Tema 10 – La educación sexual en la etapa infantil.

Tema 10 – La educación sexual en la etapa infantil.

Descubrimiento e identificación con el propio sexo. La construcción de los roles masculino y femenino. Estrategias educativas para evitar la discriminación de género.

1. LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LA ETAPA INFANTIL

Finalidad de la Educación Sexual

La educación sexual aparece tratada como parte integrante de la Educación para la Salud. Evidentemente, esto no implica un menosprecio de sus contenidos, simplemente se considera que la salud es el eje organizador o concepto general que abarca otros temas de vital importancia, entre los que se encuentra la Educación Sexual, así como los siguientes:

· Alimentación y nutrición.

· Educación para evitar dependencias.

· Actividad física.

· Prevención de accidentes.

· Educación vial.

· Cuidados personales: higiene y salud.

· Salud mental.

Por otra parte, un componente importante de la educación sexual es el referido a las relaciones entre ambos sexos y a la formación de la identidad de género, por lo que también nos interesa hacer referencia al tema transversal Educación para la igualdad ente los sexos. Por todo ello, trataremos el tema de la Educación Sexual atendiendo a las dos perspectivas expuestas.

Las Cajas Rojas señalan como objetivos propios de la educación sexual para la etapa de Educación Infantil los siguientes:

· Conocer el propio cuerpo y el de otro u otra.

· Desarrollar las capacidades sensoriales.

· Adquirir y familiarizarse con el vocabulario adecuado, asociándolo al lenguaje cotidiano, pero sin olvidar los nombres correctos.

Este mismo documento en relación con la igualdad de oportunidades entre los sexos propone objetivos como:

· Desarrollar para ambos sexos en igualdad de oportunidades los valores considerados como femeninos (afectividad, sensibilidad, cooperación), o como masculinos (actividad, autonomía…)

· Revalorizar el lenguaje corporal y favorecer la expresión de los sentimientos en ambos sexos.

· Favorecer aquellas actividades relacionadas con la vida doméstica que desarrollen habilidades y destrezas independientemente del sexo y que no refuercen estereotipos.

· Favorecer el cambio de actitudes en las familias hacia el uso de juguetes de forma no discriminatoria.

· Sensibilizar a los padres sobre la necesidad de su participación e implicación en la educación de sus hijos e hijas.

En definitiva y a modo de resumen, podemos decir que la finalidad de la educación sexual en esta etapa es la ayudar a los alumnos a valorar la propia identidad sexual respetando las diferencias sexuales y la diversidad de roles.

Ha sido frecuente que al hablar de educación sexual se excluyese la etapa de Educación Infantil. Sin embargo, hay muchas razones que justifican la necesidad de la misma. En primer lugar, por la existencia de la sexualidad infantil y en segundo por la curiosidad e interés que los niños demuestran hacia el tema, actitud que aumentará si las respuestas de adulto son vagas e imprecisas.

Otra de las razones que invitan al tratamiento de este tema es evitar la existencia de un currículo oculto que dificultaría la intervención educativa mostrando disparidad de criterios y vacíos en la acción, puesto que siempre hay una educación sexual en un sentido o en otro, dado que la ausencia total de información y el hecho de ignorar estas cuestiones es en sí mismo, una forma de educación sexual.

Es importante ajustarse al ritmo madurativo de cada niño por lo que la planificación a la que aludíamos deberá regirse por la flexibilidad en su aplicación, es necesario ir paso a paso y no quemar etapas en el desarrollo del niño.

No obstante hay una serie de actitudes y criterios básicos que siempre se pueden aplicar y entre los que destacan los siguientes:

1. No dejar nunca una pregunta sin respuesta.

2. Contestar siempre la verdad adecuándola a lo que el niño desea saber.

3. No hacer hincapié, únicamente, en hechos y factores biológicos y culturales, profundizando en comportamientos afectivos y de relación.

4. Utilizar un vocabulario claro y adecuado, fácilmente inteligible, evitando así las interpretaciones erróneas.

5. Emplear una metodología participativa donde los alumnos puedan expresar sus dudas y planteamientos como en cualquier otro tema, para evitar la percepción de que se está tratando un aspecto, especial de alguna manera.

6. Aprovechar determinadas situaciones para plantear la información con naturalidad para evitar miedo e inhibición.

7. Lograr una adecuada comunicación familia‑escuela procurando que los padres participen en actividades que incidan en la educación sexual de sus hijos/as, evitando incongruencias y contradicciones, así como búsqueda de información de los alumnos/as, sobre estos temas en fuentes que no son las más adecuadas.

