Tema 10 – Organización ocupacional del sistema productivo y orientación. Areas ocupacionales y perfiles profesionales. Itinerarios tipo. Elaboración de itinerarios formativo-profesionalizadores en el proceso de orientación.

Tema 10 – Organización ocupacional del sistema productivo y orientación. Areas ocupacionales y perfiles profesionales. Itinerarios tipo. Elaboración de itinerarios formativo-profesionalizadores en el proceso de orientación.

1. INTRODUCCIÓN.

2. ORGANIZACIÓN OCUPACIONAL DEL SISTEMA PRODUCTIVO Y ORIENTACIÓN.

3. AREAS OCUPACIONALES Y PERFILES PROFESIONALES. ITINERARIOS TIPO.

4. ELABORACIÓN DE ITINERARIOS FORMATIVO-PROFESIONALIZADORES EN EL PROCESO DE ORIENTACIÓN.

4.1. LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL ESPECIFICA.

4.2. ELABORACIÓN DE ITINERARIOS FORMATIVO–

PROFESIONALIZADORES.

5. CONCLUSIÓN.

1. INTRODUCCIÓN.

A lo largo del tema iremos presentando cómo para la configuración de los nuevas titulaciones es necesario el análisis de la organización ocupacional del sistema productivo, con el fin de llegar a una mayor actualización de dichos títulos acordes con las demandas sociales actuales.

La nueva configuración del sistema de Formación Profesional, se ha realizado tomando como referencia las demandas del sistema productivo, con objeto de adecuar las cualificaciones profesionales a las demandas del mercado de trabajo.

Las cualificaciones profesionales, refrendadas con un título en el caso de la formación profesional reglada, o con certificados de profesionalidad en el caso de la formación profesional ocupacional, responden a determinadas áreas ocupacionales que se caracterizan por unos perfiles profesionales determinados.

La nueva Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la Formación Profesional se reafirma en la ordenación de un Sistema integrado tres subsistemas (FP Reglada, FP Ocupacional y Formación Continua, y configura un Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales como eje institucional del sistema, cuya función se completa con el procedimiento de acreditación de dichas cualificaciones, sistema que no deroga el que está actualmente en vigor (Títulos y Certificados de Profesionalidad).

El Instituto Nacional de las Cualificaciones, creado por Real Decreto 375/1999, de 5 de marzo, es el órgano técnico de apoyo al Consejo General de la Formación Profesional responsable de definir, elaborar y mantener actualizado el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales y el correspondiente Catálogo Modular de Formación Profesional.

Por otra parte, el alumnado que decida seguir estudios de formación profesional necesita tener información suficiente y objetiva acerca de los distintos itinerarios profesionalizadores. De ahí la importancia de una adecuada orientación profesional que puede ser atendida, en lo que a la FP Específica se refiere, desde los departamentos de orientación de los institutos, con la participación importante del profesorado de la especialidad de FOL.

2. ORGANIZACIÓN OCUPACIONAL DEL SISTEMA PRODUCTIVO Y ORIENTACIÓN.

Uno de los rasgos característicos de la formación profesional radica en el ámbito de Investigación y Planificación, pues requiere una observación e investigación permanente de la situación y evolución de los Mercados de Trabajo. Para ello cada vez mas frecuente la existencia de Observatorios de formación y empleo que estudian y analizan las tendencias y composiciones de la estructura ocupacional con el fin de adecuar la oferta formativa a las demandas detectadas.

Si bien a nivel local este proceso de observación de las demandas ocupacionales con futuro son fácilmente identificables, a nivel «macro» es mas complicado. Se requiere una estructura de investigación compleja y grande y con participación directa de empresarios y sindicatos a través de Consejos o «Plataformas» apropiados.

Tradicionalmente los sistemas de Formación Profesional Ocupacional disponían de mecanismos especiales de investigación a partir del análisis del puesto de Trabajo o el Análisis Ocupacional. Puesto que la organización del trabajo basado en principios científicos «Tayloristas» permitían el desglose y descomposición minuciosa de todas las tareas, operaciones y procedimientos que debería hacer un trabajador empleado para ejecutar una frecuencia predeterminada del proceso de producción, también era posible programas científicamente todos los contenidos formativos y «estandarizarlos» para adiestrar correctamente al operario en el manejo de ciertas competencias y lograr un «perfil» acabado del trabajador. Sin embargo esta situación ha cambiado radicalmente. Es mas complejo programar exactamente los contenidos de la formación porque estos se están definiendo a partir de la configuración de nuevos rasgos y perfiles que emergen en el propio lugar de trabajo (Jover, D. 1991).

