Procesos básicos en el desarrollo socioafectivo

Procesos básicos en el desarrollo socioafectivo

Tema 1. Conceptos básicos del desarrollo socioafectivo en relación con el papel del TSEI

Paso 1.1. Aportaciones de la psicología y la pedagogía al desarrollo socioafectivo. Relación del desarrollo con el aprendizaje

Para comprender cómo el ser humano se desarrolla en el ámbito socioafectivo de los 0 a los 6 años partimos de tres premisas fundamentales:

El TSEI debe adquirir una base teórica que permita responder a la necesidad socioafectiva que tienen los niños. Esta base teórica la aportan fundamentalmente la psicología y la pedagogía.

La psicología proporciona mucha información sobre la relación que existe entre nuestros sentimientos y nuestro comportamiento. Como ciencia, tiene un objeto y una finalidad fundamentales:

Su objeto es el estudio científico del comportamiento y los procesos mentales. Su finalidad es explicar el comportamiento y los procesos mentales para saber cómo modificarlos y así contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas y de la sociedad en general.

– Es imposible separar el desarrollo socioafectivo del desarrollo integral del niño pues actúa en su globalidad. El contenido emocional es denominador común de sus actos, pensamientos, percepciones, gestos… No existe un gesto afectivo que no sea cognitivo y podemos encontrar pocos gestos cognitivos que no sean afectivos.

– El desarrollo afectivo y el desarrollo social están íntimamente ligados, de hecho, podemos considerar que el primero se incluye en el segundo, ya que es difícil entender la afectividad sin que entren en juego los demás.

– Las necesidades de los niños son el hilo conductor de toda intervención educativa. El afecto es una de sus necesidades básicas. En el caso de la educación infantil la cobertura de esta necesidad es primordial para la correcta socialización y tiene un gran valor para su desarrollo a lo largo de la vida y su correcta integración en la sociedad.

Los cambios psicológicos

El ser humano no se comporta de la misma manera a lo largo de su vida, ni tiene los mismos procesos mentales. Esta realidad hizo que surgiese una especialidad en psicología, la psicología evolutiva, que se ocupa de estudiar los cambios psicológicos que, en relación con la edad, se dan en las personas a lo largo de su desarrollo, es decir, desde la concepción hasta la muerte.

La psicología evolutiva marca diferentes etapas por las que va pasando el ser humano.

Estas etapas no son compartimentos estancos. Existen circunstancias y factores que el ser humano se va encontrando a lo largo de su vida que matizan e individualizan las etapas de cada cual.

Los psicólogos del desarrollo determinaron que la infancia es el periodo durante el cual se producen más cambios. De esta reflexión surgió una rama específica: la psicología del desarrollo infantil, que estudia el comportamiento y los procesos mentales durante la infancia.

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Además de los cambios psicológicos de los que se ocupa la psicología evolutiva, en el desarrollo humano intervienen cambios biológicos y cambios físicos. Ambos están condicionados por factores externos (alimentación, clima, entorno social, entorno afectivo…) y muchos de ellos están vinculados a la edad.

– Los cambios físicos están asociados al crecimiento.

– Los cambios biológicos, a la maduración

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El medio

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Por su parte, los cambios psicológicos constituyen el proceso que tiene lugar después del nacimiento, gracias al cual el ser humano adquiere progresivamente las funciones que le son propias: el lenguaje, el pensamiento, la memoria, la atención.

El medio determinará en mayor o menor medida el desarrollo. El niño o niña necesita para desarrollar sus potencialidades un medio social saludable, donde pueda interrelacionarse con los adultos y con sus iguales. El medio influye en tal medida que el hecho de nacer en un momento histórico dado, en un determinado país, dentro de una clase social, en el seno de una determinada familia, amplía o restringe mucho sus posibilidades.

Crecimiento, maduración y desarrollo son procesos íntimamente ligados. Los dos primeros son los encargados de abrir las puertas que el medio se encargará de aprovechar para que se produzca el desarrollo. Es decir, el crecimiento y la maduración permiten pero no garantizan el desarrollo.

Por lo tanto, tanto los factores externos como los internos desempeñan un papel crucial en el llamado periodo crítico, aquel periodo en el que el crecimiento y la maduración marcan la madurez precisa para que se produzca el desarrollo.

Algunos desarrollos dependen más de cambios físicos y biológicos, mientras que otros se deben fundamentalmente a la estimulación del entorno o medio, pero en general la interacción entre estos factores es tan íntima que resulta prácticamente inútil intentar delimitar los dos tipos de influencia que producen el desarrollo.

