Ampliación Tema 14 Parte 2

Ampliación Tema 14 Parte 2

LECTURAS RECOMENDADAS

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La programación en el centro infantil

1.1 Trabajo educativo

La programación del trabajo educativo constituye uno de los tipos más importantes de actividad de los pedagogos.

La programación permite una determinación anticipada del orden y consecutividad de realización del trabajo educativo con la indicación de las condiciones necesarias, de los medios utilizados, de las formas y los métodos de trabajo.

La programación está encaminada a la organización del proceso pedagógico como un todo único en el centro de educación preescolar y en cada grupo o aula.

Es la actividad que realiza el colectivo docente para planificar el para qué, el qué, el cómo, cuándo y con qué de la acción educativa y las vías de seguimiento, regulación y control del proceso educativo y sus resultados. Esta planificación orienta el trabajo del docente haciéndolo más racional y coherente en el desarrollo concreto de la práctica pedagógica.

La programación determina la planificación de tareas concretas del trabajo educativo, la selección de los tipos fundamentales de actividad, los modos de su organización y los medios de solución de las tareas planteadas. El carácter de las estrategias metodológicas, o sea, la relación e interacción de los diferentes métodos, formas y medios, la combinación de la actividad de los niños organizada por el docente con su actividad independiente, con la actividad colectiva, conjunta e individual, etc., son elementos a tener en cuenta en la programación.

Lo anteriormente expuesto nos permite reiterar que la programación debe garantizar la organización del proceso pedagógico como un todo único en el grupo o aula de un centro de educación preescolar.

La programación debe además posibilitar el movimiento y el desarrollo del proceso pedagógico en tiempo. Debe contemplar la complejidad del contenido, de las formas y de los métodos de trabajo con los niños, el cambio de estructura del proceso pedagógico a medida que se desarrollan los niños individualmente y el colectivo infantil en general, en el curso del trabajo educativo.

La programación da al proceso pedagógico un carácter organizado y planificado, hace más orientado y eficaz el trabajo del educador preescolar.

La organización y orientación de la actividad diversa de los educadores, está sobre la base del conocimiento de las regularidades generales del desarrollo y educación de los niños y niñas y de sus particularidades individuales, y esto posibilita la consecutividad del trabajo educativo.

1.2 Requisitos de la programación de aula en un centro de educación infantil.

La programación curricular de aula contempla todas las actividades a realizar con los niños, tanto las de formación de conocimientos, habilidades y hábitos como las de formación de actitudes y valores.

Debe estar orientada a la organización del proceso pedagógico en su totalidad, la consecución de las tareas de educación del colectivo infantil y de los niños y niñas en particular, la selección de las estrategias metodológicas y de los modos de influencia pedagógica en correspondencia con su edad y a la utilización de las diferentes formas de organización de la vida de los niños y de los tipos de actividad infantil.

Se incluye además en algunos modelos pedagógicos la combinación racional de formas colectivas e individuales de trabajo con los niños.

La programación debe reflejar la complejización gradual del contenido, de las formas de organización de la actividad infantil, de los modos de orientación de la actividad de los niños y de las estrategias metodológicas.

Además requiere que se tengan en cuenta los logros de los niños para que se posibilite el paso gradual en la asimilación de nuevos conocimientos, de los modos de acción y de las nuevas formas de organización de la actividad y su combinación. Es importante establecer la relación entre las actividades que se programen y el trabajo del educador con los niños en la vida cotidiana, en sus juegos, actividades laborales, etc.

La programación del grupo o aula debe servir de guía y ser real. Lo real se logra con el planteamiento de tareas concretas teniendo en cuenta el nivel de desarrollo grupal e individual de los niños. Es necesario conocer el nivel de sus conocimientos, habilidades y hábitos, o sea, de sus competencias; así como sus necesidades e intereses para que la programación sea real. También requiere de una consideración especial a las habilidades de los niños para organizarse para la actividad conjunta.

Es importante para la realidad de la programación de aula considerar los acontecimientos sociales, las particularidades del trabajo y de la vida cotidiana de los adultos y el mundo circundante natural.

Contenido de la programación a partir del currículo o programa.

El proyecto curricular de centro tiene su concreción particular en la programación del aula o grupo; en esta se materializan las tareas de la educación y el contenido de las actividades pedagógicas a realizar en cada grupo o aula de niños y niñas con el establecimiento de un tiempo y orden lógicos de realización.

La programación de aula o grupo comprende tanto la planificación de contenidos y estrategias metodológicas relacionadas con el área cognoscitiva como sus formas de organización. Los métodos y procedimientos del trabajo educativo con niños y niñas, la formación de hábitos higiénico – culturales, la dirección del trabajo y juego de los niños y las niñas y la organización de las actividades libres y recreativas forman parte también de la programación.

