Tema 38B – La lírica y sus convenciones.

Tema 38B – La lírica y sus convenciones.

I. ¿QUÉ ES LA LÍRICA?

Etimológicamente lírica proviene de lyrikos (relativo a la lyra, instrumento musical de cuerdas). La palabra remite a los cantos corales o monódicos, que se acompañaban con la lira.

Los rasgos definitorios y distintivos de este género son los siguientes:

1) La disposición anímica del autor lírico es la interiorización, es decir, la experimentación de la alteridad, de lo externo, de una forma especialmente intensa, que hace que se aprehenda como propio. La intensidad de la conmoción lírica y el marcado carácter subjetivo explicaría la brevedad de los textos líricos, frente a otros géneros.

2) El discurso lírico no cuenta una historia, es decir, una combinación conflictiva de figuras, tiempo y espacio. Si hay elementos temporales y espaciales no es para combinarlos en una trama que haga de hilo argumental de la obra, sino que generalmente son usados como soportes simbólicos para crear emoción.

3) Frente a la explanación expositiva de otros textos, la lírica prefiere los instantáneo, lo específico, la densidad de un aspecto o tema concreto (un sentimiento, una imagen, etc.).

4) En la lírica prevalece, por encima de todo, la función poética. La estructura lingüística de la lírica potencia que el receptor se fije en el sonido, el ritmo, las palabras, que así adquieren valor estético por sí mismos. Por otra parte, la estructura lírica es especialmente densa. Mediante la proliferación de figuras, tropos y todo tipo de recursos semánticos, el poeta potencia la connotación, lo que precisa una especial complicidad con el receptor, que ha de conocer los complejos códigos más que en ningún otro discurso.

5) Aunque un poema no requiere que sea versificado para que se tomado como lírico, sin embargo, la mayoría de los textos líricos usa esta forma de estetización. La versificación se distancia automáticamente de los otros tipos de actos de habla, imprime un carácter individual a la obra e introduce al receptor inmediatamente en un mundo de sensaciones.

6) El ritmo, la oralidad y la musicalidad son elementos importantísimos en la lírica.

La lírica designaría, pues, a un género, predominantemente breve y denso, cauce de expresión de la subjetividad del hombre en su relación con el mundo exterior, dirigido fundamentalmente a crear emoción y suscitar sentimientos, a través de un lenguaje altamente connotativo basado principalmente en la versificación y la musicalidad.

1. Fusión entre el mundo y yo

Surge la lírica como acto de representación del mundo subjetivo del poeta, pero más aún, como aprehensión del mundo exterior en clave subjetiva, es decir en clave emocional. La fusión entre el mundo y el yo es la esencia de lo lírico. El poeta no mira al mundo de manera aséptica, no describe la realidad ni intenta captarla en términos de objetividad, sino que en la lírica el sujeto individual, las situaciones y objetos particulares, así como la manera en que el espíritu, con sus juicios subjetivos, sus alegrías, sus admiraciones, sus dolores, sus sensaciones, cobra conciencia de sí mismo.

Además, el género lírico (propio de la primera persona) se caracteriza por su función emotiva o expresiva.

Estas dos características – el uso de la primera persona y la función emotiva – explicarían que en la lírica encontremos frecuentemente formas exclamativas, vocativos, interjecciones y toda una tipología de recursos idóneos para expresar las emociones y sentimientos del poeta.

2. Prioridad de la emoción sobre la acción

Afirmar que la enunciación en primera personad e sentimientos y emociones es una de las características de la lírica, no excluye incluir otras formas de enunciado – la descripción, la narración, etc. -. Sin embargo éstas se mantendrán en el texto lírico subordinadas a la expresión subjetiva del poeta.

