Tema 30.- el texto argumentativo.

Tema 30.- el texto argumentativo.

Estructuras y características.
1.- Definición y características.
Argumentar es tratar de influir sobre un determinado receptor, colectivo o individual mediante el discurso, bien procurando que tenga una conducta determinada, o bien convenciéndole de la corrección o verdad de una aseveración.  La argumentación se vale de suposiciones que confirmen la intención primera del emisor. En todo caso supone modificar las convicciones y creencias del receptor.
Para demostrar o refutar una tesis, partimos de un conjunto de premisas, a veces no explícitas -en cuanto puede estar latentes por presuposiciones o implicaciones-, pero siempre mostradas de modo incontestable. Ya Aristóteles pensaba que las premisas siempre se consideran ciertas y son conocidas por todos. No obstante, van Dijk expone que una premisa puede no ser cierta si se constituye como una hipótesis que ha de ser valida, precisamente a través de su propia argumentación.
De tal manera, no podemos admitir el conjunto de premisas si no aceptamos también  las conclusiones que de él se deriven. Para pasar de las premisas a las conclusiones utilizamos diversas marcas argumentativas, o argumentos propiamente dichos, que vayan orientadas a ligar aquéllas con éstas, normalmente mediante una relación de causa-efecto. De ahí que la ausencia de éstas debilite la capacidad persuasiva.
Así, Adam considera que el representante más sencillo de la base argumentativa es la aseveración argumentativa, que posee una sola premisa y una conclusión: en El presidente ha declarado en el Congreso, pero esta vez no me ha convencido hay una premisa implícita mayor, el presidente me suele convencer, y otra, menor, explícita,  El presidente ha declarado en el Congreso: a ello opongo una conclusión: pero esta vez no me ha convencido.
Ésta adolece de una insuficiente base persuasiva, pues carece de marcas argumentativas. Éstas pueden faltar en el silogismo, donde la relación lógica entre dos premisas convencen de la conclusión:  El presidente ha declarado en el Congreso [Premisa1]. Ha estado muy nervioso y no se le entendía [Premisa2]. : por tanto, no puedo más que decir que esta vez no me ha convencido [Conclusión].
El orden de premisas y conclusiones no tiene por qué ser siempre progresivo, es decir, de arriba a abajo, también puede disponerse de modo regresivo, es decir, empezando por las conclusiones y finalizando con las premisas: Sabed que yo merezco vuestra piedad más que ningún otro castigo [Conclusión]. El castigo es para los culpables [Premisa1]; la piedad, para lo que son objeto de una acusación injusta [Premisa2].
En este sentido, Ducrot nota que el esquema tripartito premisas – argumentos – conclusión no es inmutable, y, de hecho, explica cómo un orden u otro responde siempre a determinadas intenciones: si la conclusión, o tesis, va al principio se desea impactar o dejar claras las intenciones al auditorio o crear un cierto clímax que conduzca a su inducción. También los argumentos se disponen tradicionalmente de tres modos según su fuerza persuasiva: por fuerza decreciente, creciente u homérico, donde los más flojos se sitúan en medio del discurso.
Desde otro punto de vista, Marcos Marín recoge cuatro modelos básicos dependiendo de la posición de la tesis principal:
I.Sintetizante: La conclusión queda al final como síntesis lógica de una serie de argumentaciones previas.
II.Analizante: La idea principal se sitúa al principio del discurso, y posteriormente se va argumentando.
III.Encuadrado: Una idea principal se maraca la inicio, pero tras el desarrollo de una serie de argumentaciones, se vuelve a retomar para corroborarla, refutarla o matizarla.
IV.Paralelo: Se muestran una serie de premisas y argumentaciones. La conclusión se deriva. Implícitamente del discurso: No diré más: las huelgas se reproducen con violencia. El paro asciende. Los precios también suben. Los salarios bajan.
2.- Fuentes de las premisas.
El hablante, hemos dicho, presenta las premisas de modo que sea compartida por los receptores, aun provisionalmente en el caso de las hipótesis. Las premisas pueden estar formadas por los siguientes elementos:
a)Hechos, fruto de la observación. Pueden ser ciertos o, al menos, posibles y probables: La competencia hace que gane el mejor.
b)Verdades, nacidas de la conjunción de varios hechos: Las elecciones son libres y democráticas de modo que el arco parlamentario expresa la voluntad popular.
c)Presunciones: No son verdades porque la práctica los desmiente a menudo, pero tienen cierta vigencia general: Los niños van a clase para estudiar.
d)Valores abstractos: Ellos y sus definiciones sirven de apoyo cuando no pretendemos argumentar a nadie en concreto: La libertad supone elegir en cada momento y ello no gusta.
e)Valores concretos: Pueden servir de apoyo a los abstractos:  La libertad supone elegir en cada momento y ello no gusta. Las monturas de los caballeros eligen por ellos en las encrucijadas que les salen al paso.
f)Jerarquías sociales entre entes abstractos o concretos: Refleja el sistema de valores sociales de la comunidad lingüística en el que se insertan los que están presentes en la comunicación Hacer el bien es preferible a incurrir en el mal.
g)Lugares comunes: También llamados topoi, o sensus communis por Vico. Son premisas de orden muy general que una determinada comunidad da por válida en un espacio y en un tiempo. Son, por tanto, juicios fosilizados acerca de la realidad, generalmente basándose en comparaciones y jerarquías de cuatro tipos:
De cantidad: se prefieren algunas cosas porque son más realizadas que otras, o porque presentan una mayor cantidad de algo ponderado: Esta carrera tiene pocas utilidades prácticas.    
