Tema 53 – Anatomía y fisiología de los sistemas circulatorio y respiratorio humanos. Hábitos saludables. Principales enfermedades.

Tema 53 – Anatomía y fisiología de los sistemas circulatorio y respiratorio humanos. Hábitos saludables. Principales enfermedades.

1. INTRODUCCIÓN

El aparato circulatorio está formado por un sistema impulsor, el corazón, y un sistema de conducción formado por los vasos sanguíneos. Entre sus funciones, es­tán el llevar los alimentos y el 02 a las células y recoger los desechos metabólicos que se han de eliminar después por los riñones, en la orina, y por el aire exhalado en los pulmones, rico en dióxido de carbono (C02). Además, el aparato circulatorio tiene otras destacadas funciones como intervenir en las defensas del organismo, regular la temperatura corporal, etc. Por otra parte el sistema linfático se dedica a devolver el exceso de líquido intersticial al corazón.

El propósito de la respiración es proveer oxígeno a los tejidos y eliminar dióxido de carbono. El proceso de la respiración se divide en cuatro fases, que son, La ven­tilación pulmonar, la difusión del oxígeno y dióxido de carbono entre los alveolos y la sangre, el transporte en sangre y líquidos corporales de oxígeno y dióxido de carbono y la regulación de la ventilación.

2. ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL SISTEMA CIRCULATORIO

El sistema circulatorio está formado por el corazón y los vasos sanguíneos juntos mantienen al flujo de sangre continuo por todo el cuerpo transportando oxígeno y nutrientes y eliminando dióxido de carbono y productos de desecho de los tejidos periféricos. Un subsistema del sistema circulatorio es el sistema linfático, el cual recoge el fluido intersticial y lo devuelve a la sangre.

2.1. El corazón

El corazón es el órgano principal del aparato circulatorio. Es un músculo estriado hueco que actúa como una bomba aspirante e impelente, aspira hacia las aurículas la sangre que circula por las venas, y la impulsa desde los ventrículos hacia las arterias.

Anatomía del corazón

– Situación: El corazón está situado prácticamente en medio del tórax (mediastino), entre los dos pulmones, encima del diafragma, delante del raquis (columna) torácico separado de las vértebras por el esófago y la aorta hacia su izquierda, y detrás del esternón y por delante del músculo triangular del esternón, y envuelto en un gran saco llamado pericardio, y de los cartílagos costales. El corazón se fija en esta situación por medio de los grandes vasos que salen y llegan a él.

– Forma y orientación: El corazón tiene forma de pirámide triangular o cono, cuyo vértice se dirige hacia abajo, hacia la izquierda y hacia delante, y la base se dirige hacia la derecha, hacia arriba y un poco hacia atrás.

– Volumen y peso: El volumen del corazón varía según el sexo y la edad. Tradicionalmente se ha comparado el volumen del corazón con el de un puño, pero cambia considerablemente dependiendo de si el corazón está en sístole o en diástole. El volumen total varía entre 500 a 800 mililitros, siendo más importante el volumen de eyección del ventrículo izquierdo. Su peso ronda los 275 gramos en el hombre y 250 g en la mujer.

– Cavidades del corazón: El corazón consta de cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos divididos por un tabique que sigue su eje mayor. Estos tabiques, interauricular e interventricular son continuos, de forma que la parte derecha e izquierda del corazón no intercambian sangre directamente. En la parte derecha circula la sangre venosa y en la parte izquierda circula la sangre arterial. Existe un tabique perpendicular a éste, que se denomina tabique auriculoventricular, que divide, a su vez, cada mitad en dos cavidades. Estos tabiques están formados por endocardio y miocardio.

Los ventrículos se encuentran situados debajo de las aurículas, En la base de los ventrículos se aprecian dos orificios: uno auriculoventricular, que comunica la aurícula con el ventrículo, y otro que relaciona el ventrículo con el tronco arterial correspondiente. En las paredes de los ventrículos se encuentran unos salientes musculares, que se denominan pilares. En esos pilares se van a sujetar los cordones tendinosos de las correspondientes válvulas.

Las aurículas se encuentran situadas encima de los ventrículos. Son de menor volumen que éstos y es por donde penetran las diferentes venas que proceden del organismo. Las paredes de las aurículas son más finas que las de los ventrículos.

El corazón posee cuatro válvulas:

– La válvula mitral o bicúspide, situada entre la aurícula y el ventrículo izquierdo.

– La válvula tricúspide entre la aurícula y el ventrículo derecho.

– La válvula signoidea aórtica entre el ventrículo izquierdo y la arteria aorta.

– La válvula signoidea pulmonar entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar.

Estructura del corazón

El corazón se compone de tres capas:

– Pericardio: Es una cubierta serofibrosa que envuelve al corazón, se divide en dos partes:

o Epicardio: parte interna que está adherida íntimamente al miocardio y recubre hasta cierta distancia a los troncos sanguíneos.

o Pericardio fibroso: parte externa que une el corazón a los órganos próximos.

– Miocardio: Es la más gruesa del corazón; está formado por tejido muscular cardíaco, que se dispone en tres capas: una longitudinal, otra circular y otra oblicua.

– Endocardio: Es una membrana interna, que tapiza las superficies de las cavidades, está formada por endotelio, que se apoya sobre una delgada capa de tejido conjuntivo laxo. Uniendo el miocardio a la capa de tejido conjuntivo se encuentra un estrato de tejido conjuntivo con fibras colágenas y elásticas por donde van vasos sanguíneos linfáticos, nervios y ramificaciones del sistema de Purkinje.

Sistema conductor del impulso cardíaco

Este impulso se inicia en las células musculares especializadas del nodulo senoauricular que se difunde posteriormente al nodulo auriculoventricular y se continua en el fascículo de His.

El nodulo senoauricular está formado por células musculares cardíacas muy ramificadas, delgadas y fusiformes, diferenciadas por su pequeño diámetro y su escasez de miofibrillas. Dichas fibras nodulares están separadas de la pared del miocardio por tejido conjuntivo muy vascularizado, que contiene muchas fibras nerviosas simpáticas y parasimpáticas. Está situado en la aurícula derecha en su parte superior y se continúa con las fibras musculares cardíacas ordinarias del miocardio auricular.

