Tema – 72 Cambio social y movimientos alternativos. Feminismo, pacifismo y ecologismo.

Tema – 72 Cambio social y movimientos alternativos. Feminismo, pacifismo y ecologismo.

1. INTRODUCCIÓN

2. CAMBIO SOCIAL Y MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.

Ø 2.1. UN MUNDO GLOBAL

Ø 2.2. CAMBIOS EN LA SOCIEDAD ACTUAL.

Ø 2.3. QUÉ SON LOS MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.

3. FEMINISMO.

Ø 3.1 CONCEPTO.

Ø 3.2 EVOLUCIÓN.

4. PACIFISMO.

4.1 CONCEPTO.

4.2 EVOLUCIÓN.

5. ECOLOGISMO.

Ø 5.1 CONCEPTO.

Ø 5.2 EVOLUCIÓN.

6. OTROS MOVIMIENTOS.

Ø 6.1 LAS ONG.

7. BIBLIOGRAFÍA

1 INTRODUCCIÓN

En las últimas tres décadas todo un conjunto de fenómenos sociales y políticos han atraído la atención de los medios de comunicación, de los politólogos y de los sociólogos: la consolidación de los denominados nuevos movimientos sociales, es decir, los movimientos feminista, ecologista y pacifista, entre otros. Con unos métodos y unos objetivos diferentes de los tradicionales movimientos sociales, han demostrado una enorme capacidad de movilización y han creado unos estados de opinión duraderos.

Sus antecedentes próximos se sitúan en las primeras disidencias contra la sociedad consumista en su versión desarrollista. Los fenómenos de rebeldía juvenil de los años sesenta, que generaron respuestas contraculturales, están en los orígenes del fenómeno. Hechos de masas tales como las revueltas del 68, en sus diferentes localizaciones geográficas como París o Berkeley (California), sirvieron para la puesta en marcha de estos nuevos tipos de movimientos sociales.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la evolución social de los países de capitalismo avanzado se ha desarrollado en dos etapas sucesivas. La primera llega hasta el decenio de los setenta, cuando se produjo la plenitud de la sociedad industrial, cuyas primeras bases habían sido colocadas a lo largo del siglo XIX. La asociación de la revolución científico-técnica y del crecimiento económico dio como resultado la consolidación de las sociedades del bienestar. Su mejor resultado fue la expansión de las clases medias, fenómeno que había ido cristalizando durante la primera mitad del siglo XX, pero que llegó a su máximo desarrollo durante los años cincuenta y sesenta.

Sin solución de continuidad, la segunda etapa tomó carta de naturaleza desde los años setenta, cuando se empezó a ver la crisis económica de aquellos años como algo más que un suceso económico, situándola en un cuadro más amplio de comprensión. Se empezó a hablar de crisis global, o de crisis civilizatoria, para referirse a la crisis de la sociedad industrial clásica. Nació así la idea de que se había abierto una amplia etapa de transición hacia un nuevo modelo social, con distintas variantes según los países, que se ha denominado sociedad postindustrial.

En el desarrollo del tema abordaremos en primer lugar los cambios en la sociedad actual y definiremos qué son los movimientos alternativos. Nos centraremos en tres de los más importantes en el último tercio del siglo XX, por este orden: feminismo, pacifismo y ecologismo. No renunciamos a referirnos brevemente a otros movimientos alternativos emergentes y de gran actualidad y concluimos con unas referencias bibliográficas.

2 CAMBIO SOCIAL Y MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS

2.1. UN MUNDO GLOBAL

En los periódicos e informes económicos de los últimos años del siglo XX se repite con insistencia el término “globalización” y se afirma continuamente que el nuestro es un mundo “global”. Con ello se hace referencia a un hecho que parece evidente: en la sociedad del cambio de milenio todos los fenómenos están interrelacionados y poseen dimensiones planetarias, más allá de fronteras, estados, lenguas y tradiciones culturales. La globalización es un fenómeno nuevo y parece ser una consecuencia del desarrollo de la industrialización capitalista.

Igualmente hemos asistido a una serie de fenómenos de carácter “global” que eran impensables hace tan sólo unos decenios. Los medios de comunicación social han hecho posible que miles de personas que viven en lugares muy alejados entre sí escuchen una canción al mismo tiempo. El carácter mundial de la televisión ha permitido que millones de personas vean en directo, y al mismo tiempo, un determinado espectáculo deportivo o una retransmisión musical. Una serie de comportamientos o valores son hoy compartidos por millones de personas que pertenecen a culturas muy diferentes. Los medios de comunicación han reducido las distancias físicas y han hecho que tiempos diferentes sean vividos al unísono ante las pantallas de televisión.

Algunos bienes de consumo y personajes públicos tienen, en nuestra época, un carácter universal. Así, los pantalones “vaqueros” son un producto universalmente consumido por millones de ciudadanos. La venta de determinadas bebidas refrescantes o productos de cocina rápida son verdaderos negocios mundiales, ramificados en países tan diferentes como Estados Unidos, China, Rusia o Somalia. Algunos cantantes y deportistas son conocidos en la gran mayoría de países del planeta y se convierten en modelo de comportamiento.

Pero no sólo se trata de que el mundo se haya empequeñecido y de que haya algunos productos universales. En los últimos años del segundo milenio hemos visto cómo se producen una serie de fenómenos que se encuentran conectados entre sí y hacen del universo entero un mundo interdependiente. Esta interdependencia mundial es la que hace posible comprender cómo el puesto de trabajo de los obreros y obreras de una fábrica de zapatos de Valencia, Mallorca o La Rioja pueda depender, en ocasiones, de factores tan diversos como las modas italianas o francesas, la política ganadera de la Unión Europea, los aranceles de importación de Estados Unidos o las decisiones políticas de un gobierno.