De cualidad: se jerarquiza lo mejor, aun siendo minoritario: A pesar de no vender muchos libros,  X es uno de los mejores escritores de hoy.
De orden: se prefiere lo que va lógicamente de modo anterior a otro elemento: focalizar las causas más que las consecuencias de un hechos, valorar las conductas legisladas por encima de las individuales,…: No basta con acudir a las ruinas, más tendríamos que haber invertido en frenar las causas de la guerra.   
De lo existente: prioriza lo que se puede captar sobre las abstracciones o imaginaciones: Hay quien se cree que una revolución se hace sólo con pensarla.
3.- Tipos de argumentos.
Básicamente los argumentos se forman a través del paralelismo entre dos entes. Los argumentos por asociación son de tipo causal -relaciona un hecho con su efecto: Si no hubieras hecho eso…-, pragmático, si se asocia un hecho al éxito práctico: Editaré el disco en ese formato que tanto ha vendido. El llamado argumento de la persona, tiene como soporte a  alguien, con sus cualidades, actos y juicios; una variedad de éste sería el argumento de autoridades, que utiliza juicios de otras personas, consideradas autoridades en un determinado campo, para apoyar una idea: Vale, te dejo los planos, pero, como dijo aquel, “bienaventurados los que me copien porque de ellos serán mis defectos”. A veces la opinión general se tiene igualmente como una autoridad: la del sentido común: Llévate el abrigo: ya se sabe: hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo.  
Los argumentos por asociación suelen apoyarse en ejemplos que apoyen la tesis que se tiene que defender o contraargumente otra tesis ad contrarium: Es verdad que un jugador como Albertini, bien coordinado con el equipo, se hubo de formar en la cantera, pero ahí tienes a Baggio, que no es de la cantera y se coordina muy bien. O sencillamente, además de ene ejemplos, se pueden vertebrar mediante comparaciones: Los enunciados son a los hechos lo que los surcos de un disco a los sonidos. Las mismas metáforas, en cuanto suponen una intersección de semas, implican una asociación: La noche de la vida implica que la vida es una jornada con día y noche, y que la noche es su final.
Los argumentos por disociación pretenden sacar partido de los pares de contrarios; individual/universal; teórico/práctico; subjetivo/objetivo;…: Los poetas se emperran en alabar la belleza de la libertad -”Libre como un pájaro”- como si la libertad no implicara la angustia de la elección irreversible en directo.
Otros recursos argumentales no incluidos en los anteriores son los pseudoargumentos, algunos de ellos son:
Ridículo: las opiniones del contrario, si se aceptaran, implicarían unas consecuencias ridículas: “Si la tierra fuera redonda nos estaríamos resbalando como sentados en una esfera”, pensarían los antiguos.
Reducción al absurdo: La negación de nuestras opiniones implicaría unas consecuencias absurdas: Si decimos que Platón no es mortal, estamos con ello afirmando que tampoco es hombre.
Definiciones: en ocasiones se recuerda el uso riguroso de los términos, incluso acudiendo a la etimología: Pagar viene de “pacare”, descansar: cuando pagamos ciertas deudas francamente descasamos.
Tautologías y evidencias: Se subraya la evidencia de algo: No olvidemos que, por mucho que frecuenten el Mediterráneo, los nórdicos son los nórdicos.
Reciprocidad: Aplicamos  una simetría de elementos: Casi nada nos consuela porque casi nada nos aflige.
Relación de las partes con el todo: Si el hijo es como toda la familia, tendremos suerte con él.
4.- Estructuras gramaticales. Cohesión y coherencia textuales.
Los verbos que dominan en esta base textual suelen ser verbos relacionados con la causalidad y la consecuencia: causar, hacer, motivar, suscitar,… y con verba dicendi argumentativos: admitir, alegar, aludir, asegurar,…
Los recursos lingüísticos preferidos son los que denotan cierta permanencia y objetividad: el presente habitual o gnómico: Sabido es que todos somos iguales,…; el modo indicativo, como modo de lo real y lo verosímil; el artículo definido, que denota conocimiento actual: Somos la oposición constructiva y reflexiva; el uso de construcciones impersonales cuando no conviene que el emisor se erija en agente de lo enunciado: Se ha desestimado tu propuesta.
