Tema 15C – La función del maestro o maestra en Educación Infantil. La intencionalidad educativa. Relaciones interactivas entre el niño y el educador. El maestro como miembro del equipo educativo y en su relación con las familias.

Tema 15C – La función del maestro o maestra en Educación Infantil. La intencionalidad educativa. Relaciones interactivas entre el niño y el educador. El maestro como miembro del equipo educativo y en su relación con las familias.

EDUCACIÓN INFANTIL

1- La función del maestro en educación infantil

2- La intencionalidad educativa

3- Relaciones interactivas entre el niño y el educador

4- El maestro como miembro del equipo educativo y su relación con la familia.

Guión:

– Introducción

1- La función del maestro en Educación Infantil

1.1. Estimulador de procesos en el ámbito cognitivo

1.1.1. Desde la teoría Piagetana del conocimiento

1.1.2. Desde las teorías de Vigotsky

1.2. Reforzador del yo

1.3. Facilitador de las relaciones entre iguales

1.3.1. Organizador de las actividades escolares

1.3.2. Agrupamiento de alumnos

1.3.3. Modos de actuar el profesor.

1.4. Síntesis/Resumen

2- La intencionalidad educativa

3- Relaciones interactivas niño-educador

3.1 Relaciones afectivas

3.2 En el desarrollo cognitivo

4- El maestro como miembro del equipo educativo y en

su relación con las familias

4.1 El Equipo educativo

4.2 Equipo educativo y su relación con la familia

INTRODUCCIÓN

Si el objetivo de la educación infantil no es preparar para el ingreso en la escuela, sino configurar el ambiente apropiado para que el proceso de desarrollo se realice de la forma más adecuada, es obvio que la función del profesor no es la de transmisor de conocimientos sino la de educador en su sentido amplio.

Tendremos por tanto que tener en cuenta y resaltar la importancia de los siguientes aspectos:

Ø La necesidad de una formación adecuada del maestro de educación infantil dados los roles que ha de desempeñar

Ø Analizar el desempeño de esos roles en su dimensión de actividad estimuladora de las distintas facetas de la personalidad humana

Ø Necesidad de que el maestro de Educación Infantil sea un investigador en su aula para cumplir su cometido, perfeccionar su tarea y comprobar sus resultados

Ø Y además la necesidad de trabajar en equipo, tanto por parte del grupo de maestros como de otros profesionales puesto que los objetivos de la institución educativa infantil no pueden tener viabilidad a menos que se conciba la labor del profesor en estrecha conexión con la de todas las personas que desde ámbitos distintos cumplen la función educativa. Incluiríamos así la necesidad de relación con las familias como elemento perteneciente a esa comunidad educativa.

1- La función del maestro en Educación Infantil

Como tal educador la función del maestro en la Ed. Inf. Es crucial para que la práctica educativa llegue a buen fin y con eficacia.

Se necesita un profesor que sea capaz de identificarse con las propuestas educativas que se llevan a cabo en su centro; su intervención antes durante y después de la puesta en marcha de la secuencia de aprendizaje es imprescindible para asegurar la creación de un clima apropiado y estimulante con respecto a:

· Factores físicos, es decir, organización del espacio que permita tanto la movilidad, como la posibilidad de tiempo de intimidad, la disposición del material estimulando la autonomía y la independencia en su utilización

· Factores afectivos: El maestro de Ed. Inf. ha de extremar su capacidad de empatía, creando un clima de aula que propicie la comunicación de forma que el niño se sienta estimado, aprobado y perteneciente al grupo, eliminando la competencia individual y propiciando una relación basada en el respeto a las diferencias, capacidades y logros de todos y cada uno de los alumnos. Esto permitirá al niño/a plantear interrogantes, exponer ideas nuevas sin temor al ridículo y actuar sin miedo a equivocarse.

· Factores didácticos. Las actividades de aprendizaje que el profesor diseñe han de darle al alumno la posibilidad de escoger y decidir siempre con libertad.

– proponer ideas más que imponerlas

– resaltar la actividad del niño más que la suya propia

– estimular su observación y atención

– hacer surgir en el niño la motivación necesaria que le conduzca a un deseo de explorar y comprender la realidad, desarrollándose así su imaginación.

