Tema 39 – El teatro: Texto dramático y espectáculo

Tema 39 – El teatro: Texto dramático y espectáculo

1. Introducción

2. El teatro como texto dramático

2.1. Texto principal

2.2. Texto secundario

3. El teatro como espectáculo

4. Elementos comunes al texto y al espectáculo

4.1. El espacio

4.2. El tiempo

==INTRODUCCIÓN==

Atendiendo al planteamiento que de los géneros discursivos realizaba E. Staiger en Conceptos fundamentales de la poética (1946), en el que se considera a los géneros como entidades permeables y por tanto suponía más adecuado hablar de conceptos estéticos o categorías, este tema pasa a ocuparse de la actitud o categoría dramática, una de las más antiguas e importantes manifestaciones artísticas, que ha permitido a la humanidad expresar sus sentimientos e ideas sobre el mundo y la sociedad, desde la antigua Grecia.

Este tema se dedica tanto al estudio lingüístico como no lingüístico de este género discursivo, cada uno de ellos relacionado con uno de los dos aspectos constitutivos que diferencia Fabián Gutiérrez Flórez en Teoría y praxis de la semiótica teatral (1993):

Diegético o narración de acontecimientos, que comparte con la narración.

Mimético o de imitación, que es lo específicamente teatral y que ya Platón reconocía como forma superior de narración.

==EL TEATRO COMO TEXTO DRAMÁTICO==

El texto dramático corresponde al primero de los aspectos constitutivos citados en el apartado anterior, el relacionado con el género narrativo, puesto que ambos se generan a partir de un autor, sin embargo el drama consta de un texto principal (narrativo en su intención pero dialógico en su forma) y de otro secundario.

===Texto principal===

La estructura externa teatral es la de una conversación entre personajes, los cuales intercambian los roles de emisor y receptor, que se señalan en el texto escrito mediante la colocación del nombre de los personajes junto a las palabras que emite (que reciben el nombre de “parlamento”)

El análisis del texto dramático puede realizarse desde un punto de vista literario, como el texto de cualquier otro género discursivo, basándose para ello en el estudio estilístico, pero hay otro punto de vista mucho más interesante y moderno, el semiótico, que se centra en el estudio del diálogo como materia configuradora de la acción, si bien éste tiene otras funciones:

& Función primaria: Crea acción dramática. La acción, elemento configurador del

teatro, pero no su esencia, puede clasificarse en los siguientes tipos:

-Ascendente/ descendente. La primera transcurre desde el inicio hasta poco antes del final, cuando empieza la segunda, que es muy reducida en su extensión ya que se limita a resolver el conflicto planteado.

-Representada/ narrada. La característica de este género es la representada, pero en ocasiones y por medio de elementos lingüísticos se puede introducir fragmentos narrativos que informen de acciones anteriores a la acción representada o externas a la acción contemplada por el público.

-Interior/ exterior. La interior se produce cuando hay progresión psicológica en los personajes, mientras la exterior corresponde a las acciones que suceden en el espacio físico del entorno del personaje.

-Principal/ secundaria. La principal corresponde al hacer de los personajes protagonistas, y la secundaria a todo aquello que no es decisivo en el desarrollo del drama.

-Colectiva/ individual. La relación entre los actantes o personajes en el eje de la comunicación y la búsqueda o deseo determinará si la acción del protagonista se proyecta sobre un grupo (colectiva) o solo sobre sí mismo (individual)

-Cerrada/ abierta. Si la acción se desarrolla según una lógica causal y temporal hasta la resolución del conflicto planteado, será de tipo cerrado; si, por el contrario, progresa discontinuamente, sin sujetarse a la lógica, bien porque no hay intriga, ésta es mínima o aparecen varias que no se integran en la acción principal, estaremos ante acción abierta.

& Función secundaria: Configura a los personajes mostrando sus palabras, que son reflejo de su pensamiento. Se dice que actualmente el concepto de personaje está en crisis; sin embargo, sería mucho más acertado señalar que es el concepto tradicional de personaje el que está en crisis (tanto el concepto esencialista propio de los siglos XV y XVI como el concepto sociológico característico del siglo XIX); en todo caso lo que más nos interesa es el análisis del personaje desde el punto de vista semiótico, como elemento de comunicación en el texto dramático, en relación con otros personajes y con otros elementos propios del texto secundario.