Intervención educativa

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Es de vital importancia que un TSEI conozca la interacción que se da entre el desarrollo y el aprendizaje, ya que conociendo sus mecanismos podrá planificar la intervención educativa y responder a las necesidades, en este caso socioafectivas, de los niños. La pedagogía le aportará la base teórica sobre el aprendizaje:

El aprendizaje consiste en el cambio más o menos permanente en la conducta observable/no observable, fruto de las experiencias realizadas en el entorno y cuya finalidad es la adaptación al medio. Se trata de un factor del desarrollo que no está ligado exclusivamente a la herencia genética, aunque para que se produzca es indispensable un crecimiento y una maduración previas.

Por tanto, la función fundamental del TSEI es la de brindar a los niños las experiencias educativas que, planificadas de forma que se ajusten a sus necesidades, favorezcan el aprendizaje. Es decir, diseñar el proceso enseñanza-aprendizaje, planificando la intervención educativa.

El aprendizaje depende de la intervención educativa y de:

– El crecimiento.

– La maduración.

– El desarrollo.

– Las experiencias del entorno, determinadas por el momento histórico, cultura de referencia, pertenencia a un grupo social.

– El estilo individual de aprendizaje.

Los cuatro conceptos que hemos visto: crecimiento, maduración, desarrollo y aprendizaje, tienen algunos rasgos en común:

· Son procesos, ocurren a lo largo del tiempo.

· Reciben influencia del medio.

· Interactúan entre ellos.

· Determinan la evolución de las personas.

Paso 1.2. Conceptos básicos del ámbito socioafectivo

Clarificados los conceptos de desarrollo y de aprendizaje como guías fundamentales de la acción educativa, vamos a delimitar el objeto de estudio de este módulo: los desarrollos socioafectivo, moral y sexual. Para ello, hay que recordar que:

– El desarrollo es la formación progresiva de las funciones propiamente humanas. En este proceso interviene determinantemente el medio social.

– Los desarrollos moral, sexual y afectivo están íntimamente relacionados con el desarrollo social.

– Por lo tanto, el desarrollo socioafectivo del niño contribuye de manera fundamental al desarrollo integral

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La primera sonrisa, el interés de los bebés por las personas, la formación de lazos afectivos con la madre, el miedo a los extraños…

Para comprender cómo se dan estos procesos a fin de favorecerlos como profesional de la educación infantil, es necesario primero entender tres conceptos sobre los que se asienta el desarrollo socioafectivo:

clip_image015El apego.

clip_image015[1]La familia.

clip_image015[2]La socialización.

El apego

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Se denomina “apego” a la conducta de adaptación y orientación social que el bebé realiza y que le ayudará a establecer los vínculos afectivos con determinados miembros de su propia especie.

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Tradicionalmente, la psicología consideraba que el recién nacido establecía un vínculo especial con la persona que le satisfacía las necesidades primarias, denominado desde la propia ciencia “apego”. Actualmente, estudios sobre otras especies animales han demostrado que esta explicación del apego no es correcta. El amor y la relación no se establecen sobre la satisfacción de las necesidades básicas, sino que la relación con los demás es una necesidad primaria; es decir, la necesidad de relación con los otros es una necesidad básica, como la alimentación o el descanso… y no una consecuencia de la cobertura de éstas.

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El apego no es algo que surja desde el nacimiento, se establece en un periodo temporal que va desde los primeros desplazamientos hasta los tres años. El niño, cuando nace, debido a su inmadurez, necesita un adulto que le cuide y proteja pero no está claro que tengan “una disposición social” que le haga relacionarse con los otros de una manera inmediata, aunque sí responde pronto a los cuidados.

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El apego lo mantiene con un adulto que él elige de su entorno más cercano, denominado figura de apego, y se manifiesta con conductas para promover el contacto con el adulto.

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Este vínculo, crucial para que el niño vaya conquistando su autonomía y estableciendo relaciones sociales con otros adultos y con sus iguales de manera saludable, irá diluyéndose a medida que aumenten estas conquistas. Las características de esta primera relación social pueden tener trascendencia el resto de su vida.

La familia

Durante sus primeros años, el niño, además de con las figuras de apego, se relaciona con grupos más amplios en los cuales socializa. El principal y más inmediato de estos grupos sociales es la familia En nuestra especie la familia tiene dos características que la distinguen del resto de animales: la estabilidad y la permanencia, que están relacionadas con dos rasgos del proyecto genético humano:

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La capacidad de cooperación. En la familia, los miembros que la componen realizan una actividad cooperativa repartiéndose las tareas.

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La infancia prolongada durante la cual el bebé depende de los demás para poder sobrevivir.

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Desde el inicio de los tiempos, las sociedades humanas han organizado su estructura social a partir de la familia. Pero la familia, como grupo social, también se adapta al medio, de modo que según el tipo de sociedad, entorno, momento histórico… la configuración y los rasgos de la familia van cambiando.

