Tema 32 – La cultura renacentista y los enfrentamientos político-religiosos del siglo XVI.

Tema 32 – La cultura renacentista y los enfrentamientos político-religiosos del siglo XVI.

1. INTRODUCCIÓN

2. RENACIMIENTO Y CULTURA RENACENTISTA.

2.1. DEFINICIÓN Y DEBATE HISTORIOGRÁFICO

2.2. RENACIMIENTO Y HUMANISMO.

2.3. EL RENACIMIENTO EN LAS LETRAS.

2.4. NUEVA CONCEPCIÓN POLÍTICA.

2.5. EL RENACIMIENTO EN LAS CIENCIAS.

2.5.1. El Renacimiento en Medicina.

2.5.2.El Renacimiento en Astronomía.

2.5.3. El Renacimiento en Ciencias Naturales.

3. LOS ENFRENTAMIENTOS POLÍTICO-RELIGIOSOS.

3.1. LA REFORMA PROTESTANTE.

3.1.1. EL LUTERANISMO.

3.1.2. LAS REFORMAS POSTLUTERANAS

3.1.3.ELANGLICANISMO.

3.1.4. EL CALVINISMO.

3.2. LA CONTRARREFORMA.

3.3. LAS LUCHAS DE RELIGIÓN DEL SIGLO XVI.

3.3.1. CARLOS V CONTRA LOS PRÍNCIPES ALEMANES.

3.3.2. LOS PAÍSES BAJOS.

3.3.3. FRANCIA.

3.3.4. INGLATERRA

3.4.5. OTROS PAÍSES: ESCANDINAVIA, ITALIA, ESPAÑA.

4. BIBLIOGRAFÍA

1 INTRODUCCIÓN

Entre los siglos XIV y XVI la sociedad europea occidental conoció y vivió una auténtica revolución espiritual, una crisis de perfiles muy claros en todos los órdenes de la vida, una profunda transformación del conjunto de los valores económicos, políticos, sociales, filosóficos, religiosos y estéticos que había constituido la vieja civilización medieval, aquella que había sido definida, no sin cierto desprecio, como una edad oscura y tenebrosa y, precisamente por eso, la culminación del proceso de cambio que se viene anunciando será la etapa de la historia conocida como Renacimiento. El historiador suizo Jacobo Burckhardt, en la segunda mitad del siglo XIX, definió el Renacimiento como un fenómeno cultural italiano, y aunque muchos autores .posteriores demostraron lo erróneo de esta teoría, qué duda cabe de que muy pronto surgió la época renacentista en Italia, aunque su difusión y crecimiento posterior por el resto de los países dará lugar a manifestaciones diferentes y no sincrónicas. La imagen que ofrece es la antítesis de ese lúgubre medievo de manera que la idea que historiográfícamente poseemos de aquel periodo denominado Renacimiento es la de una época cuyo denominador común fue la transformación, la renovación y la creación de nuevas pautas de conducta. Los cambios que florecen en este tiempo aparecen en el ámbito de la cultura, la política (surgimiento de las monarquías nacionales), la religión (cisma -de la iglesia), la economía (surgimiento’ del primer capitalismo) y la sociedad (aparición de la burguesía). Ni la cronología ni sus manifestaciones son equiparables entre los distintos estados europeos. A principios del siglo XVI la nueva doctrina mercantilista impulsa una economía basada en el capital comercial. Pero mientras esto sucede en Francia, en España, en Inglaterra y en Italia, Europa central y oriental permanece fiel a la estructura socioeconómica medieval.

Abordaremos primero el debate historiográfíco y los rasgos característicos de la cultura renacentista centrándonos en el humanismo y en el desarrollo de las artes, las letras y la ciencia. Posteriormente haremos hincapié en los problemas religiosos y en los conflictos que generan las estructuras político-religiosas. Concluiremos con unas referencias bibliográficas en (¿onde se amplían estas cuestiones, necesariamente esquemáticas.

2 RENACIMIENTO Y CULTURA RENACENTISTA

2.1. DEFINICIÓN Y DEBATE HISTORIOGRÁFÍCO

Se ha teorizado tanto sobre el Renacimiento que Wallace K. Ferguson, al analizar las diversas interpretaciones tuvo que prescindir de mucho material para que cupiesen en un volumen. Las divergencias versan sobre el origen, el carácter, el ámbito espacial y temporal. Nacida en el círculo de los humanistas, la palabrarinascita, no se refería tanto a una supuesta resurrección de la antigüedad como a una renovación del hombre y de su mundo, en parte por inspiración clásica y también fruto de una renovada vitalidad.

Siglos después se analizó el concepto como algo histórico. Fue un análisis de sus valores estéticos: Ruskín se centro en sus realizaciones artísticas. Voigt en las literarias, Michelet, en 1855, se fijó en el cambio experimentado por las creencias y por el conocimiento de la naturaleza (utiliza el término Renacimiento en el tomo séptimo de su Historia de Francia}. Sin embargo, quien le dio sus verdades dimensiones fue Burckhardt que publicó hacia 1860 La cultura del Renacimiento en Italia. Caracterizó al Renacimiento como una época de renovación del arte y de las letras, de recuperación y acercamiento a los clásicos, de restauración de la Antigüedad, de un uso totalmente novedoso de la razón en todos los campos del saber, y de aparición de un fuerte proceso de secularización de la vida política y fuerte presencia de una corriente de pensamiento nueva, el Humanismo; de descubrimiento del individualismo con el pleno desarrollo de la libertad individual y de la autonomía moral basada en un alto concepto de la dignidad humana; de nacimiento del Estado como una obra de arte. Se trata de un periodo en el que se manifiesta el crecimiento de la sociedad occidental entera, un movimiento general que renueva la cultura, el arte de la época y el saber clásico. El hombre se sitúa como el centro de interés y como el eje del universo. No se olvida de Dios el hombre renacentista pero funciona a través de un nuevo planteamiento de vida, el antropocentrismo. La cultura se aleja de las Universidades, controladas por la Iglesia y se forja en las nuevas academias y centros de estudio renacentistas.

