Tema 16 – La organización de los espacios y del tiempo. Criterios para una adecuada distribución y organización especial y temporal. Ritmos y rutinas cotidianas. La evaluación de los espacios y del tiempo.

Tema 16 – La organización de los espacios y del tiempo. Criterios para una adecuada distribución y organización especial y temporal. Ritmos y rutinas cotidianas. La evaluación de los espacios y del tiempo.

0. INTRODUCCIÓN

1. LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESPACIOS Y EL TIEMPO

1.1. Espacios educativos: interiores y exteriores.

1.2. Organización del tiempo.

2.CRITERIOS PARA UNA ADECUADA DISTRIBUCIÓN Y ORGANIZACIÓN ESPACIAL Y TEMPORAL.

2.0. Introducción.

2.1. Criterios para la distribución espacial.

2.2. Criterios para la distribución temporal.

3. RITMOS Y RUTINAS COTIDIANAS.

4. LA EVALUACIÓN DE LOS ESPACIOS Y DEL TIEMPO.

5. BIBLIOGRAFÍA.

– M.E.C. “Orientaciones Didácticas” Cajas Rojas de Educación Infantil.

– Martínez, D.: “Organización del Aula” Educación Preescolar, Santillana, 1986.

– Lovelade, M.: “El proyecto curricular del 2º ciclo de E.I.”. Escuela Española, 1992, Madrid.

– Trueba, B.: “Talleres integrales en E.I.” Editorial la Torre. Madrid. 1989.

0. INTRODUCCIÓN.

Espacio y tiempo son dos factores que condicionan el medio. Ayudar al niño a conocer y dominar ambos elementos es una de las principales funciones educativas de la escuela.

En el espacio adquieren importancia tendencias del niño a la curiosidad, exploración, experimentación, etc.: en el tiempo cobran especial interés los fenómenos vitales, naturales, la observación de lo que acontece, la recogida de datos, el análisis, la descripción, etc.

Según Piaget en “El nacimiento de la inteligencia de los niños” afirma: “el espacio y el tiempo son dos esquemas básicos sobre los que se desarrolla la inteligencia”.

En la intervención educativa son básicos dos aspectos: -el espacio y -el tiempo; además constituyen objeto de aprendizaje y a la vez recurso didáctico.

La organización de estos aspectos respecto a una posición pedagógica determinada que debe tomar el equipo decente de un centro.

1. LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESPACIOS Y EL TIEMPO.

El ambiente es un elemento educativo de primer orden. El educador organiza el espacio y el tiempo para ayudar a los niños a desarrollarse y aprender. Es necesario planificar y organizar el espacio con intencionalidad, lejos de la improvisación y de los cambios externos.

Esta tarea es responsabilidad del equipo docente, pero se debe fomentar la participación de padres y adultos.

El criterio no es único, será más adecuado aquel que más favorezca las capacidades del niño.

En la organización del tiempo se debe evitar la excesiva rigidez. Se deben considerar: períodos de actividad, descanso, comer, ir al baño, pero siempre de forma flexible, para que los niños no adquieran tensiones. Así consideraremos igualmente el ritmo del niño.

1.1. Espacios educativos: interiores y exteriores.

En ellos se puede distinguir por un lado espacios interiores y exteriores, y por otro, espacios de uso común de todos los miembros de la comunidad y los destinados a un solo grupo de niños en concreto o a una determinada actividad.

Los espacios comunes son los que son utilizados por toda la escuela y no están sujetos a la utilización del grupo concreto de niños o por un educador.

En la escuela infantil es preciso salir del concepto de “espacio-clase” para pasar a la de “espacio-escuela” y sacar el máximo aprovechamiento a la totalidad de los espacios, transformándolos en auténticos espacios educativos. Resaltaremos algunos espacios interiores comunes.

(1) Entrada: es el espacio más idóneo para facilitar la comunicación con las familias. Debe ser alegre, acogedor, cómodo, que invite a entrar. Si la zona es amplia, puede aprovecharse para instalar un aparato de movimiento, o pintar en el suelo algún juego. No debe faltar un espacio para el encuentro educador-familias.

(2) Galerías y pasillos: son los lugares más apropiados para la comunicación de información. Son también lugares apropiados para el movimiento, sobre todo si son amplios. Se pueden ubicar algunos rincones de juego, como la tienda, el rincón de plástica, armario de disfraces, cuidado de plantas…

(3) Servicios: deben parecerse a los domésticos. Decorado de forma agradable con espejos accesibles para los niños, y estantes con los elementos personales necesarios.

