Tema 56 – Técnicas de asistencia, animación y comunicación aplicadas a la actividad de asistencia y guía a grupos turísticos. Comportamientos colectivos e individuales en el marco de los grupos turísticos. Técnicas de dinámica y animación de grupos en función de las fases y situaciones más características que se dan en el desarrollo de un viaje.

Tema 56 – Técnicas de asistencia, animación y comunicación aplicadas a la actividad de asistencia y guía a grupos turísticos. Comportamientos colectivos e individuales en el marco de los grupos turísticos. Técnicas de dinámica y animación de grupos en función de las fases y situaciones más características que se dan en el desarrollo de un viaje.

56.1 INTRODUCCIÓN

56.2 TÉCNCIAS DE COMUNICACIÓN APLICADAS A LA ACTIVIDAD

· Introducción a la comunicación:

– Elementos de la comunicación.

– Los obstáculos de la comunicación.

· La comunicación no verbal: el gesto y la imagen.

· Consejos para hablar en público.

· Las reglas básicas de la comunicación.

· Técnicas a emplear según escenarios:

– Espacios abiertos.

– Espacios cerrados.

56.3 DINÁMICA DE GRUPOS TURÍSTICOS

· Concepto y fases en la dinámica de grupos turísticos.

· Normas generales de atención a grupos.

· Tratamiento de quejas y reclamaciones.

56.4 COMPORTAMIENTOS COLECTIVOS E INDIVIDUALES EN EL MARCO DE GRUPOS TURÍSTICOS.

· Tipologías de grupos.

· Tipologías de clientes.

56.5 TÉCNCIAS DE ANIMACIÓN EN EL DESARROLLO DE UN VIAJE

· Animación en ruta.

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56.1 INTRODUCCIÓN

Una reflexión importante antes de hablar de comunicación es necesaria, y debe estar relacionada con la capacidad de escucha, con la habilidad para escuchar.

“La capacidad para escuchar bien – escuchar con comprensión y cuidado – es la habilidad que nos permite captar lo que la otra persona nos está comunicando y “darle información” de que estamos recibiendo y comprendiendo lo que nos dice”.

Esta capacidad de escucha activa lleva implícita:

· Señales no verbales de escucha activa (respeto del modo particular en que comunica el interlocutor, expresar la disposición a escuchar, dar información con gestos y con el cuerpo)

· Señales verbales de escucha activa+ (dar información con palabras, pronunciar expresiones de reflejo o empatía, emitir señales facilitadotas)

Estas capacidades deben ser desarrolladas por los profesionales de la comunicación; en nuestro caso, por los guías y asistentes de ruta que constantemente han de estar aplicando sus habilidades comunicadoras en el desarrollo de su actividad profesional.

56.2 TÉCNCIAS DE COMUNICACIÓN APLICADAS A LA ACTIVIDAD

· Introducción a la comunicación:

Una de las atribuciones comunes a cualquier perfil profesional o modalidad de guía es la de informar; por eso todos aquellos que ejerzan esta profesión deben ser buenos comunicadores, lo que significa que den ser conscientes de su comportamiento cuando hablan, planteándose cuestiones como:

– ¿utilizo el tono de voz adecuado?

– ¿evito la monotonía?

– ¿vocalizo?

– ¿adapto mi mímica a lo que tengo que decir?…., además de otras muchas y posibles cuestiones de autoevaluación.

El no prestar atención a todos estos detalles (la no autoevaluación) puede significar la “no comunicación”; es decir, que sólo se están pronunciando palabra, con lo cual no se está desarrollando el objetivo final de la función de estos profesionales.

Elementos de la comunicación.

El proceso de la comunicación se divide en cuatro niveles:

a) El emisor o guía, quien tiene la obligación de transmitir información a sus clientes; por tanto, elabora un mensaje a través de las fuentes de documentación, experiencias, conocimientos, etc; seleccionando aquello que él estima de interés para sus clientes, adaptándolo a su tipología. Una vez decidido a este respecto, lo codifica y, finalmente, emite la información.

b) El receptor o cliente a quien se acompaña, el cual recibe la información estimada, escucha el mensaje y lo descodifica, dándole significado e interpretando aquello que el guía ha dicho.

c) El mensaje, cuyo significado se intenta que sea comprendido por los clientes.

d) La circunstancia o momento en que se produce la transmisión del mensaje.

Por tanto se debe considerar la comunicación como un todo en el que hay que valorar:

– Lo que se dice.