Todo ello constituye la base de una buena intervención educativa en la escuela infantil que inducirá al niño a reflexionar sobre sus propias acciones, a ser más autónomo y a propiciarle la autoconfianza en sus propias capacidades para resolver los problemas por sí mismo.

1.1 Estimulador de los procesos en el ámbito cognitivo

El papel del maestro como estimulador de procesos cognitivos lo podemos examinar desde dos marcos conceptuales diferentes:

A- Desde la teoría piagetana del conocimiento:

Para Piaget la inteligencia es un proceso de adaptación entendida como equilibración del individuo con el medio. Esta adaptación se consigue cuando hay una estabilidad de los procesos de asimilación (incorporación del ambiente a las pautas de conducta) y acomodación (ajuste de esas pautas a las exigencias del medio).

Así el individuo actuará para restablecer el equilibrio con el medio cuando este se rompe, modificando sus esquemas y creando otros nuevos.

Piaget sostiene que el conocimiento es un proceso de interacción entre el sujeto y el objeto, y el elemento que permite dicha interacción es la propia actividad del sujeto.

Es decir los humanos no somos receptores pasivos de los datos que envía el mundo exterior sino que reaccionamos activamente ante él.

De este papel activo que se le asigna al sujeto en el proceso de reconocimiento surge la necesidad de “métodos activos de la enseñanza”.

La función del profesor será pues la de plantear problemas y suscitar situaciones al alumno que le pongan en condiciones de modificar sus esquemas de actuación habitual. Para ello es necesario crear un ambiente en el que el niño se interese por explorarlo y conocerlo, lo que le permitirá progresar en la formación de sus propios instrumentos de conocimiento.

En las primeras etapas de la vida, el niño/a llega a conocer las cosas actuando sobre la realidad a nivel perceptivo-motor, es decir manipulando, tocando, tirando, golpeando… Esto no es suficiente para un aprendizaje real; es necesario que se hagan conscientes de su propia actuación y sepan expresarla a distintos niveles de simbolización(gestos, dramatización, juego, lenguaje oral…). Es decir , pasar de lo vivenciado o sentido a lo expresado y comprendido, adquirir conciencia de las acciones que puede realizar con ese mundo.

Ahora el papel del profesor es de nuevo importante, porque puede inducir al niño a esa reflexión, no dándole soluciones pero sí haciéndole consciente de lo inadecuado de una respuesta de las que él propone ante cualquier tipo de problema.

Para Piaget, solo cuando existen las estructuras necesarias desde el punto de vista del desarrollo, es posible el aprendizaje de nuevas respuestas. Todo aprendizaje parte pues de los “aprendizajes previos” y es desde esta perspectiva desde la que el profesor debería plantear situaciones didácticas, teniendo en cuenta el nivel y los problemas que el sujeto tiene que resolver en cada situación planificada.

Estimular adecuadamente implica diseñar tareas ni demasiado fáciles ni demasiado difíciles para el niño sino de tal naturaleza que le resulten interesantes, que le obliguen a plantearse interrogantes y a modificar sus esquemas partiendo de los que ya posee.

En definitiva, el maestro ha de ofrecer situaciones educativas en las que la observación y el descubrimiento que va realizando el niño del mundo que le

rodea sean elevadas a un nivel de reflexión por parte del propio niño, e impliquen cambios, modificaciones y reestructuraciones de sus esquemas previos de actuación

B- Desde las teorías d la escuela soviética inspiradas en Vigotsky:

Lo fundamental es analizar las condiciones concretas en las que se desarrollan los diferentes periodos de la niñez y determinar las causas y particularidades de los cambios psicológicos que operan al pasar de un estadio a otro.

Las relaciones desarrollo-aprendizaje son abordadas sobre la base del planteamiento teórico de Vigotsky.

Este considera que en el ser humano hay dos niveles de desarrollo:

Þ Nivel efectivo o nivel alcanzado como resultado de un proceso ya realizado y

Þ Nivel de desarrollo potencial, definido por las tareas que el niño es capaz de resolver por encima de su nivel efectivo con la ayuda del profesor o del compañero más competente.

Con la actividad guiada del adulto el niño puede hacer mucho más que lo que su capacidad de comprensión le permite cuando actúa de forma independiente.

En las tesis de Vigotsky, el profesor no es solo optimizador del desarrollo por ser la persona que aporta situaciones didácticas estimulantes para el niño, sino que es un factor imprescindible. Lo que el niño hace hoy con ayuda del adulto es lo que mañana podrá hacer por sí solo.