Todos los elementos señalados anteriormente son aspectos de un mismo problema cuyo estudio ocupa hoy a centenares de especialistas: la “globalización”. Pueden ofrecerse dos definiciones para comprender este fenómeno:

a) La globalización es un proceso de empequeñecimiento del mundo, que supone tener una idea total o “global” de lo que ocurre en él (Robertson),

b) La globalización es la intensificación de las relaciones sociales mundiales que unen localidades lejanas, de tal modo que acontecimientos que ocurren muy lejos son capaces de influir en los asuntos locales de un determinado país o sociedad (Giddens).

Es cierto que la globalización parece ser un fenómeno nuevo de alcance inesperado. Pero a su formación han contribuido muchos factores; uno de los más importantes ha sido el desarrollo del capitalismo mundial. Junto a ello, debe destacarse la influencia decisiva de los medios de comunicación y de los procedimientos informáticos que valoran la simultaneidad y la sincronía. La globalización es un fenómeno nuevo y aún resulta difícil predecir sus consecuencias. Sin embargo, pueden distinguirse tres áreas en las que la influencia de la globalización se acentúa notablemente: la economía, la política y la cultura.

  1. La globalización económica supone una absoluta libertad de intercambio. Bajo ella, la producción de mercancías solo se encuentra limitada por ventajas físicas o geográficas; el mercado financiero se halla descentralizado, tiene un carácter instantáneo y escapa a la influencia directa de los gobiernos.
  2. En el ámbito de la política, la globalización afecta a la estructura de los gobiernos y a la toma de decisiones políticas. En un mundo global, la soberanía de los estados parece debilitarse y las organizaciones internacionales cobran una creciente importancia. Por otra parte, la democracia liberal se generaliza como sistema de gobierno.
  3. La cultura se ve afectada de múltiples formas por el proceso de globalización. Hay una tendencia al mestizaje cultural y al triunfo de un cosmopolitismo que va más allá de los propios estados. La información no tiene un único origen local y se propaga velozmente por todo el planeta. Y el mundo del ocio y del turismo crece hasta niveles insospechados.

Los instrumentos de conexión cultural, como Internet (uno de los grandes fenómenos de fin de siglo), se multiplican y obligan a idear nuevas formas de aprendizaje; sin embargo, algunos de estos medios no están exentos de peligros y llegan a crear una realidad virtual ajena a la vida cotidiana de la gente.

A pesar de todo, la globalización tiene su ámbito más preciso en el mundo de la economía, donde funciona eficazmente. La conversión del mundo entero en un gran mercado no podrá, sin embargo, hacer olvidar una de las cuestiones más preocupantes del cambio de milenio: la pervivencia de una sociedad donde sólo una pequeña parte de la población mundial puede vivir con dignidad.

En la actualidad se ha roto la división del mundo en dos sistemas económicos opuestos y con pocas relaciones entre si: la economía de mercado y la economía comunista. Nos encontramos con una doble tendencia en el plano económico, que apunta hacia direcciones divergentes: la transnacionalización o globalización de la economía, por un lado, y el resurgimiento de las tentaciones aislacionistas, cuya máxima expresión es el Contrato por América que impulsó el líder republicano Gingrich y sobre el que se basó el triunfo de los republicanos en las elecciones de 1994 al Congreso en Estados Unidos.

Asistimos a la creciente internacionalización de los mercados, tanto de mercancías como de capitales: el comercio se ha multiplicado por 10 en los últimos veinte años, los flujos financieros han crecido hasta suponer un billón de dólares diarios y las grandes compañías transnacionales controlan la mayor parte de la producción mundial.

Las multinacionales y los grandes inversores financieros controlan importantes parcelas de los mercados mundiales que escapan de las manos de los gobiernos, por poderosos que éstos sean. La crisis del Sistema Monetario Europeo, desarrollada a lo largo de 1993 como consecuencia de las maniobras especulativas de los grandes financieros sobre el sistema de tipos de cambio fijos, consiguió imponerse sobre la acción concertada de los Bancos Centrales de la Unión Europea.

La creciente internacionalización de los intercambios fue ratificada por los acuerdos de Montevideo, con los que culminó la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), que sancionaron una sustancial disminución de las barreras arancelarias con el fin de favorecer el libre comercio a escala mundial.

Pero subsiste la permanente tentación de los gobiernos de las principales potencias económicas, particularmente de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, por retomar a políticas proteccionistas en unos mercados crecientemente sensibles a la competencia internacional, mediante el establecimiento de acuerdos preferenciales y de normas sobre control de calidad que dificultan en la práctica el libre comercio. Las guerras comerciales desatadas entre Estados Unidos y Japón o Estados Unidos y la Unión Europea así lo ponen de manifiesto.

Las grandes potencias económicas parecen embarcadas en una permanente pugna por adquirir ventajas en las diferentes áreas del mercado mundial. A la firma del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México, ratificado bajo la presidencia de Bill Clinton, la Unión Europea trata de contraponer acuerdos preferenciales con los países latinoamericanos, a la vez que se mantiene una dura pugna entre Estados Unidos y Japón por el liderazgo de la cada vez más pujante economía del Pacífico.

Esta realidad tan complicada lleva aparejada una serie de cambios en nuestra sociedad y, también, el fortalecimiento de los movimientos alternativos. Veámoslos.

2.2. CAMBIOS EN LA SOCIEDAD ACTUAL

Quizás como nunca el cambio social en las últimas décadas del siglo XX se ha visto acelerado. ¿Cuáles son las razones de esta alteración?

En el plano socioeconómico se han hecho sentir con intensidad los problemas de funcionamiento del Estado del bienestar; estos problemas son consecuencia de la quiebra del modelo keynesiano de crecimiento y de la crisis fiscal del Estado, que han desembocado en el recorte drástico de los gastos sociales, la crisis de la Seguridad Social, la disminución de la cobertura del desempleo y el recorte de las pensiones. Otra vertiente vivida y sentida de la crisis son las altas tasas de desempleo, producto de la renovación tecnológica y sus consecuencias, la creciente marginalización de sectores de la población, con especial incidencia entre la juventud, las mujeres y los trabajadores de los sectores industriales tradicionales; el desarrollo de la economía sumergida, cuyas condiciones laborales y salariales se retrotraen a situaciones características de las primeras fases del capitalismo; la aparición de un profundo cambio en la psicología y la actitud de la sociedad respecto del trabajo, en comparación con los años sesenta (su manifestación más clara es la sobre valoración del puesto de trabajo, ante el temor del despido, que actúa como un profundo analgésico de la conflictividad social); todo ello son manifestaciones de este cambio social producido. La juventud ve inseguro su futuro y su espacio en la sociedad, provocando el desengaño, la frustración y la desilusión. En parte esta situación está relacionada con el aumento del consumo de drogas, dando lugar a la aparición del círculo infernal drogodependencia-delincuencia. Todo ello lleva a una clara revisión de valores.