El aula: es el espacio de referencia del grupo, lugar en el que el niño para más horas

en su período de asistencia a la escuela. La configuración de este espacio y la disposición de los materiales habrá de adecuarse a las diferentes edades y a sus necesidades específicas: manipulación, juego, relación y descanso.

Espacios exteriores: el espacio exterior es un espacio de aprendizaje natural para los  niños, con múltiples posibilidades. Pueden desarrollarse actividades de movimiento, ruidosas, y a la vez actividades tranquilas como observar una flor o jugar bajo un árbol.

El espacio exterior ofrece un medio adecuado para que tengan lugar diferentes tipos de experiencias:

(1) Actividad motriz: correr, trpar, rodar, columpiartse, arrartrar, pedalerar, empujar…

(2) Juegos de fantasía: juegos de construcción. Es útil colocar una mesa y asientos, un tronco o un espacio para el encuentro y la comunicación. Arenero y los juegos de agua, de enorme transcendencia en las actividades con materiales que realizan los niños y niñas de esta etapa.

(3) Experiencia con la naturaleza: observación de fenómenos naturales, crecimiento de seres vivos. Para ello debe existir un medio natural o creado artificialmente que ofrezca estas posibilidades.

El espacio exterior debe conformarse atendiendo a los siguientes criterios:

(1) amplio y con fácil acceso desde las aulas.

(2) Suelo variado: arena, pavimento, tierra cultivable.

(3) Espacios al sol y a la sombra.

(4) Espacios cubiertos para época lluviosa.

(5) Drenaje para evitar el encharcamiento.

(6) Suelo limpio de materiales de obra.

(7) Área natural: árboles, arbustos, flores, plantas.

(8) Mobiliario de exterior adecuado: aparatos de movimiento, lugares de juego simbólico, equipo móvil (triciclos, instrumentos para la arena y el agua, para jardinería…).

1.2. Organización del tiempo.

La organización del tiempo tiene que ver con la concepción pedagógica que sustenta la metodología por la que se haya optado en el centro.

La organización del tiempo en el Centro de Educación Infantil tiene unas características que la diferencian de otras etapas:

(-) flexibilidad;

(-) adecuación de los ritmos de las actividades a las necesidades de los niños;

(-) respeto a los ritmos biológicos de los niños.

Los niños menores de seis años viven el tiempo estrechamente relacionado con la actividad.

La acción educativa que se aleja del planteamiento transmisivo debe considerar el ambiente como un agente educativo de primer orden; de esta forma, el educador organiza el espacio y el tiempo para ayudar a los niños a desarrollarse y a aprender.

Así la posibilidad de aprender se descentra de la acción exclusiva del educador y del “trabajo mesa”, valorando los espacios y tiempos como proveedores de distintas motivaciones y posibilidades de acción.

Esto supone que el profesor no debe limitar solo al aula la tarea educativa, sino también mediante su intervención abrir las experiencias del niño hacía todo un mundo rico de contactos y relaciones. Por lo tanto, cuentan todos los espacios del centro tanto interiores como exteriores y todos los momentos de la jornada tanto los que pasan en el aula como fuera de ella.

2. CRITERIOS PARA UNA ADECUADA DISTRIBUCIÓN Y ORGANIZACIÓN ESPACIAL Y TEMPORAL.

2.0. Introducción.

Tradicionalmente los modelos metodológicos que, referidos a la estructuración espaciotemporal, adoptaba la escuela transmisora, eran rígidos y cerrados.

Por el contrario, la escuela integradora actual se posiciona en opciones metodológicas flexibles y abiertas, donde la disposición de los materiales y la organización de los espacios mantienen relaciones de dependencia jerárquica respecto de las necesidades de los niños y niñas o viceversa.

La organización del ambiente físico escolar no puede ser otra que aquélla que fomente permita la comunicación entre los niños / as y el trabajo en grupo desde planteamientos lúdicos.

Todo ello requiere planificar con intencionalidad, lejos de la improvisación y de los cambios puramente externos, realizando un análisis continuo de las relaciones e interacciones que se producen entre los protagonistas de la acción educativa.

Es necesario conocer en profundidad los protagonistas concretos que componen la comunidad educativa, su desarrollo, sus intereses y necesidades:

(1) Fisiológicas: limpieza, alimentación, sueño, seguridad, etc.

(2) Afectivas: sentirse querido, contacto físico, caricias, etc.