El nodulo auriculoventricular se encuentra situado en la aurícula derecha. Tiene una estructura muy similar al nodulo senoauricular, pero además de continuarse con las fibras del miocardio, se continúa directamente con el fascículo de His, situado en el tabique interventricular y se continúa por las paredes laterales de los ventrículos

Los cortes longitudinales de las fibras del fascículo de His, muestran estriaciones transversales características que se continúan con las células musculares miocárdicas. Su función es unificar las diferentes contracciones que pueden surgir en el músculo cardíaco

Fisiología del corazón

El latido cardiaco: Cada latido del corazón desencadena una secuencia de eventos llamados ciclos cardiacos, que constan principalmente de tres etapas: sístole auricular, sístole ventricular y diástole. El ciclo cardíaco hace que el corazón alterne entre una contracción y una relajación aproximadamente 75 veces por minuto, es decir el ciclo cardíaco dura unos 0,8 segundos: Durante la sístole auricular, los aurículas se contraen y proyectan la sangre hacia los ventrículos. Una vez que la sangre ha sido expulsada de las atrios, las válvulas atrioventriculares entre las atrios y los ventrículos se cierran. Esto evita el reflujo de sangre hacia los atrio. El cierre de estas válvulas produce el sonido familiar del latido del corazón. Dura aproximadamente 0.1 s. La sístole ventricular implica la contracción de los ventrículos expulsando la sangre hacia el sistema circulatorio. Una vez que la sangre es expulsada, las dos válvulas sigmoideas, la válvula pulmonar en la derecha y la válvula aórtica en la izquierda, se cierran. Dura aproximadamente 0,3 s. Por último la diástole es la relajación de todas las partes del corazón para permitir la llegada de nueva sangre. Dura aproximadamente 0,4 s.

En el proceso se pueden escuchar dos golpecitos:

– El primer ruido cardíaco lo ocasiona el cierre de dos válvulas: tricúspide y bicúspide o mitral.

– El segundo por el cierre de también dos válvulas: sigmoidea aórtica y sigmoidea pulmonar.

Ciclo cardíaco: Es el conjunto de movimientos encadenados entre sí que ocurren en el corazón desde el momento en que se inicia la sístole auricular hasta el momento en que comienza la sístole auricular del latido siguiente. Fases:

Llenado de los ventrículos: Durante la sístole ventricular se acumulan grandes volúmenes de sangre en las aurículas por estar cerradas las válvulas A-V. En consecuencia, tan pronto como termina la sístole y las presiones ventriculares caen nuevamente, las presiones altas en las aurículas abren de inmediato las válvulas A-V, y permiten que entre rápidamente la sangre en los ventrículos que se conoce como periodo de llenado rápido de los ventrículos. Las presiones auriculares caen porque las aberturas normales de las válvulas A-V son tan grandes que prácticamente no ofrecen resistencia al curso de la sangre. El periodo de llenado rápido dura aproximadamente el primer tercio de la diástole. Durante el tercio medio de la diástole sólo penetra una pequeña cantidad de sangre en los ventrículos; ésta es sangre que continúa vaciándose en las aurículas procedentes de las venas, y que atravesando las aurículas va directamente a los ventrículos. Este tercio medio de la diástole recibe el nombre de diastasis. Durante el último tercio de la diástole, las aurículas se contraen y proporcionan un impulso adicional para penetrar sangre en los ventrículos; le corresponde aproximadamente 20 a 30 % del llenado de los ventrículos durante cada ciclo cardíaco.

Vaciamiento de los ventrículos durante la sístole. Periodo de contracción isométrica: Inmediatamente después de iniciarse la contracción ventricular aumenta bruscamente la presión dentro de los ventrículos, cerrando las válvulas A-V, que se corresponde con el primer ruido. Se necesitan 0.02 a 0.03 segundos adicionales para que el ventrículo alcance una presión que abra las válvulas semilunares (aórtica y pulmonar). En consecuencia, durante este tiempo hay contracción de los ventrículos sin vaciamiento. Este es el denominado periodo de contracción isométrica

Periodo de vaciamiento: Cuando la presión en el ventrículo izquierdo sube ligeramente por encima de 80 torr y la presión en el ventrículo derecho ligeramente por encima de 8 torr, estas presiones ventriculares abren las válvulas semilunares. Inmediatamente empieza a salir sangre de los ventrículos, y cerca de 70% del vaciamiento ocurre durante el primer tercio del periodo de eyección, y el 30% restante durante los dos tercios siguientes. Por tanto, el primer tercio se llama periodo de eyección rápida y los dos tercios finales periodo de eyección lenta.

La presión ventricular disminuye a un valor que está ligeramente por debajo del de la aorta durante el periodo de eyección lenta, a pesar de que aún hay cierta cantidad de sangre que sale del ventrículo izquierdo. El motivo es que la sangre que sale de los ventrículos ha creado un momento de fuerza.

Periodo de relajación Isométrica (isovolumétrico): Al término de la sístole empieza bruscamente la relajación ventricular. permitiendo entonces que las presiones intraventriculares caigan con rapidez. Las presiones elevadas en las grandes arterias impulsan inmediatamente sangre en sentido retrógrado hacia los ventrículos, lo cual hace que se cierren las válvulas aórtica y pulmonar que corresponde también con el segundo ruido. Durante otros 0.03 a 0.06 segundos el músculo ventricular sigue relajándose aunque el volumen ventricular no cambie, lo que origina el periodo de relajación isométrica. Durante este periodo las presiones intraventriculares vuelven con rapidez a sus niveles diastólicos muy bajos. A continuación se abren las válvulas A-V para empezar un nuevo ciclo de bombeo ventricular.

Los ruidos primero y segundo identifican las fases principales del ciclo cardíaco. La diástole es mayor que la sístole, además tienen una intensidad y tono diferentes.

Los murmullos son ruidos ligeros. Se asemejan al ruido producido por la espiración forzada con la boca ligeramente abierta. A menudo, los murmullos aparecen asociados con trastornos valvulares (estenosis, regurgitación) o con otras anormalidades, como puede ser el caso de la anemia.

Gasto cardíaco

Como consecuencia del trabajo realizado por el corazón, sale de cada ventrículo una cierta cantidad de sangre. En condiciones normales, un ventrículo expulsa unos 70 mi de sangre en cada latido; como se originan 70 latidos por minuto, resulta que cada ventrículo lanza a la circulación unos cinco litros de sangre por minuto, siendo este el gasto cardíaco normal.

El gasto cardíaco es igual al retorno venoso y no se acumula sangre en el corazón. Hay una serie de factores que alteran el gasto cardíaco, los más importantes son: frecuencia del latido cardíaco, ejercicio físico, anemia, anoxemia, sueño, anormalidades cardíacas e hipertiroidismo.

Regulación de la actividad cardíaca

Hay dos mecanismos de control del gasto cardiaco:

– Mecanismos intrínsecos: autorregulación de la actividad cardíaca

o Autorregulación heterométrica: ley de Frank-Starling: es un mecanismo que
afecta al volumen sistólico, y no a la frecuencia cardíaca.La ley de Frank-Starling dice que cualquier incremento en el llenado del corazón, provoca un incremento en la contracción del miocardio que produce un incremento de volumen expulsado durante la sístole y con ello se evita la acumulación de sangre en el músculo cardíaco.

o Autorregulación homeométrica: en este mecanismo se modifica la frecuencia
cardíaca. Una modificación en la frecuencia cardíaca modifica la tensión de las fibras musculares y se modifica el volumen sistólico proporcionalmente.

