Tema 58B – Realismo y Naturalismo en la novela del siglo XIX.

Tema 58B – Realismo y Naturalismo en la novela del siglo XIX.

Realismo y naturalismo en la novela del siglo XIX

1. Introducción

2. El Realismo

2.1. El Realismo en Europa.

2.2. El Realismo en España.

3. El Naturalismo

3.1. El Naturalismo en Europa.

3.2. El Naturalismo en España.

==INTRODUCCIÓN==

Este tema se ocupa de dos corrientes artísticas de gran importancia para la historia de la literatura europea y española, a pesar de la moderación con la que el Naturalismo fue cultivado en España, de tal manera que algunos críticos lo consideran una consecuencia de la práctica del Realismo más extremo, lo cual no es del todo cierto, pues el Realismo se limita a ser una técnica narrativa, mientras el Naturalismo propone un enfoque ideológico muy concreto, basado en el determinismo biológico y ambiental.

Puede afirmarse que el Realismo aparece en el siglo XIX como producto del positivismo de Comte (que propone la experiencia como punto de partida del conocimiento), de la filosofía marxista (planteada por K. Marx en el ensayo de 1867 Das Kapital , y que defiende la lucha por la abolición del modelo burgués, origen de todos los males sociales), además de como depuración del excesivo Romanticismo, con el que comparte un cierto afán por evadirse de la realidad, diferenciándose en el método que aplican para ello, pues los románticos lo persiguen a través del idealismo y de los sueños, y los realistas lo pretenden a través de la crítica social y política, que conduce a los más radicales a tomar partido y participar en alguna de las revoluciones que se producirán en Europa a lo largo del siglo.

En el entorno del Realismo deben destacarse la burguesía y los avances técnicos (industriales y sociales) que ésta fomenta gracias a su poder económico y contra los que en muchas ocasiones dirige su crítica la novela y el periodismo decimonónico.

==EL REALISMO==

===El Realismo en Europa===

El periódico Le Mercure Français publica en 1826 un artículo en el que define una tendencia pictórica basada en la imitación no de los clásicos sino de la naturaleza, como “Realismo”, este término pasará prácticamente desapercibido hasta que el pintor Courbet titule su exposición de 1850 Le realisme y dé una definición del término: Nueva corriente que pretende la reproducción exacta, completa y sincera del ambiente social y de la época en que el vivimos. Dicha reproducción debe ser lo más sencilla posible, para permitir al gran público su mejor comprensión.

En el cuarto de siglo que transcurre entre una y otra definición se cultiva el Realismo literario europeo, que, según Hipólito Esteban Soler, se caracteriza por:

d Estar escrita para un público burgués, de ideología liberal y fuerte tendencia utilitarista, que se dejará ver en las obras.

– Analizar al ser humano en su dimensión psicológica, se describen y narran los motivos y las circunstancias que llevan al héroe a serlo dentro de la comunidad en la que se encuentra.

d Ser objetiva o tender al objetivismo, como reacción contra el Romanticismo idealista, en lo que ha dado en llamarse “bovarismo” por el cual el autor se halla presente en todos los aspectos de su novela, sin dejarse ver en ella.

– Presentar una amplia galería de personajes propios de la sociedad capitalista del momento (el avaro, el arribista, el obrero, el desarraigado, etc.)

– Utilizar una técnica narrativa verista o realista, que les lleva a seleccionar ambientes hasta entonces nunca tratados como las grandes comunidades humanas (barrios, ciudades, edificios o cafés-tertulia) o los pequeños rincones íntimos en los hogares, y a describir con detalle los atuendos, las conductas y los caracteres, entre los que destacan Oliver Twist, Madame Bovary y Ana Ozores.

– El verismo provoca que el autor intente ser lo más fiel posible al registro que corresponde a cada personaje según su situación social y personal, de manera que comienza a ser frecuente encontrar el léxico familiar e incluso vulgar en los textos, como caracterización de los personajes que así lo requieran.