3. Densidad, imagen y sentido

Frente al dinamismo del drama y la narrativa, la lírica es más bien estática, contemplativa. Ahonda sobre un mismo asunto exprimiendo su esencia para hacérnosla presente. Más que un discurso, la lírica pinta una imagen que no siempre puede ser aprendida ni explicada con la lógica de la razón. La lírica obedece a otra lógica, aquella que permite captar esa parte de la realidad que permanece oculta, en parte, a la ciencia. La densidad de una imagen nos transporta a un lugar en el mundo que no puede ser captado de otra forma. Es más, esa realidad como tal no existía antes de esa imagen.

Intentar traducir estas palabras a la lógica racional puede arrojar algo de luz sobre el poema, pero difícilmente explicará todo el sentido del mismo. La lírica no describe, ni siquiera capta una realidad preexistente, sino que la construye, creando realidades que antes de ella no existían.

4. La connotación

El poeta utiliza un lenguaje connotativo, pues no aspira a informar, sino a provocar una reacción sensitiva. El poeta no sólo dice cosas, sino fundamentalmente hace cosas con palabras (llama la atención, nos hace estremecernos, llorar, reír, etc.). Si antes decíamos que la lírica no describe la realidad, sino más bien la construye, la inventa, es porque no utiliza la lógica lingüística del lenguaje ordinario, sino que fuerza el lenguaje y lo exprime – modificando su sintaxis, su morfología, su léxico – para alcanzar esas otras realidades – las de los sentimientos y sensaciones – que no pueden ser aprehendidas ni comunicadas con el lenguaje objetivista y frío.

5. Versificación

La versificación es el cúmulo de elementos formales que según nuestra tradición distinguen el texto versificado.

El poeta respeta un número determinado y prefijado de sílabas métricas, en determinados casos, el número y la posición de los acentos métricos, una determinada forma estrófica, también sancionada convencionalmente en cuanto al número de versos, su medida y, en su caso, el esquema de rima. El escritor conoce estas reglas y las aplica en su escritura. La versificación, como sistema de convenciones, requiere pues de un receptor que descodifique el mensaje. Se necesita, pues, un lector con competencia métrica.

El poema es la realidad rítmica máxima y primordial, superior a la estrofa, bien porque puede elevar una sola estrofa a categoría de poema, bien porque puede estar constituido por una serie de estrofas. En el primer caso tenemos el poema monoestrófico; en el segundo el poema poliestrófico. La estrofa constituye por lo tanto el orden intermedio entre el poema y el verso. El verso es la unidad más pequeña del poema y encuentra su sentido sólo en concordancia con otros versos que forman primero la estrofa y luego el poema. Aquí es donde se organizan las demás unidades rítmicas menores: los acentos, la cantidad, la rima, la pausa, etc.

Comenzamos analizando el verso, después la estrofa y, finalmente, el poema.

II. EL VERSO

1. La sílaba

1.1. Cómputo silábico

El metro o número de sílabas de un verso tiene una importancia capital en la versificación regular o silábica, la cual se contrapone a la versificación irregular o libre (anisosilabismo), en la que el número de sílabas de cada verso es indeterminado. Para medir la cantidad de sílabas en un verso – las llamadas sílabas métricas – hay que tener en cuenta el número de sílabas fonológicas – es decir, las sílabas de la lengua natural, tal y como la hablamos -, así como determinados fenómenos métricos que alteran la cantidad de las sílabas fonológicas.

En función del lugar del acento en la última palabra del verso, distinguimos entre:

Oxítono: cuando el verso acaba en palabra aguda, entonces se cuenta una más para averiguar el número de sílabas métricas.

Paroxítono: cuando la última palabra del verso es grave o llana.

Proparoxítono: cuando la última palabra del verso es esdrújula, entonces se cuenta una sílaba menos.

Según el número de sílabas distinguimos entre:

Versos simples: cuando constan de un solo verso.

Versos compuestos: cuando constan de dos hemistiquios (dos versos simples), divididos por una pausa llamada cesura.