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El proceso de socialización: La socialización

La familia constituye el primer agente de la socialización infantil. En ella se inicia el proceso de adquisición de las formas de vinculación afectiva, aprendizaje comportamental y conocimiento social. La socialización es el proceso mediante el cual el niño adquiere los valores, normas, costumbres, roles, conocimientos y conductas que la sociedad transmite y exige cumplir a cada uno de sus miembros, a fin de que se convierta en un miembro activo y de pleno derecho de la sociedad de la que forma parte.

– Se produce en relación con los otros, por lo que la dimensión afectiva es de mucha importancia.

– Es complejo pues la interacción del niño con diversos grupos (familia, escuela, amigos…) provoca que los valores, las costumbres y los roles que reciba puedan ser contradictorios. Es aconsejable unificar criterios para que se desarrolle con satisfacción.

– Es continuo, pues las relaciones que la persona mantiene con el entorno se van reequilibrando permitiendo que durante toda la vida asuma, interiorice e integre las formas y contenidos de su ámbito social y cultural.

– Implica también elecciones y compromisos, que pueden provocar conflictos que a su vez dinamicen las relaciones interpersonales.

Muchas son las razones que han hecho que la familia actualmente haya perdido en parte las funciones clásicas de producción, asistencia y educación que la constituían como una institución social. Así, el modelo de familia ha ido cambiando, para responder también a las necesidades de los miembros que la componen, por lo que actualmente no existe un modelo único de familia.

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El TSEI tiene que ser consciente de esta variedad, que se va a ver reflejada en las aulas, y respetarla sin tener prejuicios hacia aquellos modelos que no se ajustan al propio.

Paso 1.3. Marginación y desarrollo socioafectivo

Cuando se producen dificultades en el proceso de socialización se puede llegar a una situación de inadaptación social.

La inadaptación social es la manifestación de conductas que entran en conflicto con el ámbito social y cultural en el que se vive. Responde a un proceso inadecuado de socialización de personas que, porque no saben o no quieren o no pueden, no aceptan las normas y valores aceptados ni comparten los códigos de relación.

Cuando es la sociedad la que no permite que la persona se adapte, se produce una marginación.

La marginación es una situación de exclusión social de personas o colectivos considerados por el grupo mayoritario al margen de la normalidad. Estas personas sufren ciertas carencias que pueden originar la pérdida de derechos y de oportunidades. La marginación parte de la sociedad, que es la que determina qué conductas son las “normales” y cuáles se consideran marginales. Estos criterios pueden variar en otro grupo social.

En la inadaptación social es la persona la que se separa de la sociedad, mientras que en la marginación es la sociedad la que no permite la adaptación. Toda persona inadaptada está marginada, pero no toda persona marginada está inadaptada.

Factores de riesgo

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Sin embargo, tanto la marginación como la inadaptación social no se dan en estado puro. Existen factores de riesgo y otros que pueden impedirlas.

La inadaptación social de 0 a 6 años no suele darse, ya que la separación de la sociedad es involuntaria. Si existen factores de riesgo de marginación, los niños de estas edades pueden verse especialmente afectados, ya que se encuentran en los inicios del proceso de socialización.

Los niños que viven en una situación de marginación pueden presentar dificultades en estos procesos del desarrollo social:

– Establecimiento de vínculos afectivos.

– Conocimiento social.

– Conformación de la conducta socialmente aceptada y control de la socialmente inaceptada.

– Proceso de identidad personal.

Algunas consecuencias de estas dificultades son:

– Dureza de carácter que en casos extremos puede llevar a una psicopatía.

– Carencia de sentimiento de culpa

– Baja resistencia a la frustración.

– Inadaptación social en la edad adulta.

Es importante resaltar que la educación infantil juega un papel esencial en la compensación de este tipo de situaciones. Las carencias que presenta la familia como agente de socialización pueden ser en parte compensadas por la escuela infantil como agente normalizador de socialización, debido a las relaciones que el niño establece con los adultos y sus iguales en el centro de educación infantil.

El TSEI en estas situaciones trabajará en colaboración con los servicios sociales para contribuir a la modificación de esta situación.

Paso 1.4. Discapacidad y desarrollo socioafectivo

La discapacidad es una situación que afecta a un gran número de personas en nuestra sociedad y que las condiciona en su integración social, principalmente en los siguientes aspectos:

– Nivel de participación social

– Capacidad de integración en la vida ordinaria.

– La imagen que de ellos tiene la propia sociedad.

Tradicionalmente las personas con algún tipo de discapacidad han vivido marginadas de la sociedad por el hecho de ser “diferentes”. Esta situación ha cambiado mucho. Actualmente la discapacidad supone un factor de riesgo de marginación, mientras que antes era un factor determinante.

