Tema 8 – Los textos sapienciales de la biblia

Tema 8 – Los textos sapienciales de la biblia

LOS TEXTOS SAPIENCIALES DE LA BIBLIA

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La literatura de género sapiencial floreció en todo el antiguo oriente; así la cultura Egipcia produjo escritos de género sapiencial, y en Mesopotamia, la cultura Sumérica produjo proverbios y poemas en los cuales se reflexionaba sabiamente a cerca del sufrimiento al igual que en el libro bíblic0 de Job.

En los libros sapienciales de la Biblia se encuentra una mezcla interesante de una sabiduría elaborada desde la experiencia cotidiana de los hombres; aquella sabiduría que parece mas bien un arte de “buen vivir”. Igualmente encontramos rasgos de sabiduría de estilo griego, es decir reflexiva; aunque el elemento nuevo y distintivo de la sabiduría propuesta por los autores bíblicos es la presencia de Dios como único origen de la sabiduría; en los textos bíblicos, la sabiduría es caminar por las sendas de Dios, es verdaderamente sabio aquel que comprende que sólo en Dios se encuentra la felicidad. Dios es la sabiduría.

El libro del Eclesiastés

Llamado también libro de Qohélet, pues el autor se hace llamar así. Qohélet no es un nombre propio, sino que quiere decir el que predica en la asamblea. En este libro se ve claramente cómo el hombre debe dejar de lado las cosas puramente humanas, pues estas son vacías. Con respecto a Dios el Qohélet se muestra desconcertado en el modo en que Dios maneja los asuntos de los hombres; pero se consuela sabiamente al afirmar que Dios no tiene porqué dar cuentas a nadie por lo que hace. En definitiva el Qohélet admite que la cosa más sabia es aceptar las cosas de Dios y agradarle sólo a Él.

Veamos ahora algunos versículos de este maravilloso texto de la sabiduría bíblica:

¡Vanidad de vanidades! –dice Qohélet- ¡vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol?

Una generación va, otra generación viene; pero la tierra permanece donde está.

(Qo 1, 2 – 4)

En este fragmento se pone de manifiesto la profunda verdad de la sabiduría bíblica: las cosas humanas son cosas vacías, aire, nada consistente. La palabra vanidad hace referencia a la fragilidad y debilidad humana. Los hombres van y vienen y todo sigue igual, nada puede hacer el hombre para dejar de ser un “simple ser terrestre”.

Todas las cosas cansan. Nadie puede decir que no se cansa el ojo de ver y el oído de oír.

Lo que fue, eso será; lo que se hizo, eso se hará. Nada nuevo hay bajo el sol. (Qo 1, 8 – 9)

El hombre vive en un mundo muy humano y sin novedades, esta es la realidad, pero el hombre se cansa de todo esto, el hombre “se cansa de ser hombre”.

Me he aplicado con interés a investigar y explorar con sabiduría cuanto acaece bajo el cielo. ¡Mal oficio éste que Dios encomendó a los humanos para que en él se ocuparan! He observado bajo el sol y he visto que todo es vanidad y atrapar vientos. (Qo 1, 13 – 14)

El hombre puede jugar a ser Dios, y piensa que con su sabiduría puede dejar de ser hombre, pensemos por ejemplo a todas esa pretensiones que hoy en día tiene la ciencia: querer lograr la inmortalidad, clonar seres humano, etc; igualmente podemos poner como ejemplo a aquellos sabios que pretenden determinar lo que es bueno y lo que es malo basándose en sus ideologías materialistas y hedonistas. El hombre se cree sabio y cree que su sabiduría le dar

Entonces, ¿qué le queda al hombre de toda su fatiga y esfuerzo con que se fatigó bajo el sol? Pues todos sus días son dolorosos y su oficio penoso; y ni aún de noche descansa su mente. También esto es vanidad.

No hay mayor felicidad para el hombre que comer y beber, y disfrutar en medio de sus fatigas. Yo veo que también esto es don de Dios, pues ¿quién come y quién bebe si Él no lo permite. Porqué Él da sabiduría, ciencia y alegría a quien le agrada; mas al pecador le da como tarea amontonar y atesorar para dejárselo a quien agrada a Dios. (Qo 2, 22 – 26)

En definitiva el hombre se da cuenta que su sabiduría no le sirve para mucho y que su “juego de ser dios” no le va permitir librarse ni del dolor, ni del esfuerzo y sobre todo de la muerte. He aquí que aparece la verdadera sabiduría: entender que el hombre es hombre y que debe aprovechar el máximo su vida, disfrutar su vida, sabiendo que todo es regalo de Dios y que por tanto debemos estar siempre en contacto con Él. La auténtica sabiduría es aquella que nos da felicidad, y la felicidad sólo se encuentra en vivir la vida junto a Dios.

ACTIVIDAD

1. Elabora un mapa conceptual con las principales ideas que hemos expuesto de los textos del Qohélet