Para contraargumentar se utiliza los tiempos imperfectivos, como muestra de la transitoriedad de lo enunciado: Decía usted que no vendría hoy: aquí le veo. El modo subjuntivo, obliga a imaginarnos un hecho de modo incierto y ambiguo: Tal vez siguiera en su casa cavilando sobre qué hacer. El artículo indefinido ayuda a desdibujar al contrario: Se ve claro que es usted un presidente indeciso; y han de evitarse la impersonales: precisamente ha de personalizarse sobre el contrincante para hacerlo partícipe de lo que se le imputa: Usted desestimó las propuestas de mi grupo.
La cohesión y la coherencia se alcanzan mediante unos recursos muy ligados al proceso argumentativo:
Las marcas de orden, que jerarquizan los argumentos: En primer lugar, por un lado, finalmente,…
Las comillas y las citas, marcadas con la entonación: “No iré más”, dijo usted.
Los nexos, conjunciones y locuciones de causa y consecuencia para ligar los argumentos entre sí: porque, en cuanto, en vista de que, de manera que, consecuentemente,…
5.- La vigencia de las figuras retóricas.
Pero, tal vez desde siempre, la Retórica ha impuesto una serie de recursos de índole persuasiva y pragmática: las figuras retóricas. Antes de irlas viendo, es necesario apuntar que en la Antigüedad el texto argumentativo se identificaba con el forense, al ser el foro el lugar donde la oratoria debía de desarrollarse en sus más amplias capacidades persuasorias. El esquema que presentaba era el siguiente:
Captatio benevolentiae: para recoger la complicidad positiva del auditorio y predisponerlo al apoyo.Expositio: exposición de los hechos objeto de  juicio.
Argumentatio: Se exponen los juicios a favor y en contra.
Peroratio: Transición a la conclusión mediante la recapitulación de lo expuesto.
Conclusio: Conclusión fianl de la rgumentación.
Cada una de ellas se estructuraba, como decíamos atendiendo a las figuras retóricas. Obviamos decir que todas siguen vigentes en el discurso persuasivo:
Simulatio: Se finge defender la opinión contraria: Vale: imaginemos que él es culpable…
Dissimulatio:  Ocultar la propia opinión, que no se explicita, pero se sobreentiende.
Alusión: A algo o alguien, pero sin mencionarlo: Hay quienes no han colaborado en es te proyecto.
Sujeción: el emisor se pregunta y el mismo se responde: ¿Dónde busco el tiempo? El día no tiene veinticuatro horas: tiene más.
Preterición: Decir lo que en apariencia quiere omitirse: No diré que es Premio Nobel.
Interrogación retórica: supone una aseveración en la respuesta que  implica. ¿Cuántas horas?
Dubitación: O Juan es tonto, o se lo hace o le entran ataques de tontura.
Definición o evidencia: ¿Por qué dicen que hay injusticia en el resultado? Fútbol es fútbol.
Conciliación o distinción: se refiere a la distinción de matices: No soy muy patriota, pero quiero a mi país.
Apóstrofe: a un auditorio o a un elemento no presente: La juventud de hoy ¿Hacia dónde encamináis vuestros pasos?
Corrección o explicación: Los españoles son fogosos, quiero decir, algunos, obviamente.
Prolepsis: Anticipar una objeción que se espera para refutarla: Se me dirá que peco de injusto con él: a los hechos me remito.
Suspensión: Retrasar el rema para mantener la atención.
Eufemismo: Aludir a algo connotativamente negativo por un significado que no lo es: Cuando mi habitación quede vacía por Cuando muera.
Disfemismo: Aludir a algo con  un significado que connotativamente negativo: Ahí viene el imbécil de Juan, por Juan, a secas.
Antífrasis: Llamar burlescamente algo exagerando su contrario: ¡Estarán notablemente satisfechos!
Lítote: Afirmar algo negando su contrario: Yo no he dicho que usted no sea listo.
Diseminación: de un significado por medio de sinónimos y reiteraciones: El consuelo de sus días, el alma de la casa, el padre atento, el que todos adorábamos.
Repeticiones y paralelismos: conducen al refuerzo de una idea: Dije que no se llevaría cabo. Dije que era imposible. Dije que no creía en el proyecto. Me hubiera gustado haberme equivocado, pero no ha sido así.
Deprecación, o súplica: Se solicita un bien para uno mismo: Espero ser digno de vuestra benevolencia.
Imprecación: Deseo de un mal para otros: A cada uno de vosotros os llegará vuestro merecido en las urnas.
Execración: Deseo de un mal para uno mismo: Si no es cierto lo que digo espero, que actuéis sobre mí con vuestra inflexible justicia.
Inclusión: del auditorio en la personas gramaticales presentes en la comunicación para producir una sensación de unión: Nosotros sabemos que eso no es así: no nos van a engañar.