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Tema 21D – La educación musical en Educación Infantil. El descubrimiento del sonido y del silencio. Características y criterios de selección de las actividades musicales. Los recursos didácticos. El folklore popular.

TEMA 21

1- LA EDUCACIÓN MUSICAL EN EDUCACIÓN INFANTIL

En primer lugar es conveniente precisar que cuando hablamos de Música en el período 0-6 años, nos estamos refiriendo a Educación Musical.

La Música en estas edades no debe considerarse desde la perspectiva única del apren­dizaje de la lecto-escritura musical, puesto que ésta es una parte del amplio campo que abarca La Educación Musical y no el centro en torno al cual deben girar todas las actividades. La principal finalidad se centra en el desarrollo de los sentidos, sobre todo los que afectan a la recepción de información sonora, y el acercamiento de las niñas y los niños a las diferentes manifestaciones musicales. Es decir, a lo largo de la Etapa de Educación Infantil se pretende potenciar la sensibilización musical.

Por ello, el tratamiento de la AUDIOPERCEPCION, o lo que es lo mismo, de la recep­ción de información sonora: auditiva, visual y sensorial-tactil ocupará un destacado lugar. A través de ella, las niñas ylos niños irán desarrollando las actitudes básicas para la escucha, aslcomolascapacidades de observación, reconocimiento, comparación, diferenciación, cla­sificación.., de los sonidos. Al mismo tiempo, obtendrán una visión más completa de dichos sonidos que, a su vez, permitirá una mejor vivenciación e interiorización de éstos.

Cualquier actividad musical sirve de marco para desarrollar los procesos de audioper­cepción, no obstante se pueden planificar actividades específicas de percepción sonora que aborden conceptos, procedimientos y actitudes concretas.

La información resultante de los procesos de audiopercepción se convertirá en el ma­terial básico para la realización de las actividades de expresión musical. Las niñas y los niños de O a 6años disponen de tres grandes vías de expresión musical: la expresión vocal, la expresión instrumental y la expresión del movimiento. Por las características de esta Etapa, consi­deramos más conveniente hablar de juego vocal, juego instrumental y juego de movimiento.

La voz y el cuerpo constituirán los medios más elementales para la realización de las actividades musicales. De ahí que se deba favorecer la potenciación de todas las posibilidades que ambos nos ofrecen. La voz, como principal protagonista de los juegos vocales, y el cuerpo como instrumento sonoro en el juego instrumental, y como vehículo de expresión en el juego de movimientos.

Por último, es posible a lo largo de este período iniciar sencillos procesos de represtación musical gráfica que deben surgir como consecuencia de la necesidad de comunicarse musicalmente. En este ámbito, se debe respetar las diferentes formas empleadas por las niñas y los niños. Con ello se estarán dando los primeros pasos en la creación de los primeros códigos musicales no convencionales.

La posibilidad de que ante un mismo hecho sonoro se puedan desarrollar procesos de observación, expresión y representación supone vivenciar en su totalidad dicho hecho y potenciar su interiorización para ser utilizado posteriormente en otro contexto. Esto adquiere una especial relevancia, si se tiene en cuenta que con todo ello se están sentando las bases de los procesos y procedimientos más importantes de la Educación Musical.

En cualquier caso, no perdamos de vista que la actividad musical en esta Etapa deber ser ante todo y fundamentalmente, agradable y gratificante. Por lo tanto, hay que entenderla como un continuo juego a partir de contextos significativos y familiares para las niñas y los niños en el que podrán ir observando, descubriendo, manipulando y experimentando los ele. mentos musicales en sus diferentes manifestaciones.

En cuanto a los elementos de la música: ritmo, melodía, armonía.., la etapa de Educación Infantil centra su atención preferentemente en la sensibilización, vivenciación e ínteriorización del ritmo como la base a partir de la cual se desarrollarán el resto de los elementos musicales. La melodía, por su parte, adquiere una especial relevancia a partir de las actividades de canto y de otras que nos permiten jugar a interpretar lineas melódicas, descritas in­cluso por contornos de objetos, dibujos…

Objetivos de la Educación Musical.

Si analizamos uno a uno los diferentes objetivos generales que se pretenden desarro­llar a lo largo de la Educación Infantil (Decreto 197/1992, de 9 de junio, por el que se estable­cen las enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil en Andalucía, BOJA de 20 de junio de 1992), observaremos como en todos ellos se pueden encontrar elementos, procedi­mientos, actitudes y capacidades incluidas en la Educación Musical:

a) Desarrollar una autonomía progresiva en la realización de las actividades ha­bituales, por medio del conocimiento y dominio creciente del propio cuerpo, de la capacidad de asumir iniciativas y de la adquisición de los hábitos básicos de cuidado de la salud y el bienestar.

Este objetivo se aborda musicalmente a través de los procesos encaminados a poten­ciar el conocimiento, aceptación, cuidado, control y uso de la voz y el propio cuerpo en actividades vocales, instrumentales y de movimiento.

b) Ir formándose una imagen positiva de si mismo y construir su propia identidad a través del conocimiento y la valoración de las características personales y de las propias posibilidades y límites.

Como en el objetivo anterior, las capacidades incluidas en éste se desarrollan a través del descubrimiento y la utilización de la voz y el cuerpo en la realización de actividades musicales.

c) Establecer relaciones afectivas satisfactorias, expresando libremente los propios sentimientos, así como desarrollar actitudes de ayuda y colaboración mutua, y de respeto hacia las diferencias individuales.

