Tema 55 – Programación de itinerarios turísticos. Identificación y análisis comparativo de las fuentes de información turística más relevantes para la confección de itinerarios. Viabilidad de los distintos recursos turísticos del entorno a efectos de programar itinerarios. Técncias de programación de itinerarios turísticos.

Tema 55 – Programación de itinerarios turísticos. Identificación y análisis comparativo de las fuentes de información turística más relevantes para la confección de itinerarios. Viabilidad de los distintos recursos turísticos del entorno a efectos de programar itinerarios. Técncias de programación de itinerarios turísticos.

55.1 ITINERARIOS TURISTICOS

· A. Definición y tipologías

· B. Estructuras De Itinerarios: rutas y circuitos.

55.2 FUENTES DE INFORMACIÓN Y VIABILIDAD DE RECURSOS EN LA PROGRAMACIÓN DE ITINERARIOS.

A. Fuentes de información.

B. Viabilidad de recursos:

a. Recursos turísticos del entorno.

b. Tipologías de recursos.

55.3 TÉCNCIAS DE PROGRAMACIÓN

· Interpretación de un itinerario:

1. Atractivos de la ruta.

2. Medios de transporte.

3. Alojamientos.

4. Duración.

5. Periodo del año.

· El ámbito territorial del itinerario:

– Destino simple.

– Multidestino: tipologías de multidestinos.

· La confección del itinerario: fases o etapas.

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55.1 ITINERARIOS TURISTICOS

· A. Definición y tipologías

Itinerario turístico es toda ruta que transcurre por un espacio geográfico determinado, donde se describe y especifica los lugares de paso, estableciendo unas etapas y teniendo en cuenta las características turísticas propias – naturales, humanas, histórico-monumentales- relacionadas con la zona geográfica que recorre a nivel local, comarcal, regional, nacional e internacional; la duración; los servicios turísticos-alojamiento, medio de transporte, etc.-y las actividades a desarrollar.

Podemos establecer tipos de itinerarios: (Jordi Calabuig,1998).

1. Itinerarios según el medio de transporte: tren (trenes turísticos); barco (cruceros); a pie (Ejemplo: Camino de Santiago); “trekking” a caballo, bicicleta o cicloturismo;

2. Itinerarios según la duración; radiales (un día), urbano (medio día o un día), fin de semana.

3. Itinerarios según base geográfico: ecología, geología, lagos, montañas, sierras, ríos y valles, comarcas, playas.

4. Itinerarios culturales: arquitectura, etnografía, enología, gastronomía, vocación literaria.

5. Itinerarios valor artísticos: rutas arqueológicas, castillos, monasterios, conjunto monumentales, rutas arte: románico, gótico, árabe, renacimiento, barroco, etc.

Otras clasificaciones son las siguientes:

· Según medio de transporte empleado:

– Por carretera: 1. Coches

2. Limusinas

3. Minibuses de turismo (de 9 a 14 plazas).

4. Autocares (de 40 a 54 plazas).

5. Autocares de dos pisos (de 70 plazas o de 40 + restaurante).

– Por barco: 1. Línea regular.

2. Línea discrecional: cruceros, alquiler de embarcaciones, paseos recreativos, excursiones o fluviales.

– Por ferrocarril: 1. Línea regular.

2. Trenes turísticos:

a) De un día: Tren de la Fresa, Tren de las Murallas de Ávila, Doncel

de Sigüenza.

b) De fin de semana: Ciudad Encantada de cuenca, Tren de la

Mancha, Tren de las tierras del Cid; Plaza Mayor de Salamanca, Ciudad Monumental de Cáceres.

c) De largo recorrido: Transcantábrico y al-Andalus.

– Por avión: 1. Línea regular.

2. Charter.

3. Broker (compañías proveedoras de vuelos de otras compañías).

– Combinados: 1. Aeroterrestres

2. Aeromarítimas

3. Maritimoterrestres

4. Terrestres combinados.

– Alternativos: bicicletas, caballos, todo-terrenos, barcas, caravanas, etc.

· Según su objetivo:

a) Vacacionales

b) Deportivos

c) Culturales (históricos, artísticos, literarios, folclóricos, gastronómicos, artesanos, arquitectónicos, de estudio).

d) Ecológicos.

e) Turismo y salud.

f) Religiosos o espirituales.

g) Profesionales y de negocios (empresa, congresos, convenciones, ferias,…)

h) Ocio organizado (parques de atracciones, parques temáticos).

i) Turismo alternativo

j) Turismo social.

· Según su organización

Los viajes organizados o paquetes pueden organizarse:

a) A la demanda.

b) A la oferta.

