Tema 4 – El crecimiento y el desarrollo neuromotor, óseo y muscular. Factores endógenos y exógenos que repercuten en el desarrollo y crecimiento. Patologías relacionadas con el crecimiento y la evolución de la capacidad del movimiento. Evaluación y tratamiento en el proceso educativo.

Tema 4 – El crecimiento y el desarrollo neuromotor, óseo y muscular. Factores endógenos y exógenos que repercuten en el desarrollo y crecimiento. Patologías relacionadas con el crecimiento y la evolución de la capacidad del movimiento. Evaluación y tratamiento en el proceso educativo.

Esquema:

Introducción.

Crecimiento y desarrollo neuromotor, óseo y muscular.

Generalidades.

El crecimiento y la edad escolar.

El crecimiento neuromotor.

El desarrollo óseo.

El desarrollo muscular.

Factores endógenos y exógenos que repercuten en el desarrollo y en el crecimiento.

Factores internos o endógenos.

Factores exógenos o externos.

Patologías relacionadas con el crecimiento y la evolución de la capacidad de movimiento.

4.1 La actitud postural y su relación con el crecimiento.

4.2 Las vitaminas como fundamento de un adecuado crecimiento.

4.3 Las enfermedades óseas.

4.4 Las hormonas y el crecimiento.

4.5 Las paratonías y las sincinesias.

Evaluación y tratamiento en el proceso educativo.

Conclusiones.

Referencias bibliográficas y documentales.

INTRODUCCIÓN.

El tema 4 que regula nuestro acceso a la función pública como maestros de educación física dedica su estudio al crecimiento y a los procesos de trasformación corporal que llevan a los individuos desde la infancia a la niñez y de esta a la pubertad.

Este periodo va a coincidir en gran medida con la etapa escolar obligatoria (desde los 6 a los 16 años), etapa en la que el currículo oficial hace referencia a la importancia que nuestra área de educación física tiene como impulsora de capacidades que permitan a los alumnos reflexionar sobre los efectos de la actividad física para asumir actitudes y valores adecuados con referencia a la gestión del cuerpo (Decreto 22/2007 por el que se desarrolla el currículo oficial para la CAM). El dominio de los contenidos relacionados con el crecimiento y el desarrollo nos va a aportar la base teórica y los conocimientos necesarios para trasmitir a nuestros alumnos los contenidos motrices adecuados para orientar hábitos de práctica motriz saludable.

La estructuración de nuestra área en 5 bloques de contenidos pone de manifiesto la importancia del presente tema tanto en el bloque El cuerpo Imagen y percepción con contenidos que se refieren al desarrollo de las capacidades motrices dentro del crecimiento y desarrollo personal como el bloque 4 “Actividad física y salud”, constituido por los contenidos necesarios para que la actividad física resulte saludable.

Si analizamos los objetivos fijados tanto en el RD 1513/2006 como en el desarrollo del mismo que lleva a cabo la CAM en el Decreto 22/2007 vemos plasmada la importancia del dominio de los procesos de crecimiento y trasformación del cuerpo por parte de los maestros al ver fijados objetivos al finalizar la etapa de Educación Primaria en los alumnos como:

“Conocer y valorar el cuerpo y la actividad física como medio de exploración y disfrute de la sus posibilidades motrices, de relación con los demás y como recurso para organizar el tiempo libre”

“Apreciar la actividad física para el bienestar, manifestando una actitud responsable hacia uno mismo y las demás personas y reconociendo los efectos del ejercicio físico, de la higiene, de la alimentación y de los hábitos posturales sobre la salud”.

El análisis de los conceptos relacionados con ambos objetivos serán abordados a los largo del tema que ahora pasaremos a estudiar.

CRECIMIENTO Y DESARROLLO NEUROMOTOR, OSEO Y MUSCULAR.

2.1. Generalidades.

Podemos comenzar el estudio del tema diciendo que el desarrollo motor y el crecimiento físico, mental y social son unos conceptos que van a estar unidos e interrelacionados a lo largo de toda la educación primaria. El crecimiento físico y la maduración neuromotriz van a convertirse en uno de los factores más importantes dentro del desarrollo motor infantil (junto con el aprendizaje, el rendimiento o el control motor –véase tema 10- ):

Debido a la posible confusión que pueden derivar dichos términos nos parece interesante aclararlos someramente:

Desarrollo motor: progresión de cambio que se lleva a cabo en las competencias motrices de los seres humanos a lo largo de su existencia, así como los factores que la influyen (Ruiz Pérez y Sánchez Bañuelos). Es una progresión de cambio que no sólo está regida por la herencia o la genética ya que somos testigos de las grandes diferencias que existen entre sujetos de diferentes culturas en relación con estos patrones de movimiento. Sin duda, el efecto del ambiente en forma de estimulación y de práctica a contribuido a su refinamiento.

Crecimiento físico: es un proceso de transformación corporal y funcional que permite que las prestaciones físicas sean progresivamente más elevadas.

Maduración neuromotriz: proceso de mielinización que supone que las estructuras nerviosas se dispongan para un mayor procesamiento de la información.