A su vez los versos simples pueden ser de:

Arte menor: cuando tienen hasta 8 sílabas. Se denominan bisílabos, trisílabos, tetrasílabos, pentasílabos, hexasílabos, heptasílabos y octosílabos.

Arte mayor: cuando tienen 9 hasta 11 inclusive. Éstos son: eneasílabos, decasílabos, endecasílabos.

A partir de once sílabas el verso es compuesto: dodecasílabos, tridecasílabos, tetradecasílabos o alejandrinos, pentadecasílabos, hexadecasílabos, heptadecasílabos, octodecasílabos y eneadecasílabos.

1.2. Las licencias métricas

La sílaba gramatical o fonológica no equivale siempre a la sílaba poética o métrica. La razón estriba en que determinados fenómenos alteran el cómputo añadiendo o restando sílabas métricas. Son lo que llamamos licencias o figuras métricas que regulan la división silábica del verso.

Sinalefa: cuando en un verso una palabra acaba en vocal y otra empieza también con una vocal, entonces se produce una fusión que llamamos sinalefa. La vocal del final de una palabra y la vocal del comienzo de la siguiente palabra se computan como una sola sílaba. Generalmente se evita la sinalefa cuando las dos vocales que aparecen juntas son tónicas.

Sinéresis: es una licencia métrica parecida a la sinalefa. Cuando dentro de una palabra coinciden dos vocales abiertas (a, e, o), se pueden fusionar en un diptongo métrico suprimiendo el hiato.

Dialefa: es lo contrario de la sinalefa. Es un procedimiento métrico consistente en pronunciar por separado – es decir en sílabas métricas diferentes – la vocal final de una palabra y la inicial de otra.

Diéresis. Cuando coinciden una vocal abierta (a, e, o) y otra cerrada (i, u), o dos cerradas, puede destruirse el diptongo y pronunciarse separadas, dando lugar a dos sílabas métricas diferentes:

o En los diptongos romances ie y ue

o En el diptongo latino au que no ha evolucionado a o

o En gu + vocal cuando proviene de qu o gu + vocal

o En u cuando es un puro grafema para indicar la consonante velar o gutural.

o En otros casos secundarios.

Además de las licencias métricas existen otros fenómenos métricos que afectan al cómputo silábico, tales como los que suprimen una sílaba en la palabra (aféresis, síncopa, apócope) y los que añaden una sílaba a la palabra (prótesis, epéntesis, paragoge).

1.3. Anisosilabismo

Es la desigualdad en el número de sílabas de los versos de un poema sin que se deba a un esquema estrófico.

El anisosilabismo caracteriza gran parte de la producción poética medieval, especialmente los cantares de gesta.

2. El ritmo. Los acentos

Tanto la versificación como la lengua hablada se basan en el ritmo intensivo o acentual, no en el cuantitativo. De la posición de las sílabas acentuadas depende en gran medida la estética del verso y la estrofa.

Hay que distinguir entre acento fonético o prosódico e ictus (acento métrico). El acento métrico es un fenómeno prosódico que resalta determinadas sílabas métricas (fuertes o semifuertes) en detrimento de otras (débiles). Comúnmente las palabras que son acentuadas en el nivel fonológico conservan el acento en el verso y, del mismo modo, las inacentuadas seguirán siendo inacentuadas métricamente. Como norma general hay pues una correspondencia entre el acento prosódico y el acento métrico.

2.1. Palabras acentuadas y palabras inacentuadas

Palabras portadoras de sílabas acentuadas: las palabras que en español siempre llevan una sílaba acentuadas son: el sustantivo, el adjetivo, el pronombre tónico, los numerales cardinales y ordinales, el verbo, el adverbio, los adverbios relativos interrogativos.

Palabras no portadoras de sílabas acentuadas: las palabras que en español no llevan acento son: el artículo determinado, la preposición, la conjunción, el primer elemento de los numerales compuestos, los pronombres átonos, los adjetivos posesivos apocopados, los adverbios relativos cuando no funcionan como interrogativos.

