Tema 14B – El área de lengua castellana y literatura en la educación primaria: enfoque y características. Contribución del área al desarrollo de las competencias básicas. Objetivos, contenidos y criterios de evaluación. Relación con las otras áreas del currículo.

Tema 14B – El área de lengua castellana y literatura en la educación primaria: enfoque y características. Contribución del área al desarrollo de las competencias básicas. Objetivos, contenidos y criterios de evaluación. Relación con las otras áreas del currículo.

  1. INTRODUCCIÓN
  1. MARCO NORMATIVO
  1. EL ÁREA DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA: ENFOQUE Y CARACTERÍSTICAS.
  1. CONTRIBUCIÓN DEL ÁREA AL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS.
  1. OBJETIVOS, CONTENIDOS Y CRITERIOS DE EVALUACIÓN
  1. RELACIÓN CON LAS OTRAS ÁREAS DEL CURRÍCULO

“Hay asignaturas que le dan al alumno una visión del mundo y hay asignaturas que le sirven al alumno para vivir en el mundo. La lengua es una de ellas. (Torrente Ballester).

1. INTRODUCCIÓN

Entre las finalidades de la Educación primaria, como etapa de desarrollo integral y armónico de los aspectos intelectuales, afectivos y sociales de la persona, la educación lingüística ocupa un lugar preferente. A lo largo de esta etapa los niños y las niñas deben empezar a adquirir un saber reflexivo sobre las prácticas comunicativas necesarias para vivir en la sociedad del siglo XXI. El área de lengua es el ámbito privilegiado para conseguir estas metas aunque todas las áreas, al emplear el lenguaje como medio de comunicación y de adquisición y transmisión del conocimiento, son responsables del desarrollo de la comunicación lingüística. Así pues, esta área tiene como objeto el desarrollo de las habilidades lingüísticas: escuchar, hablar y conversar, leer y escribir. También, y de manera específica, pretende acercar a la lectura y comprensión de textos literarios.

2. MARCO NORMATIVO

Entendemos por marco normativo el conjunto de disposiciones legales en las que se sustenta este tema.

En primer lugar señalamos la Ley 2/2006, de 3 de mayo de Educación que establece el nuevo marco de actuación y dentro de la etapa de Educación primaria determina como una de las áreas la de Lengua Castellana y Literatura.

El Real Decreto 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de Educación primaria, desarrolla lo preceptuado en la Ley 2/2006 y establece los contenidos y criterios de evaluación del área de Lengua Castellana y Literatura

3. EL ÁREA DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA: ENFOQUE Y CARACTERÍSTICAS.

3.1. ENFOQUE.

Cómo se señala en el R.D. de Enseñanzas Mínimas, de acuerdo con una concepción funcional de la lengua, el ámbito de la actuación educativa en este área ha de ser el discurso, en el que convergen y se cumplen las diferentes funciones de la lengua. Ello implica que la educación lingüística ha de incidir en diferentes ámbitos: el de la adecuación del discurso a los componentes del contexto de situación, de la coherencia de los textos, y el de la corrección gramatical de los enunciados.

En las Enseñanzas Mínimas se plantea que el objetivo último de la educación en Lengua y Literatura en la Educación Primaria ha de ser que los niños y las niñas consigan un dominio de las cuatro destrezas básicas: escuchar, hablar, leer y escribir. En concreto se trata de enriquecer la lengua oral que el alumnado ya usa al comenzar la escolaridad obligatoria y de aprender la utilización de la lengua escrita. Asimismo, se pretende la iniciación a una reflexión sistemática sobre las producciones lingüísticas que contribuya al desarrollo de las destrezas discursivas.

En la comunicación, tanto oral como escrita, existe dos procesos básicos: el de la comprensión y el de la expresión. La comprensión es un proceso activo; para comprender, el receptor establece conexiones entre el mensaje actual y la información y los conocimientos previos; realiza inferencias e interpretaciones; selecciona, codifica y valora. Todo esto requiere una persona activa, que participa en la determinación del sentido del mensaje recibido y comprendido y que contribuye con ello a dotarlo de pleno significado. Educar en la comprensión del lenguaje significa, favorecer el desarrollo de estrategias que permitan interpretar, seleccionar y valorar la información y los mensajes que se reciben en la vida cotidiana. En particular, la educación en la capacidad de escucha ha de propiciar una actitud activa de mente abierta y participativa de los mensajes recibidos.

A través de la expresión lingüística podemos transmitir nuestros sentimientos, vivencias, ideas y opiniones. A su vez, la práctica de la expresión en los procesos que la educación ha de impulsar contribuye a generar ideas, a centrar la atención sobre un tema, a organizar la estructura del mismo, a darle forma de acuerdo con criterios de adecuación, coherencia y corrección y hacer todo ello con un estilo que sea manifestación de algo propio que se desea compartir.