· B. Estructuras de itinerarios: rutas y circuitos

La concepción geográfica del fenómeno turístico presenta una innegable evidencia, pues el turismo, lleva implícito el desplazamiento sobre el territorio. Esta es tan sólo una primera aproximación, ya que los modelos de uso y consumo del espacio geográfico son múltiples, y se definen en función de las características del desplazamiento, del objeto del mismo y del uso realizado del destino.

En este tema se analizan estos componentes con una sistematización de los desplazamientos, que se denominan itinerarios.

A grandes rasgos se identifican dos formas de estructura de los itinerarios turísticos:

● Rutas

Identifican los itinerarios promovidos por las Administraciones encargadas del turismo en los más diversos ámbitos, si bien en algunos casos se dan por tradición, por modas o por valores exógenos al turismo: obviamente esta realidad es recogida por las entidades públicas. Este tipo de itinerario tiene como objetivo dar a conocer un determinado espacio en forma de visitas de corta duración y en lazar enclaves relativamente cercanos con objeto de producir una sinergia entre ellos que supere en valor de atractivo la suma simple de cada uno de ellos.

Generalmente este tipo de itinerarios, que se denominan rutas, van dirigidas a un turismo individual que organiza por su cuenta los pormenores del viaje. Presenta pues, una evidente gama de posibilidades en función de las alternativas espaciales y de infraestructura de alojamiento y restauración. Formalmente este tipo de itinerarios se centra en los atractivos que definen la propia ruta, dejando para el posible usuario la decisión de utilización de los diversos servicios turísticos. Este tipo de itinerarios son los denominados abiertos.

● Circuitos

El otro tipo de itinerario es el denominado circuito turístico, que se define como una ruta organizada por una empresa turística especializada. Presenta un formato de producto turístico, pues además de tener perfectamente definido el itinerario, incluye el alojamiento y la alimentación durante todo el recorrido. Todo ello por un precio estipulado que sirve para comprar el conjunto de los servicios del producto, que normalmente crea una agencia de viajes mayorista, a menudo en combinación con agencias receptivas. Este tipo de itinerarios se denominan cerrados e incluyen las muchas opciones planteadas normalmente dentro de los circuitos, como excursiones optativas, que presentan la misma opción que el conjunto del circuito, es decir, la decisión de compra, pero en ningún caso se plantea una opción creativa para el usuario.

Es evidente que entre estas dos opciones extremas existe una amplia gama de posibilidades, con productos semi-estructurados, creados por empresas turísticas o por empresas de carácter mixto (públicas o privadas), especialmente las de desarrollo turístico.

En esencia, las rutas de promoción son la base o fuente de donde surgen las ideas para la creación de multitud de circuitos, si bien también es posible el proceso en sentido contrario, especialmente si hacemos referencia a las rutas de carácter internacional.

Un ejemplo clásico del primer caso es el Camino de Santiago, archiconocido itinerario de tipo cultural que ha sido ampliamente promocionado por los gobiernos central y los autonómicos implicados, y de su éxito se desprende la incorporación a los catálogos de muchos mayoristas.

De la misma manera puede indicarse como ejemplo del segundo caso el de las ciudades imperiales de los Habsburgo (Viena, Budapest, Praga y Bratislava), ruta que fue creada de forma inmediata a la destrucción del Telón de Acero por mayoristas con olfato de negocio, y que ha servido de difusión de estas ciudades asimilándose posteriormente al turismo individual.

El desplazamiento que el concepto de itinerario lleva implícito no significa en contra de la concepción más generalista, que aquel deba producirse de forma continuada. Desde el punto de vista geográfico forma parte del itinerario turístico tanto aquellos espacios de turismo de destino, donde el desplazamiento se reduce a un viaje de ida y uno de regreso, y que no produce cambio continuado de alojamiento, como los espacios del turismo itinerante, en el que si se produce este continuo desplazamiento sobre territorios.

Si bien el origen de los desplazamientos se remonta al origen de la cultura humana, el precedente reciente cabe ubicarlo en los viajeros de los siglos XVIII y XIX, viajeros ilustrados, científicos y aventureros, más interesados en las sensaciones y las experiencias que en la comodidad del viaje o de los alojamientos. A mediados del siglo XX, se producen dos circunstancias trascendentales para el desarrollo de los desplazamientos turísticos: el aumento del nivel de vida y la mejora de los sistemas de desplazamiento; todo ello provoca una democratización y, en consecuencia, una masificación del turismo. Los arquetipos del siglo XIX se rompen con la incorporación de los denominados vacacionistas, que definen a la mayoría de los usuarios. Para ellos, se crean las rutas turísticas organizadas, que anteriormente se han definido como circuitos turístico, y que suplen la falta de iniciativa particular con unos productos más o menos estandarizados que permiten que todo el mundo (con el condicionante del precio del paquete) pueda gozar de territorios lejanos y sensaciones exóticas. Cabe indicar, no obstante, que esta característica tiende a ampliarse conceptualmente con el desarrollo de empresas turísticas dedicadas exclusivamente a la organización de circuitos de aventura, en los que la participación activa de los usuarios es una condición base.

