Tema 64 – La genética molecular. Ingeniería genética y sus aplicaciones. Su dimensión ética.

Tema 64 – La genética molecular. Ingeniería genética y sus aplicaciones. Su dimensión ética.

1. INTRODUCCIÓN

El conocimiento adquirido en los últimos años sobre el genoma nos ha permitido comprender mejor las limitaciones y expectativas de vida, las bases moleculares de la enfermedad, los mecanismos de la diferenciación celular, la regulación de la expresión de los genes, la biodiversidad de los individuos y las especies en la naturaleza y de cómo en la actualidad los avances en la tecnología del ADN recombinante o ingeniería genética, sumados a los conocimientos derivados del proyecto genoma humano, tendrán una repercusión directa sobre las nuevas terapias basadas en la utilización de elementos génicos, así como la potencial aplicación de la donación humana como fuente inagotable de tejidos y órganos, constituyendo los cimientos de la medicina molecular del siglo XXI.

2. GENÉTICA MOLECULAR.

Hasta hace pocos años, el estu­dio de la genética no iba más lejos de la estructura de los cromosomas. Actualmente, gracias a la genética molecular conocemos los mecanis­mos íntimos de las moléculas que constituyen el material de estudio de la genética.

2.1. los genes.

El concepto de gen ha ido variando a lo largo del tiempo. Gregor Mendel los denominó «fac­tores», y vendrían a ser los respon­sables de la transmisión de los ca­racteres de padres a hijos.

Los genes están constituidos por ADN y ese ADN con­tiene la información necesaria para la síntesis de una cadena determi­nada de proteína. La defi­nición de gen «la cade­na de ADN capaz de dirigir la sínte­sis de una proteína».

Posteriormente este concepto ha sido matizado: «frag­mento de ADN que contiene toda la información necesaria para la síntesis de un polipéptido».

El gen es la unidad física y fun­cional de la herencia. Cada gen tie­ne una localización específica en un determinado cromosoma, y el con­junto de todos los genes, conteni­dos en todos los cromosomas, cons­tituye el genoma de un ser vivo.

Los cromosomas, son estructuras que se en­cuentran en el núcleo de todas las células del organismo, están presentes en pares, uno del padre y otro de la madre, salvo en las células repro­ductivas o gametos, que solo poseen un ejemplar de cada cromosoma. Por ello cuando se fusionan el individuo tiene 2 cromosomas uno del padre y otro de la madre, en la meiosis, antes de la fecundación, entre cada par homólogo de cromosomas de este se intercambia al azar material ge­nético para dar lugar a los del ga­meto

El ser humano tiene veintitrés pa­res de cromosomas: veintidós autosomas se numeran siguien­do un orden decreciente de tamaño; el 23 son somáticos. Mujeres XX, hombres normales XY, único caso en que el par de cromosomas no está for­mado por miembros homólogos.

Existen diferentes variantes de un mismo gen, cada una de las cuales se llama alelo. Puede tener dos alelos de cualquier gen. Hay muchos casos de alelos múltiples, como los que codi­fican los grupos sanguíneos. Un or­ganismo es homocigoto cuando tiene dos ale­los idénticos, y heterocigoto alelos diferentes. Si un gen alelo se expresa en un heterocigoto se llama dominante; si solo lo hace en indi­viduos homocigotos, se llama rece­sivo. También existe codominancia cuando cualquiera de los dos alelos es igual de importante. Las enferme­dades genéticas causadas por ge­nes recesivos no se declaran en heterocigotos, permiten detectar a por­tadores del gen alterado. Esto es importante en la medicina preventi­va, ya que una pareja formada por dos portadores de un gen recesivo puede tener hijos que desarrollen la enfermedad que produce.

Estructura de un gen

Los genes son segmentos de ADN capaces de dirigir la síntesis de pro­teínas determinadas, y ello lo ha­cen a través de un ARN interme­diario. Los ge­nes han de contener las señales o información necesaria para realizar estos procesos. Básicamente, un gen estaría cons­tituido por 3 partes:

Promotor: que establece cuándo y en qué cantidad se transcribirá el gen.

Región codificante: el fragmento de ADN que determina la secuen­cia de aminoácidos de la proteí­na codificada.

Terminador: que contiene las se­ñales que determinan el término del proceso de transcripción, evi­tando que continúe hacia otros genes que se encuentran más adelante.

Todas estas señales son «leídas» y decodificadas por interacciones establecidas por proteínas específi­cas.

Algunos genes contienen intrones secuen­cias dentro de un gen que son eli­minadas en el procesamiento del mensajero mediante un proceso de­nominado de splicing y que, por tanto, no están presentes en el RNAm El número, tamaño y posición de los intrones varía de unos genes a otros.

2.2. El ADN.

El ADN es la molécula que con­tiene la información genética y la sustancia de la cual están hechos los genes. El ADN está constituido por la aso­ciación de moléculas menores lla­madas nucleótidos, formadas por la unión de una molécula de fosfato, una del azúcar desoxirribosa y una base nitrogenada. Ya que cuatro ba­ses distintas, adenina, guanina, ti­mina y citosina participan en la for­mación de los nucleótidos, hay cuatro tipos distintos de estos, los nucleótidos se vincu­lan por sus grupos fosfato y confor­man una larga hebra, sus bases nitrogenadas se unen por uniones débiles pero muy específicas con las de otra hebra, determinan que ambas hebras, apa­readas, se enrollen para dar lugar a la estructura de doble hélice. El apareamiento se da entre t a y c g, bases complementa­rias. La especificidad de las unio­nes entre bases determina la con­servación y la transmisión de la in­formación hereditaria. El mensaje de la herencia o código genético está contenido en el orden o secuencia con que las bases aparecen en la larga hebra del ADN. El mensaje genético solo consiste en información que deter­mina el número, el tipo y la secuen­cia de aminoácidos de cada uno de los distintos tipos de proteínas de un organismo.

La función primaria del genoma es dirigir la producción de molécu­las de ARN o ácido ribonucleico. El ARN difiere del ADN en que sus ribosa y uracilo en vez de timina. El ARN es complementario al ADN. Parte del ARN es estructural, interviene en la estructura de los complejos moleculares que actúan en la síntesis de proteínas; el resto, el ARNm, está más directa­mente vinculado con el mensaje ge­nético, participa en el pro­ceso de traducir la secuencia de ba­ses del ADN en la correspondiente secuencia de aminoácidos de una proteína.

El ADN puede duplicarse dando lugar a hebras nuevas y a copias exactas mediante la intervención de la ADN pol. Antes han de haber sido separadas por las helicasas y con la intervención de otras proteínas. Otra propiedad es la de la renaturalización ante un enfriamiento lento después de la separación por calor

Transcripción.

