Tema 4 – Magmatismo. Las rocas ígneas más importantes

Tema 4 – Magmatismo. Las rocas ígneas más importantes

1. INTRODUCCIÓN


El magma es el material rocoso fundido que procede del interior terrestre y que, en ocasiones, surge a la superficie a altísima temperatura. Los magmas son mezclas de materiales silicatados, en estado fundido, y de gases que, en ocasiones, contie­nen gran cantidad de partículas en suspensión. Los magmas se emplazan en puntos internos de La litosfera, donde se detienen y finaliza su solidificación, es decir, donde se convierten en rocas ígneas (o magmáticas).

En la composición de las rocas ígneas existe una gran variedad de minerales que se pueden encontrar en distintas proporciones dependiendo de la naturaleza de Los magmas de los que procede y de cómo han cristalizado en el tiempo. Según donde se hayan producido se distinguen dos grandes grupos de rocas ígneas: intrusivas y extrusivas.

Las rocas ígneas intrusivas, también denominadas rocas plutónicas, se forman cuando un magma cristaliza antes de alcanzar la superficie. Las rocas así formadas se Llaman plutones y atendiendo a su emplazamiento pueden ser de dos tipos: rocas ígneas intrusivas plutónicas y rocas ígneas intrusivas filonianas.

Las rocas ígneas extrusivas, también denominadas rocas volcánicas, son Las que se originan en superficie o muy cerca de ella. Se forman por la expulsión al exterior de todo tipo de materiales volcánicos (sólidos, líquidos y gases).

Las texturas que caracterizan las rocas ígneas dependen de la forma y el tamaño de sus cristales. Por eso, las rocas ígneas extrusivas, que generalmente se han ori­ginado por enfriamiento brusco del magma, tienen cristales más pequeños que las intrusivas, que normalmente se forman mucho más despacio.

2. MAGMATISMO

Un magma es una mezcla de material fundido, predominantemente de composición silicatad con cantidades variables de gases disueltos y pequeñas cantidades de materiales en estado sólido. Por lo tanto implica la coexistencia de fracciones solidas, líquidas y gaseosas que pueden separarse bajo determinadas condiciones de presión y tª.

En líneas generales, el enfriamiento y cristalización de un magma se lleva a cabo a través de varias etapas, que son:

– Etapa ortomagmática: en ella cristalizan los minerales pirogénicos

– Etapa pegmatítica: formación de grandes cristales en el fluido rico en volátiles se generan venas y diques de rocas muy diferentes de las del cuerpo ígneo mayor.

– Etapa neumatolítica: cristalizan minerales a partir de la fracción más volátil del magma. Ejemplo son la turmalina, el topacio y la fluorita

– Etapa hidrotermal: en ella, el fluido residual se encuentra notablemente enriquecido en agua y otros componentes volátiles que, al pasar hacia condiciones de baja temperatura, dan lugar al depósito y/o reemplazamiento de minerales.

2.1. EL origen de los magmas

La presencia de volcanes activos concentrados a lo largo de los bordes de placas, es una prueba palpable de la generación de material fundido en profundidad. Esto no implica que las capas internas de la tierra estén formadas por materiales fundidos.

La fusión de las rocas es un hecho infrecuente en las capas mas externas de la tierra y que obedece a fenómenos localizados relacionados con el comportamietno dinámico de la litosfera y astenosfera.

Los magmas se forman en zonas profundas donde las condiciones de presión y tª permiten la fusión parcial de las rocas. Normalmente esto ocurre en el manto superior y corteza inferior, a profundidades de 30 a 200 Km. A niveles mas superficiales, las condiciones térmicas hacen difícil que se alcance el punto de fusión de las rocas, mientras que a mayores profundidades las presiones son tan elevadas que para desencadenar la fusión se requerirían temperaturas mucho mas elevadas.

Los factores que influyen en la fusión de las rocas, es la composición de estas ya que esta determina el intervalo de temperaturas en las que la roca puede llegar a fundir. Ejemplo de roca rica en cuarzo y feldespatos, fundirá a temperaturas mas bajas que una rica en olivino.

La variación del punto de fusión depende también de la presión y contenido en agua.

El incremento de presión favorece el reordenamiento de los atmoso en estructuras mas densas y compactas y se requieren por tanto temperaturas mas elevadas para fundir los monerales. En presencia de agua, la temperatura de fusión de los minerales y de las rocas disminuye considerablemente.