55.2 FUENTES DE INFORMACIÓN Y VIABILIDAD DE RECURSOS EN LA PROGRAMACIÓN DE ITINERARIOS TURÍSTICOS.

· A. Fuentes de información

Por fuente de información turística se entiende “el conjunto de centros, o documentación, donde se generan, recogen y difunden noticias relacionadas con el sector turístico”.

La clave para obtener una información veraz y aplicable a la confección de itinerarios radica en saber qué es lo que se necesita, además del buen uso de medios y herramientas disponibles.

Además de todas las fuentes de información que emplean las empresas turísticas para afrontar los estudios de mercado (recogidas en otro tema), de origen internos y externos,

estadísticas, fuentes primarias y secundarias….etc, en este tema se van a relacionar las principales fuentes de información e instrumentos que emplean las empresas organizadoras de itinerarios en la confección de los mismos; sobretodo en aquellos que responden a los llamados “paquetes”, “forfaits” o “package tour”.

Una relación de estas fuentes de información puede ser la siguiente:

– Atlas y planos.

– Mapas de carreteras

– Guías de establecimientos de alojamiento

– Tarifas confidenciales de proveedores

– Manuales de transporte Aéreo, ferrocarril, ferroviario, etc

– Tarifas de guías, tour-leaders…

– Guías turísticas de información general sobre lugares a recorrer

– Guías de museos, espectáculos, lugares de interés

– Archivos de programas de mayoristas ordenados por destinos

– GDS y SCR

– Revistas técnicas y científicas

– Tarifarios, horarios, boletines informativos, manuales de venta y folletos remitidos y editados por los prestarios de servicios turísticos.

– Revistas de viajes

– Revistas técnicas y científicas

– Servicios de información telemática: correo electrónico y conexión a Internet (SADAVE impulsado por la Asociación Española de Agencias de viajes y EDITRAVEL , desarrollado por la FEAAV como sistema de intercambio de documentos

· B Viabilidad de recursos: Evidentemente, para conseguir definir si un recurso es viable o no en relación con la programación de itinerarios turísticos, es necesario comenzar por definir los recursos y catalogarlos posteriormente.

a) Recursos turísticos del entorno

Para conseguir el desarrollo de un destino turístico, se requiere la existencia de ciertos recursos o elementos naturales que tengan capacidad de atracción para el turista. El mayor o menor valor turístico de un destino va a venir determinado por una serie de factores que brinde la propia naturaleza – montañas, ríos, nieve, playa – o que ofrezca la acción del ser humano a lo largo de su historia – monumentos, obras de arte, etc -.

La organización Mundial del Turismo (OMT) distingue entre los términos:

– Patrimonio turístico y

– Recursos turísticos.

El Patrimonio turístico lo define como “el conjunto potencial de los bienes materiales o inmateriales a disposición del ser humano y que pueden utilizarse, mediante un proceso de transformación, para satisfacer sus necesidades turísticas”.

Los recursos turísticos comprenden todos los bienes y servicios que, por medio de la actividad del ser humano y de los medios con que cuenta, hacen posible la actividad turística y satisfacen las necesidades de la demanda.

Así pues, el patrimonio turístico constituye la materia prima sobre la que debe existir una intervención de los responsables del desarrollo turístico, para, mediante un programa de actuaciones sobre el mismo, llegar a obtener un recurso turístico, que asea atractivo para el turista y susceptible de ser el “causante” de la confección de un itinerario turístico.

Seleccionar los recursos que mejor se adecuen a las necesidades de los consumidores, elaborar un inventario de esos recursos turísticos, de oferta básica y complementaria, susceptibles de ser incluidos en un producto turístico (itinerario turísticos), es la labor que debe desarrollar el profesional del turismo.

b) Tipología de recursos turísticos:

RECURSOS NATURALES

Los recursos naturales son en su origen los factores de atracción que promueven los movimientos de personas con finalidades turísticas y de reposo.

Se pueden definir como aquellos elementos de la naturaleza que satisfacen una necesidad o deseo humano, pero que el ser humano está capacitado para separar del resto de la Naturaleza y hacer uso efectivo de los mismos mediante el uso de sus conocimientos y la tecnología.

Se pueden establecer diversas tipologías de los recursos naturales:

– recursos renovables y no renovables,

– recursos apropiables y no apropiables y

– recursos agotables e inagotables.

Estas categorías sólo tienen significado si se emplean en un sentido económico y, por consiguiente, vienen definidas, para un determinado momento del tiempo, a partir del nivel de conocimientos y de desarrollo tecnológico, de la definición de necesidades y deseos, de la población y de su número, del marco socio-institucional y, a nivel de un espacio determinado, de las características del ecosistema o ecosistemas como un todo y de los factores ambientales que los conforman.