A. J. Greimas, tomando como referencia la relación entre el personaje y la acción, clasifica a los personajes o actantes en torno a tres ejes semánticos, que son la comunicación, el deseo y la prueba, y distingue:

-Destinador/ destinatario: Actantes vinculado al eje de la comunicación, el primero suele ser la motivación del sujeto mientras con el segundo suele identificarse el espectador.

-Sujeto/ objeto: Actantes vinculados al eje del deseo o de la búsqueda.

-Ayudante/ oponente: Actantes vinculados al eje de la prueba, en el que los elementos facilitan u obstaculizan la búsqueda. Los roles pueden intercambiarse en algunas fases del proceso.

& Función terciaria: Informar sobre el espacio y el tiempo Con todo lo visto aquí, quizá pudiera afirmarse que el diálogo es la esencia del teatro, pero no todos los estudiosos están de acuerdo en ello, algunos como F. Gutiérrez Flórez lo consideran sólo un rasgo caracterizador, pero no el único, puesto que hay que contar también con el monólogo y con los elementos propios del texto secundario, a parte de con los propios del texto teatral como espectáculo (aspecto constitutivo mimético)

El monólogo o parlamento de un solo personaje que no se dirige a otro ha sido considerado con frecuencia como un elemento antidramático al no generar acción ni enfrentamiento dialéctico, pero, si se analiza semánticamente, se le pueden reconocer rasgos dialógicos, de la misma manera que debemos reconocer que en muchos diálogos nos hallamos con monólogos encubiertos.

Los tipos más frecuentes de monólogo teatral son:

Monólogo puro en el que el personaje expresa una reflexión en voz alta, como en el archifamosos monólogo de Segismundo en La vida es sueño de Calderón de la Barca.

Monólogo aparente cuando el personaje habla con otro sin obtener contestación.

Monólogo narrativo en el que el personaje nos da cuenta de los hechos ocurridos en el pasado o fuera de escena.

Aparte, cuando el personaje parece informar al lector o espectador o reclamar su complicidad o atención sobre un hecho determinado, normalmente como portavoz del autor.

===Texto secundario===

Recibe también el nombre de acotación y permite que el autor realice indicaciones precisas para orientar la representación, siendo su destinatario todo receptor del texto, pero en especial el director de escena y el equipo de actores y técnicos escenógrafos, que deberán completar la configuración de los personajes, precisar el significado del diálogo, el espacio y el tiempo, el movimiento, el sonido y la luz. A lo largo de la historia del teatro la consideración de las acotaciones ha ido variando, desde la inexistencia del teatro clásico griego hasta el exceso del teatro moderno de Beckett o Handke.

Desde el punto de vista puramente literario (estudio tradicional) el texto dramático se ha analizado como un género más, olvidando su faceta de espectáculo sobre la que reclama mayor atención y estudio la crítica desde el siglo XX.

Como texto, el dramático consta de las mismas partes que el narrativo: Planteamiento, desarrollo y desenlace y la acción es realizada por personajes (uno en el antiguo teatro griego, frente al coro, más tarde protagonista y antagonista más el coro, y múltiples en el teatro moderno), que pueden ser:

& Según su importancia en la acción:

– Principales (protagonista y antagonista) También propios de la narración.

– Secundarios (ayudantes y oponentes) También propios de la narración

– Figurantes, que sirven para crear ambiente y no intervienen en el drama a través de la palabra, sino solo de la acción.

& Según su caracterización:

– Personajes redondos: Con profundidad psicológica.

– Personajes planos: Simples soportes de un rasgo o idea.

– Tipos si son convencionales (el marido celoso, el soldado fanfarrón, el criado holgazán, etc.) y encarnan rasgos fijos desde el nacimiento del teatro.

– Alegóricos, surgidos en el teatro medieval y frecuentes en el más moderno del siglo XX, representan ideas abstractas o colectivos (la muerte, la monarquía, la frustración  sexual y la sabiduría popular–Yerma, de Lorca-, etc.)

– Corales, cuyo origen se halla en el teatro clásico griego, donde el protagonista (único personaje) dialogaba con el coro, que informaba de los hechos que no se veían en escena y opinaba (representando la opinión de la sociedad) sobre los personajes y la acción. En la actualidad los personajes corales son aquellos que representan a colectividades y a sus opiniones en la escena.

Aunque el teatro actual se caracterice por el diálogo como forma de expresión entre los personajes, no debemos olvidar que nació como monólogo al que precedía un prólogo, y al que seguía un comentario del coro; no encontraremos auténtico diálogo dramático hasta el Renacimiento; por otra parte la forma estilística fue el verso hasta bien entrado en siglo XVII, mientras que lo normal en la actualidad es que el teatro aparezca en prosa, imitando al máximo el habla de los grupos sociales que se desean representar.