– Mecanismos de control extrínsecos: control nervioso y humoral del gasto cardíaco

o Control del volumen sistólico: actúan sobre la contractilidad del miocardio

§ Factores neuronales: el corazón está inervado por los sistemas simpático (adrenalina y noradrenalina, mayor contractilidad) y parasimpático (acetil-colina menor contractilidad)

§ Factores humorales: otros factores actúan también sobre la contracción del miocardio, entre ellas están las cate col aminas circulantes (adrenalina y noradrenalina), el glucagón, la angiotensina y xantinas (como la cafeína) y el aumento de la concentración de CO2 que incrementan la contractilidad de músculo cardíaco y la acidosis que baja la contractilidad.

o Control de la frecuencia cardíaca: son factores fundamentalmente neuronales del simpático (adrenalina sube frecuencia cardíaca) y del parasimpático (acetil-colina la disminuye) sobre la región marcapasos del corazón.

Electrocardiograma

La contracción del corazón se acompaña de un potencial de acción que se inicia en el nodulo senoauricular y se propaga por todo el miocardio y por todo el organismo hasta la superficie del cuerpo. Por lo tanto, al situar electrodos en dos áreas de la piel, se registran los impulsos eléctricos relacionados con la actividad cardíaca. Estos impulsos se recogen en el electrocardiograma por medio del electrocardiógrafo

La onda P representa la despolarización de las aurículas. A continuación sigue un trazo recto, denominado P-Q, que representa, medido desde la iniciación de la onda P hasta la iniciación de la onda siguiente, el tiempo que tarda el estímulo en propagarse desde el nodulo senoauricular hasta el nodulo auriculoventricular.

La onda Q es la primera onda negativa del electrocardiograma normal. Representa el inicio de activación o despolarización ventricular.

La onda R positiva es la más amplia. Forma parte del complejo QRS, que representa el proceso de despolarización del ventrículo. Su duración se prolonga cuando elN proceso de activación es anormal, como en el caso de las extrasístoles ventriculares; entonces la onda T es grande y de dirección opuesta al complejo QRS.

La onda S es negativa, a continuación se encuentra el segmento S-T, de duración variable e isoeléctrico. La unión de este segmento con el fin de la onda S se llama punto J, el cual se mantiene a nivel de la línea de base.

La onda T es de forma redondeada, vinculándose sus anomalías a cambios metabólicos del músculo cardíaco.

El intervalo Q-T, medido desde la iniciación de la onda Q hasta el final de ía onda T, incluye las fases eléctricas completas de la despolarización y repolarización del ventrículo, se denomina sístole eléctrica del corazón; y la diástole eléctrica comprende desde el final de la onda T hasta el comienzo de la onda Q del ciclo siguiente.

A veces aparece, a continuación de la onda T, la onda U, que se debería a sufrir múltiples alteraciones relacionadas

2.2. Los vasos sanguíneos

Un vaso sanguíneo es una estructura hueca y tubular con ramificaciones que conduce la sangre impulsada por ía acción del corazón. El conjunto de vasos sanguíneos del cuerpo junto con el corazón forman el aparato cardiovascular.

Los vasos sanguíneos se clasifican en tres grupos: arterias, venas y capilares

Arterias

Llevan la sangre desde el corazón a los órganos, transportando el oxígeno (excepto en las arterias pulmonares, donde transporta sangre con dióxido de carbono) y los nutrientes. Esta sangre se denomina arterial u oxigenada en la circulación mayor y tiene un color rojo intenso.

– Estructura de las arterías: Las arterias son tubos elásticos con sección transversal circular a causa de que la tensión se distribuye igualmente por sus paredes. Compuestas de:

o La túnica íntima es el revestimiento interno endotelial, que proporciona una superficie interna lisa y de baja fricción.

o La túnica media es una capa gruesa, compuesta de músculo liso y fibras elásticas entremezcladas, dispuestas tanto en sentido longitudinal como anular.

o La túnica adventicia es la capa externa formada por tejidos fibrosos de colágeno.

Las arterias se ramifican; cuando su diámetro es menor de 0,1 mm, se llaman arterioías. Las uniones entre las ramas se llaman anastomosis, y pueden producirse entre arterias y arterioías.

– Distribución de las arterias: La aorta es la principal arteria que parte de la válvula aórtica, forma el cayado de la aorta, para formar la aorta descendente. Las ramas principales de ramificación, son:

o Las arterias coronarias que irrigan el corazón.La arteria braquiocefálica, la subclavia izquierda y la carótida izquierda, que irrigan la cabeza y las extremidades superiores, Las arterias intercostales que irrigan el tronco, El tronco celíaco y las arterías mesentéricas superior e inferior, que irrigan el estómago, intestino, hígado, bazo y páncreas. Las arterias renales irrigan los riñones, Las arterias iliacas irrigan la pelvis y las extremidades inferiores.

La arteria pulmonar parte de la válvula pulmonar, se divide en las ramas principales derecha e izquierda, que van a los respectivos pulmones

– Circulación arterial: Las arterias de la circulación general proporcionan un sistema ramificado de tubos que reciben sangre del ventrículo izquierdo y la distribuyen por todo el organismo. Las arterias pulmonares distribuyen el débito del ventrículo derecho por los pulmones; son más cortas, de paredes más delgadas, y contienen la sangre a una presión más baja que las arterias de la circulación general. Las arterias tienen una doble función: conducción y almacenamiento de la sangre.

– Presión arterial: La relación entre la presión y el flujo laminar continuo de un líquido en un tubo rígido queda descrita por la ley de Poiseuille, que establece que el caudal de un líquido, Q, es directamente proporcional a la diferencia de presión, P,-P2, a lo largo de la longitud del tubo y la cuarta potencia del radio del mismo, r, e inversamente proporcional a la longitud del tubo L, y a la viscosidad del líquido:

En la ecuación de Poiseuille, la fuerza motriz que propulsa la sangre a lo largo de las arterias, es un gradiente de presión. Con la eyección de la sangre en la aorta desde el corazón, existe una rápida elevación de la presión a medida que entra sangre en el sistema arterial. Con la lentificación de la eyección, la presión tiende a caer de nuevo, y esto continúa después de que la válvula aórtica se ha cerrado, a medida que el flujo continúa desde la aorta a la periferia por lo que tiene una oscilación en dientes de sierra. El punto de cierre de la válvula aórtica está marcado por la onda dicrótica, una pequeña elevación transitoria de la presión que se produce cuando la sangre que tiende a caer hacia atrás es rápidamente decelerada por el de la válvula aórtica.

Se observa que la presión en el punto más alto, o presión sistólica, es de unos 120 mmHg, y en el punto más bajo, o presión diastólica es de unos 80 mmHg. La diferencia entre ambas presiones, unos 40 mmHg, se denomina presión de pulso

La presión sistólica se ve amortiguada por la elasticidad de la aorta, que se distiende en la sístole ventricular por la energía de la expulsión; parte de esta energía se guarda en la pared aórtica para evitar la caída de presión y mantener la presión diastólica. Esta presión va desapareciendo a medida que se desplaza hacia los vasos más pequeños.

