Tema 24A – Accidentes en la infancia: Accidentas infantiles. Concepto. Primeros auxilios. Cómo actuar en distintos tipos de accidentes. El botiquín de emergencias. La prevención.

Tema 24A – Accidentes en la infancia: Accidentas infantiles. Concepto. Primeros auxilios. Cómo actuar en distintos tipos de accidentes. El botiquín de emergencias. La prevención.

1. PRIMEROS AUXILIOS: MARCO GENERAL CONCEPTO E INTERVENCIÓN

El objetivo es prestar unos primeros cuidados a un accidentado o enfermo repenti­no, en el lugar de los hechos, hasta la llegada de los profesionales especializados a los que compete la asistencia.

De estos primeros cuidados depende en muchos casos la evolución posterior del paciente. Uno de los principales objetivos es no agravar el estado de la persona y ase­gurar su traslado a un centro sanitario en condiciones adecuadas.

Se ha de tener tranquilidad, hacerse una composición de lugar, tener dominio de la situación, hacer sólo lo que se esté seguro de hacer; la más mínima duda debe de hacer desistir.

La valoración inicial del paciente se debe hacer en el lugar en el que se produce la situación: baño, cocina, etc. Consistirá en realizar una valoración global del estado de la persona al objeto de:

  1. Determinar el alcance de las lesiones o gravedad de la circunstancia.
  2. Establecer las prioridades de actuación.
  3. Adoptar las medidas adecuadas en cada caso.
  4. Asegurar el traslado del paciente a un centro sanitario en las condiciones adecuadas.

2. SIGNOS VITALES. VALORACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA

La toma de los signos vitales es la comprobación de las funciones vitales.

a) Consciencia: Sistema Nervioso.

Valoración básica:

  • Consciente.
  • Inconsciente.

b) Respiración: Sistema Respiratorio.

Valoración básica:

  • Respira.
  • No respira.

c) Pulso: Sistema Circulatorio:

Valoración básica:

  • Pulso presente.
  • No hay pulso.

Valoración primaria

En ella se identifican las situaciones que supongan una amenaza inmediata para la vida del paciente. Debe consistir en un rápido reconocimiento de las constantes vitales. Simultáneamente, se iniciará la restauración de las constantes vitales en caso de que alguna no esté presente.

Se aplicará el plan de prioridades:

  • Mantenimiento de la permeabilidad de las vías aéreas, con control de la esta­bilidad de la columna cervical.
  • Valoración de la respiración.
  • Valoración de la circulación y control de las hemorragias severas.
    1. Vías aéreas permeables.
    2. Ventilación. Respiración artificial: Boca a Boca.
    3. Circulación, Control de hemorragias.

Valoración secundaria

Se realiza una vez aseguradas las funciones vitales. Es la exploración detallada del paciente por sectores, de la cabeza a los pies, buscando posibles lesiones:

1. Examen neurológico básico:

  • Nivel de conciencia.
  • Pupilas: Tamaño, reactividad y simetría.
  • Exploración motora y sensitiva de los miembros.

2. Cabeza:

  • Cuero cabelludo y cara: Heridas, contusiones, quemaduras, etc.
  • Signos de fractura: Otorragia, hematomas.
  • Lesiones oculares.
  • Fractura o luxación del maxilar inferior.
  • Fractura nasal, etc.

3. Cuello:

Ante la más mínima sospecha de fractura o cualquier tipo de lesión, por pequeña que sea, de la columna cervical, inmovilizarla con lo que se tenga a mano, sin cambiarle la postura del cuello, hasta que lleguen los profesio­nales sanitarios.

4. Tórax:

· Heridas, fracturas costales, etc. Heridas abiertas.

· Dolor torácico: Calidad de dolor.

5. Abdomen:

· Heridas, contusiones, etc. Heridas abiertas.

· Dolor abdominal.

· Hemorragia interna (sospecha).

6. Extremidades:

· Heridas sangrantes, contusiones, puntos dolorosos.

· Deformaciones de los miembros u otros signos de fractura.

   

Apertura de ojos

Espontánea

Al sonido

Al dolor

No hay respuesta

4

3

2

1

Respuesta verbal

Orientada

Confusa

Incoherente

Incomprensible

Sin respuesta

5

4

3

2

1

Respuesta motora

Obedece órdenes

Localiza el dolor

Retira el miembro

Flexión anómala (decorticación)

Extensión anómala (descerebración)

Sin respuesta

6

5

4

3

2

1

Escala de Coma de Glasgow

3. PRIMEROS AUXILIOS ANTE PROBLEMAS CARDIO-RESPIRATORIOS.

DEFINICIÓN

La parada cardio-respiratoria, se define como la interrupción brusca, inesperada, y potencialmente reversible de la respiración y de la circulación espontáneas.

La parada cardio-respiratoria (PCR), potencialmente reversible debe diferenciarse de aquella otra, no susceptible de tratamiento, al presentarse de forma esperada, como la evolución natural y terminal de una enfermedad incurable.

La PCR puede debutar como una parada respiratoria o como una parada cardiaca. Cuando lo que sucede inicialmente es una parada respiratoria, pero el latido cardiaco eficaz persiste durante unos minutos, una rápida actuación sobre la víctima puede im­pedir la parada cardiaca. Si la parada es primariamente cardiaca se produce un rápido deterioro de los órganos vitales por anoxia tisular.

INTERVENCIÓN

A. Control de la vía aérea

El protocolo de resucitación cardiopulmonar básica debe activarse ante cualquier víctima supuestamente inconsciente.