Paso de ADN doble a ARN monocaternario. Tiene lugar en el núcleo, y luego este ARNm, es trasladado al citoplasma, donde se produce la síntesis de las proteínas.

o Iniciación: separación de las dos cade­nas de ADN y la unión de la ARN polimerasa. El inicio se da en un lugar con­creto, denominado promotor, y que viene determinado por la unión de ciertas proteínas denominadas factores de transcripción, muy importantes en la regulación de los genes. Algunos de estos factores pueden ser inducidos por ejemplo por el ambiente, pudiendo activar o reprimir la transcripción

o Elongación: una vez unida la ARN polimerasa comienza a unir nucleótidos en orden complementario al de la cadena de ADN, y siempre de 5′ a 3′.

o Terminación: al final del gen exis­ten unas señales que indican a la ARN polimerasa que debe sol­tarse y así finalizar la transcrip­ción.

· Promotor: parte del gen que con­tiene todas las secuencias necesa­rias para la unión de la ARN poli­merasa y los factores de transcrip­ción.

· Promotor basal: una secuencia que es capaz de iniciar la síntesis de ARN pero que no contiene ninguna señal de regulación.

· Secuencia terminadora: aquella que contiene la información nece­saria para que la RNA polimerasa termine la transcripción. La terminación puede ser diferente en el mismo gen

Procesamiento del mensajero.

En un principio el RNA se denomina RNAhn para posteriormente dar lugar al RNAm. Los procesos que se llevan a cabo son:

o 5′ caperuza, metil-guanina que pro­tegería al RNAm de la degradación.

o 3′ cola de poli a. Ocurre en eucariotas

o Eliminación de intrones (splicing): la realiza el splicisoma, los intro­nes poseen unas señales de se­cuencia que posibilitan que el spli­cisoma los reconozca y elimine.

Traducción.

Proceso por el cual la información del ARN pasa a ser descodificada a proteínas. La decodificación se realiza mediante el código genético, tabla en la que aparecen los 20 aminoácidos y los tripletes que los codifican. El código genético es degenerado puesto que hay aa que son codificados por más de un triplete.

Se comienza por el codón ATG o codón de iniciación y terminan por uno o varios codones de terminación (TAG, TGA o TAA). Además cada gen posee previo al co­dón de iniciación una o varias regio­nes de regulación de su expresión. La transcripción la lleva a cabo una ARN pol

Mientras que en procariotas los genes prácticamente son continuos, en eucariotas la información está frag­mentada. Modificaciones postraducciona­les. En este procedimiento intervienen 2 tipos de ARN, el mensajero al que se unirá el ribosoma codificado por ARNr y por último el transferente que transportará los aminoácidos.

La síntesis del polipéptido no es siempre el final del proceso: pueden llegar a ser glicosiladas, cortadas, unidas a otras subunidades, darle estructuras diferentes…después de este proceso todos los componentes se desensamblan y pueden ser utilizados posteriormente

Mutaciones.

La replicación genética, de gene­ración en generación, es extrema­damente precisa; sin embargo, oca­sionalmente se producen errores que dan lugar a mutaciones, lo que ocasiona alteraciones (fa­vorables o desfavorables) en los ca­racteres heredados. Las mutaciones se producen con una frecuencia de 10-11 por nucleótido y división celular en e. Coli. Hay varias maneras de que se produzcan mutaciones, estas son: sustitución, omisión, inserción, inversión, cambios sin sentido o translocaciones donde un gen se ha cambiado de sitio e implica reordenación del material genético.

Las bases nitrogenadas de los nucleótidos pueden sufrir una des­viación tautomérica, como consecuencia, puede haber apareamiento entre bases no complementarias. En la siguiente duplicación, es de esperar que la situación vuelva a la normalidad, a excepción de que la mutación sea reconocible. Otros tipos de alteraciones se pro­ducen por alteraciones de copia du­rante la duplicación del ADN o por efecto de agentes químicos que se denominan mutágenos o por agen­tes físicos, como las radiaciones io­nizantes, o los rayos ultravioleta.

Entre los agentes químicos capa­ces de inducir mutaciones tenemos: agentes alquilantes (gas mosta­za, nitrosaminas, etc.). análogos de bases (halouracilos, aminopurinas), antibióticos (estreptozotina, mito­micina c, etc.), fármacos (acridina, nitrofurazo­na, etc.), aditivos alimentarios (nitritos, EDTA, etc.), pesticidas (captan, etc.), derivados del nitrógeno (hidroxi­lamina, etc.), peróxidos orgánicos y de hidró­geno, sales metálicas, ésteres del ácido fosfórico.

Aparte de los mencionados, exis­ten otras muchas sustancias o agen­tes físicos que provocan mutaciones (cromosómicas o genómicas) como son los ultrasonidos o los choques térmi­cos, que aumentan la frecuencia de mutación

Regulación de la expresión de los genes.

La ARN polimerasa no inicia la fa­bricación de un ARN-m al azar. El enzima posee una particular afini­dad por una región del ADN, el pro­motor situado más allá del inicio del gen. Ello permite iniciar la síntesis de ARN-m en un lugar preciso. La velocidad de esta síntesis depende de la secuencia de bases del pro­motor. Además existen proteínas de­nominadas represores que determi­nan si la ARN polimerasa debe co­menzar la transcripción. Un repre­sor reconoce de forma muy especí­fica un segmento de ADN denomi­nado operador situado al principio del gen y cuando se fija en ese punto impide a la ARN-polimerasa progre­sar a lo largo del ADN, bloquean­do la síntesis de ARN-m. Cuando se necesita la proteína codificada por el gen en cuestión, el lugar del ope­rador debe ser desbloqueado. El mecanismo puede ser de dos for­mas. En una de ellas, el producto que va a ser metabolizado al pene­trar en la célula da un derivado que desbloquea el operador. Es la regu­lación negativa y su ejemplo más claro es el modelo de operón lac­tosa de bacterias. Por otra parte el mecanismo de regulación positiva como sucede por ejemplo en el con­junto de enzimas implicados en la síntesis de un aminoácido, que es regulado por un represor que no se fija sobre su operador sino en pre­sencia del aminoácido. En este caso, el represor se disocia del operador y los enzimas codificados por el ope­rón son producidos cuando el ami­noácido no está presente.

Aunque parezca inverosímil, el represor reconoce la secuencia es­pecífica en todo el conjunto del ADN celular, mediante una primera fija­ción débil e inespecífica sobre el ADN y por sucesivas migraciones mediante saltos o por difusión, hasta que es atrapado por el operador.