Los niños y las niñas son los protagonistas en el proceso de comunicación lingüística, en su doble dimensión: receptiva y productiva. El desarrollo de su capacidad lingüística depende en gran medida del intercambio comunicativo con los compañeros y con el profesor en el marco escolar. En este contexto tiene tina gran importancia el uso de la lengua como instrumento de aprendizaje de las distintas áreas, es decir como mediador didáctico. En todas las áreas se aprende lengua al realizar sus aprendizaje específicos. El dominio del discurso apropiado a las situaciones de aprendizaje es una responsabilidad de la escuela de la que participan todas las áreas.

Si, como venimos manteniendo, aprender lengua es, ante todo, aprender comunicarse con otros, a comprender lo que otros nos transmiten, a tomar contacto con distintas realidades y a asumir la propia expresión como modalidad fundamental de apertura a los demás, la comunicación en su sentido pleno (entendido doble sentido de comprensión y expresión) será el eje en torno al cual han seleccionarse los objetivos, contenidos y criterios de evaluación.

Veamos en primer lugar que consecuencias, de carácter general plantea el enfoque comunicativo:

1) La enseñanza debe partir en todo momento, del Lenguaje funcional del alumno y alumna. Para hacer que la lengua sea un instrumento de representación y comunicación es necesario que su enseñanza parta del bagaje que aportan los niños desde su medio sociofamiliar. El entorno lingüístico en el que viene, junto con los factores culturales y económicos que lo determinan, lleva consigo grandes diferencias en su competencia lingüística al comienzo de la Primaria y también, a menudo, importantes diferencias de uso (dialectales, lexicográficas, fonológicas, etc.). Es preciso asumir y respetar ese bagaje lingüístico, que es el lenguaje funcional del niño, y a partir de él sugerir y propiciar patrones lingüísticos que amplíen sus posibilidades de comunicación e inserción social. En este enriquecimiento y rectificación, el lenguaje del profesor y los textos que utilicen ha de desempeñar un papel modélico para el desarrollo de una mayor competencia lingüística.

2) La enseñanza de la lengua ha de favorecer la apreciación de la pluralidad lingüística. En segundo lugar, los alumnos han de apreciar la diferentes variedades lingüísticas, tanto las existentes entre las diferentes lenguas, como las de los distintos grupos en el uso de la misma lengua, apreciando incluso aquellas variedades que caso estén culturalmente desvalorizadas, pro que cumplen las funciones representativa y comunicativa dentro de un determinado medio social. En este sentido, la enseñanza de la lengua debe favorecer el conocimiento plurilingüe de España y a partir de allí, la valoración positiva de la variedad de lenguas que se hablan en el mundo.

3) La lectura y la escritura han de estar al servicio de la comunicación. Este debe ser un aprendizaje que se realice en situación de comunicación y en un marco de construcción de sentido. La lectura y la escritura son aprendizajes complejos que no pueden ser reducidos a la simple traducción de códigos, la función comunicativa, la comprensión y la expresión deberían ser los ejes sobre los que realizar estos aprendizajes. FI aprendizaje de la lengua escrita debe permitir a los niños descubrir las posibilidades que ofrece la lectura (y también la escritura) como fuente de placer, de fantasía, de información y de saber.

4) La reflexión gramatical ha de estar al servicio de una mayor competencia comunicativa. Junto con el desarrollo de las destrezas básicas (escuchar, hablar, leer y escribir) es necesario que en Primaria se comience la reflexión sistemática sobre la lengua con el fin de mejorar y enriquecer la propia competencia comunicativa.

El alumnado de esta etapa se ha de habituar a observar reflexivamente la lengua que utiliza, así como a iniciarse en la construcción de conceptos básicos sobre su funcionamiento y en el aprendizaje de la terminología elemental que le permita discutir algunos problemas lingüísticos y ordenar las observaciones que realice. El cuerpo de conocimientos y procedimientos de disciplinas lingüísticas, de crítica literaria, de semántica, etc. no ha de llegar tal cual al alumno, pero será de apreciable valor para ayudar al profesor a educar a los niños en una conciencia reflexiva acerca de la comunicación y de la representación lingüística.

3.2. CARACTERÍSTICAS

Las características esenciales según Vygotsky, parten de las funciones que debe cumplir el lenguaje:

a) Función comunicativa

b) Función intelectual o representativa

c) Función reguladora de la conducta propia o de la de los demás.

Estas funciones, por otra parte no se excluyen entre sí, sino que aparecen de forma ínterrelacionada en la actividad lingüística. Las representaciones lingüísticas y de otra naturaleza constituyen el principal contenido de la comunicación; y la comunicación a su vez, contribuye a la construcción de la representación de la realidad física y social. La educación y el aprendizaje en este área han de atender a esa múltiple función de la lengua (comunicativa, representativa y reguladora) al tiempo que incluye el texto literario como manifestación de la funcionalidad de la lengua.