– Quién lo dice y cómo se dice.

– A quién y en qué circunstancias se dice.

En la comunicación es fundamental no sólo el contenido del mensaje sino también la forma en que éste se transmite. Es tan importante la persona que está hablando (imagen) como el mensaje que está transmitiendo.

Al emitir un mensaje se confía en que el significado que le dé el interlocutor se ajuste o sea similar al atribuido por el emisor; de aquí la importancia en el caso de los guías, de dominar un idioma con el fin de no cometer errores en la codificación.

A menudo, el tono de voz delata el estado anímico o emocional, por lo que se debe cuidar la entonación con el fin de motivar la escucha.

Se debe “creer” lo que se explica, debe haber algo “afectivo” en el estilo si se quiere retener la atención de los clientes e interesarlos.

Los gestos de la cara, el lenguaje del cuerpo comunican tanto o más que las propias palabras.

La comunicación es un proceso en doble sentido y, por tanto, para que se produzca es necesario que haya respuesta, tanto verbal como visual (retroalimentación o “feed-back”

Los obstáculos de la comunicación.

A la hora de transmitir un mensaje, el guía debe tener en cuenta el tipo de cliente, el tiempo del que dispone, el momento del día, la dinámica del propio grupo, los factores

ambientales, etc. Debe tratar de saber lo máximo posible del grupo al que va asistir. Edad, nivel cultural, nacionalidad, intereses,…etc.

Cuanto más se ajusten los mensajes a las experiencias mentales y emocionales de las personas a quines van dirigidos, tanta más eficacia se producirá en la comunicación.

Cuando se quiere establecer una buena comunicación hay que tener en cuenta los obstáculos con los que se puede encontrar el guía y conocer cuáles son controlables y cuáles no.

Antes se ha expuesto que la comunicación se basa en cuatro elementos; por tanto, los problemas que surjan, provienen, lógicamente de alguno de ellos.

a) El emisor. Algunas de las posibles “deficiencias” en el guía, normalmente controlables, son:

· voz no adecuada

· tono no adecuado

· hablar demasiado deprisa

· uso de muletillas

· no usar inflexiones adecuadas

· mala utilización de gestos

· no adecuar el mensaje a la tipología del cliente

· no detectar el “feed-back”

· mala codificación del idioma.

b) El receptor. Algunas de las posibles deficiencias en el cliente son:

· no escuchar

· estar distraídos

· estar cansados

· mala descodificación del idioma

· poca permeabilidad

· preguntas que interfieren

· adelantarse a las explicaciones

c) El mensaje. Lo que se intenta transmitir siempre se intenta controlar. Sin embargo, a veces no se comunica bien porque:

· el mensaje no es lo suficientemente claro.

· El mensaje es extremadamente largo o muy complejo.

d) La circunstancia. Unas veces es controlable y otras no.

· el micrófono no funciona.

· hay ruido en el entorno

· auditorio demasiado largo a lejano

· agentes climáticos (lluvia, frío, calor).

· La comunicación no verbal: el gesto y la imagen.

La comunicación también se produce a través de gestos y de la imagen, por lo que resulta positivo dominar estos aspectos utilizando correctamente el lenguaje no verbal.

El gesto

La palabra debe ir subrayada por el gesto. Cuando se habla, se habla con todo el cuerpo. Los especialistas estiman que en las conversaciones frente a frente, el mensaje verbal sólo llega a contener un 35% del significado, siendo el lenguaje no verbal el que aporta el mayor porcentaje a la comunicación.

Cualquier movimiento, consciente o inconsciente, puede indicar algo y, en ocasiones, contradecir a la comunicación verbal.

Los ojos, cejas, manos y cuerpo envían señales constantemente en el proceso de la comunicación. Si se utilizan adecuadamente, se controla mejor el proceso. También la posición espacial especto al grupo de clientes revela gran cantidad de información.

Es muy importante transmitir con los gestos una actitud de servicio, estar atento, receptivo, amable, cuidar las posturas, prestar atención a la mímica, etc.

La imagen

Es fundamental, por ser la primera impresión que el cliente recibe del guía y por otra cuestión, también de gran peso: se trabaja la imagen de la empresa a través del profesional guía.

