Tema 6C – El desarrollo en la edad infantil: desarrollo social, motor, afectivo.

Tema 6C – El desarrollo en la edad infantil: desarrollo social, motor, afectivo.

1. INTRODUCCIÓN

2. DESARROLLO SOCIO-AFECTIVO

2.1 DESARROLLO AFECTIVO

A) Establecimiento de relaciones afectivas

B) Desarrollo de sí mismo

C) Establecimiento vínculos afectivos (apego)

2.2 DESARROLLO SOCIAL

A) Procesos afectivos socialización (amistad)

B) Proceso adquisición conocimiento social

C) Agentes socialzcn. (familia, escuela, M.C)

2.3 DESARROLLO MORAL

3. DESARROLLO MOTOR

3.1. ASPECTOS GENERALES

A) Principios del desarrollo motor

B) Factores que determinan el des. motor

C) Leyes

3.2. DESARROLLO DE LA MOTRICIDAD INFANTIL

4. CONCLUSIÓN

1. INTRODUCCIÓN

La educación infantil constituye la etapa educativa con identidad propia que atiende a niñas/os desde el nacimiento hasta los 6 años.

La etapa de educ. infantil se ordena en dos ciclos. El primero comprende hasta los 3, y el segundo, desde los 3 a los 6 años.

La educación infantil tiene carácter voluntario y su finalidad es la de contribuir al desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de los niños.

Para que la educación sea realmente promotora de desarrollo se ha de tener en cuenta el proceso evolutivo que experimenta el niño a lo largo de esta etapa. Este conocimiento tiene grandes implicaciones educativas, ya que nos permitirá saber, entre otras cosas, no sólo que desarrollos son posibles en función del nivel madurativo, sino también que nuevos aprendizajes son susceptibles de promover desarrollo.

A lo largo del tema me centraré en explicar dos ámbitos del desarrollo del niño de infantil: el desarrollo socio-afectivo y el desarrollo motor, sin olvidar que se trata de un proceso global (las diferentes funciones están íntimamente ligadas unas a otras), e individual (el ritmo evolutivo de cada niño es diferente).

Para nosotros, como miembros de un equipo de orientación psicopedagogía, este tema nos resulta especialmente importante. Nos proporciona información fundamental para desarrollar nuestra labor de apoyo y asesoramiento al equipo educativo en los procesos de diseño y desarrollo curricular, ayudando a planificar una respuesta educativa de calidad y a corregir las deficiencias que puedan darse en el desarrollo de los alumnos.

Para la elaboración de este tema me he basado en las siguientes fuentes bibliográficas:

2. DESARROLLO SOCIO-AFECTIVO

Desde el nacimiento, e incluso antes, existe en la raza humana un auténtico despliegue de actuaciones y comportamientos socio-afectivos.

La propia “debilidad” con la que nacemos es un “mecanismo” que sirve de apoyo para crear vínculos con nuestros “cuidadores” y favorecer así nuestro desarrollo integral. Gracias a la creación de dichos vínculos podemos sobrevivir: obtenemos alimentos, conocimientos, afectos,

El desarrollo socioafectivo es muy amplio, para poder abarcar su estudio, lo dividiré en distintas áreas:

2.1 Desarrollo afectivo: se trata de un proceso de socialización privilegiada, con los más cercanos. Es un contacto “intimista”, cercano, que todos necesitamos en los primeros años de vida y que marcará nuestra personalidad, nuestra vida afectiva posterior y nuestras relaciones con los otros.

2.2. Desarrollo social. El ser humano al nacer ya forma parte de una cultura, de un medio social donde se desarrolla. La socialización es el proceso por el cual el niño interioriza elementos socioculturales de su medio ambiente.

2.3. Desarrollo moral: proceso de interiorización de las “reglas del juego social”; los valores y las normas que le dotan de una identidad social y posibilitan él que sea aceptado por los demás.

2.1. DESARROLLO AFECTIVO

Se trata de un proceso de interiorización de los estados afectivos que el niño manifiesta a través de conductas externas gracias al contacto cercano que mantiene con sus allegados.