Palabras con dos sílabas acentuadas: normalmente sólo los adverbios en –mente poseen dos sílabas tónicas.

2.2. Clasificación de los versos en cuanto al ritmo de la intensidad

El ritmo es un concepto procedente del griego que designa la sensación acústica producida por la distribución regular de los elementos fónico de la cadena hablada. Cinco tipos de ritmo en el verso castellano, tomando como base la distribución en pies de la métrica cuantitativa latina. Estos ritmos son:

a) Trocaico: se produce en los versos que llevan acento en las sílabas impares (1ª, 3ª, 5ª, 7ª, etc.).

b) Yámbico: en versos que llevan acento en las sílabas pares (2ª, 4ª, 6ª, 8ª, etc.).

c) Dactílico: en versos con acento en las sílabas 1ª, 4ª, 7ª, 10ª, etc.

d) Anfibráquico: en versos con acento en las sílabas 2ª, 5ª, 8ª, 11ª, etc.

e) Anapéstico: en versos con acento en las sílabas 3ª, 6ª, 9ª, 12ª, etc.

f) Mixto: cuando la distribución de los acentos en uno o varios versos no responde a norma fija o no es regular.

El ritmo viene marcado por el acento estrófico, aquel que se repite en cada verso en una posición fija.

3. La pausa

La pausa es el tiempo que media entre la pronunciación de dos palabras. Una vez hemos de distinguir entre pausa gramatical y la pausa métrica. En métrica no nos interesan las pausas que delimitan el grupo fonético, ni las pausas gramaticales con su lógica de comas, puntos y comas, dos puntos y puntos. La frase rítmica se lee con pausas métricas, que no necesariamente coinciden con la segmentación en grupos fonéticos.

3.1. Clases de pausas

a) Pausa estrófica: es la que se produce al final de cada estrofa y es obligada.

b) Pausa versal: se produce al final del verso y es también obligada.

c) Pausa interna: se produce en el interior de un verso y no es obligada. Si existe, hablamos de un verso pausado; si no existe, verso impausado.

d) Cesura: es una pausa versal en el interior de un verso compuesto, que lo divide en dos hemistiquios iguales (isostiquios, 7+7), o desiguales (heterostiqios, 7+5).

3.2. El tono

El tono designa en métrica al comportamiento melódico de cada verso en particular y de la estrofa en general. Las variaciones del tono dependen:

a) De la longitud del grupo fónico: cuanto más lago sea éste, más bajo y graver será el tono, y viceversa.

b) Del tipo de pausa que siga a la terminación del grupo fónico: cuanto más larga sea la pausa, más bajo será el final del tono.

c) Del significado del grupo fónico: si el enunciado es una afirmación, el tono descenderá y si es una interrogación, el tono ascenderá.

3.3. El encabalgamiento

Generalmente cada verso acaba con un sintagma completo e independiente, de tal manera que la unidad (cada verso) coincide con la unidad de sentido. Cuando el sintagma no acaba al final del renglón, sino en el verso siguiente hablamos de encabalgamiento.

Es conveniente distinguir entre:

a) Verso encabalgante: el verso en que se inicia el encabalgamiento, es decir aquel cuyo sentido no está completo, y

b) Verso encabalgado: el verso en el que termina, es decir, aquel que completa el sentido del primer verso.

Según el lugar del verso donde se produce, hablamos de:

a) Encabalgamiento versal: si depende de la pausa final del verso.

b) Encabalgamiento medial: si depende de la cesura de un verso compuesto de dos hemistiquios.

