Tema 8 – Construcción de la noción de tiempo histórico en la educación primaria. Ámbitos de estudio de procesos y hechos históricos. El aprendizaje de las grandes etapas históricas de la humanidad. Utilización de documentos: orales, escritos y restos materiales. Intervención educativa

Tema 8 – Construcción de la noción de tiempo histórico en la educación primaria. Ámbitos de estudio de procesos y hechos históricos. El aprendizaje de las grandes etapas históricas de la humanidad. Utilización de documentos: orales, escritos y restos materiales. Intervención educativa

A- INTRODUCCIÓN.

B- MARCO NORMATIVO.

C- MARCO TEÓRICO.

D- DESARROLLO DEL TEMA.

ESQUEMA.

  1. CONSTRUCCIÓN DE LA NOCIÓN DE TIEMPO HISTÓRICO EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA.
  1. ÁMBITOS DE ESUDIO DE LOS HECHOS HISTÓRICOS.
  1. DOCUMENTOS: ORALES, ESCRITOS Y RESTOS MATERIALES.

3.1. DOCUMENTOS ORALES.

3.2. DOCUMENTOS ESCRITOS.

3.3. RESTOS MATERIALES.

  1. LAS GRANDES ETAPAS HISTÓRICAS DE LA HUMANIDAD.
  1. INTERVENCIÓNEDUCATIVA.

5.1. LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA EN EL ÁREA DE CONOCIMIENTO DEL MEDIO NATURAL, SOCIAL Y CULTURAL.

E. CONCLUSIÓN.

F. BIBLIOGRAFÍA.

1.- CONSTRUCCIÓN DE LA NOCIÓN DE TIEMPO HISTÓRICO EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA.

El profesor Juan A. Barceló, en su publicación “El tiempo histórico. Elementos para una filosofía de la Arqueología”, señala como noción de tiempo histórico:

“En realidad, un proceso histórico no es más que una secuencia ordenada de acontecimientos, es decir, una serie de cambios que a su vez generan otros cambios. (…) Para explicar la Historia de un grupo humano se necesita comprender las relaciones de movimiento, cambio y transformación entre los hechos, los acontecimientos y las secuencias registradas de cambio. (…) Es la experiencia que los historiadores tenemos de la continuidad y la sucesión.”

La construcción de tiempo histórico en la Enseñanza Primaria debe ser enfocada, sin duda, como el relato de las formas de vida del pasado. Esto por sí solo es totalmente insuficiente, así que la clave del enfoque está en la comparación de esas formas de vida antiguas y pasadas con las actuales que conocen los alumnos. Esto les llevará a explicar y entender, casi por sí mismos, muchas de nuestras costumbres, actos cotidianos, condicionantes sociales, palabras y expresiones empleadas asiduamente, nombres de calles y personas… La Historia como materia educativa debe permitir utilizar las posibilidades del método histórico para aprender a analizar el presente.

En relación a todo lo anterior, se debe orientar al alumno a entender que la Historia es un ciclo continuo sin cortes, en el que algunos de sus parámetros fundamentales se repiten de forma cíclica. La Historia así entendida, dejará de ser para el alumno un relato que el maestro cuenta de memoria y que ellos deben aprender de la misma forma y se convierte en algo razonado y lógico.

Para la comprensión del concepto de tiempo histórico es fundamental y primario entender que este concepto es muy diferente del tiempo físico, por lo que debe hacerse hincapié en que no podemos analizar los hechos históricos desde nuestra visión actual ni con nuestra mentalidad.

El maestro debe enfocar la noción de tiempo histórico como un tiempo que tiene un inicio concreto, un desarrollo y un final que ya conoce de antemano. Para ello, no debemos entrar en muchos detalles puesto que el alumno se perdería en ellos y es mucho más positiva una idea general para que identifique la época. Gran cantidad de detalles y fechas no harán en absoluto que el alumno identifique cada periodo histórico.

Por otro lado, no debemos perder de vista que la Historia está llena de particularismos, por lo que hay que ser coherentes y dosificar los datos para aclarar las ideas.

El tiempo histórico no es el mismo que el físico. Hay que ahondar en este sentido teniendo en cuenta que el alumno tiene que situarse cronológicamente en el tiempo histórico que se esté estudiando: en el que vivían esos individuos y en el que se organizaban social y económicamente. Este tiempo se caracteriza por unos rasgos esenciales que le son propios y lo determinan, que serán claves para entender ese periodo y diferenciarlo de otros.

A tener en cuenta, como maestros, está el concepto de que el hombre siempre ha querido medir el tiempo de una forma objetiva, puesto que la linealidad misma del tiempo le agobiaría. Por eso, la vida del hombre es sociedad se articula siguiendo unos ritmos repetitivos, que constituyen ciclos en muchos casos, o bien, puntos de referencia que se convierten en hitos, fenómenos que en la percepción colectiva son extraordinarios y merecen una especial tención por marcar un antes y un después regeneradores para el individuo y la sociedad en la que vive.

