Tema 13E – La programación en el primer ciclo de Educación Infantil. Objetivos, contenidos y metodología adecuada para los niños y niñas de cero a tres años.

Tema 13E – La programación en el primer ciclo de Educación Infantil. Objetivos, contenidos y metodología adecuada para los niños y niñas de cero a tres años.

EDUCACION INFANTIL

1. INTRODUCCION

2. LA PROGRAMACION EN EL PRIMER CICLO DE LA EDUCACION INFANTIL

2.1. Consideraciones generales

2.2. Peculiaridades del primer ciclo

3. OBJETIVOS, CONTENIDOS Y METODOLOGIA, ADECUADA PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS DE CERO A TRES AÑOS.

3.1. Objetivos

3.2. Contenidos

3.3. Metodología

3.3.1. Principios básicos

3.3.2. Posibles ejes o unidades de programación

3.3.3. La relación con el educador

4. BIBLIOGRAFIA

5. ESQUEMA RESUMEN DEL TEMA

1. INTRODUCCION

La reforma educativa planteada a partir de la LO.G.S.E. ha querido dar un gran

protagonismo al profesorado en el proceso de desarrollo del currículo. Por eso, el Diseño

Curricular Prescriptivo (R.D. 1330/1991 de 6 de septiemb 1 re y R.D. y Decretos que lo

desarrollan en el territorio MEC y en los CC.AA con competencias en materia educativa) se

caracteriza por ser sumamente abierto y flexible, para permitir que el profesorado lo

desarrolle y concrete en función de las circunstancias particulares de su centro y alumno, deforma crítica y contextualizada.

Esta tarea se va a llevar a cabo a través de distintos cauces que son los niveles de concreción del currículo. El profesorado participa directamente en el segundo y tercer nivel, es decir, en la elaboración de los Proyectos Curriculares del Centro/Etapa y en las Programaciones de aula.

Todas estas reflexiones nos llevan a destacar la importancia y necesidad de las programaciones y de que el profesor sepa planificar su intervención educativa respondiendo a una intencionalidad previamente meditada en lugar de dejar su tarea en manos de la improvisación

“El protagonismo que debe asumir el profesor en las tareas de desarrollo del currículo, tanto en equipo (Proyectos Curriculares de Centro/Etapa) como individualmente (Programaciones de Aula concebidas como conjunto de unidades didácticas), requiere una formación que le permita asumir ese ejercicio de libertad de forma consciente y responsable” (Escarmilla, 1993).

2.LA PROGRAMACION EN EL PRIMER CICLO DE LA EDUCACION INFANTIL

2.1. Consideraciones generales

La necesidad de la programación es evidente si tenemos en cuenta que facilita la organización de la clase, evita la improvisación y la rutina, permite un control continuo (ya que incorpora la evaluación), tiene en cuenta la realidad del alumno y del medio y, en definitiva, consigue una enseñanza más estructurada, organizada y coherente.

Programación, en sentido general, es la visión o descripción de una actividad en sus distintas fases y elementos

En el caso de la actividad escolar, es el proyecto en el que, de un modo ordenado y sistemático, se describe el trabajo que han de realizar los alumnos y profesores en función de unas metas específicas.

Una programación es un boceto anticipado de la acción docente‑discente que refleja

y sintetiza todos los trazos necesarios que permitan configurar, secuencialmente, la marcha eficaz del proceso de enseñanza‑aprendizaje

Las funciones básicas que debe cumplir la programación pueden resumirse en las siguientes:

Como instrumento integrador de cuantos factores convergen en el acto didáctico, a fin de darles unidad de sentido en su operatividad.

Como garantía de coherencia y continuidad en las acciones didácticas del profesor.

Como base imprescindible para ponderar y homologar objetivamente los avances en la evaluación continua del rendimiento escolar.

Como instrumento dinámico de base, a partir del análisis de los resultados de la evaluación,; de permanente control y ajuste de la actividad didáctica a las. exigencias de los alumnos, objetivos, recursos y condiciones del medio, en orden a conseguir aprendizajes más eficaces y seguros.

En cuanto a las características que debe reunir una programación educativa las principales son:

Integradora de los intereses y capacidades de los alumnos, de las exigencias del currículo y de las condiciones de la realidad sociocultural.

Adaptada al tipo de centro educativo: rural, urbano, suburbano,

Significativa y motivadora para los alumnos y para su desenvolvimiento en el medio, como individuos diferentes y como grupo.

Propiciadora de la participación activa de los alumnos.

Concentradora de los contenidos alrededor de núcleos globalizadores.

Fundamentada y secuencializada basándose en criterios psicológicos, lógicos y científicos, según los distintos niveles, edades, programaciones y acciones educativas (Prieto y Asensi, 1988)

Existen distintos tipos de programación: a largo plazo, a corto plazo, programación horizontal, vertical, de ciclo, de aula, etc…

Las programaciones de aula se vinculan con el concepto de Unidad Didáctica, muy utilizada en la actualidad y sobre el que existen distintas definiciones:

Para J.M. Moreno (1978) “El concepto de unidad didáctica posee una mayor amplitud que los de unidad de trabajo, unidad de materia, unidad de experiencia, etc… Para nosotros, la unidad didáctica tiene su origen en la necesidad de encontrar una fórmula suficientemente capaz de organizar la práctica de la enseñanza y el aprendizaje…

Proponemos, pues, un concepto de unidad didáctica cuyo origen reside en la necesidad de emplear una fórmula que ordene y regule en la práctica escolar los diversos contenidos del aprendizaje, en función de unos objetivos previamente aceptados, y cuya consecución sólo adquiere auténtico sentido a través de la realización de una serie de actividades y experiencias de probado valor formativo”.

