Tema 11E – Consecución de las capacidades generales de la etapa mediante los objetivos y contenidos de las áreas del currículo de Educación Infantil.

Tema 11E – Consecución de las capacidades generales de la etapa mediante los objetivos y contenidos de las áreas del currículo de Educación Infantil.

1. LAS CAPACIDADES GENERALES DE LA ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL.

El objetivo primero y fundamental de la educación es proporcionar a los niños y niñas una formación plena, dirigida al desarrollo de su capacidad para ejercer, de manera critica y en una sociedad axiológicamente plural, la libertad, la tolerancia y la solidaridad. Estas son palabras con las que el texto de la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE).

El Diseño Curricular Base, propuesto por el Ministerio de Educación y Ciencia, establece, como uno de los elementos que componen el currículo, los Objetivos generales de etapa y los define de la siguiente manera: «Las capacidades que se espera hayan adquirido los alumnos, como consecuencia de la intervención escolar, al finalizar cada uno de los tramos educativos» .

En esta propuesta curricular se ha optado por expresar los resultados esperados de la intervención educativa en términos de capacidades. El énfasis se pone, por tanto, en el proceso de enseñanza y aprendizaje que se desarrolla a lo largo de toda la etapa que permite que, al final de ella, el alumno haya desarrollado una determinada capacidad que le permitirá actuaciones muy diversas.

Al tratarse de capacidades, los objetivos generales no son directa ni unívocamente evaluables. Estas capacidades serán distintas entre los alumnos.

Los objetivos generales de la etapa indican el nivel en el cual se espera que el alumno haya adquirido la capacidad al final del período educativo correspondiente, lo cual, evidentemente, no quiere decir que no sean útiles para el resto de la etapa. Al profesorado le resultará más sencillo reconocer en los alumnos del último curso de cada etapa las capacidades expresadas en los objetivos; sin embargo, sólo un proceso planificado intencionalmente durante todos los cursos escolares de cada nivel asegurará que al final el alumno haya alcanzado las capacidades que se expresan en los objetivos generales.

Así, por ejemplo, entre los objetivos que se establecen para la Educación Infantil se encuentra el de que, al final de ella, el alumno sea capaz de «desarro!lar una autonomía progresiva en la realización de las actividades habituales, por medio del conocimiento y dominio creciente del propio cuerpo, de la capacidad de asumir iniciativas y de la adquisición de los hábitos básicos de cuidado de la salud y el bienestar».

Los objetivos generales de esta etapa se refieren a las capacidades globales que se trabajan desde todas las áreas. Por ello, no hay un correlato exclusivo entre un objetivo y un área.

Siguiendo con la LOGSE, en el artículo 9, concreta estas capacidades en cada uno de los ciclos de la etapa:

«2. En el primer ciclo de la Educación Infantil se atenderá el desarrollo del movimiento, al control corporal, a las primeras manifestaciones de la comunicación y del lenguaje, a las pautas elementales de la convivencia y relación social y al entorno inmediato.

«3.En el segundo ciclo se procurará que el niño aprenda a hacer uso del lenguaje, descubra las características físicas y sociales del medio en que vive, elabore una imagen de sí mismo positiva y equilibrada, y adquiera los hábitos básicos de comportamiento que le permitan una elemental autonomía personal».

Las capacidades en Educación Infantil se refieren en general a los siguientes ámbitos: motor, cognitivo y lingüístico, de las relaciones interpersonales, de la actuación e inserción social y del equilibrio personal.

En el ámbito del desarrollo motor, la Educación Infantil ajusta su intervención a las posibilidades que va abriendo la maduración, que permite al niño un progresivo control de su propio cuerpo. La Educación Infantil se propone facilitar y afianzar esos logros en el ámbito de la acción y al tiempo asegurar el progresivo dominio de la representación del cuerpo y de las coordenadas espacio-temporales en que su acción transcurre.

En el ámbito cognitivo y lingüístico, la finalidad de la Educación Infantil se relaciona con facilitar el acceso a una representación crecientemente objetiva “ coordinada de la realidad que el niño conoce, en lo que a lo cognitivo se refiere, y, en lo relativo al lenguaje, con estimular el acceso a la convencionalidad (léxica, gramatical, sintáctica) ya la interiorización (uso del lenguaje como instrumento de reflexión). La Educación Infantil acompaña y estimula el tránsito de lo sensorio-motor a lo simbólico y posteriormente de lo intuitivo a lo lógico, de lo precategorial a lo categorial.