Evolución terminológica de la discapacidad

Se puede analizar este cambio social respecto a las personas con algún tipo de discapacidad, indagando en las clasificaciones de diversos organismos y escuelas:

La Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) define estos tres términos: deficiencia, discapacidad y minusvalía.

Esta clasificación valora a las personas con discapacidad según lo que no pueden o no saben hacer, sin tener en cuenta otras potencialidades. Esto produce unas expectativas sobre el desarrollo bajas, con el consecuente aislamiento social debido a:

– La dependencia de otros provoca sentimiento de poca autonomía.

– La generalización, incluyendo bajo la misma categoría a personas que por sus características personales pueden ser muy distintas, provoca en ellas una baja autoestima.

La OMS, al margen de la CIDDM, clasificó las discapacidades en tres categorías: Físicas. Psíquicas. Sensoriales.

En la actualidad, gracias a una mayor sensibilidad, los paradigmas de clasificación resaltan la autonomía, la integración, la igualdad y las capacidades. Han pasado:

– De la discapacidad a la capacidad, es decir, ponen el acento en lo que puede    hacer la persona que tiene una discapacidad.

– De la deficiencia a la diferencia como valor, fomentando lo que se denomina la    cultura de la diferencia.

En 1995 y 1997, la OMS, siguiendo este nuevo paradigma y el modelo ecológico,    redefinió imitación y discapacidad.

Implicaciones educativas

Esta concepción de discapacidad y limitación tiene dos implicaciones educativas importantes:

– La discapacidad no es una situación fijada, sino fluida, continua y cambiante, que depende de las limitaciones funcionales de la persona y de los apoyos disponibles en el ambiente.

– La acción educativa es la máxima responsable de restablecer el equilibrio perdido por la existencia de una deficiencia, discapacidad o minusvalía (OMS, 1980).

La LOGSE (1990) posibilitó la escolarización de niños con algún tipo de discapacidad en centros educativos ordinarios. Actualmente la LEA dedica el Título III al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo especificando los principios que rigen la atención y los recursos y materiales con los que se cuenta.

El TSEI, con los conocimientos extraídos de la Didáctica de la Educación Infantil y la colaboración de otros profesionales, debe responder a las necesidades educativas especiales elaborando las adaptaciones pertinentes para que el niño con discapacidad pueda acceder al currículo, o adaptar el propio currículo a las capacidades del niño.

Paso 1.5. La función del educador en el desarrollo socioafectivo

Esta etapa de la educación infantil de los 0 a los 6 años tiene dos características que le dan una identidad propia y peculiar, así como a las funciones que el profesional de la educación infantil va a desempeñar en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en el desarrollo socioafectivo:

– Se trata de la etapa de la vida en la que se    producen los mayores cambios cualitativos y    cuantitativos del desarrollo; por lo que las    necesidades de los niños cambian con    rapidez.

– La educación infantil ha sido muy poco valorada y se ha centrado, aún hoy, más en la función asistencial que en la educativa.

La principal función del profesional de educación infantil en el ámbito socioafectivo, y en todos los demás, se puede resumir en el término interacción.

La interacción

La interacción rompe el sentido unidireccional de la relación. Las conductas de las personas que se relacionan no se pueden considerar independientes, o aisladas, las personas en relación se influyen mutuamente y por tanto intervienen activamente en la relación y en sus miembros. En esto consiste la interacción.

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El desarrollo del niño va a depender por tanto de la cantidad y calidad de la interacción que establezca con su entorno.

Es necesario proporcionar un ambiente de bienestar que permita las interacciones que favorezcan en el niño el deseo por relacionarse y conocer. Loris Malaguzzi decía que era necesario crear un medio capaz de “proporcionar experiencias de descubrimiento, de ilusión, de alegría, de bienestar, de encuentro y de libertad”.

El profesional de la educación debe responder a cada niño de forma ajustada a sus necesidades, determinadas por las circunstancias de su familia, de su entorno social y de su cultura, y a sus potencialidades, para garantizar la calidad de las interrelaciones y favorecer su desarrollo socioafectivo. Sólo así podremos calibrar la tolerancia del niño a determinados cambios, sin presionar con exigencias para las que el niño todavía no está preparado.

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En esta interacción es fundamental:

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Potenciar el desarrollo de la confianza del niño en sí mismo, en sus posibilidades y en los demás, a fin de andamiar el proceso de socialización, favoreciendo la adaptación del niño a la sociedad.

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Respetar la totalidad del niño, concediendo igual valor a los diferentes aspectos del desarrollo: sentir, jugar, ver, hacer, tocar, imaginar, pensar…

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Reconocer los signos que caracterizan a cada niño, su individualidad y cómo ésta se manifiesta en las relaciones que establecen con el entorno.

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Comprender el valor comunicativo que tienen los lenguajes no verbales durante la infancia.