El guía durante el desarrollo de su actividad es el representante de la empresa para la que trabaja (guía de ruta) o sólo se representa a sí mismo (autónomo) o a la asociación a la que pertenece (APIT o privadas). La imagen de marca a través del guía se consigue mediante:

– la uniformidad

– las pautas de conducta dadas por la empresa o asociación, de aceptación obligada: formar de vestir, maquillarse, hablar, tratar quejas y reclamaciones, actuar en determinadas situaciones,….etc

El trabajo de la imagen personal tiene como objetivo fundamental la imagen de marca; es decir, conseguir un determinado posicionamiento de la empresa en el mercado, de modo que con sólo oír un nombre comercial o visionar un logotipo, los clientes asocien un sistema de trabajo a unas relaciones de calidad y precio. En segundo término, se persigue la fidelización de la clientela.

· Consejos para hablar en público.

No se pueden establecer reglas estrictas a seguir y que hayan de ser adoptadas por los profesionales de la información y guía a grupos turísticos, pero pueden aconsejarse las siguientes pautas:

1. Ensayo previo.

2. Ejercitarse ante un espejo o utilizar grabadora.

3. Cuidar al máximo la imagen personal.

4. Estar seguro de lo que se va a transmitir.

5. Recordar que el “miedo escénico” es natural y aceptarlo para poder superarlo.

6. Hablar mirando a los clientes, siempre que sea posible.

7. “Peinar” al auditorio.

8. Naturalidad y sencillez.

9. Transmitir actitud de servicio.

10. Evitar los “tic”

11. No usar “muletillas”.

12. Prestar atención a la velocidad del lenguaje.

13. Vocalizar.

14. No tutear al auditorio.

15. Respira hondo, relajarse………. Y por último

…… hay que recordar que no es posible “hablar bien”, si se está pendiente de recordar las reglas que se han de seguir.

· Las reglas básicas de la comunicación

– No crear infelicidad, sino transmitir alegría.

– Correcta indicación o el efecto “flash” (emitir la información en el momento adecuado).

– Conveniencia de anticiparse en algunas ocasiones.

– Dar información comprensible para los clientes, aportando referencias (por ejemplo a nivel espacial o en relación con fechas o datos numéricos).

– Buscar armonía entre lo que se ve y lo que se explica.

– Dar informaciones objetivas.

– Evitar los temas conflictivos (religión, política, sexo).

– Evitar el enfrentamiento.

– Amenizar las explicaciones, sin abusar de las anécdotas o los chistes.

– Engarzar las explicaciones con un hilo argumental.

– Adaptar el mensaje al auditorio.

– Anticiparse a las posibles preguntas.

– No dar la información “a latigazos” sino de manera conexionada.

– Perder el complejo de ignorante.

· Técnicas a emplear en las explicaciones.

En espacios abiertos

En los espacios abiertos (exterior de un monumento, museo o recurso turístico) el guía da las explicaciones de viva voz. En estos casos se deben observar las siguientes pautas:

– Antes de llegar o comenzar se explica el programa de lo que se va a hacer y se dan las indicaciones tanto operativas, como de seguridad si son necesarias.

– Se fija hora y lugar de encuentro por si alguien se pierde o despista.

– Se organiza el desplazamiento.

– Se inicia el desplazamiento pudiéndose utilizar un elemento visual para ser reconocido y se evita el efecto “goma elástica” (grupo disperso)..

– Se busca el lugar adecuado para hacer las paradas, no bloqueando el paso de peatones u otros grupos guiados.

– Dar las explicaciones de cara al grupo, adecuando el tono de voz a las circunstancias ambientales.

– Utilizar la correcta señalización (derecha, izquierda, arriba, abajo, delante, detrás).

– Minimizar el número de maniobras a realizar.

En espacios cerrados

Hay que distinguir entre las explicaciones dadas en el interior del autocar para las que se utiliza el micrófono y las que se dan en el interior de monumentos, museos o recursos turísticos.

A) En el interior del autocar: comprobar funcionamiento de micrófono, ajustar la megafonía, indicaciones con palabras y no con las manos, vocalización, tono de vos, oportunidad, información conexionada, ….

B) En el interior de un monumento, museo o recursos turísticos son, en general, aplicables las mismas pautas que en espacios abiertos. Debe añadirse que el recorrido habrá de ceñirse al establecido previamente por el gestor del lugar visitado y se han de respetar todas las normas establecidas por el mismo.

56.3 DINÁMICA DE GRUPOS TURÍSTICOS

· Concepto y fases en la dinámica de grupos turísticos

En la actividad de los profesionales de la información y guía a grupos hay una gran dosis de psicología, la mayor parte de las veces producto de la experiencia, no del estudio.