Según Farriols (1994) para la elaboración del Catálogo de Títulos Profesionales (enseñanza reglada) y los Itinerarios de Formación Ocupacional (enseñanza no reglada) la Administración ha organizado un dispositivo ciertamente complejo. Este dispositivo dedicado a ordenar la F.P. y a establecer, por tanto, las correspondientes titulaciones profesionales, formales o no formales, debe situarse en su contexto histórico. Casi hasta hoy, la ordenación de la F.P. en España ha sido el resultado de la acción de grupos de presión varios. Detrás de la titulaciones profesionales aún hoy vigentes sería relativamente fácil encontrar un determinado grupo de empresas, un tipo de centros de formación, unos colectivos profesionales, …, que tuvieran la oportunidad, la habilidad, el poder y los argumentos suficientes para conseguir que «su» programa de formación y «su» título apareciera publicado en el BOE.

Con el ingreso en la Comunidad Europea, España se encontró con la necesidad de armonizar su sistema de F.P. con el de los restantes Estados comunitarios. Ello ocurría justo en el momento en que estos Estados habían iniciado un proceso similar. Este proceso era coordinado desde el Centro para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP), a la vez que se instaba a reformar los sistemas educativos..

En esta situación se inicia en España el desarrollo de la LOGSE con la consiguiente necesidad de crear un nuevo sistema de titulaciones de FP que sustituyen a las hasta ahora urgentes. Concretamente, el gobierno se propone disponer de 400 títulos profesionales de grado medio y superior. El primer problema que se plantea es como conseguirlo sin reproducir el anterior proceso de titulaciones resultantes de presiones de origen diverso.

Para ello, el Gobierno ha creado un órgano consultivo, el Consejo General de Formación Profesional, constituido por representantes de la Administración Central (Educación y Trabajo) de las administraciones autonómicas con competencias en educación y de la patronal y los sindicatos. Además, se parte de un enfoque que pretende ser científico, sistemático y objetivo. Así pueden zanjarse las disputas previsibles en la definición de las nuevas titulaciones y las negociaciones con los grupos de presión correspondientes recurriendo a «los hechos». Para referirse a estas «luchas» se adopta un modelo de elaboración inspirado en los sistemas francés y británico.

Los estudios sectoriales y los grupos de trabajo

El proceso tiene una primera etapa conocida con el nombre de «estudios sectoriales» encargada al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

El primer problema que se presenta al analizar los estudios sectoriales es la delimitación de los sectores de actividad económica. Se ha partido de la clasificación nacional de actividades económicas española (CNAE) que no coincide con la adaptada por la Comunidad Europea (NACE), aunque quizá sea este un aspecto secundario. En la realización de los estudios sectoriales se ha seguido un procedimiento que consta de seis fases, cuyo resultado concreto es un documento con los apartados siguientes (MEC, 1992).

1. Exposición metodológica.

2. Procesos productivos.

3. Configuración Organizativa del Sector (organigramas funcionales típicos de las empresas del sector según actividad y tamaño, con énfasis en producción).

4. Estudio económico y laboral estructural del sector (económico, análisis estructural, estratégico y económico, laboral y formativo).

5. Estudio de las ocupaciones.

6. Necesidades de formación.

7. Conclusión.

Los estudios sectoriales, como su nombre indica, se relacionan con sectores de actividad. Los datos y conclusiones aportados por cada estudio sectorial fue el punto de partida de la tarea de los denominados Grupos de Trabajo Profesionales (GTP) para la colaboración del Catálogo. Se han constituido grupos de trabajo de las distintas familias profesionales (algunas de las familias profesionales modificaron posteriormente el nombre respecto al del grupo de trabajo). Los grupos de trabajo que se constituyeron en los primeros compases de la reforma fueron:

– Textil, Confección y Piel.

– Artes Gráficas.

– Hostelería y Turismo.

– Química.

– Sanidad.

– Pesca y Agricultura.

– Madera y Mueble.

– Mecánica: Construcciones metálicas, navales.

– Mecánica: Fabricación de equipos y vehículos ligeros.

– Industrias extractivas, metalurgia y primeras transformaciones.

– Agricultura, ganadería e industrias agroalimentarias.

– Comercio y Marketing.

– Mantenimiento de vehículos.

– Vidrio, cerámica y materiales de construcción.

– Mantenimiento y Servicio a la Producción.

– Administración y Gestión.

– Información, Imagen y Sonido.

– Artesanías.

– Servicios personales.

– Servicios socioculturales.

– Electricidad y Electrónica.

– Edificación y Obras Públicas.

– Otras profesiones.

