Tema 2 – Teorías lingüísticas actuales.

Tema 2 – Teorías lingüísticas actuales.

Introducción.

Para su estudio es habitual distinguir entre la gramática tradicional y la lingüística moderna, con el objeto de contrastar la condición científica de la última, con la no científica de la primera.

En la actualidad, nos encontramos con muchas teorías lingüísticas que se suceden con rapidez. Según Coseriu (1981), la lingüística actual está dominada por los problemas de la teoría con muy diferentes orientaciones y teorías divergentes entre sí. Ante tal riqueza y diversidad de corrientes en este tema abordaremos las fundamentales.

En primer lugar, mencionaremos los antecedentes históricos de la gramática, desde sus orígenes, hasta el siglo XVIII, a continuación, la lingüística del siglo XIX, que es el momento en el que ésta se convierte en ciencia y, en último lugar, las teorías actuales. La finalidad es apreciar -como dice Coseriu- que no existe una fractura insalvable entre el pasado y la actualidad sino que ésta enlaza con las tradiciones más antiguas.

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Teoría y ciencia lingüísticas. Precedentes históricos.

1.1. La reflexión lingüística desde la antigüedad hasta el siglo XIX.

La lingüística, según Coseriu, no es una actividad absolutamente nueva sino que hay que situarla en su contexto histórico.

Æ Panini, en Oriente, en el 350 a.C., describió el sistema del sánscrito desde una perspectiva sincrónica; consideró la oración como unidad superior basándose en oposiciones formales entre los términos y rechazando las definiciones nocionales.

Æ En la Antigüedad Clásica se siguieron dos modelos de investigación, el teórico, que insistía en la relación entre pensamiento y lenguaje, y el normativo, que se ocupaba sobre todo de la corrección lingüística.

Æ En el Renacimiento continuaría la tendencia normativa anterior y se comenzó con la gramática comparada: se cotejan diversas lenguas, así como diversas fases históricas de una misma lengua, se busca la explicación de hechos históricos y se inicia la elaboración de gramáticas en lenguas vulgares.

Æ En el s. XVIII con Port Royal se aplicaron los sistemas cartesianos de Descartes, innatismo de las ideas y del pensamiento, al estudio de las lenguas y se llegó a distinguir entre gramática general (descriptiva y funcional, aplicable a todas las lenguas) y particular (aplicable a una sola).

Æ A finales del XVIII se vuelve a desarrollar la teoría y la descripción con una Gramática General y descriptiva pormenorizada de algunas lenguas modernas. Encontramos dos posturas, la racionalista de Leibniz, que reafirma el innatismo a la hora de adquirir la lengua, y la empirista de Locke, quien lo rechaza, optando por la experiencia.

Æ En el XIX se retoman los estudios comparados e históricos con ejemplos tan claros como los proporcionados por Humbolt y los neogramáticos.

Æ La lingüística actual sigue dominada por los problemas teóricos que ya se trataban en la antigüedad. Coseriu pone los ejemplos siguientes para desarrollar la afirmación anterior:

§ La distinción entre significante y significado ya la hizo Aristóteles.

§ Harris, en 1751, inició la oposición entre sincronía y diacronía.

§ Hegel ya había apuntado, 1817, la distinción entre lengua y habla.

1.2. La lingüística como ciencia.

En los primeros años del siglo XIX nació la lingüística con método propio de investigación, es una lingüística autónoma y presenta una doble vertiente inseparable:

A) El historicismo. Se observa una cierta predilección por el razonamiento histórico, se arrumbaron las teorías propias de la tradición cristiana y se impulsaron las teorías evolutivas. El éxito indudable de la perspectiva positivista (cientifismo) en biología –El origen de las especies (1859) de Darwin- incitó a la búsqueda de las “leyes de evolución” en todas las ciencias sociales.

B) El comparativismo (F. V. Schlegel, F. Bopp…). Se centró en discernir los parentescos entre las lenguas, esta metodología tiene su origen en el descubrimiento del parecido entre las lenguas clásicas y el sánscrito, (lengua indoaria constituida hacia el año 6000 aC).