En cuanto a los géneros teatrales, pueden señalarse los siguientes:

& Mayores:

– Tragedia. Representación de acciones grandiosas a través de la lucha contra el destino o contra las pasiones, que provoca en el público asombro, terror o compasión y cuyo desenlace es desgraciado.

– Comedia: Representación de acciones ordinarias desde un punto de vista cómico, para producir en el espectador alegría y risa, cuyo desenlace es alegre. Atendiendo al asunto, pueden ser clasificadas en:

– Históricas, burlescas, satíricas, policíacas, de circunstancias, de costumbres, de carácter y psicológicas, de figurón, de enredo, intriga o de “capa y espada”, y de magia.

– Drama: Representación de acciones interesantes para la vida moral a través de elementos cómicos y trágicos para provocar en el espectador una impresión profunda y moverle a reflexión. El desenlace de esta forma dramática puede ser desgraciado o feliz. Pueden clasificarse en: Trágicos, cómicos, históricos, religiosos, filosóficos, sentimentales, etc.

& Menores:

– Auto sacramental: Representación alegórica que empezó siendo de carácter sencillo pero que alcanzó en el Siglo de Oro español la categoría de espectáculo grandioso al ser la única pieza con permiso para representarse durante las fiestas religiosas. De tema religioso, dogmático o sacramental, suele acabar con la apoteosis de la Eucaristía. Destacan los de Calderón de la Barca y Tirso de Molina.

– Paso: Representación breve y de carácter cómico que muestra cuadros alegres de la vida cotidiana entre gente rústica. El máximo exponente de este subgénero es Lope de Rueda.

– Entremés: Representación en un solo acto, de carácter jocoso, que se efectuaba entre los actos de piezas mayores. Entre sus cultivadores destaca M. de Cervantes.

Sainete: Representación breve, sencilla y graciosa sobre temas populares y costumbristas. Entre sus cultivadores destacan Ramón de la Cruz, C. Arniches y los hermanos Álvarez Quintero.

Farsa: Representación breve para la diversión del público. Entre sus cultivadores destacan Gil Vicente y R. Mª del Valle-Inclán.

Loa: En el siglo de Oro esta representación era el prólogo de las representaciones mayores, en ella se alababa a algún personaje, tal como se hacía en los prólogos a los libros con el mecenas o con la persona que protegía económica y socialmente al autor.

Musicales:

Ópera: Representación en la que el texto (llamado libreto) se apoya en música (llamada partitura); puede ser de carácter trágico, cómico o dramático. Entre sus partes debe señalarse:

-Obertura: Música ejecutada antes de levantar el telón, que suele contener el leit-motiv de toda la obra.

-Preludio: Música que precede a cada uno de los actos y que suele continuar con el leit-motiv de la obra.

-Recitado: Parlamento de un actor acompañado con música

-Aria/ Dúo: Canto de un personaje o de dos con música

-Concertante: Canto simultáneo de coro y personajes.

Zarzuela: Representación genuinamente española y de ambiente popular, en la que la música sólo se emplea en los momentos culminantes.

Opereta: Subgénero híbrido entre la zarzuela, la ópera y el sainete, de carácter burlesco e incluso grotesco y baja calidad de libreto. En algunos casos llega a caricaturizar personajes o acciones.

Las obras teatrales suelen estar estructuradas en actos y éstos en escenas (se considera escena nueva cuando se produce un cambio en el número de los personajes que están ante el público) y cuadros, si bien, el teatro más moderno ha optado por divisiones distintas o incluso por abolir totalmente las divisiones, como el bajar el telón al final de cada acto (que permitía escamotear los cambios de escenografía a la vista del público), que ha sido sustituido por los descansos, cuando las obras exceden la hora y media de duración.

==EL TEATRO COMO ESPECTÁCULO==

El teatro entendido como espectáculo se corresponde al aspecto constitutivo mimético o representación, la cual es entendida por el espectador a través de dos regímenes de ficcionalización, que se interfieren constantemente: ficción en la que existe el personaje y la fábula, y mundo real de la escena donde los actores interpretan ante el público.