Los componentes de la planificación didáctica, o sea, sus componentes técnicos (para algunos autores) o el sistema de componentes del proceso de enseñanza – aprendizaje (para otros), lo integran los objetivos, los contenidos, las estrategias metodológicas o sistema de métodos, las actividades o formas organizativas, los recursos o medios de enseñanza y los tiempos.

La evaluación es el componente que nos da la medida de la eficiencia del proceso educativo, pues nos brinda información sistemática acerca del cumplimiento de los objetivos y de los logros alcanzados por niños y niñas, permitiendo que se realicen los cambios o modificaciones necesarios en la programación.

La concreción del currículo infantil en la programación del aula o grupo debe explicitar las formas organizativas de la actividad pedagógica, los objetivos, los contenidos, las estrategias metodológicas y de evaluación, así como los tiempos.

La forma de organizar la jornada diaria de trabajo con los niños y las niñas tiene diferentes modalidades y está en correspondencia con la concepción educativa y el modelo didáctico que desarrolle el centro de educación infantil.

Por ejemplo, en un modelo educativo centrado en el niño con una concepción curricular ecléctica, se plantea organizar la vida de los niños y las niñas (rutina diaria) tomando en consideración los siguientes períodos:

§ Planificación del niño.

§ Trabajo libre en las áreas.

§ Orden y limpieza.

§ Intercambio y recuento.

§ Merienda.

§ Actividades en el baño.

§ Actividades libres en el espacio exterior (dentro del centro).

§ Actividades colectivas o en grupos grandes.

En ese modelo se considera que en la programación de la jornada o rutina diaria se deben tener presente los siguientes criterios:

v Los períodos de la jornada deben ser constantes para que los niños sepan qué se espera de ellos y puedan predecir.

v El horario debe ser flexible.

v Debe existir cierto balance o equilibrio entre:

Ø Las actividades con mucho gasto de energía (actividades físicas) y los períodos de descanso y relajación.

Ø Las actividades iniciadas y escogidas por el niño o niña y las escogidas por el adulto.

Ø Las actividades que se realizan dentro y fuera del aula.

Ø Las actividades en pequeños grupos, individuales y con todo el grupo.

v Mantener la secuencia del período de planificación, el período de trabajo y el período de intercambio y recuento.

v Oportunidad para variar las interacciones: niño – niño, niño – material, niño – adulto.

v Proporcionar tiempo para aprender en una variedad de ambientes: áreas del aula, espacio exterior dentro y fuera del centro infantil (medio natural y social).

v Oportunidad para la formación de diferentes tipos de agrupación: espontáneas, estructuradas por el adulto, grupos grandes con todos los niños, grupos pequeños.

v Atender la realidad actual y específica de la localidad donde está ubicado el centro de educación infantil en relación con aspectos como el clima, recursos humanos, estructura física, acción comunitaria, etc.

En este modelo se orientan las áreas de desarrollo que deben ser enfatizadas en el trabajo en los diferentes períodos, como por ejemplo, en el período del trabajo en las áreas (desarrollo cognoscitivo, desarrollo socio – emocional, desarrollo del lenguaje, desarrollo psicomotor); en el período de actividades colectivas (desarrollo psicomotor), etc.

Esto permite que el educador preescolar que sigue ese modelo educativo realice una programación de las actividades de su aula en correspondencia con su paradigma teórico y las exigencias del currículo infantil.

En otros modelos educativos la organización de la actividad diaria de los niños tiene otras características, el proceso educativo, por ejemplo, contempla un

sistema de actividades programadas, independientes y procesos de satisfacción de necesidades básicas, que dan respuesta a un proceso de educación con un enfoque socio – histórico – cultural su concepción teórica.

En ese modelo se estructuran actividades programadas con objetivos y contenidos programáticos de las diferentes áreas de desarrollo y del conocimiento. En su planificación se tienen en cuenta los niveles de asimilación de los conocimientos, o sea, la ampliación, generalización y aplicación de conocimientos y habilidades.

La planificación de actividades programadas es flexible en contenido y tiempo, cada aula o grupo elabora su secuencia y gráfica de actividades en correspondencia con las características etarias de los niños y niñas, sus necesidades e intereses.

Una actividad pedagógica puede desarrollar contenidos de un área determinada (por ejemplo, nociones elementales de matemática) o puede integrar contenidos de varias áreas (desarrollo de la lengua materna, conocimientos del mundo natural y educación plástica, por ejemplo).

Estas actividades pueden organizarse con todo el grupo, en subgrupos y de forma individual en dependencia de la edad y necesidades de los niños y niñas. Por ejemplo, con los de primer año de vida se realizan con un solo niño o niña; en segundo año, con tres o cuatro; en tercer año de vida, con 10 ó 12 niños y niñas, y así, sucesivamente, hasta llegar a trabajar con grupos completos en aulas preescolares.

El desarrollo de actividades independientes en la organización de la vida de los niños constituye otra forma de trabajo en este modelo.

