Tema 67 – La narrativa hispanoamericana en el siglo XX.

Tema 67 – La narrativa hispanoamericana en el siglo XX.

1. Realismo y Regionalismo

• Novela y revolución : (LECTURA 1) :

1. Mariano Azuela : “María Luisa” (1907): tendencia novela naturalista. Tres novelas de revolución, entre ellas : “Los de abajo” (1916). Personajes que revelan el desengaño de los falsos valores de la sociedad urbana; personajes con un destino predeterminado.

• Novela de la selva : (LECTURA 2) :

1. Eustasio Rivera, “La vorágine” : estilo influido por la poesía romántica y parnasiana.

2. Horacio Quiroga, “El salvaje” : 1920. “Los desterrados” : el hombre frente al peligro de la naturaleza.

3. Ricardo Güiralde : “Don Segundo Sombra” : estoicismo del hombre del campo.

4. Rómulo Gallegos : “La trepadora” : 1925. Estoicismo del hombre del campo, como en

Güiralde. “Canaima” (1935).

• Novela indianista : el indio, sus creencias y mitos : (LECTURA 3) :

1. “Huasipango” (1934), de Jorge Icaza.

2. De la liberación del Realismo Regionalista a los escritores del “boom” de los 60.

(Incluimos también obras hasta finales del siglo XX : década de los 90) (LECTURA 4) :

• Jorge Luis Borges : (Argentina) :

1. Participa activamente en la vanguardia creadora de los años 20.

2. “Luna de enfrente” (1925).

3. “Inquisiciones” (1925). Colección de ensayos en los que se ven sus temas preferidos : naturaleza del yo y del tiempo.

4. Del ensayo evoluciona al cuento.

5. Le atrae más el idealismo que el realismo.

6. Inicia sus relatos con “Historia Universal de la infamia” (1935).

7. Entre 1935-36 escribe sus primeros cuentos, “El jardín de los senderos que se bifurcan”, “El Aleph” (1949), “El hacedor” (1960), sobre lo efímero.

8. Realidades concebidas para engañar al lector. El autor echa mano una y otra vez de sus conocimientos de Historia, Filosofía, Matemáticas.

9. “Llegar a la meta y entender el camino recorrido es morir”.

• Carpentier (Cuba) :

1. Narra la realidad de los pueblos latinoamericanos.

2. “El reino de este mundo” (1949). Mundo racional y cerebral de la cultura francesa.

3. “El acoso” (1958). Rechazo del régimen de Batista.

4. “El siglo de las luces” (1962). Novela histórica sobre el rechazo de la Revolución francesa al siglo de las luces.

• Asturias (Guatemala) :

1. “Leyenda de Guatemala” (1930).

2. “Señor presidente” (1946). Ciudades, gentes que viven bajo un miedo telúrico, absoluto.

3. “Hombres de maíz”. Estructurada mediante conceptos opuestos.

• José Lezama Lima : (Cuba) :

1. “Paradiso” : Estética hermética e impregnada de misticismo católico. El mismo título es una doble alusión al texto bíblico y al de Dante. Destaca el salto de la realidad a lo fantástico, a lo maravilloso.

• Roa Bastos (Paraguay) :

1. Crea una novela que narra la realidad social que vivió, suavizada la crueldad por el lirismo. “Hijo de hombre” (1960). “Yo, el supremo” : investigación sobre un mito del pasado.

• Juan Rulfo (Méjico) :

1. “El llano” (1953) : colección de cuentos.

2. “Pedro Páramo”. Novela. Sus personajes son siempre o perseguidos o perseguidores;

sus vidas son pesadillas de las que no se pueden escapar.

• Juan Carlos Onetti (Uruguay) :

1. Personajes al borde de la desesperación : “El pozo” (1939); “Tierra de nadie” (1941); “Dejemos hablar al viento” (1979).

• Gabriel García Márquez (Colombia) :

1. “Cien años de soledad” (1967). Personajes solos con su tragedia y sus sueños. Tentativa mágica de enfrentarse con la muerte. Realismo mágico.

2. “El coronel no tiene quien le escriba” (1962).

3. “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira” (1972).

4. “El otoño del patriarca” (1975).

5. “Crónica de una muerte anunciada” (1981).

6. “El amor en los tiempos del cólera” (1985).

7. “El general en su laberinto” (1989).

8. La preocupación de Gabriel García Márquez es la autenticidad del individuo en una sociedad injusta.

• Carlos Fuentes (Panamá – Méjico) :

1. Irritación contra su país natal.

2. Cuentos : “Cantar de ciegos” (1964) ; “La región más transparente” : une lo diacrónico y lo sincrónico. Tiene analogías con “La Colmena”; “La muerte de Antonio Cruz” (1962) : protagonista con sus capacidades físicas casi anuladas, pero con mente lúcida pensante.

• Mario Vargas Llosa : (Perú) :

1. Continuas innovaciones técnicas.

2. “La ciudad y los perros” (1962)

3. “Los cachorros” (1967)

4. “Pantaleón y las visitadoras” (1973)

5. “La guerra del fin del mundo” (1981)

6. Individuos sometidos en estas obras a leyes fijas que les determinan, modifican la conducta y les obligan a actuar de un modo uniforme.

7. “La casa verde” : cambio brusco de perspectivas, de tiempos verbales.

• Julio Cortázar : (Bélgica – Argentina) :

1. Su idea es crear un relato o antinovela en el que no existan soportes tradicionales. Juego entre el creador y lo creado.

2. “Rayuela” (1963)

3. “Deshoras” (1983)

• Guillermo Cabrera Infante (Cuba) :

1. “Tres tristes tigres” (1967) : renovación del lenguaje, parodia de la sociedad.

• Ernesto Sábato (Argentina) :

1. Dos tipos de novelas : una, de entretenimiento, y otra en la que trata la condición del hombre.

2. “El tunel” : el tunel oscuro y solitario es la vida.

3. “Sobre héroes y tumbas” : el caos, las pasiones, los celos, angustias metafísicas de la existencia humana, al igual que en “El tunel”.

• Mario Benedetti (Uruguay) :

1. “La tregua” (1960).

2. “Gracias por el juego” (1964). Estilo sencillo, claro y lleno de humor.

3. El “boom” de los jóvenes (LECTURA 5) :

• Continuidad con la generación anterior :

1. Garmendia (Venezuela).

2. Echenique (Perú).

3. Elizondo (Méjico).

4. Del Paso (Méjico).

• Últimos premios “Rómulo Gallegos” del siglo XX (galardón literario más importante de la narrativa hispanoamericana) :

1. 1987 : Abel Posse (1939, Argentina), por “Los perros del paraíso”.

2. 1991 : Arturo Uslar Pietri (Venezuela, 1906-2001), por “La visita en el tiempo”.

3. 1993 : Mempo Giardinelli (Argentina, 1947), por

“Santo oficio de la memoria”.

4. 1997 : Ángeles Mastretta (México, 1949), por “Mal de amores”.

5. 1999 : Roberto Bolaño (Chile, 1953), por “Los detectives salvajes”.

LECTURA 1 :

Mariano Azuela

(1873-1952)

No pudo haber un segmento tan sencillo como este que nos proporcionara una perspectiva de reflexión de lo que considero la temática básica de “Los de Abajo”, novela escrita por Mariano Azuela ; un estudio de la lucha en la revolución mexicana desde el punto de vista del autor como testigo y primer escritor de la novela revolucionaria.

“Los de Abajo” fue publicada por entregas en un periódico de El Paso, Texas, Estados Unidos, en 1916, pero esta no ganó éxito y aceptación mundial hasta su tercera edición en 1925. El movimiento caudaloso y sangriento contra Victoriano Huerta y la forma espontánea en que los campesinos engrosaron las filas revolucionarias son situaciones históricas en que la novela se basa para su desarrollo, iniciando una abundante literatura narrativa sobre las luchas revolucionarias del México moderno.

Pero antes de adentrarme en el análisis de dicha obra creo necesario narrar primero la historia de esta, con el fin de ir introduciendo dentro de ella los puntos adecuados de estudio y que todo tenga una secuencia y orden lógico.

Por ser una novela “Los de Abajo” tiene una historia principal, diégesis, a partir de o en la cual se desarrollan los hechos. El narrador de dicha historia se puede clasificar de acuerdo a su participación como extradiegético, es claro que no

participa en la novela ; en cuanto a sus conocimientos sobre lo que ocurre estos no es solamente de un tipo, hay ocasiones en que el sabe lo mismo que los personajes, pero en general podría decirse que es de tipo deficiente debido a que los personajes nos proporcionan la mayor parte de la información de la historia, que en sí parece ser desconocida por el narrador. No se marca claramente quien es el narrador, además de desconocerse el narratario, debido a que no incluye ninguna referencia que me haga inferir tal cosa y por lo cual ambos son implícitos ; pero de lo que si puedo estar seguro es que el narrador habla en tercera persona debido a que me baso en las descripciones realizadas en ciertas partes de la diégesis, como los siguientes extractos del texto :

“Demetrio ciñó la cartuchera su cintura y levantó el fusil” “Encendieron lumbre con zacate y leños secos, y sobre los carbones encendidos tendieron los trozos de carne fresca”

“Demetrio siguió tirando y advirtiendo del grave peligro a los otros pero éstos no repararon en su voz desesperada sino hasta que sintieron el chicoteo de las balas por uno de los flancos.”