Alfred von Martin insistió en las raíces burguesas del Renacimiento. Dilthey y su discípulo Cassirer, pusieron más atención en la. cultura espiritual. H. Von Thude y K. Burdach aclararon las relaciones entre la religiosidad bajo medieval y los movimientos renacentistas., La relación entre reforma religiosa y Renacimiento es muy complicada y ha recibido diversas repuestas.

En cuanto a los límites cronológicos, Burckhardt mantuvo los siglos XIV y XV. Otros historiadores han considerado que existían elementos ya en el movimiento de San Francisco de Asís; o en Carlomagno y Otón I. Sé ha hablado de “renacimientos medievales”. El historiador italiano Sapori considera que en el siglo XII comienza en Italia un primer capitalismo que está fuertemente ligado al espíritu de lucha y al individualismo propio del Renacimiento. Actualmente se considera, con R. Mousnier, que los Imites temporales se pueden situar en los inicios del siglo XIV y la segunda mitad del XVI. Burckhardt reconoció la falsedad de la antinomia Edad Media-Renacimiento. En modo alguno se puede considerar la ruptura total con la Edad Media, ya que ciertos elementos son comunes a ambos periodo. La Edad Media preparó el camino al Renacimiento, que se produjo inicialmente en Italia en el siglo XIV y en Europa a partir de mediados del XV, conociendo su apogeo en el siglo XVI.

2.2. RENACIMIENTO Y HUMANISMO

El Renacimiento en cuanto a proceso cultural puro, vinculado a la formación literaria, al lenguaje, a la educación en general y al desarrollo de la inteligencia por lo bello y agradable, cristalizó en el Humanismo. Fue un concepto creado por los historiadores del XIX para referirse a la revalorización, la investigación y la interpretación que de los clásicos de la Antigüedad hicieron algunos escritores.de! XIV y XVI. Los primeros en emplearlo fueron Michelet y G. Voigt (en 1859 publicaLa resurrección de la Antigüedad Clásica o el primer siglo del Humanismo), pese a que.en el Renacimiento los profesores que se dedicaban al estudio y enseñanza de las lenguas clásicas y la retórica se llamaban a sí mismos Humanistas.

La raíz de este concepto, “humano”, habla claramerte de la naturaleza de este movimiento estético. Su objetivo es el hombre, como nuevo centro microcósmico de todo el universo. El humanista pretende formar personas para una vida al servicios activo de la comunidad civil, proporcionándoles una base amplia de conocimientos, principios éticos y capacidad de expresión. Esto se reflejará en la nueva adoración que impone este nuevo movimiento renovador a los protagonistas, a los autores, al hombre concreto. La veneración inicial por el mundo y los autores de época romana, dejará paso en un segundo momento a la fascinación por el mundo helénico y las obras de los grandes clásicos griegos. En principio el humanismo es una revolución educativa. La nómina de pedagogos humanistas es muy extensa (Guarino de Yerona, por citar uno).

En relación con lo anterior, se rescatan formas de rigor intelectual distintas a las medievales, se desarrolla el espíritu critico y el respeto por la libertad de opiniones, y se crea un ideal de hombre renacentista claramente expresado en la obra de Baltasar de Castiglione “El Cortesano”, cuyos valores son el ser culto, atleta, ético, y artista. El humanismo en su conjunto quiso devolver al hombre la legitimación ética de su mundo.

Sus orígenes no están claros, aunque se sabe que no apareció de forma brusca. Ya en la segunda mitad del siglo XIII se aprecian en el norte de Italia signos prehumanistas (uso de la retórica latina, del derecho romano, empleo de la filosofía y ciencia aristotélica). Posteriormente habría que citar a Dante Alighieri, Francesco Petrarca, Giovanni Boccaccio y Colaccio Salutati. En la primera mitad del siglo XV sé origina la nueva filología con Lorenzo Valla y el redescubrimiento de la Historia con Leonardo Bruni y Flavio Biondi. A mediados XV se renueva la filosofía, al redescubrir a Platón (neoplatonismo).

El humanismo hace su aparición por vez primera en Florencia en los primeros años del siglo XV. La familia Mediéis, grandes mecenas del Renacimiento, serán el centro de toda actividad humanística. La academia de Florenda, tomando como modelo a Platón y a través de humanistas como Marsilio Ficino y Giovanni Pico de la Mirándola, sentará las bases para una nueva idea de libertad y capacidad de optar en la dirección de la vida.