En los tiempos de desarrollo de la actividad independiente, existen espacios dedicados fundamentalmente al juego de roles. La programación correcta de la dirección de estos juegos creados por el educador, requiere de un conocimiento de los juegos preferidos por los niños y niñas, conocer cómo se agrupan (quién con quién y qué juegos hacen), en qué medidas son independientes en el juego, qué juguetes prefieren, cómo se desarrollan los juegos de una edad a otra (cómo cambia y se enriquece su contenido, cómo crece su independencia). Esto es muy importante porque no se somete a programación la actividad lúdica de los niños y niñas, sino la actividad pedagógica del educador para la educación del juego. En esta programación de la dirección pedagógica es fundamental mantener y desarrollar la independencia infantil en el juego.

En la planificación de los juegos creadores se señalan tareas concretas de la influencia pedagógica: el enriquecimiento del contenido, la formación de habilidades para jugar con juguetes, para establecer correctamente las relaciones mutuas en el desarrollo del juego, para la incorporación de nuevas acciones lúdicas, para la estructuración de un nuevo argumento, etc.

En la actividad independiente también se dan otras opciones para que el niño o niña pueda seleccionar libremente como son las actividades motoras independientes, los juegos musicales de movimiento y didácticos, las actividades productivas (modelado, pintura, construcción, etc.).

La actividad laboral es otra forma de organización que permite la educación de los niños y niñas en las habilidades y hábitos laborales y en las actitudes positivas ante el trabajo: el amor al trabajo, la responsabilidad, la independencia, la ayuda mutua, etc.

En este modelo educativo se organiza la actividad laboral mediante encomiendas, guardias de comedor, la preparación de actividades, atención a las plantas, peceras, etc. Se organizan además trabajos colectivos esporádicos con un tiempo de realización, contenido y estructura (cómo se distribuyen las obligaciones), así como los materiales necesarios y su distribución.

Las actividades programadas, las actividades laborales, el juego y la actividad independiente requieren de una programación y toma como base el programa de educación (o currículo) en este modelo educativo.

Estos son algunos ejemplos resumidos de formas de organizar el proceso educativo con los niños y niñas, y cuya programación parte de los contenidos curriculares y del proyecto del centro de educación infantil.

Formas de programación del trabajo educativo en el centro de educación infantil.

La programación del trabajo educativo se realiza en tres formas que se complementan mutuamente:

§ La programación general anual.

§ La programación perspectiva.

§ La programación diaria.

Estos constituyen niveles de programación con un criterio secuencial diferente.

La programación general anual no es más que el modelo que anticipa, describe e integra las acciones didácticas y las tareas educativas con un grupo de niños y niñas.

La programación perspectiva determina el trabajo del educador con los niños y niñas de su grupo en diferentes períodos de tiempo que pueden ser más o menos largos en correspondencia con el momento del curso o las características del aula o grupo.

El último nivel le corresponde a la programación diaria que es donde se concretan las acciones didácticas y tareas específicas a realizar con los niños y las niñas.

LECTURAS RECOMENDADAS

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Niveles generales y parciales de programación. Programación general anual.

En la unidad anterior mencionamos los diferentes niveles de programación que pueden realizarse de acuerdo con un criterio secuencial. Hicimos referencia a la programación general anual como el modelo que anticipa, describe e integra las acciones didácticas y las tareas educativas con un grupo de niños y niñas.

La programación general anual tiene como verdadera finalidad ser la guía del proceso educativo y al ser elaborada se debe tomar en cuenta el contexto social y las necesidades de los niños y niñas, de manera permanente y dinámica.

La elaboración de la programación anual exige un análisis previo de algunos aspectos referenciales como son:

Ä Los diferentes niveles de programación curricular (nacional, regional, local e institucional).

Ä Lineamientos y orientaciones complementarias tanto administrativas como técnicas emanadas de las instancias de las que depende la institución infantil.

Ä La exploración y diagnóstico de necesidades, expectativas y posibilidades del medio, que permitan la contextualización de la programación y la práctica educativa (medio físico y social).

Ä Las características del personal docente.

Ä Los recursos físicos y materiales con que se cuenta.

Ä Las características, logros y posibilidades del grupo de niños y niñas en general y en particular de cada niño o niña.

Ä La generalización de alguna experiencia derivada de la investigación educativa existente en el centro de educación infantil.

Es fundamental entonces la caracterización de la comunidad, del centro de educación infantil, del grupo de niños y niñas y de cada niño en particular, para la programación curricular anual del grupo o aula.

El análisis y formulación de objetivos y logros, que de forma anticipada se prevé que desarrollen los niños y niñas como resultado de las tareas educativas en el período lectivo, y la selección, dosificación y organización de contenidos que van a posibilitar el cumplimiento de los objetivos son elementales que conforman también la programación anual del grupo o aula.