El reanimador deberá inmediatamente confirmar o eliminar la pérdida de consciencia; para ello analizará si existe respuesta o no a estímu­los; para ello, gritará a la víctima mientras la sacude por los hombros con suavidad. Si no responde debe colocarla en posición de RCP, es decir: decúbito supino sobre una superfi­cie lisa dura y firme con los brazos a lo largo del cuerpo, mientras SOLICITA AYUDA.

La solicitud de ayuda pone en marcha inmediatamente al servicio de emergencia

Una vez que se ha colocado a la víctima debe realizarse la apertura de la vía aérea. Esto se consigue con la maniobra frente-mentón, mediante la cual se logra la hiperextensión de la cabeza y la apertura de la boca. Para ello el reanimador desplaza con su mano derecha la frente hacia atrás mientras que con los dedos de la mano izquierda fracciona la mandíbula hacia arriba y hacia delante. Con esta maniobra se eleva la base de la lengua que al ocupar la hipofaringe puede obstruir la vía aérea superior.

Después de hiperextenderse la cabeza se debe revisar la cavidad bucal y eliminar los cuerpos ex­traños que puedan existir en la vía aérea superior (prótesis dentarias móviles, restos alimenticios. etc.). Para ello se utilizará el dedo índice como si de un gancho se tratara.

En este paso de la RCP básica se incluyen las técnicas de desobstrucción de la vía aérea supe­rior, tanto en los casos de consciencia como de inconsciencia. En estas situaciones puede inten­tarse la Maniobra de Heimlinch, que consiste en aplicar compresiones abdominales bruscas sobre el epigastrio de la persona afectada con el fin de generar altos flujos respiratorios que puedan conseguir la expulsión del objeto obstructor. Esta maniobra sigue siendo recomendada por la American Heart Association, aunque su fundamento y utilidad están en la ac­tualidad controvertidos. No se recomiendan en adultos los golpes en la espalda, pues pueden hacer progresar el cuerpo extraño haciéndolo inabordable.

B. Soporte ventilatorio

Desobstruida la vía aérea y si el paciente sigue sin respirar se procederá a la ventilación con aire inspirado, que puede ser de tres clases:

  • Boca a boca: Después de colocarle en posición, hiperextenderle el cuello (siempre que no se sospe­che lesión de cervicales) y situarse el reanimador a la altura de los hombros del paciente, se inspirará profundamente sellando la boca y la nariz, esta última con los dedos índice y pulgar de una mano.

El volumen debe ser el suficiente para que el tórax se eleve. Se debe oír y sentir en la mejilla la salida de aire en la espiración.

  • Boca-nariz: Es la más eficaz y la única posible en casos de:

– Que no se pueda abrir la boca de la persona.

– Que exista lesión severa de la boca o mandíbula.

– Que no se pueda hacer un buen sellado de la boca.

  • Boca-estoma: Se aplicará si el paciente tiene una traqueotomía.

C. Soporte circulatorio

Tras ventilar adecuadamente al paciente se valorará la presencia o ausencia de la para­da cardiaca. Para ello se palparán los pulsos centrales. En ausencia de circulación espontánea se activará el sistema de urgencia y se iniciará el masaje cardiaco externo mediante compresiones esternales rítmicas. El lugar de aplicación en adultos es la línea media esternal, 3-5 cm por encima del apéndice xifoides.

El reanimador se sitúa a un lado de la víctima y coloca sobre ese punto el talón de una mano y sobre el dorso de esta la otra mano, entrelazando los dedos. La aplicación del masaje se realiza manteniendo las ma­nos lo más fijas posibles al tórax (lo que evitará fracturas costales), colocando los brazos perpendiculares al punto elegido y cargando el peso del cuerpo sobre estos. No flexionar los codos para así disminuir el esfuerzo físico del reanimador y mejorar la eficacia del masaje. La compresión esternal óptima es de 3-5 cms.

El ritmo de masaje dependerá del número de reanimadores para poder continuar simultáneamente con los tres componentes de la RCP básica, con carácter general se procede con 15 compresiones seguidas de 2 insuflaciones.

Debe obtenerse un ritmo de masaje cardiaco igual o superior a 80 por minuto. Es recomendable la coordinación de masaje-ventilación cuando no se dispone aún de ayuda especializada. La eficacia del masaje se comprueba con la pal­pación de un latido central simultáneo con las compresiones.

El control de cualquier punto sangrante externo constituye también una medida de soporte vital básico que debe aplicarse mediante compresión manual directa.

4. PRIMEROS AUXILIOS ANTE HERIDAS, CONTUSIONES Y HEMORRAGIAS.

HERIDAS

Concepto

Se llama herida a toda lesión traumática en la que el agente ha provocado una solución de continuidad de los tejidos. (Para diferenciarlo de amputación).

Clasificación

Las heridas se pueden clasificar desde distintos puntos de vista, pero la clasificación más común es la siguiente :

  1. Heridas simples: son heridas de bordes limpios, sin lesiones en la vecindad.
  • Herida punzante, producida por un agente puntiagudo. En este tipo de herida predomina la profundidad sobre las otras dimensiones.
  • Herida incisa, producida por un agente cortante. Predomina la dimensión longitudinal.
  • Herida contusa, producida por un agente romo. Predomina la dimensión superficial y existe gran destrozo de la piel.
  1. Heridas complejas. Herida de bordes irregulares con lesiones agregadas en planos profundos. Algunos ejemplos son las siguientes: mordeduras, arrancamiento de cuero cabelludo, herida por hasta de toro, etc…

Los síntomas básicos que se describen en todas las heridas son 3 (su intensidad varía de un tipo a otro de herida):

– Dolor, cuyas características varían según el tipo de herida

– Hemorragia, cuya extensión y gravedad depende del tipo de herida, de su extensión y de la localización en el cuerpo.