En un principio, las manifestaciones externas de los estados afectivos tan sólo sirven de enganche entre el bebé y el entorno. Con ellas consigue cubrir sus necesidades básicas, tanto fisiológicas como afectivas. Tales manifestaciones son interpretadas por el adulto que está en contacto directo con él otorgándoles un significado. El bebé aprende a diferenciar sus manifestaciones guiado por el adulto y a reconocer sus estados afectivos (disgusto, alegría, cólera, vergüenza,…)

Dentro de lo que hemos considerado desarrollo afectivo podemos distinguir tres procesos:

A. Establecimiento progresivo de relaciones afectivas:

Las relaciones afectivas son la expresión externa de “afectos” mutuos y recíprocos entre el niño y los adultos o los iguales que conforman su entorno a lo largo de toda la etapa infantil. Cumplen un papel fundamental en la creación de vínculos afectivos.

B. Desarrollo de sí mismo: Autoconocimiento y autorregulación.

Al tiempo que el bebé comienza a establecer relaciones afectivas inicia paralelamente el proceso de desarrollo de sí mismo. Se puede definir como el progresivo descubrimiento de sí mismo, desde que es incapaz de diferenciar su sí mismo físico y psicológico, su propia existencia como individuo, hasta cuando alcanza la capacidad de evaluar, regular y controlar la propia conducta al darse cuenta de que puede influir sobre su entorno.

Sería muy interesante poder analizar las diferentes fases y elementos de este desarrollo a lo largo de la etapa infantil, pero no contamos con el tiempo necesario para ello. Tan sólo me gustaría reseñar que resulta especialmente importante durante esta etapa en la formación del desarrollo de sí mismo el desarrollo de la conciencia sexual.

C. Establecimiento de vínculos afectivos: el apego

Los vínculos afectivos pueden ser definidos como manifestación de afectos positivos asociados de forma estable a determinadas personas que conforman el entorno inmediato del niño. Son una necesidad básica innata de nuestra propia especie, como puede ser comer o dormir.

Durante la etapa infantil encontramos dos tipos de vínculos afectivos: el apego y la amistad. En este apartado nos centraremos en el desarrollo del apego. La amistad la explicaremos en el desarrollo afectivo de la socialización.

El establecimiento de vínculos afectivos se verá influenciado por el desarrollo de la capacidad empática, es decir, la capacidad de identificar lo que les pasa a otros, sus estados emocionales, y, en cierto modo, compartir con ellos tales estados.

Resultaría interesante contar con el tiempo suficiente para poder trabajar con la empatía desde las implicaciones que tiene con el apego: explicar su proceso evolutivo, sus características, etc. pero considero más importante centrarme en explicar el apego como vínculo afectivo.

EL APEGO

¿Qué es?

Es la relación especial que un niño/a establece con un número reducido de personas, con las que mantiene interacciones privilegiadas frecuentes y que contribuyen asiduamente a satisfacer sus necesidades básicas (Padres, hermanos, abuelos, educadores…)

Las relaciones de apego equilibradas contribuyen a cubrir las necesidades de seguridad y confianza del bebé, necesario para lograr su autonomía y el desarrollo de su autoestima; por ello es muy conveniente que los niños tengan varias figuras de apego, aunque establezcan una jerarquía de preferencias entre ellas.

¿Cuál es el proceso de apego?

Sin olvidar el planteamiento de Bowlby, la mayoría de los autores coinciden, más o menos, en el siguiente proceso del apego:

— Fase1ª. Sensibilidad social indiscriminada (0 a 2 meses): Los bebés no centran su atención en los adultos de referencia, no establece diferencias entre quienes interactúan con él. Sin embargo, el niño muestra preferencia por los miembros de su propia especie (su rostro, su voz,…).

— Fase 2ª. Sensibilidad social diferenciada (2 a 7 meses): Los bebés muestran un interés especial por sus figuras de apego y dirigen hacia ellos sus respuestas de afecto. Aunque aún acepta a desconocidos que se acercan, les otorga otro nivel.

Se establecen pautas de interacción entre el bebé y sus referentes con signos y símbolos reconocidos por ambos. Hay un “modelo” de “hacer las cosas” o sistema de comunicación que les identifica a ambos.

— Fase 3ª. Apego centrado (8 a 24 meses): El vínculo de apego se hace evidente y sigue siendo bastante fuerte hasta los dos años. A partir de los dos años si la figura de apego ha cumplido su papel de apego seguro, el niño estará preparado para iniciar nuevos procesos de autonomía y llegar a iniciar un proceso de socialización con el entorno menos cercano y con sus iguales.