Es posible delimitar de manera muy exacta las particularidades del crecimiento y las relaciones, con otros aspectos del comportamiento. Su análisis puede conducir a dos tipos de curvas:

La primera mostrará el crecimiento de un dato evaluado (talla, peso, anchura de hombros…) cada año;

La segunda curva pondrá en evidencia la velocidad de crecimiento que expresa el valor del crecimiento por año destacado en ella el impulso pubertario.

Añadir que para saber si el crecimiento de un niño se efectúa normalmente es preciso compararlo con niños de su edad.

clip_image002Se trata de una curva longitudinal que representa las tallas sucesivas de una persona entre 0 y 20 años.

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Períodos del crecimiento. Ruiz Pérez (1987) nos propone una división del crecimiento en dos grandes períodos los cuales a la vez, contienen diferentes fases:

Período prenatal:

Fase geminal.

Fase embrionaria.

Fase fetal.

Nacimiento y período postnatal:

Infancia (de dos a cinco años).

Niñez (hasta los diez u once años).

Pre y adolescencia (entre los quince y los dieciocho años).

Juventud (entre los dieciocho y los veinticinco años).

Madurez (entre los veinticinco y los sesenta años).

Vejez (de los sesenta años en adelante).

Las leyes contempladas a continuación han surgido al observarse ciertas constantes (Ferre, 1962) en el crecimiento de los individuos:

La ley de progresión y de amortiguación: el crecimiento relativo de las dimensiones corporales generales del ser es tanto mayor cuanto este ser es más joven. El ritmo de crecimiento disminuye salvo en el momento del impulso pubertario. En el curso de este período se produce una aceleración del crecimiento que no tiene nada que ver con la de la época embrionaria.

La ley de disociación: las partes del cuerpo no crecen conjuntamente y en las mismas proporciones sino más bien a velocidades diferentes. Las piernas, por ejemplo, doblan su longitud entre el nacimiento y los dos años; en el momento de la pubertad el aumento de la estatura es debido a su alargamiento después a continuación al del tronco. La relación entre los tamaños de la cabeza, del tronco y de las piernas y de la estatura total varía con la edad en relación con el crecimiento diferenciado. Si todas las partes del cuerpo crecieran a un ritmo idéntico, la morfología del adulto sería muy parecida a la del niño en el momento del nacimiento, es decir que la cabeza ocuparía el 25 % de la estatura, el tronco y las piernas, 37,5% cada uno. Aunque el encéfalo representa el 15% del peso del recién nacido no forma más que el 3% del peso del cuerpo del adulto.

La ley de alternancia: existen períodos de crecimiento más tranquilos que otros. Del nacimiento a los 2 años y después de 10 a los 15 años el crecimiento es más rápido que durante el período intermedio o después de la pubertad. El crecimiento es constante pero se efectúa de manera más rápida en determinados períodos.

2.2. El crecimiento y la edad escolar.

El crecimiento y desarrollo de los individuos es un fenómeno continuo que comienza en el momento de la concepción y culmina al finalizar la pubertad, cuando alcanza la madurez física, psicosocial y reproductiva. Los cambios en la organización y diferenciación funcional de tejidos, órganos y sistemas son el resultado del proceso de desarrollo o maduración.

El mayor crecimiento en el ser humano se produce durante su primer año de vida, llegando a aumentar en este período entre 8 y 10 kilos y entre 15 y 20 centímetros. En los siguientes años la desaceleración lleva a un crecimiento de 4 cm/año y 2 y ½ kg/año hasta llegar a los 10-11 años en las chicas y a los 12-13 en los chicos.

El trabajo como profesores en relación al crecimiento será centrarnos en la enseñanza de una educación para la salud, incidiendo en conductas y posturas correctas e incorrectas a la hora no sólo de practicar la actividad física sino cualquier otro tipo de actividad. Todo ello puede ser beneficioso o perjudicial para su posterior crecimiento.

Al final de esa etapa se inician una serie de cambios físicos y psicológicos, que acompañarán al individuo hasta el final de la adolescencia. Así, las chicas, entre los diez y los catorce años, y los chicos, entre los doce y los dieciséis, experimentan grandes aumentos de peso y de estatura, aumentos que no siempre se realizan de forma progresiva (son frecuentes los “estirones” de varios centímetros en pocos días) ni armónica, (las piernas son el segmento corporal que antes crece y provoca en el preadolescente la imagen clásica de un cuerpo desgarbado, con largas piernas, hasta que el resto de partes corporales vaya alcanzando sus respectivas longitudes a lo largo de los años siguientes).

En años posteriores será cuando hagan su aparición los caracteres sexuales. Nos querrán señalar que su nivel motriz, así como el de sus cualidades físicas básicas, podrán ser desarrollados de una manera más específica que durante nuestra etapa de educación primaria. En esta etapa las diferencias entre los distintos alumnos aumentarán considerablemente. La suma del crecimiento, la maduración nerviosa, el mejor conocimiento de su cuerpo, así como el mayor dominio del espacio y del tiempo, nos conducirán al final de la educación primaria a unas mejoras motrices que serán la base de posteriores aprendizajes.

