Icono del sitio Oposinet

Tema 52 – Salud y actividad física. Efectos positivos y contraindicaciones de la actividad física en la salud y calidad de vida.

I. INTRODUCCIÓN

Desde que el concepto de salud ha evolucionado y se considera que salud no es únicamente la ausencia de enfermedad, la actividad física ha adquirido cada vez más importancia como componente fundamental de la propia salud. El riesgo de sedentarismo obliga a enfatizar la actividad física ensalzando los beneficios que, sin duda, proporciona al organismo humano, en un intento de habilitar a los individuos a la práctica regular de ejercicio físico.

La práctica regular de ejercicio físico conducirá a la adquisición, por parte del practicante, de una mejor forma física, que se manifiesta por una mayor capacidad cardiorrespiratoria y mayor resistencia a la fatiga. Según el tipo de ejercicio que se realice, los efectos varían en cierta medida y, así mientras el ejercicio dinámico aeróbico de baja intensidad puede perseguir una mejora de la flexibilidad o de la fuerza muscular.

Pero el ejercicio no solo previene de la enfermedad, sino que en un número considerable de enfermedades forma parte del tratamiento prescrito; ejemplos de enfermedades que se benefician del ejercicio son: la cardiopatía coronaria, la hipertensión arterial, la diabetes, la osteoporosis, y la obesidad.

Pero como toda actividad humana, tampoco el ejercicio físico está exento de riesgos. Algunas enfermedades contraindican de forma absoluta o relativa, la realización de ejercicios. De cualquier forma, siempre deben ser tomadas una serie de preocupaciones (intensidad, frecuencia y duración del ejercicio, prendas deportivas, instalaciones, etc.) para evitar o reducir el riesgo de lesiones y efectos adversos a los que la práctica del ejercicio físico puede conducir.

La escuela es el lugar más efectivo para instaurar el hábito e iniciar la promoción de la salud y la prevención de patologías directa o indirectamente relacionadas con el ejercicio físico.

II. DESARROLLO DE LOS CONTENIDOS

1. SALUD Y ACTIVIDAD FÍSICA.

1.1. CONCEPTO DE SALUD.

El término salud suele asociarse con ausencia de enfermedad, pero su concepto más actual es mucho más amplio y se asocia a calidad de vida. Ya en 1948 en la Carta Fundamental de la Organización Mundial de la Salud se definió como: un estado completo de bienestar físico, mental y social y que no consiste solamente en la ausencia de enfermedad.

En esta línea Rodríguez F. A. (1996) y otros autores definen a la salud como el nivel más elevado de bienestar físico, mental y social, así como de capacidad de funcionamiento, que permiten los factores sociales en que los individuos y la comunidad se hallan inmersos.

Señala J. Rodríguez Marín (1995) que el concepto e salud es dinámico y cambiante, asociado a las condiciones históricas, culturales y sociales de la comunidad que lo formula y lo acepta. Resalta que la salud es un derecho de la persona como tal, así como una responsabilidad personal que debe ser fomentada y promocionada por la sociedad y sus instituciones.

1.2. SALUD Y ACTIVIDAD FÍSICA. PERSPECTIVAS Y ENFOQUES TEÓRICOS

Como señala José Devís (1998), a principios del s. XX las relaciones entre salud y actividad física estaban vinculadas a los problemas de salubridad sufridos por la sociedad como consecuencia de la revolución industrial y la urbanización. Esto motivó un enfoque higiénico y terapéutico de la actividad física. Hoy en día parece superada en parte la perspectiva higiénica pero no la preventiva. Sin embargo, esta prevención se centra en las sociedades modernas. La OMS señala que los diferentes gobiernos están preocupados por frenar las actuales enfermedades de civilización, ya que tienen un elevado coste para las instituciones sanitarias. Al demostrarse su relación con los malos hábitos de estas sociedades postindustriales se han fomentado campañas higiénicas de prevención para favorecer el ejercicio físico de forma controlada.

