Tema 34 – Conquista, colonización y administración en la américa hispánica en los siglos XVI al XVIII.

Tema 34 – Conquista, colonización y administración en la américa hispánica en los siglos XVI al XVIII.

1. INTRODUCCIÓN

2. DESCUBRIMIENTO, CONQUISTA Y COLONIZACIÓN

2.1. PRECISIÓN CONCEPTUAL.

2.2. CAUSAS PRINCIPALES DE LOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS

2.3. LA FIGURA DE CRISTÓBAL COLÓN.

2.4. FASES DE LA CONQUISTA.

2.5. OTROS DESCUBRIDORES Y CONQUISTADORES:

2.5.1 LA CONQUISTA DE MÉXICO

2.5.2 LA CONQUISTA DEL PERÚ

2.5.3 OTROS TERRITORIOS, OTROS CONQUISTADORES.

3. ADMINISTRACIÓN DE LA AMÉRICA HISPÁNICA.

3.1.PRINCIPALES INSTITUCIONES.

Consejo de Indias.

Adelantados

Virreinato Gobernaciones

Capitanías generales

Las Audiencias

Hacienda

Iglesia

Las reducciones

La Inquisición

Casa de la Contratación

3.2. EVOLUCIÓN DE LAS RELACIONES SOCIOECONÓMICAS

3.2.1 SIGLO XVI

3.2.2 SIGLO XVII

3.2.3 SIGLO XVIII.

4. CONCLUSIONES

5. BIBLIOGRAFÍA

1 INTRODUCCIÓN

Nunca faltaron en la historia espíritus curiosos, navegantes atrevidos, descubrimientos ocasionales, pero, como apunta el profesor Antonio Domínguez Ortiz (Historia Universal. Edad Moderna, Ed. Vicens Vives), esto no tiene nada que ver con la serie de empresas dirigidas desde Europa a partir del siglo XV, con espíritu de continuidad, de tal envergadura que necesitaban el apoyo de los Estados y cuyo resultado fue hacer saltar los moldes geográficos convencionales, revolucionar la economía y establecer la unidad planetaria bajo un signo europeo, presidido por la triple fuerza de su población, trasplantada en grandes masas, de sus armas, que se revelaron superiores, y de su cultura que, en mayor o menor proporción, se extendió a otros continentes, influyendo e incluso suplantando a las culturas indígenas. Esta enorme marea salida de las costas europeas, rodeó, sin adentrarse mucho, el litoral africano, llegó a los países bañados por el índico y el Pacífico y sumergió totalmente América. Es el mayor hecho que caracteriza a la Modernidad. Castilla y Portugal adquieren el máximo protagonismo y América se convierte en el gran teatro de operaciones.

Nos centraremos solamente en los aspectos que recoge el título del tema. Comenzaremos precisando algunos conceptos básicos, haremos un esbozo de la conquista. Nos detendremos en la evolución socioeconómica y política de la colonización. Abordaremos posteriormente los instrumentos de administración y terminaremos con una valoración global del periodo unas referencias bibliográficas.

2 DESCUBRIMIENTO, CONQUISTA Y COLONIZACIÓN

2.1 PRECISIÓN CONCEPTUAL

Tenemos que tener presente el concepto de América Hispánica; llamamos América Hispánica al conjunto territorial del gran continente americano que fue conquistado y ocupado por Colón y sus sucesores, en el que se asentó una base firme y fuerte de colonización española. La formaban los virreinatos de Nueva España, Nueva Granada, Perú y La Plata, y las capitanías generales de Cuba, Puerto Rico, Caracas, Chile…

Algunos historiadores hacen una distinción entre Hispanoamérica, Iberoamérica y la llamada América Latina. Lo que se entiende bajo el primer término se refiere a la América de habla española, el segundo, hace referencia a la ocupada por castellanos y portugueses y Latinoamérica se refiere a la parte de habla portuguesa y también española que también vivieron una fuerte colonización francesa y una importante presencia de inmigrantes italianos.

La Colonización es una forma de ocupación y explotación del territorio: es la acción y el efecto de colonizar. La conquista fue el proceso por el cual los territorios descubiertos fueron ocupados, y en ellos se ejerció una acción política de dominación y estructuración desde la península, cuyo efecto perduró durante varios de los siglos posteriores como a continuación veremos. Los países colonizadores de la América a la que se refiere el tema fueron España y Portugal fundamentalmente, aunque en épocas posteriores, a partir del siglo XVIII aumentó la importancia de la colonización francesa y la influencia tanto inglesa como holandesa.

Por último tendríamos que aludir a la polémica historiográfíca suscitada en torno al concepto Descubrimiento, que rechazan algunos historiadores latinoamericanos, por denotar excesivamente un matiz eurocéntrico e imperialista. Proponen el más conciliador de Encuentro.

2.2 CAUSAS PRINCIPALES DE LOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS

Para explicar el empuje que a partir del siglo XV tomaron los descubrimientos marítimo suele aducirse el gran perfeccionamiento de los instrumentos náuticos, pero ni estos avances técnicos eran tan grandes ni fueron los determinantes sino los efectos del interés por las navegaciones a distancia. Instrumentos como la brújula, astrolabio, cuadrante, el desarrollo de la Cartografía (Cartas portulanas) y de la navegación (carabela de tres mástiles) fueron básicos, como también la simple curiosidad y el afán científico de la época. La motivación religiosa (espíritu de cruzada y espíritu misionero) también fue sólida, pero unida a otras. No desmerecen los motivos políticos y sociales justamente en el momento en el que finaliza la Reconquista en la Península Ibérica: el afán de nuevas tierras, nuevas campañas, mantener una propaganda al servicio del Estado. Desde un punto de vista social, el lanzarse a la conquista es una forma de incrementar el status social o huir de la persecución. Por último, tenemos los motivos económicos, que se distribuyen en una amplia gama: busca de beneficios comerciales, de materias primas indispensables, de energía barata (esclavos) y de oro.

