Tema 46B – Los Estados balcánicos en el siglo XX

Tema 46B – Los Estados balcánicos en el siglo XX

Tema 46. Los Estados balcánicos en el siglo XX

1. El Imperio austro-húngaro de los Habsburgo

     Tras la unificación alemana, en 1867, la dinastía austríaca de los Habsburgo se convierte en una monarquía balcánica, con cierto peso en la zona gracias a la debilidad del Imperio otomano. El Imperio otomano perderá Serbia, y tendrá fuertes tendencias nacionalistas en todo su país europeo. La monarquía de los Habsburgo encuentra su vocación balcánica empujada por las circunstancias. En 1859 se enfrenta en la guerra austríaco-italiana que tendrá como consecuencia la unificación de Italia, y en 1876 debe entrar en guerra con la Prusia de Bismarckclip_image001, lo que les deja fuera de la unificación alemana. Además, en 1867 también ha de hacer frente al nacionalismo húngaro, con lo que el Imperio austríaco se divide en dos, Austria y Hungría, y el Imperio se convierte en el Imperio austro-húngaro. El Imperio se divide en dos Estados diferentes, con unas Cortes liberales independientes y una corona constitucional común que divide el imperio entre la Cisleitania y la Transleitania del Imperio austro-húngaro.

     Este imperio balcánico se encuentra confinado en la Europa central, y no dispone de salidas al mar, ni siquiera al Adriático. Esta circunstancia dificulta su desarrollo económico y su industrialización, ya que es una potencia sin colonias. Por ello tendrá una política exterior expansiva, sobre los países ribereños del Adriático. Su política se verá favorecida por la creciente debilidad del Imperio turco y las ansias independentistas de las regiones europeas, sobre todo de los idionacionalismos de Serbia, Montenegro, Albania, Grecia, Rumania y Bulgaria, y los nacionalismos paneslavos de Yugoslavia y la Gran Bulgaria.

1.2. La crisis de Bosnia-Herzegovina

Austria-Hungría intenta tener una salida al mar por Bosnia-Herzegovina, porque está siendo bloqueada por Serbia en su expansión. Rusia teme que Austria-Hungría se convierta en una gran potencia en los Balcanes, ya que tiene sus propios intereses en la zona. Esta es la razón de que apoye a Serbia en su intento de crear una Yugoslavia independiente de Austria-Hungría y que le haga la competencia en la zona como gran potencia.

Austria-Hungría se anexiona, mediante compra a Turquía, el país de Bosnia-Herzegovina. Esta compra aumenta las posibilidades de industrialización del Imperio, al tener una salida al mar y al incorporar una zona agrícola, rica en grano. Esta operación fue posible gracias a la subida al poder de los «jóvenes turcos» en 1908, republicanos y laicos.

     En 1912-1913 se crea la Liga Balcánica, con Serbia, Bulgaria, Montenegro y Grecia, y se inicia una guerra contra Turquía por la independencia, es la primera guerra balcánica, que termina con la victoria de la Liga. Turquía se interpone en esta guerra y pierde definitivamente Bulgaria. Tan sólo le quedarán 26.000 Km2 en Europa. Además, Bulgaria pierde Macedonia en favor de Grecia.

     El asesinato del archiduque de Austria en Sarajevo, en 1914, será la mecha que prenda y desencadene la primera guerra mundial. Los países balcánicos se dividirán entre sendos bandos: Rumania, Serbia, Montenegro y Grecia se pondrán del lado de la Triple entente y los aliados; y Bulgaria y Turquía se pondrán del lado de los Imperios centrales. Albania permanecerá neutral y podrá obtener su independencia definitiva.

2. Los Balcanes tras la paz de Versalles

     Hasta la primera guerra mundial los Balcanes están bajo dominio del Imperio Otomano. La subida al poder de los jóvenes turcos supone la laicización del Imperio y el comienzo de las reformas liberales de tipo occidental. Entre 1908 y 1918, con el fin de la primera guerra mundial cae el Imperio y Turquía se convierte en una república. El desmembramiento del Imperio turco supone la creación de pequeños países en el Próximo Oriente, que colonizarán los países europeos, y la creación de numerosos países en los Balcanes.