Con la realización de actividades musicales se ofrece a las niñas y niños la posibilidad de expresar sus sensaciones, sentimientos, experiencias y vivencias. El canto, el juego instrumental, ­las sencillas danzas empleadas se consideran contextos adecuados donde se están potenciando la ayuda mutua y el respeto a las individualidades.

d) Establecer relaciones sociales en ámbitos cada vez más amplios, aprendiendo a articular progresivamente los intereses, puntos de vista y aportaciones propios con las de los demás.

Las relaciones de socialización se encuentran presentes en la realización de cualquier actividad musical. En ellas se favorecen los trabajos cooperativos que supongan aunar diferentes puntos de vista y opiniones, desde el respeto y la valoración de las mismas.

e) Conocer, valorar y respetar distintas formas de comportamiento y elaborar progresivamente criterios de actuación propios.

Los procesos de observación, manipulación, experimentación, comparación, clasificación, interpretación.., que se potencian a través de las diferentes actividades musicales permitirá a las niñas y los niños desarrollar las capacidades previstas en este objetivo.

f) Desarrollar la capacidad de representar de forma personal y creativa los distintos aspectos de la realidad vivida o imaginada y de expresarlos a través de las posibilidades sim­bólicas del juego y otras formas de representación y expresión habituales.

Los juegos musicales suponen un contexto adecuado para potenciar la creatividad. Del mismo modo, las situaciones de improvisación ofrecen a las niñas y los niños la posi­bilidad de utilizar las experiencias, sensaciones y vivencias propias. Todo ello se completa con las actividades de representación gráfica musical a través de códigos y propuestas realizadas por el alumnado.

g) Utilizar el lenguaje verbal de forma cada vez más adecuada a las diferentes situa­ciones de comunicación para comprender y ser comprendidos por los otros y para regular la actividad individual y grupal.

La explicación de las observaciones, las interpretaciones, las representaciones, y la realización de cualquier actividad musical implica el uso del lenguaje verbal con fines comu­nicativos. Por otra parte, las actividades vocales, tanto de interpretación como de creación elemental ofrecen un marco idóneo para potenciar el empleo del lenguaje verbal.

h) Observar y explorar su entorno inmediato, para ir conociendo y buscando inter­pretaciones de algunos de los fenómenos y hechos más significativos.

La audiopercepción potencia de manera especial los procesos de observación, explo­ración, descubrimiento… del entorno próximo, y facilita situaciones que permiten exponer y explicar lo observado.

i) Intervenir en la realidad inmediata cada vez más activamente y participar en la vida de su familia y de su comunidad.

Para ello, es necesario desarrollar actividades de valoración y respeto de la realidad sonora y musical próxima, favoreciendo la selección de las propuestas musicales que mejor responden a los intereses personales. También permitirá a la niña y al niño rechazar los sonidos desagradables y contribuir, en la medida de sus posibilidades, a no potenciarlos.

j) Participar y conocer algunas de las manifestaciones culturales y artísticas de suentorno, y desarrollar una actitud de interés y aprecio hacia la cultura andaluza y de valo­ración y respeto hacia la pluralidad cultural.

Las manifestaciones musicales constituyen un amplio campo de la oferta cultural y artística del entorno próximo. Se debe favorecer la utilización de esta oferta en la realización de las diferentes actividades musicales. En este sentido, ocuparán un destacado lugar las canciones, fragmentos instrumentales, danzas sencillas.., propios del Patrimonio Musical Andaluz.

Con esta aproximación a los objetivos generales de la Etapa, desde la Educación musical, queda manifiesta la presencia e importancia de esta materia a lo largo del período 0-6 años.

A tenor de lo expuesto, se proponen como objetivos generales de la Educación Musical en la Etapa de Infantil los siguientes:

a. Comprender las posibilidades del sonido como elemento de representación personal y autónoma, y aprender a utilizarlas.

b. Aplicar sus conocimientos musicales a la observación de las caracterísitcas más significativas de las situaciones y objetos de la realidad cotidiana.

c. Utilizar el conocimiento de los elementos musicales básicos en el análisis de las realizaciones musicales propias y ajenas.

d. Expresarse y comunicarse produciendo mensajes diversos utilizando para ello los códigos y formas básicas del lenguaje musical, así como sus técnicas específicas.

e. Desarrollar actividades musicales de forma cooperativa que suponga papeles diferenciados y complementarios en el desarrollo del proceso.

f. Explorar materiales e instrumentos musicales para conocer sus propiedades de utilización con fines expresivos, comunicativos y lúdicos.

g. Utilizar el propio cuerpo como medio de representación y comunicación musical.

h. Conocer los medios en los que opera el sonido y los contextos en que se desarro­llan, siendo capaces de apreciar críticamente los elementos de interés expresivo estético.

i. Tener confianza en las elaboraciones musicales propias, disfrutar con su realiza­ción y apreciar su contribución al goce y al bienestar personal.

j. Conocer y respetar las principales manifestaciones musicales de la propia Comunidad Autónoma, así como algunas de las producciones más destacadas del patrimonio musical español.

Por otra parte, si bien la Educación Musical tiene entidad por sí misma en el periodo 0-6 años, es importante constatar el papel que sus actividades desempeñan como apoyo al tratamiento y desarrollo de otras materias. Esto es aún más significativo si se tiene en cuenta el tratamiento global de la formación de las niñas y los niños en esta Etapa.

Como ejemplo señalaremos que a través de las canciones podemos abordar aspectos propios del lenguaje; sus temas, en muchos casos, hacen referencia a aspectos y elementos del medio social y natural: su interpretación acompañada de movimientos en el espacio se relaciona con la Educación Física; su representación corporal tiene que ver con la dramatización; su representación gráfica permite la utilización de la Plástica…

Contenidos de la Educación Musical.