1. Función comunicativa o social: la comunicación es un elemento esencial del intercambio social. El lenguaje verbal es uno de los sistemas de comunicación de los que disponemos, pero existen otros de gran importancia como son los gestos, la música, las representaciones plásticas, los símbolos numéricos y gráficos, etc.

Como se señala en las Enseñanzas Mínimas, el lenguaje verbal, medio más universal de comunicación, permite recibir y transmitir informaciones de diversa índole e influir sobre las otras personas con las que interactuamos, regulando y orientando su actividad, al mismo tiempo que ellas influyen sobre nosotros y pueden regular y orientar nuestra propia actividad. La comunicación, es, por consiguiente una función esencial del lenguaje.

Es en esta función donde se coloca más énfasis, recibiendo gran atención las distintas funciones con que puede utilizarse la lengua en los intercambios comunicativos (función imperativa, heurística, declarativa, etc…)

2.- Función representativa. Pero el lenguaje no sólo es un instrumento de comunicación entre las personas. Es además, un medio de representación del mundo. Aunque nuestra representación del mundo físico y social también contiene elementos no lingüísticos, de imágenes sensoriales estrechamente vinculadas a la percepción y a la motricidad, y aunque está representación no lingüística sea precisamente la típica del ser humano en sus primeros años de existencia, en la persona adulta y también en el niño, desde el momento en que ha adquirido dominio sobre el lenguaje, la mayor parte de su representación es de carácter lingüístico.

El lenguaje, en consecuencia, está estrechamente vinculado al pensamiento y en particular, al conocimiento. Mediante operaciones cognitivas, que en gran medida constituyen el lenguaje interior, nos comunicamos con nosotros mismos, analizamos los problemas, organizarnos la información de que disponemos (especialmente la información disponible en los registros de memoria), elaboramos planes, emprendemos procesos de decisión, en suma, regulamos y orientamos nuestra propia actividad. Así el lenguaje cumple una función de representación y de autorregulación del pensamiento y la acción.

La función representativa del lenguaje, vincula estrechamente a éste con el pensamiento. El pensamiento verbal como su propio nombre indica está constituido por conceptos verbales que se relacionan entre si. La mayor parte del conocimiento acerca del medio físico, social, cultural, etc., es adquirido en forma de conceptos verbales, que se relacionan mutuamente constituyendo grandes redes interconectadas.

Aprender un lenguaje es aprender un mundo de significados vinculado a un conjunto de significantes. Eso vale para cualquier lenguaje, pero mucho más para la lengua llamada materna, aquella cuya adquisición coincide con la primera socialización del niño y que es utilizada en la vida cotidiana. Cuando el niño aprende el lenguaje en la interacción con las personas de su entorno, no aprende únicamente unas palabras o un completo sistema de signos, sino también los significados culturales que estos signos transmiten y, con ellos, los modos en que las personas de su entorno entienden e interpretan la realidad; en este sentido, se debe fomentar la eliminación de los prejuicios sexistas, que normalmente actúan discriminando a la mujer al transmitir una imagen estereotipada y falsa. El lenguaje contribuye a construir una representación del mundo socialmente compartida y comunicable; y contribuye con ello también a la socialización del niño, a su integración social y cultural. Sirve pues, de instrumento básico para la construcción del conocimiento y la adquisición de aprendizajes, y para el dominio de otras habilidades y capacidades no estrictamente lingüísticas.

3.- Función autorreguladora. El lenguaje también cumple una importante función reguladora de la propia conducta A través del lenguaje interior, actividad discursiva con características propias, podemos planificar nuestras acciones y nuestros pensamientos, analizar los problemas, organizar la información, evaluar consecuencias, autorreforzarnos, etc.

La Lengua en esta etapa ha de partir del nivel comunicativo que los niños traen a la escuela y enfocar el trabajo de esta área desde una perspectiva discursiva. El propio discurso del alumno ha de ser el punto de partida y la referencia constante para la tarea didáctica, que debe llevar a los niños a un conocimiento reflexivo de su lengua.

Por otro lado, el entorno lingüístico en el que viven, junto con los factores culturales y socioeconómicos que lo determinan, lleva consigo la aparición de grandes diferencias en su competencia lingüística al comienzo de la Educación primaria y también, a menudo, importantes divergencias de uso, por lo que la escuela ha de poner a su disposición todos los recursos lingüísticos de simbolización y estructuración de los significados que vayan subsanando las carencias cognitivo lingüísticas originadas por las desigualdades socio-culturales de partida.

En todo caso, los alumnos han de apreciar las diferentes variedades lingüísticas de las distintas comunidades de hablantes y, a partir de ello, valorar positivamente la pluralidad de lenguas que se hablan en el mundo.

