Tema 10 – La madurez: modelos de desarrollo y edad adulta, habilidades intelectuales, personalidad y procesos de socialización, factores psicosociales de la vida adulta. Vínculos y relaciones sociales: amistad y matrimonio, paternidad-maternidad, trabajo y paro.

Tema 10 – La madurez: modelos de desarrollo y edad adulta, habilidades intelectuales, personalidad y procesos de socialización, factores psicosociales de la vida adulta. Vínculos y relaciones sociales: amistad y matrimonio, paternidad-maternidad, trabajo y paro.

INTRODUCCIÓN

La vida humana es un proceso de evolución, maduración y desarrollo, es algo dinámico, va evolucionando a través de etapas o momentos sucesivos. Cada etapa tiene peculiaridades propias que se reflejan en el modo de ser y comportarse de todo individuo.

No es fácil delimitar el tiempo de inicio y duración de cada una de las fases o etapas. Se constatan diferencias importantes de unos individuos a otros y de unas culturas a otras.

La psicología evolutiva tradicional entendía que los procesos de desarrollo terminaban con el final de la adolescencia, momento en que se llegaba a la meta del desarrollo. No se negaba que a los adultos y ancianos les pasaran cosas psicológicamente relevantes y significativas, pero se suponía que estos acontecimientos o experiencias no introducían cambios evolutivos que pudieran hablar de un nuevo estadio de desarrollo. Pero a pesar de ello había investigadores dedicados a los procesos físicos y psicológicos que ocurrían con posterioridad.

A lo largo de este tema veremos las distintas teorías sobre la madurez, sus fases, actividades principales y sus habilidades intelectuales como un modo de adaptación a la sociedad en que el individuo se desenvuelve.

Serán los factores psicosociales los más importantes para definir a una persona madura.

  1. LA MADUREZ: MODELOS DE DESARROLLO Y EDAD ADULTA, HABILIDADES INTELECTUALES, PERSONALIDAD Y PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN, FACTORES PSICOSOCIALES DE LA VIDA ADULTA.

Madurez puede definirse como la etapa de la vida que se extiende desde los 20-25 años hasta los 60-65 años. Para que esta definición no sea incompleta hay que añadirle un conjunto de actividades y eventos que se suceden a lo largo de una serie de años, que varían según las sociedades y los momentos de la historia.

En cuanto a los cambios físicos entramos en una larga etapa de continuidad, en las personas sanas, tal vez el único momento de discontinuidad durante la adultez se puede destacar la menopausia (cesar ovulación y menstruación) en las mujeres entre 45 y 50 años. A medida que la adultez va avanzando se van produciendo deterioros de diverso tipo que no comprometen el funcionamiento psicológico de las personas ni la adaptación de estas personas a las condiciones de vida y trabajo, que tienen que ver con el envejecimiento primario (determinado genéticamente) y por procesos de envejecimiento secundario (ligado a estilos y condiciones de vida). Grandes diferencias individuales en cuanto a ritmo, forma y edad.

Existen dos modelos que nos explican este desarrollo, el modelo de crisis normativa y el de los momentos adecuados de la ocurrencia de los acontecimientos.

a. Modelo de crisis normativa.

Los representantes de este modelo son Erikson, Vaillant y Levinson; ellos afirman que existe un plan incorporado para el desarrollo humano, y que durante cada etapa de la vida las personas encaran una crisis o tarea específica.

De acuerdo con Erikson, durante esta etapa, las personas se enfrentan a una crisis psicosocial, intimidad vs aislamiento. Para superarla con éxito, es necesario que los jóvenes adultos fundan su identidad con una estrecha e íntima relación heterosexual que conduzca a la procreación. Las características negativas que pueden presentarse en este período son el ensimismamiento y el aislamiento.

Los estudios sobre mujeres revelan que existen diferencias en el camino hacia la identidad. Tradicionalmente, las mujeres se definen en términos de separación y autonomía. Parece que logran la identidad a través de las relaciones y los vínculos.

b. Modelo de los momentos adecuados de ocurrencia.

Este modelo señala que el desarrollo de los adultos está influido por eventos específicos importantes que ocurren en la vida de una persona, y que la ocurrencia de un evento afecta la reacción de la persona ante él.

Los momentos de la vida pueden ser esperados (normativos) o inesperados (no normativos). La época de la ocurrencia de los eventos puede modificar la “normatividad”. Los eventos que llegan fuera de tiempo generan más estrés que los que ocurren a tiempo. A pesar de que la sociedad presta menos atención a la edad, muchas personas todavía tratan de programar según los “relojes sociales” algunos eventos importantes de la vida como el matrimonio, el progreso en una profesión y la paternidad.