2.3 LA FIGURA DE CRISTÓBAL COLÓN

Es posible que Cristóforo Columbus sea el personaje humano que haya producido una más amplia bibliografía, que haya motivado más investigaciones; y sin embargo, su carrera aún está llena de lagunas. Fue un personaje emprendedor y decidido, un gran navegante cuyo origen real ha sido muy discutido. Para algunos, su procedencia es evidentemente italiana, de Genova, para otros no está tan claro. Nació hacia 1450 y murió en mayo del 1506. Fue el descubridor del que se vino a llamar Nuevo Mundo, en su búsqueda de las Indias por una nueva ruta. En los primeros años de su vida, al parecer trabajó como aprendiz bajo las órdenes de su padre, quien, se cree que era tejedor o cardador de lana, o dedicado a su comercio. A partir de este momento, poco se conoce sobre su vida hasta su aparición en la Península Ibérica. Residió en Lisboa desde 1476 hasta 1485 aproximadamente. Los portugueses eran por aquel entonces los marinos más prestigiosos y hábiles. Conocedor y poseedor de mapas y planos, trabajó en naves portuguesas de mercancías. Concibió y maduró en estos viajes su colosal proyecto de exploración de las Indias por los mares de occidente, ofreciéndolo a diversas cortes y magnates que rechazaron colaborar con él. Finalmente, encontró el apoyo necesario en la figura de Isabel La Católica.

Su primer viaje se realizó teniendo salida desde Palos el 3 de Agosto de 1492. Las calaveras Pinta, Niña y Santa María formaron la escuadrilla con la que el navegante llegó a tierra; sin embargo, no era ni mucho menos la tierra que él buscaba. Pisando tierra el doce de octubre, la primera zona en la que se produjo el desembarco fue en las islas (Bahamas y La Española). Con los restos de la Santa María construyó el primer asentamiento en Santo Domingo. El viaje de regreso fue muy difícil: llegó a Lisboa con la Niña mientras la Pinta apareció en Galicia Las nuevas del Descubrimientos corrieron tan aprisa que antes de que Colón llegara a Barcelona, donde lo esperaban los reyes, ya se había impreso allí su carta con el resumen del viaje, y a las pocas semanas la noticia circulaba por toda Europa. Aunque no se medía todavía la dimensión exacta del Descubrimiento se adivinaba su inmenso alcance. No era una nueva ruta, ni eran unas islas, era un Mundo Nuevo lo se ofrecía al Occidente entero, y así lo llamó Pedro Mártir de Anglería, el humanista milanés al servicio de los RR. CC. cuando tituló su obra latina Décadas de orbe Novo. En cambio, Coló permaneció firmen hasta el fin en su error, identificando, contra toda evidencia, las tierras que había descubierto con Asia, rechazando con irritación lo que constituía su verdadera gloria. En viajes posteriores, se introdujo en el interior del continente. Juan Manzano sostiene que en el segundo tocó la costa de Venezuela. Trabajó y navegó hasta el fin, dio pruebas de ser peor navegante que marino, fue traído preso a España, sus relaciones con la monarquía no fueron realmente gratas y fluidas, pasó increíbles fatigas en el cuarto viaje y murió con la amargura de que sus servicios no eran debidamente recompensados.

Parece que en el proyecto inicial de Colon y los Reyes Católicos era la creación de una colonia comercial, en cuyos beneficios tendrían parte Colón y los Reyes y cuyo gobierno estaría en manos del «almirante». El resto de los españoles que irían a las «Indias» lo harían como funcionarios reales bajo las órdenes de Colón. No hay que olvidar que este proyecto, inspirado en las realizaciones portuguesas, se había elaborado con la idea de que se llegaría a la India (tierra rica en especias). Pero este proyecto tuvo que modificarse ante la realidad: en América no había especias y, aparte de pequeños objetos de oro en manos de los indígenas, no había con qué ni con quiénes comerciar.

Aún antes de morir Colón, ya el monopolio que pretendía sobre los descubrimientos (Capitulaciones de Santa Fe) se había roto; navegantes del condado de Niebla, conocedores de la ruta, se lanzaron a la aventura con permiso o sin él. Alonso de Ojeda, Pedro Alonso Niño, Vicente Yáñez Pinzón, el compañero de Colón en el primer viaje, Diego de Lepe, Rodrigo de Bastidas, entre 1499 y 1502 exploraron el literal de Colombia y Venezuela trayendo como botín perlas, abundantes en la isla de La Margarita, maderas tintóreas y esclavos. Allí estuvieron también Juan de la Cosa (autor del primer mapa) y Amérigo Vespucci (que habría de dar nombre al continente. La rapidez y facilidad con que se desarrollaron las expediciones demostraron, al par que la pericia de aquellos marinos andaluces, que el Nuevo Mundo descubierto no era una tierra lejana e inaccesible sino algo que estaba al alcance de la mano.