A grandes rasgos, el trabajo a realizar por los GTP debe ajustarse al esquema siguiente:

a. Caracterización de un sector económico desde las dimensiones: económica, tecnología y organización productiva, estructura de las cualificaciones y empleos, formación del sector.

b. Análisis de los procesos productivos. Identificación de las Areas profesionales en donde se requiere FP reglada.

c. Caracterización de las Figuras Profesionales de los títulos («formación asociada» a cada titulo profesional).

d. Organización del campo profesional de los títulos. Delimitación de Unidades de Competencia y Módulos profesionales asociados.

e. Estudios de prospectiva.

f. Identificación de saberes. Especificación de formación de los títulos. Ordenación de la formación en FPB y FPE.

g. Contraste externo de las titulaciones definidas.

La tarea de los GTP concluye con la definición de los diferentes títulos de FP, en el cual se especifica, un determinado perfil profesional y la formación que le corresponde. Estos dos aspectos constituyen el grueso principal de los «documentos base» de cada título profesional.

El Documento Base del título (DBT) contiene el curriculum del ciclo formativo correspondiente, un análisis del perfil profesional para el que es ciclo prepara y un conjunto de especificaciones sobre acceso a otros estudios, convalidaciones, requisitos de los centros, etc.

El abordar la organización ocupacional del sistema productivo desde al elaboración de los títulos profesionales responde a la idea de que el sistema de FP se constituye a partir de entre otros elementos los siguientes:

– La detección y evaluación de las necesidades de FP y de cualificación de las personas, que demandan las necesidades sociales, el desarrollo regional y el desarrollo económico y tecnológico del país.

– La definición, organización y ordenación de los contenidos formativos que respondan a las necesidades de formación y cualificación anteriores.

La detección y evaluación de las necesidades de formación y cualificación profesional requieren combinar estudios del mercado de trabajo sobre evolución del empleo y la actividad con otros más estratégicos de prospectiva tecnología y profesional que estudien la incidencia de las nuevas tecnologías y los nuevos procesos en la producción. Los estudios han de conjugar el ámbito de la provincia o comarca con el autonómico y/o estatal. El primero considera indicadores sectoriales, la política general de desarrollo de los recursos humanos y el marco de referencia necesario de las titulaciones y cualificaciones.

Por todo ello, junto a los datos de evolución de empleo, de la actividad económica y las encuestas a empresas para conocer sus requerimientos de formación y cualificación será preciso impulsar los observatorios permanentes de evolución de las cualificaciones profesionales.

El resultado de estos trabajos es la definición, primero, y permanente actualización después, de un repertorio de perfiles profesionales que expresan las necesidades de cualificación en nuestro país y que sirva de marco de referencia para la elaboración de los programas de FP y para elaborar las pruebas profesionales de reconocimiento de las capacidades.

Al exponer los GTP se constataban las distintas familias profesionales base sobre la que derivan los nuevos títulos profesionales. A lo largo del período que ha llevado a la creación de estos títulos han colaborado con la Administración Educativa para la elaboración y diseño de los estudios de FP los sindicatos, asociaciones empresariales y profesionales, colegios profesionales, empresas y universidades, al objeto de que las titulaciones están relacionadas con la realidad socioeconómica del país. Por su parte el MEC ha tratado que estos estudios se implanten en las zonas geográficas con cuyo entorno regional están estrechamente vinculados. Con esta forma de proceder se garantiza que el contenido educativo de las nuevas titulaciones se adapte a las exigencias del sistema productivo.

La participación de los distintos agentes sociales, anteriormente citados, en relación con el diseño de la Formación Profesional, responde al artículo 34 de la LOGSE que promueve la participación de agentes sociales, que deben contribuir a identificar las cualificaciones reales que demanda el sistema productivo y el mercado de trabajo. Esta contribución es particularmente importante en una doble dirección. En primer lugar, en el proceso de identificación de los perfiles profesionales que precisa el mundo productivo y que constituye el punto de partida para el establecimiento de los diferentes niveles de cualificación académico-profesional. En dicha identificación se tendrán en consideración los sistemas de cualificación europeos. En segundo lugar, en la definición de los contenidos formativos que deben configurar las enseñanzas de formación profesional.

La Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la Formación Profesional, tiene por objeto la ordenación de un sistema integral de formación profesional, cualificaciones y acreditación, que responda con eficacia y transparencia a las demandas sociales y económicas a través de las diversas modalidades formativas. Para ello configura un Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales como eje institucional del sistema, cuya función se completa con el procedimiento de acreditación de dichas cualificaciones, sistema que no deroga el que está actualmente en vigor.