(3) Autonomía: elaborar la separación, etc.

(4) Socialización: conocimiento del otro, juego en común, compartir, etc.

(5) Movimiento: adiestramiento, descubrimiento, relación e interacción…

(6) Juego: recreación, distracción, disfrute…

(7) Comunicación: juego dramático, expresión corporal, plástica, verbal…

(8) Descubrimiento y conocimiento.

(9) Inserción cultural.

2.1. Criterios para la distribución espacial.

No existe un modelo organizativo válido para todas las situaciones. No obstante hay una serie de criterios básicos que pueden orientar, esta selección:

(1) Ambiente estimulante y ordenado.

(2) Crear un ambiente cálido y confortable.

(3) Facilitar el trabajo en grupo y el trabajo individual.

(4) Los recursos deben estar al alcance de todos.

(5) Aprovechar al máximo todos los espacios del centro.

(6) Deben evolucionar y ajustarse a las necesidades e intereses cambiantes de los niños.

(7) El espacio debe ser seguro, sano y promover hábitos de salud.

(8) Los niños deben participar en la distribución y organización espacial para favorecer su autonomía, motivación, iniciativa, participación y crear un clima adecuado.

(9) Enfoque globalizador.

(10) Flexibilidad.

No existe modelo organizativo único. El equipo docente, tras analizar su P.E.C., determinará su organización espacial. Sin embargo, la organización del aula en rincones es muy común. El educador preparará el espacio y el material d cada rincón, diseñará la gama de actividades y los recursos que se utilizarán y normas. Orientará y ayudará a los niños en sus actividades, por tanto, atención individualizada, al mismo tiempo, que motiva la autonomía. Estimulará y observará cómo se desarrollan los niños.

En el aula la variedad de rincones es grande:

– Rincones de juego simbólico: la casita, la cocina, las muñecas, la tienda, la la enfermería, la peluquería, los disfraces, los coches, el castillo, etc.

– Rincón de expresión plástica: para dibujar, pintar, modelar, estampar, etc…

– Rincón de expresión lingüística: para< dialogar, leer imágenes, mirar cuentos, contarlos, inventarlos, etc (biblioteca de aula).

– Rincón de juegos didácticos y actividades lógico-matemáticas para clasificar, emparejar, comparar, repartir, seguir itinerarios, etc…

– Rincón de observación y experimentación para experimentar con los sentidos, observar los cambios, “sacar conclusiones”, hacer experimentos…

En definitiva, con la organización por rincones se pretende responder a la exigencia e integrar las actividades de aprendizaje a las necesidades básicas del niño, en un intento de mejorar las condiciones que hacen posible su participación en la construcción de sus conocimientos.

Ejemplos de modelos de distribución y organización espacial tanto del edificio escolar como de las aulas (anexos I y II)

2.2. Criterios para la distribución temporal.

A la hora de organizar y distribuir el tiempo no tenemos que pensar únicamente en lo que es la jornada diaria de los niños. Hay que tener presentes otros tiempos específicos para: padres, educadores y niños.

La distribución temporal en lo que se refiere a los niños no solo tenemos que contar con el horario establecido en la jornada escolar, sino que hay que prever situaciones que nos exijan otros tiempos adicionales o modificar los tiempos ya previstos con flexibilidad. Estos tiempos y modificaciones estarán destinados a: necesidades especiales de los niños (actividades de apoyo y refuerzo, actividades de ampliación y profundización) teniendo en cuenta los distintos ritmos de aprendizaje y actividades extraordinarias (visitas y excursiones; exposiciones de trabajos y actividades de los niños; fiestas de navidad, fin de curso…; concursos, etc.).

El tiempo y sus divisiones tienen que permitir contactos, relaciones y experiencias.

En lo que se refiere a los educadores su labor será coordinar, planificar y evaluar; intercambio de orientación e información a los padres; tareas de formación y reciclaje.

Respecto a los padres se reservará tiempo para la información (en las entradas y salidas de los niños, en las reuniones colectivas, en las entrevistas individuales; formación y orientación (talleres de padres, conferencias; y participación (período de adaptación…)

Existen muchos factores que influyen en la distribución del tiempo, como por ejemplo: la edad de los niños, las características del grupo, el momento de escolarización (adaptación o desarrollo), la personalidad y formación de cada educador, la duración de la jornada, la organización general de la escuela, las características de los espacios y recursos materiales y personales, etc. Todo esto hace que no exista una jornada ideal válida para todos los grupos de alumnos. No obstante hay una serie de criterios básicos que siempre deben tenerse en cuenta: (1) Necesidades biológicas (en principio estas necesidades marcan la organización temporal en base a : alimentos, la higiene, descanso, actividad, salidas a la calle, etc…)

(2) Necesidades sociales (la hora de la comida, del ocio).