A lo largo de la Educación Primaria ha de desarrollarse el aprendizaje de la lectura y escritura. Éste es un aprendizaje que se realiza de forma interactiva y en un marco de construcción de significados. Ambas se entienden como actividades cognitivas complejas que no pueden reducirse a un simple acto de codificación y decodificación. La capacidad lectora se genera mucho antes de poder codificar y decodificar códigos lingüísticos, como la lectura de imágenes y símbolos. La función comunicativa de la lengua, la comprensión y la expresión, son los ejes esenciales sobre los que han de realizarse estos aprendizajes. Deben surgir de la necesidad de comunicarse de los niños, de su interés por comprender el mundo que les rodea y de su deseo de compartir las ideas o crear nuevos espacios expresivos.

La escuela debe ofrecer a los alumnos la posibilidad de construir sus propios modelos de comunicación y de sistema escrito. Desde los iniciales, más subjetivos, hasta el código universalmente compartido. En este proceso, que considera a la lengua escrita no sólo como un instrumento sino, sobre todo, como un objeto de conocimiento con entidad propia, es donde los niños reconstruirán las convencionalidades que han dado lugar a nuestro lenguaje verbal elaborado.

Por otra parte, no hay razón para primar, en esta etapa, el aprendizaje de la lengua escrita sobre la oral. La Educación primaria debe favorecer, ante todo, el uso funcional del lenguaje, sea oral o escrito, es decir, el uso del lenguaje en cuanto eficaz instrumento de comunicación y representación.

El aprendizaje de la lectura y la escritura debe permitir a los niños descubrir sus posibilidades como fuente de placer y fantasía, de información y de saber. Para ello, la enseñanza de la lengua ha de sustentarse en la elaboración y lectura de textos orales y escritos de naturaleza diversa, fomentando el gusto por estas actividades.

Los textos literarios son un importante instrumento para la construcción social del significado y para ampliar la visión del mundo y el desarrollo de la capacidad de análisis y crítica. Adaptados a estas edades, y especialmente seleccionados, ofrecen especiales posibilidades de goce y disfrute, de diversión y de juego.

En todo este proceso de enseñanza de la lengua es necesario comenzar en esta etapa una reflexión lingüística capaz de mejorar la propia competencia comunicativa. Esta reflexión crítica se debe desarrollar dentro del marco discursivo de manera que el uso del lenguaje no se convierta en pura rutina y se halle en consonancia con los procesos de creación e innovación lingüística de los propios alumnos.

Finalmente, la Educación primaria debe contemplar el tratamiento didáctico de los medios de comunicación social, por la incidencia que tienen en la vida cotidiana de los niños desde muy pequeños. Los medios audiovisuales (cine, TV, vídeo, fotografía, prensa infantil…) poseen en nuestra sociedad una gran capacidad de impacto, de poder motivador, de regulación de informaciones, tendencias, opiniones y gustos, que los niños de estas edades asumen acríticamente al no disponer de recursos que les ayuden a discutirlos y contrarrestarlos. En otra vertiente, ofrecen la posibilidad de ser utilizados por los mismos niños como instrumentos atractivos de comunicación interpersonal y de diversificación en las formas de expresión de sus necesidades e intereses, siendo contextos idóneos para el uso combinado de distintos códigos verbales y no-verbales.

4. CONTRIBUCIÓN DEL ÁREA AL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS.

El concepto de “competencias básicas” es una de las principales novedades que aporta el Real Decreto 1.513/2006.

Las competencias básicas son aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles para que los alumnos puedan lograr su realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria y ser capaces de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de toda la vida. Estas competencias básicas y su adquisición están referidas al final de la etapa de educación obligatoria, aunque lógicamente su desarrollo debe iniciarse desde el principio de la escolarización, para que así su adquisición se realice de un modo gradual y coherente.

La incorporación de las competencias básicas al currículo permite poner el énfasis en aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles, teniendo en cuenta que el planteamiento tiene un carácter integrador y está orientado a la aplicación de los saberes adquiridos.

La inclusión de las competencias básicas en el currículo tiene varias finalidades:

q Integrar los distintos aprendizajes en las distintas áreas, tanto los formales como los informales y no formales.

q Permitir a todos los estudiantes que integren lo aprendido al ponerlo en relación con distintos tipos de contenidos y que lo utilicen de modo efectivo cuando les resulten necesarios en diferentes situaciones y contextos.

q Orientar la enseñanza al permitir identificar los contenidos y los criterios de evaluación que se consideren imprescindibles y, en general, inspirar las distintas decisiones relativas al proceso de enseñanza-aprendizaje.

El artículo 4 (punto 4) del Real Decreto 1.513/2006 hace referencia al carácter instrumental de la lengua y al tratamiento especial que debe tener durante la Educación Primaria. Puesto que la lengua es el vehículo de enseñanza y aprendizaje en todas las áreas, la mejora de la competencia comunicativa incide positivamente en el desarrollo de todas las demás competencias, como veremos a continuación.