Desde el punto de vista de las relaciones interpersonales y de la actuación e inserción social, la finalidad de la Educación Infantil consiste en hacer posib1e el desarrollo de la individualidad en el interior de un contexto que demanda ajuste y coordinación social. La Educación Infantil contribuye con su acción educativa al descubrimiento de la identidad de cada niño y al mismo tiempo constituye un contexto propicio para el aprendizaje de las reglas que rigen la vida en grupo, con sus aspectos de cooperación y competición, de comportamientos, hábitos y actitudes.

En lo que se refiere al equilibrio personal, la Educación Infantil se propone desarrollar y afianzar en los niños sentimientos positivos respecto a los demás y respeto a si mismo (en el dominio de su autoestima). La Educación Infantil facilita el acceso al conocimiento de las propias posibilidades y limites, proponiéndose como meta la mejor auto-imagen posible del niño en el contexto de relaciones con los educadores de cuyo afecto y justa consideración el niño no debe dudar.

2. LOS OBJETIVOS GENERALES DE LA ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL

Los objetivos generales resultan un marco de referencia idóneo para organizar en torno a ellos las actividades docentes proporcionan pautas para la evaluación continuada de las capacidades de los niños a lo largo de todo el proceso, para la evaluación del proceso mismo y para la valoración final de su resultado en todos los aspectos en los que el Centro de Educación Infantil haya concretado su intencionalidad educativa. Los objetivos generales confieren un carácter terminal a las actividades educativas que contribuyen a orientar y le dan un sentido de globalidad del que carecerían a falta de metas concretas.

Estos objetivos han de entenderse como metas que guían el proceso de enseñanza-aprendizaje. Constituyen un marco de referencia para decidir las direcciones seguidas durante su transcurso, desempeñando un papel fundamental como referencia para revisar y regular el currículo.

En la determinación y formulación de los objetivos se tienen en cuenta las capacidades que deben desarrollarse, así como los ámbitos de experiencia en los que se producen las diversas adquisiciones y que constituirán las diferentes áreas a propósito de las cuales se organiza el trabajo cotidiano con los niños

Los objetivos generales de la Educación Infantil planteados en el Real Decreto 1.330/1991, de 6 de septiembre, en los que se establecen los aspectos básicos del currículo (enseñanzas mínimas) son:

– Descubrir, conocer y controlar progresivamente el propio cuerpo, formándose una imagen positiva de sí mismo, valorando su identidad sexual sus capacidades y limitaciones de acción y adquiriendo hábitos de salud e higiene.

– Actuar de forma cada vez más autónoma en sus actividades habituales, desarrollando sus capacidades de iniciativa y confianza en sí mismos.

– Establecer relaciones sociales en un ámbito cada vez más amplio.

– Establecer vínculos fluidos de relación con los adu1tos y. con sus iguales, respondiendo a los sentimientos de afecto.

– Observar y explorar el entorno inmediato con una actitud de curiosidad y cuidado, identificando las características y propiedades mas significativas de los elementos que lo conforman.

– Conocer algunas manifestaciones culturales de su entrono y desarrollar actitudes de respeto, interés y participación hacia ellas.

– Representar y evocar aspectos diversos de la realidad, vividos, conocidos o imaginados, y expresarlos mediante las posibilidades simbólicas que ofrecen el juego.

– Utilizar el lenguaje verbal de forma ajustada _a las diferentes situaciones de comunicación habituales para comprender y ser comprendidos por los otros, avanzar en la construcción de significados.

– Enriquecer y diversificar sus posibilidades expresivas mediante la utilización de los recursos y medios a su alcance.

El mismo real decreto establece los objetivos generales para el primer ciclo (0-3 años):

– Identificar y expresar sus necesidades básicas de salud y bienestar, de juego y de relación y resolver automáticamente algunas de ellas mediante estrategias y actitudes básicas.

– Descubrir, conocer y controlar progresivamente su propio cuerpo, sus características, valorando sus posibilidades y limitaciones, para actuar de forma cada vez más autónoma en las actividades habituales.

– Relacionarse con los adultos y otros niños percibiendo y aceptando las diferentes emociones y sentimientos que se le dirigen, expresando los suyos.

– Observar y explorar activamente su entorno inmediato y los elementos que lo configuran.