Este autor aporta una triple novedad:

Þ Integra el aprendizaje en el desarrollo de tal forma que ambos pueden considerarse como dos procesos que interactúan.

Þ Diferencia claramente lo que el niño puede alcanzar solo y lo que logra en colaboración con otros más capaces

Þ Propone una posible explicación de los mecanismos que facilitan en el niño el aprendizaje en el medio social.

Las implicaciones o derivaciones educativas de esta teoría podrían ser (según Cole, Forman, Cazdan,…):

a) El aprendizaje escolar ha de ser congruente con el nivel de desarrollo del niño: el maestro debería ser capaz de determinar la “zona de desarrollo próximo” en que se encuentra el niño y formular en relación a ese nivel los objetivos que se propone lograr

b) El aprendizaje se produce mas fácilmente en situaciones colectivas que

favorecen conductas de imitación.

c) Las interacciones con los pares facilitan el aprendizaje.

d) La importancia de los procesos de internalización: lo que el niño aprende en situaciones colectivas debe ser internalizado. En este sentido cuando el niño es capaz de utilizar un lenguaje interno sus interacciones con el entorno social se enriquecen y se van haciendo cada vez más complejas.

Concluye Vigotski acerca de las relaciones desarrollo-educación que “la única buena enseñanza es la que se adelanta al desarrollo”

1.2. Reforzador del Yo

El yo, la personalidad, es resultado de un proceso continuo que va emergiendo a través de las interacciones sociales.

El lazo emocional es el prerrequisito fundamental del proceso de identificación, proceso inconsciente que se inicia desde la primera infancia.

Aunque los padres son indudablemente la primera fuente de identificación, también los profesores enseñan, quiéranlo o no, creencias, actitudes e ideas acerca de cómo se debe o no se debe ser.

El profesor se convierte en modelador de la conducta infantil alentando o inhibiendo dicha conducta.

Autonomía o dependencia, competencia o incompetencia, seguridad o duda…, son rasgos y sentimientos que no dependen de ninguna capacidad heredada, sino de las respuestas recibidas por el sujeto infantil a su comportamiento.

Por tanto en el contexto escolar el profesor tiene un papel importante que cumplir respecto a ello. El profesor puede reforzar el yo del niño proporcionándole estabilidad afectiva al ayudarle a aceptarse a sí mismo, a una comprensión más sana de su propia identidad.

Evitando la competencia y la comparación puede enseñar al niño a valorar su propio esfuerzo.

Para ayudar al niño a progresar es necesario e imprescindible confiar en sus capacidades de progreso. Las expectativas de los educadores respecto a cada alumno han de ser tales que se centren sobre todo en las capacidades que pueden ser desarrolladas y en los logros que el niño va haciendo.

No se trata de ignorar las dificultades del niño; se trata de evitar las etiquetas negativas y de poner el acento en las posibilidades del pequeño para que vaya superando esas dificultades con confianza.

1.3. Facilitador de las relaciones entre iguales

Estudios recientes han resaltado como la interacción entre iguales juega un papel de primer orden en la consecución de metas educativas.

El proceso de socialización (adquisición de destrezas y roles sociales, control de la agresividad, adaptación a las normas establecidas, etc. ) el desarrollo cognitivo (superación del egocentrismo intelectual) y la maduración moral y afectiva (autonomía y seguridad en el yo) son facetas entre otras, que se van favoreciendo por medio de la interacción entre iguales.

El profesor deberá elaborar estrategias propicias para un intercambio cualitativo que favorezca la interacción educativa entre iguales.

Estas pueden fundamentarse sobre varios aspectos:

A) Organización de las actividades escolares:

Podemos señalar tres formas de organizar estas actividades que se diferencian tanto por sus objetivos como por la dinámica que se establezca entre los participantes:

v Cooperativa: en los objetivos a conseguir están implicados todos los sujetos. Las metas marcadas se alcanzan por todos conjuntamente y el resultado beneficia a todo el grupo.

v Competitiva: el objetivo solo es alcanzado por alguno sujetos. Los resultados que se persiguen son beneficiosos exclusivamente para el que alcanza el objetivo y desfavorables por tanto para el resto del grupo.

v Individualista: no hay relación entre los objetivos de cada integrante del grupo y el que uno de ellos lo logre no influye en que los otros lo logren. Se persiguen resultados con beneficios individuales.