Otra clasificación (Ciriacy-Wantrup (1952)) distingue entre:

– Recursos fijos (irrenovables)

– Recursos fluentes (renovables).

Son recursos fijos, aquellos que su cantidad física total no aumenta sensiblemente con el tiempo. Hablando en sentido estricto, algunos recursos fijos pueden aumentar con el tiempo, pero a un ritmo demasiado lento para que sea económicamente importante. Son recursos de esta clase los minerales, el suelo, agua del subsuelo, playa y paisaje.

Dentro de los recursos fijos es posible distinguir entre aquellos que no disminuyen de modo apreciable con el transcurso del tiempo sin mediar su uso, y los que sí disminuyen. Muchos recursos fijos pertenecen a la primera clase. La acción del ser humano puede influir tecnológicamente sobre las disminuciones naturales de los recursos fijos. Además, algunos recursos fijos pueden pasar de la primera a la segunda clase mediante el uso-disminución.

Son recursos fluentes (renovables) los que se definen como aquellos cuyas diferentes unidades, quedan disponibles para el uso a intervalos distintos. Estas cantidades de recursos que se disponen sucesivamente se conocen como “corrientes” o “fluencias”. La corriente puede aumentar o disminuir continua o interrumpidamente, ya sea a una tasa constante o variable. Recursos de esta clase son las radiaciones solares, los vientos, las mareas, la flora o la fauna.

Los recursos fluentes pueden dividirse en dos clases principales, según la fluencia pueda o no ser afectada por el ser humano, en el estado actual de la técnica.

PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO

De acuerdo con la doctrina del Consejo de Europa en el ámbito del Patrimonio Cultural, se define el “patrimonio arquitectónico” como aquel constituido por tres categorías de elementos:

1. Los monumentos: todas las realizaciones especialmente relevantes por su interés histórico, arqueológico, artístico, científico, social o técnico, comprendidas las instalaciones o elementos decorativos que constituyen parte integrante de estas instalaciones.

2. Los conjuntos arquitectónicos: grupos homogéneos de construcciones urbanas o rurales, relevantes por su interés histórico, arqueológico, artístico, científico, social o técnico y suficientemente coherentes, para ser objeto de una delimitación topográfica.

3. Los sitios: obras combinadas del ser humano y de la naturaleza, parcialmente construidas y que constituyan espacios suficientemente característicos y homogéneos para ser objeto de una delimitación topográfica, relevantes por su interés histórico, arqueológico, social o técnico.

Por otro lado, la UNESCO ha llevado a cabo una política de protección del Patrimonio Cultural Mundial, declarando ciertos bienes como Patrimonio de la Humanidad y su contribución al turismo cultural. El concepto de Patrimonio Cultural Mundial, no limita su

consideración a los monumentos – definidos como “obras de arquitectura, de escultura o pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia” – sino que la extiende a los conjuntos, como “grupo de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia”, y a los lugares; es decir, a los paisajes culturales, definidos como “aquellas obras del ser humano u obras conjuntas del ser humano y la Naturaleza, así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico”.

Pues bien, todas las urbes reconocidas como Patrimonio de la Humanidad lo son en condición de conjunto, siendo concretamente las más numerosas las ciudades históricas, las cuales pueden revestir cuatro formas:

a) Ciudades monumentales poco afectadas por desarrollos posteriores.

b) Ciudades de carácter evolutivo ejemplar, que hayan conservado características y estructuras urbanas de las fases sucesivas de la historia, prevaleciendo sobre el entorno contemporáneo.

c) Centros históricos que ocupan el perímetro de la ciudad antigua, hoy englobada en la moderna, y que son los que con más frecuencia han venido inscribiéndose en el registro de Patrimonio Mundial.

d) Por último, sectores o barrios, como muestras de ciudad histórica.

El beneficio más inmediato a la declaración de Patrimonio Mundial es que la convierte en meta de numerosos programas turísticos.

MANIFESTACIONES CULTURALES

Dentro del turismo cultural se encuentran las siguientes actividades:

a) Las manifestaciones culturales y de espectáculos, a través de festivales de música, cine, teatro, representaciones religiosas, corridas de toros, conciertos, ciclos de ópera, jazz, exposiciones de arte, etc. Las manifestaciones culturales constituyen también una forma de posicionamiento en el mercado de turismo urbano. Ejemplo de ello son las Exposiciones Universales con sede en grandes capitales del mundo.

Las pequeñas ciudades dan una respuesta efectiva a las grandes, mediante la creación de redes. Se destacan iniciativas tendentes a:

– Creación de itinerarios (Ej: Rutas del Legado Andalusí)

– Cooperación en el desarrollo y comercialización de productos turísticos.