En este sentido, en el citado Real Decreto se hace alusión al carácter fundamental que tiene la lectura en este sentido:

Los centros, al organizar su práctica docente, deberán garantizar la incorporación de un tiempo diario de lectura, no inferior a treinta minutos, a lo largo de todos los cursos de la etapa.

Examinemos de qué manera el área de Lengua y Literatura contribuye al desarrollo de las competencias básicas:

1. Competencia comunicativa. Puesto que el currículo de esta área pone especial énfasis en el uso social de la lengua en los diferentes contextos comunicativos, es evidente la contribución directa del área al desarrollo de todos los aspectos que conforman la competencia lingüística. El lenguaje es un instrumento de comunicación, oral o escrita, que sirve para

representar, interpretar y comprender la realidad, para construir y comunicar el conocimiento y para organizar y autorregular el pensamiento, las emociones y la conducta.

Alcanzar progresivamente la competencia lingüística permite al alumnado adueñarse de los conocimientos, las destrezas y actitudes que le permitirán expresar pensamientos, emociones y opiniones, así como utilizar el diálogo, formarse un juicio crítico y ético, generar ideas, estructurar el conocimiento, dar coherencia y cohesión al discurso y a las acciones y tareas propias, adoptar decisiones y disfrutar escuchando, leyendo y expresándose oralmente o por escrito. Todas estas habilidades ayudan al desarrollo de la autoestima y de la confianza en sí mismo.

2. Competencia matemática. Una de las habilidades que se relacionan con la competencia matemática es la capacidad para resolver problemas relacionados con la vida cotidiana y con el mundo laboral. El lenguaje verbal y el matemático están estrechamente relacionados en este aspecto, pues sólo de la correcta comprensión del enunciado de un problema puede derivar la estrategia que lleve a su resolución.

Por otro lado, se relaciona con la competencia matemática la habilidad lingüística de interpretar informaciones, datos y argumentaciones, lo que aumenta la posibilidad real de seguir aprendiendo a lo largo de la vida, tanto en el ámbito escolar o académico como fuera de él, y favorece la participación efectiva en la vida real.

Finalmente, la competencia matemática supone la habilidad lingüística de seguir procesos de pensamiento como son la inducción y la deducción.

3. Competencia en el conocimiento e interacción con el mundo físico. El área de Lengua tiene aquí también una especial importancia en diversos aspectos. La competencia en el conocimiento e interacción con el mundo físico posibilita la comprensión de los sucesos, la expresión de opiniones diferentes sobre los grandes problemas medioambientales que están de candente actualidad: deterioro de la capa de ozono, extinción de especies animales, tala indiscriminada de árboles, etc. Supone asimismo una actitud crítica hacia los mensajes publicitarios e informativos.

4. Tratamiento de la información y competencia digital. El área de lengua proporciona destrezas para la búsqueda de información, la selección yel tratamiento de la información y la comunicación, para la comprensión de esta información, su estructura y organización textual y para su utilización en la producción oral y escrita. El uso del soporte digital para la producción de textos supone el uso de estrategias tales como la planificación de un texto, la ejecución, la revisión. Todas ellas están relacionadas directamente con el área de Lengua.

5. Competencia social y ciudadana. Las habilidades lingüísticas contribuyen en gran medida a desarrollar la competencia social y ciudadana, puesto que el uso de la lengua es la base de la comunicación. Aprender lengua significa, en primer lugar, aprender a comunicarse con los demás, a comprender lo que éstos transmiten y tomar contacto con otras realidades.

También esta competencia desarrolla la capacidad crítica para comprender la complejidad del mundo actual, valorando las diferencias y reconociendo la igualdad de derechos de hombres y mujeres, así como la práctica del diálogo como modo de lograr acuerdos.

6. Competencia cultural y artística. El área de Lengua está relacionada con aquellas manifestaciones culturales que utilicen como vehículo de transmisión el lenguaje: el teatro, la literatura, el cine… La competencia cultural y artística tiene que ver con el área de Lengua en tanto en cuanto supone conocer, comprender, apreciar y valorar críticamente diferentes manifestaciones culturales y artísticas, para utilizadas como medio de enriquecimiento y disfrute.

También implica esta competencia la capacidad de elaborar ideas y sentimientos propios y ajenos, encontrar cauces, fuentes y formas de comprensión y expresión, planificar, evaluar y ajustar los procesos necesarios para alcanzar unos resultados.

7. Competencia para aprender a aprender y autonomía e iniciativa personal. El lenguaje es el instrumento por excelencia para acceder al saber ya la construcción de conocimientos y, por lo tanto, se relaciona directamente con estas dos competencias. El lenguaje es un medio de comunicación y es también un medio de representación del mundo. Está en la base del pensamiento y del conocimiento. Permite comunicarse con uno mismo, analizar problemas, elaborar planes y emprender procesos de decisión.

En resumen, ayuda a regular nuestra propia actividad con progresiva autonomía.

