Tema 57 – El arte románico.

Tema 57 – El arte románico.

1. INTRODUCCIÓN

2. CONCEPTO DE ROMÁNICO

3. PERIODIZACIÓN

4. CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS.

5. CARACTERÍSTICAS DEL ARTE ROMÁNICO.

5.1. LA ARQUITECTURA

5.2. ESCULTURA

5.3. PINTURA

5.4. ARTES MENORES

6. ZONAS Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS

6.1. FRANCIA

6.2. IMPERIO GERMÁNICO

6.3. PENÍNSULA IBÉRICA

6.4. ITALIA.

6.5. INGLATERRA.

7. BIBLIOGRAFÍA

1 INTRODUCCIÓN

Como consecuencia de las conquistas técnicas realizadas por las diversas escuelas nacidas en el antiguo Imperio de Occidente, se forma hacia el siglo XI un estilo más sabio y uniforme, denominado románico por razón análoga a la que hace llamar romances a las lenguas derivadas del latín. Esa uniformidad es, en buena parte, debida a dos motivos principales. Las órdenes monásticas son ya muy influyentes en el período prerrománico; pero ahora tiene lugar en la de los benedictinos una reforma que contribuye poderosamente a la, unificación de su vida. Esa reforma tiene su origen en el monasterio de Cluny, fundado a principios del siglo X, y su regla termina imponiéndose a un millar de abadías diseminadas por todo Occidente, que considera dependencias suyas. Por otra parte, gracias a la mayor seguridad que comienza a disfrutarse en el antiguo Imperio de Occidente, se generaliza la costumbre de las peregrinaciones a lugares sagrados, y esas peregrinaciones contribuyen también en no pequeño grado a la internacionalización del arte románico.

Definiremos en primer lugar el concepto románico. Analizaremos su periodización., Abordaremos las características más importantes para pasar a analizar las principales escuelas nacionales, cada una de las artes y las obras más representativas. Habremos de ser necesariamente sintéticos y las referencias bibliográficas con las que cerramos el tema, se hacen muy necesarias para completar la respuesta.

2 CONCEPTO DE ROMÁNICO

El concepto románico, al igual que el gótico, fue empleado para designar una etapa artística que se consideraba inferior a la clásica y a la renacentista que enmarcan la Edad Media. Servía para aludir a un arte que se pensaba pretendía simular, sin conseguirlo, al romano. Aun conservando el mismo nombre, posteriormente se ha advertido la inmensa personalidad de esta etapa artística.

Con el nombre de arte románico comprendemos toda la producción artística de los países de Europa occidental durante los siglo XI y XII, después de superada ya la etapa subsiguiente a la época de las invasiones bárbaras y después del periodo carolingio, que viene a ser como un precedente inmediato de este nuevo estilo de arte. Las técnicas de construcción se han perfeccionado notablemente y han sido umversalmente asimiladas. Hay un nuevo interés por la antigua decoración clásica que contribuyó a dotar de unidad a los estilos Casi fue como un resplandor del mundo antiguo. El nombre de arte románico hace alusión a lo que estas nuevas escuelas occidentales tomaron precisamente del viejo arte de Roma; pero es una designación nueva, y arbitraria, derivada del interés que despertó en el siglo XIX la formación de las lenguas neolatinas.

Puede ser considerado, en líneas generales, como el primer estilo internacional de la cultura occidental, representando la unidad espiritual y la primacía de la cultura europea frente a la caída de la bizantina e islámica.

3 PERIODIZACION

En sentido amplio, el románico sirve para denominar las creaciones artísticas que van desde finales del siglo X a los primeros años del siglo XIII. Creaciones que se corresponden con un estilo que se caracteriza por la variedad de sus manifestaciones. En líneas generales debemos hacer mención a tres periodos:

Primer románico, desde fimales del siglo X al segundo tercio del siglo XI

Románico Pleno, segundo tercio del XI al segundo tercio del XII

Románico Tardío, segundo tercio del siglo XII al siglo XIII

Queda enmarcado entre los estilos que genéricamente se denominan prerrománicos (carolingio, visigodo, asturiano, lombardo, etc.) y el gótico.

4 CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS

El arte románico surge como respuesta a la recuperación política, económica y religiosa europea a finales del siglo X, superándose, así la ruptura del equilibrio político-económico con el consiguiente debilitamiento del poder temporal provocado por la desmembración del Imperio Carolingio. ;

Después de las crisis que tuvieron lugar en la Europa del siglo X (invasiones de normandos, musulmanes, húngaros), se van restableciendo las unidades políticas, en torno a unidades geográficas bien definidas (Sacro Imperio Romano-Germánico, dinastía de los Capetos en Francia). Sobre ellas van a tener gran influencia determinadas órdenes monacales religiosas. Para la mayoría de los cristianos, el año mil, o el milenario de la muerte de Cristo señalaba el inicio de calamidades, hambres y enfermedades. Sin embargo, en el siglo XI se dio un renacer cultural y económico. Como acción de gracias o como refugio de temores, la piedad se expresa en una intensa renovación del arte religioso. La temática de la plástica románica, con su abundancia de monstruos y visiones infernales y con la insistencia en colocar el Juicio Final como escena que preside la entrada de los templos así lo corrobora. Es el momento, también, del rígido autoritarismo del señorío feudal

Como manifestación artística de la sociedad feudal se ha considerado en casi todos los estudios al románico como arte monástico y aristocrático, como expresión de la superioridad social de los dos estamentos que culminan la pirámide social: el clero y la nobleza. En una época de interrupción de los intercambios comerciales, carente o escasa de moneda, la tierra es la fuente de toda riqueza y de todo poder, y en la calidad de terratenientes coinciden monjes y nobles, que son mecenas y clientes casi exclusivos de los artistas hasta el siglo XIII.