En la novela realista francesa, del primer creador de este estilo narrativo de forma plena, Victor Hugo, en Nôtre Dame de Paris (1831), deben citarse los autores siguientes:

” Henry Beyle (1783-1842), más conocido por el pseudónimo de Stendhal (nombre de  una localidad alemana) es el primer impulsor de esta tendencia narrativa en sus obras más tardías: El rojo y el negro (1830) y La cartuja de Parma (1839), pues con anterioridad había publicado Historia de la pintura en Italia y Vida de Napoleón (ambas en 1817) además del ensayo literario Racine y Shakespeare, en 1823. Su estilo narrativo es sencillo y claro, inspirado (según confesó el autor) en la lectura del Código Civil francés. De su vida personal sabemos que fue napoleónico y que vivió durante largos años en Milán, pues era un apasionado de Italia.

En El rojo y el negro (1830), primera obra realista, todavía con rasgos románticos, realiza una radiografía de la sociedad francesa de la Restauración, caracterizada por el arribismo y la falta de escrúpulos, en la cual aparece el primer héroe plebeyo de la literatura, consciente de su situación, de la cual se aprovecha, sin demasiado éxito.

” Honoré de Balzac (1799-1850) es otra de las figuras clave del Realismo francés, que no sólo destaca por sus textos sino por su trayectoria vital, pues desde sus orígenes humildes logró llegar a relacionarse con la burguesía e incluso con la aristocracia de la época, en parte por su matrimonio con una noble ucraniana.

La propensión al lujo y al exceso fue su marca más característica: Tuvo varias amantes, vivía rodeado del lujo más descarado, ideó en 1812 el ambicioso plan de integrar unas 1237 novelas en una única estructura que tituló Comédie  Humaine (Comedia Humana), aunque sólo logró redactar 96, algunas de ellas ya escritas antes de concebir este ambicioso proyecto.

Las tres novelas más representativas de esta gran estructura narrativa, en la que el escenario y algunos de los personajes son comunes, son Grandeza y decadencia de César Birotteau , que explica la vida de un tendero, víctima del notario Roguin, Eugène Grandet , posiblemente la mejor de sus obras, y Papa Goriot, en la que se narra el trágico final del padre de Eugène Grandet, comerciante que sacrifica su vida por sus ingratas hijas, que le explotan económicamente para satisfacer sus deseos amorosos.

Las novelas de Balzac combinan el conservadurismo con el progresismo en sus planteamientos ya que, aunque valora positivamente el orden establecido por la Monarquía y la Iglesia, aprecia también a la burguesía y al capitalismo que, con su poder corruptor suele aparecer con mucha frecuencia como motivo de sus obras, en las que los rebeldes y desarraigados son descritos con simpatía a la par que con precisión y estilo depurado, que contrasta con los descuidos estructurales, en parte debidos a lo ambicioso de su plan.

” Gustave Flaubert, aunque autor de varias novelas, debe ser citado en este estudio de la novela realista francesa por Madame Bovary (1857), en la que satiriza los excesos románticos y practica un incipiente realismo, por lo que puede ser considerado un texto de transición entre ambos movimientos literarios, destacando sobre todo por lo que tiene de estudio del individuo más que de la estructura social, hasta tal punto que ha servido como base para la psiquiatría dando  nombre a una enfermedad mental, el bovarismo, en el que el enfermo idea una vida diferente a la propia, que entiende como monótona y vulgar, de la que pretende huir, incluso llegando al suicidio, como le ocurre a la protagonista.

De la novela Realista rusa, de gran profundidad psicológica, pueden señalarse autores como I. Turgueniev (autor de Padres e hijos ) y Nicolai Gogol (creador de Taras Bulba), además de los más conocidos y representativos:

” Fiodor Dostoievski (1821-1881), hijo de una familia noble venida a menos, influido por el fuerte carácter de su progenitor y por una dolencia neurológica (posiblemente epilepsia) es el prototipo de escritor profesional ya que (mal)vive de sus obras.

Ideológicamente puede considerarse socialista aunque los diez años de trabajos forzados a los que es condenado en Siberia le llevan a leer la Biblia, a raíz de lo que se siente atraído por la figura de Cristo y revela cierto nivel de misticismo en sus textos que se vuelven a la vez más conservadores y se llenan de torturadores ´’problemas morales y religiosos.