Estos autores consideran que:

§ Existen parentescos entre las lenguas.

§ El método comparativo es inestimable en la demarcación de familias lingüísticas.

§ La comparación entre lenguas se basa sobre todo en la de sus elementos gramaticales.

Por su parte, los neogramáticos, escuela que surge a finales del XIX y en la que destacan Brugmann, Osthoff, Delbuck y Leskien, desarrollan una teoría que evolucionó hacia el positivismo y lo científico y cuyas tesis principales son:

§ La lingüística histórica ha de ser explicativa, no descriptiva.

§ Para hallar las causas hemos de limitarnos inicialmente al cambio de una lengua, al estadio que le sigue; no podríamos comparar latín con valenciano, por ejemplo.

§ Las leyes fonéticas explican gran parte de los cambios, de ahí su interés por estudiar la fonética y el desarrollo que esta experimentó por mediación de esta escuela.

§ Los cambios en las lenguas pueden basarse también en la analogía; se crea un modelo y a partir de él se agrupan palabras, frases y se crean novedades.

El valor metodológico de su principio de la regularidad del cambio fonético fue extraordinario y, atendiendo a las excepciones, los estudiosos se obligaron a una mayor precisión y a explicar de modo satisfactorio las palabras que no habían evolucionado por la ley, argumentando razones como que era un préstamo de otra lengua o por el principio de la analogía.

Sin embargo, a finales de siglo, también surge una reacción contra ese positivismo neogramático con la lingüística psicológica y la de los idealistas. En la lingüística psicológica en la que destaca Wundt y donde se atiende al factor psíquico. En la lingüística idealista o neolingüística, los italianos Croce y Vossler, conciben la lengua como expresión del alma, alógica, en la que la palabra es un símbolo, la expresión lingüística es individual y valoran la estética.

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Teorías actuales.

3.1. Los precursores.

William Whitney

Influyó en Bloomfield, Sapir y Saussure. Entre sus teorías destacan:

Ø El lenguaje no es un hecho natural sino social, inventado por el hombre para comunicarse.

Ø A diferencia del lenguaje de los animales, el lenguaje humano es un conjunto de signos arbitrarios.

Ø El lenguaje es un sistema ordenado de signos.

Ø Cada lengua tiene su particular cuadro de distinciones.

Baudoin de Courtenay

Se le atribuye la paternidad del concepto de fonema como equivalente psíquico del sonido.

Meillet

Marca de modo definitivo el nacimiento de la “Lingüística general”, ciencia ya desligada de la antigua filosofía del lenguaje. Como nueva ciencia debe investigar las tendencias más generales del lenguaje, ordenando y aclarando las causas del cambio lingüístico. La lengua es un hecho social, sistemático y con carácter constructivo que aborda los préstamos sociales, el contacto entre lenguas, el bilingüismo…

3.2. El estructuralismo europeo.

Originariamente es una reacción contra los comparativistas del XIX. Hoy en día se considera el enfoque predominante en la lingüística moderna.

El estructuralismo, aparte de considerar el lenguaje como medio de comunicación, considera las lenguas como sistemas. Estudia preferentemente las secciones en las que las estructuras se comprueban de forma más inmediata (fonología, morfología, sintaxis elemental) y presta menos atención a los sistemas abiertos (léxico).

Saussure

Su Curso de Lingüística General está considerado el origen del estructuralismo europeo. Se basa en lo siguiente:

Ø La lingüística es autónoma, el lenguaje ha de ser estudiado de manera científica; su objeto de estudio es la lengua considerada en sí misma y por sí misma. La lingüística, según Saussure, ha de ocuparse sobre todo de la descripción de la lengua.

Ø Cada lengua es independiente y en su descripción no se tendrán en cuenta las categorías extralingüísticas.

Ø Se centra en la semiología, que es el estudio general de los signos.

Las dicotomías que plantea Saussure son:

þ Sincronía y Diacronía. La intervención del factor tiempo hace que se distinga entre lingüística sincrónica, que es todo lo que se refiere al aspecto estático de las lenguas, y lingüística diacrónica, que es todo lo que se relaciona con las evoluciones. Del mismo modo sincronía y diacronía designarán respectivamente un estado de lengua y un estado en evolución.