El feudalismo constituye la forma de organización político social de la Europa de la Edad Media. La sociedad feudal era de tipo piramidal, respondiendo a un esquema precisamente ordenado. Era una sociedad de tipo militar dividida en propietarios y vasallos, ligados por un estrecho lazo de fidelidad. El señor ofrecía al vasallo un feudo o beneficio, velaba por la vida de sus vasallos y estos le debían servir fielmente en sus propiedades o en las luchas. El auge económico del primer siglo del segundo milenio provocó el resurgir de las ciudades y el nacimiento de la burguesía, dedicada a la artesanía y al comercio, y que alumbraría un nuevo orden social y económico.

La Iglesia vive en este momento un periodo muy importante. Se fue haciendo dueña de inmensos territorios, y se adentró en el régimen político feudal. Obispados y abadías eran auténticos feudos. Los monjes desarrollaron una importante labor religiosa, económica y cultural, la vida monacal fue esencial en el medioevo. ‘

La importancia que adquieren los monasterios en el siglo XI y el hecho de que muchos de ellos guarden reliquias de santos les convierte en centros de afluencia de las masas devotas, afluencia que sin duda fomentan los monjes, estimuladas por las ventajas económicas que las visitas comportan. De manera eminente la peregrinación a las ciudades santas, Jerusalén, Roma y Santiago, se consideraba una expresión de fe similar, en otro plano, a la que movía a los cruzados. Así, a lo largo de los caminos surgen edificios para culto vinculados por una serie de rasgos comunes. Émile Male, o los estudios de Lambert y Gallard, comprobaron este “arte de un camino” o “arte de los peregrinos”.

Es el periodo de las Cruzadas, expediciones cristianas hacia el Oriente de Europa y el Mediterráneo con el fin de liberar los Santos Lugares del dominio musulmán. Además supusieron algunos cambios en las rutas y caminos de extensión y comercio, pues facilitaron el contacto entre Europa y Asia. –

5 CARACTERÍSTICAS DEL ARTE ROMÁNICO

5.1. LA ARQUITECTURA /

En expresión de Bruno Zevi, nos encontramos frente a una revolución en la concepción de la arquitectura. Sus características esenciales son reflejo de unnuevo espíritu arquitectónico. Casi todos los elementos de arquitectura románica pueden encontrase en los estilos precedentes, pero no basta la yuxtaposición de una serie de rasgos para configurar un estilo, es preciso un espíritu nuevo, una concepción que los amalgame de una manera particular. El muro construido con sillares, el pilar y la columna, y el arco de medio punto, habían sido utilizados en diferentes siglos pero a finales del X la civilización occidental concebía el recinto arquitectónico por su valores espaciales, en contraste con Grecia y en algún caso Roma, que había cultivado sus valores plásticos, su apariencia escultórica o formal. Es característica de la arquitectura románica la solidez, la gran importancia que adquieren las bóvedas, sin duda por el deseo de evitar incendios, por conferir a la obra robustez. El arco de medio punto, muy pronto doblado, resaltando su intradós, sobre toro más estrecho, es el preferido. El deseo de adornarlos provocó el abocinamiento de las puertas. Un elemento determinante es la bóveda de cañón. Una serie de elementos sostienen este imponente entramados de piedra: arcos de refuerzo dividen en tramos la bóveda (arcos fajones y perpiaños) y descargan sobre los pilares, que a su vez están enlazados por arcos paralelos al eje de la bóveda (arcos formeros). También usan la bóveda de arista y la cúpula. La cúpula se solía levantar sobre el crucero. Era tosca, de piedra, y casi siempre de influencia bizantina. A veces una galería alta o tribuna está cubierta por media bóveda que actúa como descarga de la nave central hacia el muro. Predomina lo macizo, el muro sobre el vano. El muro de sillería se impone. Es un muro recio reforzado con estribos o contrafuertes. La columna no puede ser ya el único elemento sustentante, por lo que se hace necesario elpilar, al principio cruciforme, pero que irá complicando. Se pierde el canon clásico y la proporción entre altura y diámetro. El fuste pasa a ser cilindrico y deja de ser troncocónico. La basa reposa sobre el plinto y el capital, derivación del corintio, se modifica: incluye al collarino, se cubre de hojas, complicándose la decoración vegetal e incluyendo escenas animales y humanas, aumentando las tensión espiritual.