3. INGENIERÍA GENÉTICA Y SUS APLICACIONES

– 1953 descubrimiento de la estructura del material genético

– 1970 comienzo de la manipulación enzimática del material genético

La ingeniería genética comprende la totalidad de las téc­nicas dirigidas a alterar o modificar el caudal hereditario de algunas es­pecies ya sea para superar enfer­medades de tipo genético (terapia génica) o con el objeto de producir transformaciones con finalidad ex­perimental (manipulación genética).

La única terapia genética permiti­da hoy para su aplicación en seres humanos es la vinculada a las en­fermedades. En la ingeniería ge­nética se busca el conocimiento de cada uno de los genes de un mapa genético para así deducir que genes son los responsables de la enfermedad. Gen para la in­sulina, se puede sintetizar en grandes cantidades introduciendo un vector en una bacteria y hacer que ésta se multiplique rápidamente

Dos son las líneas de investiga­ción en ingeniería genética:

o Traducir la totalidad de la infor­mación contenida en el cromo­soma

o Desarrollar técnicas que permi­tan transferir la información ge­nética contenida en un organis­mo a otro que carezca de ella, aún atravesando la barrera de las especies.

3.1. Metodología en ingeniería genética.

ADN recombinante y clonación molecular. Clonar consiste en producir un ele­vado número de copias de un mis­mo sistema. Denominaremos ADN recombinan­te a una molécula de ADN produci­da a partir de fragmentos que pro­vienen de organismos diferentes o que en el organismo original se en­cuentran en diferente ordenación. No hay muchas dificultades a la hora de unir genes puesto que los genomas de las especies tienen el mismo origen químico. La donación de genes requiere de seis condiciones.

o Un organismo huésped en don­de se realice la multiplicación, también mediante PCR

o Un vector de DNA que pueda mul­tiplicarse en el huésped.

o Una manera de unir el DNA de interés con el DNA vector.

o Una manera de introducirla com­binación DNA-vector en el hués­ped.

o Una manera de seleccionar el ADN que nos interesa

o Un método para poder aislar el DNA-vector en cantidades sufi­cientes.

Enzimas

Enzimas de restricción. Enzimas aislados a partir de bacterias que tienen la capacidad de cortar las moléculas de ADN de doble cadena en lugares que pre­sentan secuencias específicas. Otras interesantes propiedades de los enzimas de restricción son:

o Reconocen secuencias palindró­micas, es decir, secuencias que son iguales si se leen en una di­rección o en la dirección contra­ria.

o El enzima corta siempre en la mis­ma secuencia diana y genera fragmentos de ADN del mismo tamaño en cada digestión incluso con las moléculas más complejas, pues el tamaño de estos fragmentos está determinado por la distan­cia entre las dianas.

o La frecuencia de corte de un en­zima depende de la probabilidad de que exista la combinación de nucleótidos que reconoce como diana. Así pues, cuanto más lar­ga sea la diana, menos probable es el corte.

De acuerdo con la manera en que el enzima corta, se distinguen dos tipos de enzimas de restricción:

o Extremos cohesivos (ecorI). Porque tien­den a aparearse o hibridarse nue­vamente.

o Aquellos que dejan extremos romos (por ejemplo haeIII).

ADN ligasa. Las DNA ligasas catalizan la for­mación de un enlace fosfodiester entre el 5′ de un fosfato y el 3′ de un nucleótido. Se usan para unir co­valentemente cadenas de ADN. La li­gación de moléculas de ADN pue­de realizarse de múltiples maneras, por ligazón intermolecular o intramolecular

La ligación en principio se produ­cirá o bien entre extremos romos o bien entre extremos de DNA dige­ridos con el mismo enzima de res­tricción y que, por tanto, pueden apa­rearse. Sin embargo, en ocasiones, también puede producirse entre mo­léculas digeridos con enzimas diferentes si los extremos que generan son compatibles. En caso de no contar con enzimas adecuados para unir las moléculas que nos interesan aún así contamos con algunas posibilidades, empleo de moléculas adaptadores. Esto es, pe­queñas moléculas de ADN bicatenario que se unen a los extremos del ADN mediante ligasas y que tie­nen una diana de restricción que nos interesa.

Otra posibilidad es la de añadir al extremo del ADN una «cola» de mononucleótidos en una de las mo­léculas de ADN, y del mononucleó­tido complementario en la otra. Esto se realiza mediante un enzima de­nominado polinucleótido transfe­rasa terminal.

Vectores.

Vector de clonaje: un DNA de pequeño tamaño capaz de autorre­plicarse conteniendo un DNA forá­neo y de perpetuarse en células huésped. Se utilizan bacterias y en gran medida levaduras por la facilidad de manejo.las propiedades que debe tener son: poder contener ADN ex­traño y aún así seguir reprodu­ciéndose, permitir poder distinguir las bacterias o levaduras que con­tienen el vector con el fragmento que nos interesa de las que no.

Con estas características se han desarrollado diversas clases de vec­tores. Los más comúnmente utili­zados son:

– Plásmidos. Características., su huésped son bacterias, fundamentalmente E.coli, tiene DNA circular extracromosomal, tamaño entre 1 y 200 Kb, pueden añadirse funciones de se­lección como resistencia a anti­bióticos o de clonaje, como múl­tiples dianas de inserción. Alto número de copias por célu­la. Hasta 200 copias.

El fragmento que se desea clo­nar y el plásmido son digeridos con el mismo enzima y ligados. El DNA así producido se introduce en bacterias que no contienen plásmido mediante el proceso denominado de transformación. Para ello se induce la formación de poros en las pare­des de las bacterias bien mediante un aumento en la temperatura (cho­que térmico) o bien mediante un cho­que eléctrico (electroporación). Como el plásmido contiene genes de se­lección para resistencia a antibióti­cos, solo las bacterias transforma­das podrán crecer en un medio se­lectivo con ese antibiótico. Finalmen­te, los plásmidos que contienen el inserto deseado son seleccionados mediante un se­gundo sistema de selección. Por ejemplo, la introducción del inserto produce la ruptura de un gen que da coloración a la bacteria. Este gen suele ser la beta-galactosidasa. Si el gen es activo, en presencia de un sustrato adecuado (x-gal) las co­lonias aparecen de color azul.