“Luis Cervantes se animó a sacar la cabeza de su escondrijo…” “Ascendían la cuesta, al tranco largo de sus mulas, pensativos y cabizbajos” Esto me parece más que suficiente para soportar mi opinión de el tipo de persona que utiliza para narrar, así que ahora es mi deber comenzar a relatar la historia principal.

La situación inicial de Demetrio Macías es la de un campesino que vive en las cercanías de Juchipila, un pueblo localizado en el sur del estado de Zacatecas, involucrado en la revolución no por sus ideales, sino por el conflicto que tuvo con un cacique. Este último utilizó federales para atacar a Demetrio con el supuesto de que se iba a levantar, lo que provocó dicha acción en lugar de detenerla, y lo obligó a refugiarse con sus amigos, quienes no se dejaron dominar y contraatacaron a la amenaza que les imponían : derrotando al ejército federal, comenzando su lucha contra las amenazas que tal situación les traía, acumulando seguidores y nunca estableciendo un objetivo o analizando la verdadera razón de lo que hacían ; todas acciones que dan comienzo al conflicto y desarrollo de la novela debido a que se ha expuesto la situación que trae a los personajes a involucrarse en el movimiento armado, ahora ya se tiene sentada la base para desarrollar los sucesos posteriores.

A continuación entra en escena Luis Cervantes, un hombre educado de clase media que desertó al ejército federal, con la intención de unirse a Demetrio por tener “sus mismos ideales”, pero en el momento que lo conoció y dijo dicha cosa se quedo sorprendido debido a que los supuestos revolucionarios tenían poca idea de el porque de su lucha.

Permanecieron en espera del próximo movimiento de los federales, tiempo de pausa durante el cual se introduce una metadiégesis que viene a completar la historia, pero no en sí la temática del libro, hablándonos esta de como una mujer

llamada Camila se comenzó a enamorar de Luis Cervantes, pero el último no la aceptaba y le decía que se fuera con Demetrio. Cabe destacar que las metadiégesis no son la fuerza conmovedora que se presenta en otras novelas, debido a que la diégesis contiene la temática y en si la intención comunicativa de una forma perfectamente estructurada que me hace pensar que las metadiégesis sólo están “de relleno”.

A continuación, los “revolucionarios” atacan a varios federales de un pueblo cercano después de ser mal informados de la cantidad de ellos, pero a pesar de ello logran la victoria aún estando en desventaja, llegando más tarde a Fresnillo, Zacatecas ; lugar donde se unen con el Gral. Natera con el fin de tomar Zacatecas, uno de los últimos lugares ocupados por el ejército federal de Huerta en 1914. Logran su misión en una batalla notable que se narra de una forma peculiar para el lector, un amigo de Cervantes llamado Alberto Solis le dice los sucesos al primero en forma de analepsis (narrando lo que ya ocurrió) en el mismo momento que está acabando la batalla y sólo poco tiempo después de haber ocurrido los hechos, esta me pareció una forma muy interesante de narración debido a que es diferente a otras que he visto anteriormente.

Ya que ha pasado la batalla entra el Güero Margarito a la historia, un hombre que describiré junto con los demás personajes posteriormente, y regresan al pueblo de Moyahua, donde en su propia forma Demetrio por ya sentirse poderoso y liberado desea vengarse del que comenzó todo el conflicto de la historia, el cacique local, por lo que le quema su casa y huye a Tepatitlán, Jalisco, siendo esta parte de la historia una donde se integra otra metadiégesis. Esta nos narra el conflicto entre la Pintada, una mujer que se ha encontrado apegada a Demetrio durante un tiempo, y los combatientes con el efecto de la separación de esta del grupo, dicha historia no me parece necesaria mencionar debido a su poca importancia.

Ahora que se han introducido todos los personajes de la historia, creo necesario partir un breve momento del relato de la diégesis para permitir la clasificación y descripción de lo que cada personaje representa y su persona. He relacionado a los involucrados en tres categorías , localizadas en la página siguiente para una lectura más fácil, realizadas de acuerdo a la razón por la cual se encuentran envueltos en la revolución :

Los hombres de Demetrio ahora parten hacia San Juan de los Lagos, Jalisco, volviendo a encontrarse con Natera. Este les trae noticias que vienen a dificultar su situación, ya que acababa de establecerse la rivalidad entre Villa y Carranza en la Convención de Aguascalientes realiza en Octubre-Noviembre de 1914, dejando incierto lo que harán en ese momento debido a que antes se encontraban involucrados en la lucha contra federales y se dan cuenta de que deben de tomar una decisión.

La rivalidad entre Francisco Villa y Venustiano Carranza fue uno de los principales motivos que alargó el movimiento revolucionario más de lo necesario

En este momento la historia se detiene un poco, ya que Luis Cervantes parte hacia Estado Unidos después de percatarse que lo de Revolución era algo casi interminable de lo que debía separarse. El nos cuenta en una analepsis, a través de una carta a Alberto Solis, su situación actual como estudiante y nuevo empresario que hace ver a los combatientes como el aprovecho la oportunidad de obtener provecho a diferencia de ellos. Pero con esto no se detienen las asombrosas noticias para ellos, el hombre que parecían haber apoyado era Villa, y su ejército acababa de perder ante Carranza en la batalla de Celaya acontecida en abril de 1915, las dificultades seguían acumulándose para dar forma a la situación final.

Ahora tenían todos que regresar al lugar donde comenzó todo, las cercanías de Juchipila, en una condición aún más pobre y miserable de la que tenían antes, vistos todos ya en la obligación de continuar la lucha a pesar de no tener un objetivo preciso, pero la mala suerte esta a punto de terminar de la peor forma posible. El pueblo es atacado por las fuerzas carrancistas que buscan acabar con los últimos reductos de los grupos de Villa, y tal vez el adoptar dicha actitud haya sido el peor error que Demetrio pudo haber cometido porque fue la razón de la muerte de su grupo, del fin de una historia que en su desgracia nos hace ver la triste realidad de la Revolución Mexicana, una situación final que es peor que la inicial.

Se podría decir que el mensaje que nos da Mariano Azuela de la época con su novela es la primera que podemos encontrar en la literatura mexicana, una que sin influencias de otros autores y que a mi me parece más confiable que cualquier estudio que se pudiera realizar en el presente de la Revolución. La estructura de la novela y el año en que se escribió me sugiere que se realizó al mismo tiempo que sucedían los hechos históricos, incitandome a pensar que Azuela buscó una parte

de la Revolución Mexicana en donde podría colocar a un grupo de luchadores ficticios que se integraran completamente con los hechos reales, pareciendo en sí ser unos verdaderos revolucionarios, a pesar del hecho que todo el movimiento de Demetrio es una creación ficticia que en sí representa la visión de una lucha revolucionaria desorganizada en donde todas las fuerzas en conflicto chocaban sin un plan doctrinal preciso, una situación donde un mayor esfuerzo para la conciliación de intereses pudiera haber evitado consecuencias terribles en lugar de dejar al pueblo mexicano peor que estaba antes ; como sucedió con Demetrio porque al principio tan siquiera tenía su propia vida como campesino, lo cual fue totalmente eliminado en la situación final y hace ver que el progreso no fue lo que Azuela vio al momento de escribirlo, pero que a pesar de ello si se ha visto con el paso del tiempo.

La forma en que nos plantea la problemática de forma indirecta es digna de reconocerse, nunca he visto una forma tan efectiva de dar a conocer un mensaje en una novela que parece tener más el desarrollo de una obra cinematográfica que una literaria.

Mariano Azuela entonces deja pensante al lector, presentándose ya en la mente de este la idea de un movimiento que tal vez haya sido inútil en su mayor parte y que el autor nos da a conocer como un hecho que al no tener un objetivo claramente planeado por la mayoría de los grupos no tuvo un resultado eficiente tampoco, una de las tantas consecuencias de no organizarse.

El autor parece haber encontrado particularmente interesante la forma en que cada tipo de individuo de la sociedad mexicana entró a formar parte en la revolución, desde el hombre más humilde y decente hasta el hombre más brutal nunca visto. En sí la novela es una obra que nos incita a reflexionar, ¿era necesario tanto sufrimiento ?, ¿se pudo haber evitado ?, ¿fue un verdadero “beneficio” ?

Un hombre que haya vivido dicho movimiento en la época tal vez tenga más idea de lo que habla Mariano Azuela, no hay nada mejor que la experiencia propia, pero tal vez está novela haya incitado al hombre de ese tiempo a reflexionar en verdad sobre lo ocurrido, sobre el porvenir del futuro y sobre la realidad de su

tiempo, todos hechos que trajeron un cambio total a la vida mexicana, y que tal vez hasta sean responsables de que nuestro país no sea más grande de lo que pudiera haber sido, o peor de lo que es de acuerdo al punto de vista desde que se analiza. En sí, si yo fuera un revolucionario que se entera de dicha novela, lo más probable es que me daría cuenta de lo que me parecería un análisis válido de lo que yo hice pero sobre lo que nunca tuve oportunidad de reflexionar, tal vez tenga un tono

pesimista Azuela en su novela pero, ¿no fue pésima la condición en que dejó al país la revolución?