(3) Enfoque globalizador, evitando las segmentaciones arbitrarias.

(4) Respetar los diferentes ritmos individuales, sus gustos, aficiones, sus diferencias y aptitudes, es decir, un tiempo personalizado evitando la unificación.

(5) Flexibilidad.

(6) Coordinación con otros horarios del centro.

(7) Las curvas de atención y fatiga de los niños marcarán la distribución de actividades.

A nivel de aula debemos: mantener el horario en el mismo orden, establecer símbolos  para cada actividad, advertir el tiempo que ha pasado y el que falta para otra actividad.

A continuación se presentan algunos modelos horarios pero insistimos en que no existe un modelo único ideal válido para cualquier grupo o circunstancia.

(1) Modelo para 3 años.

9- 9,30 Recepción de los niños. Juegos. Cantos.

9,30- 10,30 Juego libre con materiales didácticos. Actividades semidirigidas.

10.30- 11 Aseo. Hábitos higiénicos.

11-12 Juegos al aire libre.

12- 12,30 Aseo y preparación para la comida.

12,30- 1,45 Comida.

1,45- 2 Aseo.

2- 3,30 Siesta.

3,30- 4,30 Juegos. Actividades rítmicas. Audiciones musicales. Cuentos.

4,30- 5 Ordenacion de la clase. Aseo y preparación para la salida.

Modelo para 4-5 años ver anexo I

3. RITMOS Y RUTINAS.

La planificación de la Educación Infantil puede hacerse de maneras muy diversas, siempre y cuando se respete el carácter de globalidad que caracteriza a toda la etapa.

Entendemos por rutina el hábito de hacer algo de forma mecánica, sistemática y continuada a lo largo de la jornada escolar y en el transcurso de los días. Las costumbres, hábitos o rutinas permiten a lo más pequeños fijar secuencias y “modos de hacer”, que les otorgan gran seguridad y confianza en sí mismos, y les permite percibir pautas de estructuración en la organización temporal. En este sentido, las rutinas se basan en la repetición de actividades y ritmos en la organización espacio-temporal de la clase desempeñando importantes funciones en la configuración del contexto educativo.

Las rutinas permiten a las niñas y niños prevenir y anticiparse en el tiempo y en el espacio, al tiempo que refuerzan los hábitos que generalmente les acompañan.

Las rutinas no pueden convertirse en estructuras rígidas y obligatorias que se imponen a lo más pequeños, sino que deben contribuir a general climas seguros, estables y alegres, y a facilitar la creación de hábitos y modos de actuar en los niños y niñas.

Es importante que los niños conozcan las rutinas cotidianas y sepan el nombre de las partes que la integran. Elementos de la rutina diaria son los siguientes períodos:

(a) de planificación: deciden en compañía del adulto lo que van a hacer

(b) de trabajo: ejecutan los planes y actividades que plantearon, ayudados por el adulto.

(c) De limpieza: almacenan los proyectos no terminados y clasifican, ordenan y guardan los materiales utilizados.

(d) De recuerdo: recuerdan y representan las actividades realizadas.

(e) De actividades al aire libre: correr, saltar, trepar, rodar.

(f) De gran grupo: actividades que realiza toda la clase (cantar, realizar juegos…)

Concluyendo: el establecimiento de ritmos y rutinas va a servir para:

(1) Proporcionar seguridad y equilibrio afectivo a los niños.

(2) Ayudarles a organizar y estructurar el concepto de tiempo (presente, pasado y futuro).

(3) Estimular la autonomía porque el niño puede anticipar en cierta medida lo que va a suceder.

Es necesario que los niños conozcan y comprendan el horario del grupo, ya que esto les ayuda a orientarse en el tiempo y a tener puntos de referencia claros. Las rutinas son muy útiles en este sentido, pero también conviene que el educador:

(1) converse con los niños sobre lo que va a hacer a lo largo del día o de loa que se ha hecho.

(2) Mantenga los períodos de tiempo en los que haya distribuido el horario.

(3) Se ayude mediante símbolos o gestos para que los niños perciban claramente el inicio y final de las distintas actividades.