Del mismo modo, el tiempo histórico, marcando un antes y un después, proyecta en la reconstrucción del pasado un elemento fundamental, el cambio.

El cambio histórico es un elemento básico de análisis realizado por el historiador, no por el maestro. De aquí viene la importancia de la explicación causal para los hechos históricos. El cambio también puede ser objetivo o subjetivo. Pondremos ejemplos a los alumnos para la captación de esta propiedad, así, en el Antiguo Egipto, el ritmo de cambio fue muy lento con respecto al tiempo cronológico transcurrido (casi tres milenios). El ritmo de cambio en la Antigua Grecia, fue, sin embargo, mucho más rápido.

Por todo ello van surgiendo nuevas categorías temporales, en el intento de conciliar tiempo histórico objetivo y subjetivo, por los que se comienza a hablar de los conceptos de estructura y coyuntura.

Entre los autores que han expuesto la importancia de las diferentes escalas de duración de los hechos históricos, señalamos a Braudel, el cual resume de la siguiente manera la importancia de los hechos históricos:

Ø El tiempo corto sería el acontecimiento, aquello que lleva el de lo de lo cotidiano pero que puede proyectarse en el futuro según su importancia.

Ø El tiempo medio conlleva en sí mismo la noción de cambio histórico, por lo que se corresponde con la coyuntura económica, política, social o ideológica.

Ø El tiempo largo lleva implícita la noción de permanencia en cuanto a la relación de la sociedad con su propia historia.

El tiempo histórico se ha visto determinado por el sentido direccional de los hechos y su periodicidad. Pasaremos a caracterizar las que resultan más adaptables a la enseñanza de la Historia en la Enseñanza Primaria:

Ø Periodizaciones cíclicas: hacer entender a los alumnos que es posible aprender del pasado para corregir nuestro presente y conseguir un progreso material y social aprendiendo de los errores y aciertos del pasado como experiencia.

Ø Periodizaciones direccionales: sin juicios de valor, hacer entender que la percepción de las condiciones humanas en la Tierra implican en el desarrollo direccional la perfección material del hombre en el planeta.

Hoy es corriente la tendencia a estudiar el hecho histórico desde su propia dinámica interna a partir de dos enfoques:

Ø Sincrónico: estudio en un momento histórico sin tener en cuenta su evolución en el tiempo.

Ø Diacrónico: estudio teniendo en cuenta su evolución en el conjunto del tiempo.

Toda la temática del tiempo histórico está relacionada con el concepto de coyuntura, entendida esta como el conjunto de características y condiciones que identifican un momento histórico en un período concreto.

El sentido coyuntural viene dado tanto por las causas “provocadoras” como por las consecuencias de los hechos históricos. Por lo tanto, nos dan un conocimiento en profundidad, si lo ponemos en práctica. Va más allá de las fronteras.

Pierre Vilar, señala que cuando hablamos de coyuntura, no podemos perder de vista:

Ø La diferencia entre la coyuntura mundial y una zona coyuntural. Se puede ejemplificar al alumno para su comprensión explicándoles que hay lugares donde se dan las características concretas para que algo ocurra y eso no se produce a nivel mundial, como por ejemplo la aparición del Renacimiento en Italia en el Siglo XV.

Ø Los periodos históricos con cada vez más cortos. El Renacimiento dura más de doscientos años y las vanguardias contemporáneas sólo décadas.

Ø La coyuntura no es por sí sola un sistema de explicación. Explicar los hechos a partir de que una coyuntura provoca ese hecho es simplificar mucho las cosas.

  1. ÁMBITOS DE ESUDIO DE LOS HECHOS HISTÓRICOS.

El hecho histórico se define por cumplir varios requisitos:

  • Ha de contener una serie de datos básicos, pues constituyen la materia prima con la que trabaja todo historiador.
  • Debe otorgar a la obra histórica una selección y orden adecuados: los hechos históricos hablan cuando se llega hasta ellos con un determinado fin.

Veamos a continuación el estudio de los hechos históricos desde dos ámbitos: la Historia como Ciencia y la Historia como una de las Ciencias Sociales.

En el ámbito del la Ciencia, la Historia no se entiende sin tres aspectos fundamentales que forman parte de ella de forma indudable. Hacer Historia es interpretar, basándose en las limitadas fuentes de conocimiento con las que cuenta el autor, y esa interpretación tiene un importante carácter subjetivo.

No es posible hacer Historia si el autor no establece de algún modo un cierto contacto con la mente de aquellos sobre los que escribe. Se trataría de intentar una profundización y acercamiento al estudio histórico a través de los puntos de vista y valores de las sociedades sobre las que se realiza el trabajo de investigación. Este aspecto es llamado por los antropólogos enfoque Énic, o visión que tienen los pueblos sobre su propia Historia, frente al enfoque Étic o patrón universal del historiador al afrontar de forma global cada objeto de estudio. Sólo es posible captar el pasado y lograr comprenderlo a través del cristal del presente, por lo que la Historia se convierte en un continuo diálogo entre pasado y presente.