2.2. Diversificación magnética

Una vez generado el magma, éste sufre una serie de cambios antes de producirse la solidificación y formación de la roca. Como consecuencia, a partir del magma original, o magma padre, se origina por diversos procesos un magma evolucionado, o magma hijo. Entre estos procesos están la diferenciación magmática, la asimilación y la mezcla de magmas.

Diferenciación magmática

Los minerales no cristalizan todos a la vez sino que en función de su composición y punto de fusión aparecen durante las sucesivas fases de cristalización

El principal mecanismo de diferenciación magmática es la cristalización. Es una cristalización secuencial que implica la separación de cristales del magma, de forma que éstos presentan distinta composición que el fundido, con lo cual se va modificando la composición original de éste. Este proceso fue estudiado por Bowen y el mecanismo de cristalización secuencial queda reflejado en las llamadas series de reacción de Bowen.

Consiste en dos ramas convergentes de reacciones, una continua y otra discontinua. La serie encabezada por la plagioclasa cálcica es la continua, el mineral ya formado cambia gradualmente de composición mediante el intercambio de iones con el fundido residual.

A temperaturas descendientes cristalizan plagioclasas con mayor contenido en Na.

La discontinua encabezada por olivino, es distinta de la anterior ya que cuando un mineral cristaliza, reacciona con el fundido residual formándose un mineral de composición y estructura diferente

Asimilación

Se denomina asimilación de la roca encajante por un magma al proceso por el cual porciones de dicha roca son incorporadas y digeridas por el magma, alterando como consecuencia la composición de éste; se dice entonces que el magma ha sufrido una “contaminación” y la roca ígnea resultante de la solidificación de este magma se dice que es una roca ígnea contaminada o híbrida.

Mezcla de magmas

En ocasiones, pueden mezclarse dos magmas de composiciones diferentes para dar como resultado un magma hijo de composición intermedia entre ambos. Las pruebas inequívocas de este proceso de mezcla son muy difíciles de establecer. Esto es así debido a que las diferencias en densidad y viscosidad de los magmas tienen a inhibir este proceso de mezcla en magmas de composiciones muy diferentes. \

2.3. Ascenso y emplazamiento de los magmas

Existen varias formas por las que un cuerpo magmático puede ascender y emplazarse para dar lugar a intrusiones o extrusiones ígneas

Dilatación

En este mecanismo, la roca encajante se mueve lateralmente como consecuencia de la actuación de esfuerzos distensivos, de forma que el magma va a ocupar el espacio creado por este movimiento. En este caso, el ascenso y emplazamiento del magma no deforma significativamente las rocas encajantes. La dilatación parece ser el principal mecanismo de intrusión en el caso de intrusiones con forma laminar o tabular (diques o sills) y está condicionada por la presencia de fracturas previas o simultáneas a la intrusión, o de cualquier otro tipo de anisotropía mecánica, como pueden ser las superficies de estratificación, en la roca encajante.

Emplazamiento forzado

En este caso, el magma se abre camino por sí mismo, forzando el emplazamiento de las rocas encajantes hacia los lados, deformándolas. Por consiguiente, la presencia de estratos intensamente plegados y/o fracturados en las rocas adyacentes a un cuerpo ígneo puede considerarse una prueba de un mecanismo de emplazamiento forzado. Este parece ser un mecanismo de intrusión muy importante en el caso de los plutones de gran tamaño, en el que el cuerpo magmático crea su propio campo de esfuerzos. Como consecuencia de este campo, es frecuente que aparezcan diques asociados al cuerpo magmático principal.

Cuando se inicia la fusión de una roca, el líquido aparece en forma de pequeñas películas interconectadas entre los granos; en tal situación, el ascenso del líquido está regido por las leyes de la capilaridad y es necesariamente pequeño. Si la fusión se encuentra en una etapa más avanzada y el volumen de fundido entre los granos es grande, puede ocurrir que el conjunto de los cristales más el fluido asciendan para dar lugar a una intrusión en forma de pluma o diapiro.

