Tema 38 – Principios y modelos generales de evaluación en educación.

Tema 38 – Principios y modelos generales de evaluación en educación.

SUS FINES Y SUS TIPOS. LA EVALUACIÓN EN EL PROCESO EDUCATIVO Y EN LA TOMA DE DECISIONES CURRICULARES.

1. LA EVALUACIÓN EDUCATIVA.

2. PRINCIPIOS GENERALES DE EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN.

3. MODELOS GENERALES DE EVALUACIÓN.

3.1. La evaluación sumativa.

3.2. La evaluación formativa.

4. FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN.

4.1. Formativa.

4.1.1. Diagnóstico.

4.1.2. Orientación.

4.1.3. Motivación.

4.2. Final.

4.2.1. Control-Calificación (Valoración del aprovechamiento).

4.2.2. Promoción.

4.2.3. Acreditación.

4.2.4. Certificación.

5. TIPOS DE EVALUACIÓN.

5.1. Considerando la finalidad.

5.2. Considerando los momentos.

5.3. Considerando los agentes.

6. LA EVALUACIÓN EN EL PROCESO EDUCATIVO Y EN LA TOMA DE DECISIONES CURRICULARES.

INTRODUCCIÓN.

La Psicología de la Educación se ha ocupado tradicionalmente de la evaluación como un fenómeno desgajado de las actividades de enseñanza y aprendizaje. Solo muy recientemente ha empezado a superarse esta aproximación, tomando consciencia de que evaluación, enseñanza y aprendizaje constituyen una unidad indisoluble. Así, la LOE considera a la evaluación un elemento fundamental para la mejora de la educación y el aumento de la transparencia del sistema educativo. En este sentido, como orientadores/as hemos de situarnos en este marco teórico y legislativo, tanto para contextualizar la actividad evaluadora que nos corresponde, como para participar en otras acciones evaluadoras compartidas con otros profesores o asesorar a otros en materia de evaluación.

1. LA EVALUACIÓN EDUCATIVA.

Como afirman MIRAS y SOLÈ (2001), la evaluación es una actividad consustancial a cualquier tipo de acción encaminada a provocar modificaciones en un sujeto, situación o persona. En este sentido, y considerando el carácter intencional de la acción educativa, resulta muy difícil referirse a los procesos educativos sin aludir a la evaluación.

Las diversas definiciones al uso del término “evaluación” tienden a concentrarse en lo que pueden ser considerados como dos polos de un continuum. En uno de ellos y en su acepción más extendida, se habla de evaluación para referirse a la actividad a través de la cual se emite un juicio sobre una persona, un fenómeno, una situación o un objeto en función de distintos criterios. Aunque con menos adeptos, otras definiciones de la evaluación subrayan su carácter asociado a la obtención de informaciones para tomar alguna decisión.

En opinión de MIRAS y SOLÉ (2001) ambos aspectos, el de “juicio” y el de “toma de decisiones”, intervienen en la evaluación educativa, aunque adquieren mayor o menor preponderancia según los casos. Por eso consideran la evaluación como una “actividad mediante la cual, en función de determinados criterios, se obtiene información pertinente acerca de un fenómeno, situación, objeto o persona, se emite un juicio sobre el objeto de que se trate y se adoptan una serie de decisiones relativas al mismo”.

2. PRINCIPIOS GENERALES DE EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN.

Todo proceso de evaluación ha de regirse por unos principios que le dan sentido y coherencia. Recogiendo las aportaciones de ZABALZA (1987), STEBARANZ (1994), las recomendaciones del Comité de Estándares de Evaluación (1998) y MATEO (2000), estos serían:

a) Conveniencia y oportunidad. Respetando la individualidad, la legalidad y la ética.

b) Utilidad. De acuerdo con la finalidad y considerando las audiencias y los receptores del informe.

c) Claridad. Tanto en redacción, como en el léxico o la simbología que se utilice.

d) Sencillez. Para que sea inteligible y asequible.