Venas

Llevan la sangre desde los órganos y los tejidos hasta el corazón y desde éste a los pulmones, donde se intercambia el dióxido de carbono con el oxígeno del aire inspirado, (excepto en las venas pulmonares, donde se transporta sangre oxigenada). Esta sangre se denomina venosa y es de color más oscuro.

– Estructura de las venas: Las venas también tienen tres capas en sus paredes. Se diferencian en que hay menor cantidad de músculo liso y tejido elástico por lo que la pared es más delgada en proporción al diámetro del vaso. Debido a la estructura de sus paredes, las venas son mucho más distensibles, se colapsan o comprimen más fácilmente, y se adaptan peor a soportar altas presiones en su interior que las arterias. Las venas tienen válvulas venosas, con forma similar a las válvulas semilunares del corazón, he impide que la sangre retroceda

– Distribución de las venas: Las venas procedentes de la cabeza y el cuello, subclavias, se unen a cada lado con las venas procedentes de los miembros superiores, para formar las venas braquiocefálicas, que se unen formando la vena cava superior. Esta vena principal de la mitad superior del cuerpo recibe las venas ázigos y hemiázigos, procedentes de la pared del tórax, y termina en la aurícula derecha. La vena cava inferior, que drena la mitad inferior del cuerpo y termina en la aurícula derecha, está formada por la unión de las dos venas ilíacas y recibe las venas renales y las hepáticas antes de pasar a través del diafragma y penetra en la aurícula derecha. La vena porta está formada por la unión de las venas esplécnicas y mesentéricas superior e inferior, y penetra en el hígado por el hilo hepático. Las venas pulmonares son en número de cuatro drenando las partes superior e inferior del pulmón, pasando a la aurícula izquierda

– Circulación venosa: Las venas forman un sistema colector para devolver la sangre desde la periferia al corazón. El destino final de la sangre venosa de la circulación general es la aurícula derecha del corazón y en la circulación pulmonar la aurícula izquierda.

– Presión venosa: La presión venosa debe de ser ligeramente inferior a la de los capilares, y ser lo suficientemente alta para llenar las aurículas. La posición del cuerpo influye: en posición erecta, la presión en el pie está por encima de los 100 mm de Hg, mientras que la presión de la cabeza, es negativa.

Capilares

Tienen su origen en la división progresiva de las arterias en ramas cada vez más pequeñas hasta llegar a los vasos capilares, que poseen finísimas paredes, y a través de los cuales pasan las células sanguíneas, al igual que los gases respiratorios, los nutrientes y el resto de las sustancias que transporta la sangre.

Los capilares consisten en finos tubos (espesor de una célula) de disposición reticular cuyo diámetro es similar al de los glóbulos rojos.

La sangre procedente de una artería, pasa a las arteriolas y luego fluye lenta, a través del retículo capilar, para drenar finalmente en las vénulas, que se unen para formar el drenaje venoso principal.

Regulación de la circulación

La regulación de la circulación depende del control de la presión arterial sanguínea de modo que tienen que cumplirse tres prioridades principales:

– Distribución de un adecuado suministro de sangre al cerebro y al corazón.

– Aporte de sangre a otros órganos del cuerpo.

– Control de la presión capilar de modo que se mantenga el volumen tisular y la
composición del líquido intersticial dentro de valores razonables.

Control central del sistema cardiovascular

– Barorreceptores arteriales

Los barorreceptores se encuentran en el seno carotídeo, el arco aórtico o las arterias subclavia, carótida común y pulmonares. Un incremento de presión sanguínea distiende la pared del seno carotídeo, causando un aumento en la frecuencia de descarga de los barorreceptores y conduciendo a una reducción del gasto cardíaco y de la resistencia vascular periférica pero al bajar la presión, también baja la frecuencia de impulsos del barorreceptor, causando un incremento reflejo del gasto cardíaco y de la resistencia periférica, lo cual tiende a aumentar la presión arterial (feed-back) que estabiliza la presión sanguínea arterial

– Quimiorreceptores arteriales

Los quimiorreceptores arteriales, localizados en los cuerpos aórticos y carotídeos responden a un aumento en CO2, o a un descenso en O2 y pH de la sangre. Produce una vasoconstricción periférica y un enlentecimiento de la frecuencia cardíaca.

– Receptores cardíacos

Los mecanorreceptores hacen descender el volumen sanguíneo y la presión arterial. Además algunos receptores cardíacos provoca la liberación de hormonas directamente en las aurículas o en otros tejidos endocrinos del resto del cuerpo, como el péptido natriurético auricular (PNA) que tiene un efecto depresor, reduciendo el gasto cardíaco. La estimulación de estos receptores cardíacos ,en condiciones extremas, se asocian con el dolor de un ataque al corazón.

Control de la microcirculación

– Control nervioso del flujo sanguíneo capilar

El control nervioso sirve para mantener la presión arterial por medio del ajuste de la resistencia al flujo sanguíneo en la circulación periférica. El cerebro y el corazón de los vertebrados deben ser constantemente perfundidos con sangre. El control nervioso de las arteriolas permite que sólo algunos capilares estén abiertos en un instante determinado, pues sino se produciría una rápida caída en la presión arterial y el flujo sanguíneo cerebral quedaría reducido,

– La estimulación simpática y catecolaminas circulantes

Estas actúan de la siguiente forma:

– La estimulación de los nervios simpáticos causa generalmente una vasoconstricción periférica y un aumento en la presión arterial.

– Un incremento en las catecolaminas circulantes causa un descenso en la resistencia periférica, con un aumento en la presión arterial causado por la estimulación concomitante del corazón y un aumento del gasto cardíaco.

La acción de las catecolaminas está modulada por sustancias como el neuropéptido.

– Estimulación parasimpática: La estimulación nerviosa parasimpática (acetilcolina) causa vasodilatación en las arteriolas.

Control local del flujo sanguíneo capilar

Los tejidos activos tienen mayores requerimientos y por ello el flujo sanguíneo capilar debe aumentar durante la actividad. Varios mecanismos controlan la microcirculación a escala local.

– Compuestos producidos por el endotelio

El óxido nítrico que causa la relajación del músculo liso de la pared de los vasos, endotelinas (vasoconstrictora) y prostaciclina (vasodilatación, anticoagulante y antagonista de la prostaglandina).

– Inflamación y otros mediadores

El tromboxano A2 la noradrenalina y la angiotensina II causa vasoconstricción. Las quininas plasmáticas son potentes vasodilatadores, activadas en los tejidos dañados. Finalmente, la serotonina actúa como agente vasoconstrictor o vasodilatador, dependiendo del lecho vascular y del nivel de la dosis.