Stoping

Cuando se trata de corteza superficial, las rocas presentan un comportamiento frágil; en tal caso, el ascenso y el emplazamiento de cuerpos magmáticos puede estar acompañado por la inmersión de bloques de roca encajantes dentro del magma, al producirse roturas a lo largo de superficies de debilidad. Este fenómeno recibe el nombre de stoping y se ve facilitado por los efectos térmicos debidos al magma que se intruye. En ocasiones, se produce el hundimiento del techo de la cámara magmática, lo cual da lugar a la aparición de una caldera en la superficie y al desarrollo de “diques anulares

Fusión y asimilación

En este caso, el magma se abre camino hacia arriba mediante la fusión e incorporación de las rocas encajantes. Es posible que este mecanismo tenga importancia en el caso de intrusiones profundas, como puede ser el caso de los batolitos. No obstante, el emplazamiento de batolitos, debido a su gran tamaño, crea un problema de espacio, ya que la roca ígnea ocupa, después de su intrusión, el lugar que previamente ocupaban otras rocas. La solución a este problema pasa por varias hipótesis:

– Desplazamiento y deformación de la roca encajante para acomodarse al tamaño
y la forma del plutón.

– Asimilación y/o stoping de la roca encajante por el magma durante la intrusión.

– Fusión de la roca encajante para transformarse en la roca ígnea.

2.4. Tipos de magmas

En la actualidad se admiten diversas series de rocas, cada una de las cuales se origina a partir de un magma padre por fraccionamiento cristalino. Casi siempre se supone que el magma padre presente una naturaleza basáltica, ya que existen muchos ejemplos de basaltos toleíticos con olivino [una toleíta (o basalto toleítico) es un basalto sobresaturado en sílice, es decir, con cuarzo normativo], que han dado lugar, por fraccionamiento, a líquidos residuales riolíticos o dacíticos. De acuerdo con las asociaciones de rocas ígneas observadas en la naturaleza, se acostumbra a dividir los magmas en:

– Magmas ácidos’, contienen más del 55% de Si Alto contenido en Al y pobre en Fe y Mg. Son viscosos y su temperatura media es de 850°C.

– Magmas intermedios: contienen entre el 50 y 55% de Si Contenido medio de Al, Fe y Mg. Son semiviscosos y su temperatura media es de 1000°C.

– Magmas básicos: contienen menos del 50% de Si Bajo contenido en Al y alto en Fe y Mg. Son líquidos y su temperatura media es de 1200ºC.

– Magmas ultrabásicos: contienen menos del 40% de Si Muy bajo contenido en Al y alto en Fe y Mg. Son muy líquidos y su temperatura media es de 1200°C.

– Magmas calco-alcalinos: son ultrabásicos con Na y Ca abundantes.

3. LAS ROCAS ÍGNEAS MÁS IMPORTANTES

Se pueden definir las rocas ígneas como aquellas que se originan por el enfriamiento y la solidificación de un material originado en el interior de la Tierra, denominado “magma”, que presenta un comportamiento fluido y que, como consecuencia de éste, es capaz de moverse por las rocas antes de su solidificación.

Las rocas ígneas son extraordinariamente variadas. Ello ha dado lugar a una terminología amplia y complicada. Tal variedad complica asimismo su clasificación, la cual constituye una herramienta indispensable para organizar la información.

En la clasificación de las rocas ígneas, existe una notable diversidad de criterios, por lo que no existe una clasificación unánimemente admitida por los petróíogos, sino que, por el contrario, las clasificaciones son numerosas. A continuación se detallan las principales clasificaciones utilizadas.

3.1. Clasificación de las rocas ígneas en función del lugar de solidificación del magma

Según el lugar donde se produzca la solidificación del magma, las rocas ígneas se han dividido clásicamente en dos grandes grupos:

– Rocas extrusivas o volcánicas: son aquellas en las que el magma asciende hasta la superficie de la Tierra, de forma que la solidificación se produce en condiciones subaéreas. Ello implica un enfriamiento rápido del magma y una cristalización deficiente, que da lugar a la formación de agregados cristalinos de grano fino o de material vitreo.

– Rocas intrusivas o plutónicas: son aquellas en las que la solidificación del magma se produce a una cierta profundidad, en la que el enfriamiento es más lento que en las anteriores y la cristalización más perfecta y completa, presentado un mayor tamaño de grano, de forma que los cristales pueden distinguirse a simple vista.

Entre estos dos grupos, existen situaciones intermedias, que corresponden a los casos en los que el magma se ha solidificado a profundidades no muy grandes. En tal caso, se suele hablar de rocas subvolcánicas (o hipoabisales).

