La prosa medieval

La prosa medieval

==INTRODUCCIÓN==   

constituida por los exempla y los cuentos, las obras doctrinales y las crónicas.

A continuación hablaremos de la importancia de la Escuela de Traductores, por su labor de difusión cultural, así como por su influencia en la producción de Alfonso X el Sabio.

Seguiremos con un repaso a la prosa del siglo XIV, distribuyendo la materia por géneros, y distinguiendo a dos autores fundamentales de ese siglo: Juan Ruiz y López de Ayala.

Finalmente resumiremos la historia de la literatura del siglo XV, puente entre la Edad Media y el Renacimiento español.

==DEL S. X AL S. XIII==

2.1. PRIMERAS MANIFESTACIONES LITERARIAS: LAS GLOSAS

Las primeras manifestaciones de la prosa escrita no fueron de tipo literario, pero sí tienen importancia lingüística, pues testimonian que ya no se usaba el latín como lengua de comunicación entre el pueblo y han resultado decisivas para comprender la evolución histórica de nuestra lengua. Las glosas, traducción romance de algunos vocablos dudosos de los documentos latinos, son la primera manifestación escrita en lengua romance. Destacan las Glosas Emilianenses y las Glosas Silenses, fechadas por Menéndez Pidal en el s. X.

         Los textos completos en prosa romance más tempranos datan del siglo XII, mucho más tarde que la épica y la poesía, y no alcanzarán la categoría literaria hasta el siglo XIII. La evolución sintáctica del romance junto con la necesidad de escribir en la lengua vernácula documentos políticos, doctrinales y didácticos, propició que el romance le fuera ganando terreno al latín. Las primeras manifestaciones en prosa romance podemos agruparlas en: “Exempla” y cuentos, obras doctrinales y crónicas.

2.2. LOS ORÍGENES DE LA PROSA

2.2.1. EXEMPLA Y CUENTOS

      La reforma religiosa exigió que la Iglesia divulgara sus preceptos, de modo que se hicieron necesarias las colecciones de ejemplos, que junto a las sententiae, pronunciados en romance en los sermones, servirán para adoctrinar al pueblo. Los exempla, aunque cercanos a los catecismos se diferencian de éstos porque hay un amplio desarrollo del elemento narrativo.

         Lacarra distingue tres tipos: Los que se encuadran en la estructura de novela-marco (la historia principal se interrumpe con ejemplos); la caja china (un personaje de la historia insertada cuenta otro relato, que a su vez cuenta otro, etc.) y el ensartado (se encadenan una serie de relatos independientes, unidos por un personaje común).

         Los temas más frecuentes son el amor al saber y la necesidad de su difusión, la salvación del alma, la aparición de un rey justo y sabio, etc. Los personajes femeninos aparecen tratados de manera peyorativa, con una gran facilidad para el engaño.

         Destacan las obras de origen indio, traducidas al castellano a partir de obras árabes:

Calila y Dimna. Colección de fábulas pesimistas procedentes en su mayor parte del Panchatantra que tratan de establecer normas de conducta.

Sendebar. 23 cuentos unidos por una trama argumental cuyo hilo conductor es la misoginia.

2.2.2. OBRAS DOCTRINALES

Se escriben con la misma intención que los exempla. A las ya citadas sententiae, dichos de hombre famosos con una gran carga filosófica y moral, debemos citar la Disputa ente un cristiano y un judío, en la que se ridiculiza al pueblo judío; el Libro de los cien capítulos, colección de sentencias y máximas morales y políticas para la formación de reyes; Bonium o bocado de oro, catecismo político-moral compuesto por unas sentencias de filósofos orientales y grecolatinos, ensartadas mediante el viaje del rey persa Bonium a la India en busca de sabiduría; El Libro de los doce sabios, tratados para la educación de los príncipes y, finalmente los proverbios árabes de Poridat de poridades.

2.2.3. CRÓNICAS

Son piezas claves en la labor alfonsina la latina Chrónica Najarense (s. XII), la Historia Roderici(s. XII) y la Crónica Adefonsi imperatoris, por su interesante Poema de Almería, sobre el Cid.