Diferentes investigaciones evidencian que el aprendizaje cooperativo favorece el establecimiento de relaciones mas fructíferas entre los alumnos: atención, cortesía, respeto mutuo, etc., relaciones positivas en general que se extienden más allá de la institución escolar.

B) El agrupamiento de alumnos:

La normativa vigente marca y condiciona de hecho ciertos aspectos del agrupamiento de alumnos (edad cronológica), restando posibilidad a cualquier otra variante de agrupación (por edades heterogéneas, intraescolares y la dimensión interescolar)

Centrándonos en el grupo-clase (agrupamiento intraula) el maestro ha de tener en cuenta que más que proponer un tipo específico de agrupamiento deberá mas bien considerar las condiciones que han de operar en el agrupamiento de los alumnos:

Þ Heterogeneidad frente a la homogeneidad que permitirá una mayor diferenciación y riqueza en el aula. Aspectos personales, actitudinales y sociales del rendimiento se ven favorecidos por el uso de agrupamientos heterogéneos.

Þ Flexibilidad frente a la rigidez, es decir cada situación educativa determina el tipo de agrupamiento mas adecuado

Es necesario una actitud de apertura y compromiso por parte del maestro para asumir un modelo de agrupamiento flexible, heterogéneo y profundamente respetuoso con la capacidad de cada alumno y cada grupo de alumnos

C) Modos de actuar el profesor

Aunque en la escuela infantil la dependencia y coacción del alumno es inevitable en tanto que el niño no esta maduro para tener sus propias opciones, el profesor puede dar pequeñas parcelas de poder al niño, incluso en la toma de muchas decisiones, siempre que no impliquen riesgo para la integridad física y psíquica de éste (ej. Optar por una actividad u otra, modos diferentes de realizarla, etc.).

La actuación del profesor irá dirigida al entrenamiento del niño en conductas que faciliten el éxito de la interacción social (compartir, sonreír, ayudar al otro, pedir las cosas, etc.) y a desarrollar habilidades cognitivas que se supone subyacen a una interacción social positiva (tomar perspectivas frente a los problemas interpersonales, tratar de adivinar el estado emocional de otros, etc. ).

Tener sensibilidad emocional y social es lo importante para conseguir un buen ajuste de la sociedad.

1.4 Síntesis / Resumen

Como síntesis y en líneas generales decir que la Reforma Educativa concede un papel relevante al docente al considerarlo como elemento clave en el proceso de transformación y cambio en la educación.

El perfil del maestro se centraría pues en:

Þ ser organizador de la interacción didáctica es decir organizador de situaciones de enseñanza-aprendizaje interviniendo o facilitando según las necesidades del alumno con el objeto de conocimiento

Þ Concebir su tarea educativa como una mediación con el fin de que toda actividad realizada resulte significativa y estimule el potencial de aprendizaje.

Þ Participar y cooperar en las tareas organizativas del centro formando parte del equipo docente.

Þ Analizar el contexto donde se realiza la práctica educativa. Además de ser capaz de atender a lo singular de cada alumno dentro de la diversidad de los sujetos del grupo, del aula y del centro.

Þ Ser un buen orientador que sabe resolver los problemas personales y educativos de los alumnos

Þ Ser un experto que tome decisiones respecto al tiempo, los materiales y métodos de enseñanza que debe utilizar

Þ Mostrarse como motivador y animador en todo el desarrollo del proceso educativo, eligiendo y adaptando materiales, centros de interés, tareas según los intereses, necesidades y capacidades de los alumnos

Þ Ser capaz de reflexionar sobre su propia práctica docente, sobre la teoría que va implícita en su enseñanza, su forma didáctica de actuar y las actitudes propias con el fin de autoevaluarse y así avanzar en su desarrollo profesional

Þ Ser un profesional capaz de indagar e investigar desde lo que hace, desde donde lo hace y porqué lo hace

Este perfil del maestro tan ambicioso exige una formación y un perfeccionamiento constante de forma coherente, sistematizada y planificada.

2. La Intencionalidad Educativa

Numerosas circunstancias culturales y sociales confluyen hoy, para que la etapa de Ed. Inf. (con nombre y duración variable según países) sea la protagonista principal en las reformas actuales en los sistemas educativos y constituye una de las reivindicaciones sociales aún pendientes de satisfacer en los modernos sistemas de educación.