El diseño de estrategias metodológicas fundamentales, la previsión de los recursos (las posibilidades que brinda el medio institucional y la comunidad), la realización de actividades especiales como celebración de efemérides, cumpleaños colectivos, paseos, excursiones y visitas (museos, centros laborales y otros lugares de interés de la comunidad) son elementos también de esta programación general anual.

Es esencial precisar los criterios y vías de evaluación tanto de los logros de los niños y niñas, como del trabajo del docente en el aula o grupo.

Otro aspecto que se debe consignar son las acciones a realizar con la familia y la comunidad, y para ello es necesario determinar objetivos, actividades concretas, recursos necesarios y las vías de evaluación.

La programación perspectiva.

La programación perspectiva está caracterizada por la determinación del sistema de trabajo con los niños y niñas en un período de tiempo concreto para garantizar su orientación y eficacia.

La determinación de los períodos de tiempo está en correspondencia con las necesidades del grupo y del docente o grupo de docentes que atiende a los niños y niñas.

En la programación perspectiva se determinan las formas fundamentales de educación de los niños y niñas (formación de hábitos higiénico – culturales, la educación de la independencia, de la organización, etc.). La relación de las actividades derivadas del trabajo con las unidades de enseñanza o didácticas y su orden lógico, con las tareas del currículo (o programa). Debe incluir además las tareas fundamentales, las estrategias metodológicas para el desarrollo y dirección del juego y del trabajo, la introducción de equipos lúdicos y juguetes así como de nuevas formas de organización del trabajo.

Su elaboración depende de las características y particularidades del colectivo infantil y las condiciones de trabajo; no debe ser muy voluminosa ni demasiado detallada, constituye una gran ayuda para el educador que se inicia y muy conveniente para la generalización de experiencias.

En los grupos o aulas de edad temprana la elaboración de esta forma de programación resulta imprescindible, dadas las características del trabajo pedagógico en estas edades.

La finalización del período lectivo es un momento importante en la programación, depende de las características de cada grupo o aula en particular, cada institución, cada comunidad. Diseña la integración y evaluación de los logros alcanzados por los niños y niñas, el acercamiento y preparación para el pase a otro grupo o salón, otro educador u otro nivel del sistema educativo.

El plan perspectivo se estructura de acuerdo con las exigencias generales y con las peculiaridades determinadas por la especificidad de la educación conjunta de niños de 0 a 6 años.

Requiere especial atención la organización de los diferentes tipos de actividad de los niños y niñas, ya que es en esa actividad donde se ponen de manifiesto más claramente las posibilidades de las diferentes edades.

Los niños y niñas de diferentes edades poseen diferente volumen de conocimientos y desarrollo de habilidades y hábitos, es distinto su nivel de independencia y organización, capacidad de trabajo, resistencia, etc.

Estas particularidades de los niños y niñas deben ser tomadas en cuenta al establecerse el régimen de vida. Ellas determinan el contenido, las formas de organización de la actividad infantil y de todo el trabajo educativo en el grupo o aula.

La utilización de diferentes formas de organización de la actividad de niños y niñas en un grupo o aula, garantiza el control en el trabajo educativo, de sus posibilidades evolutivas, de sus particularidades y la optimización de su desarrollo y educación.

Para una programación correcta del trabajo es necesario poseer un conocimiento adecuado de las exigencias del currículo (o programa) infantil y del contenido del trabajo educativo con los niños del grupo evolutivo para los que se elabora el plan. Esto permite valorar objetivamente los logros de los niños y niñas en el grupo y determinar las tareas y el contenido del trabajo ulterior.

Es importante para la programación conocer los acontecimientos de la comunidad, región y país donde está situado el centro de educación infantil. Esto ayudará al vínculo del trabajo educativo con la vida de los niños y niñas, a utilizar situaciones que permitan la educación de los sentimientos patrios y de identidad con su región y/o comunidad. Además requiere del conocimiento del entorno natural, de las particularidades de los cambios estacionales y de su influencia en la región.

Reiteramos que para garantizar una programación efectiva es necesario que el docente del grupo o aula conozca de sus niños y niñas, los intereses, capacidades, habilidad para vivir en el grupo de coetáneos y condiciones de su educación familiar.

Es fundamental que en su elaboración participen todos los docentes del grupo o aula, pues la programación conjunta garantiza el estilo de trabajo, el trato y el nivel de exigencia del colectivo de educadores con los niños.

Reviste gran importancia el análisis previo de cómo han asimilado los niños y niñas el contenido de las actividades propuestas, las alternativas metodológicas utilizadas, los métodos de influencia más acertados, etc. Es preciso también el análisis de los logros en el desarrollo y en la educación de cada niño en particular, y fundamentalmente, de aquellos que requieren de una atención especial.

La integración de todos estos elementos en la programación curricular de aula posibilita que el trabajo educativo a realizar con los niños y niñas tenga un carácter dinámico y científico.

Unidades didácticas del currículo y su orden lógico.