Intercambio de sustancias entre los capilares y los tejidos

El oxígeno se libera desde la hemoglobina hacia los tejidos por difusión, debido a la diferente concentración que hay en los tejidos y en la sangre. El dióxido de carbono pasa rápidamente a los capilares por idéntico mecanismo, donde se transforma rápidamente en bicarbonato y más lentamente en carbarninohemoglobina.

2.3. Sistema linfático

Características generales

El sistema linfático se distingue del sanguíneo en que sus vasos sirven únicamente para regresar su líquido al corazón (sólo existen en él venas y capilares).

Sus capilares son de paredes en extremo delgadas, con sólo una capa de células de espesor y al contrario de los capilares sanguíneos, se encuentran cerrados en un extremo. Al otro extremo, los capilares enlazan con venas linfáticas, también, con válvulas y paredes delgadas.

Las venas van siendo cada vez mayores, hasta llegar al conducto torácico en el lado izquierdo o el conducto linfático derecho para el lado derecho, el cual desemboca en la vena subclavia izquierda del sistema venoso o la unión de la subclavia derecha con la yugular. Así, los líquidos circulantes llegan a las células por la ruta única del sistema arterial, pero pueden regresar por dos: una por venas y otra, por los capilares linfáticos.

En las uniones de los vasos linfáticos se encuentran los ganglios linfáticos, donde se elaboran los linfocitos y se filtran las partículas extrañas y las bacterias, las que así no pueden invadir la corriente sanguínea (figura 10).

La linfa atraviesa los ganglios de forma lenta (movimientos de los músculos estriados adyacentes) lo que permite que las bacterias puedan ser fagocitadas por glóbulos blancos.

Funciones del sistema linfático

El sistema linfático representa una vía accesoria por la cual los líquidos de los espacios intersticiales pueden llegar a la sangre y, pueden extraer proteínas y partículas de los espacios tisulares, cuando ninguno de estos productos puede pasar directamente por absorción hacia la sangre capilar.

Entonces la concentración de las mismas en este líquido acabaría por equilibrarse con la que hay en los capilares, lo que sería un obstáculo completo para el paso de líquidos a los capilares sanguíneos en su extremo venoso con aparición subsiguiente de edema

El sistema linfático actúa en la producción de linfocitos y en la filtración de bacterias y otras partículas.La absorción de grasas se logra a través de los vasos quilíferos que parten desde el intestino.

3. ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL SISTEMA RESPIRATORIO HUMANO

3.1. Anatomía del aparato respiratorio

El aparato respiratorio consta de:

– Las vías respiratorias superiores situadas por encima de la glotis, que comprenden las fosas nasales, los senos de la cara, la nasofaringe y la laringe.

– El aparato broncopulmonar, situado por debajo de la glotis, que comprende la
tráquea, los dos bronquios, que salen de ella, y los dos pulmones.

Vías respiratorias superiores

Las paredes de las fosas nasales y senos de la cara están constituidos por un esqueleto óseo o cartilaginoso, tapizado por una mucosa. La mayor parte están tapizados por la mucosa pituitaria, que está formada por un epitelio de tipo respiratorio constituido por células ciliadas y células mucosas caliciformes.

Parte del techo de las fosas nasales se encuentra tapizado de mucosa olfativa, constituida por un epitelio prismático formado por células básales, de sostén y neurosensoriales olfatorias; y un corión de tejido conjuntivo que contiene nervios amielínicos, numerosos vasos sanguíneos y glándulas exocrinas, túbulo-acinosas y mucosas.

La nasofaringe en la primera porción de la laringe (tapizada por epitelio respiratorio y epitelio pavimentoso estratificado).

La laringe es un tubo que une la faringe a la tráquea. La laringe está constituida por un conjunto de piezas cartilaginosas unidas entre sí. En su interior la mucosa forma dos pares de pliegues: el par superior. constituye las cuerdas vocales falsas, el segundo par constituye las cuerdas vocales verdaderas, que al paso del aire, producen sonidos

Aparato broncopulmonar

El aparato broncopulmonar está constituido por la tráquea, los bronquios y los pulmones.

– Tráquea: La tráquea comienza al final de la laringe y termina en los bronquios extrapulmonares. Es un tubo revestido internamente por un epitelio respiratorio, prismático, seudoestratificado con numerosas células ciliadas y células mucosas caliciformes. Se produce una capa de mucus que es conducida hacia la faringe, constituyendo una barrera.

– Bronquios: La tráquea se divide en dos bronquios que entran a los pulmones por el hilio, donde se ramifican y constituyen el árbol bronquial. Los bronquios primarios dan origen a tres bronquios en el pulmón derecho y a dos en el izquierdo. Cada bronquio se distribuye a un lóbulo pulmonar. Los bronquios primarios se dividen repetidas veces, originando bronquios cada vez más pequeños hasta llegar a las últimas ramificaciones que se llaman bronquiolos. Estos penetran en los íobulillos pulmonares donde formarán de 5 a 7 bronquiolos terminales. El conducto alveolar termina en un alveolo simple y en sacos alveolares que contienen dos o más alveolos (estructura esponjosa terminal del parénquima pulmonar) La pared de los bronquiolos difiere de la de los bronquios, por la ausencia de cartílago, por la ausencia de glándulas. por un espesor menor del epitelio y un espesor mayor de la capa de células musculares lisas. Los conductos alveolares tienen la misma estructura que los bronquiolos, pero poseen mayor número de alveolos. Los sacos alveolares tienen toda su pared constituida por alveolos yuxtapuestos.

– Pulmones: Los pulmones son dos, uno derecho y otro izquierdo. Se encuentra encima del diafragma y ocupan la mayor parte de la cavidad torácica. Están separados por un tabique vertical llamado mediastino, donde se encuentra el corazón, los grandes vasos, la tráquea, el esófago, etc. El volumen de aire contenido en los pulmones se le denomina capacidad pulmonar y puede ser de varios tipos:

o Capacidad total: es la cantidad total de aire en los pulmones después de una inspiración forzada (aproximadamente 5.800 cm3).

o Capacidad vital: es la cantidad de aire puesta en movimiento por el paso de la inspiración a la espiración forzada ( aproximadamente 4.600 cm3).

En los pulmones siempre queda aproximadamente un litro de aire residual. Desde el punto de vista funcional el pulmón se halla dividido en varias zonas:

o Zonas respiratorias: que comprenden los alveolos y los capilares
(intercambios gaseosos).

o Zonas de conducción: que comprenden los bronquios y los bronquiolos, las arterias y venas pulmonares.

o Zonas de transición: conexión de zona respiratoria con la zona de
conducción.

Los vasos sanguíneos que irrigan el pulmón son:

– Arterias pulmonares: transportan sangre no oxigenada. Las arterias acompañan a los bronquios hasta los bronquiolos respiratorios y allí nace la red capilar.

– Arterias bronquiales: transportan sangre oxigenada e irrigan la pared de los bronquiolos y el tejido conjuntivo interlobulillar y pleural, sin penetrar en los lobulíllos.