Por otra parte la construcción se somete a una métrica precisa que da al edificio una impresión de organismo: la longitud de la iglesia no es arbitraria, debe ser múltiplo del ancho de la nave central, como el ancho de las naves laterales debe reducirse a un submúltiplo de aquélla. La importancia de la métrica espacial define al nuevo espíritu. La parte ornamental se haya influida por los diversos movimientos artísticos que lo circundaron, como el romano, bizantino, musulmán y carolingio. Destacan entre otros muchos motivos, el ajedrezado, los tacos o rollos, las puntas de sierra, el baquetón en zigzag, los clavos y besantes, etc.

Sus manifestaciones más importantes son de tipo religioso, corno iglesias, monasterios y abadías. La iglesia abandona la planta basilical y adopta la planta de cruz latina. Se populariza las iglesias de peregrinación. En planta todas la líneas están determinadas por la cabecera. Se multiplican los altares y las capillas y apareosn los ábsides al final de cada nave. Las naves laterales terminarán conectadas tras el altar por medio de un deambulatorio o giróla, al que se asoman las capillas en disposición radial. Se resalta el crucero con un tramo de bóveda más alto, el cimborrio, que se apoya sobre trompas y en las escuelas de influencia bizantina sobre pechinas. También debemos citar las plantas circulares y poligonales con varios ejes de simetría, como las iglesias de los Templarios. Las iglesias seguirán siendo de todos modos oscuras, para mover al espíritu de recogimiento. Su iluminación es variada. Algunas tiene la nave central más alta que las dos laterales, de modo que la luz entra por la central; otras, poseen rosetón, elemento circular en la fachada, y otras reciben la luzde la torre sobre el crucero.

El monasterio no se edifica en la ciudad sino en medio de las inmensas posesiones agrícolas que las órdenes disfrutan. Abades y obispos se afanan en materializar su autoridad en un monumento, y de manera especial los benedictinos cluniacenses estimular las peregrinaciones y hacen del nuevo estilo arquitectónico una manifestación de su influencia. Contrasta con la austeridad monástica la construcción de un coro, y el valor que posteriormente se les dará a las fachadas. Prelados, políticos y reformadores de órdenes se convierten en constructores: San Bernardo en Hildesheim, el Abad Oliva en Ripoll, el Abad Odilon en Cluny. Aparte de las instalaciones necesarias para vida en comunidad, granja, carpintería, dormitorios, etc., en el monasterio románico destaca el claustro adosado a la iglesia y las dependencias anejas (sala capitular, refectorio). El claustro es un gran patio central cuadrado, rodeado de galerías con arcos de medio punto que se apoyan en columnas bajas y pareadas sobre muro corrido. En el centro aparece una fuente con templete. Por su importancia en la vida del monje se cuida la decoración escultórica y la sensación de recogimiento general, conseguido por medio de los contrastes de luz de la zona central descubierta y la penumbra de las galerías. El renacimiento urbano en el siglo XI provoca que la catedral se convierta en símbolo de la ciudad. Se trata del templo principal, y por tanto, de mayores dimensiones.

El castillo, tan peculiar en la época como el tempo o el monasterio es reflejo de la capacidad económica de la nobleza para patrocinar construcciones. En la Alta Edad Media no se habían conocido otras defensas militares que las fortificaciones romanas. Las nuevas incursiones obligan a nuevas construcciones. El castillo, con su empalizada y su foso, configuran el otro centro en torno al que gira la vida en la época.

Oskar Beyer definió a las iglesias románicas como castillos de Dios, ya que un mismo espíritu une a templos y castillos, pues el monasterio benedictino se levanta en la altura como una fortaleza. El arte cumple el cometido público de exhibir la majestad del poder, para resaltar la superioridad social de quienes podían realizarlos. Los edificios impresionan por su desproporción con respecto a las necesidades del uso.

Las obras publicas más importantes de este momento son los puentes, casi siempre estrechos, con un solo arco (cuando era posible). Solamente algunos hospitales, destinados a socorrer al peregrino se distinguen por sus dimensiones. La vivienda románica presenta una planta muy sencilla ton dos o tres habitaciones unidas directamente.

En el Primer Románico la iglesia es de reducidas dimensiones, con muros fuertes y pesados, con minúsculas aberturas en ellos. Se reforzaban con gruesos contrafuertes exteriores. El tejado solía ser de madera, a dos aguas.

En el Segundo periodo, la iglesia se engrandece, se amplia el número de naves; además se crea el transepto y la giróla. La nave central se cubre con bóveda de cañón, aunque ya se empieza a usar la característica bóveda de arista, sobre todo en naves laterales y capillas. Sobre el crucero, se suelen situar torres-linterna. Los muros se hacen más ligeros, se amplían los vanos. Los contrafuertes se estilizan al igual que los demás soportes. Dará paso al Gótico.