2.3. El crecimiento neuromotor.

El crecimiento neuronal se realiza de forma rapidísima: hacia los dos años alcanza ya el 75% del proceso, aunque se prolonga hasta entrados los treinta años.

El proceso de estructuración funcional de este sistema se ve facilitado por la mielinización, -formación de una capa de mielina en las redes nerviosas-, que hace más eficaz la transmisión del impulso nervioso. A medida que se va perfeccionando el sistema nervioso y el proceso de mielinización alcanza zonas del cortex, el niño puede llevar a cabo actos conscientes y voluntarios, es decir ejercer un control sobre sus propios movimientos. Hacia los diez años se han mielinizado la mayoría de las terminaciones nerviosas.

Como se expone en el tema 10, las posibilidades motrices del niño evolucionan ampliamente con edad y llegan a ser cada vez más variadas y completas a medida que crece y evolucionan sus estructuras nerviosas. El recién nacido es un ser con las posibilidades motrices inmaduras que reacciona globalmente a las estimulaciones. El desarrollo entre el período prenatal y la adolescencia refleja la complejidad progresiva de las estructuras neuromusculares que hace posible todos los movimientos específicos del hombre, y da paso de una serie compleja de contracciones musculares a un movimiento armonioso. Por ejemplo, en su primer año, el niño pasa de la dependencia absoluta a la autonomía casi completa en sus desplazamientos.

El control motor en cada fase de su evolución depende del funcionamiento de las estructuras nerviosas y musculares que condicionan diferentes actividades motrices y en los que los factores del desarrollo son particularmente importantes en el curso de la infancia. El control progresivo se acompaña de una disminución de la irradiación de la actividad motriz y de movimientos parásitos asociados al acto motor investigado.

Los trabajos de Gesell y colaboradores (1929-1950) resaltan la importancia de la maduración como marco explicativo de la evolución de la motricidad en el niño. Según ellos el desarrollo se prosigue según una secuencia ordenada: cada etapa representa un nivel de madurez, la organización nerviosa forma el marco general que permite la aparición de una función después de otra.

Como ejemplos de evolución motriz progresiva podemos señalar que:

Durante los tres primeros meses de vida el funcionamiento biológico y la actividad motriz impulsiva de origen reflejo dominan la vida del niño (reflejo de moro, de agarre, de enderezamiento…)

En el octavo mes el niño es capaz de alcanzar la posición de sentado.

El dominio del equilibrio estático comienza hacia el año.

A los dos años el niño efectúa giros sobre el eje longitudinal y a los tres sobre el transversal.

La carrera suele iniciarse alrededor de los dos años, siendo capaz a los cuatro de iniciar la carrera lateral.

La acción de combinar carrera y salto resulta complicada entre los 6-7 años, mejorando notablemente después de los ocho.

La evolución del lanzamiento contralateral concluirá alrededor de los ocho años, cuando las recepciones y los botes ya van adquiriendo una automatización perfeccionada poco a poco.

2.4. El desarrollo óseo.

La evolución y la maduración óseas se mantienen desde el segundo mes después de la fecundación hasta la edad adulta, incluso hasta la muerte. Los huesos aparecen en todos los individuos en el mismo orden; se osifican a partir de puntos de osificación parecidos en unas y otras personas y tomando así su tamaño y su forma a continuación de la fusión de estos puntos. Todas estas etapas están controladas genéticamente y se desarrollan en una secuencia previsible.

En el feto aparecen progresivamente las diferentes partes del esqueleto en forma de cartílago casi transparente, que se osifican progresivamente a partir de puntos de osificación primarios particulares en cada hueso (centro de la diáfisis para los huesos largos), formando un manguito alrededor de la diáfisis. La multiplicación celular incrementa la longitud del hueso. Las células forman una matriz proteica que se transforma en hueso pro fijación del fosfato de calcio; las células cartilaginosas se convierten así en tejido óseo a medida de su aparición y después de su desaparición, momento en que son reemplazadas por los fosfatos de calcio. El hueso esponjoso de las epífisis crece a partir de cartílago y no a partir de tejido óseo. El espesor del cartílago de crecimiento disminuye a medida que el niño envejece y acaba por desaparecer entre los 20 y 25 años cuando las epífisis se sueldan a la diáfisis (línea epifisaria). Los complejos procesos de maduración controlan el crecimiento óseo.

El crecimiento de la longitud se acompaña de un aumento de espesor del hueso a partir de la añadidura de capas sucesivas de tejo óseo (mecanismo parecido al del crecimiento del tronco de los árboles). El tejido esponjoso se transforma en hueso compacto a partir del centro, transformación que se acompaña de reabsorción ósea y de la formación del canal medular. Queda siempre un espacio restringido que asegura la circulación sanguínea y la nutrición del hueso (canales de Havers).

En general, la talla adulta es 3,5 veces más grande que la del nacimiento. La curva de la talla sigue muy netamente el tipo “general” y muestra una desaceleración creciente salvo en el momento de la pubertad. Este impulso pubertario es un dato constate en el crecimiento humano; se produce alrededor de dos años más pronto en las niñas que en los chicos.