e) Exactitud y precisión técnica. Integrando terminologías cuantitativas y cualitativas sobre las características del sujeto u objeto evaluado, contexto de realización, fuentes de información, instrumentos utilizados, propósitos, extractos de datos y cualificaciones, conclusiones, informe razonado, etc.

f) Viabilidad y facilidad. La evaluación ha de ser realista, económica en tiempo, recursos y esfuerzo tanto del evaluador como del evaluado o informante.

g) Autonomía, responsabilidad y homogeneidad. Favoreciendo técnicas e instrumentos y criterios de evaluación consensuados con otros profesores o evaluadores y, en su caso, con los alumnos u otras personas, evitando la subjetividad y procurando la intersubjetividad (para datos cualitativos) y la objetividad (para datos cuantitativos).

h) Racionalidad. Entendiendo la evaluación como un proceso de diálogo, comprensión y mejora; lo cual significa también comunidad de intereses e implica estrategias de convicción, negociación y búsqueda de conocimiento y de intereses comunes por encima de las tendencias exclusivamente personales.

3. MODELOS GENERALES DE EVALUACIÓN.

La relación entre teoría y evaluación es tan estrecha que podemos encontrar tantos modelos de evaluación como enfoques teóricos. No obstante, históricamente se han puesto de relieve dos grandes modelos o formas de entender la evaluación: la evaluación sumativa y la evaluación formativa. Ambas, sin embargo, se consideran necesarias.

3.1. La evaluación sumativa.

Como explican MIRAS y SOLÉ (2001), tradicionalmente la evaluación se ha entendido en el ámbito educativo como medio de control para adecuar las características del alumno a las exigencias, generalmente prefijadas, de un determinado sistema de formación. Esta función general, cuando tiene lugar al finalizar un proceso de enseñanza y aprendizaje y con independencia de la extensión o duración temporal del mismo, da lugar a la denominada evaluación sumativa, término acuñado por SCRIBEN en 1967.

La finalidad última de la evaluación sumativa es determinar el grado de dominio del alumno en un área de aprendizaje. El resultado de esta operación permite otorgar al alumno una calificación que a su vez puede ser utilizada como una acreditación del aprendizaje realizado; por ello, en ocasiones se denomina también evaluación acreditativa. Así, lo más característico de la evaluación sumativa no es tanto su periodicidad sino su ubicación al término de un proceso de enseñanza aprendizaje (también a veces se la llama final) y, sobretodo, su finalidad: proporcionar un balance del aprendizaje del alumno.

3.2. La evaluación formativa.

Este tipo de evaluación se vincula estrechamente al proceso de enseñanza- aprendizaje y permite una doble retroalimentación. Por una parte, indica al alumno su situación respecto de las distintas etapas por las que debe pasar para efectuar un determinado aprendizaje; por otra parte, indica al profesor como se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como sus aspectos más logrados y los más conflictivos. Así, en su misma acepción, el concepto de evaluación formativa remite a una caracterización dinámica de la situación educativa, en la que se dan múltiples cambios e interacciones de todo tipo entre los elementos que la configuran.

La evaluación formativa, en cuanto se articula en el mismo proceso de enseñanza y aprendizaje, se convierte en instrumento fundamental de regulación del mismo. En la medida en que no solo proporciona datos sobre los progresos que va realizando el alumnado, sino también sobre lo adecuado de los procesos de enseñanza que se instrumentan para lograrlos, la evaluación formativa se convierte además en un importante medio para interrogar la pertinencia de los distintos elementos que configuran el currículo, su organización y las relaciones concretas que mantienen en un contexto específico.

4. FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN.

La Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía (CECJA, 1995) menciona dos grandes finalidades de la Evaluación: la formativa y la final. Veámoslo detenidamente.

4.1. Formativa.

Ajustar la ayuda pedagógica a las características individuales de los alumnos/as mediante aproximaciones sucesivas, para lo cual habrá que conocer las características de los alumnos y sus conocimientos previos así como sus necesidades y evolución durante el proceso. Para ello habrá que valorar diversos aspectos como: cambios que se producen en el alumno; utilidad de métodos y recursos empleados; propia práctica educativa; adecuación del programa; cualquier otro factor que pueda influir en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Asimismo, esta finalidad conlleva las siguientes funciones.