El último aspecto conecta con la misma evolución de la Historia como disciplina científica, pues si bien el nacimiento de la Historia tiene que ver con el poder político y el surgimiento de Estados poderosos, esta misma idea nos lleva a la necesidad de articular la Historia como una disciplina científica.

Se ha aceptado universalmente que la Historia es una ciencia, pues en ella concurren los siguientes requisitos:

§ Tener un objeto de estudio universal.

§ Poseer un método de estudio homogéneo.

§ Basarme en unos principios fundamentales aceptados por todos los especialistas.

El planteamiento de si la Historia es una ciencia, no resulta tan importante ala hora de acceder a la investigación científica, pues es más importante concluir que la Historia es en realidad el único instrumento que nos sirve para acceder a un conocimiento razonado del mundo. Pero se nos plantea una gran pregunta: ¿cómo razonar sobre una materia en la que no se interviene experimentalmente?

Hay dos posibles respuestas:

– encerrar al historiador en la línea de lo demostrable, buscando el relato exacto de los acontecimientos y, por lo tanto, centrándose fundamentalmente en las decisiones y acontecimientos políticos.

– Realizar un análisis sociológico que tenga la suficiente penetración como para que la apariencia de incertidumbre quede limitada.

Debemos alejarnos de la acusación en la Historia, lo que motiva su uso y abuso, especialmente a manos del poder.

La función principal de la historia es la búsqueda de las causas y no la justificación del objeto de estudio.

Por lo tanto es necesario dominar y comprender el pasado como clave para la comprensión del presente. Este conocimiento implica la enseñanza de la Historia en Educación Primaria, educar a tener una mayor capacidad de control e intervención en la sociedad en la que se está inmerso, pues el individuo que es consciente es más difícil de engañar y de manipular, por lo que su madurez intelectual le llevará a ser un elemento muy beneficioso para la sociedad.

La Historia en cambio y movimiento, por lo que a la concepción de la Historia a lo largo de distintas épocas refleja la concepción de la sociedad en cada momento. De ahí el interés de todas las sociedades de conocer su propio pasado.

En el ámbito de las Ciencias Sociales, la Historia es sólo una de las disciplinas de conocimiento de dichas ciencias. La diferencia que se establece entre la Historia y el resto de las disciplinas de las Ciencias Sociales es la vinculación constante de la Historia con el pasado. Este nexo con lo anterior en el tiempo es distintivo de la Historia, pero comparte con el resto de las Ciencias Sociales el análisis de los problemas que aquejan a nuestro mundo y a la vida del hombre en la sociedad.

Por otra parte, ciencias como la Sociología, Antropología, Etnología o Psicología, son importantes soportes en la labor del historiador. En un intercambio, la sociología aprende de la Historia todo lo referente a los cambios sociales y la Historia todo lo referente a las estructuras sociales.

Igualmente es necesario matizar la diferencia entre Ciencias Sociales e Historia en cuanto al objeto de estudio. El objeto de la Historia es el pasado del ser humano en su dimensión social y en sus coordenadas espaciales y temporales, mientras que en el resto de las ciencias sociales este último aspecto pierde relevancia. Por último, la investigación pluridisciplinar está ganando importancia en el mundo científico y cada vez es mayor la colaboración entre científicos de distintas áreas y más diversos los proyectos de investigación llevados a cabo por diferentes instituciones. Y es en esta situación actual donde es necesario considerar la Historia con respecto al resto de Ciencias Sociales, de las que forma parte.

  1. DOCUMENTOS: ORALES, ESCRITOS Y RESTOS MATERIALES.

El hecho histórico es irreversible puesto que cuando lo estudiamos es porque se ha producido; pero, sin embargo, es contrastable. La importancia del hecho histórico a la hora de elaborar un trabajo va vinculada a las fuentes históricas disponibles para consultar que consigan acceder al conocimiento del mismo. Serán las únicas que tengan la capacidad demostrarnos con la mayor cercanía posible el hecho histórico. Puesto que la certeza en el estudio histórico es difícil de obtener debido a las numerosas instalaciones, la veracidad habrá de buscarse en las fuentes, auténticos testigos directos de los acontecimientos. Serán las únicas que nos lleven a profundizar en el conocimiento histórico.

Pero no debemos perder de vista que las fuentes plantean problemas a veces difíciles de resolver, como verificar su autenticidad y apreciar su contenido.

Las fuentes son el resultado del paso del hombre por el tiempo y ayudan a la reconstrucción del pasado del que él formó parte. Son el fundamento del trabajo del historiador y le sirven para conseguir su objetivo además de verificar sus hipótesis. Por lo tanto, podemos decir que las fuentes dan a la Historia e historiadores los materiales adecuados para analizar el pasado. El historiador trabaja con los materiales que se conservan de edades precedentes, siempre que puedan proporcionar alguna información sobre el pasado.

