Educación en valores

Educación en valores

   1. LOS VALORES EN LA CONVIVENCIA.

El ser humano es social por naturaleza y necesita a los demás desde su nacimiento hasta el final de su vida. Los seres sociales no son completos si les falta la relación con los demás; su dimensión grupal es básica para desarrollarse completa y armónicamente.

La mayoría de los valores están muy directamente relacionados con la convivencia. Difícilmente alguien puede dudar de que desarrollar en nuestros hijos el respeto hacia las personas y cosas, enseñarles a dialogar correctamente o a cooperar codo con codo con los demás no redundará en provecho de una vida más pacífica, de mayor satisfacción y bienestar para la sociedad.

  1. LA EDUCACION DE VALORES EMPIEZA EN CASA.

Aunque en estas últimas décadas se ha puesto de moda hablar de educación en valores, el concepto es tan antiguo como la educación misma. Los humanos no podemos educar si no es en valores, ya que esto no es otra cosa que mostrar a nuestros hijos lo que, a nuestro parecer, es “bueno” y lo que es “malo”, lo que “vale” y lo que “no vale”.

Sin entrar en la cuestión básica de toda ética de por qué algo está bien o esta mal, podemos afirmar que en realidad lo que, como educadores, queremos inculcar a nuestros hijos es que “esto te hará feliz, y esto otro te hará infeliz”. En el fondo lo único que deseamos es que sean felices y, por eso, procuramos inclinarlos hacia lo que a nosotros nos ha hecho felices, o hacia lo que creemos que, si lo hubiéramos hecho, nos habría hecho felices.

La transmisión de los valores debe empezar en edades muy tempranas, por lo que es fundamental el papel que podamos ejercer como padres. Si somos educadores de verdad, invitaremos a nuestros hijos a la felicidad respetando siempre su libertad.

  1. LA ESCALA DE VALORES.

Cada persona, cada familia, incluso cada grupo social, político o religioso establece su escala de valores. Para unos el honor es más importante que la vida; para oros el orden lo es más que la estética, o la creatividad artística prevalece sobre la convivencia familiar.

Tener una escala de valores significa que estamos dispuestos a sacrificar un valor que juzgamos inferior para que otro superior se conserve. Que uno sea preferente a otro es fruto de la educación, del ambiente, de la historia, e incluso de las circunstancias del momento.

Es necesario dejar dos ideas muy caras: primera, no podemos imponer a los demás nuestra escala de valores; y segunda, necesitamos promoverlos todos para que nuestros hijos reciban una educación equilibrada, sin hipertrofias que deformarían su actitud positiva anta la sociedad. A pesar de la conexión interna de los valores, alguno de ellos puede polarizarse de tal forma que perturbe la armonía del conjunto. Del mismo modo que sería nocivo para la salud abusar de un tipo de alimento o de deporte, también sería perjudicial potenciar exclusivamente un solo valor en detrimento del conjunto, y muy en especial en las edades de formación de la personalidad.

RESPETO.

  1. ¿QUÉ QUIERE DECIR RESPETO?.

En vez de buscar una definición de diccionario, vayamos por otro camino: la palabra respeto procede de una palabra latina que significa “mirar alrededor”. Esto nos puede arrojar mucha luz sobre lo que significa respeto y respetar. ¿Se puede afirmar que el que respeta mira a su alrededor y el que no respeta no lo hace? Pues si.

RESPETAR ES ACTUAR DÁNDOME CUENTA DE NO ESTOY SOLO.

  1. ¿CÓMO LO EXPLICAMOS?

Lo mas claro es hacerlo con imágenes. Será fácil hacerles ver la diferencia entre: a) estar en la cima de un monte, aislado de todo el mundo, contemplando a lo lejos unos pueblos pequeñitos, y b) estar en un vagón de tren lleno de pasajeros que leen, charlan u observan tranquilamente el paisaje.

Pues bien, si en la cima desierta de la montaña pongo en marcha mi radiocasete o mi reproductor de CD con toda su potencia, no voy a faltar al respeto de nadie; si, por el contrario, en medio del vagón de tren hago lo mismo, observaré el enfado de muchos viajeros y posiblemente alguno de ellos o el responsable del tren me llamarán la atención porque no respeto a los demás.