4. LA EVALUACIÓN DE LOS ESPACIOS Y TIEMPOS.

La actual reforma educativa ha dado gran importancia a la evaluación, insistiendo en la necesidad de entenderlo como un proceso que permita tomar todo tipo de decisiones que sirvan para asegurar la mayor eficacia posible. También se ha hecho hincapié en que la evaluación se dirija no sólo al proceso de aprendizaje de los alumnos sino también al proceso de enseñanza de profesores. Es decir, habrá que evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje en su doble vertiente.

Por todo esto, habrá que evaluar, entre otros aspectos la distribución y organización espacial y temporal, ya que son factores que influyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje y pueden potenciar o entorpecer la calidad del mismo.

La evaluación de los espacios y del tiempo, como la de cualquier otro aspecto, ha de ser sistemática y estar intencionalmente planificado. Esta sistematización va a venir dada por:

(1) Establecimiento de criterios o indicadores de evaluación.

(2) Diseño de algún instrumento sencillo y funcional que permita recoger datos relevantes.

(3) Establecer momentos específicos dedicados a la evaluación de estos aspectos.

Criterios o indicadores de evaluación serán del siguiente tipo:

– En la organización del espacio:

(-) ¿dónde se dan las mayores aglomeraciones?

(-) ¿Es funcional la separación entre las zonas de actividades?.

(-) ¿Cada zona tiene los materiales necesarios para desarrollar las actividades?

(-) Se han aprovechado los espacios potenciales señalados por los niños.

(-) ¿Está el espacio organizado desde la perspectiva de los niños?

(-) ¿Se ha modificado conforme cambian sus necesidades?

(-) ¿Hay un espacio adecuado que permita la relación con los padres?

(-) ¿Lo hay para el trabajo en equipo del profesorado?

(-) ¿Se utiliza la totalidad de la superficie de la clase?

(-) ¿De qué forma podría aprovecharse mejor?

– En la organización del tiempo:

(-) ¿Permite la atención individualizada de los niños y sus necesidades particulares?

(-) ¿Ayuda a la adquisición de hábitos?

(-) ¿Facilita la adquisición de nociones temporales adecuadas a la edad de los niños?

(-) ¿Hay rutinas que permitan al niño anticipar acontecimiento, relacionar tiempos y espacios…?

(-) ¿Abundan los “tiempos muertos en los que hay que acudir a la improvisación?

(-) ¿Permite la distribución horaria la suficiente flexibilidad?

(-) ¿Se ajusta a los ritmos biológicos de los niños?

(-) ¿Se ajustan las activadse a las curvas de atención y fatiga adecuadamente?

(-) ¿Es funcional la coordinación entre los distintos horarios del centro? (-) ¿Hay tiempo previsto y suficiente para la relación con los padres?

(-) ¿Hay un tiempo previsto y suficiente para la coordinación del entre entre el profesorado?

(-) Hay un tiempo previsto para< la evaluación de todos los aspectos que influyen en el proceso educativo?

La evaluación de estos aspectos no será una tarea exclusiva y particular de cada educador sino que será conveniente que, en ocasiones, esta labor se lleve a cabo en equipo.

También será una labor en la que de forma más o menos directa o más o menos intencionada participarán los niños pues son ellos los que pueden dar la pauta más clara de la eficacia y conveniencia de los modelos organizativos adoptados en el centro.

5. BIBLIOGRAFÍA.

* Ver esquema.

ANEXO I

DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO PARA UN GRUPO DE 4-5 AÑOS.

HORA

LUNES

MARTES

MIERCOLES

JUEVES

VIERNES

 

 

9,15 -10

Conversación,

Vocabulario, trabajo colectivo sobre el tema globalizador

Ejercicios sensoriales

Idem lunes

Idem martes

Idem lunes

 

10-10,20

Trabajo individual (fichas)

Narración cuento.

Idem lunes

Idem martes

Idem martes.

 

10,20- 10,45

Psicomotricidad

Dibujo libre sobre cuento

Idem lunes

Idem martes

Idem Lunes

 
    

 

11,30- 12

Prelectura Preescritura

Precálculo

Idem lunes

Idem martes

Idem lunes.

 
  

 

15- 16,10

Expoerimentación explicación ficha de trabajo

Plástica

Dramatización

Plástica

Idem lunes

 

16,10- 16,45

Educación musical

Juego libre en el jardín.

Plástica

Idem Martes

Conversación sobre el trabajo de la semana y preparación de la siguiente.

 

(Tomado de Martínez, 1986. Organización del aula)