Las fuentes históricas son numerosísimas y de carácter variado, hasta el punto de que cualquier resto o escrito es útil y aporta alguna información.

En este punto nos referiremos sólo a los documentos orales, escritos y restos materiales.

3.1. Documentos orales.

El documento oral es el que no está fijado a ningún escrito, aunque resulta muy útil para reconstruir y conocer la Historia, ya que su gran valor está en que la comunicación oral ha sido la más usada a lo largo del tiempo ya que, actualmente, e incluso en el pasado, existe un gran número de personas que no saben leer ni escribir y por lo tanto quedan al margen de la fuente escrita. Los documentos orales se han revelado como una fuente tan importante que ha surgido un género historiográfico a partir de ella; la Historia Oral.

La inclusión de la Historia Oral con las demás fuentes tradicionales de la Historia como las escritas es muy reciente, y se ha hecho como respuesta a la “Historia oficial”, que en ocasiones sólo atiende a vencedores y no tiene en cuenta a la mayoría que interviene en el hecho histórico.

Entre las fuentes orales nos podemos encontrar: testimonios (tanto directos como indirectos), tradiciones orales, refranes, canciones, dichos populares, cuentos, leyendas e historias familiares y locales.

Las fuentes orales son un recurso didáctico muy eficaz para recuperar nuestro pasado más reciente, aunque sólo sirve para este periodo debido a su inmediatez. Resulta muy eficaz utilizarlas en la enseñanza de la Historia, puesto que aprovecha recuerdos y vivencias de personas que pueden ser útiles para la reconstrucción de la historia del pasado más reciente y, además, introduce al alumno en la investigación histórica.

En la Enseñanza Primaria, el enfoque más acercado es acercar al alumno a la Historia más cercana de su familia, ciudad y comunidad, convirtiéndose así en investigadores, donde el maestro deberá fijarle unos objetivos, proponerle el tema y dirigirle cuáles son las informaciones interesantes de todas las obtenidas.

Por medio de esta investigación el alumno entrevista a personas que han vivido los hechos a través de preguntas confeccionadas en clase. Lograrán a través de las entrevistas el acercarse por primera vez a cuestiones históricas y reconocerá que todos intervenimos en los hechos históricos como protagonistas. El grupo elaborará las conclusiones sobre la información que ha obtenido. La investigación propia en primera persona generará a los alumnos interés por el pasado, y por otro lado, extraerán sus propias conclusiones.

Los recuerdos de las personas entrevistadas por sí solos no contemplan el proceso de conocimiento histórico. Se necesita un control didáctico sobre la información que ejercerá el maestro, puesto que no podemos olvidar que son recuerdos, y por lo tanto subjetivos, y manipulables por la propia percepción del tiempo.

Para el alumno, el elaborar un trabajo con documentos orales puede suponer conocer e interpretar hechos del pasado por un lado, y por otro, encontrar sentido a comportamientos de su propio entorno.

Hoy por hoy es un referente y un antídoto válido contra el desinterés por la Historia.

3.2. Documentos escritos.

“Los textos son un elemento esencial en el aprendizaje y enseñanza de la Historia. Por un lado, gran parte del trabajo del historiador se basa en documentos escritos y, por otro, como señala Fernández Corte, los estudiantes reciben la mayor parte de los contenidos históricos a través de los textos.” Mario Carretero y Margarita Limón en su artículo “La construcción del conocimiento histórico” en Cuadernos de Pedagogía 133.

Los documentos escritos con aquellos que fueron elaborados con una motivación práctica (judicial, política, fiscal…) pero sin un propósito histórico concreto, siendo la fuente de documentación más habitual. Esta se debe tratar con prudencia, ya que la escritura tradicionalmente ha sido dominada por una minoría que la produce, y los documentos escritos pueden ser muy subjetivos y sectarios en ocasiones, ya que se suelen emplear como justificación de determinados actos.

Entre los documentos escritos podemos encontrar:

· Los textos literarios, como las obras de los oradores griegos, los cantares de gesta, etc., que ofrecen una importante información a veces dispar y en verdad subjetiva.

· Los textos históricos, siendo fundamentales cuando la información administrativa oficial está poco desarrollada. De ahí la importancia como fuentes, de las obras de los historiadores clásicos y de las crónicas medievales.

· Los diarios y memorias, que muestran la vida cotidiana que es invisible en textos de otro tipo.

· Los textos geográficos; los libros de viajeros, mercaderes y economistas ofrecen información geográfica y económica y contemplan la información estadística cuando la hay, como por ejemplo, las series de precios a las que los historiadores conceden gran importancia como índice de actividad económica.

· Los libros de registro de los puertos, de aduanas, tan necesarios para el control fiscal, son fuentes privilegiadas para el estudio de los intercambios, a las que se añaden posteriormente la contabilidad de las empresas de transportes y ferrocarriles y las estadísticas estatales.