En la Guía General de las «Cajas Rojas” se define la unidad didáctica como 1a unidad de programación y actuación docente configurada por un conjunto de actividades que se desarrollan en un tiempo determinado, para la consecución de unos objetivos didácticos. Una unidad didáctica de respuesta a todas las cuestiones curriculares, o sea, al qué enseñar (objetivos y contenidos), cuándo enseñar (secuencia ordenada de actividades y contenidos), cómo enseñar (actividades, organización del espacio y del tiempo, materiales y recursos didácticos) y a la evaluación (instrumentos para la evaluación). En Educación Infantil, sobre todo en el primer ciclo las unidades didácticas no se organizan necesariamente en tomo a ejes temáticos

A. Escamilla la unidad didáctica “es una forma de planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje alrededor de un elemento de contenido que se convierte en eje integrador del proceso, aportándole consistencia y significatividad. Esa forma de organizar conocimientos y experiencias debe considerar la diversidad de elementos que contextualizan el proceso (nivel de desarrollo del alumno, medio sociocultural y familiar, Proyecto Curricular, recursos disponibles) para regular la práctica de los contenidos, seleccionar los objetivos básicos que pretende conseguir, las pautas metodológicas con las que trabajará, las experiencias de enseñanza‑aprendizaje, y los mecanismos de control del proceso de enseñanza‑aprendizaje necesarios para perfeccionar dicho proceso”.

Los elementos que debe incluir la programación de una unidad didáctica son: objetivos, contenidos, metodología, actividades o experiencias de enseñanza‑aprendizaje y evaluación. Todos estos elementos «adquieren verdadero significado en tanto que son partes integrantes de un conjunto. Su sentido se encuentra en la vinculación de interdependencia por la que se ven afectados. Por ello, en una unidad didáctica, la selección de contenidos debe ser coherente con un determinado tipo de capacidades a cuyo desarrollo queremos contribuir, con las estrategias metodológicas con las que pensemos trabajar, las experiencias que concretarán los aspectos anteriores y el sistema de evaluación diseñado” (Escamilla 1993).

Analizando el papel de cada uno de estos elementos, vemos que:

Los objetivos especifican las capacidades que queremos que desarrollen los alumnos.

Los contenidos recogen los aspectos básicos a trabajar como son hechos, conceptos, técnicas, procedimientos, actitudes, valores, … El currículo de la reforma del sistema educativo distingue entre tres tipos de contenidos: conceptos, procedimientos y actitudes, siendo los tres igualmente importantes, ya que colaboran en la adquisición de las capacidades señaladas en los objetivos.

La metodología señala las estrategias básicas a seguir, los principios que rigen nuestra acción educativa, los modelos organizativos adoptados, etc…

Las actividades son las experiencias que se van a llevar a cabo con los alumnos para trabajar los contenidos y desarrollar por lo tanto, las capacidades establecidas en los objetivos.

La evaluación es la valoración, a partir de la información recogida de los aprendizajes de los alumnos, de la actuación del profesorado, del proceso de enseñanza, etc.. El modelo curricular de la reforma comporta una concepción de la evaluación distinta a la que ha venido siendo tradicionalmente más aceptada: la evaluación se ha de entender como un proceso de recogida de información y de análisis que nos permita conocer hasta qué punto se está produciendo un buen proceso de enseñanza y aprendizaje y qué problemas se están planteando en ese proceso.

2.2. Peculiaridades del primer ciclo

La Educación Infantil constituye una etapa educativa porque el desarrollo del niño es un proceso continuo en el que no es fácil delimitar momentos de clara diferenciación y ruptura, y porque los cambios no se producen de modo uniforme en todos los niños.

Esto no impide, sin embargo, que la Educación Infantil se estructure en dos ciclos, ajustando los elementos principales del currículo a las características específicas de cada uno de ellos.

La complejidad de la acción pedagógica en el primer ciclo viene dada por la exigencia de responder de una manera coherente a las necesidades cambiantes de los niños, los cuales, inicialmente, dependen por completo de los adultos y en muy poco tiempo se convierten en personas incipientemente autónomas.

Durante el primer ciclo los niños inicial la diferenciación progresiva entre uno mismo y demás, aprenden a adoptar sus ritmos biológicos a las rutinas familiares y escolares, a identificar y manifestar sus necesidades, emprendiendo acciones para satisfacerlas, y así van adquiriendo una progresiva autonomía en las rutinas y actividades cotidianas.

Todas las actividades que se desarrollan en el centro de Educación Infantil y en su

primer ciclo deben ser educativas y formadoras y, por lo tanto, objeto de reflexión y planificación en el marco de los proyectos y programaciones curriculares. Estas programaciones y la organización del centro deben dar respuesta a las necesidades peculiares que presentan los más pequeños; por ello deberán tener especialmente en cuenta aspectos como la relación entre el niño y el educador, las condiciones físicas del espacio, la calidad de los estímulos ofrecidos, el respeto al ritmo person al de cada niño y la relación con la familia. Además de estas consideraciones hay otras peculiaridades características de las programaciones para el primer ciclo, como son la forma de estructurarlas o aspectos referidos a los contenidos.

