Plano morfológico

Plano morfológico

1.- Sustantivos.

– El predominio de la categoría nominal sobre la verbal indica un tratamiento de las cosas en sí mismas, al margen de su devenir en el tiempo: se abordan los referentes de un modo estático, no en su ser o en su devenir. Por tanto, el texto será impresionista, descriptivo y expositivo, pero raramente narrativo o dialógico.

– Los nombres pueden ser concretos o abstractos, dándose la abundancia de los primeros en textos de índole reflexiva: expositivos o argumentativos, e incluso en las digresiones narrativas. Si los nombres son concretos, se estará dando cuenta, no de ideas, sino de significados perceptibles por los sentidos: son propios de los textos dialógicos y narrativos.

– Los nombres propios, ya sean antropónimos o topónimos, implica actantes o sujetos con la marca “+humano”, con lo que predominan en la narración, mientras que los topónimos pueden relacionarse con cualquier texto que impliquen localización espacial actualizada.

– Los cultismos y latinismos presuponen un emisor culto; mientras que los vulgarismos están más relacionados con el código restringido.

– Los morfemas constitutivos de género nos interesan si tienen un cierto valor estilístico: especialmente es llamativo el plural ponderativo, que no designa pluralidad sino realce estilístico del lexema: mares, aires, narices,…

– Los morfemas de género son rentables en un comentario si obedecen a determinadas intenciones comunicativas, no porque respondan al lógico uso normativo del español: así, encontraremos un valor para comentar en el uso femenino de la calor como señal de sintopía andaluza, mientras que poco podremos decir del masculino en –a del tipo el centinela.

– El uso de morfemas facultativos –aumentativos, diminutivos y despectivos- son rentables parta nuestro comentario si expresan una cierta postura afectiva más que referencial –quiero un cafelito, o estáte tranquilito, pues también vale lo dicho para los adjetivos-. Con todo, podremos adelantar al plano semántico el hecho de que aparezca desprecio por referentes, seres o cosas pequeñas o grandes si se da una magnificación o un cierto minimalismo en lo referido.

2.- Adjetivos.

– El predominio de los adjetivos calificativos va a indicar un afán del emisor por matizar o explicar las cualidades de los nombres, lo que implica una actitud que va a variar, generalmente, según su posición antepuesta o pospuesta. De la variedad de adjetivos obtendremos información acerca del emisor: el significado de los adjetivos dará mayor o menor matiz dependiendo de lo apropiado y exacto del término.

– Los adjetivos valorativos –al margen de su posición: era una persona agradable-desvelarán la actitud del autor respecto a su discurso, por tanto, raramente aparecerán en los textos expositivos. Los especificativos sirven para matizar lo expuesto y son más comunes en los textos de apariencia o esencia objetiva; sin embargo, no podemos olvidar que una selección de una cualidad y no de otra puede ser subjetiva: no es lo mismo decir partido conservador, que partido de centro derecha. Los adjetivos ponderativos realzan una cualidad objetivamente presente como sema en el lexema del núcleo nominal al que acompaña: igualmente predominará en textos argumentativos y en el uso literario del idioma, en cuanto expresan rasgos no necesarios salvo como finalidad estética en sí misma.

– La gradación del adjetivo implica una actitud subjetiva del autor con intenciones contrastivas de elementos.

3.- Verbos.

– De un lado, el uso de la persona nos hablará de la índole del emisor: desde su omnisciencia en los textos narrativos hasta el tratamiento de respeto en el diálogo mediante el uso de la tercera persona para referirnos al narrador.

– El predominio de verbos nos hará ver que el autor está más interesado en las acciones o en los estados que las cualidades de éstos –adjetivos- o en los referentes en sí mismos –sustantivos-. Por lo tanto van a predominar en los textos narrativos y en los expositivos que impliquen proceso de acción

– Estilística de los verbos: es la que nos va ayudar a indagar en las razones de los usos de determinados tiempos verbales con determinadas intenciones comunicativas.

