Guía para la elaboración de supuestos prácticos 1

Guía para la elaboración de supuestos prácticos 1

Realizar los supuestos prácticos nos exige el dominio de varios asuntos, que van a influir en su tratamiento y resolución.

Además, necesitamos dominar bien la información, puesto que, tenemos generalmente un tiempo limitado (40 ó 45 minutos), así que deberíamos condensar y resumir mucho, pero sin dejarnos lo esencial (no dejar ninguna cuestión sin contestar). Respuestas claras y adecuadas, sin divagaciones.

Pasos a seguir:

1. Leer y comprender.

2. Fijarnos una estrategia de actuación, esquema básico de respuesta a desarrollar y a adaptar a la problemática concreta que nos piden.

3. Desarrollarlo.

Esto implica:

Diagnosticar la situación.

Es desglosar la situación en cada una de las partes, aspectos, elementos, factores, variables y síntomas, que intervienen, para fijar bien el problema, extrayendo conclusiones y emitiendo, en consecuencia, el diagnóstico.

¿Cuál es el punto de partida, las condiciones iniciales?:

– Situación, presupuestos, condicionantes.

– El centro: tipo, estructura, infraestructura, organización, funcionamiento, PCC, finalidades, etc.

– Los alumnos: características psicofísicas, sociales, desarrollo, grupo de clase, etc.

– El personal/ciclo/equipo.

– Los padres, familia, entorno físico y sociocultural, medios, recursos, etc.

– Orígenes, causas (simples, múltiples).

– Incidencias, consecuencias (simples, múltiples).

Llegaremos a la detección de necesidades y conforme a ello plantearemos la resolución a dicha problemática.

Resolver la situación

Seleccionaremos una/s propuesta/s de actuación y explicaremos la actuación elegida como más idónea, las medidas a adoptar y las acciones a llevar a cabo para la resolución.

Todo ello de manera que conecte con el TRIBUNAL. Las medidas a adoptar tienen que ser desde planteamientos realistas, muy relacionados, congruentes y coherentes con el desglose o diagnóstico.

Es necesario no sólo decir la posible solución o actuación, sino cómo hacerla, con qué, para qué…

Es posible que el supuesto tenga varias vías de solución, puesto que puede ser sencilla (una sola vía de solución) o ser compleja. Si es así, podríamos hacer un listado de posibilidades de actuación o de pautas de actuación, desde los diferentes ámbitos y sectores:

– Tutores, educadores, otros profesionales, equipo docente, centro.

– Alumnos.

– Padres/madres, instituciones, entorno, comunidad.

– Medios, recursos materiales y humanos, infraestructura.

– Equipos de apoyo externo, asesores, inspección, especialistas.

– Currículum, actividades actuaciones, medidas posibles.

Veamos un ejemplo

SUPUESTO Nº 1

Gira en torno a la problemática de la entrada en la “escuela” por primera vez del niño/niña, y el Período de Adaptación.

Ejemplo:

“Estamos en el mes de septiembre en la Escuela Infantil donde desarrollas tus funciones como Técnico/a de Educación Infantil, y vas a ser el/la responsable de la atención educativa de un grupo de niños y niñas de los cuales algunos ya estaban escolarizados en el curso anterior y un pequeño grupo no tiene experiencia previa de escolarización. En relación a este grupo de niños para los cuales es la primera experiencia escolar ¿cuál debería ser tu trabajo?

DIAGNÓSTICO

La llegada de los niños por primera vez a la escuela plantea un problema en el mes de septiembre, “El Período y Proceso de Adaptación del niño/a a la Escuela”, sin olvidar que aunque tengamos niños que estuvieron el curso anterior (y por sus edades) vienen de un período de vacaciones donde muchas conductas y actitudes pueden haber variado, y los niños/as necesitan “readaptarse”, volver a adaptarse e integrarse a la escuela.

La entrada del niño/a por primera vez en la escuela, supone un gran cambio para él/ella:

– Salida del mundo familiar.

– Separación temporal de la madre y padre.

– Otros hábitos.

– Él/ella no es el centro.

– Interacciones con otros iguales y con otros mayores.

– Cambios de ritmos, rutinas y costumbres.