Habilidades intelectuales

Las habilidades intelectuales del adulto son la suma de cambios acontecidos en su cognición e intelecto a lo largo de su experiencia cotidiana durante toda su vida.

Numerosas investigaciones han señalado cambios biológicos degenerativos que se producen durante la edad adulta, declinar de las capacidades intelectuales, particularmente las relacionadas con la inteligencia fluida. Puede ocurrir que este declinar se deba a falta de práctica o la utilización de estrategias inapropiadas. Si se interviene aumenta el rendimiento intelectual, lo que aboga a favor de una relativa plasticidad en el funcionamiento intelectual durante la madurez.

Desarrollo de la personalidad

La personalidad cambia según la trayectoria vital, sin poder generalizar en absoluto.

En lo referente al desarrollo de la personalidad nos referimos a dos cuestiones fundamentales:

– Existencia de una crisis a la mitad de la vida: diversos investigadores la sitúan entre los 40/45 años y la describen como una época de evaluación de uno mismo y de la propia vida, que se produce coincidiendo con el ecuador de la existencia, la persona mira hacia atrás y analiza.

– Estabilidad de los rasgos de la personalidad

Procesos de socialización

Durante la madurez se inaugura una nueva red de relaciones sociales debido principalmente a los roles que se vinculan con el estatus de adulto. Tres roles son los más importantes en la vida del adulto:

Þ Familiar

Þ Profesional

Þ Comunitario, dentro de este las relaciones de amistad

El campo de las relaciones sociales durante la vida adulta es amplio, se pueden distinguir 6 campos de relaciones:

a) Relaciones individuales más o menos ocasionales y anecdóticas, poco íntimas y numerosas

b) Relaciones asociativas, dependiendo de la pertenencia grupal

c) Relaciones profesionales, derivadas de la vida ocupacional, no suelen conducir a un alto grado de intimidad

d) Relaciones de amistad estrechas y escasas

e) Relaciones familiares, ocupan un lugar preeminente en la vida social y personal del individuo

f) Relaciones íntimas, con pareja, padres e hijos, poseen el más alto grado de intimidad

En el ámbito del desarrollo social hay dos ámbitos de indudable importancia:

  • Vida familiar
  • Experiencias laborales

Factores psicosociales de la vida adulta

Factores sociales que rodean la evolución y desarrollo del individuo, actúan sobre las acciones comportamentales y sobre su personalidad

La madurez está fundamentalmente marcada por acontecimientos sociales, por cambios en la estructura de los roles, por demandas y exigencias que derivar de asumir importantes tareas sociales. Por lo tanto la madurez es el conjunto de actividades y eventos que se suceden a lo largo de una serie de años, que varían según las sociedades y según los momentos de la historia.

Dentro de la madurez encontramos distinta fases:

  • Adultez temprana (21-25) (18-30) (17-40): fase de importantes cambios sociales en los ámbitos de la vida profesional y familiar. Tareas:
    • Elección de un compañero/a
    • Comienzo de una ocupación
    • Aprendizaje de la convivencia marital
    • Paternidad
    • Cuidado de los hijos
    • Gobierno y dirección del hogar
    • Adquisición de responsabilidades cívicas
  • Adultez media (25-40) (30-60) (40-65): etapa de gran productividad, especialmente en la esfera intelectual y artística, etapa de creatividad y de los más importantes logros intelectuales. Es el período en el que se consigue la plena autorrealización. Tareas:

o Ayudar a los hijos en su crecimiento y preparación para la vida adulta

o Logro de responsabilidades sociales y cívicas

o Logro y mantenimiento de la satisfacción en el propio trabajo

o Desarrollo de actividades de ocio

o Relación más directa con la pareja

o Ajuste a los cambios fisiológicos

o Adaptación a la ancianidad de los padres

  • Adultez tardía (40-55/60): características, tareas y eventos propios de un anciano. Tareas:

o Ajuste al declive físico

o Ajuste al retiro y a la reducción de ingresos

o Establecimiento de una vida cómoda

o Aceptación del ciclo de vida como algo irrenunciable e insustituible

  1. VÍNCULOS Y RELACIONES SOCIALES: AMISTAD Y MATRIMONIO, PARTERNIDAD-MATERNIDAD, TRABAJO Y PARO.

3.1. Amistad y matrimonio

El rol de amigo se extiende a lo largo de toda la vida del individuo, pero durante ciertas etapas los amigos adquieren un relieve singular por ejemplo durante la adolescencia. En la vida adulta se reduce el número de amigos, debido a un cambio en la naturaleza del apego que tiene como base principal la preocupación por nuestros propios asuntos, también debilitamiento de habilidades interactivas a medida que aumenta la edad.