Su obra, además de por el misticismo (entendido como vehículo para la rebeldía ante el sufrimiento y la injusticia) y por el interés por asuntos morales, se caracteriza por un intenso eslavismo (defensa de los valores tradicionales del alma y la nación rusa) Sus novelas más conocidas son Crimen y castigo (1865-1866) en la que se realiza un análisis psicológico del atormentado Raskolnikov y el proceso que le lleva a entregarse a la justicia tras haber cometido un asesinato, El idiota, donde analiza con detenimiento la personalidad de un soñador levemente quijotesco, con facultades mentales algo limitadas, en un entorno poco favorable, pero sobretodo Los hermanos Karamazov , donde narra las atormentadas vidas de cuatro hermanos que odian a su padre, y que no logran liberarse de la presión que su personalidad ejerce sobre ellos ni siquiera tras su muerte.

” Leon Tolstoi (1828-1910) es conocido mundialmente por dos de sus obras, Guerra y paz (1836-1869) en la que realiza una detallada descripción de la nobleza rusa en la época de la invasión napoleónica, destacando los personajes de Pietr Bezújov y Natasha Rostov, y Ana Karenina (1877) en la que novela el conflicto interior de una mujer que no halla el verdadero amor en su bondadoso esposo (Alexandre) por lo que se deja seducir por un militar brillante pero superficial (Vronski) con el que tampoco hallará lo que busca, de manera que, sin lograr sentirse libre ni plenamente amada, se suicida tirándose a las vías del tren.

De la novela Realista inglesa es Charles Dickens (1812-1870) el autor más destacado, que debe gran parte de su éxito a la novela por entregas o folletín, pues así es como publicó la mayoría de sus obras, de las que deben tenerse en cuenta por su maestría Oliver Twist (1838), la historia de un muchacho huérfano, y David Copperfield , en buena medida autobiográfica, donde el propio David explica su desventurada vida (desde la infancia sórdida) hasta la edad adulta en que se convierte en escritor y se casa con la persona a la que había amado siempre.

Sus obras gozaron siempre de numeroso público lector, en parte por ajustarse al gusto burgués que las consumía, exaltando para ello los valores del trabajo, la perseverancia, la seguridad y el hogar, en un estilo con ciertas tendencias melodramáticas.

===El Realismo en España===

====Costumbrismo====

El costumbrismo romántico (a través del cuadro de costumbres) debe ser considerado antecedente de la novela realista española como vehículo destacado para propagar el modelo de vida típica y característica de una identidad popular o nacional, por lo que este tipo de textos se planteaban como la mejor forma de describir un ambiente o microcosmos determinado, lo cual será una de las características del Realismo (la pintura de ambientes y caracteres ya no colectivos sino individuales)

A diferencia de la novela realista, en el cuadro de costumbres sólo aparecen tipos, seres planos y sin complejidad alguna, caracterizados a través de su forma de hablar, representativos de la burguesía media y del “pueblo” que no aspiran a ningún cambio social ni personal, lo cual se corresponde con el hecho de que en el texto no ocurra nada (inmovilismo) sino que se plantee un dilema o caso moral para que el lector extraiga una enseñanza.

Ramón de Mesonero Romanos es el autor más destacado de esta corriente, siendo sus textos más interesantes los recogidos en la antología Escenas Matritenses.

El Costumbrismo deriva hacia la Novela Regional y favorece el desarrollo literario de los valores populares, dando lugar a una nueva ciencia histórico-filológica: el folklore.

====Prerrealismo====

Esta segunda fase de evolución desde el Romanticismo hasta el Realismo tiene como principal representante a Fernán Caballero, pseudónimo de Cecilia Böhl de Faber (Suiza 1796-1877 Sevilla) y como obra más destacada su primera novela La Gaviota. Novela original de costumbres publicada en 1849, tras “recopilar y copiar” hechos ciertos—en palabras de su autora—por amor a España y para resaltar las virtudes del país frente a lo extranjero, con propósito docente y moralizador (defendiendo el catolicismo y la España tradicional)

Aunque el texto citado presenta una historia, la de Marisalada y su ascensión y caída social y personal, es también una sucesión de estampas tanto rurales como urbanas, anécdotas y cuentecillos, coplas y acertijos en las que se muestran claramente y con gran tipismo las características propias del pueblo y de la región, sin profundizar todavía en los personajes, aunque si los comparamos con los tipos planos del costumbrismo, lo cierto es que son mucho más redondos y se toman de un abanico más amplio de posibilidades sociales; en cuanto al lenguaje, ya se ha abandonado el lirismo romántico pero todavía hace falta eliminar cierta carga de amaneramiento.