Para un guía veterano, resulta sencillo evaluar al grupo al cabo de poco tiempo de contacto con él, ya que existen una serie de conductos, actitudes y gestos que permiten identificar aspectos como:

– Se conocen entre ellos (grupo cerrado)

– Hay algún líder natural

– Hay algún inadaptado

– Hay personas impuntuales, “pateadoras”,..

– “Alguno se va a perder”…

Las relaciones del usuario del servicio con los diferentes tipos de guía son tan diversas como tipos de guías hay; para un guía turístico o guía de museo la relación con el cliente es de muy corta duración, mientras que para un guía de ruta la relación es mucho más intensa.

Las técnicas a emplear, siempre desde el punto de vista de la dinámica de grupos, son en todos los casos muy similares, y su conocimiento facilita el ejercicio de la profesión de guía.

Llevar un grupo de personas es una tarea compleja, debido, entre otros factores a la heterogeneidad. Los intereses de cada una de ellas son diferentes; por tanto, en la función de guías se debe considerar este aspecto y recordar que gustar a todo el mundo es prácticamente imposible. Por tanto, el guía debe liderar al grupo de la manera más conveniente para los intereses generales del mismo, por encima de las críticas o juicios que puedan formular algunos de sus miembros.

Fases en la dinámica de grupos

En grupos vendidos plaza a plaza, al iniciar el viaje tiene lugar las siguientes fases:

1. FASE INICIAL. Es la fase de primer contacto en la que los miembros del grupo no se conocen entre sí. No hay conciencia de grupo y se busca la autoridad convencional, el líder formal, que en este caso es el guía.

2. FASE DE EXPECTACIÓN. Los miembros del grupo tratan de conocer algo de sus compañeros. Es una fase de inseguridad y vaguedad. A menudo los clientes se muestran distanciados y algo expectantes o también pasivos, esperando la actuación del guía.

3. FASE DE CONTACTO PERSONAL. Es la fase de aproximación. Comienzan a intercambiarse sentimientos y establecerse los primeros contactos entre los miembros del grupo.

4. FASE DE SELECCIÓN. Se conoce todo lo que en un principio puede interesar de un compañero y entonces, o bien se estrecha la relación, o bien se cambia de compañero.

5. FASE DE INTEGRACIÓN. Es la fase de la intensificación de las relaciones. Cuando existe una identidad de grupo y un sentido de interdependencia entre sus miembros, el grupo está cohesionado.

Uno de los objetivos del guía es acortar, en la medida de los posible, las primeras fases fomentando la convivencia, debido a la inseguridad o insatisfacción que genera el primer dia o contacto, cuando nadie se conoce.

Las funciones del guía en las diferentes fases son:

· Convertirse en el catalizador de las reacciones, acelerando las primeras fases.

· Hacer sentir a los individuos (clientes) que cuentan y son importantes para el colectivo (grupo).

· Evitar que algún miembro sea ignorado, rechazado o aislado, procurando integrar a todos y prestando especial atención a los introvertidos.

· Desarrollar estrategias que tiendan a la integración del grupo, despertando el interés de unos hacia otros y consiguiendo que se relaciones de manera igualitaria.

· Establecer reglas que faciliten la convivencia.

· Normas generales de atención a grupos turísticos

Además de las normas a seguir recogidas en las técnicas de comunicación en diferentes espacios, para conseguir que la dinámica del grupo sea fluida y se obtenga el mayor grado de satisfacción posible en la mayor parte de los clientes, el guía debe adoptar unas técnicas de trabajo y desarrollo de su actividad; es decir, unas normas generales de atención que le permitan alcanzar sus objetivos.

Algunas de estas normas de atención están relacionadas con temas como:

a) La puntualidad, exigida no de modo coercitivo, sino amablemente y haciendo ver la importancia que tiene en relación con el cumplimiento de los objetivos programados.

b) Las llamadas matinales, por las mismas razones expuestas en el apartado anterior.

c) El uso del aire acondicionado o la calefacción en el autocar o la posibilidad o no de fumar.

d) Uso adecuado de la música, el mini-bar o el vídeo o las técnicas de animación en ruta.

e) Control del micrófono.

Y todas aquellas otras que deban adoptarse en función del tipo de viaje y de las características que defina al grupo.