Los documentos escritos se conservan principalmente en los archivos, siendo muchos de ellos editados por separado, en apéndices documentales de monografías, o reunidos en obras o artículos documentales de monografías.

Ante un material escrito, hay que resolver algunas cuestiones antes de utilizarlos y emplearlos;

– Problemas en el campo de la autenticidad; saber si realmente es los que parece. Si lo es, será de gran ayuda, pero si no lo es, no servirá para nada.

– Problemas de saber qué es; es posible que haya que descifrar un manuscrito o inscripción reducidos a fragmentos y juzgar por estos qué clase de documento es y cuándo y dónde se redactó. Existen técnicas, como someter a pruebas el papel y la tinta para determinar su antigüedad, emplear la prueba del carbono, etc. El estilo de la letra también puede dar información sobre épocas y autores. El empleo de títulos, fórmulas, especialmente en documentos oficiales, puede indicar lugar y fecha.

– Desentrañar su significado; tarea nada fácil, como ocurre con muchos documentos eclesiásticos, legales y diplomáticos.

Todo ello constituye parte de la labor crítica.

3.3. Restos materiales.

La fuente arqueológica es la que sirve para reconstruir la historia la historia cuando no hay fuentes escritas para hacerlo. Se constituye de los llamados restos materiales que pueden ser muy variados; objetos de arte, edificios arquitectónicos, herramientas y objetos creados por el hombre, restos de la presencia humana (huesos, huellas…), que han llegado hasta nosotros en forma de residuos materiales, que como reliquias de nuestro ayer, son una base fundamental para cimentar nuestra historia.

Ante el descubrimiento de un resto material, lo primero es identificarlo, convirtiéndolo así en una fuente de conocimiento histórico, diferenciando de este modo entre el pasado histórico y el mito, una vez se haya llegado a la conclusión de que esos restos han sido fabricados por el hombre en el pasado. Cuando un pueblo o una época apenas han dejado documentación escrita, los restos de edificios, utensilios y objetos artísticos constituyen las fuentes principales de información.

El estudio de los restos materiales abarca dos aspectos diferentes:

  • Su localización y excavación en un yacimiento, donde intervienen la observación de la disposición de los objetos, el orden de aparición y el levantamiento de planos.
  • El trabajo de laboratorio, implicando su análisis para llegar a una interpretación correcta. En este punto, con frecuencia hay que recurrir a técnicas especiales, como la fotografía aérea.

El trabajo de campo, como recurso didáctico, considerado como un complemento de la asignatura, acercando la Historia al alumno, y considerándola éste un poco menos abstracta.

Las salidas presentan la gran dificultad añadida de que hay que captar la atención de los niños, ya que se lo toman como algo lúdico, y por tanto se relajan y dispersan. Para evitar esto, es necesario una planificación y reparto de las tareas de forma muy concreta.

A través de las salidas al campo, los alumnos analizan el suelo que están pisando, comprueban la existencia de restos arqueológicos manejando cintas métricas y escalas, acercándoles a su patrimonio cultural más inmediato. Les permitirá ver de primera mano los cambios que ha sufrido el entorno a manos del hombre a través del tiempo histórico y de las distintas acciones que han ejercido en el medio. Después de la salida, aprenderán a respetarlo y les motivará a conservar, conocer y reflexionar sobre el entorno, a valorar el pasado y su influencia sobre el presente.

  1. LAS GRANDES ETAPAS HISTÓRICAS DE LA HUMANIDAD.

El eje cronológico adaptando todos los hechos históricos con respecto al cómputo de años es comúnmente admitido de forma unánime por los miembros de la comunidad científica. Pero, a pesar de la unanimidad, la homogenización de los periodos históricos es un problema, ya que hoy una fecha o un siglo no bastan para marcar el paso de una época a otra.

Se han acordado divisiones de la Historia atendiendo al ámbito geográfico (historia universal, nacional, regional, local, etc), pero es con referencia a su extensión en el tiempo el criterio más comúnmente aceptado (la división más simple es la que separa la Historia de la Prehistoria).

La Historia se divide en edades o etapas, incluyendo todo el periodo histórico a partir de la aparición de la escritura, por lo tanto, la prehistoria quedaría fuera.

Así:

· La Edad Antigua iría desde la aparición de los primeros textos escritos hasta la caída del Imperio Romano.

· La Edad Media, desde el final de Roma hasta el derrumbe de Bizancio.

· La Edad Moderna, desde la caída de Bizancio hasta el estallido de la Revolución Francesa.

· Y finalmente, de Edad Contemporánea, desde la Revolución Francesa hasta hoy.

Esta división tradicional se ve hoy muy criticada, porque no se puede aplicar todas las partes por igual. Se ha propuesto subdividirla en periodos políticos y económicos e incluso añadir un nuevo periodo a partir de la mitad del siglo XX, llamado Historia Actual.