– Separación de los bordes de la herida por la ruptura de las fibras elásticas de la piel; la separación depende de la profundidad y del ángulo que forma el agente causal de la herida y las fibras.

Cuando en la zona herida aparece rubor (enrojecimiento), calor, secreción y dolor se dice que la herida está infectada.

La repercusión sobre el estado general del individuo depende básicamente de los siguientes factores:

– Las características de la herida en cuanto a extensión, profundidad y complejidad.

– La situación en el cuerpo de la herida

– El estado previo del sujeto

Una herida complicada puede causar fiebre, estado tóxico, anemia , shock ,etc…

El tratamiento médico y/o quirúrgico de una herida debe ser realizado por personal sanitario, pero existe un grupo de heridas que por su localización en lugares poco comprometidos del cuerpo o por sus características benignas pueden ser atendidas al menos en primera cura por personal no cualificado sanitariamente pero con nociones básicas.

– Es preciso lavarse las manos antes de empezar a tratar cualquier herida.

– Hay que quitar las ropas del lesionado para explorarle: conocer la extensión y la gravedad de las heridas.

– Las heridas hay que lavarlas cuidadosa y exhaustivamente a ser posible con solución fisiológica o agua corriente hasta que estén libres de materiales extraños, coágulos (se entiende coágulos que estén libres; los demás coágulos no deben ser desprendidos) y gérmenes.

– La piel de alrededor de la herida debe quedar limpia, se limpiará con agua y jabón.

– Si la herida es pequeña se cubrirá con un apósito adhesivo.

– Si la herida es grande se cubre con compresas (apósitos) estériles impregnadas en solución fisiológica y se pide ayuda médica.

Cuidados a administrar

Ante una herida leve:

· Cohibir la hemorragia.

· Desinfección de las manos.

· Limpieza de la herida con agua oxigenada o con agua jabonosa, siempre del centro a la periferia de la herida.

· Si la separación de los bordes es importante, la herida necesitará suturarse, por lo cual se cubrirá con unas gasas estériles o con un apósito limpio y se sujetará hasta la llegada al centro hospitalario.

· Se tendrá en cuenta la protección antitetánica (calendario de vacunas)

· No utilizar directamente sobre la herida: alcohol, algodón o cualquier clase de pomadas.

Ante una herida grave

  • Efectuar la evaluación inicial del paciente y asegurar el mantenimiento de las constantes vitales.
  • Controlar la hemorragia si la hay.
  • Cubrirla con apósitos estériles y en su defecto con toallas o ropa blanca limpia. Traslado al centro hospitalario.
  • No extraer ningún cuerpo extraño que esté clavado.

Ante heridas penetrantes en el tórax:

  • Pueden provocar un neumotorax.
  • Se trasladará adecuadamente a un centro hospitalario, que será realizado por los servicios médicos, en posición de semisentado.
  • Si el objeto que provoca la herida está clavado no se movilizará, protegién­dolo de los posibles desplazamientos, con cualquier trozo de ropa, etc. Si no tiene nada clavado se taponará la herida parcialmente hasta la llegada al hospital.

Ante heridas perforantes en abdomen:

  • Pueden producir hemorragias internas o externas, perforación del tubo digestivo, salida de asas intestinales.
  • Se cubrirá con apósitos estériles y en su defecto sábanas o paños limpios.
  • Traslado urgente a un centro sanitario. No se extraerá el cuerpo extraño en caso de estar enclavado.
  • No introducir el contenido intestinal.

Amputaciones traumáticas:

  • Lo primero a controlar es la hemorragia.
  • Traslado urgente al centro sanitario.
  • Si se puede recuperar el miembro amputado, se introducirá en una bolsa de plástico que se sellará herméticamente, posteriormente se introducirá en otra, que contenga hielo, y se transportará junto al herido.

CONTUSIONES

Se diferencian de las heridas en que en estas no se pierde la integridad ni la conti­nuidad de la piel, y pueden ocultar lesiones internas.

Cuidados a administrar

  • Inmovilizar la zona afectada y elevarla.
  • Aplicar frío local varias veces al día durante 1/2 hora.
  • No pinchar los hematomas.
  • Traslado a centro sanitario si es un traumatismo de intensidad fuerte, ya que en ocasiones puede ocultar lesiones importantes.

HEMORRAGIAS

Concepto

Hemorragia es toda extravasación de sangre.

Clasificación

La clasificación más extendida de las hemorragias es la que se establece desde el punto de vista de su origen en:

– Arteriales: sangre rojo brillante que sale a chorro sincrónico con el latido cardíaco.

– Venosas : sangre que sale como babeante de un chorro continuo.

– Hemorragias capilares o hemorragias en sábana: sangre de características similares a las de la hemorragia arterial pero en pequeño volumen y por múltiples bocas.

Otra clasificación interesante es la que se hace desde el punto de vista de a dónde se vierte la sangre:

– Hemorragia externa: la sangre sale al exterior a través de una herida.

– Hemorragia interna: la sangre no sale al exterior, y puede ser:.

1. intersticial o difusa, si la sangre se queda en los tejidos

2. cavilaría, si la sangre cae a una cavidad.

Localmente se producen fenómenos de compresión e irritación que dependen del lugar de la hemorragia, de su origen y de a dónde vaya la sangre.

Valoración de la gravedad

Sistemáticamente, la gravedad de una hemorragia depende de la cantidad de sangre perdida, de la velocidad a la que se ha perdido esa sangre, de si es primaria, secundaria o repetida y de las características personales del sujeto.