Se inicia entonces un período de agitación y de reconversión de la colonia, en el que Colón no puede justificar la empresa, por su falta de rentabilidad económica. Mientras tanto, los españoles llegados a América escapan a su control e inician por su cuenta una nueva forma de explotación económica: la extracción de oro de las arenas de los ríos, utilizando el trabajo forzado de los indígenas. Todo ello obligó a abandonar la idea de la factoría comercial y lanzarse a una empresa gigantesca: conquistar los territorios descubiertos y asentar en ellos colonos que se quedarían a vivir en las nuevas tierras. Las nuevas colonias de poblamiento atravesaron dos etapas: la conquista y la gran colonización.

El Descubrimiento tuvo una enorme repercusión en política internacional. Juan II de Portugal reclamó la tierras y al final firmó el Tratado de Tordesillas con Castilla. Algunos marinos portugueses que hasta el momento se habían empecinado en alcanzar una ruta hacia la India dirigiéndose hacia el Sur, orientaron su vista hacia el Oeste. Enrique VII de Inglaterra financió las expediciones de Juan Caboto hacia Norteamérica a pesar de las reclamaciones del embajador español

2.4. FASES DE LA CONQUISTA

Entre 1519 y 1550 se desarrolla la conquista, etapa en que el beneficio predominante tiene forma de botín, se realizaron las grandes exploraciones y conquistas. Cada expedición de conquista era concebida como una empresa en la que tomaban parte el capitán y sus soldados, que firmaban una «capitulación» con el rey, en la que se especificaba el reparto de los beneficios futuros.

El botín -se buscaba oro y plata- se distribuía así: una quinta parte era para el rey, una séptima parte era para el capitán y el resto se repartía entre los hombres de la expedición proporcionalmente a lo que habían aportado (armas, caballos, dinero…).

Pero el botín no satisfacía al conquistador que aspiraba a instalarse en América con una situación parecida a la que ocupaban en España los nobles. Para ello reclamaba del rey tierras, cargos de gobierno y mano de obra indígena. El rey concedió tierras, pero se mostró reticente en conceder cargos públicos hereditarios y el derecho a obtener mano de obra indígena, por temor a que se crearan en América señoríos poderosos y difíciles de controlar. De ahí arrancó el espinoso problema de las «encomiendas».

A partir de 1550, una vez terminada la conquista se inicia la gran colonización. Llegaron a América nuevas oleadas de españoles que completaron la creación de una sociedad blanca que habitaba en las ciudades.

Dentro de esta sociedad se consolidó una jerarquía basada en la posesión de riqueza. En la cumbre aparecían los hacendados (propietarios de grandes explotaciones agrarias), después venían los comerciantes instalados en los grandes puertos que se be­neficiaban del comercio con España; les seguían los dedicados a profesiones liberales, los artesanos y los misioneros.

La gran expansión se produce en la primera mitad del siglo XVI, el impulso conquistador fue cediendo hasta prácticamente desaparecer, pues no hay que olvidar que los conquistadores no buscaban solamente dominar grandes espacios territoriales, sino que al mismo tiempo esos grandes territorios debían estar densamente poblados, lo que era sinónimo de riqueza. Ocupados los grandes Imperios Azteca e Inca, dominados los araucanos y chibchas e incorporadas otras zonas, eran ya muy pocas las posibilidades que quedaban de un enriquecimiento rápido y duradero, de modo que era muy escaso el interés por ocupar unas tierras que no proporcionaban un botín momentáneo ni un tribuyo permanente, ni puestos administrativos bien remunerados. Estos hechos, más que la escasez de hombres blancos, fue lo que detuvo la expansión colonial en la segunda mitad del siglo XVI y dio pie a que, incluso dentro de sus amplísimos límites, hubieses bolsas de territorios insumisos.

En el siglo XVII varía poco la extensión de los dominios españoles en América y las nuevas adquisiciones, escasas, estuvieron compensadas por repliegues, como el abandono del territorio chileno al sur del río Biobío y la pérdida de muchas Pequeñas Antillas por la ocupación pirata. En el abandono de las empresas conquistadoras y descubridoras influyó la desilusión tras los repetidos fracasos en busca de nuevos y ricos territorios que explotar, el olvido del mito de El Dorado y las Ordenanzas sobre descubrimientos, promulgadas por Felipe II en 1573, que tuvieron una importancia fundamental porque recogían las doctrinas naturalistas del padre Las Casas y de Vitoria y prohibían la depredación de los indígenas, lo que hacía desaparecer el aliciente de su despojo y esclavización. La conquista se estancó y en ese estado permanecerá la América española durante el siglo XVII y había que esperar al siglo XVIII para que se reanude la ocupación territorial gracias a nuevos planteamientos políticos y económicos.

Los misioneros tomaron el relevo de los conquistadores, y aunque su actividad fuera, ante todo, espiritual, tenía unas consecuencias políticas en cuanto a la reducción y pacificación de los nidios. El contacto con los blancos y el aprendizaje de su lengua y técnicas los predisponía a la aceptación de sus normas y mando. Su principal campo de expansión en esta época fue el corazón de Sudamérica, las selvas del Orinoco, la Amazonia y el complejo fluvial Paraná-Paraguay.

2.5. OTROS DESCUBRIDORES Y CONQUISTADORES

Se considera una primera fase de descubrimiento y una segunda de búsqueda del paso hacia el oeste que despejara el camino hacia las Indias. Esta empresa perdió vigor al comprobar que las tierras descubiertas eran un fin en sí mismas. Un esclarecimiento básico se alcanzó cuando, en 1513 Núñez de Balboa y su pequeña hueste, descubrió el Mar del Sur o el Pacífico, tomando posesión en nombre del rey de España. La disputa de Castilla y Portugal acerca de las islas Molucas impulsó la empresa de buscar un paso natural hacia el océano recién descubierto y ocupar los territorios. Así Juan Díaz de Solís llega a Río de la Plata en 1516 y en 1519, 265 hombres al mando de Fernando de Magallanes se lanzaron a circunnavegar el globo, hazaña concluida tres años después bajo la dirección de Juan Sebastián Elcano.