En primer lugar cabe señalar el fin de la ilusión en el crecimiento ilimitado. En segundo lugar, se produjo el cuestionamiento de la idea de progreso y de la bondad de la ciencia, ante los estragos causados por la carrera armamentística y la amenaza del holocausto nuclear; a ello se añadió posteriormente la toma de conciencia ante los desastres ecológicos, la contaminación medioambiental y el despilfarro de los recursos naturales.

Hasta los años setenta la estructura social de los países industrializados estaba organizada sobre la base de unos grupos amplios, cohesionados por lo que se ha denominado «relatos ideológicos» que interpretaban su quehacer social, unos rituales y unos lazos simbólicos que les dotaban de una fuerte red de relaciones internas. Posteriormente la estructura social quedó fragmentada en una pluralidad de segmentos con débiles lazos de conexión social. Este fenómeno explica en parte la crisis de los partidos y organizaciones político-sociales, nacidos a lo largo del siglo XIX y que encontraron su gran desarrollo en los partidos de masas y los sindicatos del siglo XX.

Esta crisis de representación de los sistemas democráticos se produce en los siguientes niveles:

• Crisis del parlamentarismo, entendida como la subordinación de la vida parlamentaria al poder ejecutivo, a la disciplina partidaria y al desarrollo de las negociaciones políticas ejercidas por las direcciones de los partidos, al margen o por encima de los Parlamentos.

• Desplazamiento del lugar de debate, confrontación y consenso social de los Parlamentos a los medios de comunicación. En una sociedad crecientemente dominada por los mass-media, se ha operado una profunda transformación de los partidos de masa tradicionales en estructuras burocratizadas, que basan sus estrategias en los sondeos de opinión, las campañas de imagen y las técnicas de marketing. Es la época de los comunicadores frente a los estadistas, de los actores frente a los políticos.

Esta crisis política está íntimamente relacionada con una profunda crisis ideológica cuya expresión más evidente la tenemos en la llamada crisis de los grandes relatos, entendiendo como tal la crisis de los sistemas filosóficos y de sus correspondientes configuraciones ideológicas, que, surgidos en el siglo XIX, dominaron la esfera de lo social hasta la década de los años setenta. Una crisis que encuentra una primera explicación en la crisis de los modelos y en el descrédito del pensamiento utópico. Así, los tres relatos -el liberalismo, el keynesianismo socialdemócrata y el marxismo- son incapaces de dar una explicación convincente. El metarrelato, que antes lo unificaba todo y proporcionaba una visión coherente de la sociedad, salta en mil pedazos.

El mundo obrero también ve estos cambios. Se introducen nuevas tecnologías, se da cada vez una mayor especialización y por tanto una nueva organización del trabajo.

Nacen unos nuevos valores. Asistimos al progreso trepidante de la ciencia y la técnica. Se oferta un nuevo mundo lleno de variedad, posibilidades e ideas. Por tanto, es normal que nazca una nueva escala de valores. Se prima el éxito económico, pues vivimos en una sociedad puramente consumista. Asistimos a la masificación, a la cultura de masas. En el caso español, los movimientos sociales alternativos, son relativamente nuevos.

Desde los años sesenta hasta 1978 se puede encontrar los precedentes de los nuevos movimientos sociales alternativos, en el movimiento estudiantil y ciudadano. Primero se configura como una clase social emergente, y tiene su reflejo directo en los movimientos universitarios, y posteriormente una repercusión en la concienciación política de los demás ciudadanos.

Como han puesto de manifiesto los estudiosos del tema, la sociedad capitalista avanzada crea las condiciones estructurales que acompañan a la emergencia de las nuevas, o renovadas, movilizaciones colectivas.

2.3. QUÉ SON LOS MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS

Sin embargo los momentos de cambio social y de crisis no son nuevos. En el tránsito entre el siglo XIX y el XX se dan numerosas crisis en los valores que se creía firmemente aceptados y por tanto bien asentados en la sociedad. Los cambios de valores exigen también unas nuevas respuestas a estas dudas en incertidumbres; las nuevas expectativas exigen también nuevas soluciones y nuevos medios para alcanzarlas.

Los movimientos alternativos son pues una manera mas o menos organizada de dar respuesta a esas incertidumbres, una manera de abrir nuevas vías que nos lleven a afrontar los retos del mundo actual.

A partir de la década de los sesenta aparecieron en los países desarrollados una serie de movimientos de protesta contra los valores de la sociedad industrial. Se denominaron “nuevos” movimientos .sociales, para diferenciarlos de los “antiguos”, que se originaron en el siglo XIX y se centraron en la lucha de los trabajadores por mejorar sus condiciones de vida. Y se consideraron “alternativos” porque ofrecían una alternativa al orden establecido contra el que luchaban.

Como antecedentes principales de los nuevos movimientos sociales se pueden destacar las luchas de los ciudadanos negros contra la discriminación social, el movimiento hippy y el movimiento estudiantil. Las movilizaciones de los ciudadanos negros para alcanzar la igualdad civil y política en los Estados Unidos comenzaron en 1954, con la lucha contra la segregación racial. El llamado movimiento hippy se inició en los años sesenta en los Estados Unidos y reivindicaba unos nuevos valores sociales y una nueva conciencia del propio cuerpo, creando una estética propia. La explosión del nuevo movimiento estudiantil se originó con los enfrentamientos producidos en mayo de 1968 en París, y pronto se extendió por las más importantes universidades de Europa y de Estados Unidos, exigiendo un cambio social.

