Tema 14B – La programación en el segundo ciclo de Educación Infantil. Objetivos, contenidos y propuestas metodológicas más adecuadas para este ciclo. Las distintas unidades de programación. La continuidad entre la Educación Infantil y Primaria. Medidas curriculares y vías de coordinación.

Tema 14B – La programación en el segundo ciclo de Educación Infantil. Objetivos, contenidos y propuestas metodológicas más adecuadas para este ciclo. Las distintas unidades de programación. La continuidad entre la Educación Infantil y Primaria. Medidas curriculares y vías de coordinación.

1. Introducción

La Reforma educativa planteada a partir de la L.O.G.S.E ha querido dar un gran protagonismo al profesorado en el proceso de desarrollo del currículo. Por eso, el Diseño Curricular Prescriptivo (R.D. 1330/91 de 6 de Septiembre por el que se establecen los aspectos básicos del currículo de Educación Infantil y R.D. 1333/91 de 6 de Septiembre por el que se establece el currículo de Educación Infantil (Decreto 107/92 de 9 de Junio por el que se establecen las enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil en Andalucía)) se caracteriza por ser sumamente abierto y flexible, para permitir que el profesorado lo desarrolle y concrete en función de las circunstancias particulares de su centro y sus alumnos, de forma crítica y contextualizada.

Esta tarea se va a llevar a cabo a través de distintos cauces, que son los niveles de concreción curricular. El profesorado participa directamente en el segundo y tercer nivel, es decir, en la elaboración de los Proyectos Curriculares de Centro/Etapa y en las Programaciones de Aula. Esto nos lleva a destacar la importancia y necesidad de este tema, ya que la información que proporciona permite que el profesor pueda llevar a cabo su labor de forma consciente y responsable.

A lo largo del presente tema abordaremos el sentido, las funciones y las características de la programación educativa durante la etapa de educación infantil y más concretamente durante el segundo ciclo de dicha etapa y analizaremos cada uno de los elementos que debe incluir dicha programación educativa. También detallaremos los ejes en torno a los cuales se organizan las programaciones en el segundo ciclo de Educación Infantil: rincones, talleres, centros de interés y juegos. Y para finalizar analizaremos la manera en la que se establece la continuidad entre la educación infantil y la primaria, así como las medidas curriculares y las vías de coordinación que se han establecido para garantizar dicha continuidad.

2.- La programación en el segundo ciclo de educación infantil.

La necesidad de la programación es evidente, ya que no solo facilita la organización de la clase, evitando la improvisación y la rutina, sino que además permite un control continuo puesto que incorpora la evaluación y tiene en cuenta la realidad del alumno y del medio. Así pues gracias a ella se consigue una enseñanza más estructurada, organizada y coherente.

Se entiende por programación (en lo que a la actividad escolar se refiere) el proyecto en el que, de un modo ordenado y sistemático, se describe el trabajo que han de realizar los alumnos y los profesores en función de unas metas específicas.

Entre sus principales funciones podemos destacar que sirve para organizar el proceso de enseñanza, asegurar su coherencia y continuidad y evaluarlo para mejorar así la calidad educativa.

En cuanto a las características que debe cumplir, señalamos como principales:

– Integradora de los intereses y capacidades del alumno, de las exigencias del currículo y de las condiciones de la realidad sociocultural.

– Adaptada al tipo de centro educativo: rural, urbano, suburbano…

– Significativa y motivadora para los alumnos

– Propiciadora de la participación activa de los alumnos.

– Concentradora de los contenidos alrededor de núcleos globalizadores.

– Fundamentadad y secuencializada en base a criterios psicológicos, lógicos y científicos.

Existen distintos tipos de programación: a largo plazo, a corto plazo, programación horizontal, vertical, de ciclo, de aula….

Vamos a centrarnos en las programaciones de aula puesto que se vinculan con el concepto de Unidad Didáctica y suponen el tercer nivel de concreción curricular.

Según la Guía General de las Cajas Rojas, la unidad didáctica es la unidad de programación y actuación docente configurada por un conjunto de actividades que se desarrollan en un tiempo determinado, para la consecución de unos objetivos didácticos. Una unidad didáctica da respuesta a todas las cuestiones curriculares: qué enseñar (objetivos y contenidos), cuando enseñar (secuencia ordenada de actividades y contenidos), cómo enseñar (actividades, organización del espacio y tiempo, materiales, recursos didácticos) y a la evaluación (instrumentos para la evaluación).

Así pues, los elementos que debe incluir la programación de una unidad didáctica son:

– Objetivos: enunciados que definen el tipo de habilidad o destreza que deseamos que alcancen nuestros alumnos como resultado de la intervención educativa. Citando a Coll podemos señalar que son un medio imprescindible para el desarrollo de las capacidades de los alumnos.