Otras obras que pueden incluirse en este período, también de Fernán Caballero son La familia de Alvareda y Clemencia , con rasgos autobiográficos, además escribió algunos cuentos y poesías.

Seguidores de esta tendencia, aunque dentro del grupo de los “novelistas menores”, cabe nombrar a Antonio de Trueba y de la Quintana, a Mª Pilar Sinués y a Manuel Pozo y Peyrolón, todos ellos cultivadores del relato breve, además de al periodista José Selgas y Carrasco, que intentó aprovechar su fama para probar suerte como novelista, aunque sin demasiada suerte, y a José de Castro y Serrano, autor de Historias vulgares , donde intenta novelar lo no novelable, junto al jesuita y gran admirador de Fernán Caballero, Luis Coloma, autor de Pequeñeces (obra de gran éxito, que recrea para satirizar la aristocracia madrileña de la época, por su permisividad moral) además de innumerables cuentos y novelas cortas desde las que aprovecha para predicar.

====Novela Regionalista o Regional====

El interés por la descripción de tipos y ambientes populares posiblemente sea el origen de la tendencia regionalista en la narrativa decimonónica, siendo sus principales representantes Pedro Antonio de Alarcón, José María Pereda, Benito Pérez Galdós (en alguna de sus novelas: Fortunata y Jacinta , Misericordia) e incluso Leopoldo Alas “Clarín” en alguno de sus cuentos.

Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891), autor precoz que evoluciona desde el liberalismo radical hacia el conservadurismo, es unánimemente considerado por la crítica un autor de transición entre el Romanticismo y el Realismo, cultivador de la llamada “novela de tesis” junto con la novela de viajes y los cuentos cortos como los recogidos en el recopilatoria Cuentos Amatorios (destacando el titulado El clavo, llevado al cine en blanco y negro) en su primera etapa, que se cierra con El escándalo (1875), siendo su obra más destacada en ella El sombrero de tres picos (1874) basada en el romance El molinero de Arcos y en la Canción del corregidor y la molinera de carácter popular.

En su segunda etapa, cuajada de polémicas en torno a su radical conservadurismo y defensa de la religión católica, escribe obras como El niño de la bola (1880), para algunos críticos la mejor novela romántica española, La pródiga (historia de un sacrificio, hasta el suicidio), que fue un fracaso y provocó que su autor no volviera a cultivar el género, a excepción de la novela corta El capitán Veneno (1881), como divertimento, basado en La fierecilla domada , aunque tomando el tema a la inversa.

El santanderino José María de Pereda (1833-1905), nacido en el seno de una familia rural acomodada y educado en un ambiente de estricto catolicismo y separación de clases, cultiva el cuadro de costumbres bastante alejado del folklorismo en Escenas montañesas y desde él evoluciona hacia el realismo en novelas donde idealiza el mundo rural como casto en virtudes, frente al corrupto modelo de vida moderna, donde se pierde la identidad popular, como reacción posiblemente al cambio político-social operado a raíz de la Revolución de 1868 en la que se produjo el ascenso de la burguesía en detrimento de la aristocracia terrateniente (a la que Pereda pertenecía) La obra donde mejor se observa el cambio de postura es Don Gonzalo González de la Gonzalera (1879), pero la más lograda es Peñas Arriba (1895), en la que también se propone una huida a la naturaleza, a la atemporalidad y la falta de conflictos interiores que caracteriza a todos sus personajes, como en Sotileza (1885) En todas sus novelas debe destacarse el interés por incorporar el registro social propio de su localidad.