Tampoco deben olvidarse dentro de este apartado los desplazamientos con motivo cultural, los peregrinajes y las grandes ceremonias religiosas.

b) Los museos regionales, los espacios botánicos y jardines y otros museos. La UNESCO ha intentado una clasificación que pone en evidencia la evolución de los museos. Estarían las pinacotecas y los museos de arte, los museos de arqueología y

de historia, los museos de ciencias naturales, los museos de ciencia y técnica, los especializados, los museos interactivos, etc. Al museo se añaden salas de conferencias y exposiciones temporales, que los convierten en centros de estudio y de pedagogía, convirtiéndose en lugares muy interesantes para los turistas. Esta nueva concepción de los museos ha dado lugar al nacimiento de los “parques temáticos” y a los “parques tecnológicos” que pretenden enseñar y distraer al mismo tiempo.

c) Otra forma de manifestación cultural que es relativamente reciente y que se desarrolla de manera rápida y continua, es lo que se llama turismo económico, industrial o técnico. Desde los años 50 las empresas han tomado conciencia del interés que supone a sus clientes actuales o potenciales, dar a conocer el conjunto de sus actividades abriendo a los visitantes el conjunto de sus instalaciones. Como en los museos, las infraestructuras de acogimiento toman lugar, las técnicas de comunicación se perfeccionan, convirtiéndose en un verdadero producto turístico.

Otras tipologías de recursos turísticos son las siguientes:

· La que distingue entre:

– Recursos turísticos físico-naturales (relieve, hidrografía, clima, vegetación, fauna)

– Recursos turísticos históricos-patrimoniales

– Recursos turísticos etnográficos-culturales.

· La establecida en el Libro Blanco del Turismo Español (1990):

– Recursos asociados con el agua.

– Recursos asociados con la tierra.

– Recursos asociados con la historia.

– Recursos asociados al hombre.

55.3 TÉCNICAS DE PROGRAMACIÓN

· Interpretación de un itinerario

Un itinerario turístico es el resultado de la combinación de diversos factores, que definen de una manera clara algún componente de la misma. Estos factores son atractivos de la ruta, medio de transporte, medio de alojamiento, duración, época del año y, por supuesto, ámbito territorial (Gómez y Quijano, 1992).

A pesar de que el principal objeto de análisis de este tema se corresponde con el ámbito territorial, han sido analizados también el resto de componentes reseñados, con objeto de

poder presentar el conglomerado de elementos que forman parte del proceso de definición de un itinerario turístico, ya sea bajo su versión abierta de ruta turística, ya sea bajo su versión cerrada de circuito turístico.

1. Los atractivos de la ruta

Los atractivos son los que definen generalmente el objeto de la ruta. En la definición de estos atractivos juega un papel importante el valor de los mismos, pero sobre todo, su reconocimiento, es decir, la imagen que proyectan. Así, el papel de la percepción de los atractivos se convierte en la materia base sobre la que se asienta el objeto de la ruta. Una ruta turística por Picos de Europa lleva implícito un componente natural, de la misma manera que una por el Camino de Santiago ofrece una imagen de valor monumental. Esta diferencia es especialmente válida cuando se trata de realizar rutas turísticas en territorios muy distantes del lugar de origen, por ejemplo, para los españoles Canadá es sinónimo de parajes naturales y Tailandia lo es de un país exótico y de sexo.

En el sentido expuesto, no cabe confundir los atractivos, que son recursos conocidos y utilizados, con el patrimonio, que hace referencia al conjunto de recursos potenciales de uso del territorio, sean éstos reconocidos o no.

En cualquier caso, un análisis más detallado de los atractivos de la ruta permite dividirlas entre rutas de carácter general y rutas específicas o monográficas. En el primer caso se tienen en consideración el conjunto de atractivos del espacio de referencia, mientras que en el segundo caso tan sólo se valoran algún tema de atracción turística. Es evidente que desde un punto de vista geográfico los más válidos son los primeros, pero no es menos cierto que son los segundos los que presentan unas mejores expectativas de rendimiento turístico, y ello es especialmente válido si el territorio por el que se ubica la ruta no está suficientemente posicionado. Valga como ejemplo la comparación entre la Ruta de las Merindades, en Burgos y la Ruta de los Pueblos Blancos en Andalucía; en el primer caso se trata de un espacio geográfico poco reconocido en el conjunto de España, y que no sugiere, salvo para los burgaleses, ningún tipo de sensación, mientras que en el segundo caso, la imagen prototípica está perfectamente definida.

Como resultado de todo ello cabe considerar que las rutas óptimas son aquellas que se definen temáticas, excepto en el caso ya mencionado del espacio reconocido, pero que lejos de utilizar tan sólo los recursos vinculados al tema que le da nombre y carácter, aprovechan el conjunto de recursos turísticos del territorio.