Por término medio y hasta los 8-10 años, no hay diferencia entre las niñas y los niños en cuanta a la talla se refiere. Pero el estirón en la pubertad es más precoz en las chicas (10-14 años) que en los muchachos (12-15 años), las chicas entre los 11 y 15 años son más grandes que los chicos y esto se invierte más tarde. Existen niños que crecen más rápido que otros, pero el hecho, para un niño, de ser más pequeño que la media en una edad dada no significa que su talla adulta sea igualmente inferior a la media. En condiciones normales (de nutrición, afección y cuidados) son esencialmente los datos genéticos los que marcan la diferencia entre las personas.

2.5. El desarrollo muscular.

El desarrollo de este sistema aparece unido al del sistema esquelético, y sigue un proceso paralelo al aumento de estatura. Potenciado por la acción hormonal, tiene su máximo aumento, y con él el de los niveles de fuerza, después del momento de máximo impulso de crecimiento.

En el desarrollo del sistema muscular, es importante entender que lo que aumentará no será el número de fibras musculares, sino su volumen y grosor, conformando de esta manera un paquete muscular más voluminoso. En este caso, el desarrollo muscular puede verse muy afectado por la actividad física o la inactividad física.

Algunos datos del crecimiento muscular en la vida del hombre son:

A los 2-4 años se produce el primer ensanchamiento fisiológico ganando peso el niño debido al acúmulo de grasa.

Entre los 5-7 años se produce un alargamiento y crecimiento en altura.

Sobre los 8-10 años se produce un ensanchamiento debido a los acúmulos de grasa depositados previos a la entrada en la pubertad.

FACTORES ENDÓGENOS Y EXÓGENOS QUE REPERCUTEN EN EL DESARROLLO Y EN EL CRECIMIENTO.

3.1. Factores internos o endógenos.

Los genes. Los procesos de crecimiento y desarrollo son simultáneos e independientes. Ambos procesos tienen características comunes a todos los individuos de la misma especie aunque con amplias diferencias entre los sujetos debido a los factores genéticos y ambientales. La información genética establece la secuencia y los tiempos en que estos procesos deben ocurrir (salvo si se produce una enfermedad grave o alteración que produzca una alteración, en ocasiones irreversible –el déficit de hormonas tiroideas durante la vida intrauterina deja un daño neurológico permanente, alterando la maduración del SNC-).

La influencia genética queda claramente establecida, al observar la similitud de la talla que se da entre gemelos monocigotos (correlación de 0,94) y lo dicigóticos (0,5). Estudios de los coeficientes de correlación en familias, sugieren que los factores determinantes del crecimiento provienen de ambos progenitores con una influencia teórica del 50% en la talla de sus hijos.

Los factores genéticos (asegurados por los 23 pares de cromosomas) ejercen una gran influencia en el crecimiento. Existe una correlación entre la talla de los padres y la de los hijos. Las correlaciones son más elevadas para padres-hijos de sexo opuesto. La herencia no sólo influye en la talla final y proporciones corporales de un individuo, sino también en diversos procesos dinámico madurativos, tales como:

La velocidad de crecimiento.

Tipología corporal.

Madurez ósea.

Diámetros óseos.

Longitud ósea,

Aparición de menarquía (1ª regla).

Condición física.

Pueden producirse aberraciones cromosómicas; el mongolismo es una. Más de 1.600 causas posibles de enfermedades o malformaciónes que provienen de un defecto de la expresión del mensaje genético del ADN han sido repertoriadas. La práctica de la amniocentesis (toma y estudio del líquido amniótico entre la 16ª y 20ª semana de embarazo) permite la detección de desórdenes genéticos en el feto.

El sexo. Hasta los 10 años existen pocas diferencias entre los dos sexos en lo que concierne al crecimiento. Después de esta edad, el empujón pubertario interviene más rápidamente en las niñas que en los niños, las primeras están siempre más próximas a su estado adulto que los muchachos.

Enfermedades respiratorias, como el síndrome bronquial y obstrucciones crónicas, pueden ser causa importante en el freno del crecimiento. Otra enfermedad que puede afectar al crecimiento es la fibrosis quística debido a una mala absorción secundaria a nivel del páncreas.

Enfermedades cardíacas. Cardiopatías congénitas afectan al crecimiento, estando asociada su causa a infecciones respiratorias frecuentes, disminución de ingesta o el aumento de gasto energético.

Las hormonas. Las hormonas son sustancias químicas orgánicas específicas (proteínas, esteroides,…) que son secretadas por las glándulas endocrinas y que aseguran la coordinación de diferentes funciones en todo el organismo pluricelular.

Ciertas hormonas son indispensables para asegurar al niño un crecimiento normal y regularlo: la hormona del crecimiento hipofisario (G.H.) o pituitaria (la somatotropina), la cortisona (glándulas suprarrenales), la hormona tiroidea (tiroxina), la insulina (páncreas), las gonadotropas secretada por la hipófisis y las hormonas sexuales.