Las empresas y las conquistas se suceden rápidamente en un corto espacio de tiempo. Sólo podemos realizar una relación de nombres y territorios y centrarnos en los más importantes, las expediciones de Hernán Cortés y Pizarro. Los viajes colombinos, y los que se produjeron en los primeros años dejaron descubierto las isla del Caribe y las costas de Centroamérica y el norte de Sudamérica.

2.5.1 LA CONQUISTA DE MÉXICO (Obras de S. de Madariaga, J. Wilkes y R. Ricard)

Conocido por su conquista del territorio de Méjico. Llegó a La Española (hoy Santo Domingo) en 1504, y hacia 1511 desde Cuba inició su entrada a Méjico, aunque el establecimiento definitivo y la ocupación se retrasaría hasta fines de 1518. Del Imperio Azteca habían tenido tentadoras noticias los primeros exploradores, como Juan de Grijalba. Creó nuevas ciudades y su invasión se caracterizó por sus conversaciones y acuerdos tanto con los aztecas como posteriormente con otros pueblos, como Tlaxcala. Se aprovechó, como tantos otros, de que los indígenas vieran en los castellanos a enviados de los dioses. La conquista fue facilitada por las creencias mitológico-religiosas de los indígenas quienes incluso llegaron a adorar al mismo Cortés, pues creían que era su dios, cuya venida había sido anunciada. La población Azteca, a pesar de su riqueza cultural y su nivel intelectual, se dejó llevar por la visión mágica de sus creencias. El factor psicológico jugó siempre a favor de los invasores. Ante los conflictos con los indígenas de Veracruz, atrapó a Moctezuma, el rey, quien le prometió vasallaje a España. Pero los abusos constantes, rematados por la muerte de Moctezuma, llevaron a los indios a la rebelión. Como consecuencia, los posteriores gobernadores y militares que se ocuparon del gobierno del territorio, endurecieron radicalmente sus posturas.

2.5.2 LA CONQUISTA DEL PERÚ (Obras de M. Ballesteros Gaibrois y N. Wachtel)

Con él se inicia toda una saga de conquistadores que perpetúan la estirpe familiar. De ellos, Francisco, fue conquistador y célebre capitán español, que llegó hasta Perú. Nacido en Trujillo, hacia 1475 y murió en Lima; acompañó a Núñez de Balboa hacia el interior durante la conquista de las tierras americanas, y se lanzó a la conquista del mundo incaico. La conquista de estos territorios se ve rodeada de numerosas leyendas e historias interesantes. Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque unieron sus fuerzas y dinero para la conquista del occidente sudamericano. Los indios, asustados ante la novedad del hombre blanco y sus artilugios y animales, se rindieron con rapidez. Los castellanos por su parte, hicieron prisioneros a Atahualpa; su muerte provocó la sublevación de los indígenas. Otros grandes protagonistas fueron su hermano Hernando Pizarro y Bartolomé Ruiz. Pizarro, gobernador y capitán general del Perú, hacia 1533 ya se encontraba en Cuzco. La riqueza en oro y metales preciosos la llevaron a ser tierra conflictiva por las ambiciones de los diferentes conquistadores. Fueron muchas las masacres que tuvieron lugar en esta zona, así como en otros focos de la colonización. Las hostilidades más fuertes con Diego de Almagro, que ambicionaba la parte sur. Murió asesinado en 1541 por los almagristas.

2.5.3 OTROS TERRITORIOS, OTROS CONQUISTADORES

En 1513, Juan Ponce de León, buscando la fuente de la eterna juventud, descubrió la Florida. En Norteamérica hay que citar además a las expediciones de Panfilo de Narváez, Hernando de Soto, el increíble periplo de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Lucas Vázquez de Ayllón, Francisco Vázquez de Coronado, Pedro de Tovar, López de Cárdenas (Gran Cañón del Colorado), Hernando de Alvarado, Hernando de Alarcón, Diego Hurtado de Mendoza, Hernando de Grijalva y Ortun Jiménez. En la segunda mitad del siglo XVI destacaron las expediciones del asturiano Pedro Menéndez de Aviles y en el XVII, disminuido el fervor conquistador las de Sebastián Vizcaíno, Tomás de Cardona y Pedro Porter.

En Centroamérica, además del fabuloso descubrimiento de Cortés, destacaron los reconocimientos de las costas de Pedrarias Dávila y Gil González Dávila. La conquista de Honduras se debió a Cristóbal de Olid, y la de Guatemala a Pedro de Alvarado. Francisco Hernández de Córdoba se expandió por Nicaragua. Desde Nueva España (México) se lanzaron expediciones fructíferas como las de Ñuño de Guzmán o Francisco de Ibarra. Las expediciones hacia el sur comenzaron con el viaje de Pascual de Andagoya, que tuvo fabulosas noticias del imperio inca. La expedición de mayor envergadura fue la protagonizada por Francisco de Orellana tras participar en la conquista del Perú al lado de Pizarro. En Sudamérica el Amazonas se convirtió en polo de atracción de diversas expediciones (Pedro de Ursua, Lope de Aguirre). Sebastián de Belalcázar fue un conquistador español que se apoderó de los territorios de Quito y fondo numerosas poblaciones, hasta Bogotá.. Murió en Colombia, en 1550. En Colombia destacaron también Rodrigo de Bastidas, Gonzalo Jiménez de Quesada, Pedro Fernández de Lugo, Pedro de Heredia y el alemán Nicolás Federman. En Venezuela, tras Colón y Alonso de Ojeda, se adentraron Antonio Sedeño, Diego de Ordaz y Pedro Maraver de Silva entre otros. La conquista de Chile, iniciada por Almagro, la siguió Pedro de Valdivia, destacando las expediciones de Francisco Aguirre y Francisco de Ulloa. En Argentina hay que citar a Sebastián Caboto y Pedro de Mendoza además de Alvar Núñez Cabeza de Vaca.