Los demás estados italianos cultivaron el humanismo a través de su propia cultura o a expensas de la Toscana, contribuyendo al desarrollo cultural de los siglos XV y’XVI. Desde mediados del siglo XV, las ciudades de Ñapóles (Alfonso V), Milán (Visconti y Sforza, Leonardo) y más tardíamente Venecia (que sustituirá en el liderazgo cultural a Florencia en el siglo XVI), así como también Ferrara, Mantua, Urbino, Roma y RJmini potenciaron sus propias culturas bajo la protección de patricios urbanos.

Especial mención merece la escuela de Padua, quien a través de Pietro Pomponazzi superó ampliamente los postulados de la Escolástica medieval llegando a posiciones materialistas: El hombre es alma y es cuerpo y ambas naturalezas están tan íntimamente unidas que su destino nunca podría reducirse al de una de sus partes. Con este postulado, Pomponazzi no acepta prueba filosófica alguna sobre la inmortalidad del alma. También deberíamos hablar del humanismo cívico (en expresión de Barón y Bec) que estaría representado por León Bautista Alberti.

En su vertiente ideológica, el humanismo aparece ligado a los intereses de una burguesía mercantil, ciudadana y precapitalista, como movimiento defensor de la no opresión y de la libertad del hombre. En su vertiente religiosa los humanistas no se oponen al cristianismo, sino que pretenden renovar la visión medieval cristiana a la luz del clasicismo. Grandes representantes de este humanismo cristiano son Erasmo de Rotterdam v Santo Tomas Moro.

La rápida difusión de las ideas humanistas se debe en buena parte a la invención y generalización de la imprenta. Las imprentas se convirtieron en centros de trabajo donde colaboraban impresores y eruditos. La Reforma tuvo en ella un valioso aliado al convertirse en portavoz de sus doctrinas. Los contactos epistolares entre los humanistas permitió la difusión y la aparición de diversos humanismos: uno filológico y literario (florentino y veneciano, con extensión en París y Lyon); otro dirigido a la renovación del cristianismo; otro científico (Nuremberg, Padua, Cracovia) cuyo objetivo es desarrollar los instrumentos para dominar la naturaleza. También la divulgación del humanismo se llevó a cabo a través de los nuevos centros de enseñanza: las academias renacentistas y al final también las Universidades quedaron impregnadas de las nuevas enseñanzas. Algunas modificaron sus presupuestos pedagógicos sirviendo los deseos utilitaristas del nuevo Estado y de la burguesía. A los colegios afluyeron gentilhombres, burgueses y gentes humildes que haciendo de criados pudieron seguir los cursos.

Fuera de Italia, habría que aludir a la importancia del humanismo en los Países Bajos (Erasmo de Rotterdam, Rodolfo Husman) donde el humanismo es ante todo cristiano y está ligado a las universidades; Francia (Lefévre d’Etaples, Guillaume Budé) e Inglaterra (Thomas Linacre, John Colet y, sobre todos^’Thomas Moro). En los países germánicos el humanismo alcanzó un nivel importante a fines del siglo XV gracias al trabajo de las imprentas de Colonia, Basilea y otras ciudades. Destacó la Universidad de Heidelberg y la de Nuremberg y las obras de Conrad Celtis, Reuchlin y Johannes Mullen En Hungría destacó, en la Corte de Matías Corvino, Janos Pannonius. Otros centros fueron Bohemia (Praga, Olomouc) y Polonia (Cracovia). En España tenemos al gran Juan Luis Vives (1492-1540) que fue uno de los humanistas más dotados de conciencia social, su saber fue enciclopédico, y está considerado como el padre de la pedagogía moderna. También debemos citar aElio Antonio de Nebrija.

2.3. EL RENACIMIENTO EN LAS LETRAS.

A principios del XV los hombres cultos del norte de Italia se sintieron atraídos por la cultura clásica; Tácito, Tito Livio, Cicerón y Virgilio serán los primeros autores latinos en ser traducidos. También el mundo helénico será objeto de interés. Junto con las lenguas clásicas se comienza a potenciar una literatura en lengua nacional. Petrarca (1134LB74J* marca el punto de ruptura con la literatura anterior, pero será su discípulo Boccacio (1313-‘ 1 J?4l quien con su obra El Decameron escrita en italiano refleje mas claramente el espíritu “humanista en las letras. En poesía destacan Ariosto y Taso. En filología Valla analizó comparativamente el latín clásico y el moderno en su obre Elegantiae.

2.4. NUEVA CONCEPCIÓN POLÍTICA

El Renacimiento alumbra una idea del Estado cuya configuración (reforzada con la aparición del fenómeno de la nacionalidad) ha permanecido en lo esencia hasta nuestros días. El Estado unificado de los Reyes Católicos españoles o de Enrique VII de Inglaterra constituye la culminación de un nuevo enfoque de la política que haya un intérprete literario adecuado en Nicolás Maquiavelo, iniciador del moderno pensamiento político. En “El Principe” (escrito en 1513), donde traza las líneas de su ideario, propugna un Estado fuerte, independiente de la Iglesia y dirigido por el príncipe, quien ha de poseer cualidades óptimas de realismo e inflexibilidad en la aplicación de la razón de Estado. Defiende asimismo la multiplicidad ideológica en la sociedad y considera fecundos los enfrentamientos de partidos y grupos sociales.

2.5. EL RENACIMIENTO EN LAS CIENCIAS.

Durante el Renacimiento se produce un cambio de perspectiva fundamental respecto a la naturaleza. Este hecho va a ser crucial para el desarrollo de la ciencia y para el nacimiento de un nuevo método basado en la observación y en la experiencia.