A la vista de todo lo expuesto, los contenidos de la Educación Musical en la Etapa Infantil se presentan en tres grandes bloques perfectamente relacionados entre sí:

a) Bloque de Audiopercepción.

b) Bloque de Expresión Musical.

c) Bloque de Representación Musical.

El Bloque de Audiopercepción, al que se ha hecho referencia anteriormente, aborda los procesos de recepción de información sonora. Su principal objeto de estu­dio lo constituye el sonido y el silencio, como elementos musicales, a partir del entorno sono­ro.

El Bloque de Expresión Musical se ocupa del conocimiento y la potenciación de las tres grandes vías de expresión de la música: vocal, instrumental y de movimiento. O lo que es lo mismo, se ocupa de ofrecer los medios adecuados para utilizar la información sonora y musical que se ha adquirido.

La voz constituye el principal y más importante instrumento del ser humano. Des­de edades muy tempranas, y como consecuencia de los procesos de observación, imitación y reproducción la voz es utilizada con fines expresivos y comunicativos. En el período O­-6 años se deben ofrecer a las niñas y los niños contextos y situaciones que permitan su em­pleo, favoreciendo de esta forma el descubrimiento de sus múltiples posibilidades, su conocimiento y el desarrollo de actitudes de aceptación, respeto y valoración de la propia voz.

Con la voz podrán expresar y comunicar sus sentimientos, sensaciones y vivencias, y comprender los manifestados por otras personas. Asimismo, podrán jugar con las palabras y con las frases, podrán experimentar con distintos timbres, intensidades, duraciones y altu­ras, y podrán imitar, reproducir e interpretar los sonidos más variados producidos por dife­rentes fuentes sonoras. Pero si todo ello es importante, capitulo aparte merece la utilización de la voz en las actividades de canto.

En esta etapa, se debe potenciar que TODAS las niñas y TODOS los niños canten, que disfruten haciéndolo, que sientan cómo al abrir su boca para cantar se abre al mismo tiempo la puerta de un maravilloso mundo de sensaciones que le permiten expresar aquello que, quizás, no seria capaces de decir hablando, favoreciendo de esta forma la propia autoestlima, el respeto hacia los demás y las relaciones de socialización.

A partir de estas actividades de canto, el profesor o la profesora fomentarán progresi­vamente el cuidado e higiene de la voz, la mejora de la respiración y la vocalización, y la colocación correcta del cuerpo como elementos básicos para mejorar la interpretación vocal. Esto implica, a su vez, la adecuada selección de las obras y su correspondiente adaptación a las características de las alumnas y alumnos que las van a interpretar.

Por todo ello, la canción adquiere un especial protagonismo en esta etapa.

Otra de las grandes vías de expresión musical son los instrumentos. Cuando habla­mos de instrumentos inmediatamente pensarnos en aquellos que tradicionalmente conocemos. Sin embargo, el instrumento que inicialmente debe centrar nuestra atención en este período es el propio cuerpo.

El cuerpo encierra posibilidades sonoras, dependiendo de la parte del mismo que se decida utilizar. Los principales instrumentos que el cuerpo aporta, sin considerar la voz pues­to que ya se le dedica una atención específica, son cuatro: palmas, rodillas, pies, y pitos. De todos ellos las palmas serán el instrumento más usual, por su facilidad de utilización desde el punto de vista técnico. Posteriormente, emplearemos las rodillas y los pies, quedando por tanto los pitos para cuando las niñas y los niños hayan adquirido la técnica adecuada para obtener sonido de ellos.

El otro gran grupo de instrumentos, en esta etapa, se comienza a configurar cuando se propone la manipulación de los objetos del entorno y descubren que a partir de la acción sobre ellos se pueden obtener sonidos. Así, una silla, una mesa, un bote, una caja… ofrecen un maravilloso mundo de nuevos sonidos y posibilidades sonoras. La experimentación con dichos objetos, determinará la utilización de diferentes recursos técnicos para la obtención de sonidos de la mayor calidad. Este grupo guarda una estrecha relación con los denominados instrumentos rudimentarios: chapas, conchas, cañas, piedras…

Paralelamente a los anteriores, las niñas y los niños irán tomando contacto con los instrumentos de pequeña percusión de sonido indeterminado: cajas chinas, triángulos, maracas… Sus variados timbres, unido a su fácil manejo, permitirán su utilización en el desarrollo de sencillos juegos rítmicos y en acompañamiento de las canciones habituales en cIase.

En los último años de la etapa se podrán emplear los instrumentos de pequeña percusión de sonido determinado, fundamentalmente los llamados instrumentos de placa: xilófonos, metalófonos y carrillones, sobre todo para representar elementos de la naturaleza como el viento, el agua, la lluvia.., o personajes de historias y cuentos.

La expresión del movimiento constituye la tercera de las vías de expresión musical. A través de ella, las niñas y los niños podrán descubrir las posibilidades de movimiento de cada una de las partes de su propio cuerpo.

La tensión y relajación, los desplazamientos en el espacio, la adaptación de los movi­mientos a un ritmo dado y el progresivo control de todo ello, serán algunos de los principales procesos a desarrollar en el periodo 0-6 años.

El acompañamiento gestual de las canciones, así como la realización de pequeños movimientos organizados en el marco de dichas canciones, a partir de la posición de círculo, o de movimientos libres en el espacio, ocuparán también un lugar destacado en el tratamiento de este medio de expresión. De esta forma, las niñas y los niños podrán completar la visión global de cualquier elemento o manifestación musical que iniciaron con la voz y los ins­trumentos.

Por último, la realización de algunas danzas muy sencillas servirán para potenciar aún más los procesos desarrollados y a la vivencia ritmica, y la relación con los demás.

