Tema 2G -El desarrollo psicomotor en los niños y niñas hasta los seis años. La psicomotricidad en el currículo de la Educación Infantil. La sensación y percepción como fuente de conocimientos. La organización sensorial y perceptiva. La intervención educativa.Escribe aquí el título de la Entrada

Tema 2G -El desarrollo psicomotor en los niños y niñas hasta los seis años. La psicomotricidad en el currículo de la Educación Infantil. La sensación y percepción como fuente de conocimientos. La organización sensorial y perceptiva. La intervención educativa.Escribe aquí el título de la Entrada

1.- INTRODUCCIÓN

A continuación voy a exponer una breve introducción al tema que me ocupa. El que los niños y niñas consigan un óptimo desarrollo psicomotor permitirá que lleven una vida autónoma.

Cuando hablamos de desarrollo psicomotor no sólo nos referimos al movimiento, sino que también se incluye el conocimiento propio cuerpo que a su vez engloba varios aspectos.

Tanto los educadores como los padres tenemos una tarea fundamental, que es la de potenciar y desarrollar las capacidades de los pequeños para que puedan adquirir unas destrezas básicas.

Los educadores debemos conocer cómo se lleva a cabo el desarrollo psicomotor del niño, con el fin de saber cómo intervenir en cada momento. A su vez, tiene gran importancia conocer el R.D. 1333/91, que establece el currículo de la Educación Infantil , en lo que al desarrollo psicomotor se refiere, para poder ir programando el proceso de enseñanza/aprendizaje.

Antes de centrarnos en el desarrollo psicomotor de los niños de 0 a 6 años, me gustaría citar algunas Concepciones teóricas de la Psicomotricidad.

El mundo de la psicomotricidad es el de las relaciones psiquismo-movimiento y movimiento-psiquismo. La psicomotricidad es a la vez la fuente de conocimiento y expresión de los conocimientos que ya se tienen, medio de generar vivencias y emociones en relación.

Vayer dice que “La primera educación no puede ser otra cosa que global, partiendo de lo ya vivido, y esto es precisamente lo que se propone la psicomotricidad”. (En esta definición se encuentran algunos de los principios en los que se basa la Educación Infantil : actualmente los aprendizajes previos y la globalidad).

2.- EL DESARROLLO PSICOMOTOR EN LOS NIÑOS Y NIÑAS HASTA LOS SEIS AÑOS

Paso ahora a comentar algunas características del desarrollo motor

2.1.- EL DESARROLLO MOTOR Y LAS LEYES DE MADURACIÓN

Debido a la inmadurez del Sistema Nervioso que presenta el niño al nacer, éste presenta múltiples limitaciones en sus movimientos. A través del proceso de mielinización y la progresiva maduración de las neuronas y sus conexiones, las respuestas y acciones que realice el niño serán cada vez más adaptadas.

El bebé de pocos meses presentará respuestas involuntarias, automáticas y reflejas, es decir, movimientos que no puede controlar. Posteriormente, la maduración de las fibras y centros nerviosos dará lugar a movimientos conscientes y voluntarios, de manera que el niño ya puede comenzar a ejercer un control sobre sus movimientos.

Como afirman los autores Martínez y Nuñez “El desarrollo motor evoluciona desde los actos reflejos y movimientos incoordinados y sin finalidad precisa, típicos del recién nacido, hasta los movimientos coordinados y precisos del acto motor voluntario y los hábitos motores del acto motor”.

Se entiende por reflejo una respuesta de carácter automático, involuntaria e innata. Hablamos de acto motor voluntario como aquél que se realiza de forma voluntaria e intencionada. Se entiende por acto o movimiento automático como aquél que, al repetir los movimientos voluntarios, se integran éstos de forma automática y pasan a ser hábitos.

Por ejemplo la marcha, al principio el niño tiene que poner toda su atención para andar, pero con el paso del tiempo, a la vez que anda, puede hablar, comer, …, ya pasa a ser un acto o movimiento automático.