Conviene destacar que la etapa de ed. Inf. De 0 a 6 años constituye por primera vez una etapa del sistema escolar español con entidad propiamente educativa.

Este sentido educativo-formativo de este nivel de escolaridad no obligatorio es un aspecto muy significativo de esta nueva normativa legal ( LOGSE) que afianza definitivamente la denominación de Educación Infantil para referirse a la educación de los niños/as de 0 a 6 años.

Los centros de Ed. Inf. Bajo la dirección de maestros especialistas, completan el papal crucial de la familia ofreciendo a los niños un entorno organizado con una intencionalidad educativa.

La familia y los centros comparten los objetivos de acompañar, guiar y estimular el desarrollo psicológico infantil a través de experiencias educativas que favorecen integralmente la evolución de la personalidad del niño o de la niña

Es preciso por tanto aclarar la duplicidad de acepciones que actualmente tiene este periodo escolar:

¨ En un sentido amplio se entiende por Ed. Inf. La ed., que se realiza bien en la familia o fuera de ella en el periodo inicial de la vida del niño desde su nacimiento hasta su entrada en la etapa de escolaridad obligatoria. Haría referencia al conjunto de intervenciones o acontecimientos ed., familiares, ambientales o incidentales, intencionales o no que de hecho recibe el niño en este periodo y que sería más o menos flexible según el sistema escolar establecido.

¨ Desde una perspectiva más restringida, académica, alude a la educación anticipada a todo proceso educativo obligatorio institucional o reglado. Sería la educación institucional que se realiza entre los 0 y 6 años en centros e instituciones especializadas y con agentes educativos profesionalizados.

Estaríamos hablando así de una ed. Formal que se caracteriza por ser intencional, contar con unos objetivos específicos de aprendizaje o formación y que presenta procesos educativamente diferenciados y específicos.

Hoy se asignan en los sistemas escolares a la ed. Inf. Un conjunto multidimensional y complejo de funciones que podríamos sintetizar en las cuatro siguientes:

1. Función de estimulación de los procesos de maduración y desarrollo evolutivo del niño

2. Función preventiva o de normalización de comportamiento

3. Función propedéutica o preparatoria de aprendizajes

4. Función vicaria o subsidiaria de la familia

El carácter intencional de esta etapa educativa queda claramente explicitado no solo en los principios que la Logse ( Ley 1/90 de 3 de octubre), sino en su posterior desarrollo en el curriculum específico (R.D. 13330/91 de 6 de sept.) sobre los aspectos básicos de ámbito nacional y las desarrolladas por cada comunidad autónoma (Decreto 426/91 de 12 de diciembre para Galicia)

En él se recogen:

– Los objetivos generales de etapa, expresados en términos de capacidades que el alumno habrá alcanzado al final de la misma.

– Se definen las áreas en la que se van a organizar los distintos ámbitos de experiencia

– Los objetivos generales de área derivados de los de etapa

– Los bloques de contenidos en los que aparecen hechos- conceptos, procedimientos, actitudes-valores y normas, especialmente adecuados para el desarrollo de las capacidades señaladas en los objetivos de área

– Orientaciones didácticas para la evaluación donde se sugieren principios para el diseño de actividades de e-a y de evaluación

Todo ello dirigido a hacer explícito lo que se quiere enseñar, como se quiere enseñar, cuando se quiere enseñar y qué, cuando y como se quiere evaluar.

Es por tanto un instrumento fundamental para que los maestros partiendo de su contexto concreto programen y tengan una guía en su práctica docente

3. Relaciones interactivas entre niño y educador

Para entender la dimensión humana del proceso educativo es muy útil aproximarnos al concepto de educación desde la perspectiva de Relación

Rogers habla de tres condiciones óptimas para el desarrollo de cualquier tipo de relación (educativa, médica…) que pueden clarificar bastante la relación educador- niño:

1. Autenticidad: mostrarnos tal cual somos, con transparencia en los sentimientos y sin jugar ningún papel prefijado

2. Aceptación incondicional, que supone respeto a la diversidad, aceptando al otro como es, valorándolo como persona única e irrepetible y sin intentar amoldarlo a nuestros propios criterios

3. Vivir el momento y la situación de la otra persona, vivir sus sentimientos hasta intuir los significados que ella no ve.