– Bacteriófago lambda. Una de las limitaciones de los plásmidos como vectores es que no per­miten introducir fragmentos de gran tamaño, Por ello se desarrolló un segundo tipo de vector basado en el bacteriófa­go lambda. Un bacteriófago (fago) es un virus que infecta bacterias. Los phagos introducen el DNA en la célula huésped por sí mismos, allí se multiplica y produce nuevos vi­rus encapsidados que a su vez son capaces de infectar nuevas células. La ventaja de los fagos como vec­tores es que se les puede añadir DNA externo y aún así son capa­ces de multiplicarse. Los fragmen­tos del DNA del fago se ligan in vi­tro al fragmento de DNA de nuestro interés. Este DNA híbrido se une a las proteínas de la cápside del vi­rus y con ello se infecta las bacterias. Su creci­miento se realiza sobre placas en las que se hace crecer simultánea­mente la bacteria en la densidad ade­cuada de manera que a partir de cada fago se genera lo que se co­noce como “calva”, una zona de cul­tivo de bacterias que ha sido usada por los fagos y que contendrá fa­gos idénticos, es decir, con el mis­mo fragmento de ADN que le he­mos introducido.

– Cósmidos. Son una mezcla de plásmido y fago. Dentro de la bacteria se mul­tiplican como plásmido y el proceso de ligación del DNA es el mismo que para un plásmido, pero pueden contener mayores insertos porque se introducen en las bacterias por transducción, como los fagos. Así pues permiten insertar hasta 48 Kb. Sin embargo, tienen algunos proble­mas como recombinaciones o falta de estabilidad en las bacterias.

– Bac/pacs. se basan en el plásmido de E.coli denominado factor f mien­tras que los pacs se basan en el bacteriófago pl. La ventaja respec­to a los anteriores es que permite donar hasta 350 Kb los bacs y hasta 150 los pacs. Esta gran capacidad ha hecho que se utilicen en los pro­yectos de secuenciación. El mane­jo es similar a los plásmidos ya que contienen similares genes de resis­tencia y selección. Una diferencia es que la transformación debe rea­lizarse por electroporación. Otra di­ferencia es que el número de co­pias por célula es de 1 o 2, por lo que se requiere mayor número de bacterias para el mismo número de moléculas de plásmido.

– Yacs contienen las señales necesarias para comportarse como un cromo­soma en células de levadura. Pue­den contener hasta 1.000 Kb de in­serto. Contienen genes de selección, se pueden replicar en bacteria como plásmidos cuando aún no tienen in­serto.

Electroforesis.

La electroforesis es un método de separación de moléculas que se basa en hacerlas pasar por un (gel) sometido a un campo eléctrico. Muchas de las moléculas orgánicas, como las proteínas o los ácidos nucleicos, están cargadas eléctricamente. El DNA tiene carga negativa debido a los grupos fosfa­to. El gel sirve como soporte de la separación y consiste en una sus­tancia polimerizada en forma de tra­ma. Los más usados son la agaro­sa y la poliacrilamida. En el mismo se realizan unos agujeros o poci­llos en donde se colocarán las mues­tras. Cuando se somete al gel a un cam­po eléctrico, el ADN tiende a des­plazarse hacia el polo positivo, pero debe hacerlo a través de la trama del gel. Las moléculas pequeñas lo hacen más fácilmente que las gran­des por lo que, por ejemplo, los frag­mentos de ADN más pequeños se desplazan más rápido que los gran­des. Esto permite separar los frag­mentos de ADN por su tamaño. Si introducimos en el gel fragmentos de tamaño conocido podemos inferir el tamaño de los de la muestra

– Gel de agarosa: la agarosa en polvo se introduce en una solución tamponadora y se calienta hasta que se disuelve. Entonces se deja en­friar un poco, se añade bromuro de etidio, que tiñe el ADN, y se coloca en el molde. Cuando se enfría el gel se endurece y puede colocarse en la cubeta de electroforesis, que es el aparato que cuenta con unos electrodos conectados a una fuente eléctrica. Las muestras de ADN se colocan en los pocillos. Se conecta la electricidad y se deja el tiempo necesario para la separación. El DNA se visualiza en presencia de luz UV gracias al bromuro de eti­dio.

– Geles de acrilamida; el principio es el mismo, la preparación similar. La diferencia es que han de ser más finos y que producen una mayor re­solución. Se pueden emplear tam­bién para proteínas.

Hibridación.

Marcaje de moléculas de ácido nucleico Se basa en el uso de polimera­sas que actúen con dntps modifi­cados de alguna manera detecta­ble. Se pueden usar dntps radiac­tivos, conjugados a moléculas de­tectables mediante anticuerpos o moléculas fluorescentes, etc.

El marcaje radioactivo es uno de los que más se han utilizado. Los ácidos nucleicos radioactivos pue­den detectarse directamente en un contador de radioactividad o bien in­directamente sobre una placa foto­gráfica (autorradiografia).

Un ácido nucleico puede hacerse radioactivo simplemente por la adi­ción de fosfato radioactivo (p32) du­rante su síntesis. Así, si se añade fosfato radioactivo al medio de cultivo cuando está teniendo lugar la síntesis de DNA, el nuevo DNA será radioactivo.

Alternativamente, se puede mar­car radioactivamente el extremo 5′ de una cadena de DNA usando ATP radioactivo marcado en el tercer fos­fato. El enzima polinucleótido qui­nasa quita específicamente el ter­cer fosfato del ATP y lo une al gru­po hidroxilo 5′ del DNA. Esta técni­ca es extremadamente útil y rápida ya que permite el marcaje de molé­culas de DNA ya preformadas. Se han desarrollado nuevos métodos de marcaje de ácidos nucleicos que usan compuestos no radioactivos que se incorporan al DNA y pueden detec­tarse bien porque dan un color de­terminado o incluso porque emiten luz (y, por tanto, pueden detectarse por autorradiografia). Algunos de es­tos métodos casi igualan al radio­activo en cuanto a sensibilidad te­niendo la ventaja añadida de que no generan desechos radioactivos.

Desnaturalización

Las dos cadenas del DNA están unidas por puentes de hidrógeno que pueden romperse por acción del calor sin afectar los enlaces covalentes que unen a los nucleótidos. Por lo tanto, las cadenas de un DNA bica­tenario pueden separarse por calen­tamiento, proceso conocido como fusión. Se denomina tm (melting tem­perature) a la temperatura a la que el 50% de las cadenas están diso­ciadas. Esta tm, está en función del contenido en GC del DNA en cues­tión, ya que los pares de bases GC se unen por 3 puentes de hidróge­no, mientras que AT sólo por dos. Cuanto mayor sea el contenido en GC mayor será la temperatura de fusión. Si el DNA calentado se en­fría lentamente, la doble cadena vuel­ve a formarse (el DNA se renatura­liza). Esto permite realizar hibrida­ciones con cadenas de DNA proce­dentes de fuentes distintas.