Por el grado de generalización que tiene el algunos modelos didácticos de la educación inicial y preescolar, el trabajo con unidades didácticas hacemos referencia a su conceptualización, planificación y desarrollo.

En la bibliografía didáctica especializada existen diversas definiciones acerca de lo que se denomina “unidades didácticas” y con diferentes connotaciones. Del análisis de estas definiciones se pueden determinar algunas generalidades, como son:

Ø La existencia de un eje temático alrededor del cual se organizan los objetivos, contenidos y actividades como un todo.

Ø El eje temático tiene que ser significativo para los niños y niñas.

Ø Las situaciones creadas alrededor del eje temático tienen que motivar e interesar a los niños y niñas.

Ø El docente es facilitador y coordinador de las experiencias de aprendizaje.

Se caracterizan las unidades didácticas a partir de los elementos que las distinguen. Pueden ser de materia (contenidos lógicamente organizados), de adaptación (resultados de los aprendizajes) y las de centro de interés (interés espontáneo de los niños y las niñas).

El plan de unidad es un instrumento de programación más detallada, con una perspectiva más específica y analítica del trabajo a desarrollar durante un período de tiempo determinado, previendo el desarrollo de un conjunto de experiencias en torno a una idea o sistema de ideas; o sea, un eje temático central.

Es importante señalar que cada docente puede elaborar un propio plan de unidad didáctica, seleccionar los componentes que lo integran y las formas de organización más adecuadas.

Uno de los aspectos más importantes es la determinación del eje central que debe ser motivante, interesante y significativo para los niños y niñas. Además debe posibilitar la interrelación de objetivos y contenidos de forma lógica y coherente en cada unidad.

Las situaciones pueden surgir de los intereses espontáneos del grupo, o propuestos por el educador a partir de sus conocimientos acerca de los temas que pueden resultar interesante a los niños y niñas.

La flexibilidad en la programación de unidades didácticas es muy importante, pues permite la inclusión de temáticas de interés que surjan en el desarrollo del trabajo con los niños y niñas y que pueden ser incorporadas a la práctica pedagógica.

Algunos autores consideran que no es favorable la elaboración previa de un grupo de unidades didácticas en el trabajo con los niños y niñas, no obstante, es necesario recordar que la constatación sistemática de los logros del desarrollo y del cumplimiento de los objetivos previamente planteados es fundamental en el desarrollo del trabajo con los niños y niñas, por lo tanto esto debe estar previsto en la programación de los ejes centrales y de las unidades didácticas.

La planificación de una unidad didáctica no sigue un esquema rígido, el docente la elabora a partir de sus necesidades y experiencia, pero debe constituir la guía que oriente su trabajo con los niños y niñas.

Independientemente de cuál sea la alternativa de programación utilizada por el docente, se sugieren elementos que no deben ser omitidos por su importancia para el desarrollo del proceso educativo.

Estos elementos son:

1. Título de la unidad (temática).

2. Tiempo aproximado de desarrollo.

3. Formulación de objetivos a lograr por los niños en el desarrollo de la unidad.

4. Selección de los contenidos a desarrollar que posibiliten el logro de los objetivos.

5. Selección de las posibles actividades y formas organizativas del proceso educativo.

6. Selección de métodos y procedimientos para cada actividad.

7. Selección de recursos.

8. Describir las vías y criterios de evaluación.

Es importante recordar que:

Ø Para la programación de las unidades didácticas es fundamental que se analicen las características de los niños y niñas del grupo, las características y recursos de la comunidad y del centro de educación infantil.

Ø La interrelación y correspondencia entre los componentes didácticos (objetivos, contenidos, estrategias metodológicas, medios o recursos

Ø y procedimientos de evaluación) es de vital importancia en la coherencia y efectividad del desarrollo de la unidad didáctica.

La evaluación debe considerar los logros de los niños y niñas en el proceso educativo, así como la eficiencia de las estrategias metodológicas desarrolladas por el docente.

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La programación en el segundo ciclo

En esta etapa preescolar (3 a 6 años) el lenguaje del niño y de la niña se hace cada vez más rico y cómodo, el aumento del vocabulario, la incorporación de adjetivos y adverbios hacen que este lenguaje pueda ser más fluido y coherente.

La asimilación de la experiencia histórica social se agiganta gracias al lenguaje y este es además condicionante para una mejore apropiación de la misma.

El lenguaje eminentemente situacional el cual es predicativo y generalmente el sujeto está omitido, se hace cada vez más contextual.

Un intenso desarrollo perceptual caracterizado por el surgimiento de nuevas acciones de percepción y la asimilación de los patrones sensoriales distinguen a esta etapa. Estas acciones perceptuales se perfeccionan cada vez más en su uso práctico y permiten al niño y niña hacer simples identificaciones de las propiedades de los objetos hasta la modelación de la realidad a través de objetos de diversas forma, color y tamaño.