þ Lengua y Habla. Dos aspectos complementarios de una entidad más amplia, el lenguaje. Saussure defiende que el estudio del lenguaje comporta dos partes: la una, esencial, tiene por objeto la lengua, que es social e independiente del individuo; la otra, secundaria, tiene por objeto la parte individual del lenguaje, es decir, el habla. La lengua no depende del presente, es herencia de una época precedente mientras que el habla es un acto momentáneo y libre. La lengua es psicológica y el habla es física y psicológica.

þ Paradigma y Sintagma. Las estructuras paradigmáticas son relaciones asociativas ligadas a la lengua como sistema (relaciones de sentido existentes entre los signos de la misma categoría sintáctica) y las estructuras sintagmáticas están más próximas al habla (los elementos se alinean uno tras otro en la cadena hablada). La conexión sintagmática es in praesentia, la paradigmática in absentia.

þ Significante y Significado. El signo lingüístico no une una cosa y su nombre, sino un concepto y una imagen acústica, lo que equipara con significado y significante. Por un lado, en la naturaleza del signo no interviene la realidad; el concepto es la imagen depositada en nuestro cerebro, formada por el entendimiento social y convencional de cada lengua y no individual (es la parte pasiva del signo, su significado). Por otro lado, la imagen acústica es la representación que del sonido (fonemas) nos da el testimonio de nuestros sentidos (parte activa, su significante).

þ Arbitrario y Lineal. El signo es arbitrario porque el enlace que une el significado con el significante es inmotivado; es decir que el significado puede estar asociado a cualquier nombre y por lo tanto no existe un nexo natural entre ellos. Por ejemplo, en los sinónimos (varios significantes y un solo significado) o las lenguas (español: tiza / inglés: chalk). Es lineal porque el significante se desenvuelve sucesivamente en el tiempo, es decir no pueden ser pronunciados en forma simultánea, sino uno después del otro en unidades sucesivas lineales en el tiempo. Por ejemplo, ¡a-c-a-b-o-d-e-ll-e-g-a-r!

þ Mutabilidad e Inmutabilidad. La inmutabilidad consiste en que la comunidad impone el uso de un signo lingüístico en un momento determinado de la evolución de una lengua; esta característica únicamente es posible considerarla desde una perspectiva sincrónica (en un estado de tiempo). Es mutable ya que el tiempo, que asegura la continuidad de la lengua, tiene otro efecto en apariencia contradictorio con el primero, esto es, el de alterar más o menos los signos lingüísticos (en diacronía) de modo que, en cierto sentido, se puede hablar a la vez de la inmutabilidad y la mutabilidad del signo.

Escuela de ginebra

Constituida por los discípulos y sucesores de Saussure entre otros: Bally, Sechehaye, Frei, Godel. Ellos fueron quienes publicaron el Curso de Lingüística General a partir de los apuntes que tomaron de su maestro.

Círculo lingüístico de Praga

Representada por Jakobson y Trubetzkoy se autodenominan funcionalistas y sus características principales serían:

v Se centran en la fonología como ciencia de los sonidos en la lengua –opuesta a la fonética, ciencia de los sonidos en el habla-. Aplicaron la teoría al concepto de fonema (unidad mínima de significación). Mientras que el sonido pertenece al habla, el fonema pertenece a la lengua. Ya que las lenguas están formadas por sistemas de elementos relacionados internamente, el fonema se trata como unidad fonológica compleja que se realiza o actualiza con lo sonidos del habla. Todo fonema está formado por una serie de rasgos pertinentes que por sí solos lo caracterizan como entidad lingüística, y cada rasgo entra en oposición o con la ausencia del mismo o con otro rasgo de otro fonema de la lengua.

v Subrayan la idea de lengua como sistema funcional, con una finalidad.

v Distinguen entre lengua oral y escrita y tienen en cuenta las funciones del lenguaje para establecer el sistema de lengua.

v Estudian la lengua sincrónicamente pero sin renunciar al conocimiento diacrónico.