– Venillas pulmonares: nacen en la periferia de los lobulillos, recorren los tabiques interlobulillares y se agrupan para formar las venas pulmonares. Contienen sangre oxigenada y venosa.

– Venas bronquiales: existen a nivel de los bronquios lobulares y desembocan en la vena cava.

En el pulmón existen fibras nerviosas eferentes destinadas a la musculatura lisa de los vasos y de los bronquios y las fibras nerviosas aferentes de sensibilidad que están a nivel de la pleura y de los bronquios.

Envolviendo a cada pulmón está una membrana serosa llamada pleura. Esta membrana está formada por dos hojas: la parietal, externa y adosada a las paredes de la cavidad torácica y, otra interna o pleura visceral que reviste al pulmón. Entre ambas hojas queda la cavidad pleural que contiene el líquido pleural, de constitución seroso y que contiene en suspensión algunas células libres, con macrófagos, leucocitos, etc.

3.2. Fisiología del aparato respiratorio

El aparato respiratorio está destinado a permitir el intercambio de gases entre la sangre y el ambiente. Intervienen los músculos respiratorios los intercostales internos y externos y el diafragma. El mecanismo respiratorio consta de dos partes:

– La inspiración: Comienza con una contracción del diafragma y de los músculos intercostales externos. Se eleva el esternón y se ensancha el tórax; al mismo tiempo, los pulmones se expanden al seguir el movimiento de la pared torácica y del diafragma. En la inspiración profunda intervienen músculos como los escalenos, esternocleiodomastoideo, trapecio y pectorales.

– La espiración: Comienza cuando los músculos inspiratorios se relajan, lo que permite que las fibras elásticas del pulmón se acorten y que otros elementos elásticos del pulmón y del tórax recuperen su posición de reposo. En la espiración activa intervienen los músculos abdominales, que colaboran en la elevación del diafragma. La ventilación pulmonar es la cantidad de aire que pasa a través de los pulmones en un período de tiempo, depende del volumen corriente o tidal (Ve) o volumen inspirado y espirado durante la respiración tranquila y de la frecuencia respiratoria (f) o número de respiraciones en la unidad de tiempo. La cantidad de gas que no llega a los alveolos es el llamado espacio muerto. Por tanto, se tendrá una ventilación alveolar diferente de la ventilación pulmonar. La ventilación de los alveolos suele mantenerse en un nivel tal que la presión del CO2 y la presión del O. permanecen constantes. Sin embargo, las tensiones de los gases alveolares se modifican el grado de ventilación alveolar con cambios de la frecuencia y la profundidad de la respiración. De esta forma, el consumo de oxígeno se mantiene constante, pero la presión de O2 alveolar aumenta y la presión de CO2 alveolar desciende a medida que la ventilación se intensifica.

Difusión de los gases respiratorios

Los factores que determinan la difusión de los gases respiratorios a través de las membranas, son: la presión parcial del gas, la permeabilidad de las membranas, las reacciones químicas que tienen lugar en la sangre, la velocidad de circulación pulmonar y el área de la superficie alveolar.

El movimiento de los gases depende de las diferencias de presión. La presión parcial del oxígeno en el aire alveolar es superior a la que presenta la sangre venosa, esta fuerza es suficiente para hacerle atravesar las membranas alveolar y capilar. El movimiento del CO2 en sentido contrario, se debe a la misma razón

La resistencia de las membranas al paso de los gases, depende de la capacidad de difusión de cada gas y viene determinada por la cantidad de gas que pasa a su través por minuto y por cada milímetro de mercurio de diferencia entre las presiones del gas a ambos lados de la membrana. Un aumento de la superficie alveolar determinará una mayor transferencia de gases por unidad de tiempo. La captación es grande al comienzo del capilar y va disminuyendo progresivamente.

La velocidad del flujo sanguíneo afecta en pequeña medida en la capacidad de saturación de oxígeno en ésta; se ha demostrado que el porcentaje de saturación de oxígeno en la sangre arterial, no disminuye significativamente hasta que el aumento de la velocidad de la circulación pulmonar es considerable.

Transporte de oxígeno en la sangre

Una vez que el oxígeno ha pasado a través de las membranas a la sangre, ha de ser llevado hasta los capilares de los tejidos para su difusión a éstos. La mayor parte del oxígeno en la sangre es transportado en combinación química, fundamentalmente con la hemoglobina, para que el gasto cardíaco sea menor.

La hemoglobina es un pigmento ferroproteico que está formada por cuatro cadenas polipeptídicas unidas por el ion Fe2+. Este hierro es el responsable de la combinación de la hemoglobina con el oxígeno. La combinación de la hemoglobina con el oxígeno viene determinada por la ecuación:

Hemoglobina + Oxígeno —> Oxihemoglobina

La cantidad de oxígeno que se combina con la hemoglobina está en función de la presión parcial de oxígeno. A medida que aumenta la presión parcial de oxígeno, mayor es la cantidad de oxihemoglobina que se forma, hasta que toda la hemoglobina queda saturada. La representación gráfica de esta función es una curva de disociación de tipo sigmoidea debido a la cooperatividad entre subunidades. La curva de la mioglobina es de tipo hiperbólica al tener una sola unidad (figura 17).

La saturación de oxígeno depende de tres factores: de la presión parcial de oxígeno, de la presión parcial de dióxido de carbono, del pH de la sangre y del 2,3-difosfoglícerato (DPG).

La presión parcial de O2 en el equilibrio es de 100 mm de Hg en los capilares pulmonares; la de dióxido de carbono es de 40 mm de Hg. Cuando la sangre llega a los capilares tisulares, la hemoglobina cede parte del oxígeno que transporta, debido a que la presión parcial de oxígeno en los tejidos es de 40 mm de Hg o menor, ya que la hemoglobina está al 75% de saturación.

Si la cantidad de hemoglobina es normal, la cantidad de oxígeno en sangre al abandonar los capilares representa sólo el 25% de la carga total de oxígeno que transporta. Cuando la actividad de los tejidos se incrementa, hay una mayor utilización de oxígeno, y la presión parcial del área, disminuye.

El aumento de la presión parcial de CO2 disminuye la cantidad de oxígeno combinado con la hemoglobina, de tal forma, que queda una mayor cantidad de oxígeno disponible para los tejidos sin que descienda su presión parcial.

El aumento de acidez también desplaza las curvas de disociación de la oxihemoglobina (efecto Bohr).

La unión de 2,3-difosfoglicerato (DPG), presentes en los eritrocitos, también baja la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno.

Transporte de dióxido de carbono en la sangre

La producción de CO2 en los tejidos es tal que cada 100 mi de sangre que los atraviesa, reciben una cantidad de 4 mi de CO2 adicional. La sangre venosa transporta un total de 53 mi de CO2 por 100 mi de sangre, de las siguientes formas: combinado con la hemoglobina (15-25%), en forma de bicarbonato (70%) y en simple solución (5%).