Según la unidad morfosintáctica que se rompe, se distingue entre:

a) Encabalgamiento léxico: es bastante infrecuente y se da cuando se separa una palabra entre el final del verso encabalgante y el comienzo del verso encabalgado.

b) Encabalgamiento sirremático o sintagmático: cuando hablamos o leemos no hacemos determinadas pausas entre algunas partes del enunciado. La agrupación de estas partes, el conjunto de estas palabras que normalmente no se separan, se denomina sirrema. En español no admiten generalmente la ruptura de la unidad sintáctica, los siguientes sirremas: sustantivo + adjetivo (o al revés), sustantivo + complemento determinativo, verbo + adverbio, auxiliar + participio en los tiempos compuestos, perífrasis verbales, palabras con preposición, oraciones adjetivas especificativas, pronombres átonos, preposiciones, conjunciones, artículos y los elementos que les siguen. El encabalgamiento sirremático es la ruptura de estas unidades sintagmáticas con un fin artístico.

c) Encabalgamiento oracional: cuando la pausa final del verso rompe la unidad de una oración adjetiva especificativa (separando el antecedente del consecuente).

Según el espacio que ocupa el encabalgamiento en el verso encabalgado, cabe distinguir entre:

o Encabalgamiento abrupto: si el encabalgamiento termina antes de la quinta sílaba.

o Encabalgamiento suave: si el verso encabalgante continúa fluyendo sobre el encabalgado hasta las sílabas quinta o sexta o hasta el final del verso.

4. La rima

La rima es la total o parcial identidad acústica, entre dos o más versos, de los fonemas situados a partir de la última vocal acentuada.

Clase de rimas:

– En cuanto a su timbre distinguimos:

o Rima total, perfecta o consonante: es la igualdad de sonidos en todos los fonemas que se encuentran a partir de la última vocal acentuada.

o Rima parcial, vocálica o asonante: es la igualdad de sonidos en los fonemas vocálicos que se encuentran a partir de la última vocal acentuada.

– Por la posición del acento, la rima puede ser:

o Agua u oxítona: cuando el acento final de los versos rimados recae e una palabra aguda.

o Llana o paroxítona: cuando el acento final de los versos rimados recae en palabras llanas.

o Esdrújula o proparoxítona: cuando el acento final de los versos rimados recae en palabras esdrújulas.

– Por la disposición o distribución de las rimas, éstas pueden ser:

o Continua: cuando varios versos seguidos mantienen la misma rima (aaaa, bbbb, etc.), lo cual da origen a las estrofas monorrimas.

o Gemela: cuando los versos se agrupan de dos en dos con la misma rima, formando así pareados (aa, bb, cc, etc.).

o Abrazada: dos versos con rima gemela encuadrados entre dos versos que riman entre sí, o lo que es lo mismo, una estrofa de cuatro versos en al que riman el primero con el cuarto y el segundo con el tercero (abba, cddc, etc.).

o Cruzada, encadenada, entrelazada o alternada: cuando dos pares de rimas se alternan en una estrofa (abab, cdbd, etc.).

o Interna: es la que se produce en el interior de los versos.

III. LA ESTROFA

Una estrofa es un conjunto de versos articulados en una estructura simétrica fija que se repite a lo largo de un poema. Generalmente constituye una unidad sintáctica con sentido. Una estrofa tiene que poseer:

a) Un axis rítmico, es decir, la acumulación de los cuatro elementos del sonido –acento, cantidad de versos, tono y rima – en la penúltima sílaba métrica de verso.

b) Un número determinado de rimas y una determinada distribución que articula el grupo de versos.

c) Una estructura sintáctica determinada de tal manera que el enunciado completo coincide con la pausa estrófica.

d) Un sistema estructurado de versos de tal manera que el número y el tipo de cada verso, así como el número y la distribución de las rimas, estén en cierta relación, sea fijo y se repita en cada estrofa.

Clases de estrofas:

Estrofas isométricas o isosilábica: cuando todos los versos que integran la estrofa tienen el mismo número de sílabas métricas.

Estrofas heterométricas o anisosilábica: cuando la estrofa contiene versos con distinta cantidad de sílabas métricas.