En cuanto al Bloque de Representación Musical, se centra en la utilización de dife­rentes recursos que permitan la representación gráfica de los parámetros del sonido, los ele­mentos de la música, y las sensaciones que una obra puede despertar en nosotros.

Los juegos de representación permitirá a las niñas y a los niños crear sus primeros mensajes musicales. Inicialmente cada cual establecerá un código propio, pero como conse­cuencia de las situaciones comunicativas que se generen, se podrá ir consensuando un código válido para el grupo. De ahí a la introducción del código convencional hay sólo un paso, que surge de la necesidad de descubrir y comprender otras formas y mensajes diferentes.

En cualquier caso, la incorporación del código convencional debe plantearse progre­sivamente y a partir de situaciones de juego. Asimismo, la utilización del código no debe condicionar la realización de actividades musicales, sino potenciar sus posibilidades.

Este bloque de representación favorecerá el desarrollo de situaciones y procesos sencilIos de análisis, más concretamente y en el marco de las edades que nos ocupan, de “análisis sensible”. A través de él las niñas y los niños podrán expresar sus opiniones sobre los elementos y actividades musicales, como consecuencia de la observación, comparación, experimen­tación y valoración de los mismos.

La metodología.

Los principios metodológicos básicos sobre los que se asienta el tratamiento de la Educación Musical en la Etapa de Infantil son los siguientes:

1. Tratamiento de cada concepto musical desde latotalidadde los bloques de cante­nidos de la educación musical: en el estudio de cada concepto se deben ofrecer situaciones de observación, expresión vocal, expresión del movimiento y representación del mismo. Esto garantiza una visión global y completa, aumenta su nivel de vivenciación e interiorización, y genera un mayor número de posibilidades de utilización en actividades musicales.

2. Utilización de una sin tesis de las principales metodología musicales: más que una única metodología, es recomendable seleccionar aquellos aspectos, recursos y principios de las diferentes metodologías musicales que mejor se adapten a nuestras posibilidades y a las características del grupo de alumnas y alumnos con el que se trabaje.

3. El entorno sonoro como principal fuente de información: este principio nos per­mite partir de situaciones y contextos familiares próximos a la realidad cotidiana. Al mismo tiempo, su riqueza favorece la realización de actividades de observación, que potencian la sensibilización de la percepción, en general, y posibilita el desarrollo de otras actividades de expresión y representación sonora y musical.

4. Aprovechamiento de la oferta musical de la sociedad, destacando el folklore propio: no podemos permanecer ajenos a la oferta musical que nos hace la sociedad en la cual vivimos. El aprovechamiento de las distintas manifestaciones que nos llegan a través de los diferentes medios de comunicación, o incluso en directo, debe ser alto habitual en el desarrollo de las actividades musicales. En este sentido, la utilización del folkore propio nos permitirá partir de situaciones muy próximas a las niñas y a los niños, y favorecerá el respeto y la valoración del patrimonio musical propio.

5. Relaciones con el resto de materias artísticas: la relación con materias como la Educación Plástica y Visual, o la Dramatización, ofrecen una impresionante cantidad de re­cursos que contribuyen a desarrollar una visión más completa de las manifestaciones sonoras y musicales, y permitirá situaciones distintas de observación, expresión y representación.

6. Relaciones con los diferentes lenguajes: partiendo de la relación con los len­guajes artísticos, es conveniente y necesario potenciar las actividades globales donde la utili­zación de diferentes lenguajes sea algo habitual. En este sentido, la relación con la lengua adquiere una especial relevancia, sobre todo en el campo de la expresión vocal.

7. E/juego como base de/ desarrollo de las actividades: el tratamiento de la Educación ­Musical en esta Etapa debe ser eminentemente lúdico. De esta perspectiva, se debe potenciar el goce, el disfrute, el divertimento…, en la realización de las actividades musicales que serán entendidas como juegos habituales en clase.

8. Vivenciación e interiorización de los contenidos: de la potenciación de la viven­ciación e interiorización de los contenidos dependerá su mejor comprensión y, consecuentemente, su utilización en la realización de actividades de expresión y representación musical. Asimismo, a partir de ello se favorece el desarrollo de nuevos procesos de percepción.

9. Carácter cíclico de los contenidos: aunque este principio se enuncia en la fundamentación general de la etapa, no por ello se debe obviar en el tratamiento de la Educación Musical. Partir de las experiencias, vivencias y conocimientos propios, así como de los contenidos tratados con anterioridad, debe preceder a la presentación de cualquier nuevo contenido. Ello implica un cuidado especial en la secuenciación de los mismos por parte de la profesora o el profesor.

10. Desarrollo del “saber percibir”, para “saber hacer” y “saber ana/izar”: este principio constituye la base del tratamiento metodológico. Y consecuentemente de la realización de las actividades musicales. Cualquier actividad debe incluir situaciones de percepción, de información sonora o musical, así como contextos que permitan la utilización y aplicación de dicha información, y por último, sur análisis y representación. A partir de los resultados obtenidos, se podrán mejorar el desarrollo de nuevos procesos de percepción expresión representación musical.

Los Criterios de Evaluación.

Teniendo en cuenta las consideraciones que sobre la evaluación se hacen a nivel gene­ral para la Educación Infantil, se proponen a modo de orientación los siguientes criterios de evaluación a partir dc los objetivos expuestos para la etapa:

1. Se debe constatar cómo las niñas y los niños utilizan las posibilidades expresivas del sonido y el cuerpo para la expresión de ideas, sentimientos y vivencias.