Juan Valera (Córdoba 1824- Madrid 1905) es por méritos propios un escritor atípico dentro del panorama español, pues no sigue ninguna corriente del momento sino sólo el convencimiento personal de que el arte debe embellecer la realidad imitándola (la novela es considerada por este autor como el espejo de la vida), por lo que lo vulgar sólo tendrá cabida para investigar psicológicamente.

Sus novelas más interesantes son Las ilusiones del doctor Faustino (1875), en la que se narra la problemática de un “fausto de pacotilla” inmerso en un mundo mezquino, Pepita Jiménez (1874) en forma epistolar, Juanita la larga , un conflicto amoroso, y Doña Luz (1879), sobre un conflicto erótico-místico, en las cuales se propondría la solución ante la mezquindad, la evasión a través de la idealización, cuya máxima expresión aparece en la novela simbólica Morsamor (1899) en la que Valera se expresa profundamente afectado por desastre del 98 y lo justifica.

====Realismo====

Esta forma nueva de narrar no triunfó en España hasta la Revolución de 1868, lo cual supone una consolidación tardía con respecto al resto de Europa, tanto por causas socio-culturales como literarias, pues la burguesía, que conforma el grueso de los lectores del Realismo, en nuestro país también se consolidó tardíamente y de forma muy problemática ya que al no lograr estabilidad política, la primera burguesía, de carácter progresista y base filosófica krausista, dejó paso a un período conservador y tradicionalista (Guerra Carlista) en el que destacan autores como José Mª de Pereda (ya citado entre los autores regionalistas) y Armando Palacio Valdés (que cultiva un naturalismo algo turbio), que desembocará después de una larga etapa de inestabilidad (turno pacífico) en la Restauración borbónica (1875)

Las características del Realismo español son:

Ø Adaptación de los enfoques y procedimientos al tradicionalismo o conservadurismo característico de la burguesía española, frente a los que se presenta también la corriente progresista (de base ideológica krausista)

Ø Búsqueda de la objetividad narrativa desde los planteamientos costumbristas hasta el Realismo pleno, pasando por etapas intermedias como las novelas de tesis o moralizadoras y el regionalismo, que condicionaran la forma de narrar, siempre basada en la descripción de lo típico.

Ø Influencia más que visible de la picaresca cervantina en la forma de narrar, así como de los autores europeos del momento como Balzac, Flaubert, Dickens y Dostoyevski

Ø Surgimiento muy tímido del Naturalismo, que casi no se practicó.

Los autores más progresistas son Benito Pérez Galdós (al que se le dedicará un tema entero) y Leopoldo Alas “Clarín”, quienes proponen el reflejo fiel de la realidad, si evitar lo repulsivo, por lo que hablaremos en ellos del cultivo del realismo puro, y defienden o apoyan el modelo krausista cuyo principal representante en España es Giner de los Rios, quien desarrolló la Institución Libre de Enseñanza como modelo educativo.

Leopoldo Alas “Clarín” (1852-1901), formado en un ambiente cultural de tendencia krausista, sobresalió en su labor creadora (cuentos y novelas) tanto como en la crítica y periodística en la que deben destacarse sus Solos , Paliques , así como Galdós , y Apolo en Pafos .

Su novela más destacada es La Regenta, historia de un adulterio, aderezado con ambición, amor, vanidad y codicia, en la que se deja ver la influencia naturalista de E. Zola, que en un principio defendió, para evolucionar luego a otras posturas como comprobamos en Su único hijo, novela en la que se entrecruzan lo real y lo ideal para narrar también un adulterio, satirizando la desintegración del Romanticismo. Ambas obras tienen el mismo escenario: Oviedo.

Sus cuentos más destacados son ¡Adiós, Cordera !, Pipá y El gallo de Sócrates .

==El Naturalismo==

===El Naturalismo en Europa===

El Naturalismo se produce al mismo tiempo que el Realismo (De hecho, durante un tiempo ambos términos se consideraron sinónimos), como reacción contra el Idealismo romántico, y es entendido como su tendencia más extrema, pues pretende otorgar a la novela valor científico y de investigación a través de la aplicación del método científico en su elaboración (generalmente en el proceso de observación y recogida de datos) que le llevan a ser minuciosa en la descripción de detalles.