5. OBJETIVOS, CONTENIDOS Y CRITERIOS DE EVALUACIÓN

Objetivos del área

Los objetivos son los enunciados que fijan las capacidades que el alumno debería conseguir en cada una de las áreas, en este caso al finalizar la etapa.

La enseñanza de la Lengua castellana y literatura en esta etapa tendrá como objetivo el desarrollo de las siguientes capacidades:

1. Comprender y expresarse oralmente y por escrito de forma adecuada en los diferentes contextos de la actividad social y cultural.

2. Hacer uso de los conocimientos sobre la lengua y las normas del uso lingüístico para escribir y hablar de forma adecuada, coherente y correcta, y para comprender textos orales y escritos.

3. Utilizar la lengua para relacionarse y expresarse de manera adecuada en la actividad social y cultural, adoptando una actitud respetuosa y de cooperación, para tomar conciencia de los propios sentimientos e ideas y para controlar la propia conducta.

4. Utilizar, en situaciones relacionadas con la escuela y su actividad, las diversas clases de escritos mediante los que se produce la comunicación con las instituciones públicas o privadas.

5. Usar los medios de comunicación social y las tecnologías de la información y la comunicación, para obtener, interpretar y valorar informaciones y opiniones diferentes.

6. Utilizar la lengua eficazmente en la actividad escolar tanto para buscar, recoger y procesar información, como para escribir textos propios del ámbito académico.

7. Utilizar la lectura como fuente de placer y de enriquecimiento personal, y aproximarse a obras relevantes de la tradición literaria para desarrollar hábitos de lectura.

8. Comprender textos literarios de géneros diversos adecuados en cuanto a temática y complejidad e iniciarse en los conocimientos de las convenciones específicas del lenguaje literario.

9. Valorar la realidad plurilingüe de España como muestra de riqueza cultural.

10. Reflexionar sobre los diferentes usos sociales de las lenguas para evitar los estereotipos lingüísticos que suponen juicios de valor y prejuicios clasistas, racistas o sexistas.

Contenidos

Los contenidos son el conjunto de hechos, principios, conceptos, nociones, procedimientos, habilidades, valores, actitudes y normas que se ponen en juego en la práctica educativa. Constituyen el elemento que el profesor trabaja con los alumnos con el objetivo de alcanzar las capacidades expresadas en los objetivos.

Los contenidos son de tres tipos:

Conceptuales (saber): hechos, datos de la realidad, nombres, características, definiciones.. .

Procedimentales (saber hacer): habilidades, técnicas, destrezas. Los procedimientos son un conjunto de acciones orientadas a conseguir un objetivo determinado.

Actitudinales (saber estar): valores, normas, actitudes.

El área de Lengua y Literatura está dividida en cuatro grandes bloques de contenidos. Los dos primeros están en relación con las cuatro habilidades básicas (escuchar, hablar, leer y escribir); el tercero hace referencia a la educación literaria; el cuarto, finalmente, se centra en la reflexión sobre el código lingüístico. Los nombres de los bloques son:

Bloque 1: Escuchar, hablar, conversar.

Bloque 2: Leer y escribir.

Bloque 3: Educación literaria.

Bloque 4: Conocimiento de la lengua.

Se establece una secuenciación en los tres ciclos para cada bloque. Esta secuenciación pretende fomentar progresivamente una mayor autonomía del alumnado, tanto en actividades de comprensión como de producción, tanto orales como escritas.

A continuación resumiremos brevemente los contenidos por bloques:

El bloque 1, Escuchar, hablar y conversar, pretende fomentar la mejora de las habilidades básicas orales. Se hace una referencia explícita a la importancia del diálogo (al usarse el verbo “conversar”). Las situaciones comunicativas orales que se trabajarán en el aula serán las más cercanas a los alumnos. Progresivamente se trabajarán textos del registro formal. En los primeros cursos las actividades de explotación irán dirigidas en mayor medida a la comprensión y en los cursos superiores se aumentarán los ejercicios de producción. Merecen una especial atención la comprensión de informaciones procedentes de los medios de comunicación, así tomo todas las procedentes de los distintos soportes audiovisuales.

Durante toda la etapa se fomentará una actitud de respeto hacia las normas del intercambio comunicativo oral (turnos de palabra, volumen de voz adecuado, etc.) y el cuidado por el uso de un lenguaje respetuoso y no discriminatorio.

El bloque 2, Leer y escribir, pretende el desarrollo de la adquisición de la habilidad lectora y de las grafías y las convenciones del código escrito.

La comprensión y la expresión escritas giran en torno a varios grupos de informaciones: las procedentes de textos relacionados directamente con la realidad del niño, las informaciones generales procedentes de los medios de comunicación y las procedentes de textos con finalidad didáctica.

Durante esta etapa los alumnos tendrán un primer acercamiento guiado a las tecnologías de la información y empezarán a utilizar un procesador de textos sencillo. Se propone fomentar el interés por los textos escritos y el uso de la lectura como instrumento para el disfrute personal.