Las cadenas del DNA también pue­den separarse a temperatura am­biente cambiando las condiciones iónicas del medio. Al no estar impli­cada la temperatura, el proceso se conoce como desnaturalización.

Hibridación

La hibridación es la construcción artificial de ácidos nucleicos bicate­narios a partir de dos monocatena­rios y por complementariedad de ba­ses. Cuando una solución de DNA que ha sido calentada se enfría len­tamente se produce la rehibridación, dando lugar a la estructura inicial. Tal reasociación ocurre sólo si las secuencias de bases son comple­mentarias. Por lo tanto, la hibrida­ción permite la formación de com­plejos bicatenarios no naturales de DNA: DNA y DNA : RNA. Este es un método muy versátil que permite es­tudiar el grado de relación genética entre dos ácidos nucleicos.

Las técnicas de hibridación reciben diferentes nombres dependiendo de las moléculas implicadas. Así tenemos:

o Southern: hibridación de una son­da de DNA sobre DNA unido a una membrana.

o Northern: hibridación de una son­da de DNA sobre RNA unido a una membrana.

o Northern reverso: hibridación de una sonda de «ARN marcado» so­bre sondas de DNA.

o Western: hibridación de un anti­cuerpo sobre proteína unida a una membrana.

o Far western: hibridación de una proteína sobre otra proteína unida a una membrana.

Secuenciación del ADN.

Otra técnica propia de la ingenie­ría genética es la determinación de la secuencia de nucleótidos de un ADN, conocida como secuenciación de dicho ácido nucleico.

El método más usado para la se­cuenciación es el conocido como téc­nica de terminación de cadena de Sanger o técnica del didesoxi. Se denomi­na así por ser necesario los dideso­xirribonucleótidos, dntps que han perdido su grupo alcohol OH del car­bono 3′. Como los nucleótidos se unen por este grupo OH del carbo­no 3, hay que pensar que si nos encontramos con un didesoxinucleó­tido será imposible que se una otro nucleótido y la cadena terminará aquí.

o Como molde se utiliza una de las cadenas del fragmento de ADN que se va a secuenciar.

o Como «cebador,» se necesita un corto oli­gonucleótido complementario

o Los cua­tro nucleótidos trifosfatos: dAMP, dTMP, dGMP, dCMP.

o Didesoxinucleótidos marcados de una base en cada una de las cuatro reac­ciones de secuenciación.

Al añadir la ADN-polimerasa, co­mienza la polimerización en el ce­bador, pero cesa al incorporarse un didesoxinucleótido. Se produce un conjunto de cadenas dobles cuyas longitudes dependen de la situación del didesoxinucleótido incorporado.

Deben prepararse cuatro reaccio­nes de secuenciación, cada una con un didesoxi distinto. Los fragmen­tos resultantes se separan por ta­maño mediante electroforesis, se au­torradiografían, y la sucesión de ban­das de cada una de las cuatro re­acciones, comparándolas entre sí, dan la secuencia del ADN. Este mé­todo tiene la gran ventaja de po­derse automatizar.

Librerías de DNA.

Una librería de DNA es una co­lección de clones de vectores que contienen fragmentos de DNA dise­ñada de tal manera que, mediante un determinado sistema de selec­ción, se pueden llegar a separar los clones de interés.

Así pues, una librería de ADN po­dría ser una colección de fagos que contienen una muestra representa­tiva de fragmentos de un genoma o una colección de bacterias que contienen plásmi­dos en los que se ha donado una muestra significativa de los genes que se transcriben en un determi­nado tejido.

Por tanto, para tener una librería deberemos tener:

o Un sistema eficiente de clonaje de ADN, puesto que deberemos manejar un número considerable de clones.

o Un sistema de selección de los clones que nos interesan de en­tre toda la colección.

o Un sistema para la obtención de una muestra representativa del ADN a estudiar.

Según cuál sea el propósito de nuestro estudio existen diversos ti­pos de librerías:

Librerías genómicas: se elabo­ran a partir de ADN genómico de una especie que se digiere hasta un tamaño suficientemente peque­ño para ser clonado en el vector de una manera más o menos al azar. La detección se realiza mediante hi­bridación de sondas.

Las librerías genómicas requieren de un vector que permita el clona­do de fragmentos relativamente gran­des de ADN. Se aísla DNA genómico de la espe­cie de interés y se realiza una di­gestión con un enzima de restric­ción adecuado de manera que ge­nere fragmentos de tamaño medio adecuado para el vector seleccio­nado. Esto, además, permite que los distintos clones pue­dan solaparse, permitiendo cubrir la totalidad del genoma. El DNA dige­rido se somete a electroforesis, se aíslan los fragmentos del tamaño adecuado, se ligan en el vector y se realiza su amplificación.

Librerías de cromosomas espe­cíficos: como las anteriores pero a partir de ADN de determinados cro­mosomas purificados. La detección se realiza mediante hibridación de sondas.

Librerías de cdna: se realizan a partir de RNAm de un tejido par­ticular. La detección se realiza me­diante hibridación de sondas. Uno de los problemas que tienen las li­brerías genómicas es que debido al gran tamaño de los genomas es ne­cesario un muy elevado número de clones para cubrirlas en su totali­dad. Por otra parte, los genes con­tienen intrones que, muchas veces, pueden no interesarnos, y que com­plican el aislamiento de la región codificante. Estos problemas podrían resolverse si fuéramos capaces de clonar mRNAs. La construcción de una librería de cdna comienza con la extracción de RNAm de un determinado tejido u órgano, este RNA se copia a DNA de cadena sim­ple mediante la acción de la transcriptasa reversa. El híbrido DNA: ­RNA es tratado con RNAsa, que degrada el RNA, y finalmente se rea­liza la síntesis de la segunda cade­na de DNA. De esta manera se ob­tienen colecciones de fragmentos de ADN complementarios a los mRNAs de un tejido (cdna). Estos fragmen­tos se introducen en un plásmido y se transforman bac­terias. Se genera así una colección de clones que forman una librería que puede seleccionarse por hibri­dación, como en el caso de las li­brerías genómicas, o por otros mé­todos.

Librerías de expresión: como el anterior pero el clonaje se realiza de tal manera que la bacteria es capaz de transcribir y traducir la pro­teína codificada por el fragmento de ADN. La selección se realiza detec­tando la proteína en sí, mediante anticuerpos, o bien alguna manifes­tación de su actividad.

Librerías de sustracción: en oca­siones no nos interesará tener una librería completa de cdnas sino que preferiremos que solo contenga cier­tos cdnas y no otros. Una librería de sustracción es aquella que con­tiene cdnas correspondientes a mRNAs presentes en un tejido pero no en otro. Por lo tanto, necesita­mos un paso en el que se eliminen los mRNAs presentes en ambos te­jidos.