La gente elige sus amigos de acuerdo con el principio de semejanza, le sigue reciprocidad, ayuda, confianza. Son muy frecuentes entre los adultos las amistades mixtas.

Desde el punto de vista de vínculos y relaciones sociales el evento por excelencia durante la vida adulta es el matrimonio, vida afectiva y sexual en común entre dos personas de distinto o del mismo sexo.

En la actualidad el matrimonio es concebido en términos de compañía, intimidad y amistad y se evalúa en razón de su capacidad para ayudar al crecimiento personal y mantener la estabilidad de la pareja. Ha habido un cambio importante en la concepción del matrimonio.

La elección de pareja se hace según el principio de semejanza lo que conduce a la formación de parejas afines en raza, nivel educativo y económico, edad…

El matrimonio (en sentido amplio) es un rol que se ejerce a raíz de la consecución de un estatus de edad concreto (adultez temprana), es una norma de conducta que se espera de quienes alcanzan una edad concreta cuyo cumplimiento o rechazo actúa sobre el mundo de las relaciones del individuo, su auto-imagen, sus esquemas cognitivos y en definitiva sobre su personalidad.

El divorcio es un fenómeno creciente durante las últimas décadas, estrechamente vinculado a profundos cambios valorativos y actitudinales en torno a la naturaleza del matrimonio. Son muchas y muy complejas las variables relacionadas con la ruptura de la estabilidad matrimonial, las más llamativas:

a) Factores socioeconómicos y de edad, relación inversa entre divorcio y nivel de ingresos, educación y edad del primer matrimonio.

b) Embarazo previo al matrimonio, incrementa la probabilidad de divorcio

c) Inestabilidad en el empleo o brusco descenso de sus ingresos

d) Experiencia de separación o divorcio de los padres

Los motivos que argumentan las parejas al divorciarse:

– Falta de comprensión y comunicación

– Conflictos y desacuerdos en relación con las funciones y tareas dentro del matrimonio

– Incompatibilidad de intereses, valores y metas

– Deprivación sexual

El divorcio es una situación traumática que conduce a un estado de estrés, de aislamiento y de cierta desesperanza acerca del futuro

3.2. Paternidad-maternidad

Si el matrimonio es fuente de demandas y exigencias sociales más o menos novedosas para el individuo, los hijos vienen a completar los derechos y obligaciones de la vida adulta y de la vida de la pareja. La llegada del primer hijo supone, sin duda, una de las experiencias más decisivas en la vida del adulto.

La paternidad es sacrificio y renuncia, supone una situación de “crisis” para muchas parejas:

  • Reducción de la actividad social
  • Incremento de quehaceres y deberes domésticos
  • Costes adicionales
  • Mengua de la atracción sexual de las mujeres
  • Tensión en las relaciones entre la pareja como consecuencia de la necesidad de adaptación a la nueva situación creada con la llegada de un nuevo miembro

Hay una sutil presión social a favor de la paternidad y en algunos casos crueles estereotipos que se le dedican a la parejas sin hijos (egoístas, inmorales, irresponsables, infelices…)

Contrariamente al mito de que los hijos son una ayuda en el desarrollo y consolidación del matrimonio, la evidencia empírica sugiere que éstos son la causa principal de fricciones y tensión en las relaciones entre la pareja.

Las razones, motivos o valores que subyacen a la paternidad:

a) El ser padre valida el estatus y la identidad del adulto

b) A través de los hijos se alcanza cierta inmortalidad

c) La paternidad es una manera de asumir valores de altruismo, control de la impulsividad y dedicación social

d) Los hijos incrementan el grupo familiar y lo dotan de mayor contenido de afecto y amor

e) Tener un hijo es una experiencia creativa y su cuidado contribuye a incrementar los sentimientos de logro y competencia

f) Un bebe se encuentra bajo el control de sus padres y sirve para poder ejercer tal control

g) El sentimiento de tener un hijo guapo, saludable y bueno puede derivar una satisfacción competitiva para los padres

h) Un hijo puede representar una futura ayuda especialmente cuando los padres sean viejos

Hay un conjunto de razones sociales y personales para la paternidad, razones que varían considerablemente con los entornos culturales y subculturales y en función de las personas y parejas concretas.