2.2.- LAS LEYES FUNDAMENTALES EN LA MADURACIÓN DE LA MOTRICIDAD (o del desarrollo motor)

El desarrollo motor va a ajustarse fundamentalmente a dos leyes: la Ley Céfalo-Caudal y la Ley Próximo-Distal.

Según la Ley Céfalo-Caudal, se controlan antes las partes del cuerpo que están más próximas a la cabeza. El control de los músculos y de las respuestas motrices se efectúa en orden descendente, de la cabeza a los pies. El niño sostiene la cabeza con los músculos del cuello antes de mantener erecto el tronco.

La Ley Próximo-Distal afirma que se van controlando los movimientos desde la zona más próxima al eje del cuerpo hacia la zona más alejada. Se controla antes el movimiento de los hombros que el de la muñeca, y el de ésta antes que el de la mano; esa es la razón por la que los garabatos desordenados preceden a los garabatos en zigzag, que exigen sólo un movimiento barrido del codo y que son anteriores a los garabatos circulares, que exigen cierta rotación de la muñeca. El control de las partes más alejadas, muñeca y dedos, se consigue en el 2º Ciclo de Educación Infantil.

Como consecuencia de estas dos leyes, el movimiento del niño va integrando y controlando mayor número de grupos musculares, con lo que se va realizando cada vez movimientos más precisos y complejos.

Además, la Ley Próximo-Distal explica el porqué el dominio de la psicomotricidad fina es posterior al dominio de la motricidad gruesa (coordinación de grandes grupos musculares implicados en los mecanismos de la locomoción, el equilibrio y el control postural global).

2.3.- EL ESQUEMA CORPORAL

Al abordar el tema del desarrollo psicomotor, es necesario hablar de un concepto fundamental como es el Esquema Corporal; para muchos autores este concepto es la clave del estudio de la psicomotricidad.

Podemos definir el Esquema Corporal como la representación mental que el niño llega a tener de su propio cuerpo, de sus segmentos, de sus posibilidades de movimiento y de sus límites (Martínez y Nuñez). Psicomotricidad y Educación Infantil

Es muy importante para la formación de la propia imagen corporal el contacto con el ambiente físico y el afectivo en que se desenvuelve el niño.

Para realizar cualquier acto motor voluntario de forma eficaz y autónoma, es necesario tener conciencia de los segmentos corporales y de sus posibilidades de movimiento ( Esquema Corporal); esta conciencia permitirá una elaboración mental del gesto a realizar y la posibilidad de corregir movimientos innecesarios.


2.3.1.- LA EVOLUCIÓN DEL ESQUEMA CORPORAL

El esquema corporal se va construyendo o formando en el niño desde el nacimiento hasta aproximadamente los 12 ó 13 años, aunque hacia los 6 años el niño consigue un esquema corporal bien organizado. Es un concepto dinámico, que constantemente se está rehaciendo.

El niño, al nacer, no diferencia entre el “yo” y el “no yo”, no tiene consciencia de ser; es gracias a las experiencias que vive a través de las sensaciones de su cuerpo, el diálogo corporal con los adultos y con otros niños, etc., como el niño irá diferenciándose de los otros y de los objetos.

En los primeros meses de vida, el bebé sólo tiene imágenes fragmentadas de sí mismo, no relaciona las distintas partes de su cuerpo como un todo. A partir del año de vida comienza a tomar conciencia de unidad y globalidad corporal. Según Lacan, al sexto mes de vida, el niño ya se reconoce en el espejo y empieza a formarse la imagen de sí mismo.

Durante el 2º y el 3º año, el niño adquiere cierta independencia con respecto al adulto y esto contribuye al desarrollo de los sentimientos de competencia y autoeficacia, tan necesarios para la formación de una imagen positiva de sí mismo. En el segundo año empieza a establecer la noción de identidad, esto lo manifiesta a través del uso del pronombre “yo”. A partir de los 3 años, será a través del dibujo como manifestará la elaboración e integración de su esquema corporal, es decir, el conocimiento de su cuerpo y de sus segmentos.


2.3.2.- COMPONENTES DEL ESQUEMA CORPORAL

El niño va a ir adquiriendo el Esquema Corporal a partir de las experiencias relacionadas con las sensaciones, el control postural, el control tónico, la estructuración espacio-temporal y la lateralidad. Todos éstos son los componentes del esquema corporal.