2.2. DESARROLLO SOCIAL

Desarrollo social consiste en conseguir, en un proceso de interacción social, la integración efectiva del niño al grupo social al que pertenece. Es decir, la adquisición de las normas sociales, valores, costumbres, papeles, etc. que distinguen a la sociedad en la que se desarrolla hasta integrarlas en su persona sintiéndolas como algo propio.

Paralelamente, a través de este proceso, el grupo social asegura su pervivencia en el tiempo, por lo que se trata de un proceso recíproco.

PROCESO DE SOCIALIZACIÓN EN LA PRIMERA INFANCIA

El proceso de integración del niño al grupo social, o socialización, está formado y condicionado por los siguientes procesos:

A. Procesos afectivos de socialización: la empatía y la amistad.

Al igual que en el punto anterior, no cuento con el tiempo suficiente para explicar el proceso de evolución de la empatía, en este caso en su vinculación con el desarrollo de la amistad.

Me conformaré, sin embargo con aclarar que la empatía de 2 a 6 años es una clara evolución de la etapa anterior. Lo que el niño aprendió con las relaciones de apego, lo pone ahora en práctica en la interacción con sus iguales lo cual le permite poco a poco evolucionar empáticamente y establecer relaciones de amistad.

LA AMISTAD

La amistad es un vínculo afectivo, relativamente incondicional y duradero, pero de menor obligatoriedad que el apego, que generalmente se establece con los iguales.

En la etapa infantil, las relaciones con un “amigo” no tienen el carácter tan fuerte como en etapas posteriores, ya que se dan con frecuencia conflictos de rivalidad entre ellos, escasa estabilidad de las relaciones y les cuesta asumir el punto de vista del otro. Sin embargo, en la última etapa de la edad infantil se inicia una capacidad de control y orientación prosocial que le impulsa a entablar relaciones especiales con algún igual e iniciar interacciones que no se dan con todos los iguales.

Esa orientación especial con respecto a alguien está influida por:

—Las experiencias que tenga con las figuras de apego privilegiadas.

—Las experiencias positivas que haya tenido con sus iguales.

—La superación del egocentrismo y su capacidad empática.

– La cantidad de cosas que tengan en común. Generalmente existe un punto de coincidencia que le permite iniciar una relación especial entre ambos. Desde tener el mismo sexo, gusto por los mismos juegos, semejanza física, etc., e incluso cosas tan triviales como tener la misma mochila a esta edad puede considerarse un aspecto importante a la hora de establecer una relación de amistad.

B. Proceso de adquisición del conocimiento social

Los procesos de adquisición del conocimiento social son el resultado de la interacción entre el niño y los distintos contextos donde se va incorporando a lo largo de toda la etapa infantil.

El grado de conocimiento de la sociedad por parte del niño depende fundamentalmente de los contactos que el adulto le permita tener con otros contextos. Un niño cuyo contexto queda limitado a las relaciones con su familia y no comparte otros contextos (el parque o el centro educativo o un centro de juegos o un centro cultural,…) ve reducidas sus posibilidades de conocimiento social.

En esa interacción entre el niño y las personas de los diferentes contextos de socialización se produce la adquisición del conocimiento social que le van a ir permitiendo:

— Entender el papel que tienen los individuos en la sociedad y su relación con estos (Conocimiento sobre las personas).

— Conocer el funcionamiento del grupo, de las instituciones y las interacciones entre ambos (conocimientos sobre la sociedad) Los contenidos referentes al entorno social del niño se trabajaran de lo más cercano a lo más lejano.

— Conocer las conductas que son aceptadas socialmente aquí y ahora (conocimiento sobre las normas sociales). Las conductas sociales propias de esta etapa son muy elementales (control de esfínteres, hábitos de alimentación,…) y su adquisición dependerá de las figuras de apego. Al comienzo de esta etapa el niño no comprende la necesidad de la mayoría de las normas sociales, siendo frecuente hacia el 2º año de edad las “rabietas” como expresión del conflicto entre las restricciones sociales y los impulsos personales. A medida que se produce el desarrollo moral el niño va comprendiendo la pertinencia de tales normas y aceptando su cumplimiento.