En la década de los ochenta aparecieron nuevos movimientos que plantearon otro tipo de críticas a la sociedad industrial. Entre sus reivindicaciones destacan las siguientes: un mayor respeto por los derechos humanos, la solidaridad con los países más pobres de la Tierra, el cuidado y preservación del medio ambiente, la reducción de los gastos militares, la lucha por una efectiva igualdad de la mujer y la defensa de las minorías. Para alcanzar estos fines trabajan los movimientos pacifistas, “verdes”, feministas o las organizaciones de homosexuales; junto a ellos poseen una creciente importancia los movimientos de solidaridad y cooperación representados por las organizaciones no gubernamentales (ONG).

Los movimientos sociales se auto legitiman mediante la autocaracterización, mostrando que representan intereses de colectivos y causas universales, que se incluyen en su nombre. Deben conseguir credibilidad en los temas y en sus planteamientos. Cada movimiento debe encontrar un marco que le sea propio, donde identificarse.

Para que la opinión se movilice y estos movimientos se den a conocer, se hace necesaria la puesta en marcha de un sistema de comunicación. El uso de los medios de comunicación de masas se plantean como una de las fórmulas para atraer la atención del público y de conseguir credibilidad.

La protesta y la acción colectiva es la principal arma con la que cuentan los movimientos sociales para obtener visibilidad social; son estas acciones las que a su vez llaman a los medios de comunicación de masas. Esto a su vez tiene sus riesgos por el nivel de protesta que se puede alcanzar.

Su discurso se dirige directamente a fomentar la actuación y la participación de los ciudadanos en dichos movimientos. Tratan pues de despertar en los individuos determinadas creencias y su movilización.

Para entender el cambio social que se está produciendo y el auge de estos movimientos hay que analizar, aunque sea brevemente los rasgos característicos de la sociedad actual: la sociedad de la globalización.

3 FEMINISMO

3.1 CONCEPTO

Movimiento social que aboga por la igualdad de derechos de hombres y mujeres. En 1791 y 1792, aparecen en Francia e Inglaterra respectivamente los primeros tratados que hacen referencia a estas reivindicaciones; el código de Napoleón frustró sus aspiraciones. La emancipación de la mujer se relaciona por norma general con los movimientos socialistas. En principios del siglo XX, fueron muy destacados los movimientos anglosajones que posteriormente veremos.

3.2 EVOLUCIÓN

La incorporación de la mujer al mundo del trabajo ha sido, junto con el crecimiento de la sociedad urbana y las transformaciones tecnológicas y económicas, uno de los hechos sociales mas importantes del siglo XX. Este hecho ha tenido repercusiones fundamentales en la estructura de la familia y de la sociedad, y ha ido acompañado de una progresiva conquista femenina de derechos políticos para lograr la plena igualdad entre hombres y mujeres.

Ya en el siglo XVIII había empezado a ponerse en cuestión el papel que la sociedad otorgaba tradicionalmente a la mujeres. En la Gran Bretaña de la época victoriana tomó cuerpo el primer movimiento autónomo de mujeres, centrado en la obtención de derechos políticos, en plena igualdad con el varón. Fueron las sufragistas, que se extendieron paulatinamente por el continente hasta conseguir, ya entrado el siglo XX, el sufragio universal en su plenitud.

Su primera fase fue el Sufragismo. Fue un movimiento de origen anglosajón que perseguía el derecho a voto de la mujer, lo que simbolizaba su incorporación al mundo público y político. En 1869 se creó en Inglaterra una sociedad que luchó por conseguir y consiguió algunos derechos civiles para la mujer. Esta lucha fue un ejemplo para las mujeres del resto del mundo. En 1928, las mujeres inglesas pudieron votar.

Después de la II Guerra mundial, se dio una segunda fase, nacida directamente de la generalizada crisis de valores en la burguesía. Culminó en los años 60. En este momento, el apoyo de intelectuales de alta categoría fue fundamental.

En los años sesenta, el movimiento Feminista vivió un momento de gran actividad. Se comienzan a plantear los estereotipos y las distribuciones de las actividades según los sexos. Se rechaza la predestinación de la mujer a ocupar un segundo plano. Aunque en principio este movimiento pudiera aparecer relacionado con determinadas clases sociales o grupos aislados, finalmente ha ido extendiéndose a todos los sectores sociales.

Los movimientos feministas actúan en una doble dirección. Por un lado, reclamando la igualdad entre los sexos, a partir de la alteración del orden jurídico y político de modo que se posibilite dicha igualdad. De ahí las campañas en favor del divorcio, del derecho de aborto, de la igualdad salarial o de la no discriminación por razones de sexo. Por otro lado, los movimientos feministas desarrollaron una crítica integral a la sociedad patriarcal. El resultado fueron una serie de transformaciones políticas y jurídicas, que han alcanzado su máximo exponente durante la década de los años ochenta.

El movimiento feminista reposaba en un discurso reivindicativo que se desarrolló, sobre todo, a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Se ha considerado como primer referente del feminismo la obra de Simone de Beauvoir El segundo sexo, publicada en 1949. En 1963 Betty Friedmann publicó La mística de la feminidad, que produjo un gran impacto. Trataba el tema de la frustración de muchas de las mujeres que permanecían en el hogar sintiéndose realmente insatisfechas; comienza ahí la lucha de las americanas por su realización personal y profesional que se traducía en el ámbito legal en la igualdad de derechos. A estas dos obras siguieron otros trabajos relevantes, como La dialéctica del sexo, de Shulamith Firestone (1970), La condición de la mujer, de Juliet Mitchell, en 1971, o La política de la liberación de la mujer, de Jo Freeman (1975). El discurso feminista y el estado de opinión que suscitó dieron lugar al nacimiento de asociaciones políticas. Así, en 1966 se fundó la National Organization of Human, en Estados Unidos; en 1967 vio la luz la Human ‘s Liberation Movement, en Gran Bretaña; el Movimento di Liberazione de la Donna, en Italia, en 1970, y el Mouvement de Liberation des Femmes, en Francia.