La hormona del crecimiento actúa sobre el esqueleto y sobre el conjunto de los tejidos aumentando el volumen del citoplasma, y sobre el metabolismo general facilitando la síntesis-proteínica y la absorción de diferentes sales minerales. La ausencia de esta hormona causa una forma particular de nanismo, es el nanismo de origen hipofisario que se caracteriza por una talla reducida pero con una inteligencia normal: el sujeto es de talla normal en la nacimiento pero crece muy poco después. Además de la hormona hipofisaria del crecimiento, la insulina secretada por el páncreas juega un papel activo en el control de la talla; a pesar de todo, su cometido más importante es permitir el transfert de la glucosa sanguínea a las células del cuerpo y de rebajar la glucemia transformando la glucosa en grasa. Su ausencia causa la diabetes y una fuerte elevación de azúcar en la sangre con perturbación del metabolismo de los glúcidos. La deficiencia de insulina en los niños se traduce por una talla adulta inferior a la normal.

En la época de la pubertad, la hipófisis secreta hormonas gonadotropas que van a estimular las glándulas productoras de hormonas sexuales (suprarrenales, testículos, ovarios), entrañando la madurez genital del organismo y el empuje del crecimiento de los chicos. En las chicas el impulso del crecimiento resulta de la acción combinada de la hormona del crecimiento, de las hormonas andrógenas y estrógenas (ovarios). Igualmente las hormonas sexuales son responsables de la aparición de caracteres sexuales secundarios y del cierre de los cartílagos de crecimiento.

La raza. En la variedad de razas humanas existentes se observan determinadas diferencias producidas tanto por la genética como por el ambiente. El patrimonio hereditario le procura a cada individuo un patrón de crecimiento y desarrollo específico, el cual puede ser modificado por factores ambientales. En relación con la talla, los efectos genéticos se ven claramente ejemplificados al observar el patrón de crecimiento de los diferentes grupos étnicos, encontrándose el ejemplo más extremo al comparar la diferencia marcada de talla que existe entre individuos de origen nórdico y los pigmeos de Nueva Guinea.

3.2. Factores exógenos o externos:

La influencia ambiental está determinada por diversos factores del ambiente físico, psicosocial y sociocultural de los individuos, siendo particularmente importantes el nivel de educación e ingreso familiar, así como la composición y estabilidad de la familia entre otros.

La alimentación. para un buen desarrollo físico y motriz es necesaria una nutrición equilibrada. Una alimentación deficiente en los períodos de gestación, postnatal e infancia producen alteraciones en el desarrollo. Un régimen alimentario equilibrado contiene alimentos procedentes de cuatro grandes grupos: carnes, pescados, huevos y sustitutivos –leche y productos lácteos-, frutas y legumbres –pan y cereales. Las necesidades calóricas de un niño se reparten normalmente de esta forma: 15% de proteínas, 35% de lípidos y 50% de hidratos de carbono.

Los factores nutritivos y la alimentación son de capital importancia en el período del crecimiento. Si un organismo está insuficientemente alimentado o si lo es en exceso puede verse afectado en dos sentidos: malnutrición u obesidad. Los efectos de la malnutrición pueden afectar a: la velocidad de crecimiento, tamaño corporal, composición de diversos tejidos y la aparición de determinados índices de maduración (menarquía por ejemplo).

Sus efectos son tanto más perniciosos cuanto más joven es el niño, de ahí que los cinco primeros años sean cruciales. La obesidad en la actualidad se conoce objetivamente por un exceso de grasa corporal, que está negativamente relacionada con el rendimiento físico y el autoconcepto de los individuos. El porcentaje de grasa corporal oscila entre el 8% de los sujetos ectomorfos y el 50% de los obesos. Señalar que los niños obesos tienen muchas posibilidades de convertirse en obesos de mayores, con todos los riesgos a padecer enfermedades que esto trae consigo (respiratorias, circulatorias, metabólicas, etc.); de ellos la importancia de su detención precoz y de su interés en prevenir casos gracias a una alimentación adecuada, aspecto tratado posteriormente en el apartado dedicada a la importancia de las vitaminas en el crecimiento.

El clima. El clima va a determinar las formas y complexiones de los cuerpos. Así, el calor se soporta mejor con complexiones delgadas, por el contrario el frío se combate mejor con complexiones robustas. En grandes alturas se necesitan pulmones con gran capacidad. Podemos contactar que: los africanos suelen ser de formas delgadas, los esquimales suelen tener un gran porcentaje de grasa corporal y los habitantes del altiplano tienen un gran perímetro torácico y capacidad pulmonar. Las estaciones influyen también sobre el crecimiento y desarrollo. Así se comprueba que en primavera o verano los niños aumentan su estatura más que en otras estaciones.

Aspectos socioeconómicos. Se hallan vinculados de una forma indirecta con el crecimiento, ya que inciden sobre factores que sí lo hacen directamente. Las condiciones socioeconómicas de cada individuo afectarán a su tipo de nutrición, a sus enfermedades, a su actividad física y, en definitiva, sobre sus hábitos y calidad de vida. De este modo diferentes estudios emprendidos en varios países concuerdan: los niños de clases superiores son siempre más grandes y más gruesos, como media, que los de clases inferiores.