2.3. LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO

         A partir del siglo XII se encuentran un aluvión de obras árabes, judías y griegas que penetran en la cultura occidental a través de España y Sicilia. Libros de medicina, matemáticas, astronomía, magia y filosofía serán traducidos al latín. Los textos árabes eran previamente traducidos al romance, pero no se conservan muestras. Habrá que esperar hasta Alfonso X para ver traducciones al castellano. 

         La Escuela de Traductores estuvo dirigida por Domingo Gundinsalvo. Alcanzó fama internacional ya que a través de la Escuela penetra el pensamiento griego en occidente. Las traducciones de obras griegas, árabes y judías son el destello de ilustración en un ambiente cultural pobre, con una Iglesia, que asustada, dictará prohibiciones: Aristóteles, por ejemplo.

No obstante, a través del árabe se accederá a escritos de Aristóteles, Euclides, Ptolomeo, etc. Obras que se habían perdido para el mundo occidental.

Toledo será hasta el s. XV quien proporcione a Europa las versiones latinas de las obras árabes y hebreas.

2.4. ALFONSO X EL SABIO

Nació en Toledo en 1221. Aunque sus desastres políticos son numerosos, nos ha quedado su impulso a la cultura y lengua castellana. Las razones que llevaron a Alfonso X a convertir la lengua vernácula en oficial son fundamentalmente dos: Dotar de una lengua común a las tres comunidades (cristianos, musulmanes y judíos) y facilitar la unidad cultural de su reino. Y apartar la cultura del contexto clerical, en el que se utilizaba el latín, y acercarla a la gente de la Corte, que sabía leer, pero no la lengua latina.

Preocupado por la trascendencia cultural de su idioma, él mismo dirigió la intensa actividad científica y literaria que se desarrolló en su corte. Hizo del castellano una lengua apta para la transmisión del saber en una época en que se reservaba al latín toda manifestación científica. Su doble afán, enciclopédico y divulgador, dio al castellano el empuje que necesitaba para su fijación en prosa y la unificación lingüística de todo el Reino:

1- Una finalidad enciclopédica: Recopilar todo el saber de la época en una unidad cultural que abarcara todas las disciplinas: Derecho, historia, astronomía, poesía e incluso, entretenimiento.

2- Una finalidad divulgadora: De ella se deriva el hecho de que el castellano se convierta en la lengua de cultura.

Los tres grandes núcleos de donde saldrá la obra alfonsina son: Murcia, Toledo y Sevilla.

En Toledo se reúnen los máximos colaboradores del Rey: Judíos, cristianos y musulmanes; continuación de la Escuela de Toledo.

La organización para la elaboración de los libros era la siguiente:

a) El Rey elegía el contenido y guiaba a los colaboradores

b) Hacía una labor de corrección

c) Financiaba la empresa

d) Es posible que redactara alguna obra personalmente

e) Es innegable su intervención en lo que al lenguaje se refiere

f) En cuanto al vocabulario, el problema principal radica en crear términos castellanos para conceptos científicos, pues hasta ahora se usaban términos latinos o árabes. Alfonso X crea palabras derivadas de palabras ya existentes

g) Cuando un tecnicismo es insustituible se incorpora son vacilaciones al castellano, y lo mismo ocurre con las palabras latinas fácilmente comprensibles

Menéndez Pidal divide la producción alfonsina en dos periodos: La primera de ellas innovaría la traducción de originales orientales a lengua vulgar; el segundo periodo producirá obras más originales y personales, como la Ochava Esfera o Alcora. Ahora, el castellano no es un puente hacia la traducción latina, sino el término de la traducción.

Sus obras son:

1.- Jurídicas:

a) Fuero real

b) Setenario

c) Las siete partidas: Constituyen el código jurídico más importante de toda la Edad Media y Espéculo.

2.- Históricas:

a) Estoria de España (o Crónica General): Se remonta al Antiguo testamento para buscar las raíces de lo hispano, estudia el mundo romano, presta atención a los godos, intensifica su relato en la época medieval y llega hasta Fernando III y

b) General Estoria: La historia universal más antigua en romance que ha llegado a nosotros. No la llegó a concluir y toma como fuente la Biblia llegando hasta el Nuevo Testamento.