5.2. ESCULTURA

La esculturales el arte decorativo de los siglos del románico, de la misma manera que el mosaico lo es del edificio bizantino. Se relaciona con el programa iconográfico y ornamental de las iglesias. Decora pórticos y fachadas, también capiteles, especialmente en los claustros. También aparecen decoraciones de tipo profano y mitológico pero en escasas ocasiones. Tiene carácter narrativo. Nota peculiar será por tanto la subordinación al espacio arquitectónico, especialmente en los capiteles, cuya configuración obliga a retorcer la figura en posiciones acrobáticas, o a cincelar una sola cabeza en un ángulo para dos cuerpos, o a romper las proporciones con unas extremidades muy cortas. El escultor no se amilana ante dificultades o incorrecciones porque su obra tiene una función de lenguaje, de ilustración en una época en la que los fíeles analfabetos leen las historias sagradas en los relieves (función didáctica), lo que convierte a las iglesias en evangelios en piedras o catecismos pétreos.

La relación entre la iconografía esculpida y la iconografía pintada parece indiscutible: temas y concepciones casi idénticos pueden encontrarse en las miniaturas de los libros y en las primeras pinturas murales. Pero en todo caso quedaría sin explicar la irrupción en el arte cristiano de este mundo irreal. Se ha sugerido que expresa los miedos del hombre del año mil, pero, sin excluir esta hipótesis, la repetición obsesiva en la representación de monstruos parece haber sido estimulada por las fantasías del mundo oriental, conocido en Occidente a través de las Cruzadas.

El antinaturalismo, la desconexión de lo representado con cualquier modelo real, es probablemente una herencia del arte bizantino. Esta ruptura con la realidad no explica los rasgos de tosquedad. Sin duda las figuras son rígidas, se doblan y se vuelven con dificultad, lo que en las escenas genera composiciones yuxtapuestas, sin relación, sin formación de grupos. Por otra parte el modelado recuerda los períodos arcaicos de otras culturas: mejillas sin blandura, labios sólo delineados, posturas hieráticas, carencia de expresión de los rostros. La falta de volumen, el carácter plano, de apariencia frontal del primer románico, se añade como otro signo de arcaísmo. Una hipótesis asigna estas limitaciones al lenguaje rudo de una época que ha olvidado el culto de la forma bella clásica. Así, para Jean Hubert se trataría de un arte instintivo, arcaico, infantil.

Pero no faltan los argumentos para estimar que se trata de unas formas conscientes,de que voluntariamente el artista románico utiliza la metamorfosis o simplemente la deformación para expresar, olvidado ya el culto a la belleza física, toda la espiritualidad de las vivencias religiosas. Así, el sociólogo Von Martin y otros autores han subrayado que el Cristo rígido, que no sufre, en la cruz, plasma la concepción de un Dios que triunfa, y la Virgen con el Niño, la de la Señora en su trono, como Reina (será el gótico el que plasme en la cruz al Hombre que sufre y el que represente también a la Virgen como Madre). Su misión es crear un símbolo legible, por lo que muestra gran despreocupación por la anatomía o la belleza. Así podría explicarse por ejemplo la contradicción entre la rigidez de- los miembros y el ritmo dinámico de muchas composiciones. La rigidez sin duda es una^constante: enhiestas, sin capacidad de flexibilidad, se colocan las alargadas figuras que presiden majestuosamente el pórtico de la Catedral de Chartres, del siglo XII, y todavía más rígidas resultan las que componen, en fecha tardía, a mediados del XIII, el Descendimiento de San Juan de las Abadesas, como si en siglo y medio el artista no hubiera sido capaz de obtener plasticidad en codos y rodillas. Y sin embargo en muchas ocasiones se somete al cuerpo a las contorsiones más intrincadas y se vitaliza con ritmos ágiles la escena de un capitel. El motivo más frecuente para representar en una fachada de una iglesia era El Todopoderoso oPantocrátor, sentado, dentro de una aureola almendrada. Este motivo también se repite en la pintura. El Juicio Final también es un tema muy frecuente. Estos temas se concentran en los tímpanos de las portadas, lo que supone la “cristianización ” de los frontones griegos.

Es precisamente la abstracción de la realidad visual, la despreocupación por, representar los rostros, músculos y movimientos como son, o como se ven, lo que impregna a la plástica románica de una extraña espiritualidad y la convierte en fuente de inspiración para las escuelas de vanguardia del siglo XX, que tampoco desean representar la naturaleza, sino indagar en un mundo que está más allá de lo visible.

A lo largo de dos siglos la escultura no deja de evolucionar. En el primer románico los frisos son copia de obras en marfil, metal, telas, etc., con figuras encuadradas en un marco rectangular y sin función arquitectónica. El relieve es muy plano, escenas simples, ropajes muy ajustados y plegados muy convencionales. En su momento clásico, el siglo XII. ya la figura está concebida para un lugar determinado y definida por su marco arquitectónico, lo que obliga a variar de canon en los conjuntos y a imprimir movimiento. Tiende a la estilización. El relieve no es tan plano, las figuras se destacan del fondo y los plegados son abundantes y voluminosos. En la última época la riqueza en pliegues dinámicos y el bulto redondo muestran el olvido de la función arquitectónica y la búsqueda de efectos pintorescos o anecdóticos. Las figuras no están tan aisladas y existe relación entre ellas. En todos los aspectos el cambio es perceptible; en las vestimentas, en el volumen y en las expresiones.