Desde mediados de los años setenta el ordenamiento jurídico de los países más desarrollados ha quedado sustancialmente alterado al recogerse las reivindicaciones del feminismo. En 1974 el Parlamento francés aprobaba la ley de aborto. Un año después se promulgaron en Gran Bretaña la Sex Discrimination Act y la Equal Pay Act, en las que se reconocía la igualdad total entre los sexos. En años posteriores las reivindicaciones alcanzaron a la mayor parte de los países.

Naciones Unidas declaró el decenio 1975-1985 como Decenio de la Mujer, contribuyendo a la concienciación sobre la necesidad de alcanzar una verdadera igualdad de oportunidades. El movimiento dio como resultado la celebración de una serie de conferencias mundiales, en las que se analizaron las circunstancias de la mujer en diferentes partes del planeta. En la conferencia de Pekín de 1995, participantes de todo el mundo analizaron la relación entre género y pobreza; es decir, la relación que existía entre ese especial modo de pobreza a que se encuentra sometida la mujer por la discriminación sexual que se ejerce contra ella.

En la actualidad, el movimiento feminista sigue trabajando por el reconocimiento de la identidad femenina, por la igualdad en las condiciones de trabajo y por la supresión de toda forma de discriminación sexual. En definitiva, se continúa luchando por los derechos políticos, laborales y sociales de la mujer, ya que su discriminación sigue siendo un hecho en gran parte de los países de la Tierra. El Feminismo reclama para la mujer la igualdad de derechos, sobre la base de la no discriminación sexual, contra la situación de inferioridad y la tutela masculina.

La revolución científico-técnica también ha colaborado activamente a la igualdad entre los sexos y a la autonomía de la mujer. Baste como ejemplo el desarrollo de métodos anticonceptivos o las nuevas técnicas de reproducción asistida, que dejan la puerta abierta para el control de la maternidad por parte de la mujer.

J Gelbs habla de varios feminismos. El feminismo de grupos de intereses se caracteriza por desarrollar un sistema político relativamente abierto, por poner el acento en la igualdad de los derechos en la esfera jurídica (aunque muchas reivindicaciones puedan ir más allá del mero reformismo) y por la formación de grupos de presión que pueden tener una afiliación masiva o estar regidos por cúpulas dirigentes. El feminismo ideológico o izquierdista se caracteriza por la importancia que da a la pureza ideológica y por su reticencia a colaborar con grupos que tengan puntos de vista diferentes. Este tipo de feminismo actúa descentralizadamente y sobre una base local y carece de presencia política y de influencia a escala nacional. La igualdad a través del Estado se caracteriza por la ausencia de un movimiento feminista visible e influyente. La actividad de las mujeres se ejerce a través de los partidos políticos y, en menor medida, de los sindicatos (aunque en el feminismo izquierdista se adopta más bien como alternativa la acción política local). El Estado ha tendido a adelantarse a las preocupaciones de las mujeres o a satisfacer sus reivindicaciones mediante medidas de gobierno, desarrollando políticas «de igualdad» o «familiar» «discriminación positiva», etc.

Con el asentamiento de este movimiento la lucha se ha ampliado a otros campos, como la legislación matrimonial, el derecho a expresar libremente la sexualidad o incluso la aceptación de la elección de estilos propios de vida.

Hoy día la lucha continua. El avance es evidente; ahora, la discriminación o la desigualdad, ya no se ve como un problema que afecte tan sólo al sexo femenino, sino que la concienciación social se va ampliando, exhortando a hombres, gobiernos y todo tipo de comunidades hacia: una mayor educación y formación para las mujeres, una puesta al día informativa, la lucha contra la violencia contra las mujeres, promoción del avance de la mujer en otros campos… En definitiva queda aún mucho por conseguir.

En el Tercer Mundo la situación ha variado poco. La sumisión sigue siendo la tónica general en la vida de las mujeres. Ahora bien, los pequeños avances que han tenido lugar, en principio han venido de mano de una pequeña minoría. El paso ha sido mayor en aquellos países mas afectados por la occidentalización.

El caso español: en España existe aún un cierto retraso. La incorporación de la mujer española al mundo laboral fue mucho más tardía que en el resto del mundo occidental, aunque actualmente, los planteamientos que se presentan son los mismos que en los otros países.

Debemos recordar que en España, bajo el régimen de Franco habían surgido unos primeros grupos de mujeres que tendían a expresarse públicamente por medio de actividades o manifestaciones abiertamente feministas, como las que se dan en torno al día Internacional de la Mujer. En 1975 se dan unas jornadas clave, en Madrid, para el asentamiento de las bases del nuevo feminismo. También tendrán consecuencias en Bilbao o Barcelona. Ya bajo el régimen democrático también se dan en Granada en 1979.

En principio es un movimiento de mujeres que a su vez se vinculaban a otros grupos o movimientos, como los partidos de la izquierda, pronto el discurso feminista que se va elaborando servirá a una gran masa de población, junto a otras demandas democráticas elementales.

4 PACIFISMO

4.1 CONCEPTO

Doctrina que preconiza la proscripción de la guerra y se esfuerza por mantener la paz entre los pueblos. Tendencia a evitar la violencia en general. Es un movimiento de oposición a la concepción militarista de la sociedad. Suele agrupar a sectores sociales diversos, con un fin común que es la solidaridad y la convivencia en paz.

4.2 EVOLUCIÓN

Se tiene como referente de los primeros pasos de este movimiento a la figura de Mahatma Gandhi, quien tras la Segunda Guerra mundial, se asentó en la ideología de la no-violencia contra la ocupación inglesa, contra el gobierno británico en la India. Reclamaba la independencia de su patria. La ola de protestas ocasionada por el lanzamiento de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, en el conflicto de la II guerra mundial, desembocaron en los movimientos que se organizaron en los sesenta, que lucharon con su ideología fundamentalmente contra la carrera armamentística de los países desarrollados.