En cuanto a la ordenación, el Sistema Nacional de Cualificaciones y Formación Profesional, toma como punto de partida los ámbitos competenciales propios de la Administración General del Estado y de las Comunidades Autónomas, así como el espacio que corresponde a la participación de los agentes sociales, cuya representatividad y necesaria colaboración quedan reflejadas en la composición del Consejo General de Formación Profesional, a cuyo servicio se instrumenta, como órgano técnico, el Instituto Nacional de las Cualificaciones, creado por Real Decreto 375/1999, de 5 de marzo, es el órgano técnico de apoyo al Consejo General de la Formación Profesional responsable de definir, elaborar y mantener actualizado el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales y el correspondiente Catálogo Modular de Formación Profesional. En esta Ley se establece también que a través de centros especializados por sectores productivos se desarrollarán acciones de innovación y experimentación en materia de formación profesional que se programarán y ejecutarán mediante convenios de colaboración entre la Administración del Estado y las Comunidades Autónomas, ateniéndose en todo caso al ámbito de sus respectivas competencias.

La Ley establece que las Administraciones públicas adaptarán las ofertas de formación, especialmente las dirigidas a grupos con dificultades de inserción laboral, de forma que se prevenga la exclusión social y que sean motivadores de futuros aprendizajes mediante el reconocimiento de las competencias obtenidas a través de estas ofertas específicas.

En el marco del Sistema Nacional de Cualificaciones y Formación Profesional se contemplan dos aspectos fundamentales, la información y la orientación profesional, así como la permanente evaluación del sistema para garantizar su calidad.

3. AREAS OCUPACIONALES Y PERFILES PROFESIONALES. ITINERARIOS TIPO.

El hecho de hablar de áreas ocupacionales, que responden a los campos profesionales, mas que de ocupaciones concretas está en relación con la propia finalidad de la Formación Profesional, atribuida en la LOGSE, en el ámbito del sistema educativo, la preparación de los alumnos para la actividad en ü¥ campo profesional y su capacitación para el desempeño cualificado de las distintas profesiones, proporcionándoles una formación polivalente que les permita adaptarse a las modificaciones laborales que puedan producirse a lo largo de su vida, o dicho de otro modo, el fin es dotar a los alumnos de la formación necesaria para alcanzar determinadas competencias profesionales, proporcionarles una formación polivalente funcional y técnica que posibilite su adaptación a los cambios tecnológicos y organizativos relativos a la profesión y la necesaria visión integradora y global del saber profesional.

De las distintas áreas ocupacionales se desprenden sus distintos perfiles profesionales asociados. Las áreas profesionales se corresponderían con la denominadas familias profesionales en la nueva estructura de la formación profesional (tanto en la FPE como en la FPO), el perfil profesional sería propio de cada título (o certificado de profesionalidad), y se asociaría con cada ciclo formativo. Por tanto cada familia profesional engloba un determinado número de perfiles profesionales, es decir de ciclos formativos (tanto de grado medio como de grado superior). El perfil profesional se define, en primer lugar, a través de su competencia profesional, entendiendo por tal como un conjunto de capacidades que debe poseer el individuo y que se manifiestan a través de determinadas realizaciones, de determinadas tareas que debe ejecutar o saber hacer (Farriols, X, 1994). El R.D. 676/ 1993 de 7 de mayo por el que se establecen las directrices de los Títulos de formación profesional y sus correspondientes enseñanzas mínimas, recoge los elementos que deben integrar un R.D. de Título, señalando los requerimientos o exigencias del sistema productivo al técnico correspondiente, y las enseñanzas que deben integrar el correspondiente título.

El R.D. parte de la consideración de que los programas formativos que conforman cada Título de FP, deben tomar como referencia fundamental las necesidades de cualificación del sistema productivo. Dicho con más precisión; las enseñanzas profesionales, su estructura, objetivos, criterios de evaluación y contenidos deben enfocarse desde la perspectiva de la adquisición de la competencia profesional requerida en el empleo (RD 676/1993 de 7 de mayo), entendida como conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, adquiridos a través de procesos formativos o de la experiencia laboral, que permiten desempeñar y realizar roles y situaciones de trabajo requeridos en el empleo. A esta finalidad básica obedece la estructura adoptada para lo Títulos profesionales. Vamos a realizar un recorrido por el RD de uno de los títulos de Grado Superior y referirnos a cada uno de los elementos que lo integran. Seguiremos el mismo orden en el que aparecen estos elementos en el RD.

A cada Título corresponde un perfil profesional que se define por medio de una Competencia general que describe, en forma de funciones a desarrollar y objetivos a alcanzar, los requisitos generales de cualificación profesional que el sistema productivo demanda del técnico correspondiente.

Esta competencia general se concreta en una serie de capacidades profesionales: expresan las capacidades más características que se precisan para conseguir los objetivos expresados en la competencia general.. Algunas de estas capacidades se relacionan con los módulos de FOL y RET. Tras la enumeración de las capacidades se recogen los requerimientos de autonomía en las situaciones de trabajo. Señalan los campos ocupacionales ( o situaciones de trabajo) en las que el técnico tendrá capacidad de autonomía. También se señalan quienes serán los supervisores de este técnico (ingenieros, licenciados, ingenieros técnicos…)

Para conseguir las capacidades profesionales asociadas a cada perfil profesional, se establecen una serie de Unidades de competencia: Conjunto de realizaciones profesionales con valor y significado en el empleo. Se obtienen por división de la competencia general, y deben tener sentido para la mayoría de las organizaciones o empleadores del sector. Cada unidad de competencia, o el conjunto de realizaciones profesionales que engloba, debería constituir un rol esencial de trabajo.

