planes de recuperación de la fauna cinegética. Su gestión y titularidad corresponde a la Administración autonómica. También las entidades locales, bien de forma individual o agrupadamente, podrán constituir cotos sociales sobre terrenos de sus respectivas demarcaciones, ya sean propios, arrendados o cedidos para su aprovechamiento cinegético. Su gestión y vigilancia corresponderá a las entidades patrocinadoras.

En el respectivo Plan Técnico de Caza (plan de aprovechamiento cinegético), elaborado por técnico competente, se establecerán las diferentes modalidades de caza que pueden practicarse en cada coto social, así como el número máximo de permisos que pueden concederse por temporada cinegética y el de piezas de cada especie que puede cobrar el cazador. El proyecto contará con cinco apartados: situación geográfica, estado natural, estado socio-económico, Estado cinegético y un Plan de Ordenación donde se ordenen los aprovechamientos y se establezca un plan de vigilancia y control de la actividad cinegética.

Los cotos privados de caza podrán pertenecer a uno o varios propietarios siendo necesario que la superficie continua mínima sea de 250 Has. si el aprovechamiento cinegético principal es la caza menor y de 500 Has. cuando sea la caza mayor. En el caso de que el régimen de explotación esté basado prioritariamente en sueltas periódicas de piezas de caza criadas en cautividad al objeto de incrementar de manera artificial su capacidad cinegética tendrán la calificación de cotos privados de caza de carácter intensivo. En ambos casos el ejercicio de la caza corresponderá al titular cinegético y a las personas que autorice por escrito o que asistan a las cacerías que tenga estipuladas.

Los cotos privados pueden a su vez estar constituidos por asociaciones de propietarios de terrenos colindantes siendo en este caso los estatutos de la asociación quienes delimiten el régimen de aprovechamiento.

El aprovechamiento de los cotos de caza mayor puede orientarse de tres maneras:

· Caza de Trofeos: ejemplares con cuernas, colmillos u otros valores de gran valor. En este caso se prima la calidad.

· Caza de números: se plantea el plan de aprovechamiento en la producción máxima para obtener el mayor número de capturas. Se prima en la gestión la cantidad.

· Caza selectiva: se eliminan ya en el primer año ejemplares con defectos o con trofeos sin valor. Este planteamiento persigue el control o mejora genética.

Por otra parte el aprovechamiento de la ictiofauna queda regulado por la Ley de Pesca Fluvial y su Reglamento y la correspondiente Orden de Veda anual. Se establecen, con toda esta normativa, límites en cuanto a las especies susceptibles de pesca, las épocas hábiles, las tallas límite de captura, el número máximo de capturas por pescador (cupo de captura) y los cebos autorizados, el tipo de medio de pesca, además de lo relativo al control de su comercialización (prohibida la de la trucha y del cacho entre otros). Se regula también la pesca para por ejemplo no perturbar la nidificación de las aves acuáticas en el caso del aprovechamiento del cangrejo rojo (vedado entre primeros de Febrero y finales Mayo).

El aprovechamiento de una especie de la fauna acuícola debe estar avalado por el estudio de la capacidad productiva del medio. Una forma muy común de medir la productividad en los cursos de agua es la fórmula de Léger: K = B x L x k Donde K es la productividad kilométrica anual de un curso expresada en kilos; B, la capacidad biogénica del medio; L, la anchura del río; y k, el coeficiente de productividad. La capacidad biogénica es el valor nutritivo de las aguas que depende de la temperatura, la luz, la composición química, la pendiente y la naturaleza del fondo. Se determina de forma intuitiva a partir de la valoración de los parámetros definidos para los tres casos de aguas pobres, aguas medianas y aguas ricas. Por otra el coeficiente k de productividad es función de la temperatura, del la alcalinidad o acidez del agua y de la especie a aprovechar. A partir de este dato y los obtenidos mediante censo o inventario podemos ordenar los aprovechamientos de forma sostenible.