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Observar para poder comprender los códigos que se utilizan en este tipo de comunicación.

El juego simbólico

La observación del juego simbólico es una fuente de información importantísima sobre el desarrollo socioafectivo del niño, sobre cómo interpreta los valores y las normas que integran la cultura del grupo social en el que vive.

El juego simbólico aparece alrededor de los dos años, coincidiendo con la adquisición de la capacidad representativa. Este tipo de juego combina el placer que reporta la actividad lúdica, con la utilización de un abundante simbolismo. El niño en el juego simbólico reproduce escenas de la vida real, modificándolas de acuerdo con sus necesidades o con la interpretación que él ha hecho de la realidad.

La importancia del juego para el desarrollo socioafectivo es enorme pues favorece las interacciones sociales y sirve para expresar conflictos de forma simbólica. A través del juego se manifiestan mucho los sentimientos, los deseos y la relación con el entorno, y por eso el juego simbólico ha sido utilizado como método para el diagnóstico y para el tratamiento de los niños con problemas.

Familia y escuela

La psicología y la sociología afirmaban que el primer grupo social donde se socializa el niño es la familia y el segundo la escuela. Partían de la premisa de que el niño crece primero en casa y, años más tarde, ingresa en la escuela, pero esta afirmación no tenía en cuenta la educación infantil. Los niños escolarizados en esta etapa interaccionan a la vez en los dos grupos sociales: la familia y la escuela.

De esto se deriva la necesidad de potenciar las relaciones familia-escuela, estableciendo con otros profesionales los contactos que sean pertinentes para desarrollar las funciones que le son propias.

El TSEI debe saber que la colaboración entre familia y escuela se tiene que basar en un objetivo común, el desarrollo armónico del niño, pero sin confundir las funciones que sobre este desarrollo tienen la familia y la escuela.

Esta confusión de funciones y estrategias puede llevar a que la escuela se entienda como un sustituto de la familia. Esta idea desemboca en la primacía en la escuela de la función asistencial, de cuidado, frente a la educativa.

Tema 2. Teorías explicativas del desarrollo socioafectivo en la edad infantil

En el desarrollo infantil todos los aspectos son interdependientes, de ahí que sea integral.

Por lo interrelacionados que están todos los aspectos que conforman el desarrollo integral de la persona y en particular del niño, no existe un criterio único para clasificar todas las teorías.

Hay estudios que se centran en cada uno de los aspectos específicos del desarrollo. Aquí abordaremos el estudio de las teorías explicativas del desarrollo que ayudan a comprender los procesos de desarrollo socioafectivo infantil. Hay:

– Teorías generales clave que sirven para comprender distintas vertientes del desarrollo, entre ellos, el socioafectivo.

– Teorías específicas que sirven para comprender la evolución de aspectos concretos del desarrollo afectivo, social, moral o sexual.

De acuerdo a esta clasificación de las teorías, el TSEI, para conocer el panorama teórico del desarrollo socioafectivo, tendrá que dar los siguientes pasos:

Paso 2.1. Conocer las teorías generales del desarrollo extrayendo su utilidad para la comprensión del desarrollo socioafectivo.

Paso 2.2. Conocer las teorías específicas del desarrollo socioafectivo, relacionándolas con las corrientes de la psicología

Paso 2.1. Teorías generales del desarrollo

El desarrollo es el conjunto de cambios que se producen a lo largo de la vida como resultado de la interacción entre factores biológicos vinculados a la herencia y factores vinculados a la experiencia ambiental. La edad es un eje del desarrollo, pero la experiencia personal va pesando cada vez más en él y, por ello, cuanto menor es la edad más fácil es concretar cuándo se produce un cambio psicológico.

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Hay dos tipos de cambios:

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Normativos.

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Idiosincrásicos.

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La psicología evolutiva se encarga de los llamados cambios normativos.

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Para comprender el desarrollo de un niño, el TSEI debe simultanear los dos puntos de vista como base de su trabajo:

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Describir y explicar la secuencia de desarrollo universal.

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Identificar los factores ambientales y su influencia en la diferenciación e individualización del desarrollo.

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Los factores que influyen en el desarrollo son:

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Maduración.

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Cultura.

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Momento histórico.

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Grupo social.

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Características individuales.

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Origen de la psicología evolutiva

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A partir de la Ilustración en el siglo XVIII se comienza a percibir la infancia como una etapa diferenciada.

Las dos líneas principales de la psicología evolutiva se van definiendo constituyendo el origen de las concepciones generales sobre el desarrollo infantil:

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Locke, base de las teorías del desarrollo anglosajonas.

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y Kant, base de las teorías del desarrollo europeas continentales, y Darwin, base de las teorías evolutivas, más aceptadas en el continente europeo.