Aún así, me parece que “Los de Abajo” nos habla de un análisis de la Revolución que varios escritores no pudieron hacer hasta varios años después cuando las consecuencias eran notables, pero no Mariano Azuela. El estudia la situación de su tiempo, la generaliza y por último la plasma en lo que es una gran obra de la literatura mexicana, transmitiendo sus ideas en una novela magníficamente relatada y sin la cual no pudiéramos conocer la realidad de dicho tiempo, ya que todo escritor desde entonces se ha dejado influir por la visión que se tiene de la Revolución como un movimiento generalmente benéfico y útil para México, un movimiento que ahora veo de forma totalmente diferente gracias a Azuela, la historia no tiene mejor escritor que el mismo individuo que la vive.

LECTURA 2 :

Rómulo Gallegos

Doña Bárbara

Madrid, Cátedra, 1997.

LA NOVELA DE LA SELVA

La figura del escritor venezolano Rómulo Gallegos (1884-1869) representa uno de esos extraños modelos en los que la literatura se convierte en el canal de un imaginario social. Su gran novela, Doña, Bárbara, le hizo ganar rápidamente la fama y encauzó su proyección política hacia las altas esferas del poder en su país. Su trayectoria política culminaría en la presidencia de la república en 1947.

Doña Bárbara se inscribe en la tendencia narrativa llamada “mundonovismo”, que surge como consecuencia del abandono del acento cosmopolita del modernismo. Los narradores mundonovistas pretenden crear una literatura de fuerte acento americano. El resultado es la novela de la selva que tan buenas muestras ha dejado en la obra de autores como Horacio Quiroga y José Eustasio Rivera.

No obstante dista una notable diferencia entre novelas como La voragine o Anaconda y el relato de Rómulo Gallegos, ya que el autor venezolano, a través de una acción localizada en la inmensidad de la selva, pretendía enseñar los problemas que acuciaban

a la sociedad de su país. Para ello se sirve de la fuerza de una sobresaliente voz narrativa en tercera persona de carácter omnisciente que fusiona ideología y acción novelística.

Al igual que el grueso de sus novelas, Doña Bárbara tiene una estructura tripartita en la que tienen especial relevancia las secuencias descriptivas mediante las cuales se pretende trazar un discurso ideológico alrededor del conflicto entre la civilización y la barbarie, establecido ya por Sarmiento en el Facundo (1845). Como eje fundamental de este planteamiento, Gallegos inserta el personaje de Santos Luzardo, personaje que simboliza el modelo civilizador en contraposición de los restantes personajes que se posicionan como miembros de la barbarie del continente. Pero, para Gallegos, la barbarie no está condenada a desaparecer con la llegada del modelo civilizador, puesto que el autor venezolano la considera, a diferencia de Güiraldes o Sarmiento, un sinónimo de la vida natural.

Publicada en 1929, la prosa de Rómulo Gallegos registrada en Doña Bárbara guarda toda su frescura original. A pesar de haber transcurrido más de un siglo, la novela conserva gran parte de sus atractivos primigenios. Doña Bárbara es una novela que nos recuerda que el placer de la lectura es posible, y ello sucede gracias a la destreza narrativa de un autor que logra perfeccionar su creación por medio de unos personajes que se independizan con naturalidad del discurso ideológico que subyace en toda la obra.

LECTURA 3 :

De la web : http://lanic.utexas.edu/project/lasa95/nagy.html :

1. La tradición indigenista

La novela Mi tío Atahualpa (1972) encaja en la tradición neo-indigenista que, además de tener el indígena como referente, emplea las innovaciones literarias propias de la generación del “Boom”. El neo-indigenismo en la literatura surgió de la tradición indigenista. Antes de entrar en el análisis de la novela mencionada, repasaré brevemente la evolución de las estrategias y técnicas literarias aplicadas por los autores indigenistas.

Como muchos críticos[1] lo concluyeron, el indigenismo[2] es una reacción al occidentalismo, una ideología de la oligarquía en los países andinos que pretendía excluir todo lo vernacular del patrimonio cultural del país. Tomás Escajadillo (48) distingue tres etapas del indigenismo: 1. el indianismo, 2. el indigenismo (ortodoxo)[3] y 3. el neo-indigenismo.[4]

La novela indianista trata a su referente, el indígena como algo exótico, y este hecho abre una distancia entre el referente y el destinatario de la obra. Esta distancia no es, sino la mera reflexión de la distancia entre el autor y el sujeto novelado. La posición del autor de la novela indianista e indigenista es definitivamente exterior al mundo diegético de la misma. El narrador es extradiegético y heterodiegética, es decir, que no se identifica con ninguno de los personajes. El lenguaje empleado en la novela indianista e indigenista también es indicativo de esta distancia entre el autor y el sujeto, pues el autor tiende a usar el registro culto e imponerse mediante largos pasajes descriptivos desde esta perspectiva exterior. [[questiondown]]Cuál es la diferencia, entonces, entre la novela indianista e indigenista? En la novela indianista, la figura del indio aparece romantizada y exótica. Pensemos en Aves sin nido de Clorinda Matto de Turner, como ejemplo par excellence de la novela indianista, por sus toques costumbristas y por su concepto romántico del Volksgeist.

En la novela indigenista, en cambio, se aumenta el elemento naturalista, en la forma de crudas descripciones de la condición inhumana del indígena. Esto sucede en Huasipungo de Jorge Icaza, en El mundo es ancho y ajeno de Ciro Alegría y en Yanakuna y Yawarninchij de Jesús Lara. En cuanto al arsenal técnico, el narrador sigue siendo extra y heterodiegético, la narración, por la mayor parte, se realiza en registro culto, que se alterna con pasajes de diálogo entre los personajes. El idioma que usan los personajes indígenas es un español substandard, y no se sabe, si los indígenas representados no se expresan mejor por la falta de dominio del castellano, o a causa de la carencia de su capacidad mental.

Las obras de José María Arguedas[5] representan, en efecto, una transición entre el indigenismo y el neo-indigenismo. En ellas cambia la posición del narrador: es un narrador intra- y homodiegético: participante de los eventos y del mundo indígena, pese a su condición de “forastero”[6]. Un fuerte sentimiento de empatía caracteriza la actitud del narrador con respecto a los personajes. Aunque el flujo de conciencia del narrador se realice en registro culto, el narrador/personaje es bilingüe, y se dirige a los indígenas en su propio idioma, el quechua. Arguedas hace una brillante maniobra lingüística y trasplanta al castellano la sintaxis quechua, porque él mismo domina el quechua como idioma materno. Esto no necesariamente es el caso de varios autores indigenistas, cuyo conocimiento del quechua era más superficial y se limitaba al discurso entre el amo y el súbdito. Esta idea fue la base de un escrito de Vargas Llosa, titulado “José María Arguedas descubre al indio auténtico,” sobre el tipo de idioma que hablan los personajes de Ciro Alegría, sugiriendo que Alegría debía buscar las posibilidades de “traducción” de un mundo vivido y pensado en quechua, como lo hiciera Arguedas. Alegría respondió en “El idioma de Rosendo Maqui”, que el indígena del Norte peruano, el referente de sus novelas, hace mucho tiempo ya que no habla quechua. (396-97) Entonces, [[questiondown]]a qué se debe que los personajes de las novelas de Alegría, en ciertas ocasiones, se expresan en un castellano tan limitado? “Biera jallao misitio po un lao, pero nuestao con suerte… Dispes de toito, tecaño tagüeno pandar juido… ” (La serpiente 193) Es cierto, que los indígenas viven en una cultura básicamente oral y su pronunciación puede diferir de las normas del habla de registro culto, pero en este discurso citado se exagera esta diferencia. El narrador extradiegético y el autor gozan de una posición de poder y “hacen hablar” el indígena de cierta manera. De modo que el discurso del indígena es el del subalterno, incluso en términos discursivos. La diferencia se enfatiza por el abismo entre la escritura y la oralidad.[7] Martín Lienhard llama este intento “escritura oralizante”,

la redacción, por parte de “los profesionales’ de la escritura, de textos que reelaboran determinados elementos temáticos enunciativos y poéticos atribuibles al discurso oral de los marginados. (374)

2. El neo-indigenismo

El neo-indigenismo surgió en los años 1970. Temáticamente retoma la problemática del indígena, pero su tratamiento del sujeto es radicalmente diferente. Según lo sugiere Cornejo Polar, los autores neo-indigenistas “aprendieron” mucho de los escritores del Boom, (“Sobre el ‘neoidigenismo’ 551) y aplican una serie de innovaciones técnicas: no sólo se incluyen formas no canonizadas de literatura en la narrativa (informes, entrevistas, artículos de periódicos, avisos públicos, etc.), sino que los autores neo- indigenistas emplean una serie de perspectivas diferentes de narración. El narrador extradiegético, así como el uso del registro culto, cedió lugar a una variedad de narradores focalizados en diferentes personajes, que resulta en múltiples perspectivas presentadas sobre el mismo evento; y el lenguaje ameno fue reemplazado por un discurso oral que, sin embargo, no es reducido en su expresividad, como a veces ocurre en la narrativa indigenista.