5. ESTRATEGIAS DE VIGILANCIA Y PROTECCIÓN.

En este apartado vamos a considerar por una parte la fauna silvestre en general, y por otro, la fauna susceptible de aprovechamiento por caza o pesca, por ser diferentes las estrategias o los ámbitos e intereses implicados en las mismas.

Ya en la, recientemente derogada, Ley 4/89 de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres y en los Reales Decretos posteriores a ésta, se establecían medidas para su protección de la fauna. Pero es la nueva Ley de 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad donde se amplía esta función protectora. En ella se refunden las normativas europeas dispersar relativas a la conservación (Directivas de Aves y de Hábitats) y consagran a los espacios de la Red Natura 2000 (Zonas de Especial Protección para las Aves –ZEPA-, las Zonas de Especial Conservación –ZEC- y los Lugares de Importancia Comunitaria –LIC-, como la red de espacios protegidos más importante del Estado español (24% de su superficie), protegiéndolas de manera taxativa de cualquier plan, programa o proyecto que pudiera ponerlos en peligro. No hay que olvidar que en esta ley también se incluye la creación de una Red de Áreas Marinas Protegidas otro de los grandes valores que era necesario salvaguardar. Igualmente se desarrolla un Plan Estratégico Nacional que a partir de la información del Inventario, se establecerán objetivos y promoverán acciones para la conservación, restauración y el uso sostenible del patrimonio natural.

Este plan que se someterá a evaluación ambiental contendrá:

· un diagnóstico de la situación y evolución del patrimonio natural.

· los objetivos a alcanzar.

· las estrategias a desarrollar.

· las previsiones de desarrollo de planes sectoriales

· las estimaciones presupuestarias.

Y en la elaboración del Plan participarán:

· los Ministerios implicados

· las Comunidades Autónomas

· los agentes económicos y sociales

· las organizaciones sin fines de lucro

· la sociedad, a través del trámite de información pública.

De entre los principales problemas que podemos encontrar en cuanto a la conservación de la fauna silvestre se encuentran:

· la fragmentación y destrucción del hábitat y los problemas de endogamia en el caso de especies de distribución muy localizada (oso, lince,…).

Por el contrario, podemos encontrar diversas actuaciones u organismos encaminados en distinto sentido, como por ejemplo:

· El Comité Nacional de Alerta Veterinaria y Sanidad Animal (Ministerio de Agricultura y Pesca), que entre otras cosas se encarga de establecer las áreas de riesgo y las actuaciones para controlar la gripe aviar.

· El Programa Antídoto: protocolo de actuación legal en caso de encontrar un animal o cebo con sospechas de envenenamiento. Es una iniciativa de diversas asociaciones conservacionistas y cuenta con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente.

· La Campaña Regional de control y manejo de nidos encaminada al salvamento de pollos durante la cosecha en las zonas esteparias.

· La creación de Centros de Recuperación de Fauna Silvestre.

· Campañas de Vigilancia contra incendios.

· El Programa LIFE-Naturaleza: programas de aplicación de las directivas europeas para protección del lince ibérico en Montes de Toledo, y de otras especies amenazadas como quebrantahuesos, cigüeña negra, el águila imperial ibérica y la malvasía cabeciblanca.

· Programas de compensación económica a ganaderos por daños ocasionados por el lobo.

La protección y vigilancia de la fauna y flora silvestres recae en los Agentes Medioambientales (antes Guardas Forestales), con competencias regionales, y en la Guardia Civil a través del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), dotada con patrullas distribuidas por todo el territorio nacional y especialmente preparadas para el trabajo de campo. En ambos casos el equipamiento se pretende que incluya los avances tecnológicos como son ordenadores de bolsillo tipo PDA con cámara y localizadores GPS, programas para observación de cartografía y ortofotos, para ver correo electrónico e incluso formalizar procedimientos sancionadores, emitir autorizaciones o consultar las normativas de aplicación.