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Los estudios sobre psicología evolutiva en Estados Unidos se mantuvieron durante mucho tiempo centrados en los hechos observables y en la observación de la conducta. Salvo dos excepciones: Hall y Baldwin, con teorías innatistas y evolucionistas, corrientes de las que bebieron pues se formaron en Alemania.

La psicología evolutiva en el siglo XX

Las diferentes teorías sobre la psicología evolutiva que surgen durante el siglo XX se pueden clasificar siguiendo criterios geográficos:
clip_image022[16]Estados Unidos: Gesell, Watson, Hull,    Skinner, Sears y Bandura.

clip_image022[17]Europa: Freud, Wallon, Piaget y Vygotsky.

Estados Unidos

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Gesell (1880-1961) (discípulo de Hall) resulta ser una excepción innatista dentro del panorama estadounidense (conductista). Se dedicó al estudio de los procesos de crecimiento y maduración. Para Gessell, el desarrollo era producto de la maduración.

Salvo esta excepción, la psicología evolutiva estadounidense de primera mitad del siglo XX es mecanicista debido al surgimiento y desarrollo del conductismo.

Watson (1878-1957). Según sus experimentos la respuesta emocional es una consecuencia del aprendizaje y del condicionamiento. Por lo tanto, controlando la historia de aparición de estímulos y consecuencias, controlamos el desarrollo de la conducta.

Evolución del conductismo

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Tras Watson, el conductismo estadounidense tomó varias direcciones:

Hull (1884-1952) distinguía entre los impulsos primarios (sed, hambre…) y los secundarios (conseguir algo de los adultos) y la observación de que, para conseguir la proximidad y el afecto de los adultos, las criaturas adquieren un serie de conductas que les agraden (obediencia, cortesía, paciencia…).

Skinner (1904-1990) puso el acento en las consecuencias agradables/desagradables que siguen a una conducta determinada (condicionamiento operante), entendiendo que las metas no son sólo la satisfacción de necesidades instintivas, sino de la necesidad de aprobación, afecto, diversión… La conducta se aprende como medio para obtener una consecuencia agradable o evitar una desagradable.

Con Sears y Bandura (1960), el conductismo empieza a cambiar y abandona paulatinamente esa simplificación o mecanización del aprendizaje. Estudian un aprendizaje propiamente humano, que denominan aprendizaje social, en el que el estilo de los padres influye notablemente.

Más tarde, Bandura y Walters incorporan factores cognitivos a los mecanismos del aprendizaje social:

– Imitación de conductas.

– Mecanismos cognitivos implicados en la captación, interpretación y transmisión de información.

– Aprendizaje al observar la conducta de un modelo.

Europa

En Europa en la primera mitad del siglo XX la psicología evolutiva ofrece varios hitos:

– La teoría de la estalt de Wertheimer y Kofka, especializada en la percepción.

– K. Lewin se opone a los estudios con grandes muestras de sujetos, pues carecía de utilidad la descripción de un niño promedio en una situación promedio.

– Y lo más importante: adquieren relevancia las teorías organísmicas u organicistas, diferentes entre sí, pero con puntos comunes.

Los más importantes organicistas fueron:

Freud (1856-1939), neurólogo.

Wallon (1879-1962), médico y filósofo.

Piaget (1896-1980), biólogo y epistemólogo.

Freud

Freud estudia el desarrollo de la personalidad en función de lo emocional e irracional. Los trastornos adultos proceden de las dificultades encontradas por el niño para dar satisfacción a sus deseos de naturaleza sexual; el origen y desarrollo de esa insatisfacción quedan entonces enterrados en el inconsciente. Freud ve el desarrollo psicológico como una sucesión de estadios desde una libido no genitalizada hasta la sexualidad genital adulta sometida al control del super-yo. Freud no estudió a los niños, sólo sus sucesores, Anna Freud, Melanie Klein y Spitz, se centraron en ellos y los adolescentes. En otra vertiente de esta escuela encontramos también a Erikson (1902-1994) con su teoría del desarrollo psicosocial.

En conclusión:

– El impacto de esta escuela en la psicología evolutiva es limitado debido, básicamente, a su método de estudio.

– La teoría de Freud, que es a la vez una teoría explicativa general del desarrollo y una teoría específica del desarrollo, en este caso sexual y moral, dio lugar a una escuela de psicología: la Escuela del Psicoanálisis.

Piaget

Piaget (1896-1980) es el autor de más peso en la psicología evolutiva contemporánea. Sus principales influencias son Rosseau, Darwin y Wallon, el cual había expresado ya que el ser humano es un ser bio-social y una sola persona, y no dos dualidades (alma-mente) como se pensaba en la época.