Una unidad de competencia agrupa un conjunto de realizaciones profesionales: describe las acciones y resultados que el técnico debe ser capaz de realizar en las situaciones de trabajo. Expresa los logros o resultados esperados que la persona debe ser capaz de demostrar para conseguir el rol que expresa la correspondiente unidad de competencia. Son pues especificaciones que persiguen determinar el comportamiento de las personas respecto a los niveles de profesionalidad requeridos para un área ocupacional dada.

Cada realización profesional incluye un conjunto de criterios de realización. Deben considerarse que son la respuesta encontrada por un grupo de expertos del sector a la pregunta ¿cómo puede saberse si una persona es competente, o está cualificado, en la realización profesional correspondiente?. Expresan, por tanto, el nivel aceptable de la realización profesional correspondiente. Son, pues, una guía para la evaluación de la competencia profesional. Cada criterio define una característica de la realización profesional bien hecha. Por lo tanto una realización profesional se habrá alcanzado de forma satisfactoria, cuando estén satisfechos todos los criterios de realización de la misma.

Para cada unidad de competencia se incluye un dominio profesional. Describe el campo de aplicación de las realizaciones profesionales de cada unidad de competencia. Establece, pues, el contexto de las mismas y proporciona una guía para la evaluación de la competencia profesional.

Se recoge igualmente la evolución de la competencia profesional del técnico correspondiente, especificando:

– Los cambios en los factores tecnológicos, organizativos y económicos.

– Los cambios en las actividades profesionales.

– Los cambios que se prevén en la formación.

Finalmente, y en relación con el sistema productivo, cada RD de Título recoge la posición en el proceso productivo del técnico correspondiente, señalando:

– Entorno profesional y de trabajo.

Informa del campo profesional en que se ubicaría esta figura: sectores, subsectores, tipos y tamaño de empresas, procesos o partes de los mismos.

– Entorno funcional y tecnológico.

Se indica la ubicación y funciones que puede desarrollar el técnico.

Ocupaciones y puestos de trabajo más relevantes.

Se nombran, a modo de ejemplo, puestos de trabajo actuales que podrían ser desempeñados por el técnico.

Cada R.D. de Título y enseñanzas mínimas, tras concretar los requerimientos del sistema productivo recoge las enseñanzas mínimas del ciclo Se definen como el conjunto de capacidades terminales, contenidos y criterios de evaluación que son necesarios para alcanzar los aspectos básicos de la competencia profesional expresada por el perfil del título, y para alcanzar ciertos objetivos socioeducativos.

Las enseñanzas mínimas de la F.P. de grado medio y grado superior incluirán, para cada ciclo formativo, los siguientes aspectos básicos del currículo:

a) Los objetivos generales del ciclo formativo.

b) Los módulos profesionales necesarios para cada ciclo.

Se indica el nombre de cada módulo profesional y la unidad de competencia a la que se asocia. Para cada módulo se señalan:

– Capacidades terminales.

– Criterios de evaluación

– Contenidos mínimos.

– Duración del módulo en horas/año

Hay módulos asociados a una unidad de competencia y módulos transversales (asociados a varias). Los módulos FOL y FCT no se asocian a unidades de competencia concretas.

Los R.D. que establecen las enseñanzas de los Certificados de Profesionalidad de las actividades formativas de la FPO, tienen una estructura similar a la que hemos señalado para los Títulos de la FPE.

3.1. ITINERARIOS TIPO

Podemos Definir el itinerario profesional como ls descripción y dirección del camino profesional con expresión de los pasos a seguir en el proceso formativo, yu su acomodo en el tiempo. Los itinerarios profesionalizadores son, por tanto, los procesos que el individuo ha de poner en práctica para su incorporación al mundo del trabajo. Los itinerarios son diversos, dependiendo de las diferentes situaciones de salida, de los distintos tránsitos y de las distintas metas a alcanzar.

Uno de los retos de la orientación profesional es el de aconsejar el itinerario más adecuado para el joven, en función de sus capacidades, aptitudes, intereses y motivaciones. A continuación señalamos algunos de los itinerarios de carácter profesional de menor a mayor nivel de cualificación:

– Itinerario profesional corto de estudios primarios, sin titulación en E.S.O. y siguiendo un Programa de Garantía Social- Iniciación Profesional.