Los currículos de la ESO y el Bachillerato no han sido ajenos a ello y desde la aparición de la LOGSE los contenidos relacionados con la salud han tenido una importante presencia. En los actuales currículos se constata dicha importancia, encontrándose presentes contenidos de salud en la introducción, objetivos, contenidos y criterios de evaluación. Incluso existe un contenido transversal a desarrollar por todas las asignaturas: el de la Educación para la Salud.

Onofre Contreras señala que la Educación Física buscará, tanto en primaria como en secundaria (ESO y Bachillerato), formar a los alumnos para:

– Participar activa y responsablemente, en la creación y en la gestión de su salud.

– Conocer y apreciar el propio cuerpo y utilizar el conocimiento sobre su funcionamiento y sus posibilidades y limitaciones para desarrollar y afianzar hábitos autónomos de cuidado y salud personal.

– Reconocer situaciones y conductas que pueden implicar peligros o riesgos y ser capaces de enfrentarse a ellas con responsabilidad y criterios propios.

– Conocer e interiorizar las normas básicas para la salud: higiene, alimentación, cuidado corporal, etc.

– Despertar y estimular el interés y el gusto por el deporte como medio para alcanzar una vida saludable y para el fomento del compañerismo, la amistad y la solidaridad.

José Devís (2000) identifica tres grandes perspectivas de relación entre la AF y la salud: una perspectiva rehabilitadora, que considera la actividad física como un medio o instrumento para la recuperación funcional del enfermo o lesionado, una perspectiva preventiva, que supone la utilización de la AF para reducir el riesgo de enfermedades o lesiones, y una tercera perspectiva que supera la vinculación al ámbito médico de las dolencias, la perspectiva orientada al bienestar, que implica considerar que la AF contribuye al desarrollo personal y social, independientemente de su utilidad rehabilitadota y preventiva.

Sánchez Bañuelos, por su parte, señala diferentes enfoques teóricos con los que explicar, de una forma racional, las relaciones entre la actividad física y sus efectos en la salud. Por su lado el paradigma psique-soma, según el actual existe una clara interrelación entre la mente y el cuerpo, que actúan como un todo, como una unidad psicobiológica; otro puede ser el enfoque psicológico que relaciona la práctica sistemática de ejercicio con una sensación acentuada de control sobre sí mismo y sobre las funciones corporales, lo que genera una mejor percepción del estado general de bienestar. También se puede ver que el ejercicio provoca una distracción o diversión que aleja la atención del individuo de ansiedades de origen cognitivo. Un tercer enfoque sería el fisiológico, para el cual la condición física es un factor importante para la salud psicológica justificado por la liberación de endorfinas que produce el ejercicio físico.

1.3. ACTIVIDAD FÍSICA. CLARIFICACIÓN TERMINOLÓGICA.

La frecuente confusión entre los términos “actividad física”, “ejercicio físico” y “forma física” requiere a menudo clarificaciones y puntualizaciones ya que, aunque muchas veces se utilizan indistintamente, se trata de términos que describen conceptos diferentes.

F. A. Rodríguez y Cols. Definen actividad física como: cualquier movimiento producido por los músculos esqueléticos y que tiene como resultado un gasto energético que se añade al gasto del metabolismo basal.

Hablan de ejercicio físico cuando la actividad física es planificada, estructurada y repetitiva y, tiene por objeto la mejora o mantenimiento de uno o más componentes de la forma física, la cual identifican con condición física.

La condición física la definen como la capacidad de desarrollar actividades diarias con vigor y diligencia, sin fatiga y con energía suficiente para disfrutar de las actividades de tiempo libre y afrontar las emergencias eventuales.

1.4. CONDICÓN FÍSICA SALUDABLE Y PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO.

La condición física saludable se puede entender como estado dinámico de energía y vitalidad que permite realizar tareas diarias, disfrutar del tiempo de ocio de forma activa, afrontar emergencias imprevistas sin una fatiga excesiva, evitar enfermedades hipocinéticas. Este nivel de condición física implica tres dimensiones según F. A. Rodríguez (1992):

La orgánica: se refiere a las características físicas individuales, a los factores estructurales, a los procesos de obtención de energía y al rendimiento físico.