La relación educador- niño tiene un sentido claro: contribuir en la forma más positiva al proceso de desarrollo y aprendizaje de la infancia. Así conviene insistir en la interdependencia de todos los desarrollos: social, emotivo, motor, cognitivo, etc. Para que la relación educativa con los más pequeños se dé en una forma equilibrada.

Malaguzzi reflexiona respecto a los temas comunicativos (relacionales) con los pequeños:

ü El educador es un comunicador que mediante su relación ayuda al niño a contactar con el mundo con todas sus fuerzas, posibilidades y lenguajes

ü Es un integrador de significados que enseña a contemplar el mundo desde puntos de vista nuevos, haciendo representar y comprender a través de un pluralismo expresivo

ü El educador es un posibilitador, copartícipe y catalizador de los intereses y curiosidades infantiles en la construcción del conocimiento dentro de un ambiente de autonomía y libertad. Al saber escuchar, está abierto a lo imprevisto, por lo tanto es flexible y abierto a las circunstancias que se van presentando

3.1. Importancia de las relaciones afectivas en el desarrollo- aprendizaje

Estamos inclinados a menudo a considerar las relaciones en función del aprendizaje. Pero deberíamos hacer una serie de consideraciones que van a facilitar o inhibir el aprendizaje.

En la educación infantil las relaciones de amor, odio, hostilidad, etc. Son frecuentemente transferidas de las relaciones afectivas del hogar, de la familia.

El educador/a cobra para el pequeño el papel de sustituto de la madre o del padre. Los compañeros/as aparecen como sustitutos de los hermanos/as. Desde una perspectiva pedagógica esto puede ser aprovechado de la siguiente forma en las relaciones escolares

Ø El educador debe aprovechar la transferencia de sentimientos de amor. La relación afectiva es fundamental para el aprendizaje

Ø Respeto a la transferencia de sentimientos hostiles, el educador debe entender que no van dirigidos contra él o contra los niños sino contra quienes representan

La armonía de relaciones en una clase es imprescindible para un clima que favorezca el desarrollo y el aprendizaje, y debe fundarse en la formación de un marco afectivo sólidamente construido. Es responsable el profesor de que esto suceda. De la misma forma debe establecer relaciones positivas entre los distintos grupos de la clase.

Intentar educar al niño basándose esencialmente en la identificación (“te trato como me gustaría que me trataran a mí”), impide ser objetivo y dar al pequeño lo que es mas útil.

La comparación entre niños/as que son seres constituidos diferentemente, favorecidos o desfavorecidos por la vida familiar, aparecerá muy pronto como injusta, teniendo graves repercusiones sobre el desarrollo.

3.2. Adulto/educador- niño/a y desarrollo cognitivos

El auge creciente de los enfoques cognitivos en el estudio del desarrollo ha llevado a subrayar el carácter constructivo del proceso de adquisición del conocimiento. La idea de ser un ser humano relativamente fácil de moldear y dirigir desde el exterior ha sido progresivamente sustituida por la idea de un ser humano que selecciona, asimila, procesa, interpreta y confiere significados a loas estímulos y configuraciones de los estímulos

En el campo educativo este cambio de perspectiva ha contribuido a poner de relieve lo inadecuado de unos métodos de enseñanza esencialmente expositivos que conciben al profesor y al alumno como simples transmisor y receptor de conocimientos respectivamente (Coll, 1986)

La ambigüedad del papel del profesor en algunas propuestas pedagógicas que consideran la actividad autoestructurante del alumno como factor decisivo, único y determinante del aprendizaje escolar ilustra perfectamente las contradicciones a las que se puede llegar por este camino. En efecto, por una parte, el profesor ocupa un lugar relativamente secundario en el proceso de construcción del conocimiento, que se interprete como el resultado de un acto autónomo del alumno en interacción con el objeto de conocimiento; recordemos a este propósito la tajante y peligrosa afirmación, tantas veces repetida, de que enseñar algo a alguien equivale a impedir que lo descubra por sí mismo.

Pero por otra parte, cuando deben precisarse las funciones del profesor, se le acaba concediendo una importancia decisiva como orientador, guía o facilitador del aprendizaje, ya que a el compete crear las condiciones óptimas para que se produzca una interacción constructiva entre el alumno y el objeto de conocimiento.