¿Por qué esta diferencia? Porque si desde la cima “miramos a nuestro alrededor”, no veremos a nadie; mientras que si “miramos a nuestro alrededor” en la otra situación, vemos a alguien. Esta es la diferencia.

Quien sabe mirar a su alrededor y ver que hay personas como él, que no está solo, sabrá que significa respetar. Por el contrario, quien actúa sin observar si hay alguien a su alrededor y se comporta como si estuviera solo, seguramente no respetará a los demás.

  1. ¿CUÁNDO EMPEZAMOS A ENSEÑALES A RESPETAR?.

Desde el momento en que los pequeños tengan a alguien a su alrededor, es decir, desde el principio.

Los educadores en general (padres, maestros, ….) no siempre pretendemos que entiendan lo que les decimos; lo importante es que desde pequeños nos oigan para inculcarles muy lentamente unos hábitos de reflexión y de conducta que los modelarán para toda su vida.

  1. FRASES CELEBRES.

– No hemos nacido solamente para nosotros. (Cicerón, filosofo romano).

– El hombre es algo sagrado para el hombre. (Séneca, filósofo latino).

– No hagas a otro lo que no quieran que te hagan a ti. (Autores varios).

– Somos miembros de un gran cuerpo. (Séneca, filósofo latino).

  1. EL ANTIRESPETO.

Al intentar poner en práctica el respeto, es posible caer en los dos extremos, es decir, se puede malograr el valor del respeto por defecto, o falta, y por exceso.

En el primer caso: por atrevimiento o descaro, por descortesía o falta de atención y respeto, o por meterse uno en algo inoportunamente.

En el segundo caso: por temor a que suceda algo que no se desea, por desconfiar o sospechar algo no querido, por tener demasiado en cuenta la opinión de los demás anteponiéndola incluso a las normas de la moral.

FALTA DE RESPETO

EXCESO DE RESPETO

– DESCORTESÍA.

– INSOLENCIA.

– GROSERÍA.

– INTROMISIÓN.

– MIEDO.

– RECELO.

– RESPETO QUE DERIVA EN TEMOR.

  1. ACTIVIDADES.

– ABRE LOS OJOS: recomendada hasta siete años. Mientras paseamos por la calle, pedimos al niño que observe las ventanas que se ven y que imagine las personas que viven en estos hogares. Ayudémosle a imaginar a las personas ancianas o que están enfermas y necesitan descansar, que quizá no han podido conciliar el sueño o lo han conseguido con dificultad hace pocos minutos. El motorista con un estrepitoso escape libre, el juerguista nocturno que vocifera, ¿es posible que miren las ventanas y piensen lo que nosotros estamos pensando ahora? ¿Harían el mismo ruido que hacen?.

– ¿SE PUEDE, HIJO?: recomendada hasta siete años. Los mayores de la familia haremos el propósito de pedir permiso a nuestro hijo para entrar en su habitación o en el baño cuando tenga la puerta cerrada. Un simple golpecito con los nudillos en la puerta y un suave ¿ se puede, José? o ¿Puedo pasar, Ana?. Serán una evidente muestra de respeto a la intimidad de los pequeños de la casa, que debe ser sagrada para nosotros. Con estas acciones conseguiremos que de nuestros propios hijos salga la conducta de llamar a las puertas que se encuentren cerradas, tanto en casa, como en el colegio, etc..

– MIRAMOS LA TELEVISION CON RESPETO: recomendada hasta los doce años. Mirar programas, películas, concursos, debates … por televisión junto con nuestros hijos nos ofrece multitud de oportunidades para dejar caer comentarios con intención educadora en relación al respeto o a la falta de respeto.

PACIENCIA.

  1. ¿QUÉ QUIERE DECIR TENER PACIENCIA?.

Tiene paciencia aquel que sabe esperar con calma lo que tarda en llegar. Hay que tener presente que la paciencia no es un valor de los niños, pero ¡cuidado!, decimos de los niños; pero sí lo es para los niños.