C. Procesos de interacción social con agentes de socialización

El proceso de socialización durante la primera infancia se lleva a cabo esencialmente en los siguientes contextos o agencias de socialización:

La familia

Durante los primeros años, el contexto más importante es la familia. En ella adquieren muchas capacidades sociales y cognitivas y desarrollan diversas actitudes, creencias y valores. Es el “laboratorio” donde el niño realiza los aprendizajes básicos para la interacción social que necesitará para integrarse en otros contextos sociales.

Uno de los aspectos que más influye en el desarrollo socioafectivo del niño y en sus formas de relación posteriores dentro del sistema familiar es el estilo de comportamiento parental (autoritario, permisivo o democrático) llegando a determinar aspectos como el nivel de autoestima, el autocontrol, el grado de iniciativa,…

El centro educativo:

La escuela constituye en nuestra sociedad una entidad de socialización importantísima. Proporciona a los niños nuevas e importantes experiencia sociales: separación temporal de la figura de apego, adaptación a nuevos entornos y nuevas normas, se establecen relaciones con los iguales con las nuevas exigencias que ello implica (autocontrol de conducta, competencia comunicativa,…), se generan nuevos modos de relación con los adultos no mediatizados por el apego, etc.

Para que no surjan problemas de inadaptación al medio escolar es necesario tener en cuenta la dificultad de afrontar repentinamente estos cambios. Se ha procurar que el proceso de adaptación sea gradual y establecer una estrecha colaboración con los padres.

Es fundamental crear un clima cooperativo, cálido, acogedor y seguro en el que el niño se sienta querido y relajado; evitando situaciones de competitividad e individualismo negativos. Será conveniente llevar a cabo juegos y actividades cooperativas con diversos tipos de agrupamientos y organizar los espacios de modo que favorezcan interacciones de todo tipo.

Los medios tecnológicos y audiovisuales:

En la actualidad, los Medios tecnológicos y audiovisuales se han consolidado como una importante agencia de socialización, a través de ellos los niños acceden a representaciones más o menos reales de nuestra sociedad actual y de otras culturas.

En sí no son ni positivos ni negativos, pero dado que resultan especialmente atrayentes para los niños es importante no sólo cuidar el tipo de material audiovisual que se les presenta sino también prevenir problemas derivados de éstos como pueden ser el consumismo (publicidad), el aislamiento, la obesidad (sedentarismo), conductas antisociales (violencia en televisión), etc.

2.3. DESARROLLO MORAL

El proceso de desarrollo moral permite ir pasando de la aceptación de las normas sin ponerlas en duda: moral heterónoma, a un análisis crítico de las mismas (sobre su función, justicia, necesidad, sentido,…) que le llevará a la autonomía moral.

Siguiendo a Kohlberg, máximo exponente en este ámbito, encontramos 3 fases o estadios en el desarrollo moral: el preconvencional, convencional y postconvencional.

En el nivel preconvencional situaríamos a los niños de la etapa infantil. Los niños de esta edad no valoran los actos en función de la intención o condiciones que lo han generado, sino en función de su conformidad con las reglas establecidas. Aceptan y asumen las normas para evitar castigos, obtener recompensas, agradar a sus figuras de apego, obtener reconocimiento social,… pero aún no son capaces de valorar moralmente la pertinencia de sus actos.

4. DESARROLLO MOTOR

Es prácticamente imposible desligar el desarrollo motor del desarrollo social, cognitivo-neurológico, o afectivo. Gracias a la actividad motora, el niño explora y reorganiza el medio, se descubre a si mismo y los demás, y adquiere información sobre el mundo físico y cultural que le rodea.

4.1. ASPECTOS GENERALES

A) Principios del desarrollo motor

1. El desarrollo es un proceso continuo, desde la concepción hasta la madurez, y sigue la misma secuencia en todos los niños pero su ritmo puede variar sustancialmente de un niño a otro.

2. Ciertos reflejos primarios, tales como el reflejo de prensión y el de marcha, deben desaparecer antes de la adquisición de los movimientos correspondientes.

3. Durante los últimos meses del embarazo y los primeros años de vida se va a ir dando el proceso de mielinización, (recubrimiento de las conexiones entre las neuronas con una membrana especializada que permite una adecuada transmisión de los impulsos nerviosos) fundamental y responsable de poder ejercer paulatinamente un control en sus propios movimientos. El aumento de actividad (estimulación) favorece la mielinización.

4. El desarrollo progresa, en general, desde una respuesta débil, global y relativamente desorganizada a una respuesta fuerte, específica localizada y organizada.