3.- Científicas

a) Libro de saber de astronomía: Es una colección de tratados astronómicos a los que Alfonso X debe la fama de sabio. Se combinan copias y creaciones

b) Tablas alfonsíes: tratan los movimientos de los planetas, la medida del tiempo y los eclipses

c) Lapidario: Trata las propiedades de las piedras preciosas, a las que se atribuyen propiedades mágicas según el signo zodiacal del que dependan. Muy acorde con el supersticioso mundo medieval.; d) Libro cumplido de los judizios de las estrellas;

4.- Recreativas: Libros de ajedrez, dados e tablas.

5.- Las cántigas: Obra personal del Rey, escritas en gallego, acompañadas de música y de miniaturas. Prueba de la devoción que siente el rey por la virgen.

Sancho IV, sucesor de Alfonso X, no continúa con su labor cultural, por los que su equipo se disolvió pronto. A pesar de ello se crean varias obras importantes:

a. Historia de la doncella Teodor, derivada de un cuento de Las mil y una noches

b. Lucidario

c. Castigos e documentos para vivir bien ordenados por el rey don Sancho IV

d. La Gran conquista de Ultramar: De datación discutida. Alborg lo sitúa durante su reinado. Es un libro de literatura caballeresca.

==LA PROSA EN EL SIGLO XIV==

La prosa del s. XIV incluye las categorías de obras didácticas, crónicas y prosa de ficción. Sin embargo, con el ascenso social de la burguesía hace su aparición una nueva literatura de tono realista y satírico, que pretende ser un reflejo directo de la vida ordinaria y que muestra enseñanzas de tipo ordinario para enfrentarse a la vida. También encontramos una crisis de los ideales religiosos. Dos autores destacan por encima del resto y por ello serán tratados más delante: Don Juan Manuel y el Pero López de Ayala.

Los exempla van perdiendo su carácter de piezas de sermón para adquirir una renovada perfección en su estructura narrativa, de modo que, aislaos del conjunto, se convierten en cuentos. No olvidemos que en estos años Bocaccio escribe su Decamerón y Chaucer los Cuentos de Canterbury.

3.1. PROSA DIDÁCTICA

En este apartado sobresalen los tratados y escritos religiosos, con autores como el Canciller Ayala, , Alfonso de Valladolid o Fray Pedro Fernández Pecha.

      3.2. PROSA HISTÓRICA

     Destacan las siguientes obras: Gran crónica de Alfonso XI (es la obra más interesante del periodo, con múltiples conexiones con el Poema de Alfonso Onceno); Crónica de veinte reyes; Crónica del moro Rasis y la Crónica de Castilla o del emperador.

3.3. PROSA DE FICCIÓN

Hay que distinguir dos tipos de relatos de aventuras que comienzan a difundirse en el s. XIII, desarrollándose ampliamente en el s. XIV: Los que tratan distintos temas de naturaleza artúrica son las novelas sentimentales y las de caballería, entre las que destacan El Amadís de Gaula y El Caballero Cífar. De materia troyana serán aquellos que traten del asedio y la destrucción de Troya.

La leyenda artúrica aportó un mundo ficticio altamente idealizado, donde privaba la aventura, los valores caballerescos, la magia y los elementos simbólicos y míticos. Todo el compendio de temas bretones dejará una profunda huella en los primeros libros de caballerías españoles: Prueba de ello es que esa influencia llega al Quijote, que sueña en la Cueva de Montesinos con un mundo en donde se mezclan elementos de la tradición carlomagna con la artúrica.

El Amadís de Gaula: La novela de caballerías nos ha llegado a través de la refundición llevada a cabo por Garci Rodríguez de Montalvo entre 1492 y 1506 y publicada en Zaragoza en 1508. Pero existen testimonios que demuestran que ya circulaba en el s. XIV. No conocemos la fecha exacta, ni el autor, ni la lengua en que fue escrita.

Libro del Caballero Cífar: Atribuido generalmente a Ferrán Martínez, es la 1ª de caballería de nuestra lengua. En este libro encontramos muchos géneros medievales. Así, junto a temas caballerescos bretones, leyendas cristianas y orientales, se articulan ejemplos o consejos de carácter moral y político.

3.4. DON JUAN MANUEL

Máximo representante de la prosa del siglo XIV, sobrino de Alfonso X, recibió una esmerada educación en latín, Teología y derecho.