PCR

La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) permite obtener millones de copias de un fragmento dado de ADN siempre que se conozca la secuencia de los extremos que rodean dicho fragmento para poder diseñar los cebadores que iniciarán la síntesis. Para llevarla a cabo se necesita el ADN molde a amplificar, los cebadores, los nucleótidos y la enzima taq polimerasa. Esta enzima fue aislada de la bacteria thermus aquaticus y su diferencia respecto a otras polimerasas es que es capaz de actuar a altas temperaturas. Todo ello se mezcla en un medio que contiene las sales adecuadas para llevar a cabo la síntesis.

La reacción consta de tres pasos fundamentales:

o Desnaturalización del ADN a amplificar. Para ello se aumenta la temperatura de la reacción a 98o c.

o Anillamiento de los cebadores en su secuencia complementaria. para ello la temperatura se disminuye a entre 50 y 60 ºC

o Elongación del fragmento a amplificar. Para ello la temperatura se vuelve a subir hasta 72ºc (temperatura óptima de actuación de la enzima utilizada) y de esta forma los nucleótidos presentes en la reacción se van añadiendo por complementariedad de bases.

Estos tres pasos se repiten entre 30 y 40 veces para obtener gran cantidad del fragmento deseado.

Aplicaciones de la PCR

o Aislamiento de genes: la PCR puede sustituir en algunos casos al cribado de librerías. El factor limitante es que precisa de secuencias conocidas para diseñar oligonucleó­tidos.

o Secuenciación: una de las ra­zones más comunes para el uso de la PCR es la formación de suficien­te cantidad de ADN molde para su secuenciación. Es mucho más sen­cillo y rápido que la clonación en células. Por otro lado, la propia re­acción de secuenciación puede rea­lizarse mediante una modificación de la reacción de la PCR en la que se usa un único oligo.

Genética reversa.

Hasta ahora los métodos explica­dos de descubrimiento de genes se basan en: primero encontrar el gen y luego demostrar su función. Una alternativa a este sistema consiste en lo contrario, primero ver una fun­ción y después clonar el gen. Es lo que se conoce como genética re­versa.

Existen varias maneras de gene­rar mutantes, median­te radiaciones ionizantes, ultravio­leta o inserción de transpo­sones o t-DNA, ems…

Los sistemas de mutagénesis quí­mica (ems) o física (radiaciones) son más sencillos, pero generan muta­ciones puntuales, y la única mane­ra de encontrar el gen mutado es mediante mapeo y paseo cromosó­mico. Además, dichas mutaciones no pueden ser revertidas.

La inserción de transposones y t-DNA tienen la ventaja de que la propia secuencia del elemento pue­de ayudarnos a localizar el gen mu­tado. En el caso de los transposo­nes, estos además, en determina­das circunstancias, pueden escin­dirse y revertir la mutación, lo cual es una prueba concluyente de la re­lación mutación/fenotipo. El uso de transposones para identificar genes se denomina transposón tagging, y el uso de elementos de inserción en general se denomina gene tag­ging.

3.2. aplicaciones de la ingeniera genética

Ingeniería genética en plantas.

Ha permitido crear nuevos alelos sin necesidad de que se rpoduzcan de manera natural, podemos introducir genes que nos interesan de otros organismos. Ha permitido disminuir el tiempo de las investigaciones, permitiendo así aumentar la productividad, reducir costes, mejorar los alimentos, prácticas ecológicas. Todos estos avances se han podido aplicar en floricultura, jardinería, industria química y farmacéutica

Se han podido cultivar plantas transgénicas con genes de animales u otras plantas. Para que un gen se exprese en una planta debemos de unir delante de esa porción de ADN un promotor que permita a la polimerasa unirse. Podemos elegir promotores existiendo constitutivos que siempre funcionan o ciertos promotores que solo se expresan en determinados tejidos.

Aplicaciones farmacéuticas.

Utilización de las bacterias para formar ciertos componentes. Las sustancias serán pronto fabricadas por bacterias transformadas, en condiciones económicas ventajosas sobre todo en hormonas humanas, interferón para la defensa y antígenos para vacunas. Es más eficaz inyectar componentes de bacterias antes de las bacterias enteras que pueden causar reacciones. Virus de la hepatitis se introduce el virión que desempeña papel de antígeno. Por la implantación de genes de virus en un plásmidos se crean clones que fabrican antígenos y pueden ser utilizados como vacunas inofensivas. Sociedades financieras han invertido mucho dinero en montar laboratorios dedicados a la investigación para mejorar rendimientos.

Aplicaciones médicas.

Se utilizan para la cura de ciertas taras hereditarias por implantación de ge­nes en células humanas. Taras que provienen de elementos de desventaja genética que se mantienen en toda la población por el juego combinado de mutaciones, de la selección natural y deriva. Es utópico imaginar que puede llegar a ser descubiertas a nivel del óvulo inicial todas estas taras, pero en un futuro no muy lejano se conseguirá, así como transformar genéticamente las células para que ciertas enfermedades se puedan curar mediante manipulación genética. Una aplicación en la actualidad son los test diagnósticos, así ac reconocidos por marcaje han permitido rápidos progresos en el conocimiento de los receptores de las membranas celulares en el sistema nervioso y las glándulas endocrinas. La ingeniería genética permite después de la identificación de un ac, producirlo en cantidades apreciables. Estos métodos permitirán el tratamiento de enfermedades autoinmunes como la miastenia, la diabetes insulino resistente y asmas alérgicos. Los estudios con ac anticancerosos no han sido muy fructuosas.

Aplicaciones agronómicas.

Modificaciones de los vegetales cultivados. Algunas especies de bac­terias disponen de sorprendentes ca­pacidades metabólicas y cabe es­perar el logro de dotar a las plantas cultivadas de esas bacterias, incor­porando a su mensaje genes toma­dos de los microorganismos. Las plan­tas tienen el poder de tomar del me­dio nitrógeno. Este nitrógeno debe ser­les proporcionado ya enlazado en combinaciones moleculares, como son los nitratos y las sales de amo­nio. Algunas especies bacterianas son capaces de utilizar directamen­te el nitrógeno atmosférico. Lo que se intenta mediante manipulación genética, es evitar el abono de ni­trógeno de los campos cultivados, bien introduciendo los genes de la fijación del nitrógeno atmosférico en las células de las plantas, o intro­duciendo estos genes en las bacte­rias del suelo.

Aplicaciones ganaderas.