Las expediciones al Océano Pacífico también revistieron gran importancia. Destacaron García Jofré de Loaysa y Juan Sebastián Elcano, que abrieron el camino a las posteriores expediciones a Oceanía, las islas del Pacífico y al Sureste asiático. La lista se hace interminable. Estos nombres, junto a muchos otros serán los verdaderos artífices de la América Hispánica.

3. ADMINISTRACIÓN DE LA AMÉRICA HISPÁNICA

Los reyes concibieron a las Indias como una prolongación del territorio metropolitano. Los monarcas trataron de construir allí un Estado ideal que no tuviese los defectos que padecía Castilla, pero no lo consiguieron. Se pretendió impedir la creación de las castas feudales y se aseguró el predominio del rey en el ámbito eclesiástico. Pero en la construcción de esta sociedad ideal había que tener en cuenta otros factores como la distancia, la subordinación política y económica a la metrópoli y la existencia de una mayoritaria población indígena que fue causa de que se elaborase para las Indias una legislación especial que se fue desarrollando con el tiempo (la recopilación de 1680 recoge 6336 leyes).

Los indígenas que sobrevivieron a los primeros choques, continuaron en sus territorios conviviendo con los colonos españoles en grados muy distintos de contacto.

En la etapa inicial de la colonización, Colón intentó convertir a los indígenas de las Antillas en esclavos para venderlos en Europa, pero los Reyes se lo prohibieron porque los consideraron subditos de la Corona. Entonces fueron utilizados como mano de obra sometida a trabajo forzado para extraer oro de las arenas de los ríos o como agricultores en las primeras plantaciones. Este ritmo de trabajo, al que no estaban acostumbrados, causó gran mortandad entre los indios.

Con la creación de colonias de poblamiento estallaron los problemas entre el rey y los colonos: éstos aspiraban a disponer de mano de obra indígena para sus plantaciones y sus minas y, puesto que los indígenas no aceptaban trabajar voluntariamente, el colono les obligaba a ello. El trabajo forzado indígena fue denunciado por los misioneros, que lograron influir sobre los reyes para que tomaran conciencia del problema.

Así se inició una labor legisladora en la que el rey de España intentaba restringir el derecho de los colonos a forzar a los indígenas a trabajar para ellos. La primera regulación arranca de 1512: la Junta reunida en Burgos intentó reglamentar el derecho de los colonos sobre el trabajo indígena.

Apareció de esta forma el concepto de «encomienda». El indígena era «encomendado» al colono para que éste le enseñara a trabajar y le hiciera cristiano, pagándole un salario por su trabajo. Pero la dureza de la situación real de los indígenas «encomendados» hizo disminuir rápidamente la población de las Antillas y desencadenó las campañas del Padre Las Casas, en defensa de los derechos de los indios, que consiguió fueran oídas por los organismos de gobierno y por el mismo emperador Carlos V.

En 1532 se llega a un nuevo acuerdo entre la Corona y los colonos: se abolirá la «encomienda de servicios» (que exigía el trabajo forzado del indígena) y será sustituida por la «encomienda de tributos» (entrega de productos en concepto de tributo) que el rey -el único que tenía derecho a cobrar tributos en las Indias- cedía a los conquistadores. (Zavala, S.: La encomienda indiana, México, 1973)

Pero pronto apareció un nuevo problema: el conquistador aspiraba a que este tipo de encomienda fuera hereditario y, aunque legalmente se impuso la voluntad del rey de que sólo durara una generación (Leyes Nuevas de Indias, 1542), de hecho en algunas regiones perduró hasta avanzado el siglo XVII.

Lentamente, los indígenas, en las zonas en que tenían mayor contacto con los colonos, se fueron convirtiendo en mano de obra asalariada, sometidos al dominio de los dueños de grandes propiedades para los que solían trabajar.

3.1. PRINCIPALES INSTITUCIONES.

En primer lugar tenemos el Consejo de Indias. Es un órgano legislativo que se implantó en 1524 y que se mantuvo hasta que se inició el proceso de independencia del territorio. Era una institución consultiva que elabora las leyes que se iban promulgando en las Indias. Era un organismo colegiado que ejercerá en nombre del rey funciones gubernativas, legislativas, judiciales, fiscales y eclesiásticas. Además se encargaba de la recogida y repartimiento de los impuestos sobre el tráfico y las mercancías. Era la autoridad suprema después del Rey.