Es el primer autor español que ofrece una clarísima conciencia de escritor y de la propiedad intelectual, y también el primero que se preocupa en la transmisión de sus escritos. Es un tópico la comparación entre la actitud ante su obra de Juan Ruiz, que la dejaba al pueblo para que éste la modificara a su antojo, y la de Juan Manuel, preocupado porque los copistas estropearan sus escritos. No obstante, a nosotros nos han llegados copias del siglo XV, ya que los manuscritos se quemaron en el Monasterio de Peñafiel, fundado por él mismo, para entregarse al reposo y al cuidado de sus obras.

Predomina en su estilo dos características: la preocupación por el lenguaje y el deseo de claridad y concisión, con lo que tiende a decir lo esencial con una gran sobriedad de recursos.

Su fin es moralizador, y su medio el entretenimiento. Dentro de la tradición didáctico medieval se distingue porque antepone varios intereses materiales (honor, hacienda, situación social) a uno espiritual, la salvación del alma.

Conocemos la totalidad de su obra porque él mismo se ocupó en dos ocasiones de presentar sendos catálogos de sus obras. Obras menores son: Libro de las armas; Libro de la caza; Tratado de asunción de la Virgen; Libro de los castigos y consejos a su hijo o Libro infinito; Crónica abreviada y De las maneras de amor.

Entre sus obras destacamos El Conde Lucanor, terminada en 1335. En la obra se desarrolla un diálogo entre el Conde y su Ayo Patronio y sus relatos internos.

Consta de dos prólogos (el primero incluye el catálogo general de sus obras) y cinco partes, que se diferencian entre sí notablemente, pero que poseen una coherencia interna determinada por la presencia continuada de los dos protagonistas.

La estructura se repite en todos los cuentos: el conde plantea un problema moral o pide consejo a su ayo Patronio, quien le contesta mediante un apólogo, fábula, alegoría o cuento, del que se extrae una moraleja que el autor suele reflejar en un dístico final.

Los exiemplos proceden de fuentes muy variadas: Fábulas esópicas y orientales, relatos fantásticos y heroicos, parábolas y cuentos satíricos. Además Don Juan Manuel leyó las traducciones al castellano de dos de las primeras obras en prosa medieval: Calila y Dimna y Sandebar.

Tres rasgos ha destacado en ellos la crítica: una fina ironía, el retrato psicológico de los personajes y el carácter mismo de cada anécdota.

Don Juan Manuel trata de dar impresión de verosimilitud, haciendo uso de una técnica realista en la descripción de detalles y comportamientos. También combina elementos reales y ficticios. Son varios los ejemplos protagonizados por personajes históricos que conviven con otros ficticios.

Rasgo importante es su humor que llega a rozar la ironía.

La proyección del Conde Lucanor es enorme, llagando algunos de sus cuentos a autores de la talla de Cervantes, Calderón o Shakespeare.

Si comparamos los cuentos del Arcipreste de Hita y los de Juan Manuel, vemos que el primero desarrolla las posibilidades humorísticas de sus cuentos, mientras que el enfoque del autor que nos concierne es absolutamente serio y su empleo de ejemplos está sujeto a un rigor intelectual mucho más tenso.

Además de El Conde Lucanor, son obras narrativas destacadas, el Libro del caballero et el escudero, cuya amplitud temática es tan amplia (Dios, los cielos, el hombre, la caballería, la naturaleza…) que podría constituir tanto una enciclopedia como un retrato de costumbres de la época; y el Libro de los estados ( o Libro del infante), donde se halla el equilibrio entre los elementos doctrinales (de raíces dominicas) y los novelescos.

3.5. LÓPEZ DE AYALA

Cortesano y hombre de armas, su importancia política fue destacada. Nació en Vitoria en 1332. Enrique III lo nombró Canciller de Castilla.

Dos conceptos dominan su narración: La justicia y la necesidad de que todas las acciones sean controladas por la ley, por lo que es partidario de que no sea solo el rey quien controle el poder. Fue precursor del Renacimiento por su gran humanismo.