Es costumbre señalar la distribución de las rimas por medio de letras mayúsculas para los versos de arte mayor y minúsculas para los versos de arte menor.

1. Formas estróficas

2 versos

· Pareado: estrofa de dos versos que riman entre sí en consonante o asonante y que pueden tener el mismo o distinto número de sílabas. Frecuente en refranes, máximas filosóficas, diálogos, estribicllos, etc.

3 versos

· Terceto: estrofa de tres versos, normalmente endecasílabos. Por lo general se usan en una serie encadenada de tercetos que riman en consonante el primero con el tercero, y el segundo con el primer verso del terceto siguiente. Es un tipo de estrofa apropiado para epístolas, elegías, narraciones, disertaciones y poesía didáctica en general.

· Tercerilla: estrofa de tres versos de arte menor con sima consonante o asonante y que puede presentar diversas estructuras métricas (aba; abb, etc). Al igual que el terceto puede aparecer en estrofas encadenadas. Es frecuente en la literatura de tradición oral.

· Soleá: copla popular andaluza de tres octosílabos con rima asonante en el primero y el tercero, quedando el segundo suelto.

4 versos

· Cuarteto: estrofa de cuatro versos de arte mayor con rima abrazada (ABBA).

· Serventesio: estrofa de cuatro versos endecasílabos de rima consonante y cruzada (ABAB).

· Cuaderna Vía: estrofa de cuatro versos de catorce sílabas cada uno con una misma rima consonante. Los versos están divididos en dos hemsistiquios de siete sílabas cada uno. Se denomina también tretrástofo (estrofa de cuatro rimas) monorrimo (AAAA, BBBB, etc). Se usó en el llamado Mester de Clerecía.

· Redondilla: estrofa de cuatro versos de arte menor, preferentemente octosílabos, que riman en consonante en abba.

· Cuarteta: estrofa de cuatro versos de arte menor con rima consonante abab.

· Seguidilla: copla popular que aparece en forma de estrofa de cuatro versos de arte menor. Hay varias clases:

o Seguidilla simple: 7a – 5b – 7c – 5b con rima consonante (en 2º y 4º verso).

o Seguidilla real: 10 – 6 – 10 – 6.

o Seguidilla gitana: 6a – 6b – 11c – 6b con rima asonante.

· Copla: estrofa de cuatro versos de arte menor, generalmente octosílabos con rima asonante en los versos pares y sin rima en los impares (abcb). Es un tipo de composición popular.

· Estrofa sáfica: estrofa procedente de la poesía grecolatina que consta de tres endecasílabos sáficos (con acentos en 4ª, 8ª y 10ª) y un pentasílabo adónico con acentos en 1ª y 4ª. Se encuentra sin rima o con rima, consonante y asonante.

5 versos

· Quintilla. Estrofa de cinco versos de arte menor con dos rimas consoantes que se combinan de distintas formas. Esta combinación queda a voluntad del poeta, siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones:

o Ningún verso puede quedar sin rima;

o No puede haber tres versos seguidos con la misma rima;

o Los dos últimos versos no pueden formar pareado.

Así las combinaciones posibles son ababa, abbaab, abab, aabab, aabba.

· Quinteto: estrofa de cinco versos de arte mayor y rima consonante con las mismas normas que la quintilla. Las rimas más frecuentes son ABAAB, ABBAB Y ABABA.

· Lira: estrofa de cinco versos, en la que se combinan heptasílabos (1º, 3º y 4º) y endecasílabos (2º y 5º), que riman en consonante el 1º con el 3º y el 2º con el 4º y 5º. La estructura más frecuente es la de aBabB.

6 versos

· Sextina: estrofa de seis endecasílabos.

· Sexteto: estrofa de seis versos, generalmente endecasílabos, con rima consonante y distribución variable.

· Sexteto-lira: es una variante del sexteto formada por heptasílabos y endecasílabos, alternados. Su rima es aBaBcC.