La evolución de la especie. Como media las gentes de hoy son más grandes y más gruesas que las que vivían hace una centena de años, pero es sobre todo en el crecimiento mismo donde las diferencias son patentes. Así, a principios de siglo, el crecimiento estatural se acababa hacia la edad de 26 años mientras que ahora está casi terminado a los 19 años. En Inglaterra este crecimiento está en la media de 1,25 cm y 500 gr por década en los niños de 5 a 7 años; puede alcanzar 2,5 cm y 2 kg por década en la pubertad para decrecer 1 cm por década en el adulto.

Crecimiento y actividad física. El entrenamiento regular prolongado actúa favorablemente sobre la regulación del peso, la cantidad de tejido adiposo, la mineralización ósea, las funciones cardiorrespiratorias y musculares, la relación músculo-grasa, el metabolismo. Estos efectos varían de una actividad a otra y de una persona a otra. La actividad física no afecta al crecimiento estatural aunque una actividad unilateral intensa (tenis) puede influenciar la longitud de ciertos huesos.

Las enfermedades y la alimentación de la madre. Las enfermedades contraídas por la madre en el curso del embarazo tienen igualmente repercusiones sobre el desarrollo del niño. Rubéola, sífilis, gripe son la causa de malformaciones congénitas tanto más graves cuanto la madre está afectada tempranamente en el embarazo, porque el embrión tiene todavía muy pocas células. EL estrés de la madre actúa igualmente sobre el crecimiento del feto.

Desórdenes psicológicos. La privación de la madre en las primeras edades es un punto clave en el desarrollo. Experiencias hechas demuestran un retraso del crecimiento en niños de orfanatos a los que se les ha privado de la madre. También existen diferencias de crecimiento según se trata de época lectiva o de vacaciones (por el estrés escolar que a veces conlleva). Niños insertos en ambientes familiares disfuncionales, desprivados de afecto, con padres alcohólicos, drogadictos o con enfermedades psiquiátricas presentan habitualmente alteraciones de sueño, de conducta alimentaria (anorexia, bulimia…).

Como resumen explicativo de esta parte del tema, el presente cuadro nos clarifica como para el crecimiento de los individuos y para su desarrollo cognitivo y psicosocial influyen factores de diversa índole como la alimentación, el afecto o las posibles enfermedades que el individuo pueda sufrir en la infancia.

PATOLOGÍAS RELACIONADAS CON EL CRECIMIENTO Y LA EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE MOVIMIENTO.

4.1 La actitud postural y su relación con el crecimiento.

Le Bolulch (1997) insiste en la importancia de la educación de la actitud postural, centrada en la búsqueda de adoptar como posición habitual y cómoda una que lleve acarreado el peligro de provocar desequilibrios osteoarticulares. Hoy en día es común en nuestras aulas ver alumnos con pesadas mochilas que dañan sistemáticamente su columna vertebral. Entre los desequilibrios más frecuentes en la edad escolar encontramos la hipercifosis dorsal frecuente en niños que sobresalen de estatura, niñas en la fase de crecimiento de los pechos o el citado anteriormente por trasportar mochilas pesadas (originada fundamentalmente por vicios posturales o sobrecargas, también se puede llegar a ella por la ausencia total o parcial de un cuerpo vertebral, por vértebras planas, raquitismo o por alteraciones musculares y ligamentosas)

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Otra patología frecuente es la hiperlordosis (inestabilidad de la quinta vértebra lumbar y la tendencia de la misma al deslizamiento adelante ocasionando distensiones ligamentosas), frecuente en niños/as que realizan gimnasia artística o rítmica o por llevar tacones altos

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La tercera alteración frecuente es la escoliosis (desviación de la columna vertebral o de alguna de sus zonas con respecto al eje longitudinal medio del tronco), originada en la edad escolar por llevar mochilas pesadas, por sentarse mal o por mantener una posición estática de pie incorrecta.

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Nuestra actuación como profesores de educación física puede llegar a ser eficaz, tanto en la detección precoz de los casos, como en la realización del tratamiento en colaboración con el médico. No debemos olvidar la labor preventiva dentro de lo que llamamos educación de la actitud.

La educación de la actitud (Le Bolulch 1997) comprendería por nuestra parte en:

Toma de conciencia de las posiciones correctas

Una flexibilización de la columna vertebral con juegos

Un fortalecimiento del tono de los músculos posturales

Ejercicios de equilibración con interiorización

Cantó y Jiménez (1998) realizan un estudio de la importancia de prevenir estas patologías a través de:

Tareas motrices y situaciones jugadas para la incidencia preventiva.

Situaciones motrices para la concienciación y fortalecimiento en la educación de la actitud

Además de estas actividades de prevención es importante el trabajo de:

La toma de conciencia de las posiciones correctas (por ejemplo de cómo debemos levantar pesos).

Una interiorización de las situaciones de equilibrio.

Una práctica de una actividad física adecuada a la edad (con materiales y actividades adecuadas a la capacidad física de la espalda).

Una reflexión y consideración sobre la importancia negativa que algunos factores, como la timidez, la no aceptación del cuerpo o el desajuste de la imagen corporal, pueden llegar a tener en una patología relacionada con el sistema osteoarticular.