Aumenta considerablemente la concentración de la atención al punto que el niño y la niña pueden llegar a estar concentrados en una actividad determinada por más de 25 minutos.

Aún la memoria y la imaginación conservan su carácter involuntario, pero dichos procesos alcanzan niveles cualitativamente superiores, y a los niños y niñas en esta etapa pueden memorizar rimas, canciones, cuentos con determinada extensión siempre y cuando su contenido sea significativo para ellos.

El pensamiento representativo caracteriza a esta etapa preescolar, el niño y la niña han ido formando una serie de imágenes de la realidad con los cuales opera. Es capaz además con influencias educativas de llegar a desarrollar el pensamiento esquemático y poder a través de este descubrir algunas relaciones encubiertas no asequibles a su forma de pensamiento.

La edad preescolar se caracteriza por el surgimiento de motivos típicos, tales como los cognoscitivos, emulativos, lúdicos, los sociales y los morales, estos se van manifestando en el desarrollo de la personalidad en formación. La más importante formación que surge en esta etapa es la jerarquía de motivos, formación que se desarrolla a partir de la socialización que se va operando en el niño y la niña al asimilar de manera más amplia y completa las normas y reglas para vivir en sociedad.

El surgimiento de la autoconciencia y la autovaloración marcan pautas en el inicio del desarrollo de la personalidad infantil. El niño y la niña toman conciencia de su yo, de su independencia que puede interactuar con

posibilidades en el mundo de relaciones, comienza primero a valorar la conducta de los demás antes que la suya propia, y con la influencia del adulto, del medio social y la socialización es capaz posteriormente de autovalorarse.

Los preescolares son jactanciosos, se sobreestiman y siempre tratan de parecerse al adulto como patrón, aunque este no es su único patrón de conducta, también lo son los personajes de cuentos infantiles y las personas con determinado prestigio social y reconocidos por los demás.

Su vida afectiva es rica y variada un sinnúmero de emociones y sentimientos la caracteriza, a los sentimientos de orgullo y vergüenza se suman los de amistad, de amor a los animales, a la naturaleza etc.

El juego se convierte en la actividad más importante en esta etapa particularmente el de roles, donde el niño y la niña pueden satisfacer sus deseos de parecerse al adulto, hacer vida social y eliminar los desniveles entre su nivel de aspiración y sus posibilidades reales, también las actividades productivas, el dibujo, el modelado, la aplicación y la construcción de constituyen en actividades vitales de la etapa.

En estas edades continúa el desarrollo físico de los niños y niñas, el intenso metabolismo que poseen hace necesario que realicen actividades físicas al aire libre.

Existe un perfeccionamiento de los movimientos de locomoción, ya son capaces de realizar lanzamientos con ambas manos, trepar, saltar al frente y en el lugar, realiza carreras, siendo fácil hacerlas cambiando de dirección.

Al culminar esta etapa no es necesario que el niño o la niña posea un considerable volumen de conocimientos, sino lo importante es que posea un conjunto de habilidades que le permitan aprender y lo preparen así para comenzar la vida escolar.

A continuación le ofrecemos una propuesta de actividades para el 5º año de vida:

Días de la semana

Hora

Lunes

Martes

Miércoles

Jueves

Viernes

Lengua materna

Conocimien to del

mundo de los objetos y sus

relaciones

Conocimiento de la vida

social o

conocimiento de la

naturaleza

Conocimiento del mundo de los objetos y sus relaciones

Lengua materna

8:45

a.m.

Conocimiento del mundo de los objetos y sus relaciones

Lengua materna

Lengua materna

Lengua materna

Educación plástica

9:45

a.m.

Educación física

Educación musical

Educación plástica

Educación física

Educación musical

3:00

p.m.

Como se puede apreciar en esta propuesta de actividades se le dedica especial atención a la lengua materna, dentro de esta área de desarrollo se encuentran incluidos los contenidos de análisis fónico, literatura infantil y desarrollo del lenguaje propiamente dicho.

Otra de las áreas de especial atención es la de Conocimiento del Mundo de los Objetos y sus Relaciones, en la cual se trabajan los contenidos relacionados con la educación sensorial y las Nociones Elementales de Matemática.

También son objeto de atención el conocimiento de la naturaleza y la vida social, aspectos estos vitales en la formación en los niños y niñas de una concepción científica del mundo.

En la Educación Plástica se desarrollan las actividades productivas que conjuntamente con el juego constituyen las actividades vitales de la etapa preescolar y cuya contribución al desarrollo de cualidades de la personalidad tales como la creatividad, la perseverancia y el colectivismo son importantes. También es importante su contribución al desarrollo motor fino en los mismos.

La Educación Física contribuye al fortalecimiento del cuerpo, al mantenimiento de la salud y al desarrollo de habilidades motrices tan importantes para una vida útil del niño o la niña.