     La paz de Versalles supone una auténtica revolución para la zona, ya que desaparecen todos los imperios que tenían intereses en la región: Austria-Hungría, el Imperio otomano y Rusia. El aspecto de las fronteras en la zona cambia radicalmente, y aparecen nuevos países.

     Con la paz Austria pierde gran parte de sus territorios, y Hungría se independiza definitivamente. Rumania, Bulgaria, Grecia y Albania se consolidan como países independientes.

Serbia se anexiona, del Imperio austro-húngaro: Bosnia-Herzegovina, Croacia y Eslovenia, creando, así, los Estados Balcánicos del Sur o Yugoslavia, aunque no consigue las aspiraciones del nacionalismo paneslavo, al quedar fuera Bulgaria.

     Estos países se industrializan rápidamente, creando un importante proletariado que será, en buena medida, revolucionario, al tener en la reciente Revolución rusa su modelo. Pero este socialismo revolucionario se verá enfrentado a dictaduras de tipo fascista, que tendrán su máximo desarrollo tras el crac de 1929. Hungría en 1920, Bulgaria en 1923, Albania en 1925, Yugoslavia en 1929, Austria en 1933, Grecia en 1936 y Rumania en 1938. Esta será la Europa de las dictaduras, junto con, Polonia (1926), Lituania (1926), Letonia (1934), Estonia (1934), la URSS (1917), Alemania (1933), Italia (1922), Portugal (1926) y España (1923 y 1936).

2.1. Hungría

     En Hungría, que se crea en 1918 como Estado independiente, tras la primera guerra mundial, tiene lugar la revolución socialista de Bela Kun. En 1919 se hace con el poder, pero su revolución sólo dura cinco meses.

     Tras este intento se implanta la monarquía, que en poco tiempo se convierte en una dictadura (1920), cada vez más inclinada hacia el fascismo, con los primeros ministros Gombosy e Imredy, entre 1937 y 1939. Hungría participará en la segunda guerra mundial al lado del Eje, y tras ella entrará en la órbita soviética.

2.2. Yugoslavia

     En la Gran Serbia también se restaura la monarquía en la figura de Alejandro I. En 1929 Alejandro I suspende la constitución de 1921, disuelve el parlamento, cambia el nombre del país por el de Yugoslavia, e implanta una dictadura absolutista, que también se inclina hacia el fascismo en 1934.

     A Alejandro I le sucede Pedro el Regente (1934-1941) que jura una nueva constitución pero sólo dura hasta el comienzo de la segunda guerra mundial.

     Durante la segunda guerra mundial los Balcanes son invadidos por los nazis, que transforman los Estados en gobiernos de ocupación. La resistencia durante la contienda se hace por medio de guerra de guerrillas, dominadas por los comunistas, que alcanzan un gran prestigio, y adelantan sus posiciones en la sociedad. Esta zona será liberada por el Ejército rojo, excepto Yugoslavia, y caerá bajo la órbita de la URSS.

3. La Conferencia de Yalta y la revolución inducida

     Durante la reunión en Yalta, de los tres presidentes aliados, Roosevelclip_image001[1], Stalin y Churchillclip_image001[2], se reparten el mundo en áreas de influencia, tras el fin de la guerra. Esta distribución del mundo supone, en realidad, el comienzo de la guerra fría y la delimitación de los respectivos bandos. En esta adjudicación Europa oriental queda en el bloque soviético, gracias a que esta zona ha sido liberada por el Ejército rojo.

     Una vez liberados los territorios, la URSS apoya a los partidos comunistas de todos los países a conquistar el poder, por medios más o menos democráticos. Nacen, así, las democracias populares, que se establecen en toda la Europa oriental y los Balcanes.

Yugoslavia tiene una evolución diferente. En primer lugar, no es liberada por el Ejército rojo, sino que se libera así misma. Pero la guerrilla yugoslava está dominada por los comunistas, la frente de los que se encontraba el mariscal Tito, y tenía un gran apoyo popular. Yugoslavia hará su propia revolución socialista al conquistar los comunistas el poder. Es un comunismo nacionalista de gran arraigo popular.