Círculo lingüístico de Copenhague

Identificada con Hjemlslev, Bröndal y Nuldall. Denominan Glosemática a la nueva disciplina. La Glosemática se caracteriza por adoptar y desarrollar de modo coherente la tesis de Saussure de que “la lengua en cuanto a sistema de signos es una forma, no una sustancia”. Es una teoría formalista que no implica una negativa a considerar el contenido, sino que pretende dar una descripción formal a los hechos de significación. La Glosemática atribuye, por tanto, un papel central a la forma, depurada de toda realidad semántica o fónica, y relega a un segundo plano la función, sobre todo el papel que el lenguaje representa en la comunicación, pues ésta está ligada a la sustancia.

Sin embargo, Hjemlslev pretende llegar más lejos que Saussure y diferencia dos formas y dos sustancias, una para cada uno de los dos planos, el Plano del Contenido y Plano de Expresión (Significante y Significado en Saussure), y, al mismo tiempo afirma la analogía estructural entre los dos planos.

SIGNIFICANTE: forma (fonemas) y sustancia (articulación de sonidos)

SIGNIFICADO: forma (monemas, léxico, palabras) y sustancia (caudal de conceptos e ideas generales albergados en la mente y que tienen capacidad de combinación entre ellos).

Se prescinde de la sustancia y se centra en el estudio de la forma en los dos planos debido a la concepción que tiene de las lenguas. Para Hjelmslev la lengua es forma pura carente de materia e independiente, incluso, de la sustancia en que se manifiesta.

Lingüística funcional

El principio básico del funcionalismo es la consideración del estudio de una lengua como la investigación de las funciones desempeñadas por los elementos, las clases y los mecanismos que intervienen en ella; consecuentemente, con esta importancia de la función, el funcionalismo entiende que el estudio de un estado de lengua, independientemente de toda reflexión histórica, tiene valor explicativo y no solo descriptivo.

En el ámbito teórico, todos estos estudios funcionales del lenguaje tienen un mismo punto de partida: una visión que podría ser calificada de instrumentalista. Conforme a esta visión, toda lengua tiene como propósito primordial la comunicación y, por lo tanto, este propósito debe ser el punto de partida para cualquier estudio lingüístico que se haga. Por ello, la cuestión básica por resolver es verificar cómo se comunican los usuarios de una determinada lengua. Esto implica analizar no solo las formas o estructuras gramaticales, sino también toda la situación comunicativa: el evento, los participantes, el contexto discursivo…

Esta teoría, se opone al estructuralismo norteamericano y a las teorías formalistas. Dentro del primero, se analizan estructuras gramaticales tales como los fonemas, morfemas, relaciones sintácticas y semánticas, los constituyentes, las dependencias, etc. Las segundas analizan estos fenómenos y, a la vez, construyen un modelo formal del lenguaje. Los funcionalistas sostienen que la situación comunicativa motivada explica y determina las estructuras gramaticales; por ello, su propósito no es presentar modelos, sino encontrar explicaciones. Puede decirse que los estudios funcionales son un examen de la competencia comunicativa, o sea, de la capacidad de los individuos para codificar y decodificar los mensajes. Todo esto conlleva ver las expresiones lingüísticas como la configuración de funciones. Es, al considerar estas funciones, donde las distintas corrientes funcionalistas se separan.

Estructuralismo inglés

J. Firth distingue entre estructura y sistema, la primera es la estructura sintagmática correspondiente a la cadena hablada y el sistema es lo que en otros tipos de estructuralismo es el paradigma, esto es, el conjunto de elementos que pueden presentarse en una posición determinada de una estructura. El objeto de estudio de Firth no es la lengua en sí misma sino la lengua realizada en el hablar: los enunciados.

Halliday, siguiendo a Firth, considera la lingüística como una ciencia organizada y articulada y habla de una gramática de escalas y categorías a la que se denomina gramática sistemática. En esta se considera que la gramática de una lengua se compone de un sistema complejo y delicado de opciones, las redes, que adoptan las formas que conocemos para que tanto los que hablan como los que escuchan puedan usar su propia lengua, teniendo en cuenta las necesidades generales de las situaciones humanas y de la propia cultura, en particular.