El bloque 3, Educación literaria, se concibe como un acercamiento a la Literatura desde sus expresiones más sencillas y cercanas al alumnado: la lectura, el recitado, la práctica de juegos retóricas. En esta etapa el currículo se centra en favorecer experiencias placenteras con la lectura y la recreación de textos literarios. También se busca favorecer el uso de la biblioteca como medio de acercamiento a la lectura de textos literarios.

El bloque 4, Conocimiento de la lengua, hace referencia a la reflexión sistemática sobre los distintos contenidos relacionados con la lengua: factores contextuales a los que se ha de adecuar el discurso, esquemas textuales básicos, elementos de cohesión textual y regularidades léxico semánticas de los textos en uso en la etapa. El grado de abstracción de estos conocimientos estará siempre relacionado con la edad de los alumnos. Otros aspectos que se trabajarán serán la asimilación de la diferencia entre texto oral y escrito y el conocimiento de las normas ortográficas más sencillas.

Criterios de evaluación

Los criterios de evaluación proporcionan sugerencias y orientaciones para diseñar actividades de evaluación que permitan obtener información sobre los procesos de enseñanza – aprendizaje.

La evaluación permite seguir y valorar los resultados obtenidos y mejorar los procesos que permiten llegar a ellos. Todos los elementos del sistema educativo, no sólo el alumnado, deben ser evaluados: la actividad del profesor, función directiva, el funcionamiento del centro docente, la inspección y las propias Administraciones Públicas.

La evaluación no sólo permite al profesor o a la profesora comprobar que la planificación educativa es correcta, sino también saber qué avances se están consiguiendo y si debe poner en marcha actividades de apoyo.

No sólo se evaluarán contenidos, sino procedimientos (expresión, comprensión) y la actitud del niño o la niña en clase, en relación con sus compañeros y con los docentes.

Los criterios de evaluación deben funcionar como reguladores de las estrategias de las enseñanzas puestas en juego, según las necesidades o desajustes detectados y como indicadores de la evolución de los sucesivos niveles de aprendizaje de 11 alumnos.

Los criterios de evaluación del área serán referente fundamental para valorar el grado de adquisición de las competencias básicas. Éstos se secuencian en tres ciclos. Estos criterios hacen referencia a diferentes tipos de conocimientos, procedimientos y actitudes. A continuación hacemos una breve síntesis de los criterios para toda la etapa:

1. Participar en las situaciones de comunicación del aula, respetando las normas del intercambio: guardar el turno de palabra, escuchar, mirar al interlocutor, mantener el tema, organizar el discurso.

2. Expresarse de forma oral mediante textos que presenten de manera organizada hechos, vivencias o ideas.

3. Captar el sentido global de textos orales de uso habitual. En segundo ciclo se evaluará, además, la distinción entre ideas principales y secundarias.

Finalmente, en tercero, se valorará la identificación de ideas, opiniones y valores no explícitos.

4. Localizar información concreta y realizar inferencias directas en la lectura de textos. En el tercer ciclo se evaluará también la capacidad de discriminar los propósitos principales de los textos y la interpretación del doble sentido de algunos.

5. Relacionar, poniendo ejemplos concretos, la información contenida en los textos escritos próximos a la experiencia infantil con las propias vivencias e ideas y mostrar la comprensión a través de la lectura en voz alta. En ciclos superiores se valorará también la capacidad para producir textos escritos tales como resúmenes, redacciones, con la adecuada planificación.

6. Redactar y reescribir diferentes textos relacionados con la experiencia infantil ateniéndose a modelos claros, utilizando la planificación y revisión de los textos, cuidando las normas gramaticales y ortográficas más sencillas y los aspectos formales.

7. Conocer textos literarios de la tradición oral y de la literatura infantil adecuados al ciclo, así como algunos aspectos formales simples de la narración y de la poesía con la finalidad de apoyar la lectura y la escritura de dichos textos.

8. Identificar de forma guiada algunos cambios que se producen en las palabras, los enunciados y los textos al realizar segmentaciones, cambios en el orden, supresiones e inserciones que hacen mejorar la comprensión y la expresión oral y escrita.

9. Comprender y utilizar la terminología gramatical y lingüística elemental en las actividades relacionadas con la producción y comprensión de textos.

6. RELACIÓN DEL ÁREA DE LENGUA CON OTRAS ÁREAS DEL CURRÍCULO

La comunicación oral y escrita está presente en todas las actividades que se realizan en el aula, por lo tanto, existe una dependencia entre el progreso del alumno en el área de lengua y las demás áreas.. En el artículo 4 (punto 4) del Real Decreto 1.513/2006 se hace referencia al carácter instrumental de esta área y al tratamiento especial que debe tener durante la Educación Primaria. En efecto, el instrumento que vehicula el proceso de enseñanza-aprendizaje en la escuela primaria es el lenguaje. El trabajo de desarrollo de las cuatro habilidades básicas (comprensión y expresión escrita, comprensión y expresión oral) repercutirá, por lo tanto, en los aprendizajes en todas las demás áreas. Teniendo presente que “todos los profesores son profesores de lengua”, la capacidad de comprensión y expresión se tiene que reforzar en todas las áreas.