Con respecto a la forma de estructurar la programación hay que tener en cuenta que esta se puede organizar en tomo a ejes diferente de los utilizados para el segundo ciclo. Así por ejemplo, en el segundo cielo se pueden organizar las programaciones en tomo a rincones, talleres, proyectos, centros de interés, cuentos,‑ etc… mientras que en el primer ciclo es relativamente frecuente que se organicen en tomo a rutinas cotidianas, determinados procedimientos, hitos evolutivos (como por ejemplo adquisición de la marcha, del control de esfínteres, …) etc… aunque esto no significa que no puedan intercambiarse algunas formas de organizar y estructurar la programación entre ambos ciclos.

En cuanto a la ordenación de los contenidos en la programación, ambos ciclos tienen en común el hecho de avanzar de lo global a lo específico, de contenidos simples a otros más complejos que son aplicables a un menor número de situaciones. Sin embargo, los contenidos correspondientes al primer ciclo son más simples, indican menor número de pasos y son aplicables a una amplia gama de situaciones de la vida cotidiana.

Aunque la mayor parte de las consideraciones hechas hasta ahora pueden ser aplicadas fácilmente en lo que se refiere a bebés menores de un ano, parece conveniente subrayar

algunos aspectos que pueden resultar útiles para estructurar la intervención educativa en estas edades.

Las rutinas en tomo a la comida, el sueño, la higiene, el juego, etc…. constituyen un recurso educativo de primer orden en la medida en que contribuyen a ofrecer al pequeño un marco estable y seguro, a la vez que responden a sus necesidades. Por ello, las rutinas pueden ser consideradas como ejes globalizadores en tomo a los que articular la acción educativa y trabajar contenidos de distinto tipo.

En la satisfacción de las necesidades de higiene, alimentación y descanso, los educadores deben respetar los ritmos individuales de cada bebé y sus experiencias previas en la familia. La intervención educativa debe orientarse gradualmente a que cada bebé vaya ajustando sus ritmos individuales a las rutinas de alimentación, descanso e higiene de la vida cotidiana del grupo. La regularidad de estas experiencias diarias favorece este progresivo ajuste de ritmos, así como que el pequeño empiece a anticipar algunas de ellas.

En la intervención educativa debe primarse, más que ninguna otra cosa, la calidad de la relación que se establece entre el educador y cada bebé. El educador deberá, a su vez, fomentar la interacción con otros niños y facilitar que el niño utilice todos sus sentidos y experimente sensaciones diversas en la exploración de si mismo, de los demás y de su entorno.

No debe olvidarse sin embargo que tan indeseable es la carencia de estímulos como la sobreestimulación excesiva, que suele provocar en los niños estados de inquietud, falta de interés por la exploración, etc…

Por último, hay que destacar la importancia que durante el primer año tiene la relación entre la familia y el educador, para que el niño pueda ir adaptándose paulatinamente a su nuevo entorno.

3. OBJETIVOS, CONTENIDOS Y METODOLOGIA ADECUADA PARA LOS NINOS Y NINAS DE CERO A TRES ANOS

3.1. Objetivos

El R.D. 1333/1991 de 6 de septiembre, por el que se establece el currículo de la Educación Infantil para el territorio MEC (consultar anexo para el resto de las CC.AA. con competencias en materia educativa), en su artículo 50 recoge los objetivos del primer ciclo de Educación Infantil:

“Sobre la base de los objetivos generales de la etapa, los procesos de enseñanza y aprendizaje deberán contribuir, en el primer ciclo de la Educación Infantil a que los niños os y niñas alcancen los objetivos siguientes:

a) Identificar y expresar sus necesidades básicas de salud y bienestar, de juego y de relación, y resolver autónomamente algunas de ellas mediante estrategias y actitudes básicas de cuidado, alimentación e higiene.

b) Descubrir, conocer y controlar, progresivamente su propio cuerpo, sus elementos básicos, sus características, valorando sus posibilidades y limitaciones, para actuar de forma cada vez más autónoma en las actividades habituales.

c) Relacionarse con los adultos y otros niños percibiendo y acepto las diferentes desarrollando emociones y sentimientos que se le dirigen, expresando los suyos, y actitudes de interés y ayuda.

d) Observar y explorar activamente su entorno inmediato y los elementos que lo configuran, y con la ayuda del adulto, ir elaborando su percepción de ese entorno y atribuyéndole alguna significación.

e) Regular paulatinamente su comportamiento en las propuestas de juego, de rutinas y otras actividades que presenta el adulto, disfrutando con las mismas y utilizándolas para dar cauce a sus intereses, conocimientos, sentimientos y emociones.

f) Coordinar su acción con las acciones de otros, descubriendo poco a poco que los demás tienen su propia identidad, sus pertenencias y relaciones y aceptándolos.

g) Comprender los mensajes orales que en los contextos habituales se le dirigen, aprendiendo progresivamente a regular su comportamiento en función de ellos.

h) Comunicarse con los demás utilizando el lenguaje oral y corporal para expresar sus sentimientos, deseos y experiencias, y para influir en el comportamiento de los otros.

i) Descubrir diferentes formas de comunicación y representación, utilizando sus técnicas y recursos más básicos, y disfrutar con ellas.