Tipos de narrador

PRESENTE COMO PERSONAJE

NO PRESENTE COMO PERSONAJE

DENTRO DE LA ACCIÓN PRINCIPAL

Homodiégético – Infradiegético

Heterodiegético – Infradiegético

FUERA DE LA ACCIÓN PRINCIPAL

Homodiegético – extradiegético

Heterodiegético – Extradiegético

MODO (actitud del hablante respecto a lo enunciado)

Indicativo

Subjuntivo

Imperativo

– Expresa hechos que, o son reales, o cuya realidad no se plantea.

– Es un modo objetivo, por lo que el hablante no introduce su subjetividad, o le da a ésta un aire de constatación –creo que eres tonto

– Predomina la función representativa y la modalidad declarativa, es de cir, la propia de los textos expositivos.

– Es el modo no marcado, por lo que puede funcionar por otros modos: Tú te callas, parece que habla poco,…

– Expresa hechos que, o no son reales, o cuya realidad sí se plantea mediante la duda, el temor, el mandato,…

– Expresa la subjetividad del hablante o del sujeto de la oración. En él predomina la función expresiva.

– Normalmente, la actitud del hablante va en el verbo de la oración de la principal respecto a la subordinada, que lleva el objeto de tal actitud: te pido que vengas.

– La modalidad suele ser exclamativa o interrogativa.

– Se centra en el receptor: por tanto predominará la función conativa y la modalidad de mandato o ruego.

– En negativa, en tercera persona y en estilo indirecto aparece en subjuntivo.

– En cuanto es propia de las personas presentes en el diálogo, predomina en los textos dialógicos.

Estilística de los usos verbales:

Presente de indicativo:

– Puede funcionar por el pasado o por el futuro:

Presente actual y habitual: Describe un hecho que llega desde el pasado hasta el presente y puede prolongarse en el futuro si da cuenta de hábitos: Hace tiempo que le conozco.

Presente gnómico: Hechos que tienen una validez universal al margen de sus coordinadas espaciotemporales: El agua es H2O.

Presente prospectivo: indica acciones que van a acontecer de modo más o menos inminente pues implica una firme decisión por parte del emisor: ¡mañana me escuchan!.

Presente histórico o retrospectivo: se aborda un hecho acabado como si fuera presente, es decir, lo trae al presente del emisor con fines evocativos.

Puede tener valores añadidos de mandato o de condición: Si te vas a comportar así, ¡te marchas ahora mismo!

Pretéritos simples de indicativo:

– El indefinido es el tiempo por excelencia de la narración de hechos pasados por su aspecto imperfectivo. En cambio, si se desea contar lo que estaba transcurriendo como fondo de la acción principal se emplea el pretérito imperfecto: Juan llegó a las tres, su hermana le esperaba desde hacía tiempo.

– El imperfecto también puede indicar, simplemente, hechos que transcurrieron de modo habitual: Yo solía ir al campo con los amigos los domingos. Y aun puede adquirir otros valores dependiendo de su uso:

– Uso por presente con valor de duda: ¿No eras tú Andrés?

Condición irreal de acción no acaecida: Si yo le decía eso me mataba.

De cortesía: Yo venía a solicitar los impresos, por favor.

Futuro simple de indicativo:

– Indica decisión o predicción firme respecto a un suceso futuro, especialmente si está conjugado en primera persona. Por ello puede tener cierto valor de imperativo y de comunicación expresiva: ¡Sé que no te callarás!

– Igualmente puede tomar valor de probabilidad: Serán las diez, más o menos.

– Es usual en registro coloquial y culto el valor de cortesía: ¿Me dará usted el impreso, por favor?

Potencial simple:

– Es puro valor modal de probabilidad: Creíamos que en la luna se podría vivir.

– También este tiempo puede expresar cortesía: ¿Sería tan amable de dejarme paso?

Potencial compuesto:

– Expresa el resultado de una condición probable y pasada para que hubiera sucedido algo: Si se decidió tan tarde, tal vez es que se lo habría pensado bien.

Pretérito perfecto:

– Se usa con valor de acción acabada en un tiempo que aún no ha finalizado. Por ese motivo se vincula afectivamente al presente: no es lo mismo decir He sido capitán de marina que Fui capitán de marina.

Pretérito pluscuamperfecto:

– Expresa una acción concluida en relación con otra. Por eso es muy común en los textos narrativos: Yo había recibido las maletas en mi habitación cuando Juan vino a verme.