En cuanto a las técnicas, hay que referirse a la escultura en madera, donde predominan también los temas religiosos, suele estar ricamente policromada, en tonos rojizos. Abunda el dorado. Las figuras son frías y rígidas, propias de hieratismo románico, planas en un primer momento, para pasar a una exagerada estilización, que también conlleva la introducción de una mayor expresividad. Entre la pintura románica en tabla hay que citar los frontales, que se preparan primero con una capa de yeso. Pero destaca la llamada escultura monumental en piedra, es decir, la que se encuentra asociada al monumento. Los relieves decorativos de los dinteles de las iglesias recogen un amplio repertorio iconográfico, como hemos visto, de fuerte carácter didáctico

5.3. PINTURA

No sólo ilustran con relieves los artistas de los siglos XI y XII los argumentos bíblicos,-con similar entusiasmo se sirven de la pintura para cubrir muros, bóvedas y ábsides de frescos expresivos. Por lo tanto tiene carácter decorativo, narrativo y didáctico y está subordinada al espacio arquitectónico. Es un arte fascinante, en el que España muestra un genio singular. No obstante debemos aceptar que sólo conservamos las pinturas de las iglesias más humildes, ya que las más ricas se sometieron a revocos y reformas que destrozaron para siempre las páginas de esos siglos.

La raíz de este arte dramático e ingenuo a un tiempo parece ser doble. En primer lugar la síntesis de la silueta mediante grandes rayas y el aire hierático tienen un ascendiente en el mosaico bizantino, sometido a un proceso de vitalización en el sur de Italia. En segundo lugar las miniaturas de los códices mozárabes, con sus estilizaciones dibujísticas, sus pliegues paralelos y sus rasgos desorbitados contribuyen a que los esquemas bizantinos pier­dan su carácter de fría impasibilidad para asumir la representación de las pasiones humanas. Así se desemboca en este capítulo original, y breve, ya que la desaparición de bs muros” continuos y las bóvedas y ábsides lisos puso fin a esta experiencia de pintura mural.

Desde el punto de vista formal la pintura románica se caracteriza por varios rasgos:

Dibujó grueso, que contornea enérgicamente la silueta y separa con un trazo negro cada superficie cromática; con esta intensificación se explota el poder del dibujo para la construcción de formas. Las líneas gruesas tienen un valor decorativo. La seguridad de la siluetación es admirable en las superficies curvas de los ábsides, en las que los artistas llegan a sentirse tan cómodos como en el trabajo de superficies planas.

Color puro, sin mezclas, o a lo sumo con dos tonalidades. Se prefiere el plano cromático amplio, en el que se obtienen efectos violentos y con el que se expresa muchas veces algún simbolismo medieval. Sí existen intensos contrastes cromáticos yuxtaponiendo dibujos y colores planos. El dibujo y el color están al servicio de la idea de majestad y de la expresión estática.

Carencia de profundidad y luz. Las figuras se disponen en posturas paralelas a manera de relleno de un plano, y con frecuencia resaltan sobre un fondo monocromo o listado en franjas horizontales de diversos tonos. Desconocen la perspectiva. Al no proceder a la mezcla de los colores las escenas carecen de vibración lumínica, ausencia que contribuye a resaltar de forma más poderosa la geometría de las formas. Los fondos son lisos, existe un escaso interés por lo narrativo y la atención se concentra en la figura.

Composición yuxtapuesta; preferencia por las figuras frontales y por la eliminación de cualquier forma que rompa el plano. Las imágenes, a veces, se distribuyen en franjas a distinta altura. En los grupos las figuras no se relacionan hasta el románico tardío. Se procuran composiciones sencillas pero impresionantes.

El muro se prepara al fresco de forma tan concienzuda que, arrancadas las pinturas de Berlanga o de Tahull, quedan siluetas y colores adheridos a la cal; quizás los toques finales se dieran con temple, lo que ha contribuido a mantener la viveza de los tonos.

En cuanto a la concepción que inspira a la técnica se trata de uñarte antinaturalista, postura que continúa la del mosaico bizantino; el artista románico prefiere plasmar vivencias religiosas antes que reproducir formas reales. De este antinaturalismo se deduce la ausencia del paisaje, o su representación esquemática, con elementos convencionales. A veces los gestos solemnes del Pantocrátor, el Cristo Majestad rodeado de los símbolos de los evangelistas, que es tema preferente de los ábsides, poseen la grandeza de las amenazas apocalípticas; otras, adoptando una línea de candor infantil, se le confiere a las escenas de martirio un tono narrativo desprovisto de cualquier nota dramática. El género por excelencia es la pintura mural, pero en tabla, en los frontales del altar, se pintaron también obras notables. Cataluña, con una más intensa recepción de la tradición bizantina, y Castilla, con un desarrollo más amplio de la aportación de la miniatura, son las dos escuelas fundamentales.