2. Se evaluará la utilización que se hace de las diferentes formas básicas de represen­tación del lenguaje musical, así como el uso de sus técnicas específicas en la elaboración de sencillos mensajes que les permitirán expresarse y comunicarse.

3. Se comprobará el progreso de las niñas y los niños para la utilización de materiales e instrumentos musicales con fines expresivos, comunicativos y lúdicos en distintos contextos y situaciones.

4. Se valorará el nivel desarrollado en la utilización de la voz y el cuerpo, en la reali­zación de actividades musicales de dificultad progresiva. Así como la apreciación y valora­ción del propio cuerpo desde su importancia en el equilibrio personal y su contribución a los procesos de expresión y comunicación.

5. Se constatará el nivel de conocimiento y aplicación de los conocimientos mu­sicales de las niñas y los niños en la identificación de las características más significativas de situaciones y objetos de la realidad cotidiana.

6. Se comprobarán los progresos desarrollados en el análisis de las produicciones musicales propias y ajenas a partir de las propias experiencias y conocimientos acerca de los elementos musicales.

7. Se debe evaluar los progresos alcanzados en la identificación de los elementos básicos de los mensajes musicales.

8. Se valorará la disposición de las niñas y los niños de cara a la realización de acti­vidades grupales, asumiendo las funciones que se les asignen para el desarrollo de la producción.

9. Se observará el disfrute y goce de las niñas y los niños en la realización de actividades musicales, así como la confianza que adquieren en las mismas y la valoración que les merece.

10. Se evaluará la apreciación, respeto y valoración acerca de las manifestaciones musicales más significativas de la propia Comunidad Autónoma.

2- EL DESCUBRIMIENTO DEL SONIDO Y DEL SILENCIO.

Vivimos en un mundo en el que el sonido adquiere la condición de ser uno de sus princidpales protagonistas. Los sonidos nos envuelven, nos rodean, forman parte indispensable de nuestra realidad diaria. En la casa, en el colegio, en la calle, en el campo… los sonidos siempre están presentes. Son capaces de definir situaciones, contextos, escenas, sensaciones, espacios, épocas y resaltar personajes y elementos característicos de éstas. Pueden crear momentos de tensión o de relajación, de alegría o de tristeza, de guerra o de paz, de bullicio o tranquilidad…. incluso pueden evocar recuerdos y sensaciones vivdas.

Cuando los sonidos los consideramos desagradables, hablamos de ruidos. Nuestra vida cotidiana está repleta de ellos, de su presencia descontrolada y contaminante, y es im­portante defendernos de su negativa incidencia y contriburir a su eliminación.

Nuestro cuerpo también produce multitud de runidos, unas veces de forma consciente y otras de forma inconsciente. Del mismo modo, los objetos que nos rodean son productores de sonidos, fundamentalmente cuando actuamos sobre ellos.

Pero si el sonido es importante, no lo son menos los parámetros que lo constituyen:

1. El timbre nos permite, a través de los armónicos que constituyen los sonidos, recono­cer las fuentes productoras de los sonidos que escuchamos.

2. La intensidad determina el volu­men con el que se presentan los sonidos (depende de la energía de la onda sonora), estable­ciendo si son fuertes, suaves…

3. La duración nos permite diferenciar por el tiempo de pro­ducción unos sonidos de otros, y reconocer si éste es más largo o más corto que aquél.

4. La altura, relacionada con la frecuencia en la que se emiten los sonidos (las frecuencias sen­sibles al oído humano son las comprendidas entre 30 y 20.000 hertz), será el parámetro que ofrecerá la posibilidad de comparar los sonidos y afirmar si tino es más agudo o más grave que otro.

El tratamiento de dichos parámetro constituye la base de gran parte de los conceptos fundamentales de la Música. Así, el juego con el timbre de los sonidos será la antesala del estudio del timbre de las voces y de los instrumentos y sus correspondientes clasificaciones. El reconocimiento de las intensidades de los sonidos se considera el paso previo para la utilización posterior de términos como forte, piano.. y los reguladores de sonido. Del mismo mo­do, las actividades que tengan como protagonista el juego con las duraciones de los sonidos, permitirá a la niña yal niño adentrarse en lo que más tarde se convertirá en las figuras musi­cales. Por último, el juego con las alturas de los sonidos dará paso progresivamente a la apari­ción de las notas musicales.

Junto al sonido, también ocupará un lugar destacado en esta etapa la toma de con­tacto con otro de los grandes hechos musicales “la ausencia del sonido”, o lo que es lo mismo, el silencio. Su progresivo tratamiento descubrirá una serie de posibilidades distintas en la realización vivenciación e ínteriorización de las actividades musicales desarrollará actitudes de disposición a la escucha y potenciará la valoración de los propios sonidos.

El tratamiento del sonido y el silencio encuentran su frente de información en el entorno sonoro. En él se ofrecen los más diversos ejemplos de ruidos, sonidos y silencio, de timbres, de intensidades, de duración y alturas. Todos estos componentes del entorno se sitúan en diferentes paisajes sonoros característicos de distintos ambientes, y espacios. De esta forma, podremos observar cómo una serie determinada de sonidos nos informan sobre si el lugar donde se producen es una zona urbana o rural, es la calle o el intenor de una casa, etc.

De todo lo expuesto se deduce que el sonido y el silencio deben considerarse como dos de los principales objetos de estudio de la Educación Musical en la Etapa Infantil.

3- CARACTERÍSTICAS Y CRITERIOS DE SELECCIÓN DE LAS ACTIVIDADES MUSICALES

Como principales características de las actividades musicales señalamos:

• Llamativas por el tema que trata o la acción a realizar.

• Sencillez, en la organización y el desarrollo.