En lo relativo a la protección y vigilancia de los espacios susceptibles de la práctica de la caza o de la pesca, además de estar controlados por Agentes Medioambientales y del SEPRONA, lo estarán por los Guardas de Coto (fluviales o de caza) o en su caso por empresas de Vigilancia, que añadirán a los intereses ecológicos los propios del aprovechamiento o explotación de la fauna. En la gestión de los cotos de caza se vigilarán especialmente la existencia de epizootias y la higiene de comederos, bebederos y vivares.

Al buen funcionamiento de los cotos contribuyen en muchas ocasiones la sensibilización y concienciación de los miembros de las diferentes Sociedades de Cazadores y Pescadores que siguen el principio de la gestión sostenible de los recursos renovables cuyo aprovechamiento hacen compatible con la conservación de la naturaleza, sus ecosistemas y sus especies.

En el caso de la caza, los agentes en sus funciones de vigilancia, inspección y control serán competentes para denunciar las infracciones, así como para retener u ocupar, cuando proceda, los medios de caza y las piezas, y podrán acceder a todo tipo de terrenos e instalaciones relacionados con la actividad cinegética. Y los servicios de vigilancia privados estarán obligados a denunciar los hechos con posible infracción a la legislación vigente que se produzcan en la demarcación que tengan asignada y a colaborar con los agentes de la autoridad.

La fauna acuícola queda protegida localmente por actuaciones como la creación de Refugios de pesca y otras aguas en régimen especial (Vedados de Pesca). Igualmente se establecen prohibiciones y limitaciones provinciales en las órdenes de Veda, donde por ejemplo se condicionan de forma especial en determinados tramos las tallas de captura (p.e. talla mayor de 25 cm. para anguila en el río Cabriel), el tipo de arte o aparejo (p.e. cucharilla y mosca artificial para trucha) y el cebo utilizado (ova y fruta del tiempo en ciprínidos p.e.).

La fauna cinegética estará protegida con la creación y regulación de Refugios de fauna, especialmente para aves migratorias, donde queda prohibida la caza permanentemente; y las Reservas de caza o núcleos de excepcionales posibilidades cinegéticas con regulación especial.

6. REPOBLACIONES.

Aunque este término se aplica muy frecuentemente para denominar las periódicas sueltas en los cotos cinegéticos o piscícolas intensivos con fines de aprovechamiento, vamos también a considerar incluidas en este término las repoblaciones con fines eco-biológicos como las reintroducciones de especies desaparecidas en determinadas zonas y las repoblaciones en poblaciones con problemas de consanguinidad. Así mismo se deben considerar las repoblaciones de refuerzo en aquellas áreas donde existen dificultades en la supervivencia de alguna especie. Un caso aparte es la introducción de especies exóticas que se ha realizado en ocasiones para cubrir el espacio dejado por la desaparición de una especie autóctona (cangrejo), la mayoría de las veces con consecuencias imprevisibles; y, en otros casos, de forma ilegal, la suelta de especies con fines deportivos (pez gato).

6.1. Repoblaciones de caza menor

En el caso de las repoblaciones con especies de caza menor, perdiz mayoritariamente, se plantea el uso de otras especies o subespecies para mejorar aspectos de productividad, pero en este caso estaríamos hablando de introducción de especies exóticas, cuya práctica está sujeta y regulada por la normativa actual, o el empleo de especies autóctonas. Por tanto la repoblación debe plantearse como herramienta para mejorar las características de las especies autóctonas (p.e. buena pigmentación, vigorosidad, rusticidad, instinto de conservación, ausencia de consanguinidad y carácter salvaje en la perdiz).