Albania también tendrá su propia revolución socialista, al frente de la cual estaban Haxi Llesiclip_image001[3] y Enver Hoxhaclip_image001[4]. Albania también tiene un comunismo nacionalista, pero mucho más cerrado.

Rumania también hace su revolución, pero bajo la mirada de la URSS. En Rumania será Nicolai Cheauchesco quien tome el poder en nombre de los comunistas, instaurando un comunismo autoritario y corrupto.

     En los tratados de París (1947) se trazan las fronteras de los Estados en el oriente Europeo, que han estado vigentes hasta la caída del la Unión Soviética en 1991. Inmediatamente empieza la guerra fría y Europa se divide en dos bloques. Los Balcanes quedan dentro de la órbita de la URSS, excepto Grecia, pero en ellos rápidamente se manifiestan tensiones en contra del dominio de la URSS.

3.1. Yugoslavia

     Tras la segunda guerra mundial, Yugoslavia es el primer país que se enfrenta abiertamente al dominio de la URSS. En gran medida gracias a la personalidad de Tito y de su proyecto de construir una Gran Yugoslavia, que incluyera a Bulgaria, y que quedó frustrado por la intervención de la URSS.

     En 1948 rehusó condenar al Partido Comunista Chino, y en 1968 condenó la entrada de los tanques soviéticos en Checoslovaquia.

3.2. Albania

     Albania es el país más atrasado de Europa, y hace la revolución por su cuenta, incluso en contra de los apoyos de la URSS, de la que desconfía.

     El régimen comunista albanés es el más cerrado del mundo, incluso entre 1945 y 1948. El triunfo de la Revolución china, y el ascenso de la figura de Mao le da un modelo diferente al de la URSS y se adhiere a él rompiendo relaciones con la Unión Soviética.

3.3. Grecia

     Grecia queda bajo el ámbito de influencia capitalista, pero los gobiernos que tiene son inestables, sobre todo tras la restauración monárquica. En 1967 tiene lugar el golpe de Estado de los coroneles, que en 1968 dan a Grecia una constitución republicana, e instauran en el país una dictadura militar que durará hasta 1974.

     En 1974 cae el gobierno de los coroneles y se instaura en Grecia una democracia parlamentaria, tras una transición pacífica (una democracia republicana). En 1981 Grecia ingresa en la Comunidad Económica Europea.

4. La caída del muro de Berlín

     En los años 90 han ocurrido dos hechos que han cambiado radicalmente el panorama de las relaciones internacionales, la caída del muro de Berlín en 1989, y el golpe de Estado en la URSS en 1991 (que supuso su desaparición). Estos dos hechos han terminado con la guerra fría y con el dominio soviético sobre la Europa del este.

     El proceso de separación de la URSS había comenzado algo antes, cuando en Polonia gana las elecciones sindicales Solidaridad, en Checoslovaquia se abren las fronteras con Occidente, lo que provoca un movimiento migratorio desde Alemania Democrática. Pero no es hasta la caída del muro de Berlín cuando empiece a desmoronarse de manera definitiva los regímenes comunistas de todas las democracias populares, separándose, así, de la dictadura soviética. Además, estos países están al borde del colapso económico.

4.1. Rumanía

     Las revueltas contra el régimen de Cheauchesco comienzan en 1989, inmediatamente después de la caída del muro de Berlín. Las revueltas terminan con el fusilamiento de Cheauchesco y la convocatoria de elecciones en 1990; unas elecciones que ganará Peterclip_image001[5] Roman.

     Pero el fin del comunismo en Rumanía no trae la paz social. Se extienden y continúan las revueltas, que se reprimen violentamente. Esta vez las revueltas las protagonizan la minoría húngara y los mineros comunistas de Timisoara. Los comunistas se convierten en socialdemócratas y continúan dominando el poder.