En pleno auge de la guerra fría el miedo al holocausto nuclear generó en los años cincuenta la aparición de un movimiento pacifista centrado en la lucha contra la proliferación nuclear. Se desarrolló principalmente en Gran Bretaña y en la República Federal de Alemania, donde se celebraron las marchas de Aldmerston y de Pascua en 1955. En los años sesenta fue diluyéndose a tenor de la distensión entre los bloques. Sin embargo, se suele decir que renació directamente como reacción a los conflictos bélicos concretos y existentes, como la guerra de Vietnam.

Tras la eclosión de los nuevos movimientos sociales consolidados como consecuencia de los «mayos» del 68, el movimiento pacifista volvió a cobrar nuevos bríos. En 1979 existía ya un importante movimiento en países como el Reino Unido u Holanda. La preocupación se generalizó en los ochenta a casi toda Europa. La carrera armamentística llevada a cabo por muchos de los países desarrollados se ha llegado a ver, en numerosas ocasiones, entorpecida por las duras reacciones de los grupos de pacifistas. En 1981 se fundó la END (Desarme Nuclear Europeo) a raíz de la instalación en Europa de los euromisiles. Esta nueva etapa se caracterizó por su mayor amplitud y capacidad movilizadora. Al contemplar el problema de la carrera de armamentos y de la guerra fría en toda su dimensión, trató de extender su influencia no sólo en los países occidentales sino también en los países del este. Ello generó una doble dinámica. En el occidente europeo se celebraron manifestaciones masivas en oposición al despliegue de los euromisiles, mientras que en el este el movimiento apoyó y alentó a los grupos civiles en defensa de los derechos humanos y por la democratización, ya que se entendía que esta última era indispensable para que pudiera cristalizar un movimiento organizado de la sociedad civil en tomo a este tema.

El fin de la guerra fría y la desaparición del peligro de una guerra nuclear significó el fin de las movilizaciones pacifistas. Se habían conseguido buena parte de los objetivos del movimiento. Su legado ha sido incorporado por amplios sectores de la opinión pública mundial, particularmente entre los jóvenes, con el auge en los años noventa de los movimientos de objeción de conciencia.

El Pacifismo como ideología incluso llegará a tener reflejo en la política, tanto internacional, como en los propios partidos políticos de cada país. Su actitud se enfrenta a actividades como el despliegue de euromisiles, las armas nucleares, el asentamiento de bases… sus protestas se organizan en campañas, por ejemplo la Campaña por el Desarme nuclear. Sus ideas se recogen en revistas, fundaciones y asociaciones.

En España el fenómeno del pacifismo no quedó en segundo plano, como podía haber ocurrido con otros. Los primeros grupos van a tener una fuerza débil, pero se percibe la influencia del movimiento europeo por la paz que por lo general recibía apoyo por todos los bandos, políticas e ideologías, así como de la opinión pública tradicionalmente más tradicional, neutralista.

La existencia de instalaciones norteamericanas en territorio nacional y sobre todo el anuncio de la entrada en la OTAN son los principales motivos de rechazo en torno a los que el movimiento se constituye. Otro elemento significativo en España va a ser el golpe de Estado de 1981, que dejaba ver la debilidad de la política en relación con el poder militar y por otro lado de la propia constitución. El movimiento de objeción de conciencia y la insumisión se desarrollaron bastante durante los ochenta y noventa.

La guerra del Golfo de 1991 constituyó un acontecimiento para la reaparición del movimiento pacifista en la escena política. En Andalucía podemos citar algunos movimientos que despierta la base de Rota

5 ECOLOGISMO

5.1 CONCEPTO

Planteamiento doctrinal que se preocupa por la concienciación social en lo que refiere al medio ambiente y en la lucha por su defensa y protección, por el cambio de actitud de la humanidad hacia la naturaleza y que se dota de organizaciones y grupos, que en ocasiones incluso cuentan con apéndices en partidos políticos.

5.2 EVOLUCIÓN

Acontecimientos tales como la crisis del petróleo y el fenómeno del crecimiento urbano desordenado, en detrimento de la calidad de vida, hicieron mella en la doctrina del Progreso. A este proceso se sumaron hechos como los diversos accidentes nucleares, pre­parando el terreno para el avance y desarrollo de una nueva corriente, el movimiento ecologista. Gracias a su extraordinaria difusión y aceptación entre la población, los gobiernos tuvieron que someter sus decisiones a la presión de este movimiento.

En 1969 David Brower fundó Amigos de la Tierra, que se convirtió en una de las primeras asociaciones ecologistas a escala mundial. El mismo año la Academia Nacional de las Ciencias de los Estados Unidos hizo público el informe Los recursos y el hombre, que hacía hincapié en el desfase entre la limitación de los recursos naturales y la explosión demográfica. En 1972 vio la luz el primer informe del Club de Roma sobre los límites del crecimiento (El informe alertaba sobre los peligros que provocaba el proseguir con el creciente consumo de materias primas y energéticas, escasos y finitos, que hasta ese momento había caracterizado a las economías de todos los países del planeta). En junio de este año tuvo lugar, en Estocolmo, la primera conferencia mundial sobre el Medio Ambiente Humano, organizada por la ONU, que desembocó en la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, con sede en Nairobi.

Este movimiento de opinión sumado a la inquietud creada por los primeros accidentes de coste ecológico evidente, ha hecho que se intensifique la sensibilidad de la opinión pública por estos temas, dando lugar al nacimiento de asociaciones y de organizaciones ecologistas. En 1971 nació Greenpeace como oposición a la realización de pruebas con bombas atómicas de Estados Unidos en Alaska. Por el fuerte fenómeno publicitario que ocasionó, las pruebas se suspendieron. En 1973 se constituyó en Australia el primer partido ecologista: United Tasmcmia Group. Al mismo tiempo se produjeron movilizaciones masivas de naturaleza antinuclear, tema que alcanzó gran protagonismo a lo largo de la década de los setenta. En 1981 se notificó por primera vez la existencia del agujero en la capa de ozono de la Antártida, provocado por la acción de los gases clorofluorocarbonados. En 1990 se descubrió otro agujero en el Polo Norte. Este cúmulo de acontecimientos fue suficiente para que la opinión pública presionara sobre los gobiernos, consiguiendo que los partidos políticos incorporasen estas cuestiones a sus programas electorales y de acción de gobierno.