Una pérdida de sangre pequeña y continua puede dar lugar a anemia. Pérdidas de sangre masivas pueden llevar al individuo al shock hipovolémico.

Existen algunos tipos particulares de hemorragia como son

– Otorragia ( hemorragia del oído)

La otorragia puede ser una hemorragia constante de sangre rojo brillante que suele proceder de rotura de tímpano o bien puede ser un goteo de sangre de color amarillento (mezclada con líquido cefalorraquídeo) ocasionado por una fractura de cráneo.

Se debe colocar a la persona sentada con la cabeza inclinada hacia la parte lesionada para facilitar la salida de la sangre. Después hay que acudir a un centro sanitario.

– Epistaxis (hemorragia por las fosas nasales).

La sangre que proviene de la nariz suele ser de color rojo brillante. Al sujeto que sangra se le sentará con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante y se le pellizcará fuertemente la parte blanda de la nariz (el tabique cartilaginoso) con dos dedos al menos durante diez minutos; pasado este tiempo se le aligerará la presión y se mantendrás hasta que ceda la hemorragia. Si no cede de esta forma es conveniente acudir a un centro sanitario. El individuo debe escupir toda la sangre que le haya pasado a la boca.

Tratamiento y cuidados a administrar

El tratamiento de una hemorragia requiere hacer diferenciación entre el tratamiento local y el tratamiento general.

  • El tratamiento general del hemorrágico debe ser realizado por el médico y consiste básicamente en la corrección de la hipovolemia (disminución del volumen de sangre) y de la anemia si la hay.

El tratamiento local tiene dos fases:

– Hemostasia (detención del flujo sanguíneo) provisional.

– Hemostasia definitiva.

Existen múltiples formas de realizar una hemostasia provisional: con un manguito neumático, con un torniquete, realizando un taponamiento, un vendaje compresivo, etc… pero, la forma más sencilla y con menos riesgo de complicaciones ( sobre todo de isquemia ) es la compresión digital sobre un plano duro que consiste en aplicar una presión directa en el punto de la hemorragia con los dedos, la palma de la mano o el puño para evitar la salida de sangre; el plano duro puede ser un hueso o bien la otra mano del que atiende al accidentado; es recomendable acudir a un centro sanitario.

Cuidados a administrar

En caso de hemorragias externas:

  • A,B,C.
  • Posición de Trendelenburg (la cabeza más baja que los pies) para prevenir el síncope.
  • Aplicar presión directa sobre la herida o unos centímetros por encima de ella, con la ayuda de apósitos limpios o en su defecto toallas o ropa blanca limpia.
  • Si no se sospecha fractura se elevará la zona o el miembro.
  • Si con estas dos medidas anteriores no es suficiente para cohibir la hemo­rragia, se presionará en los puntos de compresión arterial:

1. En el miembro superior, la arteria humeral.

2. En el miembro inferior, la arteria femoral.

  • Continuar manteniendo la presión directa sobre la herida o colocar un vendaje compresivo sin retirar los apósitos manchados para poner otros limpios, sino que se colocarán por encima.

En caso de hemorragias internas:

  • A, B, C.
  • Traslado al centro sanitario en posición de Trendelenburg.

En caso de hemorragias exteriorizadas:

a) Otorragia:

– Posición lateral de seguridad, sobre el oído sangrante.

– Almohadillado bajo la cabeza.

– No taponar nunca el oído.

– Traslado al centro hospitalario.

b) Epistaxis:

– Compresión manual de la zona sangrante.

– Taponamiento anterior.

– Traslado al centro hospitalario si la epistaxis no cede, para proceder al taponamiento posterior.

c) Hematemesis: Es la hemorragia por boca, procedente del aparato digestivo.

– Valorar el A, B, C.

– Posición lateral de seguridad.

– Traslado al centro hospitalario guardando la muestra del vómito.

d) Hemoptisis: Es la sangre eliminada por boca procedente de las vías respira­torias.

– Posición de semisentado.

– Traslado al centro hospitalario guardando una muestra del esputo.

e) Rectorragias: Es la sangre eliminada por el recto.

Puede proceder del mis­mo recto y será de color rojo intenso, o proceder del tubo digestivo más alto siendo sangre digerida y adquirirá un aspecto como el alquitrán; esta sangre se conoce como «melenas».

5. PRIMEROS AUXILIOS ANTE FRACTURAS.

Concepto

Se denominan así las pérdidas de continuidad que se originan en un hueso cuan­do la fuerza qué se aplica en él es superior a su elasticidad. Para que se produzca una fractura en un individuo sano es necesario que exista un traumatismo previo, aunque en determinadas circunstancias este requisito no existe, denominándose entonces fracturas patológicas.

Clasificación

Se clasifican según los siguientes puntos de vista:

a) Estado de la piel:

  • Fracturas cerradas: La piel está intacta y el foco de fractura no comunica con el exterior.
  • Fracturas abiertas: Existe una falta de continuidad en la piel y la fractura está en contacto con el exterior. Según actúe el agente traumático sobre la piel, esta se lesiona:
    1. Desde fuera hacia dentro, cuando el agente traumático que produce la fractura rompe la piel, la cual se lesiona antes que el hueso.
    2. Desde dentro hacia fuera, cuando, una vez producida la fractura, uno de los fragmentos lesiona la piel.

b) Localización:

  • Epifisiarias: Si afectan a la superficie articular, las fracturas se denomi­nan articulares; si la superficie articular está intacta serán extraarticulares. Cuando la fractura epifisiaria afecta al cartílago del crecimiento de un niño, se denomina epifisiólisis.
  • Metafisiarias: Pueden ser proximales o distales.
  • Diafisiarias: El trazo de fractura puede hallarse en el tercio medio, proximal o distal.