Valor turístico y de aprovechamiento del territorio según el tipo de itinerario

TIPO DE ITINERARIO

VALOR DE USO TURÍSTICO

APROVECHAMIENTO DEL TERRITORIO

Territorial de comarcas reconocidas

Elevado

Elevado

Territorial de comarcas poco conocidas

Bajo

Medio

Temático de tipo convencional

Medio

Bajo

Temático con inmersión en el ámbito territorial

Elevado

Elevado

2. El medio de transporte

El medio de transporte influye decisivamente en la movilidad del turista sobre el territorio y condiciona en gran medida el coste final de la ruta, por lo que se valora este componente como trascendental.

La diversidad de medios de transporte es realmente amplia e incluye transporte terrestre, transporte marítimo y fluvial y transporte aéreo, siendo el transporte más generalizado, desde un punto de vista geográfico, el terrestre.

El medio de transporte puede convertirse en un atractivo capital y, como resultado, en uno de los valores principales de la ruta. Tal es el caso de los cruceros, de las rutas en bicicleta o de los trenes turísticos. Todo ello es especialmente cierto cuando se trata de sistemas o medios de transporte poco usuales, y que representan un aliciente por sí mismos.

Una clasificación de los diversos medios de transporte permite identificar los siguientes:

• Terrestres

Son los más extendidos y utilizados, destacando el vehículo propio y el autocar colectivo en la utilización del sistema de carreteras, así como el ferrocarril. Estos tres medios de transporte permiten el aprovechamiento amplio del territorio, en contraste los medios de transporte terrestres que requieren de un esfuerzo físico, como es el caso de la bicicleta, el caballo o sencillamente a pie, y que no permiten una escala de movilidad muy extensa del territorio, aunque sí más intensa. También en este segundo bloque se incluirán la mayoría de itinerarios en vehículos todo terreno, pues aunque no exigen un esfuerzo elevado presentan el condicionante de la infraestructura por la que se desplazan, que a causa de sus malas condiciones no permiten un desplazamiento veloz (se debe resaltar que estas condiciones son las buscadas por los usuarios de este tipo de transporte).

• Aéreos y aéreos/terrestres

A pesar de que el transporte aéreo supone uno de los principales medios de desplazamiento turístico del mundo, debe recordarse su escasa conexión con el uso del territorio, razón por la cual se ha incluido en este tema el uso combinado con medios terrestres.

Es el tipo de transporte más utilizado para los desplazamientos relacionados con el turismo de estancia o destino, pues se trata del medio más rápido, y para estos usuarios el atractivo no radica en el recorrido sino en el destino, tal y como indica genéricamente su nombre. Para este tipo de turista, la distancia entre origen y el destino es tan sólo un obstáculo a salvar lo más rápidamente posible.

La anterior es una concepción fuertemente contrastada con la que supone el aprovechamiento combinado de los medios de transporte aéreo y terrestre. Esta modalidad responde a las mismas características que las definidas en el medio de transporte terrestre con la salvedad que implica desplazamientos a territorios muy alejados de la zona

de origen. Es característico de usos turísticos de territorios transoceánicos, como serían para un español Brasil, Estados Unidos, Costa Rica o Australia, para los cuales no existe otra posibilidad “racional” que la combinación de transporte aéreo para la aproximación al país y transporte terrestre en el país de destino.

Como tendencia actual cabe reseñar el uso cada vez más extendido del avión como transporte interno en el país de destino, circunstancia especialmente válida cuando el país de destino es de grandes dimensiones.

Valor turístico y de aprovechamiento del territorio de los diferentes medios de transporte

MEDIO DE TRANSPORTE

VALOR DE USO TURÍSTICO

APROVECHAMIENTO DEL TERRITORIO

Carretera convencional

Elevado

Medio

Carretera alternativa

Medio

Elevado

Ferrocarril

Medio

Medio

Aéreo

Elevado

Nulo

Aéreo/terrestre

Elevado

Medio

Marítimo

Medio

Bajo

Fluvial

Bajo

Elevado

El transporte aéreo presenta también usos turísticos para destinos cercanos cuando éstos son destinos de turismo de negocios, es decir desplazamientos en los que el factor tiempo es el elemento principal, y no se debe olvidar que hoy en día el avión sigue siéndole medio de transporte más rápido.

Cabe mencionar finalmente en el apartado de transporte aéreo el desarrollo de medios poco usuales como es el caso del globo aerostático, que permite realizar desplazamientos bastantes largos y en los que, como en el caso de los medios terrestres alternativos, el medio de transporte se convierte en el atractivo principal.

• Marítimo y fluvial

Incluye todos aquellos desplazamientos que utilizan el elemento líquido como marco de desplazamiento.

Con gran tradición y notables expectativas de crecimiento, incluye los cruceros marítimos en transatlánticos o barcos de vela y los cruceros fluviales en barcas adaptadas a la navegación fluvial, ya sean neumáticas o las famosas “peniches” francesas.