2.5.1. EL RENACIMIENTO EN MEDICINA :

En Medicina las obras de Andrés Vesalio De Humani corporis fabrica libri septem (1543), marca un hito en la historia de la anatomía. Esta obra fruto de la investigación objetiva y experimental será el punto de partida de las enseñanzas futuras. También Jerónimo Fracastori investigó y formuló el moderno concepto de infección. Hay que citar también al español Miguel Servet, descubridor de la circulación pulmonar de la sangre.

2.5.2. EL RENACIMIENTO EN ASTRONOMÍA

El personaje revolucionario en este campo fue Copérnico y su teoría heliocéntrica expresada en su obra mas importante De revolutionibus orbium coelestium, que rompía con la teoría cosmología Oficial, y su cuestionamiento de bs principios mecánicos aristotélicos. Su nueva orientación científica hablaba de funcionalidad y dinamismo.

2.5.3. EL RENACIMIENTO EN CIENCIAS NATURALES

En Botánica destaca Cesalpini y la escuela de Montpellier con unos nuevos valores. Esto no fue difícil dado .que en las ciudades mercantiles italianas la influencia del clasicismo nunca fue enterrada realmente.

3 LOS ENFRENTAMIENTOS POLÍTICO-RELIGIOSOS

Todos los que integraban este mundo de intelectuales, eruditos y filósofos que acabamos de ver, en mayor o menor medida, estuvieron preocupados por la renovación de las relaciones entre Dios y d hombre. En lo que no se pusieron de acuerdo fue en el tipo de Dios. Para los humanistas Dios era fundamentalmente amor y pretendieron acercarlo al hombre, frente a los teólogos empeñados en estériles debates sobre los misterios divinos. Frente a la teología medieval, los humanistas propusieron una fe y unos ritos sencillos y asequibles, así como unos pocos dogmas. Plantearon que la religión sería una cuestión individual ajena a normas y la iglesia una institución que serviría sólo para ayudar a los hombres en su camino de salvación. Lo importante era vivir según el mensaje evangélico, liberado de las fórmulas eclesiásticas y volviendo al primer cristianismo. La religión resultante era tan ecléctica, individualista y subjetiva que se reducía a un moralismo basado en el Evangelio. Entre este posicionamiento y la Reforma y Contrarreforma posterior sólo hay un paso. Precursores de la reforma, sin pretenderlo, fueron Erasmo de Rotterdam, Luis Vives y Tomas Moro.

3.1. LA REFORMA PROTESTANTE

La reforma protestante es una de las consecuencias más transcendentales del nuevo orden de cosas impuesto por el Renacimiento. No solo supone el triunfo de un nuevo planteamiento religioso, sino que de hecho su visión del mundo es diferente de la Iglesia Católica. Durante la Edad Media se produjeron numerosos movimientos contrarios al poder de Roma que dieron lugar a Cismas y a herejías. Uno de los movimientos más famosos del siglo XIV y que se considera antecedente del reformismo protestante fue protagonizado en Bohemia por Jan Hus (hussitas).

En general las causas de la Reforma protestante fueron la crisis religiosa y la corrupción generalizada “Sel clero; la corte Papal ostentosa, insaciable y derrochadora (vivía pendiente del arte y de la política, con claro afán recaudatorio y con total olvido de la religión); la falta de claridad dogmática; la malformación y la situación pobre y miserable del bajo clero; la compra-venta generalizada de cargos religiosos; el intervencionismo papal en Alemania, contestado por los príncipes; el sentimiento apocalíptico que se extiende por Centro Europa; la lucha de la pequeña nobleza por las posesiones de la Iglesia; el nuevo espíritu critico humanista y, finalmente, el ascenso de la alta clase burguesa.

3.1.1. EL LUTERANISMÓ ‘ –

El día 31 de Octubre de 1517 Martín Lutero (1483-1546) (Biografías de L. Febvre y García Villoslada) clavó el documento de las 95 tesis sobre su oposición a la actitud de la Iglesia en la puerta del castillo de Wittenberg. Este acto simbólico se considera como el inicio de la Reforma Protestante en Europa. Su pretensión reformista consistía en volver a lo que el creía ser el cristianismo puro y primitivo.

Lutero expuso sus ideas en el tratado De Indulgentiis. El ataque de Lutero partía de posiciones teológicas, de su concepto de la justificación por la fe, que negaba la teoría de la reversibilidad de los méritos y de la comunión de los santos, denunciaba las indulgencias. En realidad la disputa se redujo al principio al ámbito universitario. Pero sus amigos y partidarios divulgaron sus tesis y la imprenta multiplicó sus textos. Inmediatamente se le unieron los príncipes germánicos, cuyas aspiraciones, chocaban de frente con la Iglesia. Los agustinos lo acusaron de hereje y en 1518 fue convocado por Roma para que se retractara. Lutero no se desdijo y comenzaron las disputas públicas. La que mantuvo con Juan Eck en Leipzig afirmó el valor único de las Sagradas Escrituras como contenido de fe. Roma lo condenó con la bula Exsurge Domine en 1520 y un año después excomulgaría al hereje Lutero con la bula Decet Romanun Pontificem. El pensamiento de Lutero se fue divulgando en sus escritos posteriores: niega la autoridad divina al Papa, desarrolla la doctrina del sacerdocio universal, defiende el libre examen de las Escrituras, niega la teoría escolástica de la transubstanciación y sólo acepta como sacramentos el bautismo y la eucaristía. Las bulas no surtieron los efectos deseados y por ello Carlos V decidió intervenir citando a Lutero ante la Dieta de Worms en 1521. Lutero se negó a retractarse y a ser juzgado por un concilio. La dieta lo condenó pero hombres de Federico de Sajonia lo protegieron y lo condujeron al castillo de Wartburg donde seguro, meditó y escribió nuevas obras.