Las dificultades principales que puede plantear la educación sexual en Educación Infantil vienen dadas porque es muy necesaria la unificación de criterios, la coordinación con Primaria y una adecuada formación del profesorado.

Sin embargo no debe olvidarse que el alumnado debe acceder a un modelo global de representación de la realidad social, hecho en el que no se puede omitir la sexualidad.

Aunque el currículo adopta una postura para la igualdad y la no discriminación del género femenino “Tener una actitud de respeto hacia las características y cualidades de las otras personas, sin actitudes de rechazo o discriminación en base al sexo o cualquier otro rasgo diferenciador”, esto no es siempre así, dándose situaciones en las que no se atiende por igual a niños y niñas, o se transmite un modelo de sociedad que discrimina por razón de sexo, a veces sucede de forma inconsciente, pero hemos de reflexionar sobre ello.

Algunas situaciones que distintos autores reflejan son las siguientes:

· Durante los recreos los niños ocupaban casi todo el patio, estando las niñas en un rinconcito de este.

· La maestra no reacciona de la misma forma ante los sollozos de los niños que de las niñas.

· Los niños traen juegos que potencian el dinamismo y la agresividad, como balones, pistolas, arcos, y las niñas aquellas que transmiten un rol materno, rol de ama de casa, pasividad, belleza., como muñecas, cocinitas…

· El aula puede estar organizado por rincones, pero el uso de estos no era igualitario, así tenemos que el rincón del mercado y de la cocinita, además de las muñecas eran usados mayoritariamente por las niñas y que los bloques lógicos, regletas, ábacos, aparte de los coches, parking…eran utilizados por niños. Esto consigue un rechazo entre los niños a las tareas del hogar, o la no manipulación por parte de las niñas de materiales que favorecen la representación espacial.

· Durante la época de carnaval los niños se suelen disfrazar de Ninja, Superman, pirata…es decir personajes heroicos y valientes, y las niñas de Reina, Pocahontas, Minny…disfraces que transmiten pasividad, belleza y estilo.

Para poder remediar estas situaciones discriminatorias, se debe intervenir necesariamente y para hacerlo de una forma consecuente, debemos planificar esa reflexión y por lo tanto reflexionar sobre ella y todos los aspectos del aula. Ya que aunque no se quiera, se puede transmitir unos valores sexistas.

De ello deducimos que hemos de tratar la construcción de los roles sexuales de forma específica, para que no se produzcan estas situaciones discriminatorias, y no se transmitan unos roles sexuales estereotipados. Por ejemplo y sirviendo de anticipo al último apartado del tema, una estrategia educativa sería hacer pasar a todos los niños/as por todos los rincones a lo largo del día, o por lo menos de la semana, para que la totalidad del alumnado juegue con todos los juguetes y tengan las mismas posibilidades de desarrollar todas sus potencialidades.

2. DESCUBRIMIENTO E IDENTIFICACIÓN CON EL PROPIO SEXO

Se puede afirmar que la IDENTIDAD EXISTENCIAL supone una conciencia de si mismo, nos descubrimos como individuos diferentes a los demás, este proceso se suele dar sobre los dos años, cuando el niño es capaz de distinguirse en un espejo y empieza a utilizar pronombres personales. La IDENTIDAD CATEGORIAL es el conjunto de características y atributos que sirven para definirse a uno mismo como persona con identidad y características propias.

Mientras gracias a la identidad existencial nos descubrimos como individuos diferentes a los demás, gracias a la identidad categorial sabemos cómo somos, cuáles son las características que nos definen como personas. Entre los contenidos de la identidad categorial se encuentra la identidad sexual y de género.

La identidad sexual es un juicio: soy niño, soy niña, que lógicamente atañe a la propia figura corporal.

La identidad de género es el conocimiento de las funciones y características que la sociedad asigna como propias del niño y de la niña.

Los niños no diferencian entre ambos conceptos, adquiriéndolos en las primeras edades de forma paralela, por eso la intervención educativa es primordial.

A los treinta meses casi todos los niños pueden decir ya a qué sexo pertenecen. Ahora bien, la adquisición de la identidad sexual y el género sigue un triple proceso:

· Reconocimiento conductual, la existencia de dos tipos de vestidos, adornos, actividades, juguetes. Los niños, en relación con estas actividades, manifiestan preferencias según su sexo antes de los dos años.