· Sexta rima: estrofa de seis endecasílabos con rima ABABCC.

· Sextilla: estrofa de seis versos de arte menor, generalmente octosílabos con rima consoannte y distintas combinaciones de rima: alterna (ababab), correlativa (abc:abc), simétrica (aab:ccb).

· Copla de pie quebrado: es una variante de la sextilla y se diferencia en que en ésta los versos 3º y 6º son tetrasílabos o pentasílabos, en lugar de octosílabos. La copla de pie quebrado consta de dos sextillas consecutivas. Fue Jorge Manrique quien le dio fama en sus Coplas a la muerte de su padre.

7 versos

· Séptima: estrofa de siete versos de arte mayor, cuya rima queda a gusto del poeta, con la condición de que no rimen igual tres versos seguidos.

· Seguidilla compuesta: consiste en añadir a la seguidilla simple de cuatro versos otra estrofa de tres con la siguiente estructura: 7-5-7-5:5-7-5. Es de arte menor.

8 versos

· Copla de arte mayor: estrofa de ocho versos, generalmente dodecasílabos con triple rima consonante ABBAACCA. Se la conoce también por Copla de Juan de Mena.

· Octava real: estrofa de ocho versos endecasílabos, que riman en consonante con una estructura ABABABCC (seis versos en rima alternante y un pareado final). También se la llama octava heroica u octava rima.

· Octava italiana: también llamada octava aguda, es una estrofa de ocho versos, generalmente endecasílabos, organidos en dos semiestrofas, que llevan acento en la última sílaba de los versos 4º y 8º, y que puede terner versos sueltos. La combinación de rimas más frecuente es: ABBC DEEC.

· Octavilla: estrofa compuesta por ocho versos de arte menor. Las combinaciones de rima más frecuentes son: abbecdde, o ababbccb.

10 versos

· Copla real: estrofa de diez versos octosílabos, cuyas rimas se sitúan al arbitrio del poeta. Generalmente la estrofa está costituida por la unión de dos quintillas o de dos grupos de cuatro y seis versos. También llamada falsa décima.

· Décima: estrofa de diez versos con distintas formas de construcción, según los diferentes tipos de versos y la cmbinación de la rima. La más conocida es la décima espinela, estrofa de diez versos octosílabos con rima consonante distribuida de esta forma abbaccddc. Otras: la décima italiana que consta igualmente de diez versos octosílabos, pero en los que el 5º y el 10º presentan una rima aguda; la décima a la francesa está formada por diez octosílabos con la siguiente combinación de rimas: cuatro versos con rima cruzada, seguidos de un pareado, y otros cuatro versos de rima abrazada: ababccadda.

· Ovillejo: estrofa de diez versos, generalmente de arte menor, compuesta por tres pareados y una redondilla. los pareados se forman con un octosílabo seguido de un verso quebrado que le sirve de eco. La redondilla se inicia con la misma rima del último verso quebrado y encadena los tres quebrado en su verso final.

IV. EL POEMA

Es aquella composición literaria en la que el lenguaje está moldeado según unas convenciones del ritmo métrico y de la rima.

Clases:

1) Por su forma:

a. Poemas no estróficos: aquellos que no están estructurados en estrofas (p.e. cantares de gesta).

b. Poemas estróficos: aquellos estructurados en estrofas, que a su vez pueden ser:

§ Monoestroficos: cuando constan de una sola estrofa.

§ Poliestróficos: constituidos por varias estrofas.

2) Por el número de estrofas (poliestrófico):

a. Limitado o cerrado: cuando el número de estrofas está prefijado por una convención.

b. Ilimitado o abierto: cuando admite en su composición una serie ilimitada de estrofas.