A- Las Sensaciones

Toda la información que recibe el niño de sí mismo y del exterior, le llega a través de las sensaciones. Podemos diferenciar tres tipos de sensaciones: la primera información que tiene el niño acerca de su cuerpo es la que le llega a través de las SENSACIONES INTEROCEPTIVAS. Estas sensaciones le aportan información de los estados de necesidad fisiológica; son las primeras para establecer la relación del niño con el entorno, y los adultos deben responder a estas necesidades. Otras son las SENSACIONES PROPIOCEPTIVAS, éstas le dan información al niño sobre la propia actividad motriz y le ayudan a establecer el control progresivo de la motricidad. Con esta información el niño va elaborando el conocimiento de las distintas partes del cuerpo, de sus posibilidades y su correcta adaptación a las diferentes situaciones.

Y por último, la información que procede del exterior la recibe a través de las SENSACIONES EXTEREOCEPTIVAS; éstas le aportan el conocimiento de las cualidades exteriores del propio cuerpo mediante los sentidos ( a través del tacto, la vista, el oído, el olfato y el gusto). La piel proporciona el conocimiento de los límites del cuerpo y a través de la vista se puede tener una imagen de las distintas partes del mismo, etc. De aquí que sea tan importante trabajar todos los sentidos en la Escuela infantil a través de juegos como :la caja mágica, la bolsa del tesoro, juegos musicales, ….

B- El Control Tónico

Otro componente del Esquema corporal es el control tónico.

El tono muscular es el grado de tensión o distensión que necesitan los músculos para poder llevar a cabo la acción o adquirir una postura determinada.

En los primeros días de vida, se observa una hipertonía o rigidez en los miembros superiores e inferiores y una hipotonía o falta de tensión muscular en el eje corporal. A medida que va madurando el sistema nervioso y atendiendo a las dos leyes del desarrollo (la próximo-distal y la céfalo-caudal), el niño irá logrando un dominio progresivo de hombros, codos, muñecas, manos y dedos (sentido próximo-distal), y la cabeza, cuello, tronco, cadera, piernas (sentido céfalo-caudal).

El tono muscular está muy ligado a las experiencias de tipo emocional y relacional. El placer o displacer que siente el niño se va a manifestar a través de la tensión o distensión corporal.

A medida que el sistema nervioso evoluciona, el niño irá consiguiendo un mayor control del tono y de los movimientos, y esto le proporciona un mejor conocimiento y aceptación de su propio cuerpo y una conciencia positiva de sí mismo. Nosotros le ayudaremos con actividades de relajación, de tensión y distensión. Cualquier actividad de relajación va a favorecer el control tónico. La relajación del ámbito de hielo es algo que les gusta mucho y se puede realizar en cualquier sitio.


C- El Control Postural

Este control hace referencia o viene determinado al equilibrio y a la coordinación dinámica general y segmentaria. Todo movimiento implica un desequilibrio y la consiguiente búsqueda de equilibrio.

Al hablar de equilibrio nos referimos a un estado de desequilibrio permanente compensado. En el equilibrio entran en juego todos los sentidos. En general, cualquier movimiento, como andar, correr, etc., supone un cambio en los puntos de apoyo y en el centro de gravedad y, por tanto, será necesario hacer reajustes posturales para mantener el equilibrio, lo que implica un dominio de las distintas partes del cuerpo.

El control postural se logra a través de actividades tanto estáticas como dinámicas.

Además, todas las actividades que implican buscar equilibrio les gusta a los niños, como es el montar en pédalos, utilizar zancos, ir a la pata coja, etc.

La Coordinación General se refiere a los movimientos globales del cuerpo (la marcha, correr, trepar, …), todas estas actividades se van haciendo cada vez más precisas a lo largo de la etapa infantil.