3.2. Contenidos

Los contenidos del currículo de la Educación Infantil se estructuran en tomo a las siguientes áreas o ámbitos de experiencia:

a) Identidad y autonomía personal

b) Medio físico y social

c) Comunicación y representación

Esto no implica una concepción fragmentada de la intervención educativa sino que lo que lo que pretende es resultar útil para que el profesorado pueda elaborar el proyecto curricular, y decidir las actividades de enseñanza y aprendizaje integrándolas en programaciones globalizadas.

El R.D. 1333 antes mencionado especifica cuales son los contenidos básicos, señalando los siguientes bloques (ver anexo para otras CC‑AA):

a) Identidad y autonomía personal:

b) I. El cuerpo y la propia imagen.

c) II. Juego y movimiento.

d) III La actividad y la vida cotidiana

e) IV. El cuidado de uno mismo.

b) Medio físico y social:

I. Los primeros grupos sociales.

II La Vida en sociedad.

III Los objetos.

IV Animales y plantas.

Antes de los tres años ya es posible requerir del niño la colaboración activa en el baño, el vestido, la recogida de juguetes, la comida, etc.. por lo que muchos de los contenidos irán referidos a estos aspectos.

Durante este ciclo, el niño experimenta por primera vez lo que significa la vida en grupo e irá aprendiendo a estar con otros, a superar las dificultades pidiendo ayuda y a tener una actitud positiva hacia la regularidad de las rutinas.

Muy importantes son los contenidos procedimentales con los que el niño aprende a tomar la iniciativa, planificar y secuenciar su propia acción pues a la vez que le permiten desenvolverse autónomamente le ayudan a acercarse a las primeras nociones sobre las actividades de la vida cotidiana y las relaciones.

En este ciclo, los contenidos se encaminan sobre todo a la incorporación de hábitos que lleven a fomentar la salud.

Durante el último tramo del ciclo, el niño puede realizar de forma cada vez más autónoma algunas actividades relacionadas con su higiene corporal (lavarse, utilizar los utensilios del baño, … ), su alimentación y su descanso (utilizar el vaso o la cuchara), como también con el mantenimiento y cuidado de los objetos y dependencias (ayudar a poner y quitar la mesa, cuidar los juguetes, …) donde se desarrolla la vida cotidiana.

Al mismo tiempo habrá que trabajar el reconocimiento del peligro en situaciones habituales así como promover el gusto por la actividad y el juego físico, enseñar a los niños a evitar comportamientos temerarios, fomentar una actitud de tranquilidad y superación ante la enfermedad, etc…

B) Area del Medio físico y social

1. Los primeros grupos sociales.

El acceso al centro de Educación Infantil permite al niño descubrir y conocer relaciones sociales y espacios físicos diferentes de su medio familiar. En el ciclo de cero a tres anos se pretende esencialmente que el niño se adapte progresivamente a la vida en común tanto en la familia como en el centro, que sea capaz de situarse en ella y que aproveche al máximo los objetos, estímulos y situaciones que los padres y educadores ponen a su disposición. Este aprendizaje se realiza en inseparable relación con otros contenidos, como por ejemplo los referidos a su propia autonomía y posibilidades de expresión y comprensión; ello determina la necesidad de insistir en que los contenidos en el aula no pueden organizarse por áreas, ya que esta división es un instrumento, exclusivamente para la planificación de los educadores.

La intervención educativa procurará que el niño aprenda a desplazarse autónomamente por las dependencias de la casa y de la escuela, que progresivamente vaya conociendo los distintos elementos y dependencias de estos entornos y que poco a poco los relacione con las actividades que en ellos se realizan. Asimismo se pretende que el niño se sienta miembro de su familia y del centro, y para ello es importante que vaya conociendo a las diversas personas con las que convive, lo que te va acercando a las primeras nociones de grupos sociales y de sus respectivas dependencias. Por otra parte, será necesario que el niño identifique las características de los primeros grupos sociales a los que pertenece y las de sus miembros más destacados para que pueda, a su vez identificar, la diversidad dé relaciones que se dan en su entorno.

II. La vida en sociedad.

Al final de este período, el maestro puede proponer a los niños empezar a conocer y observar nuevas formas de organización social (las tiendas donde compran sus padres, los vehículos de su entorno, el teléfono, la televisión, etc …. ), algunas de sus normas de funcionamiento, lo que le llevará a ampliar su campo de experiencias, interesándose por las nuevas situaciones que se le presentan. En este sentido, las primeras vivencias del tiempo las percibe el niño en relación a la organización de las rutinas que organiza el educador (tiempo de la comida, de descanso, etc … ).

Por otra parte, la observación y exploración de los sucesos y acontecimientos de su entorno social y de las personas que lo componen, contribuirá a que el niño

discrimine comportamientos ajustados a diversas situaciones y se adapten a las normas y pautas básicas que rigen la convivencia.