El origen de esta tendencia narrativa se halla en las tertulias semanales de los escritores conocidos como el “grupo de Médan” (E. Zola, G. de Maupassant, Hennique y otros) y en la publicación colectiva Las veladas de Médan , si bien el texto que mejor nos muestra las características de este movimiento literario es La novela experimental (1880) de E. Zola, quien señala que el Naturalismo no es sólo una corriente literaria sino un método de trascripción del comportamiento humano; esta definición demuestra el interés e influencia recibida por estos autores de los planteamientos científico-filosóficos del momento, entre los que deben mencionarse:

Ø Materialismo dialéctico: La novela naturalista, según E. Zola, sustituye el estudio del hombre abstracto por el del hombre natural, sometido a las leyes físico-químicas y sujeto a la influencia del ambiente (determinado por él).

Ø Determinismo: Señala que el ser humano no es libre en su conducta sino que ésta está guiada o sujeta a la herencia biológica y el ambiente o medio social en el que se encuentra.

Ø Positivismo (Ciencia experimental): La figura a imitar es el médico o el científico, y como ellos, el novelista experimenta con sus personajes a través de la aplicación del método experimental que Claude Bernard aplicó por primera vez a la medicina en 1885, pero también son importantes el planteamiento darwinista en El origen de las especies que señala como claves para la evolución la adaptación al medio y la selección natural, y por último las leyes de la herencia que Mendel dio a conocer en 1865, tras experimentar con guisantes.

Sobre estas bases la novela naturalista es más que un mero reflejo de la realidad, para convertirse en un estudio psicológico, social e histórico de la realidad, generalmente centrada en los aspectos más negativos (feísmo) sobre los que se protesta y pide cuentas a la sociedad capitalista (ambiente o medio social)

La principal figura del Naturalismo europeo es Emile Zola (1840-1902), tanto por sus obras como por su labor teorizadora, ya citada. En sus obras pretende experimentar sobre el comportamiento humano y para ello acota un universo novelesco de personajes y situaciones que aparece en sus 20 novelas conocidas bajo el título genérico de Los Rougon-Macquart. Historia natural y social de una familia bajo el segundo imperio (1871-1893), en las que aplica el estilo narrativo de las novelas río (roman fleuve). Dentro de este amplio universo textual aparecen los diferentes sectores sociales: La taberna se centra en los obreros de París, Germinal en los grandes comerciantes y mineros, La bestia humana en el ferrocarril y El doctor Pascal en un médico obsesionado por las leyes de la herencia.

La labor creadora de E. Zola es de menor calidad que su interés teorizador, en parte porque sus novelas adolecen de altos grados de maniqueísmo, tienden a la desmesura y reducen la vida a símbolos.

===El Naturalismo en España===

Si es que se reconoce su existencia en España, pues hubo una polémica importante en torno a su existencia o no, llegó muy tardía y tímidamente. La condesa de Pardo Bazán fue la teorizadora de esta corriente en España, a través del texto La cuestión palpitante , donde no acaba de coincidir con los postulados propuestos por E. Zola (determinismo, materialismo, positivismo, feísmo y experimentación) aunque le alaba por su maestría a la hora de mostrar las lacras humanas y sociales de la realidad.

Para estudiosos del tema como W. T. Pattison pueden señalarse tres etapas en el Naturalismo español:

– 1879-1880: Inicio del debate en torno al Naturalismo, a partir de la traducción de La taberna de E. Zola, elogiada por los Realistas liberales o progresistas, que admiraban su fidelidad a la “verdad” y su cientifismo, como contribución al progreso material. Algunos krausistas se apresuraron a imitarle: El tren directo de Ortega Munilla y La papallona de Narcís Oller son las obras más destacadas de esta etapa, sin olvidarnos de mencionar el debate que se produce en el Ateneo de Madrid y la publicación de La cuestión palpitante.

– 1884-1886: Se consolida la nueva corriente con rasgos propios de nuestro país, y se han traducido ya las obras de E. Zola, que se lee con gran interés.

– 1886-1887: La corriente naturalista se bifurca, por un lado los escritores que siguen fielmente las propuesta de Zola (determinismo, herencia, miseria, inmoralidad) como López Bago o Alejandro Sawa, por otro los que prefieren profundizar en la psicología de sus personajes como Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas “Clarín”, (en algunas de sus obras) Emilia Pardo Bazán y Vicente Blasco Ibáñez.