– Itinerario profesional corto de estudios primarios con o sin titulación en E.S.O. y siguiendo programas de Escuelas Taller, Casas de Oficios, Talleres de Empleo o cursos del Plan FIP, en función de la edad del sujeto.

– Itinerario profesional corto de estudios FPE de grado medio, tras la obtención del Título de Graduado en E.S.O., o tras la superación de la correspondiente prueba de acceso.

– Itinerario Profesional largo tras la superación del Bachillerato y seguir estudios de FPE de grado Superior.

– Itinerario Profesional largo tras la superación del Bachillerato y seguir estudios universitarios (diplomaturas, ingenierías técnicas, licenciaturas o carreras técnicas superiores).

A los itinerarios reseñados tendríamos que añadir cursos de formación permanente impartidos por agencias formativas formales (estudios reglados) o no formales (estudios no reglados). A su vez, los itinerarios señalados no se presentan de forma excluyente, sino que pueden combinarse entre ellos, e incluso con la actividad laboral, con predominio de un itinerario determinado en función de los condicionantes u oportunidades de cada sujeto.

Los señalados, son los itinerarios tipo que siguen los jóvenes, desde los 14 hasta los 25 años aproximadamente, aunque algunos de ellos concluyen con anterioridad a esta edad.

4.- ELABORACIÓN DE ITINERARIOS FORMATIVO-PROFESIONALIZADORES EN EL PROCESO DE ORIENTACIÓN.

4.1.- LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL ESPECIFICA.

La necesidad de reforzar la orientación, escolar o profesional, aparece con cierta reiteración en la LOGSE, como uno de los elementos de calidad del sistema educativo. (artículo 2.3 g, artículo 55.e, artículo 60 y en el apartado 3.e de la disposición adicional tercera). Hasta ahora, la orientación, entendida como tal, no ha gozado dentro de nuestros centros escolares de una atención relevante ni de un tratamiento sistemático ni organizado. Las acciones realizados en este ámbito se han debido mucho mas a la propia iniciativa de determinados claustros o profesores, que a una política definida desde la Administración. De hecho, tal política ha sido casi inexistente.

Con la creación de los Departamentos de Orientación en los institutos de educación secundaria, la orientación recibe un nuevo impulso y entre otras funciones tendrá la de orientar a los estudiantes a lo largo de toda la enseñanza secundaria. Con ello se pretende ayudar al alumno en la elección de materias optativas, en la E.S.O. y el Bachillerato, a elegir itinerarios en Bachillerato (y en la E.S.O. cuando se pongan en marcha los itinerarios que establece la LOCE, a prepararse para definir opciones al finalizar la ESO o Bachillerato y a incorporar elementos crecientes de orientación profesional en paralelo a su avance dentro de la secundaria. Por otra parte, esta orientación escolar-profesional debe capacitar, también para desarrollar adecuadamente la transición de los jóvenes a la vida activa y adulta. Todo ello en forma personalizada, de manera que todos los alumnos dispongan de orientaciones precisas, que no prescriptivas, en sus propios institutos.

En el ámbito de la F.P., la orientación profesional se refuerza notablemente con el establecimiento de la «Formación y Orientación Laboral» (FOL) como un módulo profesional común, si bien con contenidos variables según los casos, de todos los ciclos formativos de la formación profesional específica.

La FOL sintetiza, con un planteamiento actualizado las antiguas materias de Formación empresarial, Legislación laboral y Seguridad e Higiene en el trabajo, correspondientes a las anteriores especialidades de segundo grado. Los contenidos de estas materias se reúnen en el nuevo módulo con los propios de la orientación profesional. De esta forma, los contenidos tradicionales de carácter legislativo y de salud laboral se acompañarán a partir de ahora con otros relativos al conocimiento del mercado de trabajo, el proceso de inserción profesional y el desarrollo de la capacidad emprendedora y de iniciativa en el trabajo. Los distintos contenidos comprenden entre 3 y 5 bloques temátics según el diseño curricular de cada ciclo formativo. Tales apartados son: salud laboral, legislación y relaciones laborales, economía, organización de empresa, orientación e inserción laboral.

Todo ello representa una puesta al día de los contenidos mas acordes con las demandas actuales de la actividad económica. El propósito de tales contenidos es la consecución de capacidades terminales de transcendencia creciente para la inserción profesional. El planteamiento general de la FOL participa de las corrientes innovadoras comunes hoy en Europa, que vinculan cada vez mas la F.P. con las empresas y el mercado de trabajo.