c) Mecanismo de acción del agente traumático:

  • Traumatismo directo: El agente traumático produce la fractura en el mismo sitio donde se ocasionó el impacto, por ejemplo, una barra de hierro en un miembro.
  • Traumatismo indirecto: La fractura se produce en un sitio alejado del lugar donde se produjo el impacto, por ejemplo, fractura de codo por caída vio­lenta sobre la palma de la mano.
  • Contracción muscular brusca: En individuos con desarrollo muscular im­portante, la contracción brusca de un músculo o de un grupo muscular descoordinado, puede originar la fractura de un hueso por arrancamiento
  • Fracturas patológicas: Se producen sin la intervención de agente traumá­tico alguno. Para que haya una fractura patológica debe existir necesaria­mente un hueso previamente debilitado o afectado por patología tumoral, infecciosa, etc.
  • Microtraumatismos: La acción repetida de traumatismos en principio insig­nificantes puede producir una fractura.

d) Trazo de fractura: Cuando la lesión es completa, es decir que afecta a todo el espesor del hueso, la fractura puede ser:

  • Transversal: La línea de fractura es perpendicular al eje longitudinal del hueso.
  • Oblicua larga: El trazo de fractura forma un ángulo con el eje longitudinal del hueso.
  • Oblicua corta: El trazo de fractura forma un ángulo con el eje longitudinal del hueso. Este ángulo es intermedio entre el de la fractura transversal y el de la oblicua larga.
  • En «ala de mariposa»: Existen dos trazos de fractura convergentes que de­limitan un fragmento de hueso que queda suelto.
  • Longitudinal: La línea de fractura sigue el eje longitudinal del hueso.
  • Espiroidea: También llamada fractura en «V» de Gosselin; su trazo describe una espiral.
  • Conminuta: Cuando el trazo de fractura no es único y se originan múltiples fragmentos óseos.

e) Fracturas incompletas: Las fracturas incompletas se dan preferentemente en los niños, ya que la elasticidad de sus huesos es mayor que la de los adultos. Esta elasticidad se debe a la inmadurez de sus fibras colágenas, a la menor mineralización ósea y a la existencia de un periostio más grueso. Pueden ser:

  • De incurvación diafisiaria: No existe trazo de fractura, aunque el hueso se halla incurvado. Se deben al aplastamiento trabecular.
  • En «tallo verde»: El hueso está incurvado y en la parte convexa existe un trazo de fractura que no alcanza la cortical del otro lado.
  • En «tallo de bambú»: Existe un engrosamiento óseo en forma de rodete o anillo. Este tipo de fracturas se produce por compresión en sentido longi­tudinal siguiendo el eje del hueso, que se deforma por rotura de las trabéculas.
  • Fisura: Existe un engrosamiento óseo en forma de rodete o anillo. Este tipo de fracturas se produce en cualquier hueso y a cualquier edad, lo más fre­cuente es que se produzca en huesos cortos y planos.

Síntomas y signos

  • Dolor. Generalmente está localizado en la zona de la fractura y aumenta con la presión y la movilidad del miembro fracturado.
  • Impotencia funcional que se deriva del dolor. En algunos tipos de fracturas puede no ser muy evidente.
  • Equimosis. Si aparece precozmente y en el lugar de impacto del agente trau­mático, estará en relación directa con la contusión de partes blandas y no con la fractura en sí. Pero existen otras equimosis derivadas del foco de fractura, que aparecen más tardíamente y alejadas de la fractura.
  • Hematomas. La cantidad de sangre producida por la fractura es mayor que en las equimosis.
  • Edemas. Se deben a cualquier causa que limite o impida el retorno venoso (hematoma, fragmentos del hueso).
  • Deformidad. Varía según el tipo de fractura y caracteriza algunas de ellas.
  • Crepitación. Cuando se moviliza el foco de fractura se percibe una sensación táctil y audible de crepitación. No debe provocarse nunca ya que podría agra­var la fractura o causar lesiones de partes blandas.
  • Fiebre. Aparece en los individuos con fracturas graves y en personas jóvenes.

Cuidados a administrar

Como el tratamiento definitivo debe hacerse siempre en el medio hospitalario, mencionaremos los cuidados antes de dicho tratamiento y los que se han de adminis­trar después en el propio domicilio.

Ante la sospecha de cualquier fractura:

  • Solucionar los problemas prioritarios como hemorragias, shock, etc.
  • Valorar A, B, C.
  • Inmovilizar con algo duro que se tenga a mano la zona donde se-sospeche que existe fractura, sin movilizar o intentar recolocar el hueso.
  • Traslado al centro hospitalario.

En la residencia o domicilio:

  • Seguir fielmente las recomendaciones médicas y administrar el tratamiento prescrito por el mismo.
  • Vigilar la circulación, sensibilidad, color y temperatura del miembro afectado.
  • Avisar al médico si existe alguna alteración, excesivo dolor, etc.

6. PRIMEROS AUXILIOS ANTE QUEMADURAS.

Concepto

Se denominan quemaduras a todas las lesiones producidas en los tejidos vivos como consecuencia de alteraciones térmicas determinadas por agentes físicos, químicos o biológicos.

Tipos

Según el agente causante

La quemadura es una patología relativamente frecuente en nuestro medio y puede tener consecuencias fatales para el sujeto, los niños pequeños suelen ser los más afectados y entre los adultos, los ancianos, los enfermos y los minusválidos son grupos de grave riesgo. Desde el punto de vista del agente que provoca la lesión, las quemaduras se clasifican del siguiente modo:

  1. Quemaduras térmicas, que son las más frecuentes:

– Secas, producidas por cuerpos calientes

– Escaldaduras, producidas por líquidos calientes.