La Coordinación Segmentaria pone en relación determinadas partes del cuerpo (normalmente la vista, el oído, las extremidades) y un objeto. Por lo general, se denomina coordinación viso-motriz e implica el control y coordinación de movimientos dirigidos hacia un objetivo: lanzar una pelota, dibujar en un papel y, prácticamente, todas las actividades en las que sea necesario manejar un objeto. De una forma más específica, se habla de coordinación óculo-manual, óculo-pedal,

La coordinación da al niño confianza y seguridad en sí mismo; es la base de toda actividad de relación e influye en la capacidad de iniciativa y autonomía.

D. La Estructuración Espacio-Temporal

Además, hay que tener en cuenta que toda actividad se desarrolla en un espacio y en un tiempo determinado.

El niño elabora la noción de espacio exterior sobre la referencia de su propio espacio corporal. Según André Lapierre, en un primer momento el espacio es percibido como la distancia que media entre el cuerpo y el objeto que se quiere alcanzar, y la dirección del gesto; posteriormente ese espacio se establece como relación de los objetos entre sí. Las nociones especiales pueden ser de orientación (se centran sobre el propio cuerpo), de situación (se refieren a la relación entre los objetos), de dirección, de posición y de dimensión.

Encarnación Sugrañes diferencia dos tipos de Espacio: el práctico o real y el figurativo. El práctico o real es donde se desarrolla la acción; el figurativo se refiere a la representación del espacio a través de un dibujo, supone la conceptualización de las nociones espaciales.

En Educación Infantil se trabajarán situaciones que vayan desde el espacio práctico o real, al figurativo.

El desarrollo de la estructuración espacio-temporal se favorece a través de actividades que implican desplazamientos, itinerarios, manipulaciones, construcciones, …, que dan lugar al descubrimiento de las distintas orientaciones espaciales.

En relación al tiempo también es preciso vivenciarlo antes de establecer las relaciones conceptuales.

Las primeras experiencias del niño en relación a su cuerpo y a las rutinas básicas de alimentación, higiene, …, va a propiciar la interiorización del ritmo; después, a través de actividades simples con objetos y, a partir de los tres años, actividades de ritmo, narración de historias, … , contribuirán a la organización de los conceptos temporales.

Esta capacidad de estructuración es fundamental y básica para el inicio de los aprendizajes instrumentales: la lectura y la escritura.

E- La Lateralidad

La lateralidad es la utilización que hace un sujeto de cada una de las partes de su cuerpo respecto al eje, es decir, del lado derecho o del lado izquierdo. Normalmente se refiere a las manos, pies y ojos. Si el predominio es del lado derecho, es un sujeto diestro, si es del lado izquierdo se denomina zurdo y si no se define por ninguno de los lados se llama ambidiestro. Cuando la utilización de los lados no es homogénea se habla de lateralidad cruzada (individuo diestro de mano y zurdo de pie).

La lateralización es el proceso mediante el cual el niño va desarrollando la preferencia o dominancia de un lado de su cuerpo con respecto al otro. En general, la lateralidad no está establecida antes de los seis años, aunque algunos manifiestan un predominio desde muy corta edad.

Los educadores deben respetar y estimular el predominio lateral espontáneo sin forzar en un sentido u otro la lateralidad. Es importante que el educador observe cuál es la mano que más tiende a utilizar el niño y favorecer ese lado, ofreciendo los objetos desde una posición de mayor proximidad a ese lado. Contrariar la lateralidad conlleva problemas en la organización espacial, dificultades en la lectura y escritura, problemas de autoconcepto en el niño, …

3.- LA PSICOMOTRICIDAD EN EL CURRÍCULO DE LA EDUCACIÓN INFANTIL

Se puede entender la psicomotricidad desde dos perspectivas, en un sentido amplio, incluyendo las actividades de vida cotidiana y en general todo aquello que el niño realiza, sea o no dirigido por el educador, o en un sentido restringido, reduciendo la psicomotricidad a sesiones realizadas en un tiempo y espacios determinados, planificadas en función de unos objetivos y dirigidas a través de unas actividades.