La diferencia más profunda entre el neo-indigenismo y el indigenismo e indianismo está en la subversión de poder mediante la praxis discursiva. En este sentido, la narrativa neo-indigenista utiliza las técnicas de la escritura post-colonial. El poder y el saber, como nos recuerda Foucault, (Power/Knowledge 133-148) es la “pareja fatal”, cuando se la emplea para oprimir. La posesión del poder, además, está en correlación con el ejercicio de la violencia. Durante la colonización se han establecido, mediante el uso de la violencia, las normas del poder.[8] Ciertos segmentos de la sociedad quedan indefinidamente excluidos del ejercicio del poder, por mínimo que éste sea. El indígena, al menos en las novelas indigenistas, parece estar condenado a la exclusión del poder, por su condición racial, económica, cultural y lingüística.[9] La posesión del poder se manifiesta lingüísticamente en la diferencia entre el discurso de los que lo poseen y de los que carecen del poder. El “patrón” infaliblemente tutea al súbdito, mientras éste debe dirigirse a él tratándolo de Ud. y, a veces, llamándolo “amitosumercé” (Icaza, Huasipungo), “Señor Patrón” (Jácome, Porqué se fueron las garzas), etc.

3. El propósito paródico en Mi tío Atahualpa

Paulo de Carvalho-Neto es un escritor de origen brasileño viviendo en Ecuador[10]. Mi tío Atahualpa es una novela neo-indigenista, cuyo narrador homodiegético, “Atahualpa Sobrino” entra a trabajar en una tal Embajada (que nunca se especifica en la novela) como sirviente, ocupando el cargo de su “Tío Atahualpa” después de la muerte de éste. La Embajada es el espacio “‘e lo blanco'” y los Atahualpa representan lo indígena. El conflicto continuo de los dos mundos se representa mediante la parodia. En la novela el autor ataca directamente al discurso oficial sobre el indígena. La subversión del discurso se realiza mediante la parodia, que en la novela hace todo discurso autoritario absurdo.

De acuerdo a Bakhtin, (Dialogic 69-78) toda repetición es paródica en naturaleza y distingue dos tipos de parodias, la irónica y la estilización o parodia no irónica. Linda Hutcheon (29-36) va más allá del concepto de Bakhtin. Según ella, la parodia es

implícitamente transgresiva y subvierte la ideología convencional, aunque la naturaleza de la subversión quizás no esté clara para el observador ingenuo, quien, quizás no esté enterado del contexto. Es evidente que en el caso de Mi tío Atahualpa se trata de una parodia irónica. La ironía es resultado de la interacción del mundo objetivo y el ironista (protagonista) dispuestos a mantenerse en incongruencia. En el modelo siguiente, trazado por Jonathan Tittler (20) se ilustra el mecanismo de la ironía:

Víctima de la ironía intencional retroalimentación agente

Mundo Ironía accidental ironista

La ironía induce la subversión discursiva del saber/poder, que finalmente resulta en la subversión del balance del poder. Kimberly A. Nance sugiere en su artículo “The Riddle Contest as Folk Deconstruction of an Indigenista in Paulo de Carvalho-Neto’s Mi tío Atahualpa” que el narrador, quien deviene protagonista después de la muerte de su tío, Atahualpa Sobrino, “pueta profesional ‘e los pueblos” (207) se encuentra encarcelado por haber una serie de transgresiones debidos a malentendidos surgidos por causa de los relatos exagerados del Tío Atahualpa. En la cárcel comparte su celda con el Licenciado Zaguala “Licenciado en Leyes, abogado” (206) quien se presenta como investigador y revolucionario sofisticado e inicia un diálogo con “Atahualpa Sobrino”, quien imposibilita el discurso autoritario del Licenciado Zaguala, por responderle en adivinanzas. Las adivinanzas forman parte de la expresión cultural tradicional indígena andina, como lo demostrara Billie Jean Isbell. (19-50) Mediante el duelo verbal cambia el balance del poder.

The episode demonstrates the efficacy of these specialized weapons from the verbal arsenal of the folk as they deconstruct ideologies, unmask and undermine an enemy who poses as a benefactor. (Nance 61)

El poder pasa de su lugar tradicional, el blanco, Licenciado Zaguala al indígena, “Atahualpa Sobrino”, cuyo título de “pueta y conversador” reflejan la oralidad, mientras el título del Lic. Zaguala indica su condición de letrado. Mediante el diálogo entre los dos el balance del poder cambia, justamente por la alteración en el balance del saber.

Las supuestamente sofisticadas preguntas del Licenciado Zaguala, productos de la cultura escrita y eurocéntrica, son destinadas para darle un examen a Atahualpa Sobrino con el fin de demostrar su ignorancia y así establecer la superioridad intelectual del Lic. Zaguala. La superioridad intelectual (según las pautas culturales occidentales) asegura para el Lic. Zaguala una posición superior: la posesión del poder. (Se ilustra aquí la relación saber/poder.) Atahualpa Sobrino no intenta “competir” con el Lic. Zaguala de la manera que éste lo está planteando, sino que recurre a respuestas que no se rigen según las pautas culturales occidentales (escritas), sino que se nutren de la cultura autóctona (oral). Consecuentemente, el confrontamiento verbal se hace absurdo y humorístico.

Me preguntó: – [[questiondown]]Qué es la ley?

– Lo que manda el Rey.

– [[questiondown]]Qué es la Constitución?

– Lo que manda la Nación.

– [[questiondown]]Qué es la gramática?

– La ciencia que jode la paciencia. (219)

Las respuestas del Sobrino Atahualpa son concisas y acertadas, aunque no muy amenas. El sale ganando de esta inquisición, porque las rimas en sus respuestas demuestran que él es quien dice ser: “pueta ‘e los legítimo'”, pero el Lic. Zaguala no puede demostrar en la práctica lo que predica. Por consiguiente, queda anulada la superioridad intelectual del Lic. Zaguala.

Según lo propone Elzbieta Sklodowska, siguiendo a Bakhtin, en la novela contemporánea latinoamericana se destaca el papel de la parodia en el proceso de “marginalización del canon y la canonización de lo marginal”, y se pone en relieve el mecanismo de la carnavalización, (XVI) un especie de “mundo al revés” (monde renversé) donde el elemento cómico permite la violación de normas. La carnavalización, de acuerdo a Jorge Sanjinés es una de las tres raíces principales del género novelesco, además de la epopeya y la retórica. (25)

4. La carnavalización del carnaval

En Mi tío Atahualpa la carnavalización no sólo se manifiesta a un nivel abstracto, en el efecto cómico,[11] sino que de facto se representa en la novela. En el comienzo del texto se incluye una lista de danzantes, en la cual se le asigna un “alias” a todos los personajes de la novela, que se divide en cuatro grupos: 1. El indio pendejo[12], 2. Los doce pares iguales, 3. El pueblo, 4. Conversador. (IX)

El único miembro del primer grupo es “Mi tío Atahualpa el paje, alias Gregory” quien trabaja en una tal Embajada, cuyo origen nunca se nombra, pero por los nombres asignados al “niño Piter” y a la “Señorita Terrèze”, hasta al perro “Voltèrr”, queda claro el intento paródico de burlarse de la preferencia de lo occidental en las “naciones que llaman Tercer Mundo” (VIII). En el segundo grupo aparecen los que ejercen el poder. Aparece el nombre carnavalesco que les ha dado Atahualpa Sobrino, el narrador, y su alias en los relatos del tío Atahualpa. Por ejemplo, “Abderramán, alias Mi General”[13]. El tercer grupo está formado por el pueblo, por los que carecen de poder. El primero que aparece en este grupo es “Nuestro Señor Jesús del Gran Poder” cosa que pone en duda

la cuestión de quién posee el poder y quién carece de ello. Finalmente, en el último grupo aparece el narrador mismo, el “conversador”, Atahualpa Sobrino, sólo. De modo que se observa un marco en esta división de personajes, formado por el Tío al principio, y por el Sobrino al final, que son los dos protagonistas constituyendo los dos ejes de la novela, cuya estructura se divide en tres partes:

1. Los relatos del Tío Atahualpa sobre su trabajo en la Embajada, dirigidos al Atahualpa Sobrino y a los otros miembros del “anejo”.

2. Las desastrosas acciones de Atahualpa Sobrino en la misma Embajada, después de la muerte del Tío, basadas en las expectativas[14] que el Tío había creado con sus relatos jactanciosos.

3. Seguida la escena carnavalesca (la “Gran Fiesta”) comienza la historia de Atahualpa Sobrino quien se salvó de ser “un indio pendejo”, “servicial a lo’ blanco'”, como lo era su tío. El juicio del Sobrino sobre su tío ya se hace evidente en la frase con la cual se abre la novela: “Yo casi fui un indio pendejo como mi tío.” (3)

La parodia es el medio por la cual se traspasa el poder de un grupo al otro. Cuando Atahualpa Sobrino entra en la Embajada para ocupar el cargo de su tío, él actúa con cierto conocimiento previo sobre las costumbres (algunas perversas, debida a la exageración como parte del proyecto paródico) de la familia del Embajador. El conocimiento de Atahualpa Sobrino sobre la Embajada proviene de los relatos del Tío (que aparecen en la novela narrados por el único “conversador”, Atahualpa Sobrino.)[15] Lo que el Sobrino no sabe, es que estos relatos eran bruscamente exagerados para aumentar la importancia del Tío frente a los miembros de su “anejo”, entre ellos el Sobrino. “Mi tío dominaba a to’os ellos.” (14) Para propiciar un ejemplo, aludiré al episodio siguiente: El tío Atahualpa se jactaba de haber tenido relaciones carnales con la nuera del Embajador, cuando ésta se drogaba. El Sobrino intenta conquistarla tomando al pie de la letra lo dicho por su tío.