Las técnicas de búsqueda de información (bibliotecas, Internet, diccionarios) también son aprovechadas por las restantes áreas, así como las técnicas cognitivas (resumen, esquema, extracción de ideas principales y secundarias).

El aspecto lúdico del lenguaje (juegos de palabras, adivinanzas, acertijos) además de fomentar la creatividad en Lengua y en las demás áreas del currículo, implican un alto grado de interdisciplinariedad, puesto que se pueden aplicar a cualquier área.

Veamos ahora algunos aspectos concretos relacionados con cada área.

En relación con el área de Matemáticas, el grado de dominio del lenguaje habitual condicionará el aprendizaje de los contenidos matemáticos. Los alumnos experimentarán dificultades en la resolución de problemas expresados en palabras si no están familiarizados con las muchas formas que tiene de expresarse una idea matemática y si no va adquiriendo un progresivo dominio de la comprensión lectora.

Con el área de Conocimiento del Medio natural, social y cultural son múltiples las relaciones. El lenguaje vehicula los conocimientos sobre la naturaleza (descripciones, exposiciones sobre animales, lugares), sobre la sociedad (medios de comunicación como la radio, Internet, la televisión, los periódicos) o sobre la cultura (tradiciones orales o escritas como los cuentos y las canciones). El espíritu crítico (sobre todo en cursos superiores de Educación Primaria) se pone en práctica en relación con asuntos tan de actualidad como la protección de la naturaleza, el uso de las nuevas tecnologías, los medios de comunicación, las especies en peligro de extinción…

El área de Lengua se relaciona también con el área de Conocimiento del Medio a través de las diversas técnicas que se utilizan en esta área: realización de entrevistas, elaboración de cuestionarios, recogida y elaboración de información, uso de bibliografía.

Con el área de Educación Física el área de Lengua también guarda una estrecha relación. Ésta se refiere al uso del lenguaje en los reglamentos de los deportes, en las reglas de los juegos o en las instrucciones del profesor o profesora en las actividades físicas. Se hace uso sobre todo de la comprensión oral.

El área de Educación Artística tiene también lazos de unión con el área de Lengua. Al percatarse de la capacidad expresiva que tiene el lenguaje y de desarrollar una cierta capacidad estética, el alumno puede valorar también las expresiones artísticas como otros modos de transmitir la belleza. La literatura emplea el código lingüístico para transmitir la belleza y la música utiliza los sonidos y la pintura el color. El lenguaje también aparece en la música: la voz en la letra de canciones se transforma en un instrumento más.

Finalmente, en lo que se refiere al área de Educación para la ciudadanía y los derechos humanos, es igualmente importante la aportación del área de Lengua. El lenguaje es la herramienta utilizada para la resolución de conflictos civilizadamente. Los debates, las entrevistas, los trabajos en grupo, tanto orales como escritos, sirven para favorecer el crecimiento del espíritu democrático entre los alumnos.

En resumen: por un lado la enseñanza de determinados aspectos de la lengua ha de contemplarse en las otras áreas (manejo de vocabulario, verbalización de estrategias de resolución de tareas, etc.) y por otro se tendrán en cuenta en el diseño de actividades en el área de Lengua todos los elementos que puedan contribuir al trabajo en las restantes áreas (manejo de la biblioteca, técnicas de subrayado y resumen, análisis y comprensión de diferentes tipos de texto, etc.).

7. CONCLUSIONES

8. BIBLIOGRAFÍA

Legislación:

· Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación

· Real Decreto 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de Educación primaria.

· O.M. de 12 de noviembre de 1992 sobre evaluación en Educación Primaria.

Materiales del MEC:

– Área de Lengua Castellana y Literatura (1992). Primaria. MEC. “Cajas rojas”

Autores:

q Vygotsky, L. S. (1977): Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires. La Pléyade.

q Ferreiro, E., y Teberosky, A (1988): Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. Siglo XXT México.

q Freinet, C. (1979): Los métodos naturales. Fontanella. Barcelona.

q Graves, D.H. (1991): Didáctica de la escritura. MEC/Morata. Madrid

q Cooper, D, (1990)): Cómo mejorar la comprensión lectora. Visor. Madrid

q Foucambert, J. (1989): Cómo ser lector. Laia. Barcelona.

q Recasens, M (1987): Cómo estimular la expresión oral. CEAC. Barcelona.

q Sigúan, M. (coord.) (1991): La enseñanza de la lengua. Horsori. Barcelona.

q Leer y escribir. Cuadernos de Pedagogía (Monográfico). Julio-agosto. 1993.