Actualmente las recomendaciones que hace el M.E.C. acerca del tratamiento de la psicomotricidad van dirigidas en un sentido amplio del término. Así se dita textualmente en el D.C.B. de Educación Infantil: “El movimiento, la sensación y la percepción no deben ser trabajados de forma aislada, sino en el contexto de actividades más amplias de las que el centro de Educación Infantil se nutre para conseguir sus propósitos educativos (juego físico, juego simbólico, actividades de vida cotidiana, actividades relacionadas con el cuidado e higiene personal y de los espacios que ocupa, tareas de trabajo, etc.”.

3.1.- LOS OBJETIVOS

Como anteriormente he expuesto, el niño va adquiriendo el conocimiento y control del cuerpo desde el nacimiento hasta los seis años. Cualquier actividad que trate de resolver implicará aspectos motores, por lo que uno de los objetivos fundamentales en estas edades (0 – 6 años) va a ser el trabajo con el cuerpo.

La psicomotricidad no aparece de forma explícita como área de Educación Infantil, pero sí se encuentra reflejada en ella. En el R.D. 1333/1991 de 6 de Septiembre, se establecen los objetivos correspondientes a la etapa de Educación Infantil y a las distintas áreas que se han de impartir.

En dicho decreto, referido a los objetivos generales de etapa, se establecen los objetivos relacionados directamente con el desarrollo psicomotriz. El segundo dice : “descubrir, conocer y controlar progresivamente su propio cuerpo, sus elementos básicos, sus características, valorando sus posibilidades y limitaciones para actuar de forma cada vez más autónoma en las actividades habituales”. El 8º dice: “comunicarse con los demás utilizando el lenguaje oral y corporal para expresar sus sentimientos, deseos y experiencias, y para influir en el comportamiento de los otros”.

No hay que olvidar que el currículo de la Educación Infantil se estructura en torno a tres áreas, debiendo ser concebidas con un criterio de globalidad y mutua dependencia, tal como se establece en el art. 6 del citado R.D. 1333/1991.

De todo esto se desprende que el desarrollo psicomotriz no será parcelado para una determinada área, sino que se deberá ir distribuyendo equitativamente en cada una de las tres áreas.

Los objetivos se adaptarán al nivel evolutivo que corresponda, a través de actividades y experiencias que el niño pueda realizar.

Atendiendo al sentido evolutivo, los objetivos que se marque la psicomotricidad pretenderán que el niño pase de lo sensoriomotor a la representación, de la vivencia al conocimiento o conceptualización, el movimiento involuntario al movimiento controlado, de la dependencia a la autonomía y del egocentrismo a la socialización.

Como es conocido, en el currículum de la Educación Infantil se trabajan estas tres áreas: Identidad y autonomía personal, Medio físico y social, y Comunicación y representación; como ya he expuesto anteriormente, aunque la psicomotricidad no tiene unos objetivos ni unos contenidos explícitos, sí se encuentra presente de forma implícita en todas las áreas.

El área de la Identidad y autonomía personal hace referencia al conocimiento, valoración y control que los niños van adquiriendo de sí mismos y a la capacidad para utilizar los recursos personales de los que disponga en ese momento. Esto está totalmente ligado con la psicomotricidad, ya que ésta pretende que el niño se conozca y se acepte para poder llegar a tener una personalidad equilibrada y acorde con su edad.

El concepto que el niño tiene de sí mismo no es objetivo, sino que la autoestima del niño es, en gran parte, una interiorización de la estima que demuestren las personas que le rodean y de la confianza que en él depositan. Partiendo de esta premisa, los educadores deberemos evitar siempre poner en evidencia al pequeño, facilitaremos la interacción entre iguales favoreciendo siempre actitudes de respeto, tanto entre niño-niño como niño-adulto. También deberemos facilitar la autonomía del niño; para ello, va a jugar un papel muy importante la situación ambiental, deberemos evitar los peligros y colocaremos todo el material a su alcance para que pueda disponer de él de forma independiente. Una actividad de psicomotricidad que se enmarcaría en este área sería la realización de un circuito en el que nos desplazáramos de distintas formas.