En el imperio cada vez era más clara la conformación de dos bloques político-religiosos, uno dirigido por Juan de Sajonia y Felipe de Hessen, de filiación luterana, y otro que giraba en torno al archiduque Fernando, garante de los intereses imperiales en las largas ausencias de su hermano Carlos V. En la Dieta de Espira el archiduque prohibía a los príncipes que obligaran a sus súbditos a cambiar de religión. Algunos se negaron a aceptar el edicto, y desde entonces nacía un nuevo nombre: “Protestante”.Se consolidaba la ruptura y la división imperial que se consagraría tras el fracaso de la Dieta de Augsburgo en 1530, convocada por Carlos V para terminar con la desunión. El nuevo fracaso fue acompañado por un ultimátum de Carlos V que establecía cumplir el edicto de Worms. La reacción protestante fue la formación de la Liga de Esmalcalda (1531) que contaría con apoyos externos importantes (Francia, Inglaterra, Dinamarca), y con la que daría inicio a la primera gran guerra de religión en el mundo Moderno.

El protestantismo fue un triunfo del individualismo renacentista, que fomentó la división de las iglesias protestantes y permitió el desarrollo de la nueva mentalidad liberal y burguesa en grandes zonas del mundo europeo.

3.1.2. LAS REFORMAS POSTLUTERANAS

La triunfo del luteranismo fue el fermento de reformas posteriores basadas en la justificación por la fe, el recurso de las Sagradas Escrituras como norma y única fuente de revelación y autoridad y la ruptura con el papado. Karlstadt lleva a cabo en Wittemberg (durante una ausencia de Eutero) reformas drásticas” en el clero y las Órdenes; Thomas Münzer y Nicolás Storch (influidos por el anterior y por los husitas) predican uña religión mística sin sacerdotes y encienden el ánimo de los aldeanos contra las injusticias sociales. El movimiento reformista, confinado en un principio al ámbito de la polémica religiosa, asume ahora dimensiones sociales (rebelión de los caballeros, guerra de los campesinos). Aflora un misticismo popular de fondo colectivista que da lugar a la formación de sectas y comunidades (Baltasar Hubmaier en Ealdshut, Juan Denk en Nuremberg, Hutter, en el Tirol, Fraiik y Schwenkfeld en Suabia y Silesia. Destacaremos sólo los más importantes:

El primer lugar habría que citar la reforma del cantón de Zurich por Uldrych Zwinglio (1484-1531), coetáneo de Eutero y seguidor de la idea de iglesia evangélica de Erasmo. Desde 1523 rompe con Roma al defender la trasgresión del ayuno y atacar el celibato sacerdotal. El Consejo de la Ciudad aceptó sus tesis y suprimió las precesiones, sacramentos, misas, cantos litúrgicos. Se eliminaron las imágenes y se secularizaron los conventos. Sus ideas se extienden por Suiza que desde 1526 se divide en dos bloques antagónicos. Zwinglio murió como un soldado más en la batalla de Kappel que dio el triunfo a los cantones católicos. La unión de zwinglianos con la iglesia ginebrina de Calvino en 1549 (Consensus Tigurinus) dará lugar a la Confesio Helvética

Bajo la denominación de anabaptistas, o simplemente baptistas, aparecen ciertas tendencias y movimientos muy dispares, pero todos declarados heterodoxos por católicos y protestantes. Negaban cualquier forma de Iglesia, de Estado e incluso de sociedad civil. Sobre la base de que el Espíritu Santo lo inspira todo, se sentían elegidos y poseídos por él. Constituyó una forma de vida basada en un igualitarismo y un anarquismo de carácter místico y mesiánico. De origen suizo, los grupos se extendieron por amplias zonas centroeuropeas. En el Tirol destacaron los hutteritas. El peletero Melchor Hoffmann. haciéndose pasar por el profeta Elias, recorrió Alemania y los Paises Bajos anunciando la vuelta de Cristo. Haarlem Jean Mathiis v Juan de Levden predicaban la violencia y la fuerza como medio para imponer el reino de Dios (régimen comunista de Münster ei 1534). Duramente reprimidos, casi todos fueron encarcelados o ejecutados. Los comienzo: de la reforma en Francia están ligados al Grupo de Meaux, en el que destacó el humanist; Jacques Lefévre d’Etaples.

3.1.3. EL ANGLICANISMO

En Inglaterra las ideas protestantes tuvieron buena acogida y aunque Enrique VII! era hostil a estas nuevas ideas, estaba preocupado por la excesiva influencia de Roma sobre un clero al que deseaba controlar y cuyas riquezas contrastaban con los pobres medios de la monarquía.