  1. Quemaduras químicas, consecuencia de la acción de los ácidos y los álcalis.
  2. Quemaduras ígneas, debidas a la acción directa del fuego.
  3. Quemaduras eléctricas, ocasionadas por la electricidad.
  4. Abrasiones, producidas por altas temperaturas que se producen en la fricción.

Las quemaduras tienen efectos locales en la piel y pueden tener repercusiones clínicas generales.

Tipos de quemaduras según la profundidad
  • En cuanto a los efectos locales podemos decir que si la quemadura es muy superficial sólo produce eritema (enrojecimientos difuso de la piel) que se suele curar en una semana sin dejar cicatriz; se habla entonces de quemaduras de primer grado.
  • Si la quemadura es algo más profunda se produce destrucción de la epidermis y de las capas superficiales de la dermis, tardará tres o cuatro semanas aproximadamente en curar y dejará cicatriz; son quemaduras de segundo grado.
  • Las quemaduras de tercer grado son aquellas que interesan la epidermis y el tejido subcelular, y existe formación de escaras.

Las ampollas o flictenas son una finas burbujas, que se forman sobre la piel dañada por el calor o la fricción. Se deben a la penetración en el área quemada de suero por debajo de la superficie de la piel. Suelen aparecer en las quemaduras de segundo grado cuando los vasos dérmicos no están dañados.

Excepto las quemaduras poco profundas o muy localizadas, todas pueden producir efectos generales sobre el quemado de consecuencias fatales. El efecto más temido es el shock, otros efectos generales importantes son anemia, infección, deshidratación, alteraciones gastrointestinales, alteraciones electrolíticas, etc…

Tratamiento

El tratamiento de un quemado suele comenzar en el lugar del suceso. Los objetivos del tratamiento inmediato son los siguientes:

– Apartar al sujeto del foco térmico

– Comprobar que la función cardio-respiratoria está conservada.

– Impedir que los efectos del calor lleguen a los planos profundos de la piel.

Si el sujeto arde en llamas es preciso tumbarlo en el suelo y sofocar las llamas cubriéndolo con mantas o prendas de vestir no sintéticas o con tierra.

– Es conveniente aplicar agua fría a las escaldaduras hasta que desaparezca el dolor o éste sea pequeño, también se puede sumergir en agua la zona quemada.

– No utilizar agua si existen líquidos inflamables.

– Si se trata de quemaduras corrosivas es preciso lavar abundantemente a la persona con agua para arrastrar los restos adheridos a la piel.

Para el tratamiento local de quemaduras pequeñas se recomienda lavar abundantemente la zona quemada con agua fría, y sólo después de esta maniobra se puede cubrir con un tul graso la zona afectada. Las ampollas que aparezcan sólo serán manipuladas por personal sanitario por el peligro de infectarse. El tratamiento de las grandes superficies quemadas siempre requiere de ingreso hospitalario.

7. PRIMEROS AUXILIOS ANTE SITUACIONES DE INTOXICACIÓN.

Concepto

Se llama intoxicación a los cuadros clínicos y enfermedades resultantes de la introducción en el organismo de ciertas sustancias denominadas tóxicos o venenos.

La intoxicación es aún la causa más frecuente de accidente en el hogar pese a las muchas campañas educativas encaminadas a su prevención. Las intoxicaciones accidentales en el hogar o en los Centros se producen sobre todo por inhalación y contacto con gases, ingestión de líquidos tóxicos e ingestión de sustancias tóxicas.

Ante una intoxicación accidental, las claves respecto al tipo de tóxico pueden venir de la historia y de los objetos que se encuentran en la vecindad inmediata del intoxicado, tales como restos de alimentos, vasos de bebida, frascos u otros recipientes. Estos objetos deben guardarse para investigación.

Hay que determinar prontamente la necesidad de asistencia médica, teniendo en cuenta que muchas sustancias no exigen más medidas y que el exceso de tratamiento tiene que ser una preocupación potencial.

Intervención

Ante una intoxicación hay que:

  1. Determinar la adecuación de la función cardiaca y respiratoria y comenzar la reanimación en caso necesario.
  2. Diluir inmediatamente la sustancia tóxica y eliminarla del cuerpo.

– Si el tóxico ha sido ingerido: emesis (provocar el vómito), y a continuación lavado gástrico. NO si el intoxicado está en coma o ha ingerido sustancias corrosivas.

– Si el tóxico ha sido inhalado hay que separar al intoxicado del medio ambiente contaminado

– Contaminación de piel y ojos: quitar la vestimenta y lavar a fondo la piel sin frotarla enérgicamente. Irrigar los ojos con agua abundante.

3. Transportar al intoxicado al hospital más próximo.

INTOXICACIÓN POR CÁUSTICOS

Las fuentes principales son:

  • Álcalis: limpiadores de retretes, detergentes en polvo, lavaplatos, amoniaco, lejía, sosa cáustica, etc…
  • Ácidos: limpiadores de retretes, lavaplatos, otros detergentes, ácido acético, ácido clorhídrico, etc…

Los síntomas que presentan tales intoxicaciones son quemaduras corrosivas por inhalación , contacto con la piel, contacto con los ojos e ingestión. Se acompaña de dolor local de intensidad variable. El tratamiento consiste en:

  • Si ha existido ingestión. Diluir con agua o leche. No sondar el estómago ni provocar vómito.
  • Si existe daño de la piel o los ojos: lavar abundantemente.
  • La ingestión de cáusticos requiere hospitalización sistemática.

INGESTIÓN DE BARBITÜRICOS.