B) Factores que determinan el desarrollo.

Es un hecho constatado que el desarrollo motor está influido tanto por factores genéticos como ambientales. Se trata de un proceso abierto a las influencias del entorno (alimentación, estimulación,…) pero dentro de unos ciertos márgenes preestablecidos por su herencia genética.

La actividad y la estimulación favorece el desarrollo, pero la insistencia de los adultos en que los niños adquieran ciertas habilidades rápidamente (andar, control de esfínteres,…) puede ser causa de ansiedad lo que dificultaría la adquisición de tales destrezas.

C) Leyes del desarrollo motor

El proceso de progresivo control del niño en sus movimientos se rige por dos leyes fundamentales:

1. Ley céfalo-caudal: Se controlan antes las partes del cuerpo que están más cercanas a la cabeza, extendiéndose luego el control hacia abajo (cuello-tronco-brazos-piernas)

2. Ley próximo-distal: Se controlan antes las partes que están más próximas al eje corporal que las que están más alejadas (hombro-codo-muñeca-dedos)

4.2. DESARROLLO DE LA MOTRICIDAD INFANTIL

Los niños de 0 a 2 años presentan un espectacular desarrollo motriz: pasan de los actos reflejos al movimiento voluntario, llegando incluso a automatizar ciertos movimientos (locomoción y presión). Logran el control postural, consiguen ponerse erguidos, dan sus primeros pasos e incluso hacia los 24 meses son capaces de subir y bajar escaleras o montar en triciclo.

A partir de los dos años y hasta los 6 el aspecto más relevante tiene que ver con la extensión y el afinamiento del control sobre el cuerpo y sus movimientos. Veamos de manera algo más detallada tales aspectos:

Con respecto al autocontrol corporal creciente, el control de esfínteres es uno de sus principales logros. Los niños alcanzan este control normalmente entre el 2º y el 3º año, controlando las heces antes que la orina y controlando de día antes que de noche. También se observa que las niñas acceden a este control antes que los varones. Es necesario señalar que no es aconsejable comenzar demasiado pronto en su entrenamiento ya que no cuentan con la madurez suficiente.

Con relación a los movimientos: la coordinación general de sus movimientos (psicomotricidad gruesa) mejora, pero, en virtud de la ley céfalo-caudal, el niño, que ya poseía un control bastante bueno en brazos y manos, se centra ahora en piernas y pies, ganando en finura y precisión (corre, frena, acelera y gira sin mayor dificultad). Además hay un importante avance de la psicomotricidad fina en actividades como recortar, dibujar,… de manera que hacia los 4 ó 5 años el niño ya puede trazar letras más o menos rudimentarias.

Con respecto a la lateralización, en general se produce entre los 3 y los 6 años. La lateralidad tiene que ver con la organización cerebral (hemisferio dominante) y no con un hábito, por lo que modificar la lateralidad de un niño es una práctica muy invasiva.

En lo referente a la construcción del esquema corporal (representación de nuestro propio cuerpo y sus posibilidades de acción) son decisivos 3 aspectos: la maduración neurológica y sensorial, la experimentación personal y las experiencias sociales (conocemos el cuerpo de los otros antes que el nuestro, lenguaje).

El esquema corporal no queda totalmente construido durante el periodo de la Educación Infantil; no obstante, las principales etapas de su construcción transcurren antes de los seis años.

5. CONCLUSIÓN

A lo largo del tema he analizado, guiada por la psicología evolutiva, el desarrollo del niño en la edad de la Educación infantil, centrándome en el desarrollo socioafectivo y motor.

Hemos podido comprobar la importancia de esta etapa, en ella se alcanzan hitos evolutivos fundamentales (configuración de las estructuras neuronales, control corporal, lenguaje, interacciones sociales,…) que marcarán nuestro desarrollo posterior. De ahí que se haga necesario conocer la evolución de dicho proceso, sus características más importantes y los factores que influyen en él, con el fin de planificar la respuesta educativa más adecuada que nos permita alcanzar el máximo nivel de desarrollo posible en cada uno de nuestros alumnos, así como descubrir y corregir las posibles deficiencias que puedan existir en el desarrollo.

En lugar de comentar las implicaciones educativas en un apartado diferenciado he ido plasmándolas a lo largo del tema, de forma paralela a cada uno de los ámbitos del desarrollo.