Las características más peculiares de los procesos de e-a escolares es la interacción sistemática y planificada de los integrantes del sistema educativo, alumno y profesor, en torno a unas tareas de aprendizaje. Pero en el acto educativo hay además una voluntad implícita de incidir sobre el proceso de aprendizaje del alumno: esta voluntad se traduce en una serie de decisiones sobre lo que tiene que aprender el alumno y sobre las condiciones óptimas para que lo aprenda. En otras palabras, no solo hay un aprendizaje deseable del alumno, sino una voluntad manifiesta del profesor de incidir sobre dicho aprendizaje.

Los procesos escolares de e-a son, en esencia, procesos interactivos con tres vértices:

– el alumno – que está llevando a cabo el aprendizaje

– el objeto – u objetos de conocimiento que constituyen el contenido del aprendizaje, y

– el profesor- que actúa, es decir, que enseña con el fin de favorecer el aprendizaje de los alumnos.

El aprendizaje escolar no puede entenderse ni explicarse únicamente como el resultado de una serie de encuentros felices entre el alumno y el contenido del aprendizaje; es necesario además, tener en cuenta las actuaciones del profesor que, encargado de planificar sistemáticamente estos encuentros, aparece como un verdadero mediador y determina, con sus intervenciones, que las tareas de aprendizaje ofrezcan mayor o menor margen a la actividad autoestructurante del alumno.

Analizada así la cuestión, la unidad básica de análisis del proceso de e-a ya no es la actividad individual del alumno, sino la actividad articulada y conjunta del alumno y del profesor en torno a la realización de tareas escolares.

La actividad autoestructurante del alumno se genera, toma cuerpo y discurre no como una actividad individual, sino como parte integrante de una actividad interpersonal que la incluye.

La actividad del alumno que está en la base del proceso de construcción del conocimiento se inscribe de hacho en el marco de la interacción o interactividad profesor-alumno (Coll.1981)

4- El maestro como miembro del equipo educativo y en su relación con las familias

4.1. El equipo educativo

El funcionamiento en equipo es una de las tareas más delicadas de los agrupamientos humanos.

El equipo está mediatizado por las relaciones personales y por tanto sujeto a la problemática de la relación personal. Su buen funcionamiento requiere disponibilidad y una actitud favorable al trabajo en conjunto y la construcción de un lenguaje común que permita el entendimiento u la acción conjunta.

Es decir implica la coordinación y elaboración de acuerdos que beneficie la intervención en el proceso educativo.

La finalidad del trabajo en equipo es la creación de “contextos de acción y coparticipación” educativa, que garanticen y promuevan el desarrollo y aprendizaje de cada uno de los niños y niñas del grupo y de la etapa infantil en general.

El equipo educativo es el lugar más indicado para el debate y la reflexión conjunta sobre los temas educativos. Esto supondrá un enriquecimiento mutuo si se consigue compartir experiencias y conocimientos.

ü La cooperación es uno de los fines valorables en toda actividad social. Siendo los profesores modelos a imitar por los pequeños, tendremos conseguido uno de los objetivos clave en la educación infantil si somos capaces de presentar un buen funcionamiento en equipo

ü El equipo educativo estará integrado por todos los adultos que participan en el proceso educativo y de él depende el buen funcionamiento del centro

El Reglamento Orgánico de las escuelas de Ed. Inf. Y colegios de educación Primaria (Decreto 374/96 de 17 de Oct.-DOG.21/10/96) en su artículo 54 (dentro del TítuloIII, CapítuloI) recoge todo lo referente a los denominados “Equipos de ciclo” dentro de los órganos de coordinación docente.

Se formula entre otros aspectos:

® Que los equipos docentes de ciclo “ agruparán a todos los maestros que impartan docencia en él”

® Que “son órganos básicos encargados de organizar y desarrollar bajo la supervisión del jefe de estudios las enseñanzas propias del ciclo”

® Son competencias del equipo de ciclo:

1. Formular propuestas al equipo directivo y al claustro relativas a la elaboración del proyecto educativo y de la programación general anual

2. Formular propuestas a la comisión de coordinación pedagógica relativas a la elaboración de proyectos curriculares de etapa o su modificación

3. Mantener actualizada la metodología didáctica

4. Elaborar las programaciones didácticas de las enseñanzas que tiene encomendadas, siguiendo las directrices generales establecidas por la comisión de coordinación pedagógica