En este género confluyen varios elementos-signo o iconos de tipo verbal y no verbal que funcionan preferentemente como complementos al texto dramático, bien de forma icónica (denotativa y polisémica), indicial (denotativa y unívoca) o simbólica (connotativa)

Clasificados según el código al que pueden adscribirse, estos iconos son:

Código complementario de los personajes:

Subcódigo paralingüístico: Recursos verbales que el actor pone en práctica en la escena para completar el significado del diálogo teatral, como son las entonaciones, inflexiones de voz, énfasis o pausas dramáticas.

Subcódigo kinésico-proxémico: La Kinésica estudia los gestos y movimientos no fisiológicamente necesarios que realizan los actores en el escenario, mientras la proxémica se encarga de las distancias entre ellos.

Subcódigo de elementos de aspecto: Mediante estos elementos el actor puede dar en escena la imagen deseada para el personaje. Se trata del peinado, el vestido y el maquillaje, que deben adecuarse a la caracterización externa del actor y al conjunto de los elementos escenográficos. El maquillaje puede desaparecer para dejar paso a la máscara, como en la antigüedad, donde éstas además servían como elemento para proyectar la voz hacia el público.

De los tres elementos el que más atención ha recibido de los estudiosos es el vestido o indumentaria, puesto que contribuye tanto a la caracterización como a la espectacularidad. Debemos tener en cuenta que hasta el siglo XVIII el actor se vestía únicamente para mostrar su nivel de éxito y no para estar acorde con la escenografía; esta finalidad de complementación no se alcanza totalmente hasta el siglo XX.

Código complementario del diálogo:

Subcódigo del decorado: Su intención primera es revelar el ambiente de la obra, situando la acción en un lugar. Pueden diferenciarse dos posturas enfrentadas, por un lado la realista-naturalista, única hasta el siglo XIX, que propone el decorado como telón de fondo de la acción y los personajes, y la no naturalista, predominante a partir del siglo XX, en la que el decorado es un campo de experimentación y de expresión, que puede llegar a ser únicamente verbal (inexistencia de decorado físico) a través de los diálogos de los personajes.

Subcódigo de los objetos teatrales o atrezzo: Tanto los elementos del subcódigo anterior como los de éste se caracterizan por su naturaleza móvil y su doble funcionalidad: utilitaria (denotativa) y simbólica (connotativa) Toda la información escenográfica (formada por los dos subcódigos mencionados aparecerá referida en las acotaciones)

Código complementario de la acción:

Subcódigo de la luz: No se limita a iluminar el escenario sino que traza la frontera entre el patio de butacas y la escena. Goza de una riqueza significativa extraordinaria en su intensidad, color, persistencia, ausencia o delimitación.

Subcódigo del sonido: generalmente es la música el elemento más destacado de este subcódigo al intensificar determinados momentos añadiendo significados o aportando información adicional, a veces en combinación con la luz, pero no debemos olvidarnos de otros efectos sonoros o ruido.

Código complementario general del código verbal:

Subcódigo de las proyecciones filmadas, que permiten ampliar el número de los actuantes, completar el sentido del diálogo o introducir nuevas acciones. Se trata de un código bastante recurrente en el teatro más actual.

==ELEMENTOS PRESENTES EN EL TEXTO Y EN EL ESPECTÁCULO==

===El espacio===

El texto teatral es concebido como un “aquí” y un “ahora” a representar.

El espacio en el texto es artístico ya que la obra es ante todo arte. Podemos diferenciar tres tipos de espacio:

Espacio textual diegético: Enlaza el espacio real con el espectacular. Es el espacio donde ocurren las cosas, la narración; es mencionado en las acotaciones y en el diálogo.

Espacio espectacular escénico: Espacio material que aparece en el escenario, creado por el director de escena y el escenógrafo reproduciendo lo concebido por el autor; puede presentarse a través de mimesis realista-naturalista o bien como espacio simbólico o no naturalista, propio del teatro simbólico frente al tradicional o “estable”.

Espacio espectacular teatral: Marco físico que ofrece la escena y la zona reservada al espectador. Ha ido cambiando a lo largo de la historia del teatro, desde las formas semicirculares clásicas al corral de comedias y de éste al espacio a la italiana y a las formas variadas de los teatros actuales.

===El tiempo===

Espacio y tiempo interactúan en el hecho teatral. En el espacio podemos diferenciar dos tipos:

Tiempo textual diegético: Corresponde a la historia narrada y aparece textualmente en los diálogos más que en las acotaciones, a través de la consecutio temporum.

Se trataría del tiempo interno.

Tiempo espectacular escénico: Elaborado por el director y el escenógrafo, para que lo perciba el espectador (impresión temporal) y es bastante subjetivo en su representación y percepción.