El CO2 se combina con los grupos amino de la molécula de hemoglobina y forma carbaminohemoglobina. Del 15-25% del CO2 se transporta así por los capilares tisulares.

El 70% del CO2 es transportado en forma de bicarbonatos, los cuales se producen al reaccionar el CO2 con el agua:

Esta reacción transcurre lentamente en el plasma y la mayoría del CO2 llega como tal a los eritrocitos, donde se realiza el mismo tipo de reacción pero a mayor velocidad debido a la presencia de la enzima anhidrasa carbónica. Al formarse una mayor proporción de bicarbonato en los eritrocitos se produce una difusión hacia el plasma, produciéndose una difusión de iones cloro en sentido contrario para mantener el equilibrio iónico. La hemoglobina facilita la formación de bicarbonato, ya que capta los protones liberados del proceso anterior y la liberación de oxígeno que difunde fuera de la sangre.

Estas reacciones se invierten en los pulmones. El oxígeno que penetra en el eritrocito desplaza los protones de la Hb y el dióxido de carbono pasa al plasma. A la vez, el bicarbonato del plasma pasa a CO2 por la acción de la anhidrasa carbónica.

La cantidad de C02 transportado por simple difusión es, como máximo, de un 5% y depende de su presión parcial.

La curva de disociación del CO2 tiene en cuenta el contenido total de CO2 en sangre, ya que no todo el CO2 es transportado por la hemoglobina, como es el caso del O2. El contenido de CO varía según la presión parcial de este gas.

La presión parcial de C02 en la sangre es de 40 mm de Hg. El estudio de la curva de CO9 indica que cuanto mayor es la producción de dióxido de carbono, mayor es la cantidad de gas capaz de transportar la sangre venosa.

Regulación de la respiración

– Centro respiratorio: Se divide en tres conjuntos de neuronas (bulbo raquídeo y la protuberancia)

o El grupo respiratorio dorsal: establece el ritmo básico de la respiración

o El centro neumatóxico: regulando la duración de la fase de llenado del ciclo pulmonar, limitando la inspiración y regulando así la frecuencia respiratoria.

o El grupo respiratorio ventral: es mecanismo de refuerzo para elevar ventilación pulmonar.

– Control químico de la respiración: Existe un área quimiosensible en el centro respiratorio, distinta a las anteriores, y que es sensible a la concentración sanguínea de CO2 o H+. Como respuesta, excita las otras regiones del centro respiratorio. Aunque el área quimiosensible está estimulado directamente por los H+, estos iones no atraviesan fácilmente ni la barrera hematoencefáHca ni la de sangre/líquido cefalorraquídeo (LCR). Por eso es el aumento de CO2 el que baja el pH del LCR y estimula directamente el área y aumenta la ventilación. A través de los capilares se intercambia HCO3 – o Cl- para mantener constante el pH del LCR frente a un cambio prolongado de la pCO2

– Sistema quimiorreceptor periférico: Transmiten señales nerviosas hacia el centro respiratorio que regula la actividad respiratoria. Se hallan en los cuerpos carotídeos y, en menor medida, en los cuerpos aórticos. Llevan la información (concentración de oxígeno en la sangre, cambios en las de CO2 y H’ ) hasta el área respiratoria dorsal por los nervios glosofaríngeo y vago respectivamente. Están irrigados por una arteria y por lo tanto siempre están expuestos a la presión de 02 arterial y no a la venosa. Al bajar esta, aumenta la ventilación más del doble y hasta seis veces cuando la presión de 02 es muy baja. La estimulación por el aumento de C02 o H+ son mucho menos importantes que los del área quimiosensible (sobre 7 veces menos potentes)

4. HÁBITOS SALUDABLES

Desde el punto de vista de la comunidad, las estrategias de población son la base de la lucha contra las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. El objetivo de esta estrategia es corregir las causas de las enfermedades lo que requiere una intervención en la población para orientar sobre el modo de vida. Se intenta así reducir los factores de riesgo. La prevención debe comenzar en la infancia que es cuando se adquieren los hábitos de vida.

En cuanto a los hábitos saludables se refiere en la prevención de las enfermedades debe tenerse en cuenta en los siguientes aspectos:

Dieta: La ingesta media de grasa total no debe superar el 30-35% del aporte energético total, con una contribución de los ácidos grasos saturados del 7%.

El aporte energético se complementaría con un 7% de proteínas y un 50% de glúcidos. Según el Comité de Expertos de la OMS para la Prevención de la Cardiopatía Coronaria, se pueden clasificar los alimentos en aconsejados y desaconsejados.

Los alimentos aconsejados serían: alimentos de origen vegetal combinados con legumbres, cereales, hortalizas y frutas; pescados, aves, y carnes magras en pequeñas porciones; los productos lácteos deben ser pobres en grasas para los adultos; y los aceites y grasas se reducirá su utilización y en el caso de la infancia se dará preferencia a los aceites vegetales líquidos. Los alimentos desaconsejados serían: las carnes grasas, los productos lácteos ricos en grasa, los huevos, los productos cocidos comercialmente y las bebidas alcohólicas. La ingesta de sal por su relación con la hipertensión no debe superar un promedio de 5 gramos/día. Con respecto del alcohol, tiene efecto hepatotóxico y puede lesionar el miocardio y aumentar el riesgo de la hipertensión arterial.

Evitar el hábito de fumar: Para ello es necesario establecer y aplicar programas de salud. También es necesario contar con restricciones legislativas, medidas fiscales y programas de renuncia al hábito.

El peso corporal: Existen evidencias de que la reducción del peso contribuye a la disminución del colesterol sérico, de la hipertensión arterial y de la prevaíencia de diabetes. Se debe conseguir un peso ideal en la población.

Ejercicio físico: Debe ser aeróbico y para que tenga el efecto beneficioso debe realizarse en períodos de 20-30 minutos al menos 3 o 4 veces por semana. Debe ser regulado con objeto de tonificar el aparato respiratorio y muscular de la zona, no se deben provocar fatigas ni exposiciones al frío y a la humedad.

Evitar el estrés: Actualmente no hay una intervención eficaz que aminore los factores causantes del estrés. Se puede influir en una disminución del consumo del alcohol, cigarrillos y alimentos perjudiciales para evitar los riesgos de enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Evitar la exposición a contaminantes atmosféricos

Protección frente a las infecciones

Deben aplicarse anualmente la protecciones antigripales y anticatarrales, al menos a los grupos de riesgo.

5. PRINCIPALES ENFERMEDADES

5.1. Principales enfermedades del aparato circulatorio

Las enfermedades cardiovasculares se han convertido en una de las causas más frecuentes de muerte. Las principales enfermedades son:

Infarto de miocardio: El infarto de miocardio es un cuadro agudo caracterizado por necrosis de una zona miocárdica secundaria a una isquemia prolongada. Desde el punto de vista anatomo patológico, la isquemia mantenida llega a provocar cambios irreversibles en las fibras miocárdicas que suponen la muerte celular. Cuando la zona necrosada alcanza cierta magnitud, se produce un cuadro caracterizado por dolor, cambios electrocardiográficos y alteraciones típicas del perfil enzimático.