Además el movimiento ecologista desembocó en la fundación de los partidos verdes, dotados, por lo general, de un triple contenido en sus discursos: antidesarrollismo, antimilitarismo, antinuclear. A partir de la década de los ochenta estos partidos verdes han conseguido tener una presencia en los Parlamentos de casi todos los países de capitalismo avanzado, sobre todo en Alemania y en el Norte de Europa. En las elecciones europeas de junio de 1984, los partidos verdes y alternativos consiguieron entrar en el Parlamento Europeo, situación que se consolidó en las posteriores elecciones europeas.

En los últimos años se han sucedido los informes de organismos internacionales en materia medioambiental y se ha acentuado la preocupación de las opiniones públicas, y en menor medida de los gobiernos, sobre las consecuencias a medio y largo plazo de un crecimiento económico descontrolado y despilfarrador. Hasta tal punto es así, que las Naciones Unidas han propiciado sendas conferencias internacionales con el fin de estudiar los problemas asociados al crecimiento económico y demográfico, alertar a la opinión pública mundial y proponer a los gobiernos políticas económicas de crecimiento respetuosas con el medio natural, concordantes con el concepto de crecimiento sostenible. En este terreno, la Conferencia de Río de 1992, aunque escasa en resultados, significó un hito respecto de la atención a los problemas del medio ambiente.

El problema del deterioro del medio ambiente es con toda seguridad uno de los más graves que se presentan en el fin de siglo. Algunos de los principales problemas ambientales son: el agujero de la capa de ozono provocado por la emisión de gases compuestos del cloro (CFC); las emisiones sulfurosas causantes de la lluvia acida; los desastres provocados por accidentes de los grandes petroleros en el mar, con las consiguientes mareas negras, o por accidentes nucleares, como los de Chernobyl o Three Miles Island: la deforestación de las selvas tropicales, y el más que probable proceso de cambio climático, entre otros muchos. La magnitud de los problemas y su carácter mundial exige una acción concertada y urgente de la comunidad internacional, que conlleve transformaciones tanto en el terreno de las políticas económicas y sociales de los Estados como en los patrones de comportamiento y consumo de las poblaciones.

En el plano internacional es necesario emprender acciones más decididas que marquen límites a la actividad industrial y económica, con el fin de garantizar un crecimiento que no se realice a costa de hipotecar irreversiblemente el futuro.

Asimismo, las Naciones Unidas están impulsando una política de control del crecimiento demográfico de la población mundial mediante acciones concertadas que permitan combinar la reducción de las tasas de natalidad en los países del Tercer Mundo con el respeto a la dignidad de las personas, en la dirección de los acuerdos adoptados en la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo en 1994, y la Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995.

Paralelamente, es preciso articular acciones concertadas entre los gobiernos de las diferentes áreas regionales para hacer frente a los problemas de degradación del medio ambiente a escala regional: es el caso, por ejemplo, de la destrucción de los bosques de la Selva Negra alemana a causa de la lluvia acida provocada por la intensa actividad industrial del conjunto de la región centroeuropea, o de grandes vías fluviales, como el Danubio, donde los vertidos incontrolados de productos tóxicos o las grandes obras hidráulicas de un país afectan al conjunto del cauce y del territorio por el que se desenvuelve el río, sin conocer diferencias ni de lenguas ni de fronteras.

Asimismo, los problemas medioambientales exigen políticas de solidaridad y reequilibrio a escala nacional, para hacer frente a la gestión de unos recursos escasos o para la corrección de los desajustes producidos como consecuencia de intervenciones agresivas sobre el medio ambiente realizadas en el pasado. Un ejemplo paradigmático de los problemas que en este sentido deben abordar las sociedades y los gobiernos es el problema de la escasez de agua en España. Para hacer frente a las necesidades del consumo humano, industrial y agrícola, y frenar los procesos de desertización en marcha se hace insoslayable actuar en un triple plano: la racionalización del gasto y del consumo del agua, la realización de obras hidráulicas y la reconsideración, recalificación y redefinición de aquellas zonas que han sido sometidas a una explotación agrícola intensiva, grandes consumidoras de agua, sin los recursos hídricos apropiados.

Finalmente, la escasez y limitación de los recursos naturales exigen no sólo el compromiso de la comunidad internacional y de los gobiernos sino también el de los ciudadanos del planeta, con acciones como la generalización de las prácticas de reciclaje de las basuras, la utilización del transporte público frente al privado y el uso y consumo de productos no contaminantes, entre otras.

Los movimientos ecologistas se han ido imponiendo desde los años setenta, como resultado de una mayor concienciación sobre la protección del medio ambiente, por el beneficio de las generaciones actuales y por las venideras.

La extensión alcanzada por este tipo de movimiento puede confirmar ya sin duda su carácter mundial. La necesidad de proteger la naturaleza, la concienciación e información de la opinión pública, se refleja cada vez mas en determinado tipo de políticas. Se anhela la necesidad de compatibilizar el respeto por la naturaleza y el desarrollo económico de los países.

Sin embargo día a día vemos como sigue siendo algo utópico, pues los países mas desarrollados, a pesar de tener una normativa que rija este progreso, son los que en mayor medida se niegan a cumplirlas. Por otro lado están los países del Tercer Mundo, que acusan al mundo desarrollado de ser el causante de los males de la naturaleza, con sus hipócritas opiniones que no hacen sino aumentar el peligro que el medio ambiente corre

Además se trata de visualizar el problema medioambiental como tal, pero que además afecta a la vida en el mundo y se convierte en un problema social. Al visualizar así el problema, se transmite a la opinión pública; un elemento fundamental son los medios de comunicación. El problema pasa a formar parte de la opinión pública y desde esta esfera llega a acceder a las opiniones políticas.