III. Los objetos.

En el comienzo del ciclo, tiene gran importancia para el desarrollo de la observación y exploración del medio físico la actividad conjunta que el niño y el maestro desarrollan alrededor de los distintos objetos y materiales; estos procesos tienen lugar en las diversas situaciones en que ambos se ven implicados. Esta actividad conjunta contribuirá a que estos procedimientos vayan ganando en sistematización, lo que permitirá al niño, al fin del ciclo, descubrir las características más precisas de los objetos y su utilidad, así como, poder utilizar algunos de estos que sean de uso más habitual, experimentar sensaciones sencillas(agradables, desagradables, … ), etc… A la vez, la manipulación de objetos y materiales favorecerá que el niño sea capaz de provocar intencionalmente determinados efectos y modificaciones pudiendo, además, elaborar sencillas construcciones. Estos procedimientos están en estrecha relación con la actitud de curiosidad y búsqueda que tiene el niño y que la intervención educativa puede y debe mentar.

IV. Animales y Plantas.

La observación y exploración, tanto guiada como espontánea, de animales y plantas del entorno será uno de los contenidos básicos a trabajar, para que el niño descubra sus características más básicas.

Al mismo tiempo irá aprendiendo el respeto y cuidado del medio natural, así como la necesidad del mantenimiento de ambientes limpios. Todos estos contenidos se centrarán, como es lógico en elementos muy próximos: las hormigas del patio, las plantas de la clase, …

En cuanto al desarrollo de la capacidad de establecer relaciones entre el medio físico y social será muy importante que el niño observe algunas modificaciones muy evidentes que se producen en los elementos del paisaje y en la vida de las personas por el paso del tiempo, el clima o la intervención humana, como pueden ser la construcción de casas, las modificaciones en el vestido por el tiempo atmosférico, etc…

Por último, el conocimiento del paisaje en este ciclo, debe restringirse a la toma de contacto con el entorno más inmediato y se buscará que el niño vaya percatándose de algunas diferencias y analogías entre unos ambientes y otros, de las personas que forman parte de éstos, de los elementos que lo constituyen y de las distintas posibilidades de actuación que sugieren.

C) Area de Comunicación y Representación

I. Lenguaje oral.

En la perspectiva globalizadora que debe informar toda la etapa de la Educación Infantil, esta área se contempla además como mediadora entre las otras dos áreas o ámbitos de experiencia.

En el primer ciclo se acentúa, si cabe, el carácter instrumental de los contenidos que incluye esta área, y su estrecha relación con los de las demás áreas. Así, las prioridades educativas se articulan para que el niño comprenda y utilice progresivamente el lenguaje oral use otras formas de representación para dar cauce a sus sentimientos y emociones, se acerque al medio que le rodea y se familiarice con los rudimentos de algunas técnicas que van a ser fuente de disfrute y placer; se pretende además que, aunque de forma todavía muy incipiente, el niño vaya estableciendo relaciones de semejanza y diferencia entre los objetivos cotidianos, atendiendo a sus características más llamativas, situándolos en el espacio y en relación con su propio cuerpo

Así, en el lenguaje oral, los niños descubrirán y experimentarán la emisión de sonidos elementales, balbuceos y la imitación de los primeros sonidos elaborados, en un proceso que les llevará a utilizar progresivamente un vocabulario ajustado a las situaciones cotidianas, las reglas morfológicas y sintácticas fundamentales que le permitan elaborar frases sencillas y algunas formas sociales básicas de comunicación oral.

El descubrimiento, experimentación y utilización de los instrumentos del lenguaje oral permitirá que, al final de este ciclo se puedan realizar actividades significativas en la escuela en las que estén presentes la expresión y comprensión de hechos, cuentos, sensaciones, acontecimientos, emociones, etc… de la vida cotidiana o de contextos cercanos al niño.

Tanto en el lenguaje oral como en cada uno de los otros. lenguajes, el carácter instrumental de la mayor parte de los contenidos no implica que en este ciclo sólo deban aparecer contenidos procedimentales.

Los contenidos conceptuales y actitudinales deben estar presentes intencionadamente en este ciclo, pues son tan imprescindibles como los contenidos de tipo procedimental para desarrollar las capacidades que pretenden. Así, hechos como la importancia del lenguaje oral para la comunicación y actitudes como el interés por expresar sus propios deseos y sensaciones, o el gusto por participar en distintas situaciones de comunicación oral, son de especial importancia para la intervención educativa con los niños entre cero y tres años.

Durante el primer ciclo, los niños descubrirán, experimentarán y utilizarán, con la ajustada ayuda del adulto y en los contextos más significativos, los variados y diversos instrumentos de comunicación que la escuela intencionadamente puede ofrecerle, de manera que puedan comunicarse adecuadamente, expresándose y comprendiendo a los demás en los contextos más habituales.

II. Aproximación al lenguaje escrito.

Según la Resolución que aquí se está recogiendo, la aproximación al lenguaje escrito no se desarrolla en este ciclo.

III Expresión plástica.

El descubrimiento, la experimentación y la utilización de los materiales de su entorno como instrumentos de producción plástica y de las técnicas más básicas que esto permite, serán contenidos fundamentales en el primer ciclo siempre en estrecha interrelación con el desarrollo de nuevas habilidades perceptivo‑motrices.

Ello permitirá que el niño desarrolle un proceso que, con la ayuda del educador, le va a llevar desde ‑la pura experimentación sensorio‑motora y de la mera descarga emocional a elaboraciones plásticas con alguna’ intencionalidad, interpretación de algunas imágenes de su entorno, como la figura humana, etc.., todo ello en estrecha relación con las primeras actitudes de disfrute e interés por las producciones plásticas.