En estos dos grandes grupos de rocas ígneas existe una buena correspondencia entre textura y profundidad de solidificación del magma. No obstante, el criterio genético no siempre es claro para la distinción de las rocas ígneas según esta clasificación.

3.2. Clasificaciones de las rocas ígneas según su mineralogía y su química


Las clasificaciones mineralógicas y químicas poseen el inconveniente de no tener en cuenta la textura y la estructura de las rocas.

Dado que la sílice es el compuesto de las rocas ígneas que se presenta en mayor proporción, su contenido se usa como criterio para realizar una primera clasificación química de las rocas ígneas. De acuerdo con este criterio se distinguen:

– Rocas acidas. Más de 66% de SiO2

– Rocas intermedias. Entre 66 a 52% de SiO2

– Rocas básicas. Entre 52 a 45% de SiO2

– Rocas ultrabásicas. Menos de 45% de SiO2

Las rocas acidas presentan colores más claros que las básicas y ultrabásicas, como consecuencia de su mayor contenido en cuarzo y feldespatos y de su menor contenido en minerales ferromagnesianos.

Otra clasificación relacionada con el contenido en sílice de las rocas se basa en el concepto de grado de saturación en sílice. Existen determinados minerales que son incompatibles con el cuarzo (o sus polimorfos), ya que reaccionan con él para formar un tercer mineral. Son ejemplos de minerales no saturados los feldespatoides y el olivino magnésico, mientras que son ejemplos de minerales saturados los feldespatos, anfíboles, piroxenos, micas, el olivino férrico, etc. De acuerdo con estas características, se pueden distinguir tres tipos de rocas ígneas:

– Rocas sobresaturadas en sílice. Contienen cuarzo.

– Rocas subsaturadas en sílice. No contienen cuarzo, pero contienen minerales
no saturados.

– Rocas saturadas en sílice. No contienen ni cuarzo ni minerales no saturados.

Para solventar los problemas existentes en toda esta variada nomenclatura y clasificación de las rocas ígneas, la Comisión de Petrología de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS), propuso una nomenclatura de rocas ígneas que se aplica a las rocas ígneas más frecuentes, en función de su composición mineralógica, utilizando diagramas triangulares. Para poder construir estos diagramas, se utilizan, entre otros, los siguientes parámetros modales:

Q = minerales de la sílice.

A = feldespatos alcalinos.

P = plagioclasas y escapolita.

F = feldespatoides (foides).

M = minerales mancos y accesorios.

El conjunto de los minerales de los grupos Q, A, P y F constituyen los llamados minerales félsicos (minerales de color claro).

En concordancia con esto último, el color de una roca ígnea guarda una estrecha relación con su composición, por lo cual se definió un índice de color (M’) mediante un porcentaje, en volumen, de minerales máficos (M) o minerales de color oscuro. De acuerdo con el valor de M’ se distinguen los siguientes tipos de rocas ígneas:

– Rocas leucocráticas: M’ < 30%. En el caso particular en que las rocas sean
ricas en feldespatos, feldespatoides o cuarzo, se suele hablar de rocas félsicas.

– Rocas mesocráticas: 30 < M’ < 60.

– Rocas melanocráticas (o rocas mofleas): 60 < M’ < 90.

– Rocas hipermelánicas (o rocas ultramáficas): 90 < M’.

La clasificación recomendada por IUGS tiene el inconveniente de no ser aplicable a todas las rocas ígneas. En este sentido, no tiene en cuenta suficientemente la textura, por lo cual, existen términos texturales de rocas ampliamente difundidos que no tienen cabida en dicha clasificación.

El diagrama de clasificación de las rocas intrusivas o plutónicas se aplica, principalmente, cuando M < 90% y consiste en dos diagramas triangulares (QAP y FAP) unidos por su base AP. Dado que en estos dos triángulos no aparecen los minerales máficos (M), para representar una roca en este diagrama, el porcentaje de los componentes Q, A, P o F, A es recalculado para que su suma sea el 100%. Los campos en que se divide dicho diagrama, así como los nombres de las correspondientes rocas, se muestran en la Figura 5.