La motriz: relacionada con las cualidades motrices, el control del movimiento, la coordinación, etc.

La cultural: se relaciona con el medio en que se halla inmerso (rural, urbano); con las instalaciones disponibles, con las actitudes y valores que imperan en esa sociedad (determinan el modelo de vida y los hábitos de actividad física).

Según el Comité para el desarrollo del deporte del Consejo de Europa, los factores que contribuyen a la condición física relacionados con la salud, son:

– la resistencia cardiorrespiratoria.

– la condición músculo esquelética.

– las dimensiones antropométricas.

F. A. Rodríguez (1994) propone una serie de actuaciones en cada uno para lograr un desarrollo, en la línea de la prescripción de ejercicio físico.

§ PARA MEJORAR LA RESISTENCIA CARDIORRESPIRATORIA

Se buscan actividades que implican la participación elevada de grupos musculares, que se puedan realizar por un periodo de tiempo prolongado y que produzca pocas lesiones (caminar, andar en bicicleta, nadar, etc.). Su intensidad se situará entre el 40 y 85% del VO2 máx., o entre el 55 y el 90% de la FC máx. Su duración será de 15 a 60 minutos unos tres días por semana.

§ PARA MEJORAR LA FUERZA Y RESISTENCIA MUSCULAR

Se optará por actividades dinámicas (mejor rítmicas) que comparten la contracción de los grupos musculares funcionalmente importantes, realizadas en buenas condiciones e seguridad y comodidad, evitando apneas y coordinándolas con la respiración. Se centrará en ejercicios submáximos, que permitan un número de repeticiones entre 5 y 7. Con 8 ó 10 ejercicios en 3 series separadas 3 min. También se puede optar por ejercicios de menor intensidad y más repeticiones (hacer 15-20 ejercicios que se repiten entre 15 y 20 veces con cargas ligeras y con poco descanso).

Las sesiones como mínimo, de 10 min. con frecuencia 2-3- días/semana.

§ PARA MEJORAR LA FLEXIBILIDAD

Actividades que actúen movilizando las grandes articulaciones, así como estiramientos de tipo estático, ya sean activos o pasivos. Sise hacen estiramientos dinámicos, deberán ejecutarse de forma lenta. El mantenimiento de las posturas se mantendrá entre 10 y 30 segundos y se repetirán de 3 a 5 veces. De 5 a 10 min. un mínimo de 3 días por semana.

§ PARA LA REDUCIÓN DEL PESO CORPORAL

Actividades que supongan un gasto calórico igual o superior a 300 Kcal./día. La idea es conseguir un balance calórico negativo, máximo de 500 a 1000 Kcal./día que ayude a la pérdida de peso de forma gradual, sin grandes trastornos metabólicos.

Por ejemplo: si se logran consumos extras de 500 Kcal./día, se tendrá al final de la semana 3500 Kcal. gastadas, y considerando que 9 Kcal. son el resultado energético de metabolizar 1 g de grasa, se conseguirá una reducción de casi 400 g de grasa por semana.

2. EFECTOS POSITIVOS Y CONTRAINDICACIONES DE LA ACTIVIDAD FÍSICA EN LA SALUD Y CALIDAD DE VIDA.

2.1. EFECTOS GENERALES DEL EJERCICIO.

El ejercicio físico da lugar a un amplio rango de cambios físicos, fisiológicos, bioquímicos y psicológicos. La naturaleza y magnitud de estos cambios viene determinada por el tipo, intensidad, duración y frecuencia de los ejercicios realizados. Se pueden distinguir cuatro tipos principales de ejercicios con objetivos diferentes: ejercicio dinámico aeróbico, con el objetivo de mejorar la resistencia al esfuerzo y el funcionamiento del corazón y los pulmones, ejercicios de baja intensidad, con el objetivo de incrementar la flexibilidad o mejorar la calidad y cantidad de la masa muscular, ejercicios de relajación y ejercicios terapéuticos, con el objetivo de restaurar la función normal de una parte del cuerpo dañada por enfermedad o lesión.