· Tratamiento de quejas y reclamaciones

Normalmente en este trabajo las quejas no son algo personal entre el guía y el cliente, sino que el guía es el conducto adecuado cuando surge alguna divergencia entre el cliente y la agencia. Por ello es necesario que estos profesionales conozcan cómo tratar quejas y reclamaciones.

Teniendo en cuenta la importancia del lenguaje no verbal, pueden establecerse los siguientes pasos o fases para tratar correctamente una queja o reclamación:

1. El contacto (saludo, trato individualizado, comprobar si la queja es individual o se trata de un portavoz del grupo).

2. La escucha (averiguar motivos, mostrar interés, tomarse tiempo y escuchar de forma activa).

3. Evaluación del motivo (análisis de la procedencia o improcedencia de la queja, casi siempre dar la razón al cliente, no discutir sobre la legitimidad de la reclamación, siempre reconocer el motivo, cuando lo haya).

4. Disculpa neutral o primer filtro ( a veces la simple información resuelve el problema; otras es necesario indicar los trámites a seguir para tramitar la queja).

5. Concreción de los puntos de reclamación.

6. Agradecimiento por la información.

7. Búsqueda de soluciones y alternativas.

8. Comunicación del estado de las gestiones y propuesta de solución al cliente.

9. Ejecución de la solución o remedio aplicando las soluciones propuestas y aceptadas.

10. Control posterior.

11. Elaboración del informe del viaje, dejando constancia por escrito de lo sucedido a la agencia contratante.

56.4 COMPORTAMIENTOS COLECTIVOS E INDIVIDUALES EN EL MARCO DE LOS GRUPOS TURÍSTICOS

· Tipologías de grupos.

Se pueden trabajar distintos criterios para clasificar a los grupos de turistas y adaptar las pautas de actuación del guía frente a cada uno de ellos.

a) Según procedencia:

1. GRUPOS HETEROGÉNEOS O ABIERTOS. Son los grupos vendidos plaza a plaza en los que sus componentes no se conocen previamente. No existe conciencia de grupo, aunque existen intereses comunes (el interés que les ha llevado a comprar ese viaje o circuito).

Suelen estar formados por pequeños subgrupos que requieren trato diferenciado por parte del guía

2. GRUPOS HOMOGÉNEOS O CERRADOS. Todos sus miembros se conocen previamente. Existe una dinámica preconfigurada y puede existir un guía natural que, a veces, será competidor del guía formal.

b) Según tamaño:

1. GRUPOS PEQUEÑOS. Son los grupos “micro” en los que el guía debe descender a un trato más personal con los componentes del viaje y tomar más en consideración sus opiniones y sugerencias.

2. GRUPOS MACROS O GRANDES. Son grupos de más de 30 personas en donde se multiplican las relaciones interpersonales y se hacen más frecuentes los subgrupos, con la consiguiente dificultad para el desarrollo del trabajo del guía. Suelen requerir, por sus dimensiones, de mayor organización, sin márgenes para la improvisación y de mayor tiempo para desplazamientos.

c) Según vínculo:

1. ESTUDIANTES o JÓVENES. Cobra gran importancia la adaptación del mensaje a la tipología del grupo. Puede haber divergencias de intereses y los imprevistos no suelen ser un gran problema.

2. TERCERA EDAD. su motivación no es sólo la cultura “per se” sino que juega un papel importantísimo el pasarlo bien. Hay que tener en consideración sus posibles problemas motrices, auditivos, de memoria. Por regla general no les gusta disponer de tiempo libre, por lo que el guía tampoco lo tendrá.

3. PROFESIONALES. Se caracterizan por la existencia de un fuerte vínculo en común. El caso más claro son las convenciones y congresos. Con ellos puede, por tanto, entrar el guía a fondo en temas específicos. Suelen presentar una gran homogeneidad tanto de cultura como de extracción social, motivaciones, etc.

· Tipologías de clientes

Los grupos están compuestos por individuos y, aunque sen grupos homogéneos, los individuos que los componen tiene comportamientos distintos; cada uno de ellos, por las características que los definen, requiere una manera diferente de ser tratado.

En muchos casos, por la naturaleza del servicio, no se tiene ocasión de establecer grandes diferencias en la manera de tratar las diversas tipologías de clientes, pero lo que sí es importante es tratar de localizar y neutralizar aquellas que puedan poner en peligro el éxito del servicio turístico.