Mejorar la calidad de la especie animal para hacerlas magras, en lugar de te­ner que administrar hormonas u otros aditivos alimentarios, para hacerlas crecer más rápidamente, para que se gaste menos en pienso

Facilitar a los investiga­dores el tratamiento de enfermeda­des graves, como es la utilización de ratones transgénicos en la investiga­ción del sida. O utilizar a animales que tengan un gen adicional humano, llevan el gen determi­nante del factor 8 del proceso de coagulación sanguínea, así producen proteína humana para abastecer a las personas hemofílicas. Salvar a los animales en peligro de extinción. Almacenamiento, a temperaturas bajas, de sus óvulos sin fertilizar y su semen. Además, tomando los óvulos fertilizados y los embriones de una hembra de una especie poco común y enfriándolos cuidadosamente a temperatura muy baja; es posible almacenarlos. Pos­teriormente, vuelven a introducirse en un animal madre, llamada porta­dora, que puede parir esta cría, in­cluso años después de que muera la madre original.

Aplicaciones industriales agroalimentarias.

Síntesis de proteí­nas nutritivas que pueden servir de aditivo en la alimentación del gana­do.

Saccharomyces cerevi­siae, este or­ganismo es una fábrica capaz de fabricar proteínas de alto valor aña­dido destinadas a la industria far­macéutica, veterinaria y agroalimen­taria.

El siglo pasado síntesis química de coloran­tes, aromatizantes, reforzadores del gusto. Actual­mente los investigadores intentan mejorar el rendimiento y la produc­tividad de este sistema de síntesis de los aditivos utilizando algunas bio­tecnologías avanzadas

Aplicaciones medioambientales.

Tratamiento de residuos del agua, por medio de las depuradoras de aguas residuales. En ellas se encuentran los digestores de lodo, en que las bacterias descomponen la materia orgánica, convirtiéndola en sustancias que pueden posterior­mente ser utilizadas como abonos.

Se están realizando ensayos para ayu­dar a la reabsorción de capas de petróleo vertidas accidentalmente. El plomo resulta venenoso para la ma­yoría de los microorganismos. Pero hay algunos que se dedican a ex­traerlo de su entorno. Este extraño comportamiento hace pensar en la posibilidad de cultivar estos micro­bios en grandes charcas, esperan­do hasta que se hayan extraído los metales peligrosos de su entorno, para recogerlos y desecharlos a con­tinuación en vertederos especiales.

Microorganismos capaces de atacar ciertos herbicidas o pesticidas, que persisten durante mu­cho tiempo en el medio ambiente.

Aplicaciones energéticas.

La ingeniería genética trata de mejorar los procesos naturales, bus­cando cepas de levaduras que au­menten la producción de alcohol y que el proceso sea lo más eficaz posible. En Brasil se intenta a partir de la celulosa fabricar alcohol

4. SU DIMENSIÓN ETICA.

La bioética se define como “el estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y de la atención de la salud, hasta donde esa conducta pueda examinarse a la luz de los valores morales”. El estudio y com­prensión de la bioética aumentó al desarrollarse contemporáneamente varias manipulaciones clínicas como la reproducción asistida, la prolon­gación de la vida en estado de coma, la eutanasia, el transplante de ór­ganos, los ensayos clínicos en hu­manos, la ingeniería genética, y la clonación de mamíferos. Partimos de la base de que la bioética, su temática, su metodología y sus fi­nes vienen siendo objeto de estu­dio, investigación y enseñanza en diversos ámbitos académicos y pro­fesionales. En la práctica institucio­nal, los comités de bioética son una realidad con clara conciencia de su razón de ser y de su cometido. Asi­mismo, los principios bioéticos y los postulados que de ellos se derivan vienen obteniendo una categórica re­cepción legal y jurisprudencial.

La secuenciación del genoma hu­mano abre unas nuevas expectati­vas en el conocimiento sobre todo en el área socio-sanitaria. En la ac­tualidad los expertos están de acuerdo en que más de 6000 enfermedades tienen su origen claramente heredi­tario y de ellas tan sólo un 3% de los casos se ha podido llegar a iden­tificar el gen responsable de las mis­mas. Enfermedades como el Parkinson, Alzheimer, hemofilia, síndrome de Down, multitud de patologías car­diacas, diversos tipos de cáncer, etc., podrían beneficiarse directamente de los avances en el conocimiento del genoma humano. En este contexto surge la manipulación genética con fines terapéuticos, modificando o mo­dulando la expresión génica y la te­rapia génica con el fin de reparar sustituir o silenciar parte del reper­torio genético.

Pero quedan aún muchas cues­tiones que resolver antes de que es­tas expectativas se hagan realidad y, además, hay que destacar que detrás de estos importantes descu­brimientos hay también importantes fines económicos lo cual abre un amplio debate sobre la posibilidad de patentar los genes o las aplica­ciones médicas de estos nuevos ha­llazgos. El desarrollo de nuevos fár­macos basados en la información derivada del genoma abre pues un nuevo espacio donde los concep­tos bioéticos deberán aportar luz o límites a la hora de regular el posi­ble conflicto entre los beneficios a la humanidad y los intereses priva­dos de empresas o grupos comer­ciales. Hay que insistir en que el genoma humano es uno de los más valiosos patrimonios del ser huma­no y, por tanto, su información ge­nética ha de ser tratada como un patrimonio indiscutible de la huma­nidad.

El panorama es complejo y requie­re de una urgente reflexión bioética que sirva como faro para la elabo­ración de normas que encaucen toda actividad hacia el objetivo del bien común. Estas normas, por su parte, no pueden ser el producto de uno u otro grupo de presión, sino de una maduración profunda sobre el tema, que reconozca como antecedente el consenso de la comunidad debida­mente informada sobre los postula­dos básicos que se intenta prote­ger. Vivimos en un mundo multicul­tural, con un alto pluralismo de op­ciones éticas y de diversidad de pro­yectos de vida, por ello cuando se discutan estas difíciles cuestiones que afectan a todos los seres hu­manos, deben ser públicamente de­batidas, respetándose, siempre y democráticamente, las opiniones pro­pias de las diversas comunidades que coexisten en nuestro mundo ac­tual, así como también las discre­pancias que de ellas resultan.

– La vida humana es inviolable.

– Nexo verdad-vida-libertad.

– La ciencia, la técnica y el progreso están al servicio del hombre.

– No todo lo que es técnicamente posible puede considerarse moralmente admisible.

– El estatuto epistemológico de la ciencia. Epistemología

– El fin no justifica los medios.

– La regla de oro de la bioética: tratar a los demás como a uno le gustaría que le tratasen.

– La ciencia, la técnica y el progreso están al servicio de la vida.