En general, las actividades físicas afectan a la mayoría de los sistemas corporales. Como efectos positivos tendremos, si ésta actividad es programada, los que aporta el entrenamiento, la adaptación a largo plazo: disminución de la frecuencia cardiaca, mejora de fuerza, etc.

Además de los de tipo fisiológico se logran objetivos también psicológicos, referidos tanto a las disminuciones de: síntomas de tensión. De angustia, depresión, etc.; como a efectos relajantes del sistema nervioso central y periférico que repercuten en una mejora de los patrones de sueño. También la relación que puede establecerse con otras personas, el asociacionismo, etc., se englobará dentro de los beneficios de tipo sociológico.

En este sentido Almond (1992) señala que desde el punto de vista biológico, el ejercicio físico adecuado, que se realiza fundamentalmente y se mantiene durante toda la vida, mejora la salud en los siguientes aspectos:

§ Facilita un desarrollo y crecimiento equilibrado. Colabora proporcionando mejoras sobre la postura, la higiene o la seguridad en la realización de ejercicios .

§ Desarrolla y mantiene el funcionamiento óptimo del sistema cardiovascular y del sistema músculo esquelético, además de atenuar el factor de riesgo que para el primero de ellos tiene la inactividad.

§ Reduce el riesgo de ciertas enfermedades (artrosis, osteoporosis, etc.) así como la mejora del control de las deficiencias existentes (asma, diabetes, etc.).

§ Contribuye al bienestar psicológico, a un mejor estado de humor y a una consideración positiva de la imagen corporal, además de mejorar la autoestima y favorecer procesos de socialización.

En línea similar, F. Sánchez Bañuelos (1996) señala que se producen efectos:

– Fisiológicos, a corto y largo plazo; en los últimos identifica beneficios sobre la condición física cardiovascular, sobre el crecimiento óseo, sobre la composición corporal y la obesidad, sobre la presión arterial y sobre los niveles de colesterol.

– De carácter psicológico, ligados al estado general de bienestar percibido, que implica un buen estado de ánimos, se mejora la autoestima y se disminuye el estrés y la ansiedad.

– De carácter social. Mejora las relaciones sociales.

2.2. CAMBIOS QUE PROVOCA LA ACTIIDAD FÍSICA SOBRE DIFERENTES SISTEMAS Y APARATOS

§ SOBRE EL APARATO LOCOMOTOR: se logran cambios en el tejido óseo, modificando su composición, influyendo en su vascularización y afectando a la estructura y ordenación trabecular. El trabajo muscular estimula, por las tracciones y presiones de las contracciones, la formación de hueso (en situaciones de inactividad se pierde masa ósea, se descalcifican). También se logra un fortalecimiento de las uniones osteotendinosas. La musculatura consigue desarrollar una mayor fuerza, tener más resistencia a la fatiga, mejorar la velocidad de contracción. Para ello se producen modificaciones metabólicas de las fibras musculares, cambios en la vascularización, en la composición, en el volumen, etc.

§ SOBRE EL SISTEMA CARDIORRESPIRATORIO: se varían parámetros como el volumen sistólico, la frecuencia cardiaca en reposo, la ventilación, la capacidad vital, la cantidad de hemoglobina en sangre, un mayor consumo de oxígeno, etc. El corazón va a experimentar cambios en su estructura, así como el contenido sanguíneo. En los pulmones se logra una mayor perfusión, aumento de zonas de intercambio, y se facilita la mecánica ventilatoria por el fortalecimiento de la musculatura implicada.

2.3. RELACIÓN DE LA ACTIVIDAD FÍSICA CON DIFERENTES ENFERMEDADES O LESIONES

§ En la hipertensión arterial, actúa de forma beneficiosa. Para ello se recomienda actividad física moderada (entre el 40-60% del VO2 máx.) de tipo aeróbico, lo que repercute en disminuciones de 10 mm Hg. las cifras tensionales, e incluso más en las mujeres. También se puede hablar de actividad al 50-60% de la FCM y duración entre 30 y 45 min.