· Autoclasificación en una de las dos categorías sexuales: “yo soy como mi papá “yo soy como mi mamá “Supone no solo un conocimiento social de la identidad sexual y de género de los demás, sino también un conocimiento de si mismo. Este juicio cognitivo lo hacen los niños y las niñas entre el año y medio y los tres años.

· A partir de los tres años usan el conocimiento de la identidad sexual y de género, para definir con claridad sus preferencias y valoraciones: “este vestido no me lo pongo porque es de niñas”.

Ahora bien, en la elaboración masculino‑femenino, antes de los seis años, pesan bastante las apariencias externas. Así masculino es aquello que presenta determinados rasgos externos masculinos, y es femenino lo que presenta los rasgos correspondientes femeninos.

Así, por ejemplo, si se utiliza un muñeco con pelo estereotipadamente femenino y vestido con falda, pero con genitales masculinos, los niños de E. Infantil sostienen que se trata de una muñeca (en femenino), a pesar de la evidencia contraria aportada por los caracteres sexuales primarios masculinos.

Ahora bien, hacia los seis o siete años adquieren lo que se conoce con el nombre de “constancia de sexo“, que implica no solo saber que se es niño o niña, sino ser consciente de que esa es una característica permanente: se es masculino o femenino de por vida.

3. LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ROLES MASCULINO Y FEMENINO EN EDUCACIÓN INFANTIL

El tratamiento de la Educación Sexual en la escuela es imprescindible si tenemos en cuenta que vivimos en una sociedad que parece estar muy bien informada, pero que, a juzgar por datos objetivos, tiene altas dosis de desconocimiento y de errores, tanto en jóvenes como en adultos, que afectan gravemente al equilibrio emocional. Enseñar a conocer y a aceptar el propio cuerpo, a buscar información o a pedir ayuda es educar para ser capaz de establecer con los demás unas relaciones más sanas y satisfactorias (Cajas Rojas, Temas transversales. Educación para la salud educación sexual, p. 13‑14)

La educación sexual es tratada en el currículo de manera globalizada, introduciéndola en las áreas. Se trata de aprovechar las posibilidades de todas las áreas y la propia vida diaria del centro para promover una adecuada educación sexual y un desarrollo pleno e integral de la personalidad.

El aprendizaje social, tal como estudia Bandura, primero a través de los padres y las madres y luego del resto de las personas, se inicia con la asimilación de unos estereotipos comportamentales diferentes para cada sexo, es decir, se transmite al niño y a la niña lo que se ha llamado una identidad de género, que trata de asociar comportamientos, intereses, expectativas y campos de actuación y poder social diferenciados en función del sexo.

Según este autor para que los niños adopten un comportamiento estereotipado, el modelo ha de tener una serie de características:

· La conducta ha de tener éxito.

· El modelo ha de ser atractivo para el niño.

· Tiene que encontrar un parecido entre él y el modelo, que se da si pertenecen al mismo sexo.

Los niños/as se identifican claramente con su grupo sexual entre los dos y los tres años utilizando para ello elementos externos. A partir de este momento comenzará el aprendizaje social de la identidad de género. No distinguen en estos primeros años de la infancia entre identidad sexual y de género, adoptando las identidades sociales de género como si fueran consustanciales al hecho de ser hombre o mujer. Esto hace especialmente necesaria la intervención educativa en este campo, como ya se señaló en el apartado anterior.

La tipificación sexual consiste en el proceso a través del cual niños y niñas adquieren pautas comportamentales, propias de uno u otro sexo, según criterios sociales.

Cada sociedad se inscribe en un marco temporal e histórico con una serie de valores, normas, y además unas expectativas y unos roles asignados a uno y otro sexo. Tanto los niños como las niñas reciben presiones para comportarse de acuerdo con las expectativas y estereotipos sexuales vigentes en su entorno. Así, por ejemplo, alrededor de los tres años los niños permiten o admiten que un niño juegue con muñecos si le gusta hacerlo. Sin embargo, poco después y hasta los ocho o nueve se considera muy grave e incorrecto por parte de los niños que un niño juegue con muñecas o se ponga una falda. Niños y niñas se vuelven muy estereotipados, desaprobando y ridiculizando a quienes se desvían de los roles y estereotipos convencionales.

En el caso de los chicos los estereotipos funcionan con más rigidez que en el de las chicas. Por ejemplo, las chicas con relativa frecuencia juegan al fútbol, mientras que los chicos apenas juegan con muñecas.