4.1.El genoma humano.

El genoma debe ser entendido como la totalidad de la información genética almacenada en el ADN de las células. Cada persona tiene su propio genoma, el cual guarda gran similitud (99,9%) con todos los de su especie. Esta información define a cada individuo como ser único e independiente, se conoce como pa­trimonio genético ó genoma.

El genoma humano, contiene las instrucciones que determinan las ca­racterísticas físicas y en parte psi­cológicas e intelectuales del indivi­duo, ha sido recientemente desci­frado en más del 99% de su totali­dad, gracias al esfuerzo de un con­sorcio público internacional, forma­do por veinte laboratorios de esta­dos unidos y varios otros centros de investigación de Japón, Francia, Alemania y china (proyecto geno­ma humano) y una empresa priva­da que casi al mismo tiem­po decidió hacer el estudio de for­ma independiente al consorcio ofi­cial.

Desde 1990, año en que se inicia oficialmente el proyecto de secuen­ciación, además del genoma huma­no se han descifrado los genomas completos de la levadura, el de la bacteria Escherichia coli, el del ne­mátodo c. Elegans, el de la mosca Drosophila melanogaster, y el de va­rias plantas.

La primera de las metas del pro­yecto genoma humano fue el ma­peo de los genes por mapas de li­gamiento, determinando todos los genes que están en el mismo cro­mosoma. El primer cromosoma hu­mano secuenciado totalmente fue el número 22 a finales de 1999. El proyecto ha avanzado mucho más rápido que las metas previstas ini­cialmente, el proyecto original con­templaba finalizar la secuenciación en el año 2005, pero esta meta se ha acortado y se cuenta con el co­nocimiento de los genomas de al­gunos animales y las variaciones raciales y poblacionales del ADN humano.

Las secuencias de los cromoso­mas de origen humano nº 21 , n°- 5, n° 16 y el n°- 19 se completaron en el año 2000, pero faltan aún por pu­blicar una gran cantidad de datos es muy importante distinguir «lo he­cho» de «lo publicado», es decir, lo puesto a disposición del público cien­tífico y también tenemos que ser conscientes de que cuando o oímos hablar de “se descubrió el genoma humano”, simplemente se empiezan a obtener casi todas las secuencias cromosómicas pero aún queda ca­racterizar la mayoría de los genes humanos, es decir, saber a qué pro­teínas corresponden.

Se han detectado alrededor de 100.000 polimorfismos o variaciones normales, cada genoma difiere uno del otro en una base por millón, ante lo cual podemos afirmar que cada persona por muy diferente que sea posee una similitud en el genoma de un 99,9%.

Todavía queda por resolver un as­pecto que no estaba considerado en el proyecto original que es la genó­mica funcional: que estudiaría el ge­noma como un sistema con retroa­limentaciones, regulaciones, una cier­ta evolución, etc., junto a la proteó­mica, el conocimiento de todas las proteínas de un organismo.

4.2.La declaración universal sobre el genoma humano y los derechos humanos promulgada por la UNESCO

Los científicos han descubierto el medio de intervenir sobre aquello que creíamos intocable. El patrimo­nio genético de los individuos. De la fecundación in vitro, que ha cam­biado las reglas de la procreación, a la donación de la oveja dolly, que ha reproducido un ser viviente a partir de una célula adulta, los últimos avances de la ciencia han traspa­sado las barreras y algunas veces han hecho temblar la opinión públi­ca o a los propios científicos.

El 11 de noviembre de 1997, en la 29º sesión de la conferencia ge­neral de la UNESCO, se aprobó uná­nimemente la declaración universal sobre el genoma humano y los de­rechos humanos, después de 9 años de preparación, el comité interna­cional de bioética (cib), órgano in­dependiente que reunió a persona­lidades del mundo científico, jurídi­co, filosófico, político y económico, además de un comité de expertos gubernamentales de 81 estados miembros de los 186 actuales de la UNESCO.

Para las relaciones internaciona­les es importante contar con un ins­trumento integrador de carácter uni­versal que establezca un equilibrio de garantía y respeto en los cam­pos de la biología y la genética, prin­cipalmente en el trato de los seres humanos, por eso debe buscarse cómo poder asegurar a las indivi­duos los derechos y las libertades fundamentales, como la necesidad de garantizar la libertad de investi­gación. A su vez, es un nuevo ins­trumento del derecho internacional de extraordinaria complementariedad a la declaración universal de dere­chos humanos del 10 de diciembre de 1948, así como de otros mani­fiestos internacionales como la re­comendación de la UNESCO relati­va a la situación de los investiga­dores científicos del 20 de noviem­bre de 1974, y el mismo convenio de la ONU sobre la diversidad bio­lógica del 5 de junio de 1992.

Esta nueva declaración sobre el genoma humano y los derechos humanos, comprendo 25 artículos en 7 apartados. En el preámbulo se refiere a otros instrumentos interna­cionales aplicados a otros campos entre éstos también la propiedad in­telectual (a propósito de las condi­ciones de patentizar las investiga­ciones sobre el genoma humano) pero en síntesis lo que procurará será precisar la defensa de la dig­nidad humana, el derecho de las personas interesadas, la investiga­ción, las condiciones de ejercicio de la actividad científica, la solidaridad y la cooperación internacional, en el campo de la especialización del genoma humano, hoy un modo cien­tífico de transformar la humanidad en sus más profundos cimientos.

Define esta declaración, que el genoma humano es la base de la unidad fundamentalmente de todos las miembros de la familia humana y del reconocimiento de su digni­dad intrínseca y su diversidad. En sentido simbólico, el genoma humano es el patrimonio de la humanidad y que cada individuo tiene derecho al respeto de su dignidad y derechos, cualesquiera que sean sus caracte­rísticas genéticas, respetándose el carácter único de cada uno y su di­versidad.

Es interesante como la declara­ción establece enfáticamente que «toda persona tendrá derecho, de conformidad con el derecho inter­nacional y el derecho nacional, a una reparación equitativa de un daño del que pueda haber sido víctima, cuya causa directa y determinante pueda haber sido una intervención en su genoma».

Lo anterior significa un paso im­portante para tratar de ir perfilando dentro de las naciones la normativa necesaria para un verdadero com­promiso de carácter legal, que es finalmente lo que trasciende a fin de cuentas para la garantía de un derecho en caso de que este fuera lesionado.

5. BIBLIOGRAFÍA

– Gafo, J. y cols: fundamentación de la bioética y manipulación ge­nética. Ed. Universidad pontificia de comillas. Madrid, 1988.

– Griffiths, genética. Ed. Interamericana mcgraw hill. 1995.