– Regular paulatinamente su comportamiento en las propuestas de juego, de rutinas y otras actividades que presenta el adulto.

– Coordinar su acción con las acciones de otros, descubriendo poco a poco que los demás tienen su propia identidad, sus pertenencias y relaciones y aceptándolos

– Comprender los mensajes orales que en los contextos habituales se le dirigen, aprendiendo progresivamente a regular su comportamiento en función de ellos.

– Comunicarse con los demás utilizando el lenguaje oral y corporal para expresar sus sentimientos, deseos y experiencias.

– Descubrir diferentes formas de comunicación y representación utilizando sus técnicas y recursos más básicos, y disfrutar con ellas.

3. LAS ÁREAS CURRICULARES DE EDUCACIÓN INFANTIL.

La expresión ámbitos de experiencia no es casual y se contrapone con los conceptos de ‘área de conocimiento’ que aparecerán en tramos educativos posteriores. Lo que se quiere significar sobre todo con la expresión ámbito de experiencias es que estamos más ante actividades que los niños han de realizar para lograr determinados objetivos educativos, que ante conceptos o contenidos que han de ser transmitidos por los adultos. Aunque los conceptos de ‘experiencia’ y ‘actividad’ no deben entenderse de manera estrecha, remiten claramente, sin embargo, a una concepción del aprendizaje en estas edades basada sobre todo en lo que se hace y experimenta, tanto en relación con los objetos como en relación con las personas.

Por otro lado, y como la experiencia no está fragmentada en áreas de conocimiento, debe quedar claro el carácter de globalidad de lo que el niño hace y aprende, lo que no se opone a que el educador persiga objetivos más específicos en la planificación y desarrollo de una actividad u otra, tratando de sacar de determinadas experiencias el máximo provecho al servicio de uno y otro ámbito psicológico.

En tomo a las áreas se agrupan los contenidos del trabajo educativo. Asimismo, para cada una de ellas se determinan objetivos que se derivan de los generales de la etapa.

Las áreas o ámbitos de experiencia que se establecen en la Educación Infantil son:

§ Identidad y autonomía personal.

§ Descubrimiento del medio físico y social.

§ Comunicación y representación.

En el área de Identidad y Autonomía Personal se hace referencia al progresivo conocimiento que los niños van adquiriendo de sí mismos, a la auto-imagen que a través de este conocimiento va configurándose y a la capacidad para utilizar los recursos personal es que en cada momento dispongan.

En este proceso de identidad y autonomía resultan relevantes, además de la calidad de las interacciones del niño con el entorno, el creciente control motor, la constatación de sus posibilidades y limitaciones, el difícil proceso de diferenciación de los otros y la cada vez mayor independencia con respecto a los adultos.

El área de Descubrimiento del Medio Físico, ligada necesariamente a la anterior, hace mención a la ampliación progresiva del medio del niño, y al conocimiento de la realidad física y social que debe poseer. Este conocimiento implica, además de una determinada representación del mundo (de los objetos, de los animales, de las personas, de los grupos, de los ambientes, etc.), la exigencia de sentimientos de pertenencia (familia, cultura, grupos…), de respeto, de interés y de valoración de todos los elementos que lo integran.

El sentido fundamental del área de Comunicación y Representación es la mediación en las relaciones entre el individuo y el medio. Las distintas formas de comunicación y representación (verbal, gestual, musical, etc.) sirven de nexo entre el mundo interior y exterior, son instrumentos que posibilitan las interacciones, el conocimiento y también la representación, así como la expresión de pensamientos, sentimientos, vivencias… El desarrollo de los aspectos comunicativos, lingüísticos y expresivos guarda, por tanto, una relación estrecha con el de los considerados en las áreas anteriores.

3.1.Los objetivos generales de las áreas curriculares

En cada una de las áreas se especifican los objetivos generales. Los objetivos generales de cada área se refieren en principio al conjunto del área curricular, sin precisar contenidos específicos de la misma. Al estar expresados en términos de capacidades, no son directa ni unívocamente evaluables. Evaluarlos exige diseñar objetivos didácticos y actividades en los que estas capacidades se refieran a contenidos y se señale el grado de aprendizaje que se espera conseguir.