– Etc…

Es necesario empezar con buen pie para evitar el rechazo a la escuela, esto supone trabajar bien el PERÍODO DE ADAPTACIÓN.

La adaptación nos plantea un problema tanto a educadores como a padres, así, como al propio niño, ya que supone:

– cambiar un ambiente y entorno conocido por uno desconocido,

– Ya no es el eje o centro de dicho ambiente nuevo.

Este cambio supone adoptar medidas que “amortigüen” este gran cambio, que desequilibra y desorienta al niño/a. Esto se favorecerá si el educador y equipo docente no entran el mismo día que los niños/as, sino que días antes se dedican a realizar una preparación pensada y planificada, incluso con reuniones con los padres para plantear una actuación conjunta y planificada que favorezca este período de adaptación; porque nadie se encuentra a gusto en un ambiente o medio completamente extraño.

Además del ambiente físico nuevo, se va a encontrar con un “ambiente social” extraño, por lo que nos esforzaremos en favorecer rápidamente la constitución de relaciones amistosas, dando lugar a actividades especialmente preparados para ello, de manera que el encuentro con la escuela tome un talante festivo, agradable, atractivo, lúdico, etc.

RESOLUCIÓN

  • Para evitar que el/la niño/a tenga rechazo a la escuela y conseguir una buena adaptación al centro, aula, compañeros, educadores, espacios, tiempos, nuevos hábitos, rutinas, actividades, socialización, descubrimiento de los otros, relación con los demás, despegue de la familia del mejor modo, etc., adoptaremos las siguientes pautas de actuación:
  • El equipo educativo, entrará días antes que los/las niños/as y realizará una planificación pensada y proyectada, incluso con reuniones con los padres, con el objetivo de conseguir una actuación conjunta y planificada, favorecedora del período de adaptación del/la niño/a a la escuela.
  • Entablaremos un estrecho contacto entre padres y educadores para ayudar a la integración del/la niño/a a la escuela:
  1. Preparación de los padres: actuación relajada y natural.
  2. Reuniones con los padres sobre sus expectativas y para ayudarles a evitar o limar sentimientos contradictorios.
  3. Entrevista inicial individual de cada familia con el equipo directivo y con el tutor.
  4. Reunión grupo inicial (grupo de alumnos/as).
  5. Reuniones periódicas de los padres del grupo de alumnos/as.
  6. Reuniones periódicas de padres del grupo-clase e individuales.
  7. Encuentros e informaciones diarias en situaciones cotidianas: llegadas, salidas, etc.
  8. Fomentar en los padres actitudes receptivas, responsables y de disponibilidad, así como de colaboración en la generación de ambientes de seguridad y afectividad para el niño.
  9. Preparar un “ambiente” conjuntamente con los padres que contenga seres, signos u objetos que recuerden a los niños/as situaciones y experiencias conocidas, que domina y donde se siente a gusto.
  10. Los padres habrán de colaborar en el proceso de “transferencia” afectiva del niño/a con el educador, de forma que éste sepa de forma clara y sencilla lo que va a hacer en el “cole”.
  • Dar al niño/a en estos momentos de “cambio” de entorno la sensación de “continuidad”, seguridad y colaboración por parte del ambiente familiar, haciéndoles ver que forman parte de un todo, sin rupturas o cambios muy bruscos.
  • Desde el centro recibiremos a los/las niños/as y a la familia de forma personalizada. Igualmente a la salida, momento en el que haremos que el/la niño/a se lleve un buen recuerdo; salidas relajadas, sin prisas, despidiéndose con cariño y ternura:
  • Incorporación individualizada, secuenciada (uno o dos días).
  • Presencia de padre o madre en estos primeros días en períodos cada vez más cortos, hasta que el/la niño/a domine el entorno y se sienta a gusto.
  • Progresión en los tiempos de estancia del/la niño/a en el “cole”.
  • Recomendaremos a los padres que las despedidas sean breves, transmitiendo seguridad, alegría, sin dudas,…
  • Atención al mundo afectivo y emocional:

1. Dejaremos que el/la niño/a se tome el tiempo que necesite para recomponer y elaborar su mundo afectivo y emocional.

2. Transmitirles seguridad y estabilidad.

  • Estaremos atentos y observaremos los síntomas o conductas de rechazo (algunas pueden pasar desapercibidas) en los/las niños/as en este período:

1. Problemas con la alimentación.

2. Necesidad de pegar.

3. Llamar la atención.

4. Descontrol.

5. Se resignan pero no se adaptan.

  • Evitaremos la “rutina” (cansancio, repeticiones), prestando especial atención a las manifestaciones más evidentes de los niños, mediante la observación.
  • Permitiremos tiempos de adaptación y de comunicación sobre lo que los niños quieren contar. Estos primeros momentos de contacto irán seguidos de momentos, poco a poco, más relacionados con la programación.
  • Favoreceremos rápidamente la constitución de relaciones sociales amistosas, dando lugar a pequeños juegos, dulces para todos, canciones, regalos sorpresa, etc., creando un encuentro con la escuela: festivo, agradable, atrayente, lúdico, etc.
  • Descentraremos los espacios, habilitando espacios diversos.
  • Haremos disfrutar al/la niño/a de un ambiente que invite a moverse de diversas maneras.
  • Favoreceremos un aprendizaje significativo, desde el punto de vista de la globalidad, individualidad, grupo, socialización…
  • Atención personalizada y a las diferencias individuales.

CONCLUSIÓN

Partimos del hecho de que el proceso de adaptación no es lineal ni progresivo, incluso en algunos casos se dan “involuciones” en el proceso, por lo que valoraremos que el/la niño/a, está adaptado/a cuando sea capaz de mostrar, plenamente confiado, su mundo emocional, si nos acepta o nos rechaza, si establece relaciones afectivas y de apego, si interactúa cada vez más autónomamente con este nuevo medio, si hay comunicación afectiva, si los ritmos de la vida en la escuela no le son lejanos, si participa, si actúa e inventa acciones propias, etc.

Como instrumento de seguimiento, análisis y evaluación del período de adaptación, se aplicará una GUÍA DE OBSERVACIÓN SOBRE LA ADAPTACIÓN DEL/LA NIÑO/A, que contempla los principales factores:

  1. ·        Llegada a la escuela.
  2. ·        Despedida de los padres.
  3. ·        Qué trae de casa y qué conducta tiene respecto a ello.
  4. ·        Comportamiento ante la comida.
  5. ·        Control de esfínteres.
  6. ·        Sueño, actividad, descanso.
  7. ·        Rutinas diarias.
  8. ·        Interacción y comunicación verbal y no-verbal.
  9. ·        Conducta respecto a los objetos, propios y ajenos.
  10. ·        Conducta y desenvolvimiento en los espacios.
  11. ·        Conducta ante los adultos y ante los niños.
  12. ·        Actitud y conducta ante y durante el juego.
  13. ·        Actitud ante el cuidado, consuelo.
  14. ·        Actitud ante la llegada de los padres.
  15. ·        Datos que aporta la familia.
  16. ·        Manifestaciones físicas y psíquicas.
  17. ·        Ausencias.

ESQUEMA DEL SUPUESTO PRÁCTICO DEL PERIODO DE ADAPTACIÓN

1. ANÁLISIS DEL SUPUESTO

1.1. DATOS DEL SUPUESTO

DATOS QUE CONSIDERO SIGNIFICATIVOS

Datos extraídos del texto que he considerado significativos:

    • Somos educadores responsables del grupo
    • Nos encontramos a principio de curso
    • Hay niños nuevos

DATOS QUE CONSIDERO IRRELEVANTES

Puede haberlos en todos los textos.

DATOS QUE PRESUPONGO

Puesto que no se explicita en el texto lo contrario, presuponemos que, de acuerdo con la normativa vigente, el número máximo de alumnos es el que establece la ley. No consta que haya niños con n.e.e.

1.2. DATOS A RESOLVER

    • Planteamiento del periodo de adaptación, en relación con los niños/as y padres y madres del aula
    • Dinámica a seguir

PLANTEAMIENTO INICIAL DEL PERIODO DE ADAPTACIÓN

Antes de centrarnos en lo que concierne a las pautas concretas de actuación, aportaremos algunos datos que se consideran relevantes sobre el periodo de adaptación de los niños a la escuela.

El Real Decreto 1330/1991, de 6 de septiembre, por el que se establecen los aspectos básicos del currículo en la Educación Infantil, sostiene que “la llegada del niño por primera vez al centro debe ser detalladamente planificada”.