Al igual que el caso de las rocas intrusivas o plutónicas, cuando M < 90% se aplica el diagrama QAPF para clasificar las rocas extrusivas o volcánicas. Los campos y nombres de las rocas que surgen de esta clasificación se muestran en la figura 6. En el campo del basalto y la andesita, la distinción entre los dos tipos de roca se hace de acuerdo con el contenido en SiO2 y el índice de color (M’).

Por tanto, y dada la gran diversidad mineralógica y textural de las rocas ígneas, no es posible una clasificación basada en un diagrama triangular único para todas ellas, sino que deben contemplarse diversas clasificaciones, cada una de las cuales solo es aplicable a un determinado grupo de rocas ígneas. De acuerdo con este criterio, se han distinguido siete grupos mayores de rocas ígneas:

– Rocas plutónicas.

– Rocas volcánicas.

– Rocas piroclásticas: constituidas por fragmentos (piroclastos) generados directamente por actividad volcánica.

– Carbonatitas: con más del 50% de carbonates.

– Rocas lamprofíricas: se presentan en pequeños
cuerpos ígneos que han sido afectados por una actividad hidrotermal.

– Rocas melilíticas: más del 10% de melilita.

– Rocas charnockíticas: presencia de hiperstena.

De todos estos grupos, las rocas plutónicas y las rocas volcánicas son los dos más importantes de rocas ígneas.

Textura de las rocas ígneas

La textura de las rocas ígneas depende de la velocidad de enfriamiento del magma, de la viscosidad de éste y de la concentración molecular de sus componentes. Para sistematizar tales texturas, se suelen utilizar tres criterios:

a) El grado de cristalización de la roca.

b) La forma de los granos.

c) El tamaño relativo de los granos.

El grado de cristalización se define por la relación cristales/vidrio de los componentes de la roca y permite distinguir los siguientes tipos de texturas:

– Textura holocristalina: cuando la roca está constituida por mas de un 90% en volumen de cristales. Es característica de las rocas plutónicas.

– Textura holohialina (o vítrea): cuando la roca está constituida con más de un
90% en volumen de vidrio. Presente en algunas rocas volcánicas.

– Textura hipocristalina: cuando la roca está constituida por una mezcla de
cristales y vidrio. Es característica de las rocas volcánicas.

3.3. Descripción y origen de las principales rocas ígneas

Rocas plutónicas acidas

Las principales rocas plutónicas acidas (o de grano grueso), es decir, las que presentan cuarzo como mineral esencial en un porcentaje superior al 20%, son los granitos y las granodioritas.

– Granitos

Los granitos son rocas acidas de grano grueso, ricas en cuarzo y feldespatos alcalinos (ortoclasa y mi croe lima) y pobres en plagioclasas (oligoclasas) conteniendo además como minerales esenciales uno o más minerales máficos. en la mayoría micas y más raramente anfíboles y piroxenos. Generalmente, la textura es hipidiomórfica granular. No obstante, la textura porfírica es también frecuente. Los granitos son frecuentes en las zonas profundas de los erógenos, las cuales han quedado al descubierto gracias a la erosión; también aparecen como componentes minoritarios en otras áreas, tales como cratones estables.

– Granodioritas

Las granodioritas son rocas de color blanco-grisáceo cuya textura es generalmente hipidiomórfica equigranular, aunque también se dan texturas porfíricas. La composición de las granodioritas es cuarzo, feldespato potásico, plagioclasa y minerales fémicos (biotita, hornblenda y, más raramente piroxeno y/o moscovita). Por tanto, son rocas que contienen cuarzo como mineral esencial y plagioclasa como feldespato dominante. Son rocas muy frecuentes en las zonas orogénicas y en los escudos precámbricos, y forman a menudo plutones relativamente homogéneos, aunque en ocasiones constituyen áreas irregulares dentro de los plutones.

Rocas plutónicas intermedias

Si bien el término rocas plutónicas intermedias no aparece en los diagramas de clasificación QAPF, éste resulta útil para incluir varios grupos de ígneas que presentan una cierta afinidad composicional, por poseer un contenido en sílice que oscila entre el 52 y el 66%. Dentro de este intervalo caen aproximadamente los grupos de rocas plutónicas de las sienitas y las dioritas.