Siempre nos referimos a los niños desde los 6 hasta los 12 años, y realmente no son las edades más propicias para tener una actitud paciente, de espera reflexiva. De hecho, cuanto más pequeños menos capacidad para tener paciencia: el bebé, por ejemplo, no tiene paciencia alguna, cuando tiene hambre llora, y cesa de llorar cuando toma el pecho de la madre, y así en todas sus necesidades.

Son el tiempo y una buena educación los que enseñan a tener paciencia.

LA PACIENCIA ES LA ESPERA REFLEXIVA Y LLENA DE ESPERANZA.

  1. SER PACIENTE ES A LA VEZ AGUARDAR Y ESPERAR.

Para que nuestros menores tengan paciencia deben saber aguardar y esperar; ambas actitudes son imprescindibles para ser paciente.

Aguardar es dejar pasar el tiempo suficiente para que llegue algo que deseamos. Así, decimos que aguardamos a que llegue el tres de las 9 o aguardamos a que nos toque el turno en el colmado. Si pasa más tiempo del previsto, nos impacientamos. De hecho, la paciencia tiene este color de resignación razonable ante lo inevitable.

Los niños no suelen tener este tipo de paciencia demasiado desarrollado. Se impacientan, protestan, se irritan porque todavía no .. Por eso, es muy importante enseñarles a aguardar.

Sin embargo, es imposible que sepamos aguardar si no tenemos esperanza, si no sabemos esperar. De hecho, no valdría la pena tener paciencia si no vislumbráramos ni la remota posibilidad de que nuestra esperanza se verá colmada tarde o temprano.

Nuestro hijo debe saber esperar a que acabemos nuestra conversación telefónica, porque debe tener la seguridad, dada por nosotros, de que después cumpliremos sus deseos.

Solo si desconocen ese cumplimiento, puede ser posible que ahora el niño y más tarde el adulto no sepa esperar, y la impaciencia lo consuma.

  1. FRASES CELEBRES.

– Los pacientes vecen.

– La paciencia triunfa en sus empresas mejor que la fuerza, muchas cosas que no se podrían resolver de un solo golpe se conquista venciéndolas poco a poco.

– La paciencia es el arte de esperar.

  1. ¿CÓMO PODEMOS ENSEÑAR A TENER PACIENCIA?.

Nuestros menores deben de aprender que no todas sus peticiones son de obligado cumplimiento.

Todos los extremos son malos y, como la mayoría de las veces, la virtud se encuentra en el punto medio. Los padres y demás educadores, debemos aplicar la técnica del pescador, no podemos aflojar siempre el sedal, porque no pescaremos nada, ni podemos tirar siempre de él, porque se nos va a romper. Debemos tirar y soltar sucesivamente, con mano de artista y sentido de la oportunidad, muy atentos a la reacción del pez.

SI DECIMOS QUE NO MAS DE LA CUENTA A NUESTRO HIJO …

SI DECIMOS QUE NO MENOS DE LA CUENTA A NUESTRO HIJO…

– Se sentirá profundamente frustrado.

– Creerá que no vale la peña pedir.

– No confiara en la buena voluntad de las personas.

– Perderá su necesaria autoestima.

– Sospechara que no lo amamos bastante.

– Buscara donde sea a quien le diga que si.

– Será un niño quemado.

– Será omnipotente.

– No sabrá encajar las frustraciones de la vida.

– Puede convertirse en un tirano caprichoso.

– Deducirá que su voluntad no tiene límites.

– No tocara con los pies en el suelo, vivirá en un falso mundo feliz.

– Pensara que los que le decimos que no, no lo amamos.

– No sabrá convivir en grupo.

– Será un niño mimado.

Es muy peligroso ceder por principio ante la impaciencia infantil, puesto que esta impaciencia puede tomar el aspecto de conducta airada e irritación manifiesta, exageradamente ostensible.

Así pues, pescar con caña es todo un arte y una lección de sabia oportunidad, pero lo es mucho mas saber decir que no a nuestro hijo.