Su prosa está más influida por los clásicos grecolatinos que por las crónicas árabes, que había dominado hasta el momento la labor de los historiadores. Las crónicas del Canciller se apoyan en datos librescos y en la observación directa y detallada de los hechos descritos.

Además de escribir el Rimado de Palacio (se estudiará en el tema siguiente), obra en cuaderna vía con carácter didáctico-religioso y político, fue el gran cronista de los cuatro reyes a los que sirvió: Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III. El estilo de sus crónicas es sobrio, preciso y de tono realista.

En dichas crónicas históricas se comprende la influencia alfonsina, pero también se ha señalado la influencia de la de Salustio y Tito Livio, cuya obra había traducido.

==LA PROSA DEL SIGLO XV==

         La prosa histórica y las biografías recibieron un gran impulso con el Canciller de Ayala. Podemos clasificarlas así: a) Crónicas de reinados; b) Crónica particulares; c) Biografías colectivas y d) Prosa histórica novelada: La Crónica Sarracina.

         Dentro de la prosa didáctico-moral y religiosa destacamos a enrique de Villena (1384-1434), un claro representante de esa época de transición que es el siglo XV. Su curiosidad cultural y sus traducciones de los clásicos lo acercan al humanismo, mientras que esa otra faceta que nos lo presenta como brujo está más ceca del mundo medieval.

         En la prosa satírica destaca Alfonso Martínez de Toledo (Arcipreste de Talavera). Autor del Corbacho (1438), obra fundamental de la primera mitad del siglo XV. Tiene como propósito reprobar el amor mundano y alabar el amor a Dios. La rigidez moralista dista mucho de la tolerancia de Juan Ruiz.

         En la prosa de ficción aparece la novela sentimental, cuyos elementos más importantes son: El conflicto amoroso, la yuxtaposición de elementos alegóricos, episodios caballerescos, refinamiento cortesano, estructura epistolar en mayor o menos grado, aspectos psicológicos, debates feministas y carácter autobiográfico.

         Entre sus escritores hallamos a Juan Rodríguez del Padrón, autor del primer ejemplo de novela sentimental española: Siervo libre de amor (hacia 1430). También Diego de San Pedro, autor de la superación de todas las novelas sentimentales anteriores con su Cárcel de amor.

         Por último, y dejando de lado los libros de viajes, debemos hacer mención de una obra filológica, la 1ª gramática de los idiomas modernos, publicada por Nebrija en Salamanca en 1492: Gramática de la lengua castellana

==CONCLUSIÓN==

La prosa medieval es una fuente de información enorme para entender muchos aspectos de la historia de nuestro país, así como de su tradición cultural y por lo tanto, literaria, y de la evolución en todos los niveles lingüísticos de la lengua castellana.

Una característica importante de la Edad Media es la pérdida de muchos textos, en cuanto a la prosa podemos leer las palabras ejemplificadoras de Blecua: Podemos considerar como obras perdidas las siguientes: el Libro de los sabios. Sabemos, en cambio, algo más del Libro de la cavallería. Nada sabemos de la Crónica complida. El Libro de los egennos quizá fuese un tratado de máquinas bélicas, al paso que el Libro de las cantigas o Libro de los cantares sería una colección de poemas, y el de las Reglas de trovar un arte poética.

A través de las obras que ilustran a nuestros primeros autores prosísticos podremos comprobar como las influencias temáticas provienen tanto de las clásicos grecolatinos como de oriente. Nos sirve para entender la razón que hizo posible que el castellano fuera lengua de cultura y en definitiva, para entender como avanzó el uso del castellano en todos los ámbitos. 

==BIBLIOGRAFÍA==

ABELLÁN, JOSÉ LUIS: Historia Crítica del Pensamiento Español. Espasa- Calpe T. I Madrid, 1979.

BLANCO AGUINAGA, CARLOS; RODRÍGUEZ PUÉRTOLAS, JULIO; ZAVALA IRIS, M: Historia social de la Literatura española. Castalia, vol. I. Madrid, 1978.

DEYERMOND, A. D.: La Edad Media en Historia de la Literatura Española.Ariel, vol. I 11ª ed. Barcelona.

DEYERMOND, ALAN: Historia y Crítica de la literatura Española, 1/1 Edad Media. Primer suplemento. Crítica. Barcelona, 1991.

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