• Desarrollo en forma de juego.

• Flexibilidad de cara a su realización.

• Gratificantes.

• Adaptadas a las necesidades de conocimiento y de relación de estas edades.

• Potenciadoras de capacidades.

• Que permitan la observación, expresión y representación musical.

Los criterios que determinan la selección de las actividades serian:

• La edad de las niñas y los niños para quienes se selecciona la actividad.

• La relación entre los contenidos que aborda la actividad y los que ya se poseen.

• Que respondan a los intereses de las niñas y los niños.

• Las capacidades que desarrollan.

• Que reúnan las características enunciadas para las actividades musicales.

Las actividades musicales, atendiendo a las capacidades que desarrollan y a los blo­ques de contenidos de los que se ocupan, se pueden clasificar en tres grandes grupos:

a. Actividades de Audiopercepción.

b. Actividades de Expresión.

c. Actividades de Representación.

Actividades de Audiopercepción.

Estas actividades se ocupan de potenciar todas aquellas capacidades que permiten el desarrollo de la audiopercepción. Atendiendo al canal de recepción de la información que favorezcan podrán ser de:

1. Percepción Auditiva.

2. Percepción Visual.

3. Percepción Sensorial-Tactil.

También se podrían agrupar atendiendo a los procedimientos que se utilizan en su realización: observación, reconocimiento, comparación, diferenciación, manipulación, experimentación …; sin embargo, esto seria aplicable a cada uno de los apartados de la anterior división y supondría ramificar en exceso la visión de las mismas.

Como ejemplo de este tipo de actividades auditivas se proponen la identificación de fuentes sonoras; la comparación de pares de sonidos atendiendo a su intensidad, duración o altura; la creación de pequeñas historias sonoras; o el reconocimiento de instrumentos habituales en clase, entre otras muchas actividades.

Asimismo, entre otras actividades de percepción visual-sonora se puede ofrecer a las niños la posibilidad de colocar los sonidos correspondientes a una accion concreta que ven, pero a la cual se le ha quitado su sonido original, por ejemplo, golpear con un martillo una pared. Se le pueden asignar sonidos a la línea que describe una montaña o un objeto…

Sentir con nuestros dedos las vibraciones producidas por un instrumento; comparar, con los oídos tapados, la diferencia de sensaciones que percibimos dependiendo de que se produzcan sonidos fuertes o suaves; o reconocer una breve secuencia rítmica interpretada con los dedos por una compañera o compañero de clase, son algunos ejemplos de actividades de percepción sensorial-tactil.

Actividades de Expresión.

Con ellas se potencia la expresión musical en sus diferentes manifestaciones:

1. Expresión Vocal.

2. Expresión Instrumental.

3. Expresión del Movimiento.

Constituyen la base para la vivenciación e inteniorización musical y los mejores contextos en los que aplicar los conocimientos y experiencias musicales adquiridos. Su rea­lización permite potenciar todas las capacidades musicales a desarrollar a lo largo de esta etapa.

Dentro de las actividades de expresión vocal se deben desarrollar juegos con las pala­bras, frases, trabalenguas, adivinanzas, etc., en base a los parámetros del sonido. De igual modo las imitaciones y reproducciones de sonidos de nuestro entorno, y la interpretación individual y grupal de un variado repertorio de canciones, serán habituales en clase.

El juego instrumental con instrumentos naturales, objetos del entorno y de pequeña percusión, el acompañamiento de las canciones utilizadas en clase, o la ambientación sen­cilla de historias y cuentos, constituyen algunos ejemplos de las actividades instrumenta­les en esta etapa.

Las actividades de exploración del espacio, adaptación de los movimientos corpora­les al ritmo de una melodía que escuchamos, el acompañamiento gestual de las canciones, o la interpretación de sencillas danzas, son algunos ejemplos de la expresión musical con movimiento.

Actividades de Representación.

Este grupo de actividades lo constituyen todas aquellas que se refieren al ámbito de le representación gráfico-plástica de la Música y de sus elementos. Por un lado, suponen un marco adecuado en el que poder plasmar el grado de comprensión de los sonidos y sus parámetros, así como otros aspectos relacionados con las sensaciones e impresiones que sugieren las distintas manifestaciones musicales; por otro, permiten a las niñas y los niños tomar contacto con los primeros códigos de comunicación musical.

Como ejemplos de estas actividades encontramos la representación gráfica de diferentes sonidos, la realización de dibujos que expresan lo que nos sugiere una melodía, o la expresión de pequeños mensajes sonoros.

La canción.

Por sus características, podemos considerar la canción como la principal actividad musical en la etapa 0-6 años. En ella se manifiestan los diferentes elementos musicales: ritmo, melodía y armonía. A partir de ella se pueden tratar cualquiera de los contenidos establecidos para estas edades y desarrolla la observación, expresión y representación musical, como base de las capacidades a desarrollar.

Su variedad de formas y manifestaciones, junto a la adaptabilidad a distintos niveles de dificultad y contextos, unida a la diversidad de temas que pueden abordar, y la riqueza interpretativa que puede ofrecer, determina que su tratamiento ocupe un lugar destacado en la planificación musical.

Atendiendo a su origen las canciones se pueden clasificar en:

a) Infantiles.

b) Populares.

e) Modernas.

d) Didácticas.

Desde el punto de vista de su interpretación podemos hablar de canciones:

a) Gesticuladas.

b) Con acompañamiento instrumental.

e) Con movimientos en el espacio.