En la mayoría de los casos el medio de transporte constituye el principal aliciente de la ruta, aunque es posible la combinación marítimo/terrestre, éste es en la práctica poco común.

Presenta un uso turístico del territorio muy limitado, a la franja litoral en el caso del transporte marítimo y a la red hidrográfica natural o artificial (canales) en el caso del transporte fluvial. Esta afirmación es válida para el caso español, donde la red hidrográfica presenta una escasa navegabilidad, pero no lo es para países o regiones con unas

características orográficas e hidrográficas favorables como es el caso de Holanda, con una red de canales muy densa.

En España el uso de los canales y ríos como infraestructura de transporte turístico es todavía una asignatura pendiente que algunas iniciativas como las del Canal de Castilla o las del Guadalquivir intentan superar.

3. Medio de alojamiento

Igual que el medio de transporte, permite definir en gran medida las características esenciales de la ruta turística, por su influencia decisiva en el valor final de la misma.

Se debe diferenciar en un principio entre la utilización de un alojamiento ubicado en el lugar de destino o de ruta. En el primer caso engloba aquellos alojamientos que se deben desplazar utilizando las infraestructuras de las carreteras, caso de las caravanas o autocaravanas o aquellas, más ligeras, que no necesitan explícitamente de este marco de desplazamiento, caso de las tiendas de acampada. En cualquier caso, parece adecuado considerar que los medios de alojamiento móviles han de utilizar infraestructuras de soporte ubicadas en los espacios de uso turísticos y que se identifican con las zonas de acampada.

El resto de medios de alojamiento posibles se incluyen dentro del conjunto de establecimientos hoteleros y la mayor parte de los extras-hoteleros, permitiendo en la mayoría de los casos usos tanto para el turismo de destino, como para el turismo itinerante. Los hoteles presentan las mismas posibilidades de uso para un tipo de turismo como para otro, y la diferencia de especialización tiene que ver con la vocación turística de la región donde se ubican y los modelos desarrollados en la misma. En cambio algunos tipos de alojamientos extrahoteleros parecen definidos explícitamente para el turismo de destino, tal es el caso de los apartamentos turísticos o las ciudades para el turismo de vacaciones; otros, como los refugios de montaña, presentan una clara vocación de uso para el turismo itinerante y otros, como las casas rurales, compatibilizan perfectamente ambos.

4. Duración de la ruta

El tiempo que ha de durar la ruta tiene unas implicaciones más importantes para el uso del territorio del que en un principio podría preverse, puesto que implica diferentes concepciones de motivaciones y por lo tanto, diferentes modelos de rutas. La diferenciación se establece de forma natural entre:

Excursion es (rutas de un día de duración). Implica un desplazamiento por el entorno próximo al lugar de origen y no incluye entre los determinantes de la ruta el alojamiento. Responde a una organización generalmente individual y con un aprovechamiento de territorio intenso pero breve. A menudo coexiste con desplazamientos de mayor duración del tipo sedentario, del que forma un complemento, especialmente en los casos del turismo litoral. Valgan como ejemplo de este tipo de itinerarios la excursión a Toledo desde Madrid, a Montserrat desde Barcelona o a Granada desde Motril. Se identifica este tipo de itinerarios con períodos de vacaciones o de excusiones realizadas en días festivos.

Rutas de corta duración (de dos a tres días). Este extendido grupo de rutas se relaciona con las de fines de semana. Como en el caso anterior, la importancia mayor corresponde a las rutas organizadas de forma individual y sin utilizar los recursos de los intermediarios turísticos, ni contratar un paquete ya creado. No obstante, para algunos colectivos como es el caso de tercera edad y de escolares, este tipo de itinerarios revisten un carácter de circuito, o como mínimo requieren la utilización de intermediarios turísticos.

Rutas de larga duración >>(más de tres días). Se identifica con periodos vacacionales, por lo que su importancia es mayor para el ususario, que tiene mucho más organizados este tipo de itinerarios, utilizando los servicios de los intermediarios turísticos.

5 Periodo del año

La época del año en la que se realiza la ruta o el circuito reviste una importancia menor, en conjunto, aunque en algún caso puede ser el factor motivacional decisivo, especialmente cuando el itinerario planteado tiene relación directa con factores climáticos. Un destino de nieve o uno de sol y playa responden fielmente a esta condición.

Ocurre también que factores de tipo cultural pero que tienen una relación con el calendario, pueden condicionar también la motivación del itinerario; por ejemplo, manifestaciones folklóricas o religiosas (semana santa).