– Soy su enamorado. Ya está. Puedes irte.

No, mi Principa. Yo interezco mucho de su persona.

Ella se levantó y yo también, temblando. De una vez me tiré, embrazándola. Pero es mujer [[exclamdown]]caray! dio un brinco pa’trás. Y me ‘ecía:

– [[questiondown]]Qué es esto? [[questiondown]]Qué es esto? (160)

El incidente termina con que “ahí sí me hice d’ella.” Después de violar a la Srta Terrèze, nuera del Embajador, Atahualpa Sobrino queda desconcertado:

Yo jamás pude entender a lo’ blanco’. Yo me había dado el gusto, pero ella no, pue. Y

mi tío m’había dicho to’o lo contrario. [[exclamdown]]Imagínese! (162)

5. La parodización de la novela de caballería

Según Wayne Booth, la parodia hace eco a fuentes externos, (168) en otras palabras es la imitación de un texto, o de un tipo de texto con una diferencia textual y contextual del original. Este original, en el caso de Mi tío Atahualpa, podría ser la novela de caballería. En el texto se mantienen suficientes características de la novela de caballería para reconocerla como modelo. Sirven de ejemplo el resumen al principio de cada capítulo, y el espíritu caballeresco de Atahualpa Sobrino quien cree cumplir hazañas. En cambio, en el texto se destruye el pathos épico mediante la exageración, las reacciones inapropiadas y la sátira. Además de estos elementos, lo que produce el efecto cómico es “la falsa comparación” (Booth 169): en vez de héroe, tenemos a un protagonista cometiendo un “error” tras otro, y en vez de “hazañas” “Atahualpa Sobrino” realiza aventuras desastrozas, su intervención no salva, sino destruye. La característica fundamental de la novela de caballería (y de la novela en general), el recorrido que va desde “el estado de inocencia al estado de experiencia” (Shroder 14) se elimina por la incongruencia entre el mundo y las acciones del protagonista.

En Mi tío Atahualpa intencionalmente se mezclan las características de la novela de caballería y las de la novela contemporánea, rasgo típico de la novela neo-indigenista. Donde más se manifiesta esta mezcla es en el lenguaje. Por un lado, se emplea un estilo solemne, propio de la novela de caballería, ya en el subtítulo de la novela: “un caso increíble de moros y cristianos ocurrido en los Andes, en el siglo XX y conversado a lo divino y a lo humano por Atahualpa Sobrino, pueta ‘e los legítimo'”. Las expectativas del lector se traicionan inmediatamente: el autor, en vez de emplear lenguaje ameno y estilo solemne, utiliza lenguaje coloquial teñido por la sátira. El narrador intradiegético, Atahualpa Sobrino, siendo “conversador”, legitimiza el lenguaje oral. Otra “incongruencia” en Mi tío Atahualpa es el tipo de pronunciación del narrador, Atahualpa Sobrino, reflejada en la ortografía, no corresponde a un indígena bilingüe de la sierra ecuatoriana, de los alrededores de Quito, sino que recuerda a la pronunciación costeña del Ecuador. A lo largo de la novela no se revela la razón de esta incongruencia. Solamente al final se la aclara el narrador. Al escaparse de la prisión Atahualpa Sobrino y sus compañeros se ven obligados a esconderse en la Costa y permanecen allí hasta el momento en que se termina la novela.

Fue en esa forma que cogí ésta mi manerita ‘e hablar. Ahí hablando con esos montubios. Porque he conversado en estas foja’ ‘e papel más a la manera d’esos monos ‘e la Costa [[questiondown]]no? Me gusta su modo ‘e hablar. (260)

La manifestación textual de los diferentes registros lingüísticos apoyan el proyecto paródico; el hecho que en el discurso del protagonista se mezclen deliberadamente los usos del lenguaje ameno, propio de la novela de caballería y el lenguaje coloquial, incluso grosero, produce otro efecto cómico, además del que resulta de las acciones del protagonista.

6. La parodia como crítica

Para concluir, sugiero que la parodia en Mi tío Atahualpa es la manifestación de una severa crítica de la condición del indígena, que se lleva al cabo mediante una burla irreverente de la sociedad que produce tales condiciones. La parodia iniciada por el autor, guiada por su intención crítica, contiene aspectos irónicos, burlescos y absurdos que subvierten el discurso autoritario originado en una sociedad racial- y económicamente jerarquizada. La sociedad jerárquica, como la feudalista, en la cual se originó la novela de caballería, es el punto común entre el modelo elegido y el texto que realiza el proyecto paródico. La correspondencia entre el modelo (la novela de caballería) y la imitación paródica se manifiesta en varios aspectos: 1. En la estructura,

2. en el curso del relato, 3. en el discurso del narrador, 4. en el lenguaje del narrador.

Carvalho-Neto va más allá de una mera crítica de la sociedad ecuatoriana por oprimir el indígena, pues el autor rechaza esta posición paternalista. Más bien, mediante el discurso del mismo narrador indígena llega a transferir el poder del Embajador y su familia, que representan el discurso “oficial”, al “indio legítimo”. De este modo se manifiesta en Mi tío Atahualpa una de las innovaciones de la novela neo-indigenista: El narrador deja de ser el narrador extradiegético de la novela indianista e indigenista

quien habla en registro culto, sino que es el indígena quien, finalmente, está en posición de adquirir el poder del cual se ha visto privado, por medio de la palabra.

LECTURA 4 :

BORGES :

***

CARPENTIER : (1904-1980) :

Novelista, ensayista y musicólogo cubano, que influyó notablemente en el desarrollo de la literatura latinoamericana, en particular a través de su estilo de escritura, que incorpora todas las dimensiones de la imaginación —sueños, mitos, magia y religión— en su idea de la realidad.

Vida

Nació en La Habana el 26 de diciembre de 1904, hijo de un arquitecto francés y de una cubana de refinada educación. Estudió los primeros años en La Habana y a la edad de doce años, como la familia se trasladó a París durante unos años, asistió al liceo de Jeanson de Sailly, y se inició en los estudios musicales con su madre, desarrollando una intensa vocación musical. Ya de regreso a Cuba comenzó a estudiar arquitectura, pero no acabó la carrera. Empezó a trabajar como periodista y a participar en movimientos políticos izquierdistas. Fue encarcelado y a su salida se exilió en Francia. Volvió a Cuba donde trabajó en la radio y llevó a cabo importantes investigaciones sobre la música popular cubana. Viajó por México y Haití donde se interesó por las revueltas de los esclavos del siglo XVIII. Marchó a vivir a Caracas en 1945 y no volvió a Cuba hasta 1956, año en el que se produjo el triunfo de la Revolución castrista. Desempeñó diversos cargos diplomáticos para el gobierno revolucionario,murió en 1980 en París, donde era embajador de Cuba.

Obra

Carpentier recibió la influencia directa del surrealismo, y escribió para la revista Révolution surréaliste, por encargo expreso del poeta y crítico literario francés André Breton. Sin embargo, mantuvo una posición crítica respecto a la poco reflexiva aplicación de las teorías del surrealismo e intentó incorporar a toda su obra la maravilla, una forma de ver la realidad que, mantenía, era propia y exclusiva de América. Entre sus novelas cabe citar El reino de este mundo (1949), escrita tras un viaje a Haití, centrada en la revolución haitiana y el tirano del siglo XIX Henri Christophe, y Los pasos perdidos (1953), el diario ficticio de un músico cubano en el Amazonas, que trata de definir la relación real entre España y América siguiendo la conquista española. Se considera que es su obra maestra, un intento de llevar a cabo su idea de construir una novela que llegue más allá de la narración, que no sólo exprese su época sino que la interprete. Guerra del tiempo (1958) se centra en la violencia y en la naturaleza represiva del gobierno cubano durante la década de 1950. En 1962 publicó El siglo de las luces, en la que narra la vida de tres personajes arrastrados por el vendaval de la Revolución Francesa. Más que una novela histórica, o una novela de ideas es, en la interpretación de algunos críticos, una cabal novela filosófica. Concierto Barroco (1974) es una novela en la que expone sus visiones acerca de la mezcla de culturas en Hispanoamérica. Finalmente El recurso del método (1974) y La consagración de la primavera (1978), obras complementarias y difíciles; la primera suele “considerarse como la historia de la destrucción de un mundo”, la caída del mito del hombre de orden, mientras que la segunda representa la larga crónica del triunfo en Cuba de un nuevo mito, que Carpentier trata de explicar desde su imposible papel de espectador: el autor trata de explicar el inconciliable desajuste entre el tiempo del hombre y el tiempo de la historia.

Valoración crítica

A pesar de su corta producción narrativa, Carpentier está considerado como uno de los grandes escritores del siglo XX. Él fue el primer escritor latinoamericano que afirmó que Hispanoamérica era el barroco americano abriendo una vía literaria imaginativa y fantástica pero basado en la realidad americana, su historia y mitos. Su lenguaje rico, colorista y majestuoso está influido por los escritores españoles del Siglo de Oro y crea unos ambientes universales donde no le interesan los personajes concretos, ni profundizar en la psicología individual de sus personajes, sino que crea arquetipos —el villano, la víctima, el liberador— de una época.

ASTURIAS :

Asturias, Miguel Ángel (1899-1974), autor, diplomático y premio Nobel guatemalteco, nacido en Ciudad de Guatemala.