– Sienitas

Las sienitas pueden definirse como rocas de grano medio a grueso constituidas esencialmente por feldespato alcalino (ortoclasa y microclima); presentan además en su composición uno o más minerales fémicos (biotita, hornblenda y olivino). Su contenido en sílice oscila entre el 55 y el 66%. También puede aparecer plagioclasa (oíigoclasa o andesina). Entre los minerales accesorios, los más frecuentes son la titanita, el circón y el apatito. La textura más frecuente de las sienitas es la hipidomórfica granular. Dentro del diagrama QAPF (Figura 5) las sienitas pueden dividirse en distintos tipos de rocas. Las sienitas son frecuentes en las mismas zonas en las que se encuentran los granitos

– Dioritas

Las dioritas se caracterizan por presentar plagioclasa como mineral esencial dominante; contienen además un mineral máfico (piroxeno fundamentalmente). Pueden presentar también cuarzo, pero en una proporción inferior al 60%. El mineral fémico más frecuente es la hornblenda. Son también comunes la biotita, la augita y la hiperstena. La textura dominante es la hipidiomórfica granular. Las dioritas de grano medio reciben el nombre de microdioritas y presentan una textura porfírica. Las dioritas aparecen generalmente en forma de pequeños cuerpos intrusitos o como facies marginales de intrusiones de carácter ácido. Las relaciones de campo parecen indicar que, en muchos casos, las rocas dioríticas han surgido como resultado de la mezcla de magmas ácidos y básicos.Estas rocas ocupan, dentro del diagrama QAPF varios campos. La definición de estas rocas presenta algunos problemas, ya que dentro de esos mismos campos se sitúan las rocas del grupo del gabro.

Rocas plutónicas básicas

Las rocas ígneas plutónicas básicas, derivadas de los magmas basálticos, están compuestas principalmente por plagioclasas, piroxeno, olivino y hornblenda, y figuran entre las rocas ígneas de más amplia difusión y de mayor importancia geológica. Este tipo de rocas constituyen la parte esencial de la corteza oceánica y ocupan además importantes extensiones en algunas áreas continentales. También son importantes como constituyentes de la corteza de los planetas del sistema solar, formando parte además de la composición de algunos tipos de meteoritos. Los gabros son las rocas ígneas plutónicas básicas más importantes.

– Gabro

El gabro es una roca ígnea básica intrusiva de grano grueso constituida por dos minerales esenciales: plagioclasa y clinopiroxeno. En su composición química contiene menos del 52% de SiO2 y es rica en CaO y A12O3, pudiendo contener una proporción variable de olivino. La mayoría de los gabros presenta una textura hipidiomórfica o alotriomórfica granular con grano grueso. En las intrusiones grandes, su estructura suele ser bandeada, debido a que los magmas basálticos suelen ser de baja viscosidad. Así, los gabros se aproximan a la composición del magma basáltico típico, el cual cristaliza a temperaturas del orden de los 1000°C. Se presentan en el campo como rocas intrusivas de tamaño y geometría variados.

Rocas volcánicas acidas

Las principales rocas volcánicas acidas (o de grano fino), es decir, las que presentan cuarzo como mineral esencial en un porcentaje superior al 20%, son las riolitas.

– Riolitas

Las riolitas son rocas ígneas que presentan la misma composición química y mineralógica que los granitos, diferenciándose de ellos por ser de grano fino o vitreo y por tener un origen volcánico. Los feldespatos alcalinos son generalmente sanidina, ortoclasa y, más raramente, anortoclasa. La plagioclasa suele ser oligocasa o andesina. Es frecuente la presencia de biotita, anfíboíes y piroxenos. Proceden de un magma que posee una densidad elevada, por lo cual raramente alcanzan la superficie terrestre, presentando cuando lo hacen un bandeado como consecuencia del flujo y dando lugar a veces a domos extrusivos. La textura puede presentar todas las posibilidades intermedias entre la holohialina y la holocristalina, así como la porfírica. Una variedad frecuente de la riolita es la obsidiana, que es una roca negra, o muy oscura, constituida por vidrio volcánico no vesicular y que presenta fractura concoidea.

Rocas volcánicas intermedias

Como ya se mencionó con anterioridad, el término rocas intermedias para las rocas volcánicas no aparece en los diagramas de clasificación QAPF, aunque éste resulta útil para incluir varios grupos de ígneas que presentan una cierta afinidad composicional, por poseer un contenido en sílice que oscila entre el 52 y el 66%. Dentro de este intervalo caen aproximadamente los grupos de rocas volcánicas de las andesitas.