El área Medio físico y social se refiere a la ampliación progresiva de la experiencia infantil y a la construcción de un conocimiento sobre el medio físico y social cada vez más completo. Para que este conocimiento se dé, el niño debe utilizar las posibilidades perceptivas que su cuerpo le brinda, va a conocer el medio que le rodea a través de la vista, el tacto, …, factores íntimamente relacionados con la psicomotricidad. Una actividad que podríamos realizar sería la de conocer diferentes frutas por el tacto, luego por el gusto y más tarde por el olfato.

Por último, el área Comunicación y representación tiene como objetivo contribuir a mejorar las relaciones entre el individuo y el medio. Cualquier dramatización, como el juego “de la Habana ha venido un barco cargadito de…”, que el cuerpo sea el protagonista.

La mayoría de los contenidos de Educación Infantil se pueden abordar desde una concepción psicomotriz, que utiliza como recurso pedagógico el juego, contemplando la actividad corporal en todas sus dimensiones.

Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, hay que entender la psicomotricidad como una metodología que favorece el desarrollo integral de los niños y que parte de la utilización del cuerpo y su movimiento. El cuerpo en movimiento constituye un medio globalizador que organiza las funciones motrices, de pensamiento y sentimiento.

Una metodología globalizadora que acerque al individuo a la realidad debe ser activa. La actividad es imprescindible tanto para el desarrollo físico y psicomotor, como para la construcción del conocimiento. Por lo tanto, los educadores deberemos potenciar situaciones en las que los niños y niñas puedan desarrollar sus capacidades de manipular, explorar, observar, experimentar, construir, etc.


4.- LA SENSACIÓN Y LA PERCEPCIÓN COMO FUENTE DE CONOCIMIENTO

Ahora, paso a tratar el tema de la sensación y la percepción como fuente de conocimiento.

El desarrollo perceptivo es la base sobre la cual se van desarrollando otros procesos cognitivos y relacionales. Los sentidos sirven como medio para adquirir el conocimiento del propio cuerpo y, además, son los canales por donde se recibe la información que hay en el mundo exterior y en el propio cuerpo.

Se entiende por sensación “la información o estado elemental de conocimiento, originado por la acción directa del estímulo sobre un órgano sensorial”. Si los canales sensoriales estuvieran cerrados o los órganos de los sentidos no captaran la información, no sería posible la vida consciente.

Como he expuesto anteriormente, las sensaciones las podemos clasificar como Interoceptivas, Exteroceptivas y Propioceptivas.

Las sensaciones aportan un material bruto al sujeto y éste debe organizarlo para poder obtener su significado o entenderlo. Este proceso se lleva a cabo en el cerebro y evoluciona a medida que el individuo va madurando y recibiendo experiencias.

Cuando el sujeto es capaz de organizar las sensaciones, comprenderlas y/u ordenarlas, se está dando la percepción.

Para Bower, la percepción es “cualquier proceso mediante el cual nos damos cuenta de aquello que está sucediendo fuera de nosotros”.

La forma de percibir el mundo no es igual en todos los individuos; se percibe no sólo lo que se ve, se oye, se saborea, etc., sino también el significado que se da a las cosas, y esto dependerá de las experiencias previas de cada sujeto. por eso un mismo estímulo es percibido de manera distinta por dos individuos diferentes.

Nos encontramos con dos posturas acerca de la forma en que los sujetos organizan y perciben la información. Por un lado, nos encontramos con la perspectiva ambientalista que da una importancia considerable a las experiencias que proporciona el ambiente. Según esta postura, la percepción de los elementos es anterior a la del todo o globalidad. Por otro lado, nos encontramos con la perspectiva maduracionista, que mantiene que la percepción se estructura como una configuración global cuando se recibe la estimulación. Establece que el niño tiene en primer lugar una visión global y más tarde la percepción de las partes.

En el desarrollo perceptivo influyen diversos factores:

1.- El estímulo o situación ambiental, que debe tener la suficiente intensidad para generar sensación y debe ser interesante par el niño (Gloria Medrano). Además hay que tener en cuenta el tiempo de exposición el estímulo : ni muy poco tiempo ni demasiado, ya que se pierde el interés por ello.