Poco a poco se van superando estereotipos ligados al sexo. Sin embargo, los niños de E. Infantil aún muestran dificultades, lo cual es lógico porque además de que su capacidad de elección y decisión no está libre de presiones, hay otro hecho el niño está construyendo su identidad sexual y se ve apoyado en este empeño por rasgos diferenciados que le ayudan a lograrlo.

Esto viene explicado por la llamada teoría cognitiva de la diferenciación sexual que hace referencia al hecho de que los niños se comportan de manera sexualmente estereotipada, porque esto les ayuda a tener más clara su identidad en este aspecto, fortaleciendo así sus esquemas cognitivos relativos a la identidad sexual. Cuando estos esquemas están ya bien elaborados aparece una mayor flexibilidad porque es menos necesario servirse de ellos como base de diferenciación.

Existen otras razones que justifican el que se comporten de manera distinta según su sexo : la presión ambiental, la educación… De todas formas la diferenciación ligada al sexo está materializada por muchos factores, pareciendo fuera de duda que haya una clara determinación socio‑cultural. Así el hecho de que los hombres sean más agresivos que las mujeres, se ha tomado a veces como algo genético, cuando en tribus de Nueva Guinea sucede lo contrario, este hecho acaba con viejas creencias.

4. ESTRATEGIAS EDUCATIVAS PARA EVITAR LA DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO

La Educación como Transmisora de Estereotipos sexistas

El sexismo se puede entender como aquel conjunto de imágenes, actitudes, comportamientos y estereotipos con respecto al sexo.

A su vez el estereotipo puede considerarse como un fenómeno negativo que da lugar a una distorsión de la realidad y que supone una fuerte generalización.

En cuanto al objeto propio de este apartado, en general, podemos afirmar que es la sociedad el principal eje de transmisión de estos estereotipos. Y dentro de esta:

Familia

La familia es el agente de transmisión más eficaz del sexismo, como de tantas otras actitudes. Así, por ejemplo las mujeres se ocupan en mayor medida que los hombres de las tareas domésticas.

Hoy en día, aunque este prototipo familiar va desapareciendo con la incorporación de la mujer al mundo laboral, en muchos casos aún se sigue manteniendo o por lo menos la cuestión de fondo permanece latente.

Por otra parte, aunque los prejuicios sexistas siempre han ido en detrimento de la mujer, estos afectan también a los varones. Por ejemplo, siempre se ha considerado que los chicos han de ser ‘brutos”, jugar a juegos violentos, etc. Estos roles están tan asumidos que si un niño no sigue las reglas aparece el problema por parte de la familia, la escuela, los otros niños, y la sociedad en general y puede ser tildado de afeminado.

El problema radica, por tanto, en la educación que reciben desde pequeños, en los roles que ellos van asumiendo imitando los modelos adultos.

De ahí, la enorme importancia que cobra la E. Infantil en este tantos otros temas para trabajar desde las edades más tempranas evitando la transmisión de actitudes que están limitando el desarrollo de una personalidad abierta.

Educación Escolar

La escuela está inmersa en la sociedad y por lo tanto tiende a inculcar a los educandos los valores y normas sociales de ésta. Por tanto, nos podemos encontrar que aunque hoy en día se proclame la igualdad para todos, la escuela continúa actuando como vehículo de estereotipos.

Así, el sexismo en la escuela y en los manuales escolares no solo influye en las aspiraciones educativas y profesionales de los niños y niñas, sino que también condiciona a la percepción que cada sexo tiene del otro.

Es cierto que el sistema educativo está caracterizado por su gran complejidad y, por tanto, sea difícil cambiar rápidamente actitudes y modos de actuar de todos y cada uno de sus componentes.

Sin embargo aunque el cambio sea relativamente lento, la escuela como dice Freire, no solo ha de transmitir el modelo de sociedad existente sino que ha de mejorarlo. En la LOGSE, se propicia la no discriminación, pero veamos que sucede en la realidad.

Actitudes del Profesorado en E. Infantil.

Aunque el profesorado se considere no sexista, de manera inconsciente en la práctica educativa, pueden surgir formas discriminatorias de carácter eminentemente cultural y que pertenecen al currículo oculto.

El profesorado ha de reflexionar para evitar que de manera cotidiana se produzcan situaciones que prueban o demuestran la existencia de lo reseñado en las líneas anteriores.