Pero en las Indias pronto fue necesario diseñar un andamiaje institucional que se adecuara a la realidad que la creciente conquista y colonización imponía. En los primeros tiempos se nombraron adelantados con la misma función que en la Reconquista medieval. Pronto se adoptó una institución privativa del reino de Aragón: el virreinato. Durante el siglo XVI se crearon dos Virreinatos, el de Nueva España (1535), y el del Perú (1542), posteriormente, ya el siglo XVIII, el de la Plata y el de Nueva Granada. El virrey casi siempre es un personaje de alta o noble cuna cercano al rey o a su valido y es la máxima autoridad militar, política y económica. El favoritismo y la corrupción fueron muy comentes. Cada virreinato se dividía a su vez en circunscripciones territoriales menores llamadas gobernaciones. El rey nombraba a los gobernadores, y estos se encargarían de la administración y el gobierno de las nuevas provincias. Las gobernaciones fronterizas las dirigía se denominaban capitanías generales porque estaban regidas por un militar con esa graduación. Las gobernaciones o capitanías se dividían en corregimientos (más abundantes en el Perú) y alcaldías mayores (sobre todo en México). Se encargan de la administración local. Aquí fue muy frecuente la venta de cargos (sobre todo en el XVII), que sería aprovechada por los criollos para ascender.

Las Audiencias suponían otro órgano de control legislativo, como tribunales itinerantes que actuaban en las provincias. A imitación de las peninsulares, la primera fue la de Santo Domingo en 1511, seguida por la de México en 1527 y posteriormente

otras que llegaron a constituir una auténtica red de jurisdicciones independientes (4 en Nueva España y 8 en el Perú). La administración de justicia en sus grados medios e inferiores se encontraba en manos de los gobernadores, corregidores, alcaldes mayores y alcaldes ordinarios o municipales. En la base del organigrama se situaban los Cabildos o Ayuntamientos.

La administración de Hacienda se encontraba regida por diversos oficiales, contadores, tesoreros, veedores, recaudadores, arrendadores y escribanos, quienes se encontraban insertos en un sistema muy similar al metropolitano (almojarifazgo, quinto real, diezmos eclesiásticos, alcabalas, sisas, cruzada, monopolios fiscales, así como la capitación que tributaban los indios consistente en dos pesos anuales por individuo. Una institución de los primeros años fue la encomienda indiana o circunscripción territorial cuyos habitantes en vez de tributar al rey, eran tributarios del encomendero, que se ocupaba de su protección y defensa. La institución, concebida como un medio de recompensar a los conquistadores sin esclavizar a los indios se desnaturalizó muy pronto.

Por lo que se refiere a la Iglesia, hay que partir del hecho de que la Corona de Castilla convirtió la conquista y colonización en una empresa evangelizadora y misional. El papado pronto legisló para la administración religiosa y el cobro del diezmo en América (Alejandro VI, Julio II) y los primeros obispados americanos fueron erigidos en 1504 en la isla La Española (Santo Domingo, Concepción de la Vega) sufragáneas del arzobispado de Sevilla. Después vendría Puerto Rico. Los nuevos límites diocesanos se establecieron a mediados del XVI, cuando se consolidaron las demarcaciones civiles. Con el tiempo, destacaron los Arzobispados de Santo Domingo, México y Lima. Importante fue también la presencia de la Compañía de Jesús y la actitud misionera de ésta y de otras congregaciones religiosas. Fueron las órdenes evangelizadoras las encargadas de inculcar a los indígenas una nueva religión por la que debían creer en unos misterios que resultaban inexplicables ante sus ojos. Estas órdenes religiosas fueron fundamentales en el proceso de adaptación de los indios a las nuevas costumbres y ritmo de vida, no solo en lo que se refirió a la religión. Desde los franciscanos a los polémicos jesuítas, todos tenían la misión de fomentar ese proceso de adaptación a la religión católica, que en muchas ocasiones llegó más allá, al nuevo proceso de culturización. Los más conocidos, sin duda, los Jesuítas, quienes incluso fueron expulsados de esas tierras en los últimos años de vinculación a la península. Destacaron las reducciones de indios. De todas ellas la que despertó más interés fue la que llevaron a cabo los jesuítas en Paraguay, conocida como reducciones guaraníes, oficializadas desde tiempos de Felipe III, que alcanzaban 38 pueblos y que se mantuvo como un estado virtual durante más de centuria y media. En 1570 se instaló el Tribunal de la Inquisición en América, primero en Perú, después en México y en 1610 en Cartagena.

Desde Sevilla, la Casa de la Contratación era el organismo de control de movimiento hacia las Indias, donde se gestionaban las mercancías así como los individuos que podían partir hacia el Nuevo Mundo. También se vigilaba el transporte y los productos que tenían acceso a la Península. No todos los que querían podían tener acceso a las Indias. En un principio el acceso fue restringido. Acuden poderosos y ambiciosos y poco a poco se abrieron las puertas a trabajadores y campesinos. Importante fue la pureza de sangre, ni judíos ni extranjeros podían acudir. Esta institución se mantuvo hasta 1790 en Sevilla. Posteriormente se trasladó luego a Cádiz.

3.2. EVOLUCIÓN DE LAS RELACIONES SOCIOECONÓMICAS

3.2.1 SIGLO XVI

A lo largo del siglo XVI se establecieron intensas relaciones comerciales entre España y los colonos instalados en América. España enviaba a América toda clase de productos (alimentos, vestidos, herramientas…) a cambio de oro y plata. Veamos el me­canismo básico de este intercambio.

En el momento de la conquista se solían obtener cantidades importantes de plata y oro en forma de botín. Después fue preciso extraerlo de las arenas de los ríos (en las Antillas) y de las minas (en el continente). Las grandes minas de plata del continente -especialmente en México y Bolivia (Potosí)- empezaron a explotarse a partir de 1540.