2.- Los recursos físicos del sujeto que determinan la forma de recibir e interpretar los estímulos (los órganos sensoriales, la mielinización, …)

3.- Condiciones psicológicas del sujeto: calidad y cantidad de experiencias, memoria, atención, motivación y condiciones emocionales del niño.

El sistema perceptivo va evolucionando desde un estado de confusión inicial de estímulos hacia la organización y diferenciación cada vez mayor de estos estímulos, tanto interiores como exteriores. El sistema perceptivo se va haciendo cada vez más especializado a lo largo del desarrollo.

La adquisición de la “constancia perceptiva” será uno de los mayores logros en el desarrollo. Y es con el lenguaje con el que el niño va estableciendo y dominando categorías.

Es preciso considerar que los sentidos no funcionan de forma independiente sino que interactúan entre ellos. El educador deberá favorecer y potenciar esta interacción procurando experiencias en las que se trabajen y se exploren el mayor número de sentidos posible, dando cabida a los niños con necesidades especiales que puedan presentar alguna discapacidad sensorial de cualquier tipo. Aquí servirá el ejemplo anterior del reconocimiento de las frutas por el tacto, por el gusto, por el olfato y por la vista.

Para concluir, podemos decir que las sensaciones van a ser el primer medio de contacto que el niño establezca con el mundo exterior. La repetición y la práctica harán que estas sensaciones se conviertan en percepciones y que influyan en todas las dimensiones del desarrollo del niño.

4.1.- ORGANIZACIÓN SENSORIAL Y PERCEPTIVA

Los primeros años de vida son decisivos para el aprendizaje de las propiedades permanentes de los objetos. El descubrimiento de estas propiedades invariantes es sucesivo, la idea de constancia es paulatina y siempre en correlación con los progresos de la estructura cognitiva y de la capacidad intelectual.

La constancia más precoz es la del tamaño, y una de las más tardías es la del tiempo y volumen.

5.- LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA

En la práctica educativa, nos marcaremos estos tres objetivos: el primero, educar la capacidad sensitiva a partir de las sensaciones del propio cuerpo; trataremos de transmitir al cerebro el máximo de información posible relativo al propio cuerpo y/o al mundo exterior. El segundo objetivo, será educar la capacidad perceptiva, de forma que el niño estructure la información, la integre y le dé un sentido. Y el último objetivo será educar la capacidad representativa y simbólica. Debemos ayudar al niño a tomar conciencia de qué movimiento quiere hacer, cómo y para qué.

La metodología será la que utilizaremos para las demás áreas. Utilizaremos la actividad corporal y el lenguaje como instrumentos. Motivaremos a los niños y partiremos de los aprendizajes previos. Las instrucciones serán claras. Guardaremos un orden y una organización espacio-temporal tanto en casa como en el colegio. Y las actividades se guardarán un orden según el grado de dificultad que presenten.

Para la evaluación de la práctica psicomotriz tendremos que elaborar instrumentos de medida que recojan todo aquello que nos hayamos marcado como objetivo.

Las actividades que van a favorecer el desarrollo psicomotriz las podemos englobar en tres grupos:

– Actividades de la vida cotidiana

– Actividades motrices espontáneas

– Actividades sugeridas por la educadora

En los dos primeros grupos, el educador deberá favorecer estas actividades a través la situación ambiental y con una actitud de confianza, de forma que se favorecerá la autonomía y el movimiento.

Dentro del tercer grupo, debemos incluir actividades de psicomotricidad gruesa: marcha, gateo, reptar, carrera, salto, subidas y bajadas, desplazamiento sobre ruedas, trepar, balanceo, rítmicas, danzas, lanzamiento, recogida de objetos, …; también hay que incluir actividades de psicomotricidad fina o segmentada: coordinación óculo-manual, motricidad facial y motricidad manual y actividades para la elaboración del esquema corporal.

6.- CONCLUSIÓN

Como reflexión final, cabe destacar la importancia de la actividad del niño y la estimulación de todos los sentidos ya que, gracias a ello, el niño podrá conocerse y conocer el mundo que le rodea, factores que le ayudarán a tener una autoimagen positiva y una personalidad equilibrada llegando al fin a ser una persona autónoma, que es el fin último de la educación.