Otro aspecto de vital importancia es el lenguaje, así la generalización del masculino es algo natural y carente de cierta importancia, pero el componente genérico del lenguaje juega un gran papel en las actitudes de la comunidad hablante.

Además, en diferentes estudios se ha demostrado que en las interacciones verbales con niñas, suelen usarse mucho los diminutivos y los adjetivos como guapa, buena, etc., mientras que con niños se usan preferentemente adjetivos como grande, inquieto, bruto, etc. Es necesario elaborar una respuesta educativa donde la primera estrategia educativa para evitar el sexismo, sea la toma de conciencia por parte del profesorado de que en este tema como en el resto actúa corno modelo.

El Profesor como Modelo.

La influencia en desarrollo de niñas y niños por parte del profesorado no hay que reducirla tan solo a la que se produce en aquellas actividades de enseñanza‑aprendizaje programados y previstos. Por el contrario, hay otras actuaciones continuas e incontables que son determinantes.

Es ahí donde profesores han de tomar conciencia de su responsabilidad como modelo, desarrollando e incluyendo en su actividad educativa actitudes positivas, ofreciendo un modelo libre de prejuicios.

Si se pretende una educación no sexista, se ha de informar a las familias sobre sus criterios educativos para compartirlos y ser coherentes.

Así, niños y niñas que en estas edades que no han de ser excesivamente diferentes van siendo encaminados hacia el cumplimiento de ciertas prescripciones culturales que responden a los diferentes papeles marcados por la sociedad, Estos patrones y normas culturales para uno y otro sexo son los que hacen referencia al género.

De tal manera que será el género lo que rija los comportamientos, los deseos y acciones impuestas a cada individuo, que desde edades tempranas irán configurando su personalidad.

Sin embargo, en principio, la actitud del profesorado se puede resumir en un para mi, todos iguales”, lo que al menos a nivel externo parece contradecir todo lo dicho sobre el currículo oculto.

Los adultos, en general, y los docentes, en particular, van a mediar en los procesos que dan lugar a la construcción de la imagen del niño/a provocando sin intención las primeras diferencias que niños y niñas manifiestan al establecer sus relaciones con el medio social.

Por eso, el profesorado deberá asumir la responsabilidad que tiene como agente principal en el proceso de la formación de la identidad, mostrando actitudes abiertas y flexibles que posibiliten una selección de roles complementarios y ajustados, respetando sus intereses Y necesidades, aunque no siempre sean coincidentes con sus expectativas.

Hasta ahora se han mostrado en este apartado actitudes que deforman actuaciones que, en principio, quieren evitar la desigualdad. Es decir, se han mostrado ciertos puntos de partida, la mayoría de ellos inconscientes, pues bien a continuación se mostrarán alternativas concretas a estos comportamientos que sin desearlo están actuando en favor del mantenimiento de la discriminación en base al género.

Así pues se citarán las siguientes estrategias.

· Planteamientos experimentales que puedan relacionarse con el campo experiencia de las niñas:

o Considerar el grado de motivación y conocimientos previos con los que acceden las niñas a los conocimientos tradicionalmente masculinos.

o Proporcionarles indicaciones de cómo realizar las experiencias.

· Propuestas que permitan a las niñas ser activas e independientes:

o Plantearles juegos deportivos y arriesgados, propiciando la formación de equipos mixtos.

o Motivar a las niñas para que participen en los distintos puestos de los equipos de trabajo.

· Tareas que desarrollen en las niñas la autonomía de criterio, dándoles posibilidades de tomar decisiones y experimentar por si mismas los resultados:

o Favorecer que asuman la dirección de tareas de carácter investigador en grupo.

o Proponerles que asuman la responsabilidad de las tareas en solitario.

· Crítica de los resultados que obtienen

· Refuerzo del autoconcepto de las niñas en cuanto al desarrollo de sus capacidades socio-­profesionales y el de los niños en cuanto al desarrollo de sus capacidades socio-afectivas.

Niñas: juegos deportivos, tareas de construcción mecánica (en este sentido podemos observar como las niñas en la universidad eligen menos carreras técnicas, seguramente muy relacionado con su falta de experiencias de este tipo).

Niños: juegos dramáticos y tareas de rutinas cotidianas que valoren el orden, la limpieza, la no agresividad y el afecto. Podemos hacer una crítica a aquellas mujeres que se quejan de que sus maridos no colaboran en las tareas domésticas, y al mismo tiempo no motivan a sus hijos a jugar a cocinitas, o con muñecas, introduciendo un prejuicio a este tipo de actividades desde edades muy tempranas.