Cuando la Iglesia católica se negó” a anular su matrimonio con Catalina de Aragón (tía del emperador Carlos V), el rey rompió con Roma y se erigió en jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra, siendo reconocido como tal por la asamblea del clero en 1531. El Papa, en respuesta, excomulgo a Enrique. VIII en 1534, mientras que en Inglaterra en este mismo año se selló el “Acta de Supremacía” que otorgaba al rey el gobierno de la iglesia. El paso siguiente fue la secularización de los bienes de la Iglesia, lo cual supuso una redistribución de la propiedad territorial y- un fuerte apoyo a la nueva reforma religiosa por parte de los beneficiados en esta ultima operación.

3.1.4. EL CALVINISMO

El francés Jean Cauvin o Calvirio (1509-1564) (biografías de Doumergue y J. Rilliet) forma parte de la segunda generación de reformadores y es su principal representante. Sospechoso de difundir las ideas protestantes tuvo que huir de París e instalarse en Basilea. Atraído por el luteranismo y la teología de Zwinglio, escribió en 1535 La institución de la religión cristiana en defensa de los protestantes franceses y en la que exponía su teoría sobre la no libertad del hombre y sobre la predestinación. Calvino ofrecía a los creyentes, confusos y desconcertados por una religión reformada pero demasiado intelectualizada, una doctrina clara, lógica y accesible a todos. Guillermo Farel, miembro del círculo de Meaux, lo llevó a Ginebra en 1536 para constituir “una Iglesia nueva. El proyecto fracasa y tuvo que huir hacia Estrasburgo. Actuó como pastor hasta que los ginebrinos aceptan sus postulados para el establecimiento de su Iglesia. Creó una dictadura religiosa cuyos principios eran la vida rigurosa y la purificación poi^el trabajo como medio para alcanzar la salvación. Ordena el culto y lo estructura en cuatro oficios: los doctores darían lecciones sobre la Sagrada Escritura y preparan a los predicadores, que predican al pueblo; los presbíteros vigilan la conducta de los miembros de comunidad, los diáconos de ocupan de la asistencia social. Sólo admite los sacramentos bautismal y eucarístico. La liturgia es muy austera, se proscriben las imágenes, se cree en la predestinación divina. El Consistorio, instrumento de gobierno integrado por pastores y delegados a modo de inquisición asegura la disciplina (ejecución de Miguel Servet). Se impuso el rigor y el fundamentalismo. Se dignificaron las ideas burguesas de beneficio y lucro comercial e industrial. El calvinismo impulsó el sistema económico burgués.

La irradiación del calvinismo fue rápida y potente; en Suiza suplantó a ios zwinglianos, en Francia los hugonotes llegaron a tener mayoría en no pocas regiones y durante toda la segunda mitad del siglo XVI batallaron fieramente para conquistar el poder; en los Países Bajos también se acreditó su capacidad proselitista y su genio combativo y en Escocia también alcanzaron un grado de implantación notable (apostolado de John Knox). El nombre de presbiterianos que se les dio en varios países significa que la célula básica de la iglesia es el presbiterium, consistorio formado por los pastores y un anciano de cada comunidad.

3.2. LA CONTRARREFORMA

La Iglesia romana intentó frenar el fenómeno reformista. Para ello utilizó todos los medios a su alcance; desde los coercitivos (excomuniones, procesamientos..) hasta los más radicales como la guerra.

El deseo de renovar a la Iglesia católica interiormente se materializó en la formación de la Compañía de Jesús, portadores del nuevo ideal de la pureza del catolicismo. Para solucionar el problema de la escisión religiosa se convocó en 1545 el Concilio de Trente y aunque ya no pudo atajar el problema del luteranismo, si que sentó unas bases nuevas sobre las que, todavía hoy, descansa la Iglesia Católica.

Destacó la labor del Papa Pablo III. Con el Concilio de Trento se introdujo de manera legal la Reforma Católica y-avanzó con el intento de crear un nuevo clero libre de corrupción y dignamente formado. Con este fin se prohibió la acumulación de beneficios y se decretó el establecimiento de seminarios.

3.3. LAS LUCHAS DE RELIGIÓN DEL SIGLO XVI

3.3.1. CARLOS V CONTRA LOS PRÍNCIPES ALEMANES

Carlos V, emperador cristiano partidario de una gran cristiandad unida, luchó contra los protestantes durante todo su reinado. Los Príncipes alemanes protestantes estaban unidos desde 1531 en la Liga de Esmalcada. Mientras tanto, “el Papa y el Emperador intentaron una aproximación y el diálogo a través de convocatorios de concilios (Mantura, Vicenza) y coloquios de religión (Hagenau, Worms, Ratisbona) pero todos fracasaron. La Dieta de Ratisbona en 1541 prohibió la guerra por motivos religiosos, pero tras la muerte de Lutero en 1546, Mauricio de Sajonia vulneró tal prohibición y rompió las hostilidades. El enfrentamiento dio lugar, en un primer momento a la victoria ¿e las tropas imperiales en la batalla de Mühlberg (Abril de 1547). Pero una nueva sublevación de los príncipes alemanes, esta vez apoyados por el rey de Francia, Enrique II, inclinó la balanza contra el emperador, siendo la consecuencia última de esta derrota imperial la creación de la Dieta de Augsburgo en 1555. En ella, Carlos V se vio obligado a reconocer la autonomía religiosa de los príncipes y la obligación de sus pueblos de adoptar la misma fe que estos o abandonar esas tierras en caso contrario. Supuso el triunfo oficial de la religión luterana. Los príncipes alemanes se convirtieron en jefes religiosos de sus Iglesias nacionales.