De acuerdo con el periodo del año en que se realizan se distinguen tres tipologías de itinerarios:

a) Estacionales. Abarcan periodos amplios del año y se dan en aquellos territorios donde se produce una secuencia estacional significativa. La mayor proporción de itinerarios de larga duración se producen en épocas estacionalmente favorables, ya sea por motivación de sol y playa, nieve o incluso cultural.

b) De calendario fijo. Se engloban aquellos periodos del año que forman parte del calendario festivo de forma permanente, como es el caso de Semana Santa en España o periodos vacacionales de Primavera o de finales de inviernos en otros países.

c) Acontecimientos puntuales. Referidos a hechos singulares al margen del calendario festivo o vacacional general. Desplazamientos motivados por conciertos, exposiciones, eventos deportivos, etc.

· El ámbito territorial de un itinerario

Las posibilidades de modelización de un itinerario turístico en función del espacio donde se desarrolla pueden ser muy variadas, pero sintéticamente se reducen a dos:

Destino simple: se produce cuando el desplazamiento se reduce a un viaje de ida y vuelta entre la población origen y el destino turístico, prescindiendo del entorno

por el que transcurre el itinerario y del entorno del lugar de destino. (Modelos de nieve o de sol-playa).

Multidestino: supone una mayor sensibilidad del viajero por el entorno donde se desarrolla el itinerario e implica, por tanto, la búsqueda de más de un centro de destino. Puede tratarse de un destino central u objetivo, pero arropado por una serie de destinos secundarios o complementarios. Tipos de multidestino pueden ser los siguientes:

A. Itinerario en ruta: responden generalmente a desplazamientos individuales, con poco soporte de los productos ya elaborados por los operadores turísticos. EJ: ruta que partiendo de Madrid con destino a la costa Tropical contempla una visita a la ciudad de granada.

B. Itinerario de campo base: se denomina también modelo radial y supone el aprovechamiento de la región o comarca de destino sin alterar el núcleo de alojamiento. Ej: Madrid y alrededores (Segovia, Toledo, El Escorial, Aranjuez…).

C. Itinerario de circuito regional: supone el esfuerzo de una comarca o región por aunar atractivos de su territorio que, de forma individual, difícilmente, tendrían atractivos para generar flujos de viajeros. Ej: Las alpujarras.

D. Itinerario global: se trata de presentar un recorrido en el que se integran los atractivos de la región por la que transcurre la ruta. Ej: el Camino de Santiago, La ruta del Quijote, Las rutas del Legado Andalusí…

· La confección del itinerario

En la creación de un itinerario se deben considerar la multitud de factores enumerados en todos los apartados anteriores, así como la utilización de técnicas de marketing.

Desde el punto de vista, no del marketing, sino de los valores territoriales y su dinámica el primer paso para la creación de un itinerario turístico consiste en averiguar el potencial de que se dispone; es decir, en el conocimiento de los atractivos del área, así como de los espacios de competencia geográfica. Esto permitirá valorar las posibilidades de éxito de acuerdo con los atractivos base, los cuales pueden ser modificados para mejorar sus expectativas. También se valoran las características de los accesos y las posibilidades de visitas.

El segundo paso consiste en la vinculación física de los atractivos; es decir, definir la escala de detalle en la que se quiere inscribir los atractivos. Esta jerarquización permitirá incluir atractivos menos importantes en una ruta comarcal, que desaparecerán en el itinerario de toda una comunidad autónoma.

En el tercer paso se ha de plantear el objeto de la ruta; es decir, cuál es el valor del conjunto de la misma, y en consecuencia toda una serie de valores complementarios como el medio de transporte propuesto, el tipo de alojamiento recomendado, la duración de la ruta y el periodo en que se sugiere realizarla. Todo ello comportará evaluar los mercados objetivos, para la promoción o venta.

Una vez definidos estos tres pasos se establecen las siguientes fases en la organización del itinerario:

a) Preparación (antes de): consistente en una vez planteado y diseñado, proceder a la organización, gestión de reservas, comercialización y venta.

b) Desarrollo (durante): el guía o acompañante es el principal actor desde el punto de vista organizativo. Es el administrador de toda la organización anterior, que debe dirigir con acierto, añadiéndoles muchas dosis de oportunidad y animación.

c) Análisis (después de): comprobar el funcionamiento a través del guía; estudio del grado de satisfacción del cliente; análisis de la desviación de costes; resultados económicos del viaje.

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Bibliografía:

RUTAS E ITINERARIOS TURÍSTICOS EN ESPAÑA. J. Gómez y C. Quijano. Síntesis.

MANUAL DE GEOGRAFÍA TURÍSTICA DE ESPAÑA. J. Calabuig y M. Ministral. Síntesis. ASISTENCIA Y GUÍA A GRUPOS TURÍSTICOS. C. Picazo. Síntesis.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y GESTIÓN PRÁCTICA DE LAS AGENCIAS DE VIAJES.

M.A. González Cobreros. Síntesis.

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