3.3. Trabajo y paro

Juntamente con la elección de pareja y la procreación, la búsqueda de una ocupación fija y convenientemente remunerada constituye una de las tareas más decisiva a la vez que problemática del joven adulto. Con el inicio de la actividad profesional, el individuo emprende una nueva experiencia social en una estructura de relaciones que pondrá en estrecho y permanente contacto con otras personas. Una experiencia que probablemente pretenderá satisfacer un sueño largamente acariciado y una preparación más o menos prolongada.

El trabajo es una necesidad de autorrealización personal, un rol que se espera pongan en marcha las personas llegadas a una edad concreta, un exigencia y demanda social de ajuste al sistema productivo. También puede ser un mecanismo imprescindible de adaptación a la dinámica de consumo, a la calidad de vida y en último término debe ser considerada como mecanismo de supervivencia.

El trabajo cumple una variedad de funciones:

a) Fuente de ingresos

b) Necesidad de actividad física e intelectual

c) Organizador de nuestra existencia, como orientador del tiempo

d) Tendencia de dominio y manipulación del medio

e) El trabajo tiene un fuerte contenido social

f) Decisivo indicador de estatus u fuente de sentimientos de identidad y autoestima

g) Sentimiento de utilidad, proyección y contribución social

h) Experiencias emocionales decisivas para la estructuración de la personalidad, tanto de satisfacción laboral y éxito profesional como de frustración, alienación o fracaso

Las funciones o significados sobre el trabajo varían considerablemente de acuerdo con las diferencias personales, la edad y el sexo. A lo largo de la vida del individuo va tomando varias decisiones respecto a su trabajo y ocupación.

El fenómeno del paro hace referencia a la ausencia de un rol capital en la vida adulta, a una falta de adecuación y respuesta a ciertas demandas y exigencias sociales, al incumplimiento de una norma básica de edad, todo ello con sus consiguientes repercusiones sobre la identidad, autoestima y personalidad del sujeto.

El desempleo es uno de los más graves problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad actual.

Fases por las que pasa la persona afectada:

– Conmoción, un choque psicológico

– Minimización del problema, optimismo y esperanza de poder solventar positivamente la situación, confianza en las propias habilidades y recursos y en las oportunidades externas

– A medida que va pasando el tiempo se va percatando de la seriedad del problema y comienza a aparecer el pesimismo, crisis de autoestima, cambios en las actitudes políticas, comportamientos cívicos e interpersonales

– Pesimismo que acaba con un sentimiento de desesperanza e impotencia

El paro tiene secuelas fisiológicas (incremento de la presión sanguínea, del colesterol, pérdida de apetito y peso y especial profusión de enfermedades psicosomáticas), también psíquicas (apatía, resignación, dudas sobre sí mismo, depresión, baja autoestima, creencias fatalistas y fruto de esto desesperanza, inseguridad, angustia, falta de concentración, impulsos suicidas, desórdenes mentales)y también secuelas psicosociales, profunda alteración de los modelos de relación social que afectan desde la vida familiar hasta las relaciones de amistad. Más huraños y esquivos, problemas con la bebida.

  1. CONCLUSIÓN

La vida adulta posee una naturaleza y unos condicionamientos marcadamente sociales ya que viene definida por eventos y tareas socioculturalmente delimitadas en distintos niveles de edad según sociedades y culturas. Estos eventos y tareas son múltiples y variados. La vida familiar y ocupacional, ocupan el centro y preocupación de la vida adulta. Estos roles marcan el paso de un estatus a otro y de una fase a otra.

La personalidad depende de la adaptación o no a unos roles, a las normas y exigencias sociales.

Matrimonio y divorcio, paternidad y ausencia de hijos, trabajo y paro, ejercen influencia sobre el funcionamiento psicológico del individuo.

Este tema está dentro de un grupo de temas que tratan las diferentes etapas de desarrollo humano, como los primeros de este temario son temas generales, que afectan a diferentes ciclos y módulos.

En la familia de Servicios Socioculturales y a la Comunidad se trabaja con personas, hay que conocer sus características generales, aunque cada persona sea única, para poder planificar adecuadamente a la edad.

BIBLIOGRAFÍA

El desarrollo humano, Delval, Juan. Editorial: Siglo XXI De España Editores, S.A., 2002

Desarrollo humano. Papalia, Diane E.; Wendkos Olds, Sally & Duskin Feldman, Ruth. Editorial McGraw-Hill