La principal pregunta de Piaget es:

¿Cómo evoluciona el conocimiento humano en su desarrollo individual como un    mecanismo específicamente humano de adaptación al medio?

Para encontrar respuestas, se centra en el desarrollo intelectual o cognitivo pues su objetivo es tratar de describir y explicar cómo se produce la evolución desde el ser biológico que es el bebé humano recién nacido hasta el conocimiento abstracto y altamente organizado que encontramos en el adulto.

Hay dos partes diferenciadas en la teoría de Piaget:

– La descripción de los procesos.

– La descripción de las estadios del desarrollo cognitivo.

Los mecanismos y su secuencia misma tienen una naturaleza universal en la especie humana porque se corresponden con características que forman parte del organismo con el que la especie nace, aunque su despliegue sea lento y sujeto a un cierto orden secuencial.

Basó su método en observaciones directas y en peculiares experimentaciones sistemáticas. Para poder responder otra de sus preguntas fundamentales: ¿Cómo se construye el conocimiento adulto partiendo de la biología del bebé?, Piaget elaboró una epistemología genética, es decir, una teoría evolutiva del conocimiento. Darwin le influyó en:

– Que la respuesta al problema saldría de un análisis evolutivo.

– Y que la adaptación cambiante a las cambiantes exigencias del medio debía ser una de las claves.

La teoría de Piaget es aplicable a todos los desarrollos (afectivo, social, moral y sexual) pues en ellos van evolucionando los esquemas cognitivos que son su soporte.

Vygotsky

A partir de 1960, los planteamientos sociogenéticos empezaron a tener una gran influencia en la psicología evolutiva, debido a la divulgación de la obra de Lev S. Vygotsky (1896-1934). Se trata de la última de las grandes tendencias del pensamiento evolutivo contemporáneo: el análisis sociogenético e histórico-cultural de los procesos de desarrollo, también llamado sociocultural.

La teoría de Vygotsky es una teoría general que explica aspectos concretos del desarrollo socioafectivo. Sus puntos básicos son:

– Énfasis en lo social.

– Acción sobre el medio.

– Herramientas culturales.

– Análisis evolutivo.

– Niveles del análisis evolutivo:

– Nivel 1. De lo interpsicológico a lo intrapsicológico. Nivel 2. De ser ayudados a ser

– Niveles de desarrollo

Con este enfoque se modifican sustancialmente principios de la psicología evolutiva, aceptados hasta entonces:

– Esta teoría explica los procesos psicológicos superiores a partir de la vida social y las formas históricas y sociales de la existencia humana.

– El estudio del niño ha de hacerse en su entorno social, ya que constituyen ambos un sistema interactivo.

– El desarrollo se lleva a cabo mediante la actividad instrumental (lenguaje) y la interacción tanto interpersonal como intrapersonal, por tanto, el lenguaje es esencial para llegar a las capacidades racionales más abstractas.

– Las funciones psicológicas superiores se originan por las relaciones humanas. Con sus iguales el niño contrasta sus esquemas, aprende y se desarrolla.

– Los procesos mentales superiores están ligados al diálogo que el niño establece con los demás y consigo mismo (diálogo interno).

Paso 2.2. Teorías específicas del desarrollo socioafectivo

Hay teorías del desarrollo cuyo objeto de estudio es el desarrollo sociafectivo, entre otros, las han desarrollado:

– Wallon (1879-1962).

– Erikson (1902-1994).

– Bolwby y la perspectiva etológica.

– Bronfenbrenner y la perspectiva ecológica.

Wallon

Dentro de su teoría general se centró en lo socioafectivo y afirmaba:

– El ser humano está genéticamente preparado para desarrollar sus potencialidades si tiene el medio adecuado para ello.

– El desarrollo psicológico evoluciona de lo indiferenciado a lo diferenciado (a semejanza del desarrollo físico).

– Las aptitudes logradas anteriormente se integran en las nuevas

– Hay leyes que rigen el desarrollo:

o Ley de la alternancia funcional

o Ley del dominio funcional

o Ley de integración

En algunos momentos del desarrollo los cambios de actividad son un poco más acusados, éstos son considerados hitos que dividen el estudio del desarrollo y son llamados crisis: – Crisis del nacimiento. – Crisis de los tres años. – Crisis puberal

Wallon, además, señaló que en el desarrollo socioafectivo los estadios abarcan varias edades.

Erikson La teoría del desarrollo psicosocial de Erikson abarca todo el ciclo vital. Es autor de la tradición psicoanalítica pero existen bastantes diferencias respecto a Freud:

– Se abre a estudiar nuevas etapas evolutivas.

– No considera que la libido y su evolución constituyan el eje central del desarrollo, y da mucha más importancia a los factores culturales y sociales.

– Las etapas de la vida humana se caracteriza por una crisis o tensión entre dos polos.