La importancia de su planificación radica en que el ingreso de cualquier niño a la escuela supone un gran cambio para él, ya que sale de su ambiente familiar, en el que hasta ahora se había sentido protegido y centro de atención.

Por ello es necesario cuidar la organización de este periodo tomando las medidas oportunas. Esta tarea será responsabilidad del adulto, siendo la organización del equipo docente y la implicación familiar en el proceso inseparables, las dos caras de la misma moneda.

La actitud del niño estará condicionada en gran medida por la de los padres, que deberán transmitirle confianza y tranquilidad a medida que él se independiza de sus figuras de apego y tiene que afrontar su egocentrismo, construyendo así, poco a poco, su autonomía.

Nuestra misión como educadores será facilitar su adaptación al aula, elaborando un Programa de Acción adecuado, para contrarrestar el pequeño trauma inicial que les supone la llegada a la escuela. Trauma que difiere en función del tipo de familia y de las experiencias previas de socialización del niño.

Así pues, consideraremos que un niño se ha adaptado al aula, cuando sea capaz de relacionarse con los demás niños del grupo y con el adulto, interactuando y expresando sus emociones sin temor.

DINÁMICA A SEGUIR

Dentro de la dinámica a seguir a lo largo de este proceso de adaptación, distinguiremos tres momentos fundamentales:

  • El periodo previo al ingreso en la escuela.
  • El periodo de incorporación de los niños.
  • El periodo de los días siguientes a la incorporación.

Durante el desarrollo de las pautas concretas de actuación, fundamentaremos en nuestros conocimientos teóricos y prácticos y, por descontado, en la normativa vigente.

PERIODO PREVIO AL INGRESO

La necesidad de información y comunicación familia-centro se hace imprescindible en este periodo para unificar criterios y pautas de actuación.

Por ello, antes del ingreso de los niños a la escuela, una vez formalizadas las matrículas, llevaré a cabo las siguientes acciones:

  • CARTA INFORMATIVA:

Constituye el primer contacto con las familias. Mediante ella informamos a los padres de la importancia de este periodo de adaptación de los niños y de la necesidad de su participación en él.

Además, aprovecharemos para convocarles a la reunión informativa dando ya la fecha y hora de realización.

Adjuntaremos también en cada carta una ficha de información familiar y pediremos que la lleven cumplimentada el día de la reunión.

  • REUNIÓN INFORMATIVA CON LOS PADRES Y MADRES:

Comenzaremos la reunión presentándonos como Técnicos responsables de la atención de sus hijos a lo largo del curso, y presentando también el centro escolar.

Para ello explicaremos a grandes rasgos el Proyecto Educativo del Centro: los fines que se persiguen, los contenidos que se van a trabajar, la metodología que se va a usar para trabajarlos, las actividades y recursos que mejor se adaptan para alcanzar los objetivos marcados, etc.

Tras la explicación visitarán las dependencias del centro, su espacio físico y sus recursos disponibles, como señala el Diseño Curricular Base, para que lo conozcan mejor. Daremos por escrito las pautas de organización y funcionamiento de la escuela y las explicaremos brevemente.

Y a continuación nos centraremos ya en las pautas a seguir para una adecuada incorporación de sus hijos a la escuela, dándoles posibilidad de expresar sus dudas y sus expectativas. Abordaremos los siguientes aspectos:

  • Explicamos el sistema de incorporación de alumnos que por primera vez acceden al centro, que se realizará en pequeños grupos, aproximadamente de cinco en cinco, durante la primera semana, en intervalos de un día. La prioridad en la entrada de los alumnos, se hará teniendo en cuenta la existencia de hermanos en el centro y las necesidades familiares.
  • Implicaremos a los padres en la planificación de los primeros días de clase, abordando la importancia de un equilibrado proceso de adaptación.
  • Expondremos algunas pautas aconsejables para preparar a sus hijos ante la llegada a la escuela, tales como:

a) No idealizar la escuela; no es bueno que tengan expectativas irreales acerca de lo que se van a encontrar cuando lleguen.

b) No amenazar a los niños haciéndoles pensar que cuando vayan a la escuela todo cambiará y tendrán que obedecer.

c) No exigirles demasiada responsabilidad diciéndoles lo valientes que son.

d) Sugerirles que aporten juguetes y objetos de sus hijos al aula, para establecer vínculos entre la escuela y su hogar.