Las vitaminas y su importancia en el crecimiento

El término vitamina se emplea en la actualidad para referirse a cualquier constituyente orgánico de la dieta necesario para la vida, la salud y el crecimiento, cuya función no es la de suministrar energía (W.F. Ganong). Estos compuestos orgánicos no pueden ser fabricados por las células de nuestro cuerpo, siendo necesarios para un metabolismo corporal normal. La Vitamina D, en realidad es una hormona, y facilita principalmente la absorción del calcio a nivel intestinal interviniendo en el metabolismo calcio-fósforo.

La ausencia de vitamina D puede ser debida a tres factores: una falta de exposición, a los rayos solares, un déficit en la ingesta, o por alteraciones en la absorción intestinal. El raquitismo afecta el esqueleto en crecimiento, produciéndose una mineralización defectuosa no sólo en el hueso sino en la matriz cartilaginosa de las placas de crecimiento. Se manifiesta en las zonas de mayor actividad osteogénica. Comienza de una forma insidiosa, con astenia, laxitud articular y alteraciones del tono muscular. Si la carencia es persistente aparecen ya alteraciones óseas en los huesos del cráneo (craneotabes, frente olímpica y retraso del cierre de las fontanelas), abultamientos de la unión condrocostal de las costillas y en las extremidades inferiores incurvación de los huesos largos.

La carencia de la vitamina C origina el escorbuto. Esta enfermedad, que casi siempre aparece en zonas urbanas pobres, presenta características diferentes en los niños en crecimiento y los adultos. En los niños, la falta de ácido ascórbico impide el crecimiento normal del hueso Al no formarse el cemento intercelular, la matriz ósea u osteoide de los huesos va a ser anormal.

Las epífisis en crecimiento siguen proliferando, pero a no depositarse matriz ósea nueva los huesos se descalcifican provisionalmente, produciéndose fáciles fracturas en la zona de crecimiento por falta de osificación. En resumen, el niño presenta dolores óseos musculares, debilidad y astenia, piel engrosada, heridas que no cicatrizan y fracturas que no sueldan.

La deficiencia de vitamina B origina la enfermedad conocida como Beri-Beri. Las levaduras y los cereales son los que tienen elementos más ricos en ella. Una deficiencia de tiamina produce una disminución de las oxidaciones acompañadas de acúmulo de ácido pirúvico y ácido láctico, ya que no se concluye la ruta del ciclo de Krebs.

Eso implica una disminución en la formación de ATP lo que conlleva una pérdida de energía. De esta forma la deficiencia de tiamina debilita los músculos del corazón. Se altera también el SNC. Hay degeneración de las vainas de mielina de las células nerviosas, pudiéndose llegar en los casos extremos a parálisis totalmente irreversibles principalmente en las piernas.

La vitamina A no existe realmente en los alimentos de origen vegetal, los cuales poseen pigmentos carotenoides, amarillos y rojos, que desempeñarían el papel de provitaminas que permitirían la formación de vitamina A en el cuerpo. Su deficiencia, además de alteraciones visuales y epiteliales, puede provocar una detección del crecimiento.

Las Enfermedades constitucionales óseas.

Las formas más comunes de alteraciones asociadas al proceso de crecimiento se manifiestan en zonas determinadas, fundamentalmente, la columna vertebral, las calderas, las rodillas y los pies.

Una de las patologías más frecuentes que nos encontramos en los niños es el pie plano. Esta deformación tiene como denominador común el descenso de la bóveda plantar.

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La bóveda plantar no queda constituida hasta los dos o tres años, pero no podemos hablar de pie plano hasta los 9-10 años. Puede llevar acarreados síntomas dolorosos y perturbaciones en el equilibrio, (con predisposición a esguinces) lo que nos puede dar pistas de cara a su detección. La causa de su aparición es debida a calzados defectuosos, acarreo de pesos excesivos o insuficiencia muscular y ligamentosa.

La causa de las alteraciones óseas suelen residir en un fallo interno en el metabolismo del calcio, del fósforo y de los carbohidratos. Cuando los médicos sospechan de alguna de estas enfermedades suelen realizar un estudio radiológico para su diagnóstico. Las afecciones más típicas son la osteocondritis, osteocondrosis, epifisitis, o sinovitis. La primera consiste en una inflamación simultánea del hueso y cartílago; la segunda, en una degradación producida en diferentes núcleos de osificación en períodos de máximo crecimiento; la tercera, en una inflamación del cartílago y la cuarta es la inflamación sinovial de las articulaciones. Es importante mantener las debidas precauciones en la práctica de actividades físicas y prestar una especial atención a la detección precoz de estas posibles afecciones.

Las hormonas y el crecimiento.

Relacionar hormonas con crecimiento físico ha sido objeto de estudio dentro de los aspectos internos que afectan al crecimiento.

Las paratonías y al sincinesias.

Pese a la extensión de esta parte del tema, no podemos dejar de analizar dos patologías que ocasionan dificultades con lo que el epígrafe del tema llama patologías relacionadas con la capacidad de movimiento. Las paratonías tratan de la imposibilidad de relajar voluntariamente un músculo. Los esfuerzos por intentar conseguirlo lo único que consiguen es acentuar la contractura. Mientras que en un individuo normal el balanceo del brazo se realiza sin rigidez, un individuo afectado encuentra la imposibilidad de dejar caer su brazo cuando se le da la orden de hacerlo.