  1. NUESTROS MENORES NUNCA DEBEN SACAR PROVECHO DE SU IRA.

Los niños pueden sacar provecho de su ira por dos caminos distintos:

– Porque los mayores accedamos a sus demandas, justificadas o no, cuando van acompañadas de la correspondiente pataleta. En este caso, el brote airado tiene todas las características de un chantaje: para no soportar su enojo, les concedemos lo que nos reclaman.

– Porque los mayores entremos también en la espiral de la ira, por lo menos en forma de nerviosismo, tal vez consigan llevarnos a una explosión mas intensa que la suya.

En ambos casos, ellos habrán ganado el asalto. En el primero por abandono y en el segundo por fuera de combate.

Ante la violencia, los educadores debemos responder precisamente con la paciencia, es decir, con una espera calmada, serena, pacífica, pero atenta, hasta que haya pasado el chubasco infantil.

Nosotros somos los primeros que debemos contar hasta diez para conseguir dos objetivos fundamentales:

– Dar una lección practica sobre la inutilidad de su método.

– Dar una lección practica de una paciencia de mejor calidad.

  1. EL NERVIOSISMO ES UNA IRA MENOR.

Cuando los padres se ponen a discutir con cierta violencia o experimentan una contrariedad que los inquieta notablemente, el niño pequeño, que aún no entiende las palabras que decimos los mayores, se echa a llorar desconsoladamente. No ha entendido las palabras, es cierto, pero no hace ninguna falta, ha recibido perfectamente el mensaje inquietante, y lo ha expresado como sabe expresarlo, con la agitación triste del llanto. Es como si asimilara nuestro estado de inquietud.

Por eso decimos que el nerviosismo de los mayores actúa como una ira menor, que angustia a los pequeños del hogar y que debemos ejercitar la paciencia para reducirlo. Solo con paciencia podremos educar.

  1. ACTIVIDADES.

– AGUARDA UN POCO: recomendado para niño de hasta 7 años. Un paquete cerrado o un regalo envuelto pueden servir para que nuestro hijo demore durante un ratito la curiosidad de saber lo que contiene. Aguardar unos minutos, cuando hayas desayunado, cuando hayas terminado… podrás abrir el paquete. Te aseguro que luego lo abriremos. Si el resultado es positivo, deberemos reconocer y alabar su actitud madura, propia de quien sabe esperar y confiar. Si el resultado es negativo, nuestra reflexión deberá ponerle en guardia hacia actitudes impacientes, infantiles y que ellos ciertamente recriminarían a los demás.

– COMPARTIR CON NUESTROS HIJOS HISTORIAS: recomendada hasta 7 años. O intentar que ellos narren alguna experiencia en la que consideren que ha habido impaciencia.

– JUEGOS DE MESA O EXTERIOR.

– CONVERSACIONES FAMILIARES.

– AL SERVIR LA COMIDA EN LA MESA.

– AL SUBIR O BAJAR DE UN VEHICULO PUBLICO.

– ETC.

– CUENTA HASTA DIEZ: recomendada hasta los doce años. Si nuestro hijo se irrita a menudo y sabe contar hasta diez, podemos juntar ambas características. Cuando veamos que asoma la ira, la impaciencia, el nerviosismo… le podemos pedir con serenidad que cuente hasta diez al ritmo de un número por segundo, y que se acompañe del gesto habitual con las manos para pedir calma a alguien. Es posible que mengue notablemente su arrebato de impaciencia.

CONSTANCIA.

  1. LA CONSTANCIA ES FUENTE DE POSIBILIDADES.

A nuestros niños les puede parecer que la constancia limita o entorpece sus posibilidades, pero con nuestra conducta y nuestro dialogo debemos mostrarles que es justamente todo lo contrario: la constancia aumenta las posibilidades, la creatividad, los recursos disponibles, es decir, abre el abanico en vez de cerrarlo.

Los ejemplos se multiplican y ellos mismos nos pueden ayudar a encontrarlos:

– En el mundo del deporte: el atleta, el gimnasta, el nadador de saltos, el patinador o cualquier otro deportista tendrá la capacidad de superar los récords establecidos, inventar nuevos estilos y llegar mas lejos, después de años de entrenamiento perseverante.