– Andesitas

Las andesitas son rocas de grano fino equivalentes composicionalmente a las dioritas. Están por tanto constituidas esencialmente por plagioclasas y minerales fémicos. Su textura puede ser porfídica. Pertenecen a la serie calco-alcalina de rocas ígneas y son notablemente ricas en alúmina. En el diagrama QAPF, el campo de las andesitas coincide con el de los basaltos, por lo cual se requiere un criterio adicional para distinguir ambos tipos de rocas. De acuerdo con la clasificación de la IUGS, este criterio se basa en el contenido en SiO2; si este contenido es superior al 52% la roca es una andesita, mientras que si es inferior, la roca en un basalto. La textura de la matriz es variada. Existen algunos casos en los que la mayor parte de la matriz es vitrea. Las andesitas son las rocas volcánicas más abundantes después de los basaltos. Son rocas característicamente continentales pertenecientes a la serie calco-alcalina y aparecen en muchas regiones orogénicas. También son frecuentes en arcos- islas. Sin embargo, estas rocas no suelen aparecer en los fondos oceánicos o en dorsales centro-oceánicas.

Rocas volcánicas básicas

Las rocas ígneas volcánicas básicas, derivadas de los magmas basálticos, están compuestas principalmente por plagioclasas, piroxeno, olivino y hornblenda, y figura entre las rocas ígneas de más amplia difusión y de mayor importancia geológica. Este tipo de rocas constituyen la parte esencial de la corteza oceánica y ocupan además importantes extensiones en algunas áreas continentales. También son importantes como constituyentes de la corteza de los planetas del sistema solar, formando parte además de la composición de algunos tipos de meteoritos. Los basaltos son las rocas ígneas volcánicas básicas más importantes.

– Basaltos

Los basaltos son rocas máficas de grano fino equivalentes composicionalmente a las rocas gabroicas. Son las rocas volcánicas más frecuentes en la corteza terrestre. Su contenido en SÍO2 oscila entre el 44 y el 52% en peso. Se traía de rocas compuestas por plagioclasas y piroxeno. Además, existe siempre una cierta proporción de opacos, principalmente magnetita e ilmenita, y es frecuente la presencia de apatito y de vidrio. El olivino está presente, a veces en considerable abundancia, en la mayor parte de los basaltos. La biotita, sin embargo, se encuentra en pequeñas cantidades. La textura de los basaltos varía entre dos extremos; la textura vitrea y la textura holocristalina. Aún así, la mayoría de los basaltos presentan textura afanítica y, frecuentemente, textura porfírica. Se presentan en la mayoría de los casos en forma de coladas de lava, pero también pueden aparecer como diques u otras intrusiones menores, generalmente de carácter hipoabisal. La roca madre del basalto debe tener una composición basáltica o debe contener los componentes del basalto, además de otros constituyentes adicionales que quedan como residuo cuando se origina el basalto. Los magmas basálticos se originan, con toda probabilidad, por fusión parcial de peridotita en el manto superior. No obstante, algunos autores consideran que la eclogita (roca metamórfica compuesta esencialmente por granate, rico en piropo, y clinopiroxeno) puede ser la roca madre de los basaltos. Ambos tipos de roca, peridotita y eclogita, están presentes en regiones diferentes del manto superior.

Rocas ultramáficas

Las rocas ígneas ultramáficas constituyen un conjunto de rocas, principalmente plutónicas, con un índice de color (M’) superior al 90%. En la mayoría de los casos, se trata de rocas ultrabásicas, es decir, su contenido en sílice es inferior al 45%. Dentro de este conjunto son frecuentes las rocas monominerales. Los principales grupos de rocas ultramáficas son los de las peridotitas.

– Peridotitas

Las peridotitas son rocas plutónicas ultramáficas con olivino como mineral predominante (en cantidad superior al 40%) y con ausencia de plagioclasas. Su textura suele ser granular, la cual puede encontrarse más o menos modificada como consecuencia de la deformación sufrida por las rocas. Las peridotitas representan el componente principal de la pirolita. También aparecen en cantidades menores en la corteza terrestre. Son rocas que proceden, por tanto, esencialmente de la fusión del manto, apareciendo como intrusiones o en forma de enclaves en diversos tipos de rocas básicas o ultrabásicas.

BIBLIOGRAFIA

– Agueda y Anguita. Editorial rueda.

– Anguita

– agueda