Esto mismo ocurre con las Etapas, cuyos comienzos y finales los recordamos a partir de fechas concretas;

– 476 para el final del la Edad Antigua.

– 1453 para el de la Edad Media.

– 1789 para la terminación de la Edad Moderna

– 1945 como final de la Edad Contemporánea.

Debemos tener en cuenta que estas fechas son simbólicas, ya que no se pasa de una etapa a otra en un año.

Las etapas históricas tienen un punto de partida y otro final, y el problema está en la delimitación de los factores importantes que forman el sistema y que tiene que marcar la inteligibilidad del período. En definitiva, las etapas históricas realmente funcionales se caracterizan, en cuanto a su relación, con todos los factores que las conforman y es realmente difícil decir con exactitud cuándo empiezan y acaban, pues posprincipios y finales de los distintos periodos se solapan y diluyen unos con otros.

5. INTERVENCIÓN EDUCATIVA.

“La explicación de la Historia es el descubrimiento y análisis de los vínculos que unen entre sí las múltiples facetas de la realidad humana y que ligan cada fenómeno a otros vecinos” ( Mitre)

Los contenidos relacionados con la Historia se desarrollan a lo largo de los tres ciclos de la Educación Primaria y le permitirá al alumno, a medida que adquiera los aprendizajes, ampliar su capacidad para resolver sus dudas y conocer mejor el contexto cultural e histórico en el que vive.

Se trata de un proceso continuado. Así la adquisición de nociones espacio-temporales, a orientación respecto al tiempo y su orientación les hará llegar a comprender la sucesión de acontecimientos y a tener una noción de tiempo histórico.

El niño, al llegar a la escuela, posee una noción temporal ligada a unos ritmos subjetivos internos y externos característicos de la vida de las personas, que deben completar hasta alcanzar la comprensión de conceptos como sucesión, frecuencia, regularidad, ordenación temporal (presente, pasado, futuro) o simultaneidad.

Para lograr que el niño se sitúe a sí mismo y a los acontecimientos en el tiempo es necesario que adquiera la conciencia de su tiempo personal, que sepa orientarse en él, que tome conciencia de las posiciones relativas de los momentos en el tiempo, de su contenido y relación y que sepa medirlos.

Iniciar al niño en el conocimiento del tiempo histórico es un objetivo que lograremos a través del uso de las nociones básicas de cronología, sucesión causal y continuidad temporal. Partiremos de la investigación sobre la propia Historia (documentos, revistas) para, por ampliación progresiva, llegar al conocimiento histórico de los hechos, causas y relaciones entre pasado y presente que trasciendan al ámbito personal.

Trabajaremos los procedimientos que permitan iniciar los conceptos básicos del tiempo histórico, centrándose en hechos que tienen relación con su propia Historia y la de sus padres y abuelos, ocurridos en el transcurso de los últimos años.

El desarrollo de los contenidos se hará desde el primer ciclo, abordando las nociones temporales más elementales y los hechos más próximos a su experiencia personal, para avanzar hacia las nociones más complejas de cambio y causalidad en los ciclos segundo y tercero.

Contenidos relevantes relacionados con la didáctica de la Historia en la Educación Primaria, en su triple vertiente conceptual, procedimental y actitudinal son:

1. Cambios históricos e Historia reciente.

a) Hechos, conceptos y principios:

1. Aspectos básicos del tiempo histórico (presente-pasado-futuro; duración; anterior-posterior; simultaneidad; sucesión).

2. Las unidades de medida temporales (día, semana, mes, año, década, siglo, etc.).

3. El cambio histórico a lo largo de nuestro siglo (evolución del vestido, del paisaje, de la vivencia, del trabajo, etc.).

4. Aspectos de la vida cotidiana y de algunos hechos históricos relevantes (cambios sociales y políticos, avances tecnológicos, etc.) asociados a los mismos en nuestro siglo.

5. Fuentes orales, escritas, audiovisuales y materiales para la reconstrucción del pasado.

b) Procedimientos:

  1. Elaboración de cuestiones y realización de entrevistas para recoger testimonios directos de nuestros antepasados.
  2. Recogida, archivo y clasificación de diversos documentos históricos relativos a la historia personal y familiar (fotografías, partida de nacimiento, informaciones sobre los antecedentes familiares, etc.).
  3. Utilización de ejes cronológicos (friso de la Historia) situando los principales períodos y acontecimientos históricos de nuestro siglo.
  4. Localización de mapas delegares relativos a los acontecimientos y personajes estudiados.
  5. Utilización elemental de materiales y documentos históricos orales, escritos, audiovisuales como fuente de información para reconstruir el pasado.
  6. Elaboración e interpretación de cuadros cronológicos comparativos de la evolución histórica a distintas escalas; personal, familiar, local, nacional y mundial.

c) Actitudes, valores y normas:

  1. Sensibilidad por las costumbres, tradiciones y folklore (fiestas, artesanía, juegos, gastronomía, vestidos, vivencia, etc.) de la comunidad e interés por su mantenimiento y recuperación.
  2. Valoración y respeto por las costumbres y formas de vida de los antepasados.
  3. Consideración de los objetos cotidianos actuales como portadores potenciales de información histórica para las generaciones venideras.
  4. Valoración de la Historia como un producto humano del papel que juegan las personas como sujetos activos de la misma.