5.4. ARTES MENORES

Existen grandes e importantes centros de producción de miniaturas, figuración realizada a mano, con gran detallismo y de dimensiones reducida, como ilustración de libros, aunque otras son de gran formato debido al formato del pergamino y a la necesidad de la lectura a distancia. Destacó la escuela miniaturista alemana, los motivos entrelazados similares a los irlandeses del centro italiano de Montecasino y los beatos castellanos/

Las artes suntuarias ven en este momento un gran desarrollo. Se decoran los utensilios del culto, desde los altares a las pilas bautismales. Existen grandes orfebres, y las. gemas y joyas son profundamente cuidadas en estos trabajos. Se trabajó la fundición y el arte del metal moldeándose el bronce y se hacían incrustaciones de piedras preciosas… Dentro de la metalistería destacaron los relicarios. En el esmalte destacaron las zonas del Rhin (Arca de las reliquias de la catedral de Colonia), Mosela y sobre todo Limoges. El esmalte no es tabicado /como el bizantino sino que los alveolos son excavados (Técnica Champlevé). Realizaron también labras de marfil dentro del mismo estilo románico (tesoro de San Isidoro de León). Entre las artes textiles cristianas del período románico deben recordarse como piezas excepcionales el Tapiz de la Creación de la catedral de Gerona y las tiras bordadas normandas de Bayeux. En Italia destacó la decoración musivaria con iconografía, técnica y estilo bizantino. Por último, a finales del siglo XII comienzan a desarrollarse la técnica del vidrio coloreado para cerrar vanos, surgiendo las vidrieras.

6 ZONAS Y OBRAS MAS SIGNIFICATIVAS

El área de extensión es la misma que tenía el imperio de Occidente: Italia (aunque muy sujeta en gran parte, por este tiempo, a las influencias bizantinas); la Galia, sobre todo Provenza, la Provincia por excelencia, con la Marca Hispánica y las regiones españolas que pronto dejó libres el primer impulso de la Reconquista, la Germania del Rin y parte de la Britannia, aun cuando esta última se hallaba demasiado impregnada del elemento celta para poder participar con entera plenitud en aquella corriente universal. Especialmente se desarrolla en Francia, España e Italia, le siguen con menor importancia Inglaterra, Alemania, Europa Central (Hungría y Polonia) y Países Bajos, sin olvidar el Reino Latino de Jerusalén (monarquía feudal de tipo francés) donde se combinan las formas orientales con las de Borgoña, Pitou y Languedoc.

6.1. FRANCIA

(Gantner-Pobe-Roubier: El arte románico en Francia, Barcelona, Juventud, 1969)

Fue región dominada por una gran división política, que poco a poco se fue unificando a finales del periodo que nos ocupa. El Románico como estilo artístico encontró una gran acogida en al ámbito francés, pero no existe unidad de estilo. Destaca por la cantidad y variedad de sus edificios románicos, debido a que es encrucijada de “los caminos d peregrinación y cuna de la reforma cluniacense. Aún es posible ver castillos cuyas bases fueron románicas, y sobre ellos posteriormente se asentaron construcciones de otras épocas. Los castillos feudales de esta época tenían una robusta torre. Además tenían muralla defensiva exterior.

En Borgoña, aparte de Cluny, imponente construcción, destaca la Iglesia de la Magdalena de Vezelay como centro de peregrinación y San Esteban de Nevers. En Normandía destacan las techumbres de madera y las fachadas encuadradas por torres (Catedral de Caen). En el área entre Loira y el Garona el románico recibe influencia bizantina (cúpulas sobre pechinas), destacando la Catedral de Angulema, San Front de Périgueux (planta de cruz griega) y Nuestra Señora de Poitiers. En Provenza el románico es muy simple, puro y de reminiscencias clásicas (San Trófimo de Arles). En el Languedoc destaca la Iglesia de San Saturnino de Toulouse, grande, con cinco naves longitudinales, cabecera y cinco absidiolos. Al exterior posee una gran torre octogonal acabada en un gran tejado apuntado.

En escultura los pórticos de estas iglesias son magníficos ejemplos de la escultura en relieve como modo de reflejar una enseñanza cristiana. Habría que citar el románico puro sin evolucionar del apostolado de la giróla en San Saturnino de Tolosa, o el tímpano con Cristo en Majestad de Moissac; el paramento casi de orfebrería de la región de Poitou; la portada de Vézeley que introduce el movimiento con un canon muy alargado o las obras expresivas de Gisleberto en Autun, ambas en Borgoña; el Pórtico Real de Chartres en la región de París o la más avanzada escuela de Provenza (portadas de San Trófimo de Arles y de la Abadía de San Gil.

En lo referente a la pintura en Francia, son comunes las decoraciones de frescos, como en Berzé-la-Ville, Brinay o Puy; usan colores llamativos sobre un fondo oscuro, y los contornos está fuertemente perfilados. Existe influencia bizantina en la rigidez de los ropajes. En los tratados y libros aparecen magnificas e ilustrativas miniaturas. Destacan los esmaltes de Limoges.