3.3.2. LOS PAÍSES BAJOS

A mediados del siglo XVI, y a pesar de la vigilancia imperial, el calvinismo se difundió por los Países Bajos dando definitiva consistencia al – protestantismo flamenco. Felipe II, hijo y sucesor en el trono de Carlos V, pretendió que los Países Bajos fuesen un valuarte de su política religiosa en el occidente europeo, y por ello renovó la vigilancia contra el protestantismo.

Ante esto, nobles y burgueses se unieron en el compromiso de Breda (1565). El pueblo, animado por los extremistas calvinistas, se sublevó en un movimiento iconoclasta que destruyó numerosísimas iglesias y obras de arte. La dura represión impuesta por Felipe II a través del Duque de Alba dio paso a la indignación popular y la formación de un movimiento de independencia en nombre de Holanda al que se unieron los que ni tan siquiera se habían sublevado, y que fue fuertemente apoyado por el enemigo de España, Inglaterra y su reina Isabel.

Las provincias del sur se unieron a la causa imperial formando la “Unión de Airas”. Las siete provincias del norte se confederaron en la “Unión de Utrecht” (1580) con objeto de defender el protestantismo y oponerse a España. En tomo a ellas, se alinearon también todos los adversarios de Felipe II: Francia e Inglaterra.

Por el Tratado de Vervins (1598) Felipe II tuvo que devolver Calais, reconoció a Enrique de Navarra, dirigente calvinista como Enrique IV de Francia y dejaba el gobierno de los Países Bajos en manos de su hija Isabel Clara Eugenia y su marido el Archiduque de Austria.

3.3.3. FRANCIA

El protestantismo penetró en Francia ya durante el reinado de Francisco I (1515-1547), pero fue sobre todo durante el reinado cíe su sucesor Enrique II (1547-1559), acérrimo defensor del catolicismo, cuando adquirió fuerza.

Para 1560 el protestantismo francés se había organizado en forma de partido político con sus propios jefes, ejército y programa de gobierno; Eran los hugonotes. A Enrique, le sucedió Francisco II y a este su hijo Carlos IX siendo aún menor de edad. Su madre Catalina de Mediéis luchó para mantener la supremacía monárquica, tanto contra católicos (el partido de la Guisa) como contra protestantes (el partido hugonote), pues ambos pretendían alcanzar el poder. El país cayó en una grave guerra civil, siendo apoyado internacionalmente cada bando por sus respectivos aliados: Felipe II y el Papa ayudaron a la Guisa, mientras que Inglaterra y los príncipes alemanes ayudaron a los hugonotes. La fiereza de esta guerra y las matanzas fueron atroces. Las tropas mercenarias de los aliados devastaron el suelo francés. Por fin en 1563 se firmó la Paz de Ambroise por la que se garantizaba la libertad de conciencia para los hugonotes, aunque se les restringía el culto.

Con la mayoría de edad de Carlos IX la dirección política de Francia recayó sobre el almirante Coligny, conocido activista calvinista. Ante las protestas de María de Mediéis y de Felipe de Ánjou, Carlos IX permitió la depuración de los principales jefes calvinistas. El pueblo se sumó a este permiso llevando a cabo una matanza general de hugonotes conocida como “la noche de San Bartolomé”. (la reina Margot)

Enrique III, en cuanto subió al trono, también quiso imponerse tanto a católicos como a protestantes y este intento provocó la quinta guerra interna de Francia. La Paz de Beaulieu (1576) dio fin a esta guerra y dio también libertad de culto a los calvinistas así como diversas plazas. Los católicos, disgustados, se confederaron en la “Liga Católica” (1576) y desde entonces la guerra entre ambos bandos no cesó, aunque vivió momentos alternos de enfrentamientos abiertos o de tranquilidad según las circunstancias. Cuando Enrique II, nombró finalmente heredero al hugonote Enrique de Navarra, frente al otro pretendiente, el católico Enrique de Guisa (guerra de los tres Enriques) los ánimos volvieron a encenderse y los apoyos internacionales aparecen de nuevo en la escena francesa. El nuevo rey de Francia, Enrique de Navarra, ahora Enrique IV, intenta ocupar París, pero ante la superioridad militar católica y la imposibilidad de conseguirlo, optó por abjurar del calvinismo y entregarse a la fe católica. Conquistó todo el territcrio francés, recibió la absolución del Papa Clemente VIII y así puso fin al sangriento periodo de las guerras de religión en Francia. “París bien vale una misa”.

3.3.4. INGLATERRA

También la política inglesa estuvo dictada en gran parte por motivos religiosos, y sin embargo, hay podemos creer que, aun sin las nuevas circunstancias derivadas de la ruptura con Roma, no hubiera sido muy distinta de lo que fue. Enrique VIII fundó el anglicanismo y su hija María (1553-1558) volvió al catolicismo y casó con Felipe II. Pero al sucederle su hermanastra Isabel (1558-1603) la situación cambió, tanto política como religiosamente. Restableció el anglicanismo (Prayer Book y Acta de Supremacía) y en las áreas católicas cercanas a Escocia se sublevó la altiva aristocraca que hubo que someter. También se vio envuelta en la muerte de María Estuardo, reina católica de Escocia que tuvo que huir ante el empuje del calvinismo rigorista presbiteriano y su incapacidad para dominar los furiosos remolinos de la política escocesa. Como por sus venas corría sangre Tudor, los que no reconocían a Isabel como reina legítima estaban prestos a aclamarla. Isabel la encarceló 18 años, la procesó y la decapitó en 1587 acusada de conspirar. La opción María Estuardo era apetecida por España qie un año después envió la Armada Invencible a las costas inglesas. Resultó un sonoro fracaso.