– Aunque algunas de esas tensiones conectan con la descripción freudiana pero difieren en el orden temático, el cronológico, en las metas del desarrollo.

– Al contrario del psicoanalismo clásico, la descripción de Erikson puede ser estudiada empíricamente y se puede integrar en otras teorías de desarrollo.

– Está orientado hacia la sociedad y la cultura y en sus teorías desplaza, prácticamente, los instintos y el inconsciente.

Para explicar la dinámica de etapas del desarrollo, Erikson emplea estos conceptos básicos:

– Principio epigenético.

– Crisis, tareas o funciones.

– Tiempo óptimo.

– Virtudes y malas adaptaciones.

– Mutualidad.

La perspectiva etológica

La etología es una parte de la biología que estudia el comportamiento de los animales en su ambiente y, también, una parte de la psicología que estudia el comportamiento de las personas en su ambiente.

La aplicación de la perspectiva etológica y su método de trabajo a cuestiones evolutivas ha producido, entre otros, un mejor conocimiento del apego.

La perspectiva etológica parte de Darwin y los trabajos sobre conducta animal popularizados por autores como el etólogo alemán Konrad Lorenz, estudioso de las pautas de comportamiento animal desde una triple perspectiva. El hallazgo más conocido de la etología es el concepto de impronta desarrollado por Lorenz.

Lo que los etólogos aportan a los psicólogos evolutivos del momento es lo siguiente:

– El ser humano no es al nacer una tabula rasa, pues trae inscritas en su organismo toda una serie de conductas concretas (reflejos, patrones fijos de conducta) y de tendencias de conducta que se activarán y concretarán en contacto con los estímulos del medio, particularmente con los de naturaleza social, los más relevantes para los seres humanos.

– Las previsiones de la filogénesis tienen fecha de activación y de caducidad, de manera que para activarse adecuadamente, la estimulación tiene que aparecer en un margen de tiempo determinado, estos márgenes son mucho más amplios que los de otros animales, pero fuera de ellos el desarrollo normal será complicado.

– La perspectiva etológica aplicada a la psicología evolutiva desbancó a la psicología heredera de Locke: el conductismo; confirmó las teorías sociogenéticas como son las de Wallon y Vygotsky; y desdibujó las influencias geográficas en las teorías del desarrollo.

Bolwby hizo la más exitosa aplicación a la psicología evolutiva de las teorías etológicas (1969) en relación con el apego. Lo que Bolwby y otros han mostrado es cómo:

– Partiendo de unas conductas y unas tendencias de respuesta innatas (por ejemplo, las conductas de llorar y sonreír, la tendencia a disfrutar del contacto físico y la proximidad), los bebés desarrollan fuertes vínculos emocionales con los adultos que protagonizan la interacción con ellos (adultos cuya conducta está también orientada genéticamente a la interacción sensible con bebés.

– Estas conductas y tendencias conductuales tienen una raíz filogenética clara y son esenciales para la supervivencia, por eso son universales en todos los miembros de la especie humana (lo que no impide que los estilos concretos de apego varíen dependiendo de la conducta de los bebés y adultos concretos.

La perspectiva ecológica

La perspectiva ecológica surge en la década de 1970 como reacción a la artificialidad en el estudio del desarrollo.

Hasta entonces en la psicología evolutiva, la consideración del ambiente, entorno o contexto se reducía a la consideración de variables contextuales como la clase social o el lugar de residencia, el tipo de estímulos disponibles o de relaciones a las que la persona en desarrollo tenía acceso.

Bronfenbrenner es el máximo exponente de esta corriente, las principales características de este modelo ecológico son:

– El contexto pasa a concebirse como una sucesión de esferas de influencia interpenetradas que ejercen su acción combinada y conjunta sobre el desarrollo.

– El individuo no se diluye en esta red de sistemas porque tiene un papel activo en la relación con las personas y situaciones que le rodean, él influye y es influido por ellas, en un proceso bidireccional.

– La última versión de este modelo ecológico (o bioecológico) insiste algo más en el elemento temporal del desarrollo psicológico, para resaltar el carácter evolutivo de los cambios psicológicos

Cualquier intervención educativa de acuerdo con el modelo ecológico debe partir de que el niño es un ser único que participa en varios ambientes, entre los cuales es crucial, para su desarrollo, la puesta en relación, el reconocimiento, el conocimiento y la búsqueda de coherencia.

En consecuencia, el equipo de la escuela infantil estará dedicado permanentemente a la búsqueda y desarrollo de oportunidades que estimulen la interacción entre los distintos sistemas:

– Familia-escuela

– Actividades intergeneracionales

– Distintos servicios relacionados con la infancia en la zona (ludotecas, centros de salud…).

– El entorno cotidiano (jardineros, carteras, tenderas…).