– Contenidos: instrumentos que permiten a los alumnos alcanzar las capacidades especificadas en los objetivos. El currículo de la reforma distingue entre tres tipos de contenidos: conceptos, procedimientos y actitudes.

– Metodología: señala las estrategias básicas a seguir, los principios que rigen nuestra acción educativa, los modelos organizativos adoptados, etc.

– Actividades: experiencias que se van a llevar a cabo con los alumnos para trabajar los contenidos y desarrollar, por lo tanto, las capacidades establecidas en los objetivos.

– Recursos: medios facilitadores del proceso de enseñanza/aprendizaje. Pueden ser ambientales, personales, materiales y metodológicos.

– Evaluación: valoración, a partir de la información recogida de los aprendizajes de los alumnos, de la actuación del profesorado, del proceso de enseñanza, etc.

Estos aspectos tratados hasta ahora hacen referencia tanto al primer ciclo como al segundo ciclo de educación infantil. Para dar respuesta al enunciado de este tema, vamos a centrarnos en el segundo ciclo,

3etallando sus peculiaridades.

En el segundo ciclo de la etapa los esfuerzos educativos se dirigirán a afianzar y ampliar las adquisiciones logradas en los distintos ámbitos del desarrollo del niño. En el ámbito de las capacidades de equilibrio personal, la imagen de si mismo que ha ido elaborando el niño deberá hacerse progresivamente más ajustada. En cuanto a las relaciones sociales este ciclo supone una progresiva ampliación de la relación entre iguales, cada vez más significativos e importantes para el niño. Respecto a las capacidades cognitivas y lingüísticas se debe producir un avance importante en el dominio del lenguaje oral. También deben producirse importantes avances en la capacidad de inserción social, esto es, de sentirse miembro de diversos grupos y poder actuar de forma cada vez más autónoma en ellos. A todo ello deben contribuir las adquisiciones sucesivas que el niño realiza en el ámbito motor.

3.- Objetivos, contenidos y propuestas metodológicas más adecuadas para este ciclo.

Vistas las peculiaridades de este ciclo, vamos a desarrollar los objetivos, contenidos y propuestas metodológicas más adecuadas para este ciclo.

Si analizamos los objetivos generales de etapa que establece el R.D. 1330/91 de 6 de Septiembre podemos apreciar cuatro aspectos fundamentales:

1. Conocimiento de si mismo

2. Conocimiento de los demás

3. Conocimiento del entorno

4. Comunicación, representación y expresión.

En relación con el primer aspecto los objetivos pretenden que el alumno sea capaz de descubrir, conocer y controlar su propio cuerpo, formándose una imagen positiva de si mismo, valorar sus posibilidades y limitaciones y actuar con autonomía en la vida cotidiana y en el cuidado personal, autonomía que le proporcionará seguridad, confianza y autoestima.

En el segundo aspecto los objetivos hablan de establecer vínculos y relaciones con los otros, desarrollando actitudes de respeto, interés y colaboración y aprendiendo a coordinar los propios puntos de vista e intereses con los de los demás.

En el tercer aspecto los objetivos se centran en la capacidad de observar y explorar el entorno inmediato, sus elementos y las relaciones que se establecen entre ellos, así como la valoración y participación en las manifestaciones culturales de dicho entorno. Además de desarrollar una actitud de interés y aprecio por la cultura andaluza y de valoración y respeto por la pluralidad cultural.

Por último, con respecto a la comunicación, representación y expresión, los objetivos buscan que el alumno sea capaz de utilizar diversas formas de representación para expresarse, utilizando técnicas y recursos básicos. Estos objetivos hacen especial hincapié en el lenguaje oral y en su función comunicativa y autorreguladora del comportamiento.

Los objetivos que acabamos de mencionar se trabajan a través de unos contenidos que se estructuran en tres áreas o ámbitos de experiencia (ámbitos de conocimiento y experiencia): Identidad y autonomía personal, Medio físico y social, y Comunicación y Representación. Cada área se estructura en bloques, los cuales, a su vez, se dividen en conceptos, procedimientos y actitudes (aunque no se manifiesten de forma explícita) . Estos contenidos quedan recogidos en el R.D. 1333/91 de 6 de Septiembre y la Resolución de 5 de Marzo de 1992 por la que se regula la elaboración de Proyectos curriculares para la Educación Infantil y se establecen orientaciones para la distribución de objetivos y contenidos para cada uno de los ciclos. (D. 107/92 de 9 de Junio), de la siguiente forma:

Identidad y autonomía personal: los bloques de contenido en que se estructura este área son: el cuerpo y la propia imagen, juego y movimiento, la actividad y la vida cotidiana y el cuidado de uno mismo. (se contemplan aspectos como el cuerpo y el movimiento, conocimiento e imagen de si mismo, la salud y el cuidado de si mismo, la vida en sociedad). Así por ejemplo, en este ciclo se trabajan partes del cuerpo y movimientos más complejos que en el primer ciclo, como por ejemplo el corazón o movimientos como volteretas, saltos… También se trabaja la realiación autónoma de actividades de la vida cotidiana y aseo y cuidado personal, etc

Medio Físico y social, se estructura en los siguientes bloques de contenidos: los primeros grupos sociales, la vida en sociedad, los objetos y animales y plantas (se contemplan aspectos como acercamiento a la naturaleza, acercamiento a la cultura, los objetos y la actividad con ellos). Así en este ciclo se busca una mayor participación del niño en el entorno social, mayor dominio en el manejo de objetos, profundización en las relaciones entre los seres vivos…

Comunicación y Representación, cuyos bloques de contenido son: lenguaje oral, aproximación al lenguaje escrito, expresión plástica, expresión musical, expresión corporal y relaciones, medidas y representación en el espacio (expresión corporal, expresión plástica, expresión musical, uso y conocimiento de la lengua, expresión matemática) Así, por ejemplo, en este ciclo se trabajan posibilidades expresivas en el niño cada vez más complejas y objetivas y el inicio de algunos convencionalismos como la escritura y la capacidad de simbolización.

Hasta aquí lo referido a los contenidos, ahora vamos a tratar la metodología, destacando sus principios básicos:

– Construcción de aprendizajes significativos, de manera que el niño relacione sus experiencias previas con los nuevos aprendizajes.

– Globalización del aprendizaje, de forma que éste sea el producto del establecimiento de múltiples conexiones, de relaciones entre lo nuevo y lo ya aprendido.

– Actividad, tanto física como mental, es una de las fuentes principales de aprendizaje y desarrollo. Tendrá un carácter constructivo en la medida en que a través del juego, la acción y la experimentación descubra propiedades y relaciones y vaya construyendo sus conocimientos.

– El juego como actividad propia de esta etapa, en el que se aúnan su fuerte carácter motivador con importantes posibilidades para que el niño lleve a cabo aprendizajes significativos y el profesor organice los contenidos con carácter global.

– Creación de un ambiente cálido, acogedor y seguro y de una relación de confianza y afecto con el educador.

– La socialización, la interacción entre los niños constituye un recurso metodológico de primer orden.

– La adecuada organización del material, del espacio y el tiempo, de manera que favorezca la autonomía y la flexibilidad.

– Necesidad de coherencia educativo tanto en los distintos miembros del equipo docente, como entre dicho equipo y los padres.

Estos principios de intervención metodológica se van a llevar a la práctica a través de los distintos ejes o unidades de programación que son propios del segundo ciclo de Educación Infantil y que pasamos a desarrollar a continuación.

4. Las distintas unidades de programación

En el segundo ciclo de E.I. los contenidos y experiencias de aprendizaje se deben organizar en torno a distintos ejes o unidades de programación. A continuación vamos a analizar algunas de las opciones utilizadas en este ciclo como son: los rincones, talleres, centros de interés y juegos.

Con la organización de la clase por rincones se pretende responder a la exigencia de integrar las actividades de aprendizaje a las necesidades básicas del niño. Es un intento de mejorar las condiciones que hacen posible la participación activa del niño en la construcción de sus conocimientos. Consiste en organizar la clase en pequeños grupos que efectúan simultáneamente actividades diferentes. El trabajo por rincones puede ser más dirigido o más libre, emplearse sólo en determinados momentos de la jornada o durante la mayor parte del tiempo. La labor del educador consistirá en preparar el espacio y el material de cada rincón, diseñar el tipo de actividades que se realizará en ellos, orientar y ayudar a los niños en su trabajo y hacer un seguimiento de ese trabajo estimulando a los niños para que pasen por todos los rincones.

La finalidad general del trabajo por talleres es ayudar al niño para que adquiera hábitos de organización, favorecer el trabajo en grupo y fomentar la observación y la exploración. Hay diversas formas de aplicar el trabajo por talleres: concepto clásico de taller, en el que un aula específica se dedica a unas actividades concretas y a la que los alumnos se dirigen formándose con el resto de los grupos; los talleres a tiempo parcial, dividiendo el tiempo entre aula normal y talleres, y los talleres integrales que suponen la perdida total de la idea de aula.

Teniendo en cuenta que el interés surge de la necesidad, Decroly propuso agrupar las actividades en torno a centros de interés directamente relacionados con las necesidades de los niños (necesidad = alimentarse à centro de interés = los alimentos) Para la realización de actividades globalizadoras a partir de los centros de interés se proponen las siguientes fases: 1.- Observación directa / indirecta de lo que se va a trabajar. 2.- Asociación, estableciendo relaciones de distinto tipo y procurando siempre adaptarnos a la perspectiva del niño. 3.- Expresión, expresar las experiencias anteriores a través de distintos lenguajes.