6.2. IMPERIO GERMÁNICO (Busch, H:: El arte románico en Alemania, Barcelona, Juventud, 1971)

Existe una fuerte tendencia a la monumentalidad. El Románico se asentó en esta zona, y desarrollará en su historia un papel muy importante, a pesar de la dispersión de sus pueblos. Reciben influencia de los asentimientos eslavos, lo que se refleja en su estilo constructivo, con tejados de madera (que se mantienen en la Baja Sajonia) y grandes macizos, que le dan un aspecto algo rudimentario a sus edificios. En San Miguel de Hildesheim el cuerpo arquitectónico queda dividido en partes autónomas dando lugar a lo que se ha denominado espacio prismático. El rasgo más llamativo en planta es la duplicidad de los ábsides, en cabecera y fachada. En Worms aparecen los ábsides poligonales. Con la multiplicación de ábsides, cruceros, coros y altares, los alemanes postulan la preservación de la liturgia estacional, tendencia que se acentúa en la época de los Stauffen. También hay que destacar las torres cilindricas pareadas en cabecera y pies. Un bello ejemplo es la Iglesia de Santa María de Saach que muestra sobriedad y solidez, así como una clara distribución de los volúmenes. Conviene citar además la Catedral de Spira, las iglesias de Knectsteden y Eberbach (cubierta por una serie de tramos de bóveda de arista).

Existe un gran desarrollo de la escultura de madera policromada, aunque existen ya pocas muestras. El tipo común eran las imágenes para culto, con fuerte influencia de la imaginería, bizantina, sobre todo tras la boda de Otón II con una princesa bizantina. Destacamos las esculturas y relieves de las puertas de la Catedral de Hildesheim, con el Obispo Bernward, auténtico retrato, casi bulto redondo, composición diáfana y vivaz y la columna de bronce con relieve helicoidal con escenas evangélicas.

La pintura también se realiza al fresco. Las figuras poseen los mismos caracteres ya mencionados: fuertes perfiles, colores llamativos, hieratismo y rigidez. Es una pintura de clara influencia bizantina. (San Jorge de Oberzell). Destacó la miniatura y la orfebrería.

6.3. PENÍNSULA IBÉRICA (Durliat, M.: Arte románico en España, Barcelona, Juventud, 1972)

Tampoco existe unidad de estilo. Es un arte importado que penetra de este a oeste y que aparece justamente cuando se estaba gestando un arte propio. Destacaron las iglesias de peregrinación en tomo al camino de Santiago. Las primeras construcciones en la primera mitad del siglo XI las encontramos en Cataluña, con influencia lombarda (San pedro de Roda, San Martín de Canigó, monasterio de Ripoll, San Miguel de Cuixá). En Aragón destaca la catedral de Jaca y San Pedro de Leyr,e en Navarra. En la segunda mitad del siglo tenemos San Martín de Fromista y San Isidoro de León. En 1075 se inicia la catedral de Santiago que tendrá gran trascendencia. No se concluyó hasta el principios del gótico. Destacó la labor de los obispos Diego Peláez y Diego Gelmírez y la obra del maestro Esteban, Bernardo el joven, el Maestro Mateo y el Maestro de Jaca. El espacio para peregrinos es de una gran singularidad y sus grandes dimensiones cumple la función de tráfico y de alojamiento de peiegrinos. Es un compendio de soluciones arquitectónicos de variada procedencia, presentando numerosas innovaciones arquitectónicas que se repetirán con posterioridad. En opinión de Gómez Moreno, la catedral de Santiago no tiene que envidiar en esbeltez a logótico.

El románico catalán recibe influencias ornamentales francas, árabes y lombardas. Algunos claustros constituyen las muestras más espléndidas del románico ornamental (San Cugat del Valles, San Pablo del Campo). El románico catalán de montaña destaca por la solemnidad de su torre, su paramento de sillarejo, sus cubiertas de madera y la gracia de los ábsides (Iglesia de Bohí, San Clemente y Santa María de Tahull). De época posterior, transición al gótico serán la vieja Seo leridana y la catedral de Tarragona.

En Aragón, la catedral de Jaca creará escuela (taqueado jaqués). Otros monumentos destacados son la iglesia y el castillo de Loarre y el monasterio de San Juan de la Peña. En Navarra destacan las edificaciones civiles de Estella, el monasterio deEunate y San Pedro de Olite. En León destacan otras obras con influencias mudejares. Los elementos bizantinos del Poitou están presentes en la catedral de Zamora y en la vieja de Salamanca.

La diversidad y cantidad de monumentos convierten a Castilla en d otro gran centro románico peninsular. Una fuerte personalidad exhibe el románico de Segovia (San Millán, San Esteban, San Martín) con sus pórticos de arquerías. Ávila es uno de los más imponentes centros del románico español (San Vicente, murallas). Mucho más al norte, y de románico pleno, el Templo de Santillana del Mar con magnifica iconografía escultórica. En Soria destacan San Juan de Rabanera y Santo Domingo de influencia francesa o San Juan de Duero con influencia árabe. Al sur del Tajo sólo tenemos algunas zonas fortificadas y algunas iglesias pequeñas (Baeza). Entre los edificios de tipo monacal el más conocido es el Monasterio de Silos, con claustro decorado con magníficos ejemplos de la didáctica de la piedra.