3.4.5. OTROS PAÍSES

En Escandinavia el protestantismo se introdujo en relación con unos acontecimientos políticos que relegaron a segundo plano las consideraciones doctrinales. En Suecia se enfrentaron dos tendencias: la favorable a la unión con Dinamarca representada por el arzobispo de Upsala y la contraria a la unidad capitaneada con Stenon Sture, que prevaleció al margen de las autoridades eclesiásticas y fue excolmugado. El rey de Dinamarca, Christian II invadió Suecia y fue coronado rey en 1520. Ajusticiaron a los seguidores de Sture, provocando “el baño de sangre de Estocolmo” y la protesta común que pronto se apoyaría en el luteranismo. La oposición se extendió a la propia Dinamarca que acabó deponiendo al rey, refugiado en Flandes bajo la protección del emperador. Gustavo Wasa, hijo de uno de los ejecutados fue aclamado rey por los que intentaban una Suecia independiente. En la dieta de Westeras (1527) obtuvo autorización para incautar bienes eclesiásticos y nombrar arzobispos. En 1531 el rey nombraría a un protestante arzobispo de Upsala, lo que significaba reconocer al luteranismo como religión oficial. Sin embargo hasta 1604 no se prohibió el catolicismo. El resto de territorios bálticos pasó también al luteranismo sin lucha, salvo Dinamarca, en la que se enfrentaron dos hijos, uno católico y otro luterano, del nuevo rey Federico. Triunfó el luterano Christian (1533-1539), apoyado por la nobleza, que estableció el luteranismo como religión oficial

En Italia se redujo el protestantismo a individualidades o pequeños grupos, como algunos valdenses, heréticos de origen medieval emparentados con los albigenses. Desde Suiza y Alemania llegaban algunos libros con las nuevas ideas. Ea Inquisición sólo estaba establecida: en Roma, Sicilia y Cerdeña y los intentos españoles para introducirla en Ñapóles fracasaron. El ambiente libre de la república veneciana era propicio a la libertad religiosa; al menos en una de sus ciudades, Vicenza, se desarrolló una pequeña comunidad protestante; También en Ferrara. Existieron igualmente algunos protestantes radicales como Bernardo Ochino y los hermanos Sozzini, unitarios, o sea, negadores de la Trinidad cuy a-propaganda llegó hasta Polonia.

Finalmente, en España no se desarrolló el protestantismo por la enérgica represiór ejercida por la Inquisición, que dio origen a varios conflictos de índole político religiosa El primer problema grave estalló en 1524 debido a una corriente de religiosidad muy piadosa, el pietismo, que se extendió por algunos puntos de Castilla y cuyos seguidores recibieron el nombre de iluministas. La cuestión se agravó en España por los problemas religioso-raciales entre cristianos, judíos y musulmanes, haciendo que para muchos h imposición de la ortodoxia pareciera la única solución. Los autos de Sevilla y Valladolic (1558-1562) acabaron prácticamente con el protestantismo español; las victimas pertenecían casi todas al clero, la clase media y la nobleza. Algunos se pusieron a salvo por la huida, como Miguel Servet y Casiodoro de Reina, traductor de la Biblia. En adelante, sólo algún que otro protestante, en su mayoría extranjeros, aparecerían en los autos inquisitoriales. En 1568 ante la sospechas, que luego resultarían infundadas, de infiltraciones protestantes en Cataluña la censura se hizo más estricta, se prohibió a los residentes en la Corona de Aragón estudiar en el extranjero y a los franceses enseñar er Cataluña. Marcel Bataillon sostuvo que en España no había habido auténticos luteranos sino humanistas de la escuela de Erasmo y místicos de la tendencia alumbrada (iluministas}, y ello puede ser cierto de algunos como los canónigos Edigio y Constantino, procesados por la Inquisición de Sevilla.

Otro conflicto religioso en el reinado de Felipe II estalló en las Alpujarras con la rebelión de los moriscos, que duraría hasta 1570. Fue una dura contienda racial y religiosa que se inició a causa del decreto de 1567, que pretendía que los musulmanes abandonaran sus costumbres. Sofocada la rebelión, la mayoría de los moriscos granadinos fueron dispersados por Castilla, mientras que colonos gallegos, asturianos y leoneses fueron trasladados al territorio de Granada. Este conflicto debe vincularse con el más general, de tendencia en cierto modo también religiosa, que se desarrolló en el Mediterráneo entre las potencias marítimas cristianas y los turcos. Una vez sofocada la rebelión de las Alpujarras pudo hacerse frente a los turcos, sobre los cuales se obtuvo la victoria de Lepante (1571). Fue un respiro frente al peligro del Islam y España pudo volver contra el peligro que representaban los protestantes del norte de Europa. Por su extensión y por las disponibilidades de tiempo no podemos desarrollar el conflicto contra los turcos al considerar que en el enunciado del tema los conflictos político-religiosos son los generados a partir del Renacimiento. De todos modos puede consultarse la monumental obra de F. Braudel El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, (FCE, México, 1968)

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