Para concluir, recordarles que, aunque sus hijos posiblemente lo pasen mal durante este periodo, éste es sólo transitorio y la incorporación a la escuela va a ser totalmente beneficiosa para su desarrollo.

  • ENTREVISTA PERSONAL:

Antes del comienzo de la actividad escolar, llevaremos a cabo entrevistas más íntimas con los padres de cada niño por separado, a realizar dentro del horario que permita atenderles de forma exclusiva y, preferentemente, en un lugar acogedor.

En ella comentaremos y completaremos con los padres la ficha de información familiar sobre cada niño que habremos ya he leído detenidamente, ya que se les ha hecho llegar por carta dicha ficha y nos la entregan cumplimentada en la reunión.

Organizaremos también la incorporación escalonada de los niños a la escuela durante la primera semana de escolarización.

Y nos despedimos recordándoles que se les tendrá bien informados de cualquier aspecto relacionado con su hijo.

PERIODO DE INCORPORACIÓN

Es preferible que cada niño se incorpore el primer día de la clase acompañado de su madre, padre u otro familiar cercano, y que permanezca con él cierto tiempo. Así, el niño no se sentirá solo ni inseguro en su primer acercamiento al grupo y, al mismo tiempo, la madre o padre podrá conocer directamente el ritmo y el ambiente de la escuela, y a los maestros y compañeros de su hijo.

Ahora bien, debemos recomendar a los padres que no prolonguen la despedida más de lo necesario y que recuerden a sus hijos que después irán a recogerlos, para que no se sientan abandonados sin referencias.

Ese primer día se pueden hacer fotos a todos los niños, para colocarlas después con sus respectivos nombres escritos con letras grandes, en el “trenecito” de la clase, que luego utilizaremos para pasar lista cada mañana. Sirve, además, para que cualquier persona que entre en clase utilice el nombre correspondiente para dirigirse a cada uno de ellos.

PERIODO DE LOS DÍAS POSTERIORES

En los sucesivos días los niños se incorporarán paulatinamente a la vida cotidiana de la escuela. Poco a poco irán conociendo el edificio, otras aulas (a través de visitas preparadas), el patio de recreo, las  personas, los compañeros…  asumiendo también hábitos y normas de convivencia.

Es fundamental que, tanto padres como educadores, estén muy atentos a cómo van sucediendo las cosas durante estos primeros días.

Cada niño necesitará un tiempo diferente para asimilar todos estos cambios, por ello es necesario observar y analizar su proceso de adaptación a todas estas novedades de manera individualizada.

En esta etapa es imprescindible la creación de una ambiente cálido, acogedor y seguro en el que el niño se sienta seguro, querido y confiado para poder afrontar los retos que le plantea el conocimiento progresivo de su medio y adquiera los instrumentos necesarios para poder acceder a él.

Así pues, una de nuestras misiones será crear un ambiente de seguridad afectiva, cuidando la distribución del aula, los ritmos temporales, los materiales, el establecimiento de normas y roles y, decisivamente, mi actuación. Mantendré siempre una actitud receptiva, de disponibilidad permanente a sus necesidades y de comprensión y ayuda.

En la creación de este ambiente es fundamental el material del aula. El niño aportará objetos, materiales, juguetes propios que ayuden a acercar su casa a la escuela. Da muy buen resultado la elaboración de una lista por parte del Técnico en colaboración con los padres, concretando un poco más los objetos para llevar al aula: 

  • Un juguete que le guste, a compartir con sus compañeros.
  • Un juego educativo cuya aplicación conozca.
  • Un babi de plástico o hule en forma de casulla que utilizará para realizar actividades de plástica para evitar mancharse, no como uniforme.
  • Una fotografía del niño con su familia, que colocaremos en el rincón de la familia.
  • Un disfraz que se pueda colocar fácilmente sobre la ropa o, en su defecto, una tela grande que le cubra para usos múltiples.

Por otra parte, será muy importante la comunicación diaria con los padres para avanzar en el conocimiento de los niños del grupo, a través de los contactos informales de entrada y salida.