El artículo 55 dice:

“Cada grupo de ciclo estará dirigido por un coordinador de ciclo que desempeñará su cargo por 2 cursos académicos y será designado por el director oído el equipo de ciclo”

En la Orden del 22 de Xullo de1997 se completa:

§ Los equipos de ciclo se reunirán al menos una vez al mes con asistencia obligatoria para todos sus miembros

§ El profesor de Ed. Inf. Elaborará un “plan de adaptación” destinado al alumnado que se incorpore por primera vez al centro y que incluirá los aspectos:

1. Participación y colaboración de las familias en este periodo

2. Flexibilización del calendario y horario de los niños y niñas que se incorporan por primera vez al centro

3. Actividades encaminadas a la mejor adaptación de estos alumnos

4. Flexivilidad en el tipo de agrupamiento

4. 2 Equipos educativos y relación con la familia

Familia y escuela coinciden en el mismo objetivo: educar a los pequeños.

La corta edad de los niños, su necesidad de protección, bienestar, seguridad y cariño plantean una serie de expectativas de la familia sobre la escuela. Conscientes de este hecho, los profesionales de la Ed. Inf. han de planificar una relación familia-escuela basada en la confianza mutua, en la cordialidad y fluidez de la comunicación, de la información y de la participación, teniendo siempre presente que la escuela ni puede ni debe sustituir a la familia sino compartir con ella las responsabilidades educativas de los niños/as.

Además cada posible relación familia-educador es una situación única y original, por tanto la relación con la familia no puede ser masificada.

Para llegar a buen fin en esta tarea compartida, existen dos vías complementarias de colaboración:

1. A través del Consejo Escolar con la cooperación en la organización del centro

2. A través de una implicación de la familia en el proceso educativo que conlleve

v Un consenso familia-escuela

v Una comunicación fluida y frecuente

v La implicación en actividades escolares elaboradas conjuntamente

Esta implicación de la familia en el proceso educativo se produce a través de diversos recursos y estrategias.

Entre los muchos intercambios que pueden existir y que cada comunidad debe de descubrir, señalaremos los siguientes:

A. El momento de la matrícula del niño

Es el primer encuentro entre la familia y la escuela y el momento de conocerse los padres, madres, dirección, educadores, así como de recoger información sobre el niño/a y sobre el centro.

Los padres y madres informan sobre el niño/a y aportan datos tales como:

* Fecha de nacimiento

* Circunstancias del parto

* Adquisiciones físico-motoras (edad aproximada)

* Adquisiciones lingüísticas

* Comportamiento emocional

* Comportamiento social

* Problemas detectados:

– en el habla

– en el andar

– en las emociones

– otros comportamientos.

* Vacunas

* Enfermedades

* Circunstancias familiares:

– si la familia está completa

– edad del padre y de la madre

– etc.

La escuela informa a la familia:

* Sobre el plan del centro, las normas, horarios, etc.

* Las instalaciones y salas/aulas que utilizará su hijo

* Las líneas generales del proyecto educativo de centro

La importancia de este primer encuentro es grande, si tenemos en cuenta que la impresión que las dos partes lleven de este primer intercambio va a determinar en gran medida las relaciones futuras.

A lo largo del curso, la escuela será lo suficientemente flexible como para permitir que la madre o el padre puedan entrar en el centro hasta el lugar donde el niño es esperado por el educador/a. Esto facilitará unos breves momentos de intercambio de información y facilitará la continuidad de la relación.

B. Reuniones generales

En las que se convocará a todas las familias para tratar temas de interés general y que serán coordinadas por la dirección del centro

C. Reuniones Grupales

En las que se convocarán a los padres/madres de los niños/as de un mismo grupo, para tratar temas específicos del grupo-nivel. Serán coordinadas por el tutor o por la tutora del grupo.

D. Acción tutorial

A través de la cual se suministrará a los padres/madres la información de la evolución del niño

E. Participación directa de la familia

En actividades elaboradas conjuntamente con el equipo de centro como puede ser: salidas programadas o visitas de profesionales de los alrededores a la escuela.

En algunos casos habrá que interesar a los padres/madres por las tareas que sus hijos hacen en la escuela. Por ej pedirles a los niños alguna información que solo pueden conseguir con la ayuda de su padre y de su madre,…etc.