4.1.1. Diagnóstico.

Disponer de información significativa y suficiente para valorar la calidad del proceso educativo. Para un conocimiento lo más riguroso posible de la congruencia entre objetivos, métodos, organización y rendimientos. Esta información debe traducirse en toma de decisiones para corregir, apoyar, perfeccionar el funcionamiento del proceso y, por tanto, la calidad de los resultados. Debe permitir al alumno mejorar en su aprendizaje y al profesor introducir los cambios necesarios para mejorar.

En este sentido, uno de los ejemplos a destacar es la evaluación de diagnóstico. Surge con la LOE y consiste en una evaluación de las competencias básicas alcanzadas por el alumnado al finalizar el 2º ciclo de EP, que tendrá carácter formativo y orientador, proporcionará información sobre la situación del alumnado, de los centros y del propio sistema educativo y permitirá adoptar las medidas pertinentes para mejorar las posibles eficiencias. Otra evaluación similar se llevará a cabo al finalizar el segundo curso de la ESO. A este respecto, recientemente se ha promulgado la Orden de 27 de Octubre de 2009, por la que se regulan las pruebas de evaluación de diagnóstico y el procedimiento de aplicación en los centros docentes de Andalucí

4.1.2. Orientación.

La evaluación ha de servir tanto al alumnado como al profesor para valorar el trabajo realizado y reconducirlo hacia las metas previstas, por lo que actúa como un criterio de mejora. Al evaluar se trata no sólo de reconocer las deficiencias, sino también de orientar para su superación. Así la función orientadora de la evaluación permite que el alumno sea consciente de su aprendizaje y por lo tanto se implique más en él, a la vez que también ayuda al profesor en su enseñanza y en sus estrategias didácticas concretas. De esta manera la evaluación actuará como un elemento facilitador de la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje, al proporcionar información útil para decidir qué actividades de apoyo y refuerzo son más adecuadas para reconducir las prácticas y rentabilizar los esfuerzos.

4.1.3. Motivación.

Solamente si el alumno es capaz de conocer sus avances y dificultades, al tiempo de producirse, participará motivado en el aprendizaje. Es por lo tanto necesario que, desde los resultados (pero no solo desde ellos) el profesor estimule el trabajo de sus alumnos aumentando su confianza en sus propias capacidades.

4.2. Final.

Determinar el grado en que se han conseguido los objetivos en el PCC??? Funciones de:

4.2.1. Control-Calificación (Valoración del aprovechamiento).

Calificación final expresada en notas, diploma y títulos que certifican si el alumno está o no capacitado en determinados aprendizajes. Tradicionalmente era la única finalidad. Sin embargo, la evaluación no se limita a calificación. El proceso evaluador presupone que el profesor integra todos los datos que tiene sobre el alumno, tanto cualitativos como cuantitativos, los compara con los objetivos propuestos determinando hasta que punto estos se han logrado y expresa esa valoración.

4.2.2. Promoción.

La evaluación de los alumnos, entendida como valoración final de una parte del proceso de aprendizaje y como apreciación del grado en que se ha logrado el desarrollo de las capacidades previstas, está vinculada a la promoción de los alumnos de un ciclo o curso al siguiente, o al cambio de etapa. A este respecto la LOE señala:

a) EP. El alumno accederá al ciclo educativo o etapa siguiente siempre que se considere que ha alcanzado las competencias básicas correspondientes y el adecuado grado de madurez.

b) ESO. Los alumnos promocionarán de curso cuando hayan superado los objetivos de las materias cursadas o tengan evaluación negativa en dos materias, como máximo y repetirán curso cuando tengan evaluación negativa en tres o más materias. Excepcionalmente, podrá autorizarse la promoción de un alumno con evaluación negativa en tras materias cuando el equipo docente considere que la naturaleza de las mismas no le impide seguir con éxito el curso siguiente, se considere que tiene expectativas favorables de recuperación y que dicha promoción beneficiará su evolución académica.