3.3. El estructuralismo americano.

Tradicionalmente ha estado desvinculado de las teorías europeas y ha seguido caminos propios.

Los precursores: Boas, Sapir, Whorf.

Consideran que cada lengua manifiesta un análisis del mundo que le es específico, que impone al hablante una manera de ver y de interpretar el mundo. En consecuencia se ha de tener en cuenta la relación entre lengua y cultura.

El lenguaje se ve como una faceta del pensamiento. Piensan que cada lengua es un modo distinto de concebir la realidad y que cada pueblo tiene cosmovisiones distintas. Whorf añade que los modelos lingüísticos van unidos de tal modo que las distinciones gramaticales y léxicas corresponden a comportamientos obligatorios en la conducta: hay una relación solidaria entre las estructuras lingüísticas y las conceptuales de la naturaleza cognitiva humana.

Elaboraron una tipología de las lenguas que toma en cuenta la naturaleza de los conceptos expresados por una lengua y prescinde de criterios genéticos. Estos conceptos los clasifican jerárquicamente en conceptos básicos (raíces o palabras), derivativos (modificaciones de las palabras), concretos de relación (afijos o alternancias de la raíz) o conceptos puros de relación (conjunciones, preposiciones).

Leonard Bloomfield

Boomfield acentúa el carácter práctico de la lingüística al centrase en la descripción de las lenguas indígenas, que desconoce. Esto le llevó a estudios de campo y apoyarse en el positivismo del Círculo de Viena y del behaviorismo: por un lado, solo se puede describir lo que se conoce –por eso el significado queda fuera: supondría definir científicamente todo lo conceptualizado- y, por otro, una estructura es una respuesta provocada por un enunciado. Así, se produce un “antimentalismo”, superando las consideraciones de sus predecesores; solamente interesan los rasgos fónicos del acto de habla.

La lengua es una asociación de sonidos y significaciones: el significado es solo un medio para intuir diferentes clases de elementos formales y formas lingüísticas. Tales clases son las siguientes:

No significativas: no se asocian a significaciones pero las distinguen: los fonemas.

Significativas: se asocian a significaciones. Se dividen en formas ligadas, si no aparecen solas, los morfemas, y libres si sí pueden hacerlo, palabras y grupos de ellas.

Una forma puede ser sustituida en un mismo punto del enunciado por una proforma, constituyendo una clase: por ejemplo el adjetivo puede tener como proforma a una oración de relativo: El niño rubio > El niño que tiene el cabello rubio.

A estas clases se llega por su distribución, o combinatoria en el enunciado, en cuanto las formas son constituyentes inmediatos y finales de una clase inmediatamente superior: así un morfema es constituyente inmediato de una palabra, que a su vez lo es de una oración. Por esta razón, el estudio de una lengua ha de partir de las formas inferiores, las unidades no significativas, para llegar a las significativas y, de ahí, a los enunciados, o construcciones sintácticas.

De este modo llega Bloomfield al concepto de construcción sintáctica, que se diferencia de las unidades en que sus constituyentes inmediatos no pueden ser formas ligadas. Los constituyentes inmediatos de una oración son núcleos o modificadores. A su vez éstos pueden ser directos, si se unen al núcleo sin preposición o indirectos si lo hacen con preposición.

Las construcciones sintácticas, por su parte, se dividen en endocéntricas si la construcción, o uno de sus componentes, pertenece a la misma clase que el núcleo; y exocéntricas si no ocurre tal circunstancia combinatoria. Según esta teoría, todo sujeto que sea sintagma nominal es una construcción endocéntrica, y un sintagma preposicional será siempre exocéntrico.

Como se ve, el estructuralismo excluye de su estudio el significado, en particular el significado léxico. Sacrifica el significado buscando la objetividad científica. Esta exclusión del significado se debe a su adhesión a la concepción behaviorista o antimentalista la cual, desde 1922, mantiene que lo científico son los hechos observables, por lo tanto, como el significado que no se puede observar debe excluirse del estudio científico objetivo. Las dos unidades que admiten descripción objetiva, el fonema y el morfema, son en las que se centra el estudio de Bloomfield.