La concepción de la FOL se ajusta también a la necesidad de formar para la trans*_ión, en especial mediante la orientación profesional, ausente en los planes anteriores de formación profesional. Esta formación para la transición conlleva la permeabilización del proceso de enseñanza y aprendizaje al mundo social y laboral. Supone asimismo enriquecer este proceso mediante el contraste sistemático entre tiempo y práctica, entre estudio y realidad. En este aspecto la FOL y la Formación de Centros de Trabajo (FCT) están destinadas a ser módulos de conexión entre FP y la actividad económica. Dentro de esta perspectiva, la FOL combina finalidades educativas, formativas y de orientación para la inserción, debe, en suma, capacitar a los futuros graduados medios y superiores para su intervención en un mundo profesional cambiante y complejo.

En lo referente a la aplicación de la FOL, caben algunas observaciones. Por una parte, el módulo refuerza la presencia de la orientación profesional y la formación laboral en el curriculum de los ciclos formativos. Por otra parte, permite la transformación radical de unas materias consideradas tradicionalmente de relleno y sin interés para el alumnado. Conviene hacer un esfuerzo en integrar este módulo en el conjunto del curriculum, resaltando su carácter instrumental ante los alumnos. Debe articularse, en los centros escolares la relación entre la FOL y FCT, el cual permite verificar con un marco productivo los contenidos impartidos en el centro escolar.

La Resolución de 29 de abril de 1996, de la Dirección General de Centros Escolares sobre organización de los Departamentos de Orientación de los Institutos de Educación Secundaria, atribuye al profesor de FOL las siguientes competencias:

– Colaborar con los tutores y con el profesor de la especialidad de Psicología y Pedagogía en la realización de las actividades de información y orientación profesional dirigidas a los alumnos de ESO y Bachillerato y en la elaboración del Consejo Orientados al término de la ESO y delos Programas de garantía Social.

– Coordinar y realizar, en su caso, las actividades de orientación profesional dirigidas a los alumnos de los ciclos formativos de formación profesional y de los programas de garantía social, y apoyar a los tutores en la realización de aquellas que les corresponda, especialmente en las relacionadas con el seguimiento del módulo de Formación en Centros de Trabajo.

En las instrucciones anuales de las Consejerías, se recogen algunas de las competencias del profesor de FOL en relación a la FCT. Entre otras son:

– Informar al alumnado que acudirá a las empresas a realizar la FCT, con claridad, que durante su permanencia en el centro de trabajo carece de relación laboral o contractual con la empresa, que deberá guardar las normas de higiene personal, presencia y comportamiento que sean de uso en la empresa y que, asimismo, deberá guardar todas y cada una de las normas de seguridad en el trabajo características del sector productivo al que pertenezca el centro de trabajo.

– Auxiliará al profesor-tutor de la FCT, durante la jornada quincenal en que los alumnos acuden al centro educativo, para las acciones tutoriales y orientadoras.

– Colaborará con el profesor-tutor en las orientaciones que se dan a los alumnos al comienzo de la FCT.

La realización de estas tareas debe contribuir a un desarrollo del curriculum de la FOL que fomente el aprovechamiento de recursos externos al centro educativo, evitando su confinación al aula. Para que esto sea posible se requiere una determinada organización del tiempo escolar. Sería conveniente fijar una periodificación del módulo que permita realizar actividades externas al centro educativo (tipo visitas a entidades, entrevistas, obtención de información por parte del alumno, etc). De igual modo se considera vital la coordinación entre profesorado de FOL y FCT para globalizar y contrastar muchos de los contenidos de la FOL con la experiencia del alumno durante la FCT. Conviene insistir en que la formación y la orientación laboral no constituyen un comportamiento estanco, desgajado del resto del módulo profesional.

Por último sería conveniente desde la FOL y en cuanto a orientación informar y caracterizar los diversos programas comunitarios, en especial los propios de FP, y promover entre los alumnos el concepto de movilidad formativa y profesional europea.

4.2.- ELABORACIÓN DE ITINERARIOS FORMATIVOS-PROFESIONALIZADORES.

El análisis del mundo del trabajo, la toma de decisiones y las toma de decisiones y la elaboración dÚ”itinerarios formativos- profesionalizadores, implica un proceso d orientación para la elección y desarrollo vocacional que exige un marco teórico en el que apoyar las estrategias de intervención.

La intervención orientadora para lla elaboración de itinerarios formativo- profesionalizadores, debe ser desarrollada en el contexto de un programa de orientación profesional dirigido a la toma de decisiones o bien destinado a la inserción socio- profesional.

En cualquiera de los casos las áreas de intervención en los programas de orientación profesional suelen ser muy similares. Alvarez (1995) cita las siguientes:

– Toma de conciencia por parte del sujeto de sus características profesionales (conocimiento de sí mismo.

– Información de las alternativas educativas profesionales y ocupacionales que ofre el contexto.

– Desarrollo de habilidades y estrategias para tomar decisiones personales y profesionales.

– Acercamiento al contexto laboral.