Vida

Estudió Derecho en universidades de su país y Antropología en la Sorbona de París, ciudad en la que recibió la influencia del poeta surrealista francés André Breton. En 1942 fue elegido diputado en su país y, a partir de 1946, fue embajador en México, Argentina y El Salvador, hasta que, en 1954, se exilió de Guatemala. Posteriormente, fue embajador en Francia, entre 1966 y 1970. Sus poemas y novelas, de contenido fuertemente antiimperialista, le valieron el Premio Lenin de la Paz en 1966 y el Premio Nobel de Literatura en 1967. La muerte le sobrevino, tras una penosa enfermedad, en 1974, cuando se encontraba en Madrid (España).

Obra

En su obra, al igual que en la del escritor cubano Alejo Carpentier, el mito se hace presente, pero a diferencia del cubano, organiza sus novelas en torno a los mitos precolombinos. Su primera obra Leyendas de Guatemala (1930) es una colección de cuentos y leyendas mayas. La novela que le ha dado fama internacional es El señor Presidente (1946) en la que traza el retrato de un dictador de una manera caricaturesca y esperpéntica pero siguiendo una estructura regida por la lucha entre las fuerzas de la luz (el Bien, el pueblo) y las fuerzas de las tinieblas (el Mal, el dictador) según los mitos latinoamericanos. Es también un libro de protesta militante: la descripción de un régimen dictatorial en términos de terror, maldad y muerte. En las cuatro cadenas de episodios que integran la trama predominan el miedo y la crueldad. Este tema mítico vuelve a aparecer en Hombres de maíz (1949) aunque ahora la luz está representada por los indígenas y las tinieblas por los hombres de maíz, los colonizadores que llegan a explotar las tierras de los campesinos en beneficio propio. En esta obra, Asturias logra hermanar armoniosamente lo mítico-maravilloso con la dura realidad de la vida indígena.

Después escribió novelas y relatos entre las que destaca la trilogía formada por Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954) y Los ojos de los enterrados (1960). Otras novelas son Mulata de tal (1963), Malandrón (1969) y Viernes de Dolores (1972). Su producción teatral es poco conocida y trata más o menos los mismos temas, como Chantaje o Dique seco ambas de 1964. Su novela Viento fuerte fue citada en el discurso de entrega del Premio Nobel, que le fue concedido por “sus coloridos escritos profundamente arraigados en la individualidad nacional y en las tradiciones indígenas de América”.

LEZAMA LIMA :

Nace el 19 de diciembre de 1910 en el Campamento de Columbia, en las proximidades de La Habana, donde su padre era coronel. Ya en la capital, participa en los alzamientos estudiantiles contra la dictadura de Machado y se matricula en Derecho. Desde 1929 hasta su muerte, vivirá primero con su anciana madre y, más tarde, con su esposa en una casa de la parte vieja de la ciudad, tolerado a duras penas por el régimen, y sólo abandonará la isla durante dos breves estancias en México y Jamaica. Poeta, ensayista y novelista, patriarca invisible de las letras cubanas, desde 1944 hasta 1957. Fundó la revista Verbum y estuvo al frente de Orígenes, la más importante de las revistas cubanas de literatura. Obeso y asmático desde la infancia, muere el 9 de agosto de 1976.

Conocedor profundo de Góngora, Platón, los poetas órficos y los filósofos gnósticos, Lezama compendió su vida en el amor a los libros. Su obra culterana está saturada de claves, enigmas, alusiones, parábolas y alegorías que aluden a una realidad secreta, íntima y, al mismo tiempo, ambigua. Desarrolló una erótica de la escritura, anticipándose, de esta manera, a las corrientes europeas de la estilística estructuralista. Sus ensayos son imaginativos, poéticos, abiertos y constituyen una recreación de textos y visiones. Promotor de revistas y cenáculos, supo congregar en torno suyo a poetas de la talla de Gastón Baquero, Cintio Vitier, Eliseo Diego, Virgilio Piñera y Octavio Smith, entre otros. Su amistad con el poeta y sacerdote español Angel Gaztelú (1914), contribuyó a la formación de su mundo espiritual.

Su primer libro de poemas fue Muerte de Narciso (1937), y con él emplaza al lector frente a una situación límite de la realidad de cuyo desmantelamiento surge otra realidad artísticamente potenciada y reconstruida dentro de una fascinante y barroca mitología. Siguen, entre otras obras poéticas, todas influidas por el estilo rico en metáforas y lleno de distorsiones de Góngora, Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945), Dador (1960) y Fragmentos a su imán, publicado póstumamente en 1977, en las que sigue demostrando que la poesía es una aventura arriesgada.

En 1966 publicó la novela Paradiso, donde confluye toda su trayectoria poética de carácter barroco, simbólico e iniciático. El protagonista, José Cemí, remite de inmediato al autor en su devenir externo e interno camino de su conversión en poeta. Lo cubano,

con sus deformaciones verbales, desempeña un papel fundamental en la obra, como ocurre en su colección de ensayos La cantidad hechizada (1970). Oppiano Licario es una novela inconclusa, aparecida póstumamente en 1977, que desarrolla la figura del personaje que ya aparecía en Paradiso y de la que toma título. Lezama Lima ha influido inmensamente en numerosos escritores hispanoamericanos y españoles, algunos de los cuales llegaron a considerarle su maestro, como es el caso de Severo Sarduy.

Murió en La Habana en el año de 1976. Obras:

Cuento: Cuentos (1987, edición póstuma).

Ensayo: Arístides Fernández (1950) / Analecta del reloj (1953) / La expresión americana (1957) / Tratados en La Habana (1958) / La cantidad hechizada (1970) / Las eras imaginarias (1971) / Imagen y posibilidad (1981, edición póstuma).

Novela: Paradiso (1966) / Oppiano Licario (1977, edición póstuma).

Poesía: Muerte de Narciso (1937) / Enemigo rumor (1941) / Aventuras sigilosas (1945) / La fijeza (1949) / Dador (1960) / Poesías completas (1974) / Fragmentos a su imán (1977, edición póstuma).

ROA BASTOS :

Augusto Roa Bastos (1917- ), escritor paraguayo, uno de los grandes narradores latinoamericanos contemporáneos. Fue testigo de la revolución de 1928, trabajó como voluntario en el servicio de enfermería durante la etapa final de la guerra del Chaco (1932-1935) contra Bolivia, y, sin afiliarse a partido alguno, fue poniéndose al lado de las clases oprimidas de su país. En 1947 tuvo que abandonar Asunción, amenazado por la represión que el gobierno desataba contra los derrotados en un intento de golpe de Estado, y se estableció en Buenos Aires, donde sobrevivió con trabajos muy diversos y dio a conocer buena parte de su obra. Otra dictadura lo obligó en 1976 a abandonar Argentina para trasladarse a Francia y enseñar literatura y guaraní en la Universidad de Toulouse le Mirail. En 1982, tras un breve viaje a su país, fue privado de la ciudadanía paraguaya, y se le concedió la española en 1983. En 1989 obtuvo el Premio Cervantes.

El estreno de su pieza teatral La carcajada, en 1930, señala el comienzo de su carrera literaria. Sólo o en colaboración, escribiría después otras piezas, como La residenta y El niño del rocío, fechadas en 1942, o Mientras llegue el día, estrenada en 1946, a la vez que trabajaba como administrativo de banca o como periodista para El País, diario de Asunción que le facilitaría los primeros viajes a Europa. En 1937 tenía escrita la novela Fulgencio Miranda, nunca publicada, y en 1942 apareció El ruiseñor de la aurora y otros poemas. En 1944 Roa Bastos formó parte del grupo Vy’a Raity (El nido de la alegría), decisivo para la renovación de la poesía y la plástica en Paraguay. Con esos antecedentes llegó a Buenos Aires, donde dio a conocer un nuevo poemario en 1960, El naranjal ardiente (Nocturno paraguayo), pero sobre todo consolidó su condición de narrador con los relatos El trueno entre las hojas (1953) y El baldío (1966), que se acercaron a los problemas sociales y políticos de su país, y con sus novelas Hijo de hombre (1960) y Yo el Supremo (1974), que le permitieron el análisis de episodios decisivos de la historia paraguaya, desde la dictadura inicial de José Gaspar Rodríguez de Francia (1814-1840), de quien se ocupó en la segunda, hasta la guerra

del Chaco y los tiempos más recientes. Diversas colecciones de relatos conocidos y nuevos completan la producción de Roa Bastos: Los pies sobre el agua (1967), Madera quemada (1967), Moriencia (1969), Cuerpo presente y otros cuentos (1971), Antología personal (1980), Contar un cuento y otros relatos (1984). También ha dado a conocer una nueva pieza teatral, Yo el Supremo (1985), que aprovecha un episodio de la novela del mismo título. En 1992, con ocasión del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, dio a conocer Vigilia del Almirante, novela sobre Cristóbal Colón, iniciando un nuevo periodo de gran creatividad que ya ha dado las novelas El fiscal (1993), Contravida (1994) y Madama Sui (1996). Con ellas Roa Bastos ha insistido en la recreación de momentos y personajes de la historia de su país, enriquecidos a veces con ingredientes autobiográficos y —como ya había hecho en obras anteriores— referencias complejas a la condición del propio discurso narrativo. Desde los artículos reunidos en La Inglaterra que yo vi (1946), fruto de su primer viaje a Europa, son numerosos los ensayos que ha publicado. También ha escrito varios guiones cinematográficos.