4.2.3. Acreditación.

El proceso evaluador dentro del proceso de enseñanza tiene también una función acreditativa en lo que supone constatar los años cursados, las calificaciones obtenidas y otras orientaciones no prescriptivas y confidenciales.

4.2.4. Certificación.

El resultado del proceso evaluador también tiene repercusiones en lo que supone una certificación de los estudios realizados. Esta certificación permite acceder a otros estudios o actividades en los que se considera que la superación de los estudios a los que se refiere la certificación debe ser previa.???

5. TIPOS DE EVALUACIÓN.

Para lograr sus propósitos, la evaluación educativa puede adoptar múltiples formas. Como afirman MIRAS y SOLÉ (2001), aunque cada autor procede a clasificaciones diferentes, existe un acuerdo generalizado en torno a algunas categorías relativas a los tipos de evaluación.

5.1. Considerando la finalidad.

a) Diagnóstica: Para abordar inicios de curso, de una planificación, de diseñar programas nuevos, realizar ajustes presupuestarios, de personal o de infraestructura, etc.

b) Formativa o Procesual: Para reorientar la enseñanza y mejorar las estrategias de aprendizaje de los alumnos. En definitiva, mejorar el programa. En sentido amplio puede referirse al funcionamiento de un proceso administrativo o al funcionamiento de un servicio, como el de biblioteca.

c) Sumativa: Para emitir juicios al final de procesos. Para calificar a los alumnos, para decidir si el programa continua o se suprime, bien sea porque se han conseguido los objetivos, se han cubierto las necesidades para el que fue creado o porque es deficiente. Es selectiva y certificativa. Cualquier sistema de selección o acreditación.

d) De impacto: Para conocer la persistencia, la permanencia o la repercusión de determinadas acciones formativas, una vez transcurridos un tiempo tras finalizar el proceso. También puede referirse a procesos de seguimiento de planes institucionales tratando de advertir las influencias de las acciones anteriormente realizadas.

5.2. Considerando los momentos.

a) Inicial: Al comienzo de un proceso, para determinar el nivel de entrada de los alumnos, ajustar programas, créditos, unidades, etc. Hasta cierto punto coincide con la diagnóstica. También puede emplearse para determinar niveles de satisfacción ante nuevos planes, reformas, etc.

b) Continua: Cuando a lo largo del período de enseñanza-aprendizaje se van recogiendo datos sobre el alumno con el fin de orientar sus aprendizajes y facilitar o descargar la tensión de una evaluación final a la que puede llegar a sustituir. Afecta al alumno y si se realiza correcta y continuamente, puede suplir a la final, y sustituir, a su vez, a la sumativa porque puede llegarse a la misma conclusión, incluso con mayores y mejores argumentaciones o evidencias.

c) Final: Se realiza con visión holística y global al finalizar un período o proceso de enseñanza-aprendizaje, con sentido único, un curso, una etapa… Puede ser o no coincidente con la evaluación sumativa, dependiendo del peso o ponderación que se otorgue, de existir, a la evaluación continua.

d) Diferida: Realizada pasado un tiempo que consideramos oportuno, tras la realización del programa o una actuación determinada. Se realiza para valorar el impacto. Sus resultados pueden servir, a su vez para iniciar o diagnosticar una situación, una institución o un estudiante, reiniciando otro ciclo evaluativo.

5.3. Considerando los agentes.

a) Auto, cuando es el propio sujeto el que se pronuncia sobre su propio aprendizaje o heteroevaluación, cuando son distintos el evaluador y el evaluado.

b) Evaluaciones internas, cuando es el mismo profesor que imparte la enseñanza quien la realiza, o externas cuando dicha coincidencia no se produce.

6. LA EVALUACIÓN EN EL PROCESO EDUCATIVO Y EN LA TOMA DE DECISIONES CURRICULARES.