§ En la enfermedad coronaria (infarto de miocardio y angina de pecho) ayuda a mejorar el rendimiento cardiaco y a eliminar hábitos que pueden provocar o empeorar la enfermedad (tabaco, obesidad, ansiedad de padecer otra crisis). Además de lograr beneficios sobre el corazón como: modificaciones en el espesor de las paredes ventriculares, aumento de masa muscular, etc. se actuará sobre el principal agente causal de estas enfermedades, la arterioesclerosis. La actividad física ayuda a retardar el proceso esclerótico e incluso se logra reducir, dado que se modifican los niveles de lípidos y lipopotreínas: se disminuye el nivel de triglicéridos, el colesterol total, las lipoproteínas de baja intensidad (LDL) y se aumentan las de alta densidad (HDL).

§ En el asma actúa de forma beneficiosa, mejorando la calidad de vida de los pacientes.

§ En los soplos funcionales y las cardiopatías congénitas y las valvulares adquiridas, la utilización del ejercicio físico favorece una recuperación más rápida.

§ Para la diabetes es fundamental, ya que contribuye a la disminución de las cantidades de insulina necesarias al lograr rebajar los niveles de glucosa sanguínea, así como conseguir aumentar la sensibilidad a ella; ya que la célula muscular durante la actividad física no precisa de insulina para captar glucosa.

§ En la obesidad contribuye a aumentar el gasto calórico y reducir el volumen e los adipositos, a proporcionar una mejor forma, a disminuir la ansiedad, etc. Para lograr las disminuciones de grasa es necesario que el consumo energético por sesión supere las 300 Kcal y la frecuencia supere los 3 días semanales.

§ Con respecto a la osteoartritis, se sabe que la actividad física disminuye el dolor, previene la deformidad y mejora la función articular. Sobre la osteoporosis la actividad actúa ayudando a mantener una mayor densidad ósea.

§ Para las anomalías raquídeas congénitas, se contraindican actividades que produzcan una sobrecarga sobre la columna (halterofilia, mariposa en natación, etc.)

2.4. SITUACIONES DE CONTRAINDICACIÓN ABSOLUTA

§ Todas las patologías que cursen con alteraciones inmunológicas e infecciosas: tuberculosis, varicela, sarampión, rubéola, hepatitis, SIDA, otitis, etc.

§ Epilepsia no controlada, psicosis.

§ Anemia grave, leucemia, hemofilia no controlada, etc.

§ Cáncer en fase aguda, diabetes no controlada, obesidad extrema, etc.

§ Insuficiencia cardiaca grave, insuficiencia respiratoria, embolias, cardiopatías descompensadas, etc.

§ Fases agudas de lesiones (fracturas, luxaciones, esguinces, etc.) o de enfermedades articulares: artrosis, artritis, gota, etc.

§ Alteraciones graves de la columna (escoliosis, espondilosis, etc.).

III. BIBLIOGRAFÍA

– CONTRERAS JORDAN, O. R. (1998): Didáctica de la Educación Física. Barcelona. INDE.

– D. Mc ARDLE, W (1990): Fisiología del ejercicio. Madrid. Alianza Deporte.

– DEVÍS, J. (2000): actividad física, deporte y salud. Barcelona. INDE:

– RODRÍGUEZ, F. A. (1996): Ejercicio y salud. Barcelona. Ed. Galaxia Gutenberg.

– RODRÍGUEZ, F. A. (1994): Documentación del curso: Actividad física y promoción de la salud. Curso de doctorado: Fundamentos de la motricidad humana y el rendimiento deportivo. Universidad de la Coruña.

– SÁNCHEZ BAÑUELOS, F. (1996): La actividad física orientada a la salud. Madrid. Biblioteca Nueva.

– SÁNCHEZ BAÑUELOS, F. (1999): El concepto de salud, su relación con la actividad física y la educación física orientada a la salud. Artículo revista ASKESIS. Madrid. Pila Teleña.

Salir de la versión móvil