Entre éstas últimas solemos encontrar las siguientes:

a) Las “pateadoras”. El motivo principal para realizar un viaje organizado es el soporte logístico y el precio económico. Su escala de valores es muy distinta a la del turista medio, pues sus móviles son básicamente culturales y querrán ir por su cuenta. Son personas negativas para el grupo, dado que van a su aire, nunca se integran y también son peligrosas, pues pueden arrastrar a otros con ellas.

b) Los “sabelotodo”. Son personas que quieren demostrar a toda costa sus conocimientos y su saber. Suelen hacer preguntas con respuesta incluida para demostrar lo anteriormente dicho. La mejor política suele ser usarlos como aliados y adularles para neutralizar sus ganas de protagonismo dándoles una oportunidad. Si no se consigue, la mayor parte de las veces basta con dejarles hacer: ellos mismos se descalifican.

c) Los “profesionales de la reclamación”. Se trata de personas negativas que siempre buscan los defectos y no los valores positivos. Les encanta fiscalizar y tienen

ciertas tendencia al liderazgo, porque necesitan del “aplauso” del resto. La forma de tratarlos suele ser concederles algo de importancia, tener un buen sentido del humor, adular su vanidad y, por descontado, si no se cometen errores, no hay nada que temer de ellos.

d) Los “exigentes”. Es el tipo de cliente que suele felicitar al guía por su trabajo. Si reclama, sus reclamaciones habitualmente están cargadas de razón aunque no suele pretender arrastrar al resto con sus quejas. Con una buena argumentación se pueden solventar algunos de los problemas o malentendidos, pues son personas capaces de razonar.

e) Los “extrovertidos amistosos”. Son gente feliz con dotes innatas para el liderato. Todo suele parecerles bien; es fácil contar con su colaboración y aceptan de buen grado las sugerencias.. Les gusta contar chistes y hacer bromas y, por ello, se deberá controlar el uso del micro o del tiempo dedicado a animación.

f) Los “introvertidos” y los “solitarios”. Parecen clientes fáciles, pero no lo son. Suelen comparar cómo se les trata a ellos, con el trato que reciben otras personas del grupo. Por ello, a veces, basta con sólo tratarlos correctamente haciéndoles ver que se les tiene en consideración, que nos hemos dado cuenta de su presencia.

g) Los “pesados”. Es el cliente que suelen bloquear al guía contándole sus problemas personales e intentando atraerlo sólo hacia él. Se procurará de la manera más cortés y amable “redirigirlo” hacia otras “víctimas”.

56. 5 TÉCNICAS DE ANIMACIÓN EN RUTA

La animación que realiza un guía consiste en crear un ambiente que permita las relaciones humanas con el grupo, en valorar y fomentar las aportaciones personales de los clientes, creando las condiciones para que puedan participar, dando vida a los “tiempos muertos”. En ningún caso deberá convertirse en animador, si ello supone una lesión a su imagen como lider formal.

Las actividades de animación son un medio para unir al grupo, para mantener un clima distendido y pacífico y favorecer el descubrimiento de nuevas amistades.

Cada una de las actividades de animación que un guía puede estimar conveniente organizar en el autocar, tiene más importancia por la apertura que provocan que por lo que ellas en sí pueden significar.

Las actividades deben cumplir dos características importantes:

· ser muy sencillas de plantear.

· Ser fácilmente realizables.

Hay que tener presente que el cliente ha comprado un viaje no un “show”, por lo tanto, todo aquello que se proponga o realice no debe apartarse del argumento principal: el viaje.

Por eso, quizás, las mejores formas de animación no consisten en organizar actividades participativas, sino en aquellas actividades, siempre relacionadas con el viaje, que de manera amena puedan enriquecerlo, como:

· Comentario de noticias curiosas relacionadas con el viaje.

· Selección de música adecuada a cada ocasión.

· Uso adecuado del vídeo.

· Facilitar vocabulario básico de los países a visitar.

· Realización de paradas convenientes en ruta.

Por último, al igual que en las explicaciones, en la animación se deben considerar las circunstancias:

a) Los distintos momentos del día.

b) El tipo de grupo.

Resulta obvio que aquello que puede ser adaptado para un tipo de grupo, puede resultar poco adecuado para otro.

Con el tiempo cada guía llega a disponer de unos recursos de animación propios, adaptados a su personalidad y facultades.

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Bibliografía:

ASISTENCIA Y GUÍA A GRUPOS TURÍSTICOS

Carlos Picazo. Edt. Síntesis.

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