La Vida Cotidiana.

Hay muchos hábitos que, en realidad, son rutinas necesarias para mantener cierto orden en la vida cotidiana. Algunos de ellos forman parte de tareas que indefectiblemente se asignan a los niños o. por el contrario, a las niñas. De ahí que sea necesario tanto en la familia como en la escuela:

· Potenciar y valorar las adquisiciones de unos y otras aunque no respondan al estereotipo establecido.

· Enseñar a los niños hábitos que por cultura pertenecen al ámbito femenino: quitar y poner la mesa, etc.

· Evitar incoherencias entre lo que se dice y se hace.

El Juego.

El juego es una de las principales fuentes de aprendizaje para los niños y niñas de esta edad y además una de sus actividades preferidas.

A partir de los dos o tres años empieza a diferenciarse también porque existe cierta presión social que les transmite reglas que ellos, en principio, no conocían.

A través de] juego se realiza un aprendizaje del entorno, reproduciéndose a su vez la realidad. De ahí que, en ocasiones, varíe el uso del juego según sea niño o niña aunque se trate del mismo juguete. Por tanto es necesario:

· Ofrecer a niños y niñas desde el nacimiento una amplia variedad de objetos y situaciones para que puedan desarrollar juegos de todo tipo.

· Facilitar el uso adecuado de todo tipo de juguetes, evitando criterios sexistas.

· Seleccionar los juguetes que ofrece el mercado atendiendo al envase, formato e ilustraciones, pues a menudo son estereotipados.

· Motivar a los niños y niñas para que jueguen a juegos tradicionalmente considerados como de sexo contrario.

· Intervenir para desbloquear las situaciones de fijación con juegos y juguetes, por ejemplo, en los niños los juegos de fútbol y en las chicas de muñecas.

El cuento

Como cualquier otro tipo de literatura, el cuento puede transmitir ideología., el cuento comunica una determinada forma de concebir la vida y, en muchos casos, los niños se identifican con los modelos que transmiten,

Para detectar si estos modelos difunden sexismo, se pueden analizar teniendo en cuenta:

· Si el número de personajes masculinos excede por mucho al de personajes femeninos.

· Si se aportan caracteres sociales y culturales estereotipados en: profesiones, actividades, juegos, rasgos físicos y psíquicos, cualidades y defectos.

· Si el lenguaje que se utiliza, el tono de voz, el gesto, conllevan formas sexistas.

Los medios de comunicación.

Pueden analizarse, junto con las familias, múltiples mensajes sexistas observando la clara distinción entre los roles masculinos y femeninos que aparecen en los dibujos animados, películas, anuncios, etc. así como las repercusiones que pueden tener en los niños.

Será necesario facilitar la formación de un espíritu crítico que se irá potenciando a través de toda etapa educativa.

CONCLUSIONES

Este tema responde a que la educación ha de desarrollar las capacidades de todos por igual, sin los límites que imponen los estereotipos. Debe tener en cuenta la influencia de la transmisión de estos roles, en este desarrollo de las capacidades para poderse dar por igual en niñas y en niños.

Consecuentemente, el carácter no discriminatorio de la educación que marca la ley, que no siempre es tan igualitario, debería concretarse en la práctica docente mediante principios como:

· El desarrollo de todas las potencialidades individuales y una igualdad de oportunidades educativas de alumnas y alumnos, será responsabilidad de toda la comunidad educativa.

· Una educación libre de sesgos sexistas debe ser una meta educativa para que alumnos/as realicen sus aspiraciones personales y profesionales.

· El currículo escolar debe ser integrador: basado en los intereses, motivaciones y necesidades de ambos géneros.

· La actividad docente no debe estar marcado por el uso de lenguaje y materiales didácticos estereotipados…

Por otro lado quiero ofrecer las últimas tendencias en la actualidad, y como las niñas son cada vez más incluidas en las actividades de los niños, pero al mismo tiempo se produce un menosprecio a las actitudes consideradas tradicionalmente femeninas, que en cierto modo se presentan como menos dignas de ser incluidas y transmitidas por la escuela. El modelo es el masculino incluso en sus aspectos transgresores. Me parece que el que los niños jueguen a muñecas está muy bien, porque el cuidado de los hijos es tarea del padre y de la madre, pero no me parece tan bien que en aras del igualitarismo las niñas empiecen a jugar con juguetes que favorezcan la agresividad como pistolas, arcos…

BIBLIOGRAFÍA

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