Es importante que la programación curricular de aula esté fundamentada en el conocimiento de las características y peculiaridades de los niños y las niñas a las que va dirigida; que los contenidos gocen de flexibilidad, adecuándose a los intereses de los niños y niñas, a las características socio – ambientales de la comunidad o región, así como al nivel de desarrollo de los niños y niñas del grupo y de cada niño o niña en particular.

Recordemos que los juegos, la actividad independiente y las actividades laborales también forman parte de la programación de los grupos.

Hemos analizado hasta aquí como el proceso de elaboración de la programación curricular tiene que estar en correspondencia con las características de los grupos a las que va dirigida independientemente del marco teórico referencial y del modelo didáctico aplicado. No obstante, la selección de contenidos, la concepción de áreas de conocimientos y desarrollo, ámbitos, dimensiones, etc., tiene características diferentes en correspondencia con la teoría asumida.

La concepción en el grupo o aula de la programación difiere a partir del enfoque teórico y del modelo didáctico que se aplique, tanto en el desarrollo de las actividades de aprendizaje como en toda la organización dl grupo.

Se observan, por ejemplo, alternativas que se programan a partir de áreas de competencias:

Ø Área de las competencias para las relaciones afectivas y sociales.

Ø Área de las competencias para la comunicación y la expresión.

Ø Área de las competencias para el aprendizaje de las ciencias.

Ø Área de las competencias para el conocimiento del medio natural, físico y socio – cultural.

Ø Área de las competencias psicomotoras, el cuidado del cuerpo y la salud.

En este tipo de modelo se propone que los objetivos de las actividades integren contenidos de las diferentes áreas de competencia; que exista un eje de integración de los contenidos que resulten significativos desde la perspectiva psicológica, la perspectiva social y la perspectiva pedagógica.

Se establecen principios orientadores para el desarrollo de las estrategias didácticas que favorezcan el logro de los objetivos a partir de los contenidos propuestos en las diferentes áreas de competencia. Por ejemplo, en el área de aprendizaje de las ciencias las estrategias metodológicas estarán orientadas hacia el planteo de situaciones que respeten el momento evolutivo del niño o niña como punto de partida y, a partir de allí, abrirse camino en el conocimiento de las ciencias con las formas de operar que le son propias a ese sujeto de aprendizaje. Se propone el juego como una estrategia metodológica y se reconocen diversos momentos que se correlacionan con las distintas etapas del pensamiento infantil (juego funcional, juego simbólico, juego de reglas, juego de construcciones).

En la programación se consideran períodos de juego – trabajo y en estas actividades el niño y la niña tienen posibilidades de crear, expresar, sentir, observar, explorar, relacionar, representar, construir, resolver, proyectar, dialogar, interactuar.

Estos períodos se organizan por áreas o rincones y se consideran cuatro momentos en su organización: desarrollo, planificación, evaluación y orden. Se orienta que se haga una distribución horaria de las actividades; que su duración y secuencia tengan un carácter referencial y por lo tanto, sean susceptibles a modificaciones de acuerdo con las exigencias y condicionantes de la realidad del grupo.

Ejemplo: Aula o grupo de 3 a 4 años.

Media jornada (3 horas).

*Llegada, saludo, intercambio. 15 minutos.

*Período de juego – trabajo. 50 minutos.

*Merienda.

20 minutos.

*Juegos libres en espacios abiertos. 40 minutos.

*Higiene personal.

10 minutos.

*Actividad colectiva: música, técnicas grafoplásticas,

*Narración, poesías, etc. 30 minutos.

*Preparación para la salida. Despedida. 15 minutos.

Ejemplo: Aula o grupo de 4 a 5 años. Jornada completa (7 horas).

*Llegada, saludo, intercambio. 20 minutos.

*Período juego – trabajo. 60 minutos.

*Merienda.

15 minutos.

*Juegos libres en espacios abiertos. 40 minutos.

*Higiene personal.

10 minutos.

*Actividad colectiva: música, expresión corporal, títeres, narración, juegos lógico – matemáticos, etc. 30 minutos.

*Aseo, almuerzo, descanso. 150 minutos.

*Juegos libres en espacios abiertos. 40 minutos.

*Actividades colectivas, en subgrupos o individuales: juegos tranquilos, creación de cuentos,

sonorizar poesías, etc. 35 minutos.

*Preparación para la salida. Despedida. 20 minutos.

En nuestro análisis hacemos referencia también a un modelo fundamentado en la teoría socio – histórico – cultural (L. Vigotsky), donde el trabajo pedagógico con niños y niñas en el centro de educación infantil está organizado por ciclos, o sea, por períodos de desarrollo (primer año de vida, edad temprana, edad preescolar y sexto año de vida). La organización de ciclos está lógicamente relacionada con los objetivos y contenidos del programa, con los métodos, recursos, formas de organizar y orientar los distintos tipos de actividad. El programa es flexible en su aplicación por los docentes, en función del grado de desarrollo de los niños y las niñas, de sus experiencias previas y de sus ritmos de asimilación; está estructurado en áreas de conocimiento y desarrollo, como son:

§ Área de desarrollo socio – moral.