IV. Expresión musical.

Estos mismos instrumentos y recursos corporales van a permitir al niño descubrir experimentar y utilizar las propiedades sonoras que tienen el cuerpo y los objetos del entorno. Este proceso de utilización de diferentes propiedades sonoras y su relación con e silencio será, al final del ciclo, un nuevo instrumento de expresión y comprensión de algunos sentimientos y emociones. Así, producción de sonidos que se realizan con la boca, palmadas, imitación de sonidos de animales, producción de “ruido” con diferentes objetos, silencios, canciones o ritmos sencillos, uso de algunos instrumentos sencillos, etc… son aspectos que le van a permitir observar, reconocer, manipular o expresarse, etc…. en situaciones de la vida cotidiana, e ir desarrollando el gusto e interés por este tipo de actividades.

V. Expresión corporal.

Paralela y complementariamente las actividades que se desarrollan en la escuela permitirán que los niños descubran, experimenten y utilicen los recursos básicos de expresión de su cuerpo (por ejemplo, los gestos, el movimiento de brazos y piernas, etc .. , los cuales se irán enriqueciendo paulatinamente con el desarrollo de las habilidades perceptivo‑motrices, afectivas, cognitivas y relacionales que se recogen en el primer ámbito de experiencias.

De igual manera el niño va tomando conciencia de que puede controlar su propio cuerpo y de las posibilidades expresivas que esto le ofrece, como por ejemplo los desplazamientos por el espacio, la direccionalidad, el tono de la voz, etc..; todo lo cual le permitirá, al final del ciclo, expresar y comprender, con un mayor grado de intencionalidad y ajuste, algunos sentimientos, emociones, deseos y percepciones, etc… que se pueden comunicar con el cuerpo.

VI. Relaciones, medidas y representación en el espacio.

Entre los cero y los tres años el niño experimentará con los objetos que le rodean descubriendo algunas de sus propiedades (color, tamaño, formas, etc … ) y relaciones (agrupaciones por color, comparaciones, etc … ), su situación en el espacio, fundamentalmente en tomo a si mismo, y las utilizará en sus juegos y actividades cotidianas.

• En todo este proceso de descubrimiento, experimentación y utilización es preciso que el niño disfrute y se interese, que lo pase bien y que se le fomenten actitudes de respeto a la producciones de los demás, cuidado del material, etc…

Muy relacionado con los contenidos de este ciclo se encuentra el juego simbólico, al que hay que hacer una mención especial. Es una de las más claras manifestaciones del tránsito de lo sensoriomotor a lo simbólico, de un poderoso medio de expresión de los propios intereses y de la forma personal de interpretar las cosas, así como de. un canal expresivo libre de los convencionalismos que caracterizan a otros como el lenguaje oral.

3.3. Metodología

3.3.1. Principios básicos,

En sentido estricto no puede hablarse de unos principios específicos para este ciclo, ya que los principios y orientaciones didácticas generales que establece el Diseño Curricular Prescriptivo para la Educación Infantil son válidos para toda la etapa. A grandes rasgos, estos principios son los siguientes:

1. Construcción de aprendizajes significativos, de manera que el niño relacione sus experiencias previas con los nuevos aprendizajes, todo ello mediante actividades que tengan sentido claro para él y que atraigan su interés.

2. Globalización del aprendizaje, de forma que éste sea el producto del establecimiento de múltiples conexiones, de relaciones entre lo nuevo y lo ya aprendido. Es, pues, un proceso global de acercamiento del individuo a la realidad que quiere conocer.

3. Principio de actividad. La actividad tanto física como mental es una de las fuentes principales del aprendizaje y desarrollo. Esta actividad tendrá un carácter constructivo en la medida en que a través del juego, la acción y la experimentación descubra propiedades y relaciones y vaya construyendo sus conocimientos.

4. Principio de juego. El juego es la actividad propia de esta etapa y en él se aúnan un fuerte carácter motivador con importantes posibilidades para que el niño lleve a cabo aprendizajes significativos y el profesor organice los contenidos con carácter global.

5. Creación de un ambiente cálido, acogedor y seguro y de una relación de confianza y afecto con el educador.

6. Principio de socialización. La interacción entre los niños constituye un recurso metodológico de primer orden, Las controversias, interacciones y reajustes que se generan en el grupo facilitan el progreso intelectual, afectivo y social.

7. Adecuada organización del material, el espacio y el tiempo, de manera que favorezca la autonomía y la flexibilidad.

8. Necesidad de una coherencia educativa tanto entre los distintos miembros del equipo docente como entre dicho equipo y los padres. Para ello será imprescindible una correcta coordinación.

Como ya se ha visto, estos principios son válidos para los dos ciclos de la etapa. Sin embargo, las características específicas de los niños de cero a tres años aconsejan no perder de vista algunas consideraciones, entre las que destacan:

1 Las prácticas de atención deben estar hechas a la medida de cada bebé, de cada niño (Por ejemplo, la forma en que le gusta que le cojan en brazos, para los del primer tramo),

2.Debe haber, en la medida de lo posible, continuidad en las personas que están al cuidado del niño.

3.Debe haber un equilibrio entre la uniformidad y la variedad, tanto en las prácticas del educador como en el ambiente físico que les rodea. Es decir, contemplar al mismo tiempo las rutinas y la flexibilidad.

4.Hay que evitar tanto la sobreestimulación como el desorden.