Según el Real Decreto 1.333/1991, de 6 de septiembre, los objetivos generales de las áreas de Educación Infantil son los siguientes:

· Área de Identidad y Autonomía Personal

En relación con el ámbito de la identidad y autonomía personal, la intervención educativa durante la etapa de Educación Infantil tendrá como objetivo desarrollar unos procesos de enseñanza y aprendizaje que capaciten al niño para:

– Tener una imagen ajustada y positiva de sí mismo, identificando sus características y cualidades personales.

– Identificar progresivamente sus posibilidades y limitaciones.

– Tener una actitud de respeto hacia las características y cualidades de las otras personas, sin actitud de discriminación.

– Descubrir y utilizar las propias posibilidades motrices, sensitivas y expresivas, adecuadas a las diversas actividades que emprende en su vida cotidiana.

– Adquirir la coordinación y el control dinámico general del propio cuerpo para la ejecución de la vida cotidiana.

– Aplicar la coordinación visomanual necesaria para manejar y explorar objetos con un grado de precisión cada vez mayor.

– Identificarlos los propios sentimientos, emociones y necesidades, y comunicarlos a los demás.

– Tomar la iniciativa, planificar secuenciar la propia acción para resolver tareas sencillas o problemas de la vida cotidiana.

– Adecuar su propio comportamiento a las necesidades, demandas, requerimientos y explicaciones, de otros niños y adultos, desarrollando actitudes y hábitos de ayuda, colaboración y cooperación.

– Progresar en la adquisición de hábitos de salud e higiene.

· Área de Medio Físico y Social

En relación con el ámbito de experiencias de descubrimiento de la realidad física y social, la intervención educativa tendrá como objetivo desarrollar unos procesos de enseñanza-aprendizaje que capaciten al niño para:

– Participar en los diversos grupos con los que se relaciona en el transcurso de las diversas actividades.

– Conocer las normas y modos de comportamiento para establecer vínculos fluidos y equilibrados con los grupos de los que forma parte.

– Orientarse y actuar autónomamente en los espacios cotidianos.

– Observar y explorar su entorno físico-social planificando y organizando su acción en función de la información recibida y percibida.

– Conocer algunas de las formas más habituales de organización de la vida humana.

– Valorar la importancia del medio natural de su calidad para la vida humana, manifestado hacia él actitudes e respeto y cuidado.

– Establecer algunas relaciones entre las características del medio físico y las formas de vida que en dicho medio se establecen.

– Conocer y participar en fiestas, tradiciones y costumbres de su entorno.

– Observar los cambios y modificaciones a que están sometidos los elementos del entorno.

– Mostrar interés y curiosidad hacia la comprensión del medio físico y social.

· Área de Comunicación y Representación.

En relación con el ámbito de experiencias de comunicación y representación, la intervención educativa tendrá como objetivo desarrollar unos procesos de enseñanza-aprendizaje que capaciten al niño para:

– Expresar sentimientos, deseos e ideas mediante el lenguaje oral, ajustándose progresivamente a los diferentes contextos.

– Comprender las intenciones y mensajes que le comunican otros niños y adultos.

– Comprender, reproducir y recrear algunos textos de tradición cultural.

– Interesarse por el lenguaje escrito y valorarlo como instrumento de información.

– Leer, interpretar y producir imágenes como una forma de comunicación y disfrute.

– Interesarse y apreciar las producciones propias y de sus compañeros y algunas de las diversas obras artísticas e icónicas que se le presentan.

– Utilizar las diversas formas de representación y expresión para evocar situaciones, acciones, deseos y sentimientos.

– Utilizar técnicas y recursos básicos de las distintas formas de representación y expresión.

– Utilizar las normas que rigen los intercambios lingüísticos y las señales extralingüísticas en diferentes situaciones de comunicación.

– Utilizar a un nivel ajustado las posibilidades de la forma de representación matemática para describir algunos objetos y situaciones del entorno, sus características y propiedades.

3.2. Los contenidos de las áreas curriculares.

Una vez establecidos los objetivos generales del área se pasará a definir los bloques de contenidos. Se señalan en ellos los contenidos que se consideran más adecuados para desarrollar las capacidades indicadas en los objetivos generales del área.

Tanto en los criterios de selección de los bloques de contenido como en el número de éstos, se ha tenido presente el hacer una propuesta suficientemente abierta como para que los centros puedan elaborar proyectos curriculares partiendo de estos mismos bloques. Los bloques presentan los contenidos necesarios para la adquisición de las capacidades expresadas en los objetivos.