– En el mundo del arte: el músico, el pintor, el bailarín … con muchos años de oficio será capaz de crear y recrear una infinidad de variaciones y nuevas ideas.

– En el mundo de los idiomas: años de aprendizaje y practica hacen que una lengua extranjera llegue a parecer como propia, y facilitan el aprendizaje de nuevos idiomas,

  1. FRASES CELEBRES.

– También hay que sembrar después de una mala cosecha.

– Es más fácil hacer muchas cosas que hacerlas mucho tiempo.

– La historia es del más perseverante.

– La constancia obtienen las cosas difíciles en poco tiempo.

– La perseverancia es la virtud por la cual todas las demás virtudes dan fruto.

  1. NO TODO ES CONSTANCIA, AUNQUE LO PAREZCA.

Al oír la palabra constancia nos vienen a la mente muchos conceptos estrechamente vinculados con ella, pero de características muy diversas.

Por una parte témenos las palabras parecidas, son las que nos traen conceptos muy afines a la constancia. Algunas son verdaderos sinónimos y otras conllevan ciertos matices interesantes que enriquecen la idea primera. Por otra parte tenemos las palabras opuestas, son las que solemos vincular a la constancia de forma abusiva. Y por ultimo tenemos las palabras independiente, este grupo lo constituyen una serie de palabras positivas, altamente valoradas en nuestra cultura. Es posible que parezcan contradictorias a la constancia, pero es una contradicción aparente. Podemos ser muy constantes y, sin embargo, muy creativos o muy tolerantes, porque son valores perfectamente compatibles.

PALABRAS PARECIDAS

PALABRAS OPUESTAS

INDEPENDIENTES

– Disciplina

– Control.

– Tenacidad.

– Compromiso.

– Obligación.

– Continuidad.

– Resistencia.

– Perseverancia.

– Entereza.

– Fidelidad.

– Rigidez.

– Tozudez.

– Fanatismo.

– Esclavitud.

– Obsesión.

– Resignación.

– Creatividad.

– Espontaneidad.

– Agilidad.

– Tolerancia.

– Improvisación.

– Libertad.

– Flexibilidad.

– Pluralismo.

– Relajación.

  1. ACTIVIDADES.

– Actividades recomendadas para 7 años: buscar en el diccionario sinónimos de constancia.

– Actividades recomendadas de 5 a 12 años: podemos jugar a encontrar objetos o materiales resistentes por su naturaleza, pero cuyo uso, repetido y constante, ha logrado dejar una huella visible en ellos.

– Actividades recomendadas hasta los 12 años: buscar en una enciclopedia la biografía de personajes históricos que han dedicado su vida a un proyecto para bien de la humanidad.

PRUDENCIA.

  1. ¿QUÉ ES LA PRUDENCIA?.

La prudencia es el modo de hacer o la conducta que nos hace ser prácticos para conseguir lo que queremos. Así, en teoría, parece una especie de juego de palabras, pero en realidad es un valor eminentemente práctico que consiste en saber adaptar los medios de los que disponemos a los fines que pretendemos para no levantar castillos en el aire.

  1. LA PRUDENCIA ES UNA MEZCLA.

La prudencia es una mezcla equilibrada de:

– Inteligencia, que nos hace distinguir que medios son buenos, cuales no tanto y cuales son francamente malos para obtener algo.

– Experiencia, que nos da argumentos, muchas veces sin que los formulemos conscientemente, para aprovechar al máximo los éxitos anteriores y no repetir los errores.

– Sentido común, que nos hace valorar la utilidad de estos medios teniendo en cuenta las circunstancias concretas.

  1. FRASES CELEBRES.

– Una corriente se atraviesa nadando en la dirección de las aguas, no podrás vencer un río si nadas contracorriente.

– Cuando la derrota es inevitable, conviene ceder.

– Ser prudente es escoger los medios adecuados a los objetivos.

  1. LO QUE ES Y LO QUE NO ES LA PRUDENCIA.

Aunque hoy en día los automóviles tienen muchas marchas, antes solo tenían tres: la marcha larga, con poco gasto de energía, para circular por carreteras llanas; la marcha corta, mas potente, para arranques y pendientes fuertes, y la marcha atrás, mas potente que la anterior, para ir en sentido contrario, de forma excepcional. El conductor es el encargado de aprovechar al máximo la energía del motor, con el mínimo desgaste.