5.Hay que evitar que el niño esté expuesto en exceso a una inquietud profunda o prolongada, calmando rápidamente el llanto sin que eso signifique que el niño consiga lo que quiere a través del llanto.

6.Se debe transmitir al bebé desde muy temprano la actitud de que aprender es algo agradable.

7.En este ciclo, la relación con la familia, y especialmente el intercambio de información, tiene aún más importancia si cabe.

3.3.2. Posibles ejes o unidades de programación

En el primer ciclo de la Educación Infantil los contenidos y experiencias de aprendizajes deben estructurarse en tomo a unos ejes muy concretos que permitirán aprovechar adecuadamente todo el potencial educativo de las actividades cotidianas. Entre los ejes posibles destacan:

Las rutinas

El juego

El descubrimiento del propio cuerpo

El descubrimiento del espacio

1. Las rutinas de la vida cotidiana.

Las rutinas de alimentación, sueño, higiene, etc además de tener una función organizativa y sistematizadora, tienen una función claramente educativa, en la medida en que contribuyen a ofrecer al pequeño un marco estable y seguro muy conveniente para su desarrollo.

El currículo debe ser visto no como algo que sucede solo entre la alimentación, el cambio de pañales y las siestas, sino también durante estos momentos. Dado que las actividades rutinarias ocupan gran parte del día en la vida de los más pequeños, no hay que afrontarlas como tareas que hay que despachar lo antes posible, sino como un tiempo especialmente indicado para estar juntos, hablar y aprender.

A través de las rutinas los niños pueden aprender contenidos no solo procedimentales sino también conceptuales y, actitudinales. Cada rutina puede dar lugar a desarrollar diferentes capacidades (Por ejemplo la alimentación permite trabajar el lenguaje, las texturas, colores, olores, sabores, psicomotricidad fina, relaciones sociales, etc…

2. El juego.

El juego, el aprendizaje y la exploración están entremezclados en la experiencia de los niños

Las experiencias lúdicas durante el primer año sientan las bases para el desarrollo de la curiosidad por el mundo y la actitud positiva hacia los demás, así como el sentimiento de dominio y confianza en sí mismo.

En la planificación de los juegos los propios niños irán marcando la pauta con los intereses que muestren en cada momento. Habrá que tener en cuenta condiciones como la estabilidad del entorno social (personas con las que juega) así como la necesidad tanto de monotonía como de variedad en los juegos para que se de una consolidación al tiempo que una exploración, todo ello evitando la intervención excesiva.

3. El descubrimiento del propio cuerpo.

La intervención educativa debe posibilitar que el niño descubra y conozca su cuerpo a partir de la exploración de distintas posturas y movimientos, así como de las características, segmentos y elementos más destacados y visibles para él.

Algunos contenidos fundamentales en este proceso son:

La estimulación física que recibe del adulto mientras interactúa con él en la resolución de necesidades básicas.

El contacto corporal con los otros y con los objetos.

La observación e identificación de su imagen en el espejo y del cuerpo de los demás.

Todo esto favorece que, a lo largo del ciclo, el niño vaya construyendo un conocimiento global de su cuerpo que le posibilite ir diferenciándose del mundo externo y de los otros.

Durante este ciclo, el procedimiento fundamental que hay que programar continuamente para la exploración de sí mismo y de la realidad exterior es la utilización de los sentidos, ya que el niño descubre y conoce su cuerpo a la vez que percibe, progresivamente de forma más precisa y diferenciada, las necesidades básicas relacionadas con su bienestar corporal.

4. El descubrimiento del espacio.

El niño, además de explorar su propio cuerpo va a explorar el espacio y esta exploración puede servir como eje metodológico. Para ello es necesario que el espacio se organice teniendo en cuenta las necesidades de los niños y los cambios que se producen en las mismas (por ejemplo espacios para el sueño de los más pequeños, para los que ya gatean, los que andan,…).

En el primer ciclo se deben facilitar espacios en los que los niños puedan arrastrarse, gatear, dar sus primeros pasos, explorar objetos que les resulten atractivos y realizar diversas actitudes con ellos.

Por último, es importante tener en cuenta y respetar la necesidad de un equilibrio entre la autonomía y la ayuda del adulto en la exploración y descubrimiento del espacio.

3.3.3. La relación con el educador

La relación del con el educador es siempre un aspecto fundamental, pero hay que tener en cuenta que en los primeros tramos de este ciclo los bebés dependen de la sensibilidad de los educadores para satisfacer sus necesidades básicas y deseos y entre estas necesidades tienen igual importancia la necesidad de alimentación y la necesidad de afecto. Por eso los educadores deben considerar que tan importante es atender al niño para que esté limpio y saciado como jugar con él, acariciarle, mostrarle cariño para que se sienta querido, etc…

La redacción con el educador debe ser tal que éste promueve el desarrollo del niño. Para ello será necesario que aprenda a interpretar al niño, que atribuya significado a sus acciones, que se muestre atento a ellas y le responda, que le rete y le aliente ofreciéndole las ayudas necesarias, etc…

Pero sea cual sea el tipo de intervención que realice el educador debe primarse por encima de todo la calidad de la relación que establece con el niño.

Esta relación debe aprovechar todas las oportunidades que ofrecen las distintas rutinas para que se satisfagan las diversas necesidades del niño en un contexto gratificante para ambos.