El consumo masivo mostró que los recursos naturales no eran inagotables; la sociedad de consumo ha visto como consecuencia de su incontrolado derroche de energías ha surgido un importante y significativo cambio: el cambio climático, con sus poderosos efectos. No es la única amenaza. El deterioro de la capa de Ozono, o algo tan significativo como el deterioro del suelo, uno de nuestros recursos más vitales, están mostrando los peligros a los que nosotros mismos nos estamos sometiendo.

En el caso español podemos decir que los primeros grupos ecologistas también nacen bajo el franquismo a partir de 1969. Su puesta en valor como tal y sus primeras actividades publicas parten de la oposición al Plan Energético Nacional, de 1975, y por el tema de las centrales nucleares. Greenpeace abrió sus puertas en España en 1984. En los últimos años hay que destacar la labor de ADENA y de Ecologistas en acción.

6 OTROS MOVIMIENTOS

6.1 LAS ONG

Son, como indican las siglas, Organizaciones No Gubernamentales. Se dedican a canalizar la ayuda de carácter personal-privado, que se ofrece a los países subdesarrollados. Son el resultado de una nueva sensibilidad social y de una nueva conciencia mundial hacia los problemas del tercer Mundo.

Son No Gubernamentales, porque no dependen del gobierno ni de ninguna entidad; son asociaciones que dirigen la ayuda prestada al país para su desarrollo, y en muchas ocasiones, para socorrerlos de inmediato tras una tragedia. No se vinculan a ningún organismo estatal y no tienen finalidad lucrativa.

Su objetivo fundamental es emplear esta ayuda de manera que se obtenga el máximo desarrollo, la construcción de un mundo más solidario. Su actuación se dirige directamente a la población o bien se ejerce como presión al Estado. Uno de sus medios es también la concienciación de la opinión pública.

Su fuerza y potencia reside en la rapidez de su intervención, que viene facilitada por su desvinculación a la política diplomática de los diversos estados. Destacan además por su capacidad de mover a las masas, suscitar la reflexión y movilizar a la sociedad.

Dependen de esta movilización; sus recursos vienen del capital privado, y dependen pues de la sociedad, de la capacidad de las personas para solidarizarse ante determinadas catástrofes. A menudo recurren a los medios de comunicación para despertar esta concienciación social generalizada. Así logran estimular las conciencias y la opinión pública.

Algunas ONG sí reciben en cierta medida un soporte del Estado, que contribuye con determinadas aportaciones; otras, mientras tanto actúan completamente al margen de cualquier presión política.

Sobre estos “nuevos” movimientos sociales, en España debemos hablar de los movimientos antirracistas desarrollados por la aparición de grupos del estilo de SOS Racismo. Apunta hacia un nuevo espacio público, promovido por la oleadas migratorias, y se relaciona de manera indirecta con la solidaridad entre norte y sur, y por tanto con las ONG de ayuda al desarrollo. Médicos sin fronteras, Cruz Roja (o Media Luna Roja), Intermón, Escuelas sin fronteras, son otras ONGs.

El MOC, el Movimiento de Objeción de Conciencia, ya fuera del carácter de las ONGs, tiene cierta tendencia a la simpatía de los colectivos en general, por la opción de la prestación social sustitutoria; pero ha ido endureciendo sus métodos hasta llegar a la insumisión colectiva. Las acciones se han radicalizado. Actualmente, las aguas están más calmadas ante la creación del Ejército profesional.

El movimiento okupa se enmarca dentro de los nuevos movimientos sociales alternativos vinculados a la sociedad urbana postmoderna. Más reciente es el movimiento antiglobalización (que toma sentido desde la reunión de la OMC en Seatle en 1999. Por último en los países del Tercer Mundo, vinculados a los viejos movimientos reivindicativos tradicionales, pero con una estética y planteamientos nuevos, hay que destacar las organizaciones que reclaman la atención hacia los problemas del subdesarrollo, las desigualdades y la crisis de las poblaciones indígenas. De todos ellos destaca en Sudamérica el “movimiento de los sin tierra”.

Como hemos visto, estos movimientos sociales son de lo más variado. Sus finalidades son diversas y abarcan un amplio abanico de alternativas diferentes por las que se puede hacer presión política y mejorar en lo posible todo aquello con lo que se esté inconforme.

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– Edualter, Educación para la Paz, el Desarrollo y la Interculturalidad: http: //www. edualter.org/

– Seminario de Educación para la Paz (Sedupaz): http://www.pangea.org/sedupaz/

– Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL): http://www.mpdl.org/nueva/

– Movimiento por la Paz, el Desarme y la Liberación (MPDL): http://www.mpdl.org/

– Solidaridad para el Desarrollo y la Paz (Sodepaz): http://www.sodepaz.org/

– ECOLOGISMO:

– “Verdes y alternativos”, n° 75 de los “Cuadernos del Mundo Actual” de Historia 16, obra de Luis Enrique Otero Carvajal, disponible en la siguiente dirección: http://www.ucm.es/info/hcontemp/leoc/verdes.htm

– The Ecologist para España y Latinoamérica: http://www.theecologist.net/files/docshtm/index.asp

– Greenpeace España: http://www.greenpeace.es/hpage/home.asp

– Amigos de la Tierra: http: / / www.tierra.or g/

– Ecologistas en Acción: http://www.ecologistasenaccion.org/inicio.php3

– NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES (ANTIGLOBALIZACIÓN):

– Foro Social Mundial, Brasil: http://www.forumsocialmundial.org.br/main.asp?id_menu=13&cd language=4

– Porto Alegre 2003: http://www.portoalegre2003.org/publique/index04E.htm

– ATTAC, “Movimiento internacional para el control democrático de los mercados financieros y de sus instituciones”:

http://www.attac.org/indexes/index.html

– Globalización, Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura: http: / / www.rcci.net/ globalizacion/