– Se usa mucho para rememorar tiempos pasados: es como un pretérito perfecto que llega al momento pasado de la narración: Le dijo que la quería, aunque había pasado ya mucho tiempo.

Pretérito anterior:

– Expresa lo concluido inmediatamente antes de lo expresado por el verbo siguiente: Cuando hubo recibido la noticia se dio cuenta de todo.

Futuro compuesto:

– Expresan un hecho como concluido en el futuro, por lo que tienen cierto matiz de predicción: Cuando él vaya a casa ya habrá hecho su trabajo.

– Aunque también puede tener valor de probabilidad acerca de un hecho pasado: ¿Habrán venido a buscarme y yo no estaba aquí?

– Igualmente, aporta un matiz de indefinición acerca de algo que viene acaeciendo en un tiempo que aún no ha terminado: Desde que estoy aquí habré ido dos veces al teatro.

– También puede adoptar un valor de sorpresa: ¿Habráse visto monada?

Presente de subjuntivo:

– En oraciones negativas, o de primeras y segundas personas, funciona como el imperativo: ¡Vayamos, pero que se queden ellos!

– Tiene valores de eventualidad, probabilidad y deseo: ¡Ojalá venga! o Busco a alguien que sepa japonés.

Pretérito imperfecto de subjuntivo:

– Puede sustituir al pluscuamperfecto tomando valores de éste, pero el uso actual queda restringido a un registro culto y arcaizante: Todo lo que hiciera (por había hecho) se venía abajo.

– Alterna con el potencial simple para indicar acción posible: Tal vez fuera tonto, pero se llevó todo el dinero.

– También puede tomar valor de exhortación cortés: Quisiera que me escribiese pronto.

Pretérito perfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo:

– Indican acción probablemente acabada: Tal vez haya terminado de hacer los deberes.

– El pluscuamperfecto puede tener los mismos valores que el imperfecto y, además, el de apódosis en las condicionales: Si me hubiera/hubiese hecho caso, no se vería así.

Futuros simples y compuestos de subjuntivo:

– Tienen valor de hecho hipotético y concluido en el futuro: Si bajare el precio del dinero, invertiremos en otro país.

Perífrasis verbales:

– Auxiliar + infinitivo señala futuro y aspecto incoativo: Voy a escribir una carta.

– Auxiliar + gerundio señala aspecto imperfectivo, o terminativo: Viene cantando una alegre tonadilla.

– Auxiliar + participio señala aspecto perfectivo, o durativo: He hecho la tarea.

Desde el punto de vista modal pueden ser:

– Reiterativas: Volvía a decir lo mismo.

– Dubitativas: Viene a salir por tres mil pesetas.

– Exhortativas: Tengo que acabar esto.

4.- Adverbios.

– Su abundante uso refleja un afán por matizar lo que se está exponiendo; de ahí que predomine en los textos expositivos y en los argumentativos; y en los narrativos por la necesidad de situar lo contado en un espacio y un tiempo.

– Hay algunas locuciones adverbiales estereotipadas que reflejan el precario vocabulario del emisor: Como es normal.

5.- Artículos y determinantes.

– El artículo determinado presupone conocimiento del núcleo nominal por emisor y receptor, mientras que el indeterminado confiere al texto un matiz más vago e impreciso: Vi al panadero / Vi a un panadero.

– La ausencia de artículo puede señalar indefinición numérica ( Se oyeron detonaciones) o generalidad (No hay persona más agradable que él).

– Hay determinantes con valor afectivo – ponderativo: Ese hombre que va por el campo…

6.- Pronombres.

– Los usos anafóricos, fóricos y catafóricos pueden ser usados con variables valores intencionales: Te lo advierto: es la última vez que te espero. Su abundante uso refleja una mayor cohesión textual, por lo que es propio de los textos de código elaborado.

– Las fórmulas de tratamiento serán muy rentables para ver cómo se retratan los actantes de la acción en los textos dialógicos, especialmente.

– El laísmo y el loísmo son vulgares y, diatópicamente, señalan el territorio español no bilingüe, con excepción de Canarias, Aragón, Asturias y Andalucía.

– El leísmo, si es referido a persona, no está sancionado.