Las minas eran del rey como único propietario del subsuelo, y éste concedía la explotación a los particulares a cambio de la entrega a la corona de una quinta parte del metal extraído. La explotación de la mina de Potosí, la mejor conocida, se hacía mediante el trabajo forzado de los indígenas: era la «mita», una forma de tributo en trabajo de ascendencia incaica. Fue un método de explotación por el cual se reclutaban a los indios para el trabajo en minas como las peruanas. Supuso la ruptura de familias y el traslado de población indígena a territorios en los que se vivió en pésimas condiciones.

Una parte de la plata y el oro iba a parar a manos de la Corona y otra se utilizaba para pagar las mercancías que se enviaban desde España a los colonos americanos. Los historiadores distinguen cuatro etapas en el desarrollo del tráfico comercial con América en el siglo XVI.

Primera etapa: 1492 a 1503; el comercio es monopolio de la Corona y de Colón.

Segunda etapa: 1503 a 1510; el comercio se convierte en monopolio de la Corona.

Tercera etapa: A partir de 1510; el rey autoriza a todos sus subditos a comerciar con América.

Cuarta etapa: Desde mediados del siglo XVI este comercio se va convirtiendo en un monopolio del puerto de Sevilla y de los comerciantes allí establecidos. Las causas que produjeron la concentración del comercio con América en Sevilla fueron:

Las costas de la Andalucía baja son las más adecuadas como punto de partida para navegara vela hacia América Central.

El rey tenía interés en controlar todos los viajes desde América hacia España para que no se le escapara su quinta parte del metal precioso que llegaba.

Los comerciantes de Sevilla agrupados en la «Universidad de Cargadores de Indias» formaron un poderoso cuerpo que aspiró, desde el primer mo­mento, al monopolio.

La necesidad creciente de organizar la navegación en forma de convoyes protegidos que evitaran los ataques de los piratas ingleses y holandeses.

3.2.2 SIGLO XVII

En la primera mitad del siglo XVII se descompone el sistema de control y explotación de América creado por los castellanos en el siglo XVI. Manifestaciones de este hecho fueron:

La disminución de las cantidades de oro y plata extraídas de las minas americanas y enviadas a España.

La decadencia del comercio entre España y América.

El aumento de los intercambios entre las distintas regiones americanas, en las que surge una producción bastante diversificada (no sólo agrícola, sino también industrial).

La penetración creciente de los comerciantes holandeses e ingleses en los mercados americanos, en forma de un activo contrabando.

La consolidación de una clase dominante formada por los descendientes de españoles afincados en América, los criollos, que han conseguido acumular grandes propiedades («haciendas») explotadas gracias al trabajo de una mano de obra indígena o mestiza, que mantiene lazos de dependencia personal con el hacendado. Tales propiedades a veces actuaban como una unidad económica autosufíciente, pero en otros casos se transformaron en productoras de artículos de gran aceptación en los mercados europeos: azúcar, tabaco, cacao, café, pieles… La Corona de España perdió el control de los cargos de gobierno de tipo local o de pequeños territorios, debido a que, en muchos casos, dejó de pagarles sus sueldos. En estos casos, tales autoridades se aliaron con los poderosos de la región (hacendados o comerciantes), de los que recibieron compensaciones económicas a cambio de favorecerles en el control que tenían establecida sobre los indígenas.

3.2.3 Siglo XVIII (Navarro García, L.: Hispanoamérica en el siglo XVIII, Sevilla, 1975)

A principios del siglo XVIII la sociedad colonial americana era una sociedad muy estratificada en la que había una serie de grupos cerrados, casi se podría hablar de «castas», que ocupaban un lugar más o menos preeminente según la raza a la que pertenecían.

En la América española del siglo XVIII se encontraban representantes de tres razas: la indígena, la blanca y la negra (formada por los esclavos negros traídos de África o sus descendientes). Además, existían los grupos de sangre mezclada: mestizos y mulatos. Así aparecen, por orden de categoría social, cinco grandes grupos: Los «criollos» (blancos americanos); Los mestizos (mezcla de blanco e indígena); Los indígenas; Los negros (esclavos o liberados); y los mulatos o «pardos» (mezcla de blanco y negro). Existían, además, mezclas de indígenas y negros, considerados por todos los demás con especial desprecio.

La clase dominante, los criollos, intentaba hacer patente su superioridad no sólo mediante el disfrute de la riqueza (no todos eran, sin embargo, grandes hacendados), sino también reservándose una serie de signos (vestidos, educación, cierto tipo de funciones que daban prestigio social…) que indicaban la más alta categoría social. Con ello se pretendía, sobre todo, impedir el ascenso social de los mestizos y mulatos más dotados.

Sin embargo, los criollos sentían siempre su situación amenazada por los deseos de promoción de las clases inferiores, de ahí la ambivalencia de sus sentimientos hacia la administración española. Por un lado comprendían que necesitaban al gobierno español, que mantenía el orden social en el que ellos estaban en una situación privilegiada. Pero por otro odiaban a este mismo gobierno, que colocaba los resortes más importantes del poder político y de parte del poder económico en manos de los españoles (a los que llamaban despectivamente «chapetones»).

El sentimiento de ser dominados y explotados fue creciendo entre los criollos a lo largo del siglo XVIII y cuando, en 1808, el gobierno español ya no pudo cumplir su función de guardián del orden en América, los criollos se apresuraron a tomar las rien­das del poder político para mantener el orden social.

Los políticos ilustrados españoles concibieron a mediados del siglo XVIII un proyecto para recuperar el control político y económico de América, perdido en buena parte durante el siglo anterior.