Los síntomas son: dolor de cabeza, confusión, excitación, delirio, abolición del reflejo corneal, insuficiencia respiratoria, coma, etc… El tratamiento es el siguiente:

  • Si la ingestión ha sido reciente es preciso provocar el vómito, si existe sedación hay que hacer lavado gástrico.
  • Atención a la insuficiencia respiratoria
  • Hospitalización sistemática.

INTOXICACIÓN POR MONÓXIDO DE CARBONO.

Las fuentes que la suelen provocar son: Calefacciones, cocinas de gas, gas de iluminación, escapes de motores, etc…

Los síntomas fundamentales son: dolor de cabeza, vértigo, disnea, confusión, dilatación de las pupilas, convulsiones, y coma.

El tratamiento consiste en:

  • Retirar al intoxicado del lugar o fuente.
  • Oxigenoterapia con mascarilla.
  • Hospitalización.

INTOXICACIÓN POR NAFTALENO.

Las fuentes que la suelen provocar son pastillas repelentes de naftalina, pastillas desodorizantes, etc…

En cuanto a los síntomas:

  • Si ha existido contacto se puede producir dermatitis, ulceración corneal, etc…
  • Si ha existido inhalación: dolor de cabeza, confusión, vómitos, disnea, etc…
  • Si ha existido ingestión: espasmos abdominales, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, confusión y convulsiones.

El tratamiento depende de la situación previa de intoxicación:

  • Si ha existido contacto : quitar los vestidos y lavar la piel y los ojos
  • Si ha existido inhalación: vigilar la respiración y asistirla.
  • Si ha existido ingestión : hospitalizar

8. PRIMEROS AUXILIOS POR PENETRACIÓN DE CUERPOS EXTRAÑOS.

Concepto

Cuerpo extraño es cualquier materia externa que penetra en el cuerpo a través de una solución de continuidad de la piel (a través de una herida), o bien por los orificios naturales (boca, oído, nariz ,etc…).

Los cuerpos extraños pueden ser de todas clases y tamaños (desde pequeñas astillas a monedas, alfileres, imperdibles, botones, etc…) y la causa de la penetración suele ser accidental.

En los apartados siguientes se describen los casos de cuerpos extraños más frecuentes y algunas recomendaciones sobre cómo extraerlos y cuándo pedir ayuda médica.

Es importante insistir en este tema que si bien se puede afirmar como norma general que los cuerpos extraños deben ser extraídos siempre, hay un caso muy importante en que no debe ser así, y es cuando el cuerpo extraño está incrustado, actuando como tapón en una arteria y evitando las salida de la sangre, en este caso aunque sea muy fácil extraerlo, no debe retirarse hasta que llegue al hospital más cercano por el peligro de pérdidas sanguíneas y la entrada de aire en la arteria.

CUERPOS EXTRAÑOS EN LA NARIZ.

Puede tratarse de objetos pequeños alojados en la nariz o bien de objetos que estén dañando las estructuras nasales. Los dos casos requieren una atención inmediata porque pueden dificultar la respiración.

Se recomienda tranquilizar al sujeto, aconsejarle que respire por la boca y en ningún caso tratar de extraer el cuerpo extraño con pinzas o algún instrumento parecido por el peligro de empujar el cuerpo extraño aún más adentro. Hay que acudir al hospital.

CUERPOS EXTRAÑOS EN EL OÍDO.

En el caso de personas mayores o minusválidos suele tratarse de algún insecto que ha quedado atrapado, si es así se puede verter agua tibia lentamente por el oído para intentar que salga al exterior. Si se trata de otro tipo de cuerpo extraño (algodones, tapones de cera, minas de lapicero, etc…) no es conveniente tratar de sacarlo porque en la maniobra se puede introducir más adentro. Hay que acudir al hospital.

CUERPOS EXTRAÑOS EN EL OJO.

En el ojo suelen penetrar partículas de polvo, arena, pestañas desprendidas y se suelen extraer sin gran dificultad. Es conveniente situar al sujeto frente a un foco de luz y examinar el ojo afectado, para ello se le hará mirara en todas las direcciones (arriba y abajo, hacia dentro y hacia fuera) hasta localizar el cuerpo extraño. En la mayoría de los casos al irrigar el ojo con agua esterilizada o agua corriente (lenta y abundantemente) la partícula saldrá arrastrada.

Si ésta sigue alojada en los párpados, se procederá a levantar el párpado y extraer de forma manual con algún apósito estéril que no suelte pelo.

Hay 2 ocasiones en las que no se debe intervenir:

  • Si el cuerpo extraño está alojado en el iris o la pupila o bien está incrustado en el globo ocular es preferible acudir al médico antes de realizar ninguna maniobra.
  • Si se trata de cuerpos extraños metálicos que hayan penetrado en estructuras internas del ojo en ningún caso se debe intentar retirarlos con un imán por el peligro de traer hacia nosotros todas las estructuras colocadas delante del cuerpo extraño.

CUERPO EXTRAÑO EN EL ANO Y GENITALES

  • No manipular.
  • No aplicar enemas o purgantes.
  • Trasladar al centro hospitalario, sin movilizar demasiado a la persona.

INGESTIÓN DE CUERPOS EXTRAÑOS.

La alarma ante la ingestión de un cuerpo extraño varía dependiendo de la naturaleza de éste f de las condiciones del sujeto. Si el objeto ingerido es pequeño y sin bordes afilados (cotones, monedas pequeñas, etc…) no suelen causar daños. Existen otros tipos de objetos que por su volumen pueden causar atragantamiento del individuo. Los objetos puntiagudos o con bordes cortantes (alfileres, agujas, etc…) pueden dañar los órganos al alojarse en ellos o en su recorrido.