Por tanto la elaboración de un itinerario formativo- profesionalizador constituye el resultado de un proceso de análisis y toma de decisiones que culmina con la descripción y dirección del camino profesional elegido expresando los pasos a seguir y el desarrollo en el tiempo del mismo.

El proceso a seguir en la elaboración de un itinerario formativo profesional requiere haber desarrollado previamente el análisis de una serie de aspectos tales como:

– Exploración de las habilidades cognitivas y del dominio de estudios y profesiones con las que parte el sujeto, así como sus aptitudes, intereses y motivaciones.

– Síntesis de los factores externos e internos del individuo, es decir, se trata de que el sujeto organice sus múltiples informaciones sobre sí mismo y sus percepciones en función de los roles profesionales del mundo del trabajo y la estructura escolar.

– Evaluación de las representación es personales y profesionales que conducen a la toma de decisiones provocando una elección profesional.

– Realización e implicación: El sujeto analiza las estructuras productivas, estudia la oferta formativa y elabora un plan profesionalizador.

Tal plan debe en tenderse como un conjunto de proyectos que permiten llegar en un tiempo mínimo a la meta propuesta: La planificación de estos proyectos permite llegar al empleo, mantenerlo y mejorarlo a lo largo de la carrera profesional.

La secuenciación del proceso de elaboración de un itinerario formativo profesional se desarrolla en cuatro fases (según el documento Autoorientación, MEC, 1996).

1ª Fase: Selección de un objetivo profesional. Sería el resultado de la evaluación de las representaciones personales y profesionales en la elección de una profesión u ocupación.

2ª Fase: Análisis de las relaciones en el entorno sociolaboral y descripción del perfil profesional elegido.

– Análisis de las estructuras socio productivas del entorno con relación al objetivo profesional seleccionado.

– Descripción del perfil profesional en los puestos en una determinada categoría.

– Descripción del perfil profesional del ocupante.

3ª Fase: Información sobre la oferta formativa y elección de un itinerario profesionalizador.

Esta fase debe iniciarse comparando la competencia profesional del sujeto con el perfil exigido por las empresas del sector elegido. Esta actividad supone las siguientes tareas:

– Localización de empresas que ofertan empleo en las profesiones elegidas e identificar las condiciones de sus puestos de trabajo.

– Análisis de los desajustes entre el perfil profesional del demandante respecto de los trabajadores ocupantes.

– Delimitación de las necesidades concretas de formación.

Determinadas las necesidades formativas procede diseñar las alternativas académico- profesionales a seguir:

– Analizar la oferta educativa del entorno e identificar las fuentes educativas necesarias para alcanzar un perfil profesional determinado. Hay que tener en cuenta la oferta de la FPE, de la FPO, así como otras alternativas formativas, todo ello en función de las condiciones de accesa, la duración de las acciones formativas, programa de estudios, convalidaciones…

– Conocida la oferta formativa, es necesario contrastar el potencial profesional disponible en el entorno con las necesidades concretas de formación, y seleccionar la oferta formativa de acuerdo con las capacidades, intereses y motivaciones del sujeto.

– Descripción y temporalización de las actividades del itinerario formativo- profesional.

– Establecer metas (qué seré dentro de x años)

– Esfuerzos personales para conseguir las metas formativas propuestas. Tiempo estimado y fecha aproximada de terminación.

– Etapas para su desarrollo…

4ª Fase: Realización del Plan profesionalizador. Establecer los proyectos o pasos para llegar a la meta preestablecida.

4.- CONCLUSIÓN.

Para la configuración de la nueva Formación Profesional era necesario un estudio sectorial de los distintos campos profesionales para que las mismas titulaciones tuvieran su verdadero reflejo en las demandas de nuestra actual sociedad, para ello se ha imputado en el estudio de la organización ocupacional la presencia de los distintos agentes sociales y tras el análisis de las ocupaciones que engloban el campo laboral se ha llegado a la delimitación de los actuales títulos profesionales.

Para la adquisición de estos títulos los alumnos deben seguir un determinado itinerario que culmina en la obtención de un perfil profesional que es propio de esa determinada área ocupacional.

La orientación profesional facilita al sujeto la toma de decisiones respecto al itinerario formativo- profesional que debe seguir. Este itinerario así como la orientación se inicia en la Educación Secundaria Obligatoria con la elección de determinadas optativas (y determinados itinerarios a partir de la implantación de la LOCE), y culmina en la adquisición del titulo profesional que lo capacitará para el ejercicio en un determinado campo profesional. No obstante hay que tener en cuenta que la formación profesional no se limita sólo a la FPE, sino que se extiende a la FPO y a otras ofertas formativas.

En cualquier caso, será cada persona quien con la orientación profesional adecuada, y en función de sus capacidades, posibilidades, intereses y motivaciones, quien decida el itinerario formativo- profesionalizador más adecuado.

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