La arterioesclerosis de las arterias coronarias es la causa más común del infarto de miocardio. En los pacientes con las coronarias normales se supone que la causa del infarto es una trombosis recanalizada, un espasmo o una afectación de vasos pequeños. La liberación de catecolaminas como respuesta al “stress” podría ser uno de los factores que aceleran la agregación plaquetaria y originan la oclusión aguda.

El infarto de miocardio se inicia fundamentalmente en el ventrículo izquierdo.

Hipertensión: Se considera que existe hipertensión arterial cuando la presión máxima supera los 140 mm y la mínima los 90 mm de Hg. Se presenta en condiciones patológicas muy diversas. Desde el punto de vista fisiopatológico pueden depender fundamentalmente de la reducción de la elasticidad aórtica, que regula la corriente sanguínea, del aumento del volumen sistólico, y, por otra parte, del aumento de las resistencias en la circulación periférica, sobre todo de las arteriolas precapilares. Por esto la hipertensión realmente es un síntoma y una enfermedad por sí misma.

Solo en un caso se habla de hipertensión como tal enfermedad y se denomina hipertensión esencial. El resto de las hipertensiones se denominan secundarias, ya que son síntomas de una enfermedad, como pueden ser enfermedades renales, endocrinas y arteriosclerosis. La hipertensión esencial es considerada por algunos autores como hereditaria.

Arterioesclerosis: Las placas arterioescleróticas son engrosamíentos circunscritos de la pared arterial, menguando de esta forma la luz de los vasos, iniciándose la formación de trombos sanguíneos que pueden ocluir por completo la arteria. Las placas se forman por acumulación de células de musculatura lisa y tejido conjuntivo denso, que consta básicamente de fibras colágenas, infiltrado de macrófagos y leucocitos. La placa contienen glucosaminoglucanos, fibrinógeno y elastina y dentro y fuera de las células hay lipoproteínas, que transportan el colesterol por la sangre, y en las zonas más internas aparecen grasas en cantidades variables.

La teoría más aceptada sobre la arterioesclerosis es la del patólogo Rudolf Virchow, que sostiene, que la infiltración de la pared arterial por sustancias grasas procedentes del torrente circulatorio origina los depósitos de colesterol, que actúan como irritantes, dando lugar a la inflamación y proliferación de las células. Esta teoría se ve apoyada por la mayor frecuencia de la enfermedad coronaria entre los individuos de la población, que tienen una concentración de colesterol más elevada en sangre. Estos niveles elevados de colesterol se han correlacionado con las dietas ricas en alimentos grasos, por lo que se ha intentado prevenir dicha enfermedad mediante la regulación de la dieta. Existe una teoría reciente que indica que el desencadenante de todo el proceso es la inflamación de las paredes arteriales, que produciría la rotura de ciertas placas, sobre las que se formarían coágulos de sangre ocluyendo las arterias.

Insuficiencia cardíaca: Es la imposibilidad del corazón de suministrar suficiente oxígeno al cuerpo por la deformación del ventrículo izquierdo que se estira y pierde fuerza de contracción. Se puede deber a diabetes, hipertensión, angina, infarto, infección viral, etc

Endocarditis: Es la inflamación del endocardio. Se produce por una infección del endocardio casi siempre bacteriana que se trata con antibióticos.

Miocarditis: Igual a la anterior, pero afecta al músculo cardíaco.

Alteración en el ritmo cardíaco: Estas producen las arritmias que pueden ser: un aumento en la frecuencia (taquicardia) o una disminución (bradicardia) o una alteración en el isocronismo en las contracciones de aurículas y ventrículos.

5.2. Principales enfermedades del aparato respiratorio

Las enfermedades del aparato respiratorio pueden ser tanto transmisibles o crónicas.

Enfermedades transmisibles son:

Infecciones respiratorias agudas: Son procesos inflamatorios de las vías aéreas producidas en más de un 90% por virus. Son las enfermedades más frecuentes y el motivo de más de la tercera parte de las consultas médicas.

Gripe: Es una enfermedad transmisible de elevado poder de difusión, presentación invernal y recurrencia epidémica periódica, con brotes epidémicos y pandémicos. Es producida por un ortomixovirus que afecta fundamentalmente las vías respiratorias superiores dando lugar a un cuadro clínico con predominio de síntomas generales normalmente benigno y autolimitado, salvo en la población de alto riesgo (ancianos, cardiópatas, diabéticos, etc.), en los que puede llegar a complicarse siendo causa de mortalidad.

Resfriado común: Es un síndrome clínico caracterizado por un catarro nasal sin apenas afectación del estado general. Es la enfermedad más frecuente.

Tuberculosis: Producida por especies del género Micobacterias. La infección se transmite la mayor parte de las veces por vía respiratoria, y aunque puede localizarse en cualquier órgano la forma más frecuente es la pulmonar. La mortalidad estimada a nivel mundial supera los 3 millones de personas.

Otro apartado de enfermedades la constituyen las de tipo crónico, entre las cuales se encuentran las siguientes:

Bronquitis crónica: Proceso caracterizado por el engrosamiento difuso crónico o recurrente de las paredes de los bronquios con alteración cualitativa de sus secreciones y aumento de estas hasta ocasionar expectoración y tos. Los factores etiopatogénicos son por orden de importancia el tabaco, la polución y la infección. La bronquitis crónica causa a menudo invalidez y mortalidad.

Cáncer broncopulmonar: Se han descrito al menos 59 tumores primarios de tráquea, bronquios, pulmones y pleura. A efectos prácticos, se emplea normalmente la clasificación de la OMS que se basa en el empleo de microscopía óptica. Es notable su frecuencia en las poblaciones mineras y en los individuos que manejan cromatos, níquel, asberto, o que trabajan en fundiciones o fábricas de gas. Se ha demostrado que al fumar cigarrillos se originan benzopireno y benzatraceno, productos cancerígenos por lo cual, los fumadores son 50 veces más propensos a desarrollar un cáncer pulmonar que los no fumadores.

Enfisema: Es un proceso crónico degenerativo, irreversible, caracterizado por el aumento anormal y permanente de vías y espacios aéreos distales al bronquiolo por destrucción de los septos alveolares con o sin fibrosis.

Edema pulmonar es el encharcamiento de los pulmones por la infiltración de un liquido seroso, como consecuencia de un infarto de miocardio, de hipertensión arterial, inhalación de gases toxicos, insuficiencia del sistema linfático…

Neumonía: es una enfermedad infecciosa vírica o bacteriana de los pulmones a los que destruye y pierden su consistencia esponjosa. El cuadro es multiple, con fiebre alta, escalofríos, respiración rápida y superficial y tos dolorosa.