2. Formas de vida y paisajes históricos.

Presentamos contenidos más complejos sobre nociones de tiempo histórico como simultaneidad, duración y sucesión, centrándose en las formas de vida cotidiana de las grandes épocas históricas de la humanidad.

El desarrollo de estos contenidos se puede hacer a partir del segundo y tercer ciclo, en estudios sincrónicos de las formas de vida y hechos destacados de cada época histórica elegida.

a) Hechos, conceptos y principios.

1. El tiempo histórico presente-pasado-futuro; anterior-posterior; duración; simultaneidad; sucesión) centrándose en la línea del tiempo de la humanidad.

2. Unidades de medida temporales: año, siglo, milenio, A.C., D.C., era.

3. Evolución de algún aspecto básico de la vida cotidiana a lo largo de la Historia (civilizaciones primitivas, antigüedad clásica, época medieval y revolución industrial).

4. Vestigios del pasado en nuestro medio (iglesias, murallas, castillos, casco viejo de las ciudades, museos, etc.) heredadas del pasado.

5. Costumbres y manifestaciones culturales (fiestas, gastronomía, arquitectura, pintura, música, deportes, etc.) heredadas del pasado.

b). Procedimientos:

  1. Recogida, archivo y clasificación de diversos materiales que hagan de referencia del pasado (fotografías, postales, grabados, cromos, recortes de prensa, objetos diversos, canciones, etc.).
  2. Utilización de ejes cronológicos (friso de la Historia) situando los principales personajes, sociedades y hechos históricos estudiados.
  3. Localización en mapas de los lugares de procedencia de personajes, sociedades y hechos históricos estudiados.
  4. Elaboración e interpretación de cuadros cronológicos comparativos de la evolución histórica de diversos aspectos: asentamiento, economía, cultura, arte, etc.
  5. Introducción al trabajo con documentos históricos (materiales y escritos) como fuentes que permiten la reconstrucción del pasado.

c) Actitudes, valores y normas:

  1. Valoración y conservación de los restos históricos-artísticos presentes en el medio como fuentes que permiten la reconstrucción del pasado.
  2. Respeto y tolerancia hacia las normas de vida y los valores distintos de los propios.
  3. Responsabilidad y cuidado en el uso y consulta de documentos históricos.

5.1. La enseñanza de la Historia en el Área de Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural.

La enseñanza de la Historia en Educación Primaria se enclava dentro del

Área Curricular “Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural”.

Con respecto a la enseñanza de la Historia para los alumnos de Educación Primaria, se establece la siguiente secuenciación de contenidos:

Ø Primer Ciclo.

En este primer ciclo el conocimiento del medio debe sustentarse en la acción de los niños y niñas sobre su entorno más próximo a partir de la experiencia.

La historia personal de los niños y niñas serán el recurso perfecto para iniciarlos en las nociones básicas “tiempo personal”. Así se abordarán unidades temporales como la del día, mes y año, se diferenciará presente, pasado y futuro.

Ø Segundo Ciclo.

En esta segunda etapa se irá dando paso al establecimiento de las primeras relaciones entre algunos de los elementos más característicos que se encuentran en el medio. Ahora se abordarán acontecimientos que van más allá de sus vivencias personales para llegar a otros más amplios en el tiempo y en el espacio (formas de vida y costumbres de los antepasados –abuelos-, evolución de algunos aspectos de la vida cotidiana como el vestido, la vivienda, la alimentación…

Buscaremos habilidades sociales, que ya se iniciaron en el primer ciclo, encaminadas a superar conflictos entre personas como dialogar en grupo, buscar el acuerdo entre todos trabajar en grupo…

Ø Tercer Ciclo

En este ciclo, las actividades de actuación en el medio deberán hacer posible que los temas se aborden estableciendo relaciones más complejas entre los distintos elementos del medio. Se abordará el papel del hombre en la transformación del paisaje, se utilizarán planos y mapas, se usarán escalas, se tratarán de forma narrativa algunos hechos relevantes en la Historia de la localidad, de la Comunidad Autónoma y de España, se elaborarán e interpretarán cuadros cronológicos sencillos, el estudio de costumbres y manejo de fuentes escrita…

Los objetivos de la Educación Primaria recogidos en el R.D. 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las Enseñanzas mínimas, con respecto al área de Conocimiento del Medio, establece que la Educación Primaria contribuirá a desarrollar en los niños y niñas las capacidades que les permitan conocer y apreciar los valores y las normas de convivencia, aprender a obrar de acuerdo con ellas, prepararse para el ejercicio activo de la ciudadanía y respetar los derechos humanos, así como el pluralismo propio de una sociedad democrática.