Del mismo modo, las personas debemos saber administrar nuestras fuerzas para actuar siempre con la prudencia necesaria. Si comparamos este valor con las marchas de un automóvil y su utilidad, entenderemos como funcionan las diferentes intensidades de la prudencia.

PRUDENCIA CON MARCHA LARGA

PRUDENCIA CON MARCHA CORTA

PRUDENCIA CON MARCHA ATRÁS

– Es la prudencia que uno debe usar en las situaciones normales, cuando la tarea no reviste especial compromiso ni dificultad relevante.

– Es la marcha habitual para no quemar el motor y circular con agilidad y cuidad; es económica y con ella se pueden cubrir largas distancias sin sobrecalentamientos.

– Nunca podemos circular sin una marcha puesta. El vehículo seria incontrolable.

– Es la prudencia reforzada que usamos en casos complicados, cuando nos hallamos ante una situación problemática, comprometida o difícil.

– Es la marcha para desniveles costosos; abusar de ella podría romper el motor; es más lenta y supone un mayor desgaste.

– A menudo es totalmente necesaria, si no queremos calar el motor y quedarnos parados.

– Es la prudencia que nos hace ir contracorriente. Llamémosla “objeción de conciencia” y pensemos que es actuar de una manera muy valiente.

– Es una marcha excepcional, muy arriesgada, y comporta peligros evidentes que uno debe estar dispuesto asumir.

– Algunas veces es la única solución, ya que es la marcha más potente pero ¡mucho cuidado!.

  1. PRUDENCIA POR DEFECTO Y POR EXCESO.

No todo es prudencia y se puede malograr una actitud prudente tanto por defecto, como por exceso.

Por defecto, es posible caer en una actitud imprudente siempre que se actúa de forma precipitada, desconsiderada, negligente o con temeridad.

Por exceso, en cambio, también se puede ser imprudente si se actúa con malicia, o se muestra una previsión desproporcionada.

Una vez más, el verdadero valor se encuentra en el punto medio. A mayor riesgo, mayor prudencia.

IMPRUDENCIA POR DEFECTO

IMPRUDENCIA POR EXCESO

– Por precipitación: cuando no nos paramos a pensar lo suficiente para poder ver si los medios son adecuados, correctos y justos.

– Por temeridad: cuando despreciamos el uso de los medios que nos guardarían de peligros innecesarios.

– Por desconsideración: cuando no atendemos bastante a las circunstancias y actuamos como cegados por principios absolutos.

– Por negligencia: cuando no prestamos atención a los detalles durante la ejecución de una acción, esto hace que el resultado desmerezca las mejores intenciones.

– Por engaño o malicia: cuando planeamos y usamos unos medios eficaces, pero éticamente no correctos, que violan los derechos de los demás.

– Por previsión desproporcionada: cuando queremos excluir toda posibilidad de error o de fracaso. Esto es muy propio de los indecisos, que quieren dejarlo todo tan atado y bien atado que, al final, no hacen nada.

– Por cobardía: cuando no se ponen en práctica aquellos medios que sabemos que son necesarios y oportunos porque prevemos que nos causaran inconvenientes. Ser prudente exige, en ocasiones, ser valiente, comprometido e incluso arriesgado.

  1. ACTIVIDADES.

– Actividad recomendada hasta 7 años: vamos al cine. Hay diversidad de películas y dibujos animados que tienen caídas, golpes y un largo etcéteras de imprudencias. Cuando miremos una película con los menores podemos pedirles que se pongan las gafas de la prudencia, y entre todos iremos apuntando las ocasiones en las que los personajes de ficción actúan de forma imprudente, tanto por exceso como por defecto. Igualmente podemos realizar la actividad con acciones prudentes.

– Actividad recomendada hasta 7 años: cuenta cuentos.

– Actividad recomendada hasta 12 años: diversos juegos como por ejemplo el ajedrez.

– Actividad recomendada hasta 12 años: deportes de aventura.