§ Área de motricidad.

§ Área de conocimiento del mundo.

§ Área de la lengua materna.

§ Área de expresión plástica.

§ Área de música y expresión corporal.

§ Área de juego.

Es correspondencia con las características de los niños y las niñas del ciclo se estructuran los contenidos de las áreas.

Por ejemplo, en el primer ciclo las actividades fundamentales están encaminadas al desarrollo de la lengua materna y al desarrollo sensorio – motor, con frecuencia diaria y tiempo de duración de 2 – 5 minutos.

En el tercer ciclo las actividades fundamentales están relacionadas con el desarrollo de la lengua materna, el conocimiento del mundo de los objetos y

sus relaciones, el conocimiento del mundo natural y la vida social, la expresión plástica, la música y la educación física. En este ciclo se programan tres actividades diarias de aprendizaje y una dedicada fundamentalmente al juego de roles. Esto se combina con los tiempos de actividad independiente y procesos de satisfacción de necesidades básicas. Las actividades de aprendizaje en este ciclo tienen un tiempo de duración de hasta 15 ó 20 minutos. Estas actividades están especialmente concebidas para las distintas áreas de conocimiento y desarrollo y, de acuerdo con la flexibilidad del programa, se podrán estructurar de forma que se combinen e integren los contenidos referidos a las diferentes esferas del desarrollo o al contenido específico de un área.

En este ciclo las actividades independientes ocupan un espacio y un lugar muy importantes en el proceso educativo. Es la posibilidad que tienen los niños y niñas de seleccionar entre las más variadas y ricas alternativas, y que requiere de organización y programación por parte del docente.

En este modelo se hace un énfasis especial en el cumplimiento de un régimen de vida, fundamentalmente en los horarios de procesos de satisfacción de necesidades básicas.

En este modelo también se establecen principios referidos a los factores que condicionan el proceso educativo y las particularidades y características de los niños y niñas, en correspondencia con la etapa de desarrollo de que se trata. Estos principios estipulan que el centro de todo proceso educativo lo constituye el niño o niña y que el adulto tiene un papel rector en la educación de estos. Además consideran la necesaria integración de la actividad y la comunicación en el proceso educativo, y la vinculación de la educación del niño o niña con el medio circundante. Hacen referencia también a la unidad entre lo instructivo y lo educativo, y a la vinculación de la institución infantil y la familia. Se presta especial atención a la sistematización de los diferentes componentes del proceso educativo, a la unidad entro lo afectivo y lo cognitivo, y a la atención de las diferencias individuales de niños y niñas.

Ejemplo: Distribución horaria en el tercer ciclo (4 y 5 años de vida).

§ 6:00 – 8:00 a.m. Entrada al centro de educación infantil y actividad

independiente.

§ 8:00 – 8:30 a.m. Gimnasia matutina. Actividad independiente en el

área exterior.

§ 8:30 – 9:00 a.m. Actividad programada.

§ 9:00 – 10:30 a.m. Merienda. Juego de roles.

§ 10:30 – 11:00 a.m. Actividad programada.

§ 11:00 – 11:30 a.m. Baño. Actividad independiente.

§ 11:30 – 12:30 p.m. Aseo. Almuerzo.

§ 12:30 – 3:00 p.m. Sueño.

§ 3:00 – 3:30 p.m. Levantarse.

§ 3:30 – 4:00 p.m. Actividad programada. Actividad independiente.

§ 4:00 – 4:30 p.m. Merienda.

§ 4:30 – 5:00 p.m. Actividad independiente y entrega a los padres.

En la elaboración de la programación para aulas o grupos de un centro de educación infantil, reiteramos que es fundamental partir de los principios y lineamientos del marco teórico y del modelo didáctico adoptados.

Esto determina objetivos y contenidos, los tipos y criterios de organización de las actividades, la organización general del grupo de niños y niñas, las estrategias metodológicas y recursos, y las formas de evaluación.

No obstante es esencial, cualquiera que sea el enfoque teórico asumido, que el educador domine las características y peculiaridades de los niños y las niñas del grupo, que el sistema de influencias pedagógicas estén estructuradas y organizadas de forma que posibiliten el desarrollo de las distintas esferas de la personalidad, propiciando el descubrimiento, la creación, la iniciativa y la curiosidad, así como la formación de valores, normas y costumbres.

La participación de la familia, el establecimiento de relaciones recíprocas y de cooperación, la conjugación de intereses y acciones son elementos que no se pueden dejar de incorporar a la programación del grupo o aula por el educador.

Los registros de programación curricular están también muy vinculados al modelo didáctico adoptado por el centro de educación infantil y a la experiencia del docente.

En los Anexos 1 y 2 se incluyen algunos ejemplos de planeación de actividades en grupos de diferentes modelos pedagógicos.