La realización de este plan dio lugar a una serie de acciones bien meditadas:

Creación de una administración territorial y local eficiente en manos de funcionarios españoles, pagados por la Corona, que se mostraban menos complacientes con los potentados criollos que los del siglo XVII.

Aumento de la presión fiscal, en forma de impuestos bien controlados, totalmente administrados por los gobiernos españoles y, en buena parte, no gastados en América.

Creación de un ejército eficaz formado, en gran parte, por criollos y mulatos.

Reorganización del comercio entre España y América para lograr que los intercambios entre América y Europa se hicieran a través de intermediarios españoles.

El renacimiento comercial inundó la América española de productos europeos que arruinaron buena parte de las incipientes industrias creadas en América en el siglo XVII. Asimismo se cortó el sistema de comercio interamericano, orientando el comercio exterior de cada región americana hacia España.

Teniendo en cuenta que el comercio con España estuvo en manos de comerciantes españoles hasta 1796, se comprende la irritación de los comerciantes criollos, a los que sólo se les dejó el comercio interamericano en decadencia.

4. CONCLUSIONES

La irrupción del poblador blanco en América supuso un gran cambio, al que tenemos que añadir la llegada de trabajadores, esclavos negros de África a estos mismos territorios. En principio, los pobladores castellanos eran varones, por lo que las relaciones con las indígenas se hicieron frecuentes. De esta unión nacieron los mestizos. Tampoco se pudo evitar el entrecruzamiento con la población negra, y dio como resultado una población mulata. A pesar de que poco a poco también llegó al territorio indiano el resto de la familia europea, siguieron dándose las relaciones extra-matrimoniales y por tanto seguían procreando. La población blanca, se solía integrar con la élite socioeconómica americana, de su resultado, nacen los criollos. Aunque no existía ningún tipo de ley que prohibiera estas relaciones, para los europeos era algo que se veía mal, por lo que los matrimonios fueron escasos. La Iglesia por su parte se negó y combatió siempre contra estas relaciones.

La principal característica de la nueva sociedad americana es su diversidad y su jerarquización, resultado directo de la mezcla de sangre y la variedad racial. Se creó poco a poco una jerarquía social, en la que se situaba en primer plano a los peninsulares, después de ellos, criollos (hijos de peninsulares nacidos en las Indias), mestizos, negros e indígenas, los últimos en consideración, a pesar de que las normas y leyes abogaban por su respeto. El acceso de unos grupos a otros era difícil, pues en general venía condicionado por la sangre. Además la población no se distribuía por igual en el continente, sino que dependiendo de los métodos de trabajo de repoblación abundaban más los europeos o los negros. La población indígena en general sufrió un fuerte descenso durante las primeras décadas. Posteriormente, la población negra que se traía como mano de obra esclava, abundaba por la zona de Brasil y el Caribe. Las Antillas eran repobladas con esta población, que sufrió una fuerte mortalidad en los primeros años por las dificultades de adaptación a los nuevos territorios así como por las malas condiciones de vida que sufrían. Los criollos, fueron los que poco a poco se fueron fortaleciendo como casta hasta que al final fueron ellos mismos los impulsores de la revolución contra la Península.

Numerosas y diversas consecuencias tuvieron el proceso de conquista y colonización del nuevo Mundo.

En primer lugar, se abre a los ojos de Europa un nuevo exótico y espectacular mundo que supone todo un territorio de expectativas y nuevas posibilidades. No sólo es un territorio rico económicamente hablando, sino, también un nuevo lugar de expansión. Es además un nuevo y extenso territorio geográfico desconocido, y por tanto se abren las puertas al verdadero conocimiento del territorio, del mundo , del planeta tierra y su realidad. Una nueva zona de expansión para los países, a los que de momento Europa se les había quedado en cierto modo “pequeña”. Supone así pues un trasvase poblaciones, en principio restringido, pero finalmente se fue haciendo más común.

Con esta gran conquista, dan comienzo las nuevas rivalidades, el nuevo proceso de creación de los nuevos imperios coloniales, con base fundamentalmente económica. La economía de tipo capitalista es impulsada para llegar hasta nuestros días. Se abre un nuevo mercado, se dan a conocer nuevos productos, se establecen zonas de producción y zonas de manufacturación, y el intercambio de materias primas y productos de lo más diverso entre los territorios. Por lo tanto, la Burguesía como sociedad de base económica se ve enormemente enriquecida, aparecen los primeros bancos, se dan las primeras inversiones en las nuevas tierras.

Se expande la idea castellana de imperio unido, por el rey y por la religión. Se producen enormes cambios sociales, sobre todo en el nuevo continente.

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Cristóbal Colón en el Centro Virtual Cervantes: http: / / www. Cervantes virtual. com / historia / colon /

Historia de Iberoamérica, siglos XIV-XVIII: http://www.puc.cl/sw educ/historia/iberoamerica/index.html

Historia de la Expansión Europea:

http://www.puc.cl/sw educ/historia/expansion/index.html

América y la irrupción europea: http://www.puc.cl/sw educ/historia/conquista/

América española colonial: http://www.puc.cl/sw educ/historia/america/

La conquista de América, textos comentados:

http: / /www. uni-mainz. de/ -lustig/texte/antologia/antologi. htm

La Visión de los Vencidos, interesante libro publicado en México por la UNAM: http://biblioweb.dgsca.unam.mx/libros/vencidos/indice.html

Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos (AHILA), ver Cuadernos: http://www.ahila.nl/

Centro de Investigaciones de América Latina de la Universidad Jaume I de Castellón: http://www.cial.uji.es/indice.html