Por último vamos a analizar el papel del juego. Es la principal fuente de aprendizaje en estas actividades, porque jugando observa y explora y por lo tanto conoce el mundo que le rodea. Tiene que cumplir una serie de condiciones, como partir de los juegos que interesan al niño, con variedad pero no excesiva (no se favorecerá la consolidación de lo aprendido si no) debe existir una estabilidad entre las personas que juegan con el niño y debemos intervenir, pero no en exceso, sino como meros orientadores.

5. La continuidad entre la educación infantil y primaria.

Pero todo lo tratado hasta aquí no tendría ningún valor si no se asegurase la continuidad entre la educación infantil y primaria, cuestión que vamos a tratar a continuación. En el R.D. 1333/91 de 6 de Septiembre se establece que “la educación infantil ha de estar en estrecha coordinación con la etapa de educación primaria para garantizar el transito adecuado a la misma. Esta coordinación no implica la supeditación de la E.I. a la E.P., sino la necesidad de asegurar los mecanismos de enlace de modo que la transición tenga elementos de continuidad junto con los necesarios elementos de cambio y diferenciación. (En el D. 107/92 de 9 de Junio se establece que es necesaria una intensa coordinación entre esta etapa y la de la Educación Primaria. Debe garantizarse un adecuado tránsito entre ambas, evitando desajustes, desfases y excesiva diferenciación entre ambas. Para ello se establecerán estrategias de coordinación y desarrollo curricular que posibiliten el cambio gradual y satisfactorio para niños y niñas.)

Por lo tanto la educación infantil debe perseguir una doble finalidad: aprovechar al máximo las posibilidades del desarrollo del niño, potenciándolas y afianzándolas a través de la acción educativa, y dotar a los niños de las competencias, destrezas, hábitos y actitudes que puedan facilitar su posterior adaptación a la E.P.

Las principales dificultades con las que nos podemos encontrar en este paso de un tramo a otro son: los distintos niveles de escolarización de los niños que ingresan en el centro, la adaptación a las características del nuevo centro, sus diferentes ritmos madurativos, las diferencias en el desarrollo propiciado por el ambiente familiar y el distinto nivel alcanzado en la adquisición de técnicas instrumentales.

Las principales soluciones que se pueden proponer para evitar estos problemas son las de garantizar que el 100% de los escolares tengan plaza entre los tres y los seis años y dar autonomía plena al centro para ajustar el currículo a las necesidades de los niños.

6. Medidas curriculares y vías de coordinación.

Además de estas soluciones para asegurar la continuidad entre ambas etapas se han dispuesto unas medidas curriculares y unas vías de coordinación docente.

Las medias curriculares son aquel conjunto de medias que afectan al currículo y sus elementos. El planteamiento que se ha hecho del currículo oficial en nuestro país es sumamente abierto y flexible, dotando al profesorado de un mayor protagonismo y participación en las tareas de desarrollo y concreción del currículo. Para lograrlo se han establecido tres niveles de concreción curricular: Diseño curricular prescriptivo competencia del MEC y de las CCAA con competencias plenas en materia educativa, El Proyecto curricular de centro, competencia de cada centro y las programaciones de aula, competencia del profesor-tutor de cada clase. A través de estos niveles se pueden adoptar medidas que faciliten la coherencia y continuidad entre las etapas de Infantil y Primaria.

En cuanto a las principales vías de coordinación, señalar que son los órganos de coordinación docente: los Equipos de Ciclo, la Comisión de Coordinación Pedagógica (Equipo Técnico de Coordinación Pedagógica) y los Tutores, pues son los encargados de formular propuestas y establecer los distintos documentos que conforman los niveles de concreción curricular.

7. Conclusión

Como conclusión resaltar la necesidad de asegurar desde la etapa de infantil los mecanismos de enlace y coordinación necesarios de modo que la transición de un nivel a otro tenga elementos de continuidad con los necesarios elementos de cambio y diferenciación y hay que asegurarlo desde esta etapa puesto que constituye el punto de partida de un largo proceso que continua en niveles posteriores de la enseñanza obligatoria.

8. Bibliografía

ESCAMILLA Unidades didácticas: una propuesta de trabajo en el Aula. Edelvives, Zaragoza 1993

LAGUIA Y VIDA Rincones de actividad en la Escuela Infantil. Grao, Barcelona, 1987.

MEC, Cajas rojas para la Educación infantil, Madrid 1992

TRUEBA, Talleres integrales en Eduación infantil, La Torre 1989

RD. 1330

RD. 1333

R. 5 Marzo de 1992

R.D 1006

D. 107/92 de 9 de Junio