Si el educador quiere realmente que su relación con el niño sea estimulante, debe implicarse con él en todo tipo de situaciones, pues para que el niño establezca una vinculación emocional segura y positiva se requiere tiempo, dedicación, constancia y presencia tanto en la limpieza como en la estimulación del lenguaje, tanto en la comida como en el fomento de la autonomía No es posible querer estimular al niño y mantener con él relaciones positivas y enriquecedoras, y al mismo tiempo pretender circunscribir la intervención a un determinado momento en una determinada circunstancia.

4. BIBLIOGRAFIA

• ASENSI, J.: “Cómo programar las actividades de los alumnos” en Enciclopedia de la Educación Preescolar. Ed. Santillana Diagonal Madrid, 1986.

• ESCAMILLA, A.: “Unidades didácticas: una propuesta de trabajo de aula” Edelvives, Zaragoza, 1993.

• MORENO, J.M.: “Organización de centros de enseñanza, Luis Vives, Zaragoza, 1978.

PRIETO, M.A. “Modelos de programación en Enciclopedia de la Educación Preescolar. Santillana Diagonal, Madrid, 1986.

WILLIS A. y RICCINTI, H.: “Orientaciones para la Escuela Infantil de cero a dos años?. Morata, S.A. Madrid, 1990.

• MEC: “Cajas Rojas para la Educación Infantil” Servicio de Publicaciones del Ministerio. Madrid, 1992.

• MEC: ‘Propuesta de Secuencia. Educación Infantil” Escuela Española, Madrid, 1992.

• R.D. 1333/6 de Septiembre 1991 por el que se desarrolla el Currículo para la Educación Infantil.

Resolución del 5 de Marzo de 1992 por la que se regula la elaboración de Proyectos Curriculares para la Educación Infantil y se establecen orientaciones para la distribución de objetivos y contenidos para cada uno’ de los ciclos (B.O.E. de 23 de Marzo de 1992).

ESQUEMA TEMA 13

1. INTRODUCCION

Necesidad de una buena preparación del profesorado para que pueda asumir el protagonismo que el actual currículo le confiere en las. tareas de programación.

2. LA PROGRAMACION EN EL PRIMER CICLO DE LA EDUCACION

INFANTIL.

2.1. Consideraciones generales

Definición de programación: “proyecto en el que de un modo ordenado y sistemático, se describe el trabajo que han de realizar los alumnos y profesores en función de unas metas específicas”.

– Funciones de la programación:

– integradora garantía de coherencia y continuidad

– base para la evaluación

– Características de la programación:

• integradora de distintos aspectos

• adaptada al tipo de centro

• significativa y motivadora

• que fomente la actividad globalizada

• adaptada a criterios lógicos, psicológicos y científicos

• Tipos de programación: largas, cortas, horizontales, verticales, de ciclo, de aula,

• Concepto de Unidad didáctica: Unidad de programación y actuación docente c6nfigurada por un conjunto de actividades que se desarrollan en un tiempo determinado, para la consecución de unos objetivos didácticos.

• Elementos de la unidad didáctica: objetivos, contenidos, metodología, actividades y evaluación.

2.2. Peculiaridades del primer ciclo

• Las programaciones se pueden estructurar en tomo ‑a‑ ejes diferentes de los utilizados para el segundo ciclo: rutinas, determinados procedimientos, hitos evolutivos, etc…

En la ordenación de los contenidos hay que tener en cuenta que estos ‑son más

simples, indican un menor número de pasos y son aplicables a una amplia gama de

situaciones de la vida cotidiana

3. OBJETIVOS, CONTENIDOS Y METODOLOGIA ADECUADA PARA LOS

NIÑOS Y NIÑAS DE CERO A TRES AÑOS

3.1. Objetivos

Se refieren a los siguientes aspectos básicos:

– Identificar, y resolver algunas necesidades básicas.

– Conocer el propio cuerpo y controlarlo.

– Relacionarse adecuadamente con los demás, coordinándose en sus acciones.

– Observar y explorar el entorno

– Regular el propio comportamiento.

– Comprender y comunicarse utilizando distintos lenguajes.

3.2. Contenidos

A) Identidad y Autonomía personal

Los contenidos de este área se refieren al conocimiento del propio cuerpo y sus cuidados, de las actividades cotidianas y de las posibilidades de juego y movimiento.

B) Medio físico y social

En este área los contenidos van dirigidos a los primeros grupos sociales y la vida en sociedad, los objetos, animales y plantas del entorno.

C) Comunicación y Representación

Estos contenidos abarcan las diversas formas de comunicación y representación: lenguaje oral, plástico, corporal, musical y matemática.

3.3. Metodología

3.3.1. Principios básicos

– Aprendizaje significativo.

– • Globalización.

– • Actividad.

– • Juego.

– • Relación y ambiente afectivo.

– Socialización.

– • Organización espacial, temporal y material flexible que favorezca la autonomía.

– Coordinación entre el profesorado y con la familia.

– • Consideraciones para el primer ciclo: continuidad, uniformidad, variedad.

3.3.2. Posibles ejes o unidades de programación

• Rutinas.

• Juego.

• El propio cuerpo.

• El espacio.

3.3.3. La relación con el educador

• Aspecto básico para promover él desarrollo.

• Necesidad de dar a las rutinas todo su significado e intencionalidad educativa.