La incorporación de competencias básicas del currículo permite ponerle acento en aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles, desde un planteamiento integrador y orientado a la aplicación de los saberes adquiridos.

Con respecto al área que nos ocupa, establece la Competencia social y ciudadana, la cual favorece la comprensión de la realidad histórica y social del mundo, su evolución, sus logros y sus problemas.

En el Anexo II se especifican las áreas de Educación Primaria, señalando en el área de Conocimiento del Medio natural, Social y Cultural, objetivos y contenidos referentes al tema que nos ocupa:

Objetivo nº.6:

“Reconocer en el medio natural, social y cultural, cambios y transformaciones relacionados con el paso del tiempo e indagar algunas relaciones de simultaneidad y sucesión para aplicar estos conocimientos a la comprensión de otros momentos históricos”

En el bloque de contenido 5; Cambios en el tiempo: Se agrupan los contenidos relacionados con el aprendizaje de la Historia, incluyendo contenidos relativos a la medida del tiempo y el acercamiento a la conceptualización del tiempo histórico, a través de algunas sociedades de épocas históricas y de hechos y personajes relevantes de la Historia de España.

La secuenciación de los contenidos de este bloque, a lo largo de los tres ciclos, es la siguiente;

Ø Primer ciclo.

§ Utilización de las nociones básicas de tiempo (antes-después, pasado-presente-futuro, duración), unidades de medida (día, semana, mes, año).

§ Iniciación de la reconstrucción de la memoria del pasado próximo a partir de las fuentes familiares.

§ Algunos acontecimientos el pasado y del presente y su relación con aspectos históricos cercanos a su experiencia.

§ Utilización de las fuentes orales y de la información proporcionada por objetos y recuerdos familiares para reconstruir el pasado.

Ø Segundo ciclo.

  • Utilización de unidades de medida temporal (década, siglo) e iniciación al manejo de las nociones de sucesión, ordenación y simultaneidad.
  • Uso de técnicas de registro y representación del pasado familiar y próximo.
  • Aproximación a sociedades de algunas épocas históricas a partir del conocimiento de aspectos de la vida cotidiana.
  • Evolución en un tiempo largo de algún aspecto de la vida cotidiana; relación con algunos hechos históricos relevantes.
  • Utilización de documentos escritos y visuales para obtener información histórica y elaborar distintos trabajos.

Ø Tercer ciclo.

§ Convenciones de datación y de periodizacción ( a. C., d.C.,; edad)

§ Uso de técnicas para localizar en el tiempo y en el espacio hechos del pasado, para percibir la duración, la simultaneidad y la relación entre acontecimientos.

§ Factores explicativos de las acciones humanas, de los acontecimientos históricos y de los cambios sociales.

§ Caracterización de algunas sociedades de épocas históricas: prehistórica, clásica, medieval, de los descubrimientos, del desarrollo industrial y del mundo en el siglo XX, a través del estudio de los modos de vida.

§ Acontecimientos y personajes relevantes de la Historia de España.

§ Conocimiento, valoración y respeto de manifestaciones significativas del patrimonio histórico y cultural.

§ Utilización de distintas fuentes históricas, geográficas, artísticas, etc. para elaborar informes y otros trabajos de contenido histórico.

§ Valoración del papel de los hombres y las mujeres como sujetos de la Historia.

  1. CONCLUCIÓN.
  1. BIBLIOGAFÍA

LEGISLACIÓN:

· Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. ( B.O.E. de 4 de mayo de 2006)

· R.D. 1.513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria. ( B.O.E. de 8 de diciembre de 2006)

MATERIALES DEL MEC:

– Diseño Curricular Base. Servicio de Publicaciones del MEC, Madrid, 1989.

– ORIENTACIONES PARA LA SECUENCIACIÓN DE CONENIDOS II. Educación Física, Conocimiento del Medio, Educación Artística. Consejería de Educación y Ciencia. 1992

AUTORES:

– CARRETERO, M. y LIMÓN, M.: “La construcción del conocimiento histórico” en Cuadernos de Pedagogía nº. 133

– MITRE, E.: Historia y pensamiento histórico. Cátedra, Madrid, 1997.

– VILAR, P.: Iniciación al Vocabulario del Análisis Histórico. Crítica, Barcelona, 1980.

OTRAS PUBLICACIONES.

– BENEGAS GARCÍA, M.:”El pasado a través del diálogo intergeneracional” Cuadernos de Pedagogía nº. 362

– BACELÓ, J.A.:” El tiempo histórico. Elementos para una filosofía de la arqueología” 1997

– MORALES ABAD, M.J. y MARTÍNEZ MAGANTO, J.: “El patrimonio a través de la investigación escolar” Cuadernos de Pedagogía nº. 344