Distribucionalismo

Harris, discípulo de Bloomfiel, y maestro de Chomsky, el método lingüístico debe seguir dos pasos: primero, establecer los elementos y, segundo, establecer la distribución de los elementos entre sí.

3.4. Lingüística generativo – transformacional.

Noam Chomsky

La publicación de Estructuras sintácticas de Chomsky, en 1957, supone la culminación de la lingüística moderna. La gramática generativa surge como reacción a la de Bloomfiled y rechaza la dependencia estricta de los datos físicos, el empirismo y el mecanicismo “psicologicista” de esta fundamentalmente. Reprocha al distribucionalismo el partir de un corpus finito de enunciados y el hecho de que se limite a describir sin explicar. Su originalidad reside en que intenta dar no una lingüística general, sino una teoría lingüística, rigurosamente científica, bajo presupuestos lógicos y matemáticos.

Chomsky quiere explicar cómo se aprende una lengua y de nuevo la lingüística se convierte en Teoría del lenguaje. Los principios que rigen su pensamiento son:

· Parte de la hipótesis “innatista” del funcionamiento y el origen del lenguaje. Según la cual los seres humanos poseemos una capacidad del lenguaje que representa un rasgo constituyente, diferencial y privativo de nuestra especie.

· Su gramática es generativa porque es explícita y proyectiva, ya que las reglas así como las condiciones en que opera esta gramática deben especificarse de manera rigurosa. Es proyectiva porque proyecta un conjunto dado de oraciones, posiblemente infinito, que constituyen la lengua que se explica.

· Desde el punto de vista oracional se distingue entre oraciones generadas por la gramática mediante reglas y expresiones emitidas por el hablante.

· Distingue la competencia lingüística del hablante-oyente, entendida como la capacidad que tiene el hablante para generar oraciones correctas mediante el empleo de los mecanismos gramaticales, y, por otra parte, la actuación o aplicación concreta de esa competencia en la producción de un hecho lingüístico concreto.

· Añade el concepto de gramaticalidad (un hablante sabe, por su competencia, si una oración es gramatical o agramatical). De esta manera, los hablantes de una lengua conocen implícitamente su gramática, poseen competencia lingüística, y actualizan los conocimientos en su producción. El fin de la gramática es hacer explícito ese conocimiento implícito de los hablantes.

· Se ha de considerar la existencia de una estructura profunda y una superficial. La superficial es el enunciado propiamente dicho, la ejecución como tal. La profunda sería el análisis lingüístico, es decir, mediante transformaciones que siguen reglas se crean enunciados (según las posibilidades que ofrezcan las reglas de la lengua ir creando una estructura superficial: sujeto + verbo + predicado; que pueden cambiarse por numerosas otras posibilidades). Se puede generar un número infinito de oraciones correctas posibles. Partiendo de una idea u oración elemental y aplicando reglas de reescritura (que son finitas) llegaremos a la estructura superficial.

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Conclusión.

La lingüística actual no atiende sólo al código como hicieron los estructuralistas sino que va más allá, incorpora teorías que explican la realidad de la naturaleza del lenguaje y tiene en cuenta todos los elementos de la comunicación y los criterios sociales, sistemáticos y sicológicos. Por lo tanto, genera gramáticas o teorías que superan el ámbito oracional y atienden otros factores del acto comunicativo, ya que se basan en el texto como unidad comunicativa. Si bien el descubrimiento de los elementos del habla o uso del lenguaje se encuentran ya en autores determinados de la lingüística tradicional.

5 Bibliografía.

CHOMSKY, N. (1972): Lingüística cartesiana. Ed. Gredos: Madrid.

COSERIU, E. (1981): Lecciones de lingüística general. Ed. Gredos: Madrid.

FUENTES, C. (1996): Aproximación a la estructura del texto. Ed. Ágora: Málaga.

MOUNIN, G. (1968): Historia de la lingüística. Ed. Gredos: Madrid.

POTTIER, B. (1987): Lingüística moderna y filología hispánica. Ed. Gredos: Madrid.

TUSÓN, J. (1987): Aproximación a la historia de la lingüística. Ed. Teide: Barcelona.