En cualquiera de los tres casos, es conveniente no administrar nada a la persona por vía oral y trasladarlo al hospital. La urgencia del traslado dependerá del tamaño del objeto ingerido (por el peligro de asfixia) y de su peligrosidad (agujas, trozos de metal, etc…).

9. ALTERACIONES DE LA CONSCIENCIA

Síncope

  • Tumbar a la persona afectada en posición lateral de seguridad.
  • Vigilar la posición de la lengua y retirar la dentadura postiza si la posee.
  • Valoración del A, B, C.
  • Aflojarle las ropas que le opriman.

Coma

  • Colocación del paciente en posición lateral de seguridad.
  • Valoración del A, B, C, si precisa.
  • Traslado urgente a un centro hospitalario.

Convulsiones

  • Permanecer en todo momento con el paciente.
  • Colocarle un objeto no metálico entre los dientes con el fin de que no se muer­da la lengua.
  • Colocación de la posición lateral de seguridad.
  • La superficie donde esté, será lo más blanda posible y si no, se colocarán ropas o cojines con el fin de que no se lesione por los golpes al convulsionar.
  • No tratar de sujetarlo en la convulsión. Sólo vigilarle para que no se lesione.
  • Aflojar las ropas que le opriman y tratar de evitar que se convierta en un espec­táculo.
  • Traslado al centro hospitalario preferentemente después de pasado el periodo | convulsivo,

Ante una crisis convulsiva es importante observar:

  • Hora de comienzo de las convulsiones.
  • Si ha habido pérdida total de consciencia.
  • Presencia o ausencia de incontinencia de esfínteres.
  • Tiempo de duración y número de convulsiones.
  • Expulsión de espuma por la boca.
  • Aspecto de la pupila y dirección de la mirada.
  • Síntomas después de la convulsión: cefalea, somnolencia, etc.

10. ASFIXIAS

Concepto

La asfixia se puede definir como la supresión de la respiración por cualquier factor que impida el intercambio gaseoso normal en los pulmones.

Como consecuencia de este impedimento se produce anoxia por falta de 0^ y au­mento de bióxido de carbono (CO;,) en la sangre y en los tejidos.

La dificultad para que el oxígeno llegue a los pulmones se produce cuando la vía aérea es obstruida o cuando la respiración ha cesado.

Tipo y causas

Por tanto son múltiples las causas que pueden desencadenar asfixia:

1. Asfixia de origen mecánico: Se produce cuando hay un obstáculo en la vía aérea que impide el paso del aire. Estas a su vez se clasifican dependiendo del obstáculo en:

  • Asfixia por ahorcamiento o estrangulación: Debido a la compresión externa que produce el cierre de la vía aérea.
  • Por sumersión: En el caso del ahogamiento, la entrada masiva de agua en las vías aéreas desplaza el aire e impide la respiración.
  • Por compresión torácica: En el caso de desastres en los que la persona que­da atrapada bajo masas de tierra o escombros (accidentes de trabajo en minería, terremotos, derrumbamientos, etc.).
  • Por sofocación o atragantamiento: Debida al taponamiento de la vía aérea, por cuerpos extraños en nariz, boca, etc., que acaban obstruyendo total­mente la vía aérea.

2. Por contracción de la musculatura respiratoria: El espasmo muscular que se produce dificulta o bloquea los movimientos respiratorios impidiendo el intercambio del aire. Ocurre en situaciones de convulsión muy intensa, crisis epilépticas, descargas eléctricas, etc.

3. Por inhalación de gases: Ocurre en emanaciones o escapes industriales de gas, grandes incendios (óxido de carbono).

Intervención

La asistencia a un paciente en situación de asfixia debe ser inmediata ya que su muerte es cuestión de segundos Dicha asistencia se basa en la práctica de la respiración artificial y en la desobstrucción de la vía aérea.

Si la asfixia es mecánica, por la presencia de un cuerpo extraño en la garganta, lo que se conoce vulgarmente como atragantamiento, hay que tener presente que se pueden dar dos situaciones, a saber:

a) El accidentado puede hablar, toser y respirar aunque con dificultad. Hay que decirle que tosa fuerte. No deben darse golpes en la espalda ni intentar sacar el objeto sin más puesto que se corre el riesgo de introducirlo más y que acabe taponando totalmente la vía aérea.

Si se trata de un niño pequeño hay que ponerlo con la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba, dándole golpes suaves, secos y rápidos en la espalda a la altura de las escápulas para facilitar la salida del cuerpo extraño por su propio peso.

Si es un niño/a mayor o adulto y está consciente y mantiene la respiración aun­que dificultosa es necesario aplicar la llamada Maniobra de Heimlich: estando ambos de pie colóquese detrás de la persona y rodee con sus brazos su cuerpo a la altura del ombligo. Una de sus manos con el puño cerrado debe quedar situada a la altura del ombligo y la otra encima de la anterior y sujeta a ella. Realice presiones fuertes y rápidas hacia arriba y hacia adentro.

b) Si el accidentado no puede respirar estamos en una situación de gravedad extrema puesto que su muerte puede ser inmediata.

Exige un traslado al hospital inmediato. Entre tanto:

  • Estando el paciente tumbado hacia arriba, arrodillarse en el suelo mirando hacia el paciente de manera que los muslos del paciente queden situados entre su piernas.
  • Colocar las manos situadas encima del ombligo y realizar presiones bruscas y secas hacia arriba. Si el cuerpo sale y el paciente sigue inconsciente reali­zar la respiración boca a boca.

En cualquiera de los casos no debe olvidarse el traslado urgente al hospital.