JUAN RULFO :

Juan Rulfo

(1918 – 1986)

Nace el 16 de mayo en Acapulco, Jalisco.

En 1945 publica los cuentos “Nos han dado la Tierra” y “Macario” en la revista Pan, de Guadalajara, dirigida por Antonio Alatorre y Juan Rulfo.

En 1946 se establece en México y se publica su cuento “Macario” en la revista América y en la misma, en febrero de 1948 “La cuesta de las Comadres,” en enero, 1950 “Talpa” en diciembre, 1950 “El Llano en LLamas” y en agosto, 1951 ¡Díles que no me Maten!

En 1954 El Llano en Llamas se publica en la colección “Letras Mexicanas” de Fondo de Cultura Económica

En 1955 aparece Pedro Páramo e la colección “Letras Mexicanas,” con una tirada de 2,000 ejemplares y se efectúa la primera reimpresión de El Llano en Llamas

La Antología de cuentos mexicanos 1954 (México, INIAL, 1955) reproduce “Un cuento”.

Se estrena el cortometraje Talpa de Alfredo B. Cravenna, basado en el cuento de Rulfo de igual Título

Publica el cuento “El día del derrumbre.”

En 1956 Se establece en Ciudad Alemán, Veracruz, trabajando como promotor de la Comisión Papaloapan, labor oficial sobre la organización del sistema de riego en dicha zona verucrazana.

Emilio el Indio Fernández le solicita guiones para cine. Rulfo trabaja en alguno de ellos e invita a Juan José Arreola a colaborar.

En 1958 se traduce Pedro Páramo al alemán.

En 1959 Pedro Páramo es traducido al inglés y al francés. Esta última incluye además tres cuentos de El Llano en Llamas.

En 1960 Pedro Páramo es traducido al sueco.

En 1961 Pedro Páramo es traducido al noruego y es nombrado el asesor literario del Centro Mexicano de Escritores, junto con José Arreola.

En 1962 Deja de trabajar para televicentro y Viaja a Alemania.

En 1963 Pedro Páramo aparece publicado en Italiano y edita el disco de larga duración Juan Rulfo con textos leidos por el autor, en la colección Voz viva de México.

En 1966 Pedro Páramo es traducido al polaco.

En 1967 El Llano en Llamas es traducido al francés y en inglés. En este mismo añ se filma la película Pedro Páramo.

En 1969 Pedro Páramo es traducido al portugués.

En 1970 El Llano en Llamas es reimpreso pero con importantes modificaciones, desaparece Paso del Norte y se incluyen otras dos El día del derrrumbe y La herencia de Matilde Arcángel, Pedro Páramo y El Llano en Llamas se traducen al ruso. Pedro Páramo se publica también en eslovaco.

En 1975 Aparecen en Alemania tres ediciones más de Pedro Páramo. En 1976 Aparece en Alemania El Llano el Llamas.

En 1983 recibe en España el Premio Príncipe de Asturias. En 1986 muere en México el 8 de enero.

ONETTI :

Novelista uruguayo, galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1963 y el Premio Cervantes en 1980. Además de escribir narrativa, ha contribuido con numerosas e interesantes obras a la crítica literaria. Onetti comenzó a escribir relativamente tarde y, después de publicar su primera novela, El pozo (1939), “cifra de toda su obra posterior”, acudió a la Universidad en Buenos Aires y desempeñó gran cantidad de trabajos diferentes. Trabajó como periodista para la agencia Reuter y para otras organizaciones en Buenos Aires, y como director de las bibliotecas municipales de Montevideo. Cuando se instauró la dictadura militar en 1973 fue encarcelado. Este hecho transformó su vida, y a la salida de la cárcel se exilió en España, donde vivió hasta su muerte. El tema unificador de toda su obra es la corrupción de la sociedad, sus efectos sobre el individuo y las dificultades para encontrar una respuesta adecuada a ella. Dos grandes escritores, el mexicano Carlos Fuentes y el peruano Vargas Llosa, le consideran el iniciador de la novela contemporánea latinoamericana. En El pozo, el narrador queda efectivamente separado de su ambiente corrupto y predominantemente

burocrático por una generalizada incapacidad de comunicación. Tierra de nadie (1942) presenta de nuevo el depresivo y pesimista retrato del paisaje urbano. La vida breve (1950) es su libro más famoso y el primero que el autor sitúa en la imaginaria ciudad de Santa María, donde la respuesta del protagonista a su presente consiste en imaginarse a sí mismo como otra persona. En El astillero (1960) regresa al tema del caos producido en Uruguay por una desmesurada burocracia, y Juntacadáveres (1964) trata de la prostitución y la pérdida de la inocencia. Estas dos últimas obras desarrollan el tema único de Onetti: el del hombre que persigue una ilusión a sabiendas de que lo es y que además es absurda. A Onetti se le considera el escritor de la angustia, con claras influencias de Dostoievski, Conrad, Faulkner e incluso Roberto Arlt. Su lenguaje es opaco, denso e indirecto. Con estos antecedentes crea un mundo propio con unos personajes que retoma una y otra vez siempre empeñados en proyectos sin sentido.

GARCÍA MÁRQUEZ :

Gabriel José García Márquez nació en Aracataca (Colombia) en 1928. Cursó estudios secundarios en San José a partir de 1940 y finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de 1946. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los estudios. Su amistad con el médico y escritor Manuel Zapata Olivella le permitió acceder al periodismo. Inmediatamente después del “Bogotazo” (el asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, las posteriores manifestaciones y la brutal represión de las mismas), comenzaron sus colaboraciones en el periódico liberal El Universal, que había sido fundado el mes de marzo de ese mismo año por Domingo López Escauriaza.

Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos locales; más tarde residiría en Francia, México y España. En Italia fue alumno del Centro experimental de cinematografía. Durante su estancia en Sucre (donde había acudido por motivos de salud), entró en contacto con el grupo de intelectuales de Barranquilla, entre los que se contaba Ramón Vinyes, ex propietario de una librería que habría de tener una notable influencia en la vida intelectual de los años 1910-20, y a quien se le conocía con el apodo de “el Catalán”

-el mismo que aparecerá en las últimas páginas de la obra más célebre del escritor, Cien años de soledad (1967). Desde 1953 colabora en el periódico de Barranquilla El nacional: sus columnas revelan una constante preocupación expresiva y una

acendrada vocación de estilo que refleja, como él mismo confesará, la influencia de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna. Su carrera de escritor comenzará con

una novela breve, que evidencia la fuerte influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955). La acción transcurre entre 1903 y 1928 (fecha del nacimiento del autor) en Macondo, mítico y legendario pueblo creado por García Márquez. Tres personajes, representantes de tres generaciones distintas, desatan -cada uno por su cuenta- un monólogo interior centrado en la muerte de un médico que acaba de suicidarse. En el relato aparece la premonitoria

figura de un viejo coronel, y “la hojarasca” es el símbolo de la compañía bananera, elementos ambos que serían retomados por el autor en obras sucesivas.

En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya los temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel abandonado a una soledad devastadora, a penas si compartida por su mujer, un gallo, el recuerdo de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y… la miseria. El estilo lacónico, áspero y breve, produce unos resultados sumamente eficaces. En 1962 reúne algunos de sus cuentos -ocho en total- bajo el título de Los funerales de Mamá Grande, y publica su novela La mala hora.

Pero toda la obra anterior a Cien años de soledad es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela. En efecto, muchos de los elementos de sus relatos cobran un interés inusitado al ser integrados en Cien años de soledad. En ella, Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico de lo que después sería conocido como realismo mágico. Se ha dicho muchas veces que, en el fondo, se trata de una gran saga americana. Macondo podría representar cualquier pueblo, o mejor, toda Hispanoamérica: a través de la narración, asistimos a su fundación, a su desarrollo, a la explotación bananera norteamericana, a las revoluciones, a las contrarrevoluciones… En suma, una síntesis novelada de la historia de las tierras latinoamericanas. En un plano aún más amplio puede verse como una parábola de cualquier civilización, de su nacimiento a su ocaso.

Tras este libro, el autor publicó la que, en sus propias palabras, constituiría su novela preferida: El otoño del patriarca (1975), una historia turbia y cargada de tintes visionarios acerca del absurdo periplo de un dictador solitario y grotesco. Albo más tarde, publicaría los cuentos La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1977), y Crónica de una muerte anunciada (1981), novela breve basada en un suceso real de amor y venganza que adquiere dimensiones de leyenda, gracias a un desarrollo narrativo de una precisión y una intensidad insuperables. Su siguiente gran obra, El amor en los tiempos del cólera, se publicó en 1987: se trata de una historia de amor que atraviesa los tiempos y las edades, retomando el estilo mítico y maravilloso. Una originalísima y gran novela de amor, que revela un profundo conocimiento del corazón humano. Pero es mucho más que eso, debido a la multitud de episodios que se entretejen con la historia central, y en los que brilla hasta lo increíble la imaginación del autor.