La selección de las canciones debe cuidarse de manera especial por el profesorado, de ella dependerá el desarrollo de las actividades que se pretenden realizar y los resultados que de éstas se obtengan. Como principales criterios a tener en cuenta en el proceso de selec­ción destacaremos:

a) Tema: debe ser atractivo y sugerente, y que responda a los intereses del niño y la niña. Conexionado con su realidad, su cultura y, en definitiva, con su entorno. Igualmente estará relacionado con los temas que habitualmente se trabajen en clase en el resto de las materias.

b) Vocabulario: adaptado a la edad de los niños y las niñas para quienes se selecciona. Es importante que el texto incluya la repetición de frases, retahílas, trabalenguas, onomatopeyas… Inicialmente es aconsejable que tenga pocas frases, lo cual permite su rápida memorización.

c) Ritmo: con fórmulas rítmicas adecuadas a las posibilidades de las niñas y los ni­ños de la etapa. Fundamentalmente en compás binario, si bien dependiendo del entorno, se irán utilizando progresivamente otras de compás ternario. Es conveniente que en un principio se basen en la cuadratura rítmica (de ocho compases). En cuanto a las figuras a utili­zar, se debe comenzar con blancas y negras para las primeras edades de tal manera que progresivamente se podrán introducir los pares de corcheas, la negra con puntillo y las semicorcheas.

d) Melodía: adecuada a la tesitura del grupo que las van a interpretar. De ámbito melódico reducido y sin grandes intervalos. Se aconseja inicialmente que partan de dos sonido, en intervalo de tercera menor (ejemplo: sol-mi), para progresivamente ir ampliándose,la-sol-mi,la-sol-mi-do, la-sol-mi-re-do, DO-la-sol-mi-re-do, DO-si-la-sol-mi-re-do. Se suele generalizar diciendo que a los tres años las canciones podran comenzar con tres sonidos (la-sol-mi); para los cuatro años nos encontraremos con el hecho de que algunas niñas y algunos niños llegarán hasta el “Do” agudo; y a los cinco abarcar la extensión que comprende desde el “la” grave al “DO” agudo. Sin embargo, la práctica nos demostrará que esto es algo que dependerá en gran medida de las circunstancias y experiencias de cada alumna y alumno.

e) Posibilidades interpretativas: cualquier canción es susceptible de ser interpreta­da de muy diversas formas. Sin embargo, hay canciones que por sus características se prestan a ser acompañadas instrumentalmente, gestualmente, o a ser interpretadas con movimientos en el espacio. Consecuentemente, habrá que tener en cuenta todas las posibilidades que nos ofrece una canción en función de las necesidades del grupo.

No obstante, y a pesar de lo dicho, todo ello dependerá a su vez del nivel de aceptación de la canción seleccionada por parte de las niñas y los niños. Si ésta no es bien recibida, es recomendable posponer su montaje y tratamiento para otro momento. De esta forma evita­remos situaciones conflictivas, de desgana y de tensión que crearán una disposición negativa de cara a la canción e impedirán su normal desarrollo. No olvidemos que la actividad de canto debe ser ante todo gratificante, y que por lo tanto las niñas y los niños deben disfrutar y gozar con la interpretación de las canciones.

Una vez que hemos seleccionado la canción que queremos interpretar, el siguiente paso a realizar se centra en el montaje de la misma. Es decir, los pasos que debemos dar para la enseñanza-aprendizaje de la canción. Serían:

1. Juegos preliminares con la voz y el propio cuerpo, con elementos del ritmo de la cancion.

2. Juegos a partir de los parámetros del sonido con el texto de la canción. Progresiva­mente primero con una palabra o con una frase, después con la siguiente y así sucesivamente hasta completar el texto.

3. Presentación, en forma de eco, del ritmo de la canción sobre la base del texto. Es decir, asignando al texto el ritmo que tendrá en la canción.

4. Presentación en forma de eco de la melodía, frase por frase, como se hizo con el texto, hasta completarla.

5. Interpretación de la canción.

Este proceso de montaje debe ser dinámico y atractivo para las niñas y los niños. Con tal fin, se pueden utilizar como elementos de apoyo partituras visuales de la letra, gestos, movimientos y otros recursos que faciliten la memorización del texto, del ritmo y de la melodía.

En cuanto a la interpretación de las canciones, ésta debe hacerse al unísono, es decir, tedo el grupo cantará lo mismo y de la misma forma. La variedad interpretativa la encontraremos en la utilización de algunos matices y el acompañamiento instrumental, gestual y de movimiento que se decida emplear.

4- LOS RECURSOS DIDÁCTICOS.

Si hay un recurso didáctico que pueda ser considerado como indispensable en la Educación Musical en la etapa Infantil, éste es sin duda alguna la imitación.

El montaje de las canciones, la realización de juegos rítmicos, los juegos instrumentales y de movimiento, se desarrollan a partir de la observación que hacen la niña y el niño de los mismos y su correspondiente imitación.

La imitación implica un proceso de observación de aquello que se desea imitar, su comprensión y su reproducción. Por lo tanto se deben cuidar los modelos que se presenten puesto que dependiendo de su correcta y adecuada exposición se obtendrán unos resultados u otros. Con la imitación se estará favoreciendo el desarrollo de actitudes de atención tan importantes para la realización de las actividades musicales.

Por otra parte, en esta etapa debemos partir de la base de que cualquier otro objeto, contexto, situación… puede convertirse en un momento dado en un magnífico recurso diddáctico en el campo de la Educación Musical.

El espacio donde se desarrollen las actividades, los agrupamientos elegidos y el tiempo empleado en la realización de las mismas son los primeros recursos a tener en cuenta, pero esto es aplicable a cualquier materia.