3) Por el contenido (poliestrófico):

a. Suelto: aquel en que las estrofas constituyentes guardan una simetría formal e independiente, siendo lo único que les une el aspecto conceptual, es decir la unidad temática, común a todo el poema.

b. Encadenado: cuando las estrofas están unidas por un verso o grupo de versos que se repiten a lo largo de todo el poema, no sólo por su unidad conceptual y de la unidad formal de las estrofas (el llamado estribillo, se trata de un verso o conjunto de versos que se repiten total o parcialmente a lo largo de un poema, después de cada estrofa).

Formas estróficas:

· Villancico: poema popular tradicional compuesto generalmente por versos octosílabos o hexasílabos, distribuido según el siguiente esquema:

o Estribillo de dos o cuatro versos, que anuncia el tema

o Mudanza, constituida por una estrofa (o varias), que frecuentemente es una redondilla;

o Vuelta o enlace: un verso de enlace y uno o dos versos que repiten total o parcialmente el estribillo.

· Zéjel: poema de origen arábigo-español proveniente de la moaxaja, adaptado a la métrica románica, formado generalmente por versos octosílabos, distribuidos según un esquema similar al del villancico:

o Estribillo de uno o dos versos;

o Mudanza: tres versos monorrimos;

o Verso de vuelta: un solo verso que rima con el estribillo.

· Glosa: poema de extensión variable compuesto por:

o Breve estrofa inicial (un verso, un estribillo popular, un mote, una redondilla) que formula el tema.

o Una serie de estrofas (quintillas, décimas, liras, octavas italianas, etc.) en las que se glosa, se comenta e interpreta dicho tema.

· Sextina: ingenioso poema compuesto de seis estrofas de seis endecasílabos sueltos cada una, en las que se repiten como terminación de los versos las mismas seis palabras bajos seis combinaciones distintas. Dicho poema termina con un terceto en el que cada verso presenta al medio y al final dos de esas palabras hasta repetir las seis.

· Soneto: poema de origen italiano. Está formado por catorce versos de rima consonante distribguidos en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos, sucesivamente. Normalmente el tema se enuncia en los dos primeros cuartetos y se da solución o desarrollo en los dos tercetos.

· Canción: este término alude a multitud de composiciones, tanto populares como cultas, desde la lírica tradicional destinada al canto, hasta la canción medieval o trovadoresca y la canción italiana derivada de la cansó provenzal.

o Canción trovadoresca: tiene: estribillo, cabeza o tema: redondilla inicial, donde se expone el tema; mudanza (2ª redondilla) con rimas propias; vuelta (3ª redondilla) que repite las rimas de la inicial y, a veces, reproduce palabras en rima o versos enteros de aquélla.

o Canción italiana o petrarquista: está formada por endecasílabos y heptasílabos. Su composición es compleja y diversa pues es variable el número de versos en cada estrofa y la disposición de la rima.

· Madrigal: es un poema breve y sencillo, de un número variable de versos (generalmente entre ocho y quince), con una combinación de heptasílabos y endecasílabos, con rima en consonante y distribuidos libremente por el poeta.

Formas no estróficas:

· Romance: poema formado por una serie ilimitada de versos octosílabos que riman en asonante los pares y quedan sueltos los impares. Puede ser considerado el tipo de poema de mayor tradición y vigencia en la historia de la literatura española.

o Endecha: es el romance en verso de siete sílabas.

o Romancillo: es el que tiene menos de siete sílabas.

o Romance heroico: es el que se construye con versos de once sílabas.

· Silva: es un poema formado por una serie ilimitada de versos endecasílabos y heptasílabos, combinados a voluntad del poeta, con rima consonante, si bien algunos versos pueden quedar sueltos.

· Poema de versos sueltos: composiciones caracterizadas por la ausencia de rima utilizando el verso endecasílabo.

· Poema de versos libres o verso libre: composición que prescinde de la rima, del cómputo silábico y aun del ritmo conceptual, centrándose en la consecución de un ritmo interno basado en ciertas recurrencias de orden lógico, repetición de palabras y estructuras sintácticas, paralelismos, simetrías.