4.2. Bulgaria

     El régimen búlgaro también cae en 1989, y nada más desvanecerse comienzan las tensiones con la minoría truca. En 1990 hay elecciones, que gana el Partido Socialista Búlgaro, que son los comunistas convertidos a la socialdemocracia. A pesar de los problemas, este país es el más estable de la zona.

4.3. Albania

     El régimen albanés es el más cerrado, pero también cae en 1990 debido a una crisis interna. Los albaneses comienzan a refugiarse en las embajadas extranjeras y a escapar del país, en barcos, y hacia Italia. Las huidas son tan masivas que provocan la caída del régimen comunista, el cual convoca elecciones en 1991.

     En 1997 Albania sufre una segunda crisis, tras la quiebra de los bancos piramidales, que arruinan a gran parte de la población, y pone al país al borde de una guerra civil. En 1999 sufre el impacto de la guerra de Kosovo, al tener que recibir numerosos refugiados. Las ayudas internacionales a estos refugiados han permitido un pequeño desarrollo económico.

4.4. Yugoslavia

     El último de los regímenes comunistas en caer es el de Yugoslavia. El régimen se mantenía precariamente desde la muerte de Tito en 1980. Tras la caída del muro de Berlín Yugoslavia hace una nueva constitución, en 1989, en la que se intenta dar oportunidad de gobernar a todas las nacionalidades, pero que da supremacía a Serbia. En 1990 le toca el turno a un primer ministro croata, pero los serbios no quieren pasar ese poder y convocan unas elecciones para finales de 1990. Estas elecciones serán dominadas por los partidos nacionalistas independentistas. Se observa un peligro, real, de desintegración.

Antes de las elecciones Croacia forma un gobierno provisional no comunista, nacionalista de derecha, y se declara independiente. Eslovenia le imita y se establecen fronteras entre ambos países. En Croacia el gobierno nacionalista está dominado por Franjoclip_image001[6] Tudjman. En Serbia las elecciones las gana el Partido Comunista, con Slobodan Milósevic en el poder. Las fronteras que se establecen, entre Croacia y Serbia dejan a muchos serbios bajo dominio croata, y se despiertan los fantasmas de los fascistas de la segunda guerra mundial.

     En los últimos meses de 1990 y los primeros de 1991 se hacen las elecciones por la independencia en Croacia y Eslovenia. En 1991 estalla la guerra civil entre serbios y croatas por el control de los territorios de mayoría Serbia. Al tiempo en Maceconia se convoca un referéndum por la independencia. En octubre la Macedonia yugoslava declaró su independencia con el nombre de República de Macedonia, aunque tuvo problemas con Grecia por su denominación.

     En 1992 el proceso se repite en Bosnia-Herzegovina, y también aquí estalla la guerra civil, pero entre tres facciones enfrentadas: los serbios, los croatas y los musulmanes. Es una guerra compleja y cruel, una guerra civil total y particularmente sangrienta, en la que los elementos étnicos y religiosos tienen un papel determinante.

     El territorio se dividió entre cuatro países: Eslovenia, cuya guerra duró poco al estar en medio los croatas, Croacia, Bosnia y Yugoslavia, con los territorios de Serbia y Montenegro y el Kosovo. La guerra civil terminó en 1995 pero aún no se han curado las heridas.

     Con el fin de la guerra Kosovo pierde autonomía política. Kosovo es la región de origen de los serbios pero en la actualidad la mayoría es de origen albanés, con una lengua diferente y deseos de autogobierno. La población kosovar se defiende de la policía Serbia por medio de grupos guerrilleros. El 24 de marzo de 1999 la OTAN entró en guerra contra Serbia con el fin de terminar la represión Serbia en Kosovo. Una guerra que durará poco más de un mes. El jueves 14 de octubre del 2000 una insurrección popular y pacífica desaloja del poder del Estado a Milósevic dando por terminada la época de las guerras civiles en Yugoslavia. En el año 2001 la situación de guerra se traslada a Macedonia, que presenta un situación de guerra civil no declarada.

    El 15 de marzo del 2002 Yugoslavia desapareció y pasó a llamarse, oficialmente, Serbia y Montenegro.

BIBLIOGRAFÍA

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