En 1982 le había sido concedido, no menos que merecidamente, el Premio Nobel de Literatura. Una vez concluida su anterior novela vuelve al reportaje con Miguel Littin, clandestino en Chile (1986), escribe un texto teatral, Diatriba de amor para

un hombre sentado (1987), y recupera el tema del dictador latinoamericano en El

general en su laberinto (1989), e incluso agrupa algunos relatos desperdigados bajo el título Doce cuentos peregrinos (1992). Nuevamente, en sus últimas obras, podemos apreciar la conjunción de la novela amorosa y sentimental con el reportaje: así en Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1997). Ha publicado también libros de crónicas, guiones cinematográficos y varios volúmenes de recopilación de sus artículos periodísticos: Textos costeños, Entre cachacos, Europa y América y Notas de prensa.

Recientemente, la editorial Alfaguara ha publicado una completa biografía de Gabriel García Márquez, Viaje a la semilla, de Dasso Saldívar. Finalmente, a quien le interese la voz directa de García Márquez, podrá consultar el libro de

entrevistas El olor de la papaya (1982). O, mejor aún, los sucesivos tomos que constituirían la extensa autobiografía del autor, Vivir para contarlo, cuyo ejercicio, según el propio García Márquez constituye, básicamente, una garantía para mantener “el brazo caliente” entre dos novelas.

CARLOS FUENTES :

Hijo de padres diplomáticos mexicanos, nació en Panamá, donde pasó su infancia. Luego vivió por diferentes periodos en Quito, Montevideo, Río de Janeiro, Washington, Santiago y Buenos Aires. En su adolescencia regresó a México, donde se radicó hasta 1965. El tiempo que pasó en su país marcó definitivamente su obra, inmersa en el debate intelectual sobre la filosofía de ‘lo mexicano’. Su primer libro, Los días enmascarados, se publicó en 1954. En él indaga sobre la identidad mexicana y los medios adecuados para expresarla. En 1955 fundó junto con Emmanuel Carballo y Octavio Paz, la Revista Mexicana de Literatura. Sus novelas se caracterizan por la incorporación de procedimientos narrativos de la literatura inglesa y norteamericana, como la fragmentación de escenas, el monólogo interior y la mirada retrospectiva. La repercusión que alcanzó con La región más transparente (1959) y La muerte de Artemio Cruz (1962) lo proyectó como una de las figuras centrales del boom de la novela latinoamericana. Al igual que los demás intelectuales que participaron de este fenómeno, su compromiso político y social con la Revolución Cubana fue un rasgo fundamental de su obra: “Lo que un escritor puede hacer políticamente – afirmó en un ensayo para la revista Tiempo Mexicano, en 1972 – debe hacerlo también como ciudadano. En un país como el nuestro el escritor, el intelectual, no puede ser ajeno a la lucha por la transformación política que, en última instancia, supone también una transformación cultural.”

Desde 1965 su vida volvió a ser itinerante, viviendo durante algunas temporadas en París y enseñando en Princeton, harvard, Columbia y Cambridge. Continuó publicando diversos ensayos entre los que se destaca La nueva novela hispanoamericana (1969), donde propone la ruptura de los códigos costumbristas al mismo tiempo que la prolongación de otras tradiciones. Algunas de sus novelas más importantes son: Zona sagrada y Cambio de piel (1967), Cumpleaños (1969), Terra Nostra (1975), Cristóbal Nonato (1987) y Diana o la cazadora solitaria (1972).

Fue distinguido, entre otros, con el premio Rómulo Gallegos (por Terra Nostra, en 1977), premio Nacional de Literatura de México (1984), Premio Cervantes (1987) y Príncipe de Asturias (1994).

VARGAS LLOSA :

Mario Vargas Llosa (1936)

SÁBATO :

MARIO BENEDETTI :

Mario Benedetti nació en Montevideo el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó, República Oriental del Uruguay.

Entre 1938 y 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires.

En 1945, de regreso a Montevideo, integró la redacción del semanario Marcha. Ese mismo año, 1945, publica su primer libro de poemas, La víspera indeleble, que no se volverá a editar.

En 1948 publicó Peripecia y novela, su primer libro de ensayos.

En 1949 publicó Esta mañana, su primer libro de cuentos y, un año más tarde, los poemas de Sólo mientras tanto.

En 1953 apareció su primer novela, Quien de nosotros….pero fue con el volumen de cuentos Montevideanos, publicado en 1959, que tomó forma la concepción urbana de su obra narrativa.

Con La Tregua, que apareció en 1960, Benedetti adquirió trascendencia internacional. La novela tuvo más de un centenar de ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y llevada al teatro, la radio, la televisión y el cine. En 1973 debió abandonar su país por razones políticas. Etapas de sus doce años de exilio fueron la Argentina, Perú, Cuba y España.

Su vasta producción literaria abarca todos los géneros, incluyendo famosas letras de canciones, y suma más de sesenta obras, entre las que se destacan la novela Gracias por el Fuego (1965), el ensayo El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974) los cuentos de Con y sin nostalgias (1977) y los poemas de Viento del exilio (1981).

En 1987 recibió el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional por su novela Primavera con una esquina rota. Otros libros como, La borra del café (1992), Perplejidades de fin de siglo

(Seix Barral, 1993) y El olvido esta lleno de memoria (Seix Barral, 1995).

LECTURA 5 :

SALVADOR GARMENDIA Y LA NOVELA POR HACERSE Por Julio Ortega (Fragmento) El único lugar posible (1981) de Salvador Garmendia (Barquisimeto, 1928) es su novela más radical desde la postulación central del libro: la de la escritura haciéndose a partir del acto mismo de nombrar (como si entre los registros del lenguaje hubiese ya un hablar novelesco) y a través de los desdoblamientos de la ficción (como si esa habla franca del relato fuese el cuento de reinventar, cada vez, la historia de la novela). No en vano Garmendia es el narrador venezolano más fecundo y proteico (su registro narrativo es en sí mismo el mapa de un territorio tan factual como virtual); pero en esta novela extrema la flexibilidad de sus recursos, juega placenteramente con los mismos, se interpone estratagemas que resolver y los resuelve con brío; y, en fin, nos entrega un mundo acabado de nacer, como la hipótesis de una literatura posible y venidera, capaz de celebrar no sólo sus poderes de transformación sino el territorio del habla compartida, donde esta novela es una poética práctica, un manual de usar las palabras como si fueran las primeras o las últimas; o sea, con extrema audacia y con precisión amorosa.

Esta es una novela que al hacerse se piensa a sí misma como relato. Y, en ese sentido, es un libro fascinante, porque ese pensar es un hacer apasionado. Es un libro, en primer lugar, que renuncia a la argumentación evidente y que, más radicalmente, renuncia a la historia de la novela, para seguir la ruta más pura y difícil, la de la novelización de la misma escritura. Esto es, excede la idea de una articulación novelesca obvia; incluso ironiza sobre los protocolos de la novela a la cual está renunciando, declarándose, en el último texto del libro, incapaz de asumirla. En segundo lugar, la misma alternancia y sucesión de relatos, que parecen salir unos de otros, como en un juego de reflexiones, da al libro su calidad novelesca, que tiene que ver con la ficcionalización de sus materiales, de entrañable y minuciosa precisión. Este proceso constituye una poética narrativa que se ilustra a sí misma en una suerte de peregrinaje brioso de la palabra, a lo largo de su ruta elocuente…

EL ESCRITOR PERUANO ALFREDO BRYCE ECHENIQUE GANA EL PREMIO PLANETA DE NOVELA (601.000 EUROS)

Por su obra “El huerto de mi amada”, el escritor peruano Bryce Echenique ha sido galardonado como ganador del Premio Planeta de Literatura, una distinción dotada con más de 600 mil euros. El autor peruano Alfredo Bryce Echenique fue así nominado como merecedor de este importante premio, en un reconocimiento anunciado anoche durante una cena en el Museu Nacional d’Art de Catalunya. Luego, el autor peruano brindó una conferencia de prensa, en la cual destacó que “la nostalgia es diferente al recuerdo, tiene una carga de vida, de pensar que cuando se vivió no fue consciente de ello”. Con esas palabras se refirió a la nostalgia personificada en el joven protagonista de su obra, en tanto su colega y miembro del jurado Manuel Vázquez Montalbán describió a la novela ganadora como un “divertimento”, puesto que “está planteada como una comedia de enredo, escrita en clave de humor, pero con algunas claves internas limeñas que al lector europeo seguramente se nos escapará”.

De este modo, para Vázquez Montalbán, “El huerto de mi amada” es “un retrato con una serie de pulsiones sociales de sectores del poder político, económico y cultural”. La novela está basada en una historia de amor en medio de la lucha entre dos polos, de dos familias poderosas que no quieren un escándalo, junto con personajes secundarios de la clase media trepadora, que configuran un sistema de castas, que sigue funcionando en el Perú actual.

Ricardo Elizondo Elizondo

Nació en Nuevo León, 1950. Estudió contaduría pública en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Como escritor ha cosechado, con Oraciones de Don Quijote (1992), cinco premios internacionales. De su novela Setenta veces siete (Editorial Leega, 1987, Lecturas Mexicanas, 1994) Christopher Domínguez ha dicho: “…es una novela decidida a repetir la secuencia del humilde milagro de la vida, la existencia en el desierto de una comunidad fronteriza que espera, entre otras cosas, a ese hijo pródigo que da sentido a los proverbios”. Los otros libros del autor son: Relatos de mar, desierto y muerte (1980), Maurilia Maldonado y otras simplezas (1988) y Narcedalia Piedrotas (1993).