Antes de plantear la repoblación tendremos que valorar si es posible la recuperación de la población natural mediante técnicas adecuadas de gestión y mejor del medio, que las condiciones del terreno sean las apropiadas para ello, y que sea lo suficientemente amplio para la posterior dispersión de los animales. Se debe igualmente prohibir temporalmente la caza de la especie repoblada, que se eliminen las causas que han originado la regresión en la población natural y establecer el número de animales a repoblar, el origen, la calidad y la edad de los mismos.

Para obtener cantidades importantes de individuos debemos recurrir a las granjas cinegéticas o alojamientos ganaderos dotados con diversos espacios que, en el caso de la perdiz serán para el apareamiento, para las ponedoras, salas o cabinas de incubación, la cría de pollos y voladeros para la adaptación al vuelo y la vida libre. Se empieza por elegir los reproductores a los que se les favorecen las condiciones ambientales (temperatura, aireación,…) y de aislamiento para una buen rendimiento sin que ello suponga la pérdida los caracteres propios de la especie. En la alimentación se utilizan piensos adaptados para cada edad en particular con la energía, las proteínas y vitaminas necesarias en cada caso. El complemento con grano, hierbas u otros alimentos naturales se puede empezar a suministrar en el periodo final antes de la suelta. El seguimiento de la sanidad de los animales y su prevención puede llevarnos a hacer tratamientos antiparasitarios (cocciodostáticos y anti-histomoniasicos en perdiz). En este sentido serán imprescindibles la limpieza y desinfección de las cabinas y demás espacios. Los parques y demás espacios deben de tener pendiente o sistema para el drenaje natural. A la hora del transporte es preciso tener en cuenta por ejemplo que la captura de los animales sea de noche y colocarlos en cajas apropiadas que no propicien traumas o lesiones.

A la hora de realizar la suelta, ya tendremos que tener fijados la densidad ideal o carga, la posible presión a los que pueden ser sometidos los animales (prelación, enfermedades,…) y valorados los factores ambientales que pueden limitar el éxito de la repoblación. Cuando las posibilidades de adaptación son muy bajas, solo tiene sentido la repoblación si es para su caza inmediata (cotos intensivos). Las sueltas pueden ser con parejas de adultos, previas a la época de apareamiento, o más adelante con individuos jóvenes, pudiendo realizarse ambas, en este último caso para reforzar a la población surgida de la anterior suelta.

La época de liberación de los animales de repoblación más apropiada debe coincidir con la presencia de mayor abundancia de alimentos (cultivos, granos, insectos,…). En el caso de los faisanes y liebres se aconseja a finales de otoño o principios de invierno, al terminar la temporada de caza. La suelta es recomendable que se realice al atardecer, en el caso de conejos (actividad nocturna) o al amanecer, como es el caso de las aves (actividad diurna). Debe realizarse con posterioridad al control de predadores en el lugar de la suelta (sensibles a la prelación al menos el primer mes). En caso contrario se deberá valorar el efecto de éstos en la reducción de los efectivos.

En ocasiones es deseable la instalación de alojamientos o cercados provisionales que propicien la adaptación y en los que se les suministre alimentación para los primeros momentos. A estos se suele acompañar sistemas para repeler la acción de predadores. Pasados unos días se pueden ir dejando salir suministrando alimento cerca de la zona de suelta.

Como estrategias complementarias se pueden instalar o fabricas vivares u otros refugios permanentes que, por otra parte, mejorarán las condiciones no solo de supervivencia inicial sino las de su posterior adaptación.

6.2. Repoblaciones de caza mayor.

Como ocurría en el caso anterior, la desaparición o regresión de la especie hay que buscarla en multitud de factores pero sin olvidad que en la mayoría de ellos está presente el ser humano de alguna manera (destrucción del hábitat, presión cinegética, patologías de origen ganadero,…). Podemos partir de una situación de regresión de la población o por el contrario de la desaparición total de los individuos en la zona. Para el primer caso se debe valorar la posible recuperación de la población actuando en el sentido contrario a las causas que originan dicha regresión (mejora del hábitat, control de abatimientos, vacunaciones,…) y mejora en las condiciones de alimentación. En el segundo caso tendremos en cuenta lo que propone la UICN (Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza) si queremos reintroducir una especie:

Se han realizado reintroducciones de gamo (Dama dama) del que se desconoce su original distribución, al parecer más reducida en la península pero ampliada en la época romana. Los resultados no resultan cuando las áreas no son lo suficientemente tranquilas ni las condiciones ambientales las más apropiadas. En el caso del muflón (Bos musimon) hay que hablar de introducción pues se desconoce la existencia previa. Esta especie se ha desarrollado bien en las sierras de Cazorla y Segura. El ciervo (Cervus elaphus) es otro de los ungulados que se utilizan para su reintroducción, especialmente en grandes predios de titularidad privada y con fines puramente de aprovechamiento cinegético. El corzo cuya distribución original era mayor que la actual, está incrementando su área y podemos encontrarlo en casi toda la geografía española. Al igual que el ciervo y el gamo, se incluye en los programas de reintroducción en los grandes cotos, como es el caso de os existentes en los Montes de Toledo.

Para le reintroducción se realizará un programa que contemple:

Por otra parte la Ley de Caza de Castilla-La Mancha, dice literalmente: ”La introducción y reintroducción de especies o subespecies de fauna cinegética o el reforzamiento de sus poblaciones en el medio natural, sólo podrá autorizarse cuando no afecte a la diversidad genética de la zona de destino, no existan riesgos de hibridación que alteren la pureza genética de las autóctonas, ni riesgos de competencia biológica con las mismas que puedan comprometer el estado de conservación de éstas o la viabilidad de su aprovechamiento cinegético”.

6.3. Repoblaciones en el medio acuático.

Se realizan repoblaciones de cursos de agua con peces (trucha común para refuerzo y trucha arco-iris para aprovechamiento intensivo, principalmente) y con cangrejos autóctonos (Austropotamobius pallipes) reintroducción o refuerzo en zonas donde la peste micótica o afanomicois los ha diezmado.

Para la planificación de la repoblación se debe en primer lugar calcular la capacidad biogénica del medio para la especie elegida y para el resto de la fauna acuícola. Posteriormente valoraremos el posible éxito de la misma en base a la persistencia de los factores que produjeron su degradación o desaparición.

Sirva como ejemplo de repoblación en aguas libres la suelta de alevines de salmónidos (truchas,…) una vez que éstos han sido criados en piscifactoría en las pilas de alevinaje:

Época de suelta: se corresponde con la reabsorción del saco vitelino y el abandono del fondo de la pila.

Transporte: de la pila de alevinaje son introducidos en un bidón de transporte por medio de sifonado con un tubo de goma o plástico. Esta operación resulta primordial en el éxito de la repoblación.

Plan de Distribución: Debe anticiparse a las crecidas de las lluvias primaverales y en lugares con refugios (graveras, rocas, vegetación, raíces,…). Reparto equilibrado en los diferentes tramos.

Selección del lugar de suelta: protección y alimentación asegurada. La repoblación de zonas bajas se realiza aguas arriba, siendo el propio pez quien en su desarrollo buscará lugares más apropiados a su edad. Debe haber una corriente no excesiva y una abundante vegetación sumergida, así como aguas limpias y frescas (arroyos). Si existieran depredadores (cacho, piscardo,…) la repoblación se debería realizar con ejemplares de dos o más veranos.

Suelta de los alevines: habituar a los alevines a la nueva agua (tª, composición química,…) mediante el vaciado parcial del bidón (1/4 parte) y llenado con agua del lugar. Seguidamente se introduce el bidón ¾ partes de su altura en el arroyo; a los 10 min se vacía la mitad y se rellena de nuevo con agua del lugar; al cabo de otros 10 min se puede efectuar la liberación, con ayuda del cubo de suelta y una sacadera de tela, en grupos de 50 a 100 alevines repartidos según lo planificado.

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