Las sincinesias son movimientos parásitos, caracterizados por la contracción in voluntaria de un grupo muscular. Podemos diferenciar entre sincinesias de difusión tónica (rigidez de una parte del cuerpo o de la totalidad) y de sincinesias imitativas (el niño ve como un gesto se desdobla, con una intensidad menor en el hemisferio opuesto). Generalmente las sincinesias desaparecen a partir de los 12 años.

La unión de un trabajo psicomotriz desde las edades tempranas, unido a al desarrollo afectivo y emocional desempeñan un papel importante en la adquisición motriz de la independencia de movimientos y a adquirir un buen control tónico-motor.

EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO EN EL PROCESO EDUCATIVO.

Dentro de este apartado contestaremos a las preguntas por qué evaluar el desarrollo motor y cómo evaluar el desarrollo motor. Contestando a la primera pregunta Ruiz Pérez nos dice que la evaluación del desarrollo motor nos posibilita:

Conocer la situación actual del sujeto y su evolución a lo largo del tiempo.

Conocer los procesos que actúan en los sujetos y que determinan sus respuestas para poder obrar sobre sus situaciones.

Determinar qué hacer, y recibir una retroalimentación informativa del efecto de la actuación pedagógica sobre los sujetos en cuestión.

Detectar a los sujetos con problemas y diagnosticar su situación.

Respondiendo al cómo evaluar el desarrollo motor señalar que existen gran cantidad de baterías, tests, escalas y listas de observación:

Como ejemplos de tests y baterías (test: tarea concreta que un individuo ha de realizar. Batería: conjunto de tests). Como ejemplo podrían ser: test de orientación izquierda-derecha de Piaget y Jead; batería Ozeretsky-Guilmain. Permite obtener en función de los resultados una comparación motriz entre la edad motriz y la cronológica (diferencia la coordinación dinámica de las manos de la coordinación dinámica general).

Como ejemplo de escalar nombrar la de Gessell de desarrollo infantil (las escalas del desarrollo permiten ordenar a los individuos según la prueba y el nivel alcanzado en la misma). Esta escala contempla no sólo aspectos motrices sino también, sociales y verbales, en niños de hasta 6 años.

Como lista de observación. (conjunto de frases en donde el observador anotará si o no), son interesantes tanto el examen psicomotor de Vayer como la lista de control de conductas perceptivo motrices de Cratty que propone grandes campos como el equilibrio, la lateralidad, o el conocimiento del cuerpo entre otros que serán evaluados con bueno, excelente, suficiente e insuficiente por el observador.

Consideramos relevante en la relación con el tema objeto de estudio la observación y evaluación de los patrones motores fundamentales de McClenagham y Gallahue o el test de diagnóstico de la capacidad motriz de Arheim-Sinclair…

Sobre la última parte de este epígrafe “tratamiento en el proceso educativo” se trata de preguntarnos como maestros qué hacer en lo relacionado con el crecimiento y desarrollo. De este modo el tema nos ha posibilitado aprender a:

Insistir a los alumnos en la necesidad de una alimentación equilibrada a la hora de su desarrollo.

Debemos procurar que cada niño/a conozca su propia imagen corporal.

No hacer ejercicios físicos intensos antes del fin del desarrollo puberal.

Detectar posibles anomalías relacionadas con el crecimiento.

Proponer una progresión motriz en donde el alumno es capaz de alcanzar estadios superiores de forma progresiva.

Comprobar como las etapas de crecimiento varían en función del sexo y de los propios individuos.

CONCLUSIONES.

El crecimiento nos permite conocer las modificaciones producidas entre el nacimiento y el fin de la adolescencia.

El conocimiento del nivel de desarrollo será el punto de partida a la hora de saber los grados de destreza a esperar en nuestros alumnos.

Crecimiento y desarrollo presentan caracteres comunes a todos los individuos, diferenciándose entre ellos el ritmo de crecimiento.

Existe una gran cantidad de factores como los genes, la alimentación, el sexo, o las hormonas, entre otras, que condicionan el desarrollo en los individuos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES.

CANTÓ R. y JIMENEZ J. (1998): “La columna vertebral en la edad escolar. La postura correcta: Prevención y Educación”. Madrid. Gymnos.

CRATTY, B. (2003): “Desarrollo perceptual y motor en los niños”. Barcelona Paidos.

GUILLEN DEL CASTILLO Y OTROS (1998): “Curso de actualización en didáctica y educación física”. Córdoba:Cajasur.

LAPIERRE A. (1996). La reeducación física. Barcelona: Cientifico-Médica. Tomo II.

LE BOULCH P. (1997): “La educación por el movimiento en la edad escolar”. Barcelona. Paidos.

MARTINEZ DE HARO Y OTROS (1993): “La educación física en primaria reforma”. Barcelona: Padiotribo.

RIGAL, R. (1987): “Motricidad humana”. Madrid: Pila Teleña.

RUIZ PÉREZ, L.M. (1987): “Desarrollo motor y actividades físicas”. Madrid: Gymnos.