En Portugal destaca el carácter militar de los edificios y la solidez de los muros.(Catedral de Braga, Oporto, Coimbra y Lisboa).

Los antecedentes de la escultura románica de la península están en la visigoda y la mozárabe. Destaca el dramatismo y la intensidad expresiva. Ningún obstáculo de material o de-espacio se opone al trabajo febril de buriles y cinceles de los artistas. En el siglo SI destacan los hastiales de San Isidoro de León, la fachada de las Platerías de Santiago y el claustro de Silos. En el siglo XII, la portada de Ripoll, la de Sangüesa, y el claustro de San Juan de la Peña. De transición al gótico habría que citar el apostolado de la Cámara Santa de Oviedo, la portada de San Vicente de Ávila y el Pórtico de la Gloria de Santiago. Recoge una variada tipología de esculturas, desde músicos, perfectamente reconocibles a los maravillosos profetas, que ya giran sus cabezas, buscando cierto matiz comunicativo.

Existe un número considerable de frescos y miniaturas. También se trabajaron las artes suntuarias, con obras como pequeñas piezas de marfil, arcas con incrustaciones… Es bien conocido el Crucifijo de Don Fernando y Doña Sancha y el Arca de las Reliquias de San Isidoro de León. En cuanto a la pintura, destaca la escuela catalana de reminiscencias ítalo bizantinas (iglesias de Tarrasa, maestro de Pedret, iglesias de Tahull, frontales de altar, entre los que destaca el Maestro de Avia) y la escuela castellana (San Baudilio de Berlanga, Vera Cruz de Maderuelo, Cripta de San Isidoro de León y entre las pinturas sobre tabla las ds la Ermita del Cristo de la Luz)

La influencia mozárabe se aprecia en las miniaturas. Destacan los comentarios de Beato al Apocalipsis y las Biblias del siglo XII. La orfebrería, marfiles y tejidos también generaron obras maestras del románico peninsular.

6.4. ITALIA (Decker, H.: El arte románico en Italia, Barcelona, Juventud, 1970.)

Imperaron más las tradiciones locales que las influencias externas. Existe una gran presencia de la influencia clásica y bizantina, pero ello no supone uniformidad. Destaca la basílica y arquillos lombardos en el norte y la influencia normanda y bizantina en el sur. Entre los elementos más originales habría que citar las galería de arcos vivos, la importancia de la columna, la sustitución de la escultura como elemento decorativo por el color, la separación del baptisterio y campanile y la reviviscencia en las fachadas de elementos clásicos más o menos transformados. En el norte, citemos la Iglesia de San Ambrosio de Milán, antiguo templo que por las constantes modificaciones se convirtió en un edificio románico; de reducidas dimensiones, posee fuertes pilares y nervios en las bóvedas, que contribuyen a darle un efecto detallista y decorativo. En la Italia central el conjunto más impresionante es el de Pisa. Se concluiría en los siglos posteriores. Aplicaron mármoles de Carrara que le otorgan un llamativo cromatismo. En Florencia destaca San Miniato, en la que todos los efectos decorativos, incluida la galería de arcos, aquí simplemente dibujada, han sido sustituidos por el color.

La escultura se reduce a frisos y a estatuas adosadas. No produce grandes composiciones. En Lombardía destaca el maestro Guillermo en la Catedral de Verona, y el maestro Nicolás en la de Ferrara. El descendimiento de la Catedral de Parma del Benedett) Antelami es de transición. En Toscana y en el sur destaca la realización de las puertas en bronce para los templos, de reminiscencias bizantinas. Destacan las de Pisa y Monreale.

En pintura destacaron las obras en San,Vicente de Galliano (de influenciaotónida) y los frescos de Sant Angelo in Formis, San Clemente y San Urbano de Caffarels en Roma (de influencia bizantina). Se pintaron las basílicas, sus ábsides… La miniatura también se generaliza, en la scriptoria de Montecasino, en obras como Biblias gigantes y libros de gran formato. Los mosaicos del siglo XII son de influencia bizantina.

6.5. INGLATERRA.

Es heredero del estilo normando francés, bien visible en las catedrales de Winchester y Gloucester, de naves largas, enorme cimborrio y en ocasiones doble triforio. En Durham se introduce la bóveda de crucería. Inician su escultura en el XII tomando como modelos las miniaturas para componer las escenas. Se añade la influencia francesa con sus estatuas-columnas. Destaca la Puerta de la catedral de Ely y la Catedral de Rochester. En cuanto a la pintura románica, existen dos escuelas, la de Hardham (Pintura de Adán y Eva), estilo occidental con canon alargado y expresionismo en los rostros; y la de Canterbury (Capillas de San Gabriel y San Anselmo), de influencia bizantina en la rigidez de las figuras y los ropajes.

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