En los bloques de cada área se señalan tres tipos de contenidos: conceptos, procedimientos y actitudes.

Los contenidos conceptuales se refieren a primeras nociones, hechos, etc, muy sencillos que sirven a los niños para comprender e interpretar la realidad.

Los contenidos procedimentales hacen referencia a conjuntos de acciones ordenadas orientadas a la consecución de una meta. Se puede hablar de procedimientos más o menos generales en función del número de acciones o pasos implicados en su realización, de la estabilidad en el orden de estos pasos y del tipo de meta al que van dirigidos. En los contenidos de procedimientos se indican contenidos que también caben bajo la denominación de ‘destrezas’, ‘técnicas’ o ‘estrategias’, ya que todos estos términos aluden a las características señaladas como definitorias de un procedimiento. El procedimiento es la destreza con la que queremos ayudar a que el alumno construya.

Los contenidos actitudinales, están constituidos por valores, actitudes y normas, y hacen referencia a todo el ámbito afectivo social (comportamientos, reglas de trabajo, actitud ante los compañeros, hacia la sociedad, con la naturaleza, etcétera) .

Estos tres tipos de contenidos son igualmente importantes, ya que colaboran los tres en igual medida para la adquisición de las capacidades señaladas en los objetivos generales.

Según el real decreto citado, los bloques de contenidos de las tres áreas son los siguientes:

· Área de Identidad y Autonomía Personal.

Los contenidos del área se organizan agrupando en un primer bloque los referidos al conocimiento del cuerpo y a la construcción de la propia imagen. En un segundo bloque aparecen los contenidos relacionados con el movimiento del cuerpo, las posibilidades del juego y la actividad motriz; en definitiva, el descubrimiento de la propia acción corporal y su utilidad en la resolución de tareas de diversa índole. El tercer bloque agrupa contenidos relacionados con aspectos cognitivos, afectivos y de relación que implica la vida cotidiana, y la necesaria iniciativa y autonomía que el niño va adquiriendo a través de ella. El último bloque incluye los contenidos referidos al cuidado del cuerpo, en estrecha relación con el cuidado del entorno que rodea al niño.

A través de estos contenidos, no concebidos aisladamente, sino en profunda interrelación, se aborda el conocimiento del cuerpo, la construcción de la identidad de los niños y niñas y la consecución de su propia autonomía.

Los bloques de esta área son:

· El cuerpo y la propia imagen.

· Juego y movimiento.

· La actividad y la vida cotidiana.

· El cuidado de uno mismo.

· Área del Medio Físico y Social.

La realidad que rodea al niño y que constituye un todo para él puede, sin embargo, ser analizada a través de sus diferentes elementos. El primer bloque hace referencia a los contenidos relacionados con los primeros grupos en los que los niños y niñas se desarrollan y que constituyen sus primeros ámbitos de interacción social. A continuación se abordan contenidos relacionados con ámbitos sociales más complejos, la propia actividad humana y el entorno en que ésta se desarrolla. Los bloques tercero y cuarto se destinan a los objetos, animales y plantas, elementos que los niños y niñas tienen a su alcance y cuyo conocimiento les aproxima a la adquisición de un concepto más ajustado y profundo del medio físico y social.

Los bloques de esta área son:

· Los primeros grupos sociales.

· La vida en sociedad.

· Los objetos.

· Animales y plantas.

· Área de Comunicación y Representación

Los bloques de contenidos que constituyen esta área se han agrupado en el mismo ámbito de experiencias porque comparten un mismo carácter: ser instrumentos de representación de la realidad, al tiempo que medios de expresión y comunicación.

Los bloques del lenguaje escrito deben contemplarse estrechamente vinculados en su desarrollo. La aproximación a la lengua escrita debe basarse en la adquisición y dominio del lenguaje oral. La reparación de estos dos bloques de contenidos responde solamente al tratamiento específico de cada uno.

Los bloques de contenidos que hacen referencia a los lenguajes plásticos, musical, corporal y matemáticos resaltan el carácter procedimental adecuado a la etapa, dejando la adquisición de los códigos concretos para la etapa posterior.

Los bloques de área son:

· Lenguaje oral.

· Aproximación al lenguaje escrito.

· Expresión plástica.

· Expresión musical.

· Expresión corporal.

· Relaciones, medidas y representación en el espacio.