Las características más destacadas de este movimiento en la literatura española son:

– Similitud temática con respecto a la novela picaresca, en cuanto a la preocupación por las capas y representantes más bajos de la sociedad, aunque todo se mantiene dentro de unos límites que no alcanzan nunca el feísmo.

– Las coordenadas espacio temporales son reales, pues así lo requiere el estudio serio y el método de documentación que se aplica.

– No existe el determinismo característico de la novela naturalista europea.

– El argumento se reduce al mínimo, pues lo que interesa es mostrar un trozo de realidad o de vida.

– Frente al estilo impersonal y objetivo del Naturalismo francés, en el español cobra gran importancia la moraleja, o lo que es lo mismo, el análisis por parte del autor.

Uno de los autores menos reconocidos dentro de esta corriente es Armando Palacio Valdés, por la superficialidad de sus abundantes obras, que alcanzaron en su momento gran popularidad, entre las que cabe citar El Maestrante (de carácter naturalista), La alegría del capitán Ribot (de carácter realista), Los papeles del Doctor Angélico (de tipo psicológico) e incluso alguna novela rosa como La hermana San Sulpicio , de la que existe una versión cinematográfica española en blanco y negro, pero sobre todo sus mejores novelas, Los majos de Cádiz , La espuma y La aldea perdida .

Todas sus obras parecen cortadas por el mismo patrón, pues mezcla lo trágico y lo cómico o lo tierno y lo amargo, como en las novelas de Dickens.

Emilia Pardo Bazán (1852-1921) es la autora más destacada del Naturalismo español, aunque poco coincidente con el planteado desde Francia por E. Zola. Su trayectoria artística pasa por un primer momento naturalista, que evoluciona hacia una segunda etapa decadentista, de esa primera época son: La tribuna, de 1883, donde se presenta su mejor ejemplo de naturalismo, además  de el más cercano al modelo zoliano, y sus dos mejores novelas, Los pazos de Ulloa (1886) y Madre Naturaleza (1887); En estas tres novelas la acción tiende a organizarse en torno a un protagonista colectivo que puede ser la fábrica o la naturaleza.

Los últimos años de esta etapa naturalista (en torno a 1890) la llevan a experimentar con la novela espiritualista (casi novela de tesis) de inspiración católica, como en Una cristiana y La prueba , pero este tampoco será el estilo definitivo, pues pronto llegará a la etapa decadentista, en la que destacan títulos como La quimera (1905) y La sirena negra (1908) en las que todavía se supera el conflicto a través de una solución religiosa, aunque la acción ahora queda enmarcada en ambientes refinados, que sirven de contrapunto a la situación moral o al drama humano que se narra.

Vicente Blasco Ibáñez puede ser considerado el autor naturalista español más cercano a las posturas naturalistas zolescas, si bien su tendencia a la improvisación le aleja de la rigurosidad y el cientifismo que el método narrativo propuesto por Zola exige, por ello puede afirmarse que Blasco Ibáñez practica un naturalismo de conveniencia, que le permite transmitir sus ideales de corte socialista y atacar al modelo social imperante, como ocurre en La Catedral (1903) y en La bodega (1905)

Por otra parte debe señalarse que la intensa y extensa vida de este autor le permite evolucionar desde la novela romántica de influencia becqueriana, como en Fantasías y leyendas , de El conde Garci-Fernández (ambas de 1888), hasta la experimentación con nuevas formas narrativas como en Sangre y arena (1908), Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916) y Los argonautas (1914), llevadas al cine con guiones adaptados en algún caso por el propio autor en E.E.U.U. ; entre unas y otras novelas se hallan las de ciclo valenciano que pueden ser incluidas dentro de la corriente naturalista e impresionista (Arroz y tartana , de 1894, La barraca , de 1898, y Cañas y barro, de 1902, que para muchos es su mejor novela), la novela histórica y ambiente valenciano Sonnica la cortesana (1901), siguiendo la estela marcada por la flaubertiana Salamboó.