Asimismo, los principios metodológicos que sustentan el tratamiento de la Educación Musical en este periodo, antes expuestos, deben considerarse como tales recursos didác­ticos. No obstante, y como quiera que es necesario concretar algunos de ellos, de cara a la planificación y programación de las actividades musicales presentamos una sencilla clasifi­cación de aquellos que pueden ser considerados más usuales. Atendiendo a su naturaleza se pueden establecer dos grandes grupos:

a) Recursos Didácticos Musicales.

b) Recursos Didácticos Extramusicales.

Recursos Didácticos Musicales.

En la Etapa Infantil diversos contenidos adquieren la categoría de recursos musica­les. De entre todos ellos los más utilizados son:

a) El Pulso: determinado por cada uno de los tiempos de los compases simples: 2. 3 y 4.

b) El Acento: la interpretación de los tiempos fuertes de cada uno de dichos com­pases.

e) El Obstinato: consiste en la repetición constante de una o más fórmulas rítmicas o melódicas.

d) El Eco: consiste en la repetición exacta de una propuesta previamente presentada.

e) Los Parámetros del sonido: el timbre, la intensidad, la duración y la altura de los sonidos, permiten la realización de juegos y variaciones en la interpretación musical.

f) El Lied: forma elemental cuya estructura en tres partes responden al esquema A-B-A.

Las actividades de eco, recurso basado en la imitación, constituirán el núcleo inicial del que se generen gran número de las actividades a realizar.

Los parámetros del sonido permitirán las primeras variaciones en las interpretaciones de canciones, así como de los juegos instrumentales y de movimiento.

Por su parte, el pulso, el acento y el obstinato ofrecerán las primeras y más sencillas posibilidades de acompañamiento instrumental y de movimiento.

El lied nos permitirá dar a nuestras interpretaciones vocales, instrumentales y de movimiento, una estructura básica e incluso a partir de ella se podrán combinar los diferentes medios de expresión.

Junto a estos recursos, se ofrecen una serie de contextos que por sus características reúnen las condiciones necesarias para el tratamiento de los diferentes contenidos y el desarrollo de las capacidades expuestas para el periodo 0-6 años. Así, una canción, una audición, ­una danza, una partitura visual, se constituyen en punto de partida de actividades musicales.

Recursos Didácticos Extramusicales.

Se consideran Recursos Didácticos Extramusicales diferentes contextos comunica­tivos que favorecen la realización de actividades musicales. Estos se encuentran muy pró­ximos a la realidad diaria y a los intereses de los niños y las niñas, y forman parte de las actividades habituales en estas edades. Entre ellos destacan:

a) Los cuentos.

b) Representaciones plásticas.

c) Dramatizaciones.

d) Medios de Comunicación audiovisual.

e) Prensa, revistas,…

f) Poesías.

g) Acciones y escenas de la vida cotidiana, etc.

La utilización de un cuento, por ejemplo, nos permite la aplicación de los conoci­mientos, vivencias y experiencias de las niñas y los niños. A nivel de expresión vocal, en la narración de la historia o la reproducción de alguna de las partes del texto; de expresión instrumental con el uso de diferentes instrumentos para crear ambiente, imitar elementos de la naturaleza o reconocer a los personajes; y de expresión del movimiento, con la dra­matización del cuento o la incorporación de alguna sencilla danza en su desarrollo.

Los medios audiovisuales nos permiten proponer distintas actividades de observa­ción y reconocimiento de los elementos musicales que en ellos aparecen.

De igual modo, una poesía nos permite jugar rítmicamente con las palabras o frases que ésta incluye o también intentar crear una pequeña canción a partir de un fragmento significativo y llamativo de la misma.

Los materiales como recursos didácticos.

El conjunto de materiales a utilizar en la realización de las actividades son considera­dos también como recursos didácticos. Sin embargo, es necesario destacar cómo algunos de estos materiales adquieren una especial relevancia. Así, por ejemplo, las cartulinas de colores, tamaño octavilla serán elementos indispensables en las actividades de percepción sobre todo cuando la niña o el niño no saben aún escribir.

Imaginemos que queremos comparar pares de sonidos atendiendo a su intensidad. Repartiremos a cada niña y niño una cartulina roja y otra blanca. Si el primer sonido es más fuerte que el segundo, levantarán las cartulina roja, y si por el contrario es el segundo más fuerte que el primero levantarán la cartulina blanca. El mismo proceso se puede seguir para la duración de pares de sonidos. De esta forma, con las cartulinas conseguiremos respuestas inmediatas y además una evaluación visual de los resultados.

Otro ejemplo lo encontramos en la utilización de globos en las actividades musicales. Aunque por sí mismos son atrayentes y llamativos, más lo serán cuando además con ellos podemos acompañar una melodía interpretando el pulso y el acento de la misma según se indique. Esto permitirá a las niñas y a los niños sentir ambos elementos, pero además les permitirá verlos, puesto que pueden observar el movimiento de los globos. Del mismo modo cuando pasamos el dedo por los globos obtenemos sonidos. A partir de ese momento el globo es un maravilloso instrumento.

Por otro lado, la utilización de diferentes tipos de papel (seda, celofán, cartulina…) nos permite la realización de actividades de observación y experimentación sonora, a partir de su manipulación. Pero es más, nos ofrece la posibilidad de aplicar diferentes técnicas para la obtención de sonidos (sacudir, rasgar, golpear, frotar,…), y con ellos, y teniendo en cuenta sus distintos timbres, podemos llegar incluso a formar un sencillo conjunto instrumental.

Como estos, otros muchos materiales aportan un gran número de posibilidades para el desarrollo de las actividades musicales. Sólo